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Calidad de fibra de coco

Hay muchos tipos de sustrato de coco disponibles en el mercado hoy en


día, de diferentes marcas, siendo un número en constante crecimiento. Sin
duda, todos ellos ofrecen calidad pero, ¿qué es lo que realmente califica a
este sustrato como uno “de calidad”?

por Geary Coogler, CANNA Research

Para cualquier tipo de medio de cultivo que se utilice, ya sea maceta o


suelo, la principal preocupación es la consistencia del sustrato, de lote en
lote, de año en año. El medio ha de estar libre de semillas de malas
hierbas y de patógenos que pudieran estropear la cosecha. Además,
debería tener una estructura física y composición química estable.
No existen diferencias entre el coco y cualquier otro sustrato en este
sentido, pero conseguir un coco de calidad es otra cosa.

Cada sustrato tiene sus propias características y calidades, y éstas


deben ser tenidas en cuenta a la hora de cultivar con cualquiera de ellos. La
turba, por ejemplo, tiene un pH bajo de por sí que inhibe la mayor parte
de actividad patógena, aunque esto cambie cuando se abona con cal. Una
vez elevado el pH, cualquier microorganismo presente en la turba, como
las esporas de los hongos, puede desarrollarse libremente. Las tierras
minerales – como la arena, la arcilla o el humus – suelen contener
patógenos y semillas de malas hierbas, por lo que deben ser esterilizadas
antes de su uso ya sea química (nunca la mejor opción) o térmicamente (el
modo mejor y más sencillo).

Otros materiales como el coco o la cascarilla de arroz (subproductos de


otras industrias) deben triturarse previamente para que puedan ser
utilizados como sustratos de cultivo (de modo que puedan cumplir los
requisitos de cualquier sustrato: retención de agua, entorno adaptable en
la zona radicular y apoyo para la planta). Teniendo en cuenta los diferentes
requisitos ¿cómo se puede conseguir un sustrato de coco de alta
calidad? La respuesta es: ¡desde que el coco cae del cocotero!
Los criterios para un sustrato de coco de calidad son:

1. estructura física estable


2. estabilidad química
3. ausencia de semillas de malas hierbas y patógenos
4. consistencia

El coco que se comercializa es, generalmente, una mezcla de tres


componentes principales clasificados según su tamaño: chips, fibras
y arenilla (también llamada polvo o turba de coco). El tamaño de cada
partícula y sus funciones determinan el global de la estructura del medio.
Con “estructura” no sólo nos referimos al tamaño de las partículas, sino
también a la cantidad y tamaño de los poros resultantes de la mezcla de las
mismas.

Existe una estructura ideal para cada planta. Si el sustrato consiste en


muchos agregados pequeños (fragmentos o partículas) se darán también
muchos espacios pequeños porosos, de forma que el suelo podrá retener
mucha agua pero tendrá poca cabida para aire; por el contrario, si los
espacios porosos son grandes, habrá mucho aire pero poca agua. El polvo
de coco está hecho de muchas pequeñas 'esponjas" que retienen mucha
agua pero poco aire. El uso de diferentes tamaños de partículas de polvo de
coco permite la formación de espacios porosos mayores. La adición de
fibras también puede tener el mismo resultado.

Coco en proceso de secado.

Todos los materiales orgánicos se descomponen, incluida la corteza de


coco, que es la fuente del sustrato de coco. Esta es sumergida en agua
durante una cantidad de tiempo considerable para poder eliminar los
fragmentos más grandes y gruesas. Las fibras más pequeñas y rotas, se
reservan junto a la gravilla o polvo de coco y se dejan descomponer
durante cierto tiempo, hasta que se convierten en el producto deseado.

Los cocoteros y agua salada

Los cocoteros son capaces de absorber agua extremadamente salada.


Para poder hacerlo, la concentración de sal dentro de la planta ha de ser
superior a la concentración de sal del agua salada, puesto que las células de
la planta absorben el agua mediante osmosis. Una concentración de sal
excesiva en las células acabaría con la célula, por lo que la planta concentra
la sal en los espacios entre las células. A medida que la materia vegetal se
descompone, estas sales se liberan. La cantidad de sales liberadas es mayor
cuando el material es fresco y se reduce a medida que este se descompone,
sin embargo, la descomposición no debe de rebasar ciertos límites, ya que
si las partículas llegan a hacerse demasiado pequeñas no podrían ser
utilizadas.

Es decir, el material de coco ha de madurar hasta el punto adecuado y


luego enjuagarse con agua fresca para eliminar la alta concentración de sal.
El potasio es una de las sales que se libera en mayor cantidad, por eso tiene
que ser ajustado utilizando un componente que a su vez recupera el
equilibrio del potasio con respecto a otros elementos como el calcio, de
modo que estos otros también queden disponibles.

Amortiguación de pH

Para mantener una estabilidad continua entre la química del sustrato y el


pH, antes de su uso debe añadirse un componente regulador (también
denominado buffering o amortiguador). Si se mezcla el coco con turba o
tierra, esto se puede llevar a cabo al añadir la primera carga de fertilizante
al medio, antes de comenzar con el cultivo, para regular los niveles de
nutrientes.
Si el coco se utiliza en su forma pura, el mejor momento para hacerlo será
igualmente antes de comenzar con el cultivo. Los nutrientes utilizados para
la producción de la cosecha se administran según una fórmula única
diseñada especialmente según la estructura química de ese sustrato de
coco en particular, lo que asegura que el sustrato de coco proporcione la
cantidad óptima de nutrientes. Además, el cultivador no debe olvidar dejar
que se filtre parte del riego (un mínimo de un 20%) y regar junto con la
solución de nutrientes adecuada (“alimentación continua”), ya que ello
proporcionará las condiciones idóneas para el cultivo siempre que no
aparezca maleza.

Las malas hierbas consumen nutrientes,


alojan a patógenos e insectos
y restan luz y agua
a la cosecha.

Una mala hierba es cualquier planta que crece donde no debería crecer.
Las malas hierbas causan variantes no deseadas en las ecuaciones de
crecimiento, ya que consumen nutrientes, alojan a patógenos e insectos y
le restan luz y agua a la planta. Un sustrato de coco limpio (o cualquier otro
sustrato) no debe ser nunca una fuente de varias especies de plantas ni de
patógenos.

Pero si el coco se esparce en enormes pilas, se deja descomponer durante


un tiempo y luego se envasa para venderlo, habrá grandes posibilidades de
que contenga maleza y patógenos. El uso de gas no afecta a las esporas de
los hongos, y utilizar sólo calor no es económicamente viable, por lo que
sólo hay dos formas de limpiar el coco para su uso en sustratos
de crecimiento:

1. Esterilizar el material mediante la aplicación de vapor antes de


envasarlo
2. Cerciorarse de que el coco en descomposición no se exponga a estas
esporas y se mantenga libre de patógenos. La esterilización por vapor
es mucho más económica pero no es el mejor método para el coco.

Esterilización por vapor

La aplicación de vapor para esterilizar el sustrato desencadena varios


procesos en el coco: la estructura del coco cambia, las fibras se acortan y,
como resultado, retienen mucha más agua, lo cual no es deseable. Las
partículas de coco, además, se estrechan y ablandan, dando lugar a una
reducción de los espacios porosos de mayor volumen, incluso con la
adición de componentes adicionales como la perlita. Podemos compararlo
a los fideos: cuando están secos, mantienen su forma quedando espacio
libre entre ellos, pero después de cocerlos o aplicarles vapor se pegan unos
a otros sin quedar apenas espacio para que corra el aire entre ellos.

Sin embargo, las partículas no son los únicos elementos que sufren
variaciones durante este “proceso de cocción”. Todos los nitratos
disponibles para la planta (NO3-) se convierten en nitritos tóxicos (NO2-)
que la planta también será capaz de absorber. Estos nitritos son
carcinógenos y pueden causar transformaciones tales en el flujo sanguíneo
de algunos animales hasta el punto de que este deje de poder transportar
oxígeno. La vaporización afecta también a la disponibilidad de muchos
micronutrientes, en particular el manganeso, el cual puede llegar a estar
disponible para la planta en concentraciones tóxicas. Tanto la
esterilización por vapor, como el calentamiento en seco, la
fumigación y la sumersión química (que también deja residuos
químicos) tienen efectos muy negativos en el coco, ya que dejan el
sustrato completamente limpio.
La esterilización del coco por vapor destruye todos
los microbios que habitan el sustrato, de modo que
estos tendrán que volver a colonizarlo de arriba a bajo
conforme el alimento vaya estando disponible. Si el
coco no pasa por este proceso mantendrá activas sus
colonias de microbios y el alimento del sustrato estará
disponible en todo momento y a todos los niveles.

La limpieza del sustrato perturba el equilibrio ecológico natural del medio


en descomposición. Un sustrato sano tiene la concentración correcta de
microorganismos que puedan seguir descomponiendo la materia orgánica
de un modo adecuado, sin alterar la composición de nutrientes aplicada a
la planta. Pero si se eliminan estos microorganismos, otros organismos
saprofitos tomarán el poder eliminando todos los nutrientes del sustrato y
apoderándose de los nutrientes disponibles para las plantas.

Mantener un equilibrio en este sentido es esencial para la salud de


sustratos y cultivos. No basta con simplemente añadir al sustrato una
mezcla de organismos “beneficiosos”, el proceso es algo más complejo: un
organismo empieza a descomponer la materia orgánica fresca y luego deja
sus excrementos en el sustrato para el próximo organismo, un proceso que
continua hasta que el componente orgánico cambia completamente;

Si no se da una segunda fuente de alimento disponible producida por la


actividad del primer organismo, el organismo de la segunda etapa morirá
de hambre. Los saprofitos suelen consumir prácticamente toda la reserva
de nutrientes en el sustrato, ya que aunque las plantas también se
alimentan de estas reservas, estas son mucho más lentas en absorber los
nutrientes.

Los saprofitos acabarán agotando los nutrientes antes de que las plantas
tengan ocasión de absorberlos, por ello, el mejor enfoque es controlar el
cultivo desde el principio evitando este tipo de problemas antes de que se
produzcan. La mejor opción es utilizar un sustrato de coco sin esterilizar.

Finalmente, la consistencia es esencial para cualquier cultivador,


ya que con ella se evitan sorpresas al comienzo de cada cultivo. Todos los
sacos de sustrato de coco deben mantener idénticas características en todo
momento, ahora y en cinco años. Deben tener el tiempo adecuado, una
composición química y estructural conocida, y estar libre de plagas y
patógenos indeseados.

El sustrato de coco es fácil de encontrar, pero un sustrato de coco de


calidad es bastante difícil de conseguir. Algunas pautas a seguir serían:

Buscar un sustrato de coco que no haya sido esterilizado


(especialmente con vapor) y que haya sido protegido desde que
abandonó la palmera.
Encontrar un sustrato de coco que tenga una estructura y
propiedades químicas estables, derivadas siempre de un
tratamiento adecuado.
El sustrato debe haber sido liberado de plagas y patógenos
indeseados sin haber sido dañado en el proceso.
Y, lo más importante, tiene que ser consistente; el arte de cultivo no
debe ser un juego de adivinanzas.

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