Sei sulla pagina 1di 7

9

EL PADRE ALQUÍMICO
por THEOPHOREONAÏ
(Adepto)

EL ETERNO de Miguel Ángel

9
10

3ª y 4ª figuras de LAMBSPRINCK

10
11

EL PADRE ALQUÍMICO

La plegaria que Jesús enseñó a sus discípulos es la plegaria total, se basta por ella misma, contiene todo
lo que podemos pedir a nuestro Padre para purificarnos al lavarnos de la mancha del pecado original. Ella nos da
igualmente las reglas de conducta que debemos seguir sin desfallecer en el curso de nuestra vida terrestre si
queremos, tras nuestra muerte, es decir, tras nuestro nuevo nacimiento, disfrutar de la felicidad inefable de bañar
nuestra alma en la Gloria prestigiosa de Nuestro Padre, hecha de Amor, de Bondad y de Misericordia.

Ella nos enseña todavía mucho más si queremos desentrañar el sentido esotérico que, como en todas las
enseñanzas de N.S., está escondido en el sentido exotérico que acaba de ser someramente recordado.

El Padre nos aporta (anuncia) una revelación, total también, un “Apocalipsis” sobre el gran misterio del
Cosmos, sobre la unidad de la creación en sus tres reinos y sobre las diferentes fases de la evolución que señalan
(marcan) el paso del cuerpo imperfecto terrestre al cuerpo perfecto. En el estado final, nuestra alma que existe
desde la creación del mundo es desgajada de su ganga, de su vestido de piel tan pesado. Ella es liberada, se viste
de lino blanco, ella puede contemplar la gloria de Dios. Los diferentes estados por los que debemos pasar para
alcanzar la perfección son idénticos a los que señalan las etapas de la Gran Obra realizada por los Adeptos.

En el desarrollo que sigue a continuación será fácil de ver “cuán aceptable es la comparación entre la
concepción, la vida, la pasión, la crucifixión, la muerte y la resurrección gloriosa de nuestro Señor y Salvador
Jesucristo, y la historia de la concepción, de la pasión, de la muerte y de la resurrección gloriosa del Oro de los
Filósofos”. (Van Helpen, La Escalera de los sabios.) También pondremos de manifiesto el sentido esotérico del
Padre haciendo resurgir las luces que él nos da sobre la Gran Obra, luces sacadas de las enseñanzas y de la
práctica operatoria de nuestro Gran Maestro THEOURGIA SUVARNASIDDHA.

El Padre contiene las fases principales de la realización del Magisterio y de los modos operatorios de los
que el Hijo de la Luz no debe apartarse si quiere ver sus laboriosos trabajos coronados de éxito. Las fases
principales son, por otra parte, reveladas en “orden disperso” siguiendo una regla que ha sido escrupulosamente
respetada por todos los Adeptos que se han sucedido desde Hermes.

Nos excusamos de utilizar, más allá, un lenguaje “hermético” que, a propósito, no será comprendido por
un profano, pero que podrá guiar el corazón para el que lee, relee, trabaja, reza y quiere encontrar. Sólo para éste
último intentaremos mostrarnos lo más claro posible, en los límites del velo impuesto por una tradición muchas
veces milenaria, velo que ahora importa levantar al máximo pues “el tiempo se acerca”.

I.- Pater noster, qui es in coelis, sanctificetur nomen tuum


(Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre)

Palabras de adoración y de acción de gracias dirigidas de todo nuestro corazón a Aquel que, sin recibir
nada, nos dispensa su amor, y que debe ser el objeto de todos nuestros pensamientos. Cuando el Adepto,
habiendo recibido el “Donum Dei” (Don de Dios) ha conseguido donar el día al Niño Real nacido de la
conjunción Sol – Luna en el abrazo del amor mineral, entonces él se prosterna y bendice el nombre del Padre, sin
la ayuda del cual sabe que no puede hacer nada. El nuevo Sol se eleva en el horizonte de una nueva Tierra en el
Cielo de los filósofos, lo ilumina con un rayo inexplicable que le da acceso al conocimiento de Dios y, al mismo
tiempo, el elegido ha aportado su participación a la Redención universal. “Alabado sea eternamente el Señor
nombre de Dios”, nos dice el buen FLAMEL en su libro de las figuras jeroglíficas, “que eleva al humilde de la

11
12
base polvorienta y hace gozar al corazón de aquellos que esperan en él... En él esté (sea) siempre nuestra
esperanza, en su temor nuestra felicidad, en su misericordia, la gloria en la reparación de nuestra naturaleza, y en
la oración nuestra seguridad inquebrantable. Y Tú, ¡oh Dios Todopoderoso!, ¡cómo tu benignidad se ha dignado a
abrir la tierra ante mí (tu indigno siervo) todos los tesoros de las riquezas del mundo, que complace a tu enorme
clemencia, mientras que yo no sería (digno) entre los vivos, de que me abras los tesoros de los cielos, y me dejes
contemplar tu divino rostro, cuya majestad es una delicia inenarrable, y cuyo arrebato (o éxtasis) no ha sido
alcanzado jamás por el corazón del hombre viviente. Yo te lo ruego por el Señor Jesucristo, tu hijo bien amado,
quien, en la unidad del Espíritu Santo está contigo por los siglos de los siglos!. Así sea.

¿Se puede encontrar otra plegaria más hermosa y más emocionante?

II.- Adveniat regnum tuum.


(Venga a nosotros tu reino)

La meta final de la evolución en los tres reinos es la perfección, a imagen de la que reina en el cielo. La
materialización de esta perfección es en el mundo mineral, la piedra filosofal. Se caracteriza por el color rojo, y
siguiendo a Basilio Valentino “su color tira del rojo encarnado al carmesí, o bien del color rubí al color granate;
en cuanto a su peso, pesa mucho más que su cantidad (que lo que aparenta por su cantidad)”. Estamos en el
estado final de COAGULA, de la rubificación, simbolizada por el ave Fénix que renace de sus cenizas y cuyo
nombre explica el color rojo. La rubificación ha llevado al Artista al elixir perfecto al rojo. La palabra elixir
significa: fermento, en su raíz árabe. En la transmutación de los metales imperfectos, se produce en efecto una
“fermentación” provocada por el polvo de proyección que actúa como la levadura en la masa y transforma el
metal vil en fusión en oro más perfecto que el oro de las minas. El elixir perfecto al rojo tiene muchas otras
virtudes que no tiene lugar desarrollar aquí; diremos solamente que constituye una medicina universal, la que
empleó PARACELSO y que le supuso tantas pruebas por parte de sus colegas ignorantes y celosos. Antes que la
piedra al rojo (la piedra solar), el Hijo de la Luz, en la primera fase de COAGULA ha obtenido la piedra fijada al
blanco (la piedra lunar), la Estrella de la Mañana, que permite la transmutación de un metal vil en plata. Estas dos
fases de COAGULA, en su resultado, que es la perfección, señalan la llegada del reino del Padre, el de la
Jerusalén celeste del Apocalipsis, la ciudad terrestre cuyo esplendor refleja el del reino de los Cielos, “cuando las
plazas de la nueva Jerusalén sean pavimentadas en oro, cuando las perlas y las piedras preciosas cierren sus
puertas y el árbol de la vida, situado en medio del Paraíso devuelva con sus hojas la salud a todo el género
humano”. (El verdadero Filaleteo o la Entrada abierta al palacio cerrado del Rey).

III.- Fiat volontas tua sicut in coelo et in terra.


(Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo)

Esta frase pediría largas explicaciones: intentaremos ser concisos. ¿Cómo se manifiesta en el Arte
hermético la voluntad del Padre? Debemos, en primer lugar, recordar que, según San Pablo (I, Corintios XV, 44):
“se siembra un cuerpo material y resucita con un cuerpo espiritual” y en el versículo 47, San Pablo nos dice: “El
primer hombre nacido de la tierra es terrestre mientras que el segundo viene del Cielo”. Este primer hombre, en el
terreno alquímico, es el mineral de los Sabios que comprende un cuerpo sulfuroso, un alma mercurial y un
espíritu salino, sumergidos en una ganga de terrestreidades, esta ganga simboliza la mancha del pecado original
en el hombre. Por ese motivo la piedra de los filósofos es también llamada Tierra Adánica (Adámica). En esta
tierra adánica, el azufre de los filósofos (el cuerpo) es manchado por las impurezas, el mercurio de los filósofos
(el alma) está prisionero en su ganga lo mismo que la sal de los filósofos (el espíritu o chispa de Dios en el
hombre), pero el espíritu no puede morir y la corrupción y la muerte serán vencidas por él. Supondremos
conocidos: el vaso, el fuego sublimante natural y el arte de separar los tres cuerpos. La primera fase es la de la
pre-preparación y de la preparación, sobre la que los filósofos son particularmente discretos. “Oh cuán admirable
es esta cosa, ella contiene efectivamente todo lo que nosotros buscamos, a lo que no añadimos ni suprimimos
nada; pero, en la simple preparación separamos las superfluidades” (ARISTÓTELES, Le Rosaire -El Rosario-)

La preparación, que tiene por objeto separar los tres constituyentes, es por el contrario descrita, de una
forma luminosa, en el Diccionario de Filosofía Alquímica de KAMALA-JNANA. Vamos a asistir al segundo
nacimiento y la fase de Fabricación propiamente dicha va a ser emprendida. Los tres constituyentes son reunidos
en el atanor en las proporciones que conoce el Sabio, y bajo la acción del quinto fuego comienza el combate feroz

12
13
de los dos dragones, del Sol y de la Luna, que se traduce en la disolución del fijo por el volátil (SOLVE)
con los reinados de Saturno y de Júpiter. Aparecen los mundos, primeramente bajo la forma de gránulos
amalgamados en proporción de natura y apareciendo en lo alto del atanor (el cielo de los filósofos), los cuales
bajo la acción del enfriamiento vuelven a caer en la masa del compuesto, negro y hediondo (la tierra), este
compuesto está constituido por las terrestreidades y el azufre negro no amalgamado. Los gránulos esféricos son
también ahogados en la masa negra del compuesto y aparecen en parte en la superficie de este último (las
montañas de los Filósofos). La aparición de los gránulos marca el nacimiento del Niño Real, la resurrección. La
voluntad del Padre ha sido dar poder a la bestia del Apocalipsis (Ch. XIII) que ha dominado durante el primer
grado de fuego: la tierra se vuelve agua por el fuego, el del espíritu ígneo de la sal. Los gránulos son recubiertos
de una ganga leprosa. Del mismo modo que el viejo hombre caído, pero arrepentido, debe liberarse de todos sus
lazos que lo atan a la tierra para señalar su segundo nacimiento, de la atmósfera sanguínea que le oprime, igual el
Hijo de la Luz debe “cortar la cabeza del cuervo”. Aparece entonces la fase vegetativa, caracterizada por el color
verde, descrita por FLAMEL en su sumario, “la hierba triunfante, real, que se denomina mineral”. SOLVE ha
terminado y COAGULA comienza (fijación del volátil por el fijo). Esta fase ha sido comentada brevemente en el
versículo precedente.
Este breve resumen de las dos fases: preparación y fabricación (SOLVE III y COAGULA II) ha tenido
por objeto definir la voluntad del Padre “así en la tierra como en el cielo”, la tierra y el cielo de los filósofos. La
preparación es la obra del Padre que ha puesto a nuestra disposición la materia prima: la sal de los filósofos y la
sal filosófica, los dos constituyentes sin los cuales todos los esfuerzos del operador estarán condenados al fracaso
y a los cuales él no debe añadir nada que no sea de su naturaleza. “Sabed que si tomáis otra cosa que no sea
nuestro bronce y si lo trabajáis con otra cosa que no sea nuestra agua, no tendréis éxito” (LA TOURBE). La
fabricación es la obra de N. S. que nos permite llevar a cabo la redención del reino mineral que él lleva a la
perfección, como él ha permitido la redención de los hombres, sacrificándose en la cruz en un aura de gloria,
anunciadora de la llegada del reino del Padre y del cumplimiento de Su voluntad “en la tierra como en el cielo”.

IV.- Panem quotidianun nostrum nobis da hodie.


(El pan nuestro de cada día dánosle hoy)

Esta frase nos aclara las operaciones que debe llevar a cabo el Hijo de la Luz durante la fase COAGULA.
Cuando la fase vegetativa de SOLVE ha terminado, el cuerpo leproso recibe su pan cotidiano. Los gránulos son
bañados en las siete aguas de purificación, compuestas por la segunda parte del agua mercurial que el Sabio ha
puesto preciosamente aparte al principio de la fabricación. Una nueva cocción es así emprendida – todo en el
Magisterio se reduce a la cocción. “El fuego y el agua que es el azoth (azoe, nitrógeno) lavan el latón y lo
limpian de su negrura”. (Arnaud de VILLENEUVE). Esta operación es delicada pues el artista debe conocer, no
solamente las cantidades de leche virginal que él debe emplear para la alimentación (cebación) del niño rey que
acaba de nacer, sino también la forma en que debe avivar su 5º fuego si no quiere correr el riesgo de ver “al niño
volverse hidrópico y la tierra sumergida por el diluvio” (RIPLÉE). Los 7 baños permiten hacer pasar la piedra del
estado vegetativo al estado lunar, al de la piedra al blanco. Esta última desprende un olor suave; con ella, y tras la
multiplicación, el Sabio podrá transmutar un metal vil en plata y confeccionar el elixir lunar. La coronación de
sus esfuerzos se aproxima; un nuevo pan cotidiano es administrado para transformar la piedra lunar en piedra
solar por la rubificación. Esta vez el alimento es rojizo y la leche virginal es reemplazada por un alimento cárnico
(el aceite de Saturno) pues el niño nacido ha cogido fuerzas. El Sabio deberá todavía un gran cuidado en la
determinación de las proporciones a utilizar y en el grado del fuego que deberá alcanzar. Pero la piedra al rojo así
obtenida no permite la transmutación, ella es el falso profeta del Apocalipsis que tiene la apariencia de la piedra
trasmutatoria pero que no permite ningún milagro. Como la primera piedra lunar, debe ser multiplicada, pues
“tantas veces como sea recocida y sea disuelta con el nuevo mercurio, adquiere el décuplo y a la décima vez tanta
fuerza transmutatoria como tenia antes de esta nueva decocción (Don. Pernety). En estas multiplicaciones, el
conjunto de las operaciones precedentes que marcan la fabricación es repetido considerando la primera piedra
exactamente como si se tratara del mineral primitivo; la piedra se purifica, se refina en cada multiplicación, su
peso no cambia. Solo la quintaesencia o 5º principio de los mixtos, componente de lo mas puro de los cuatro
elementos aumenta en cantidad, su cualidad permanece constante. El tiempo de fabricación se reduce con el
numero de multiplicaciones pero, en el transcurso de cada una de ellas, el pan cotidiano deberá ser dado cada fase
de COAGULA en las mismas condiciones mencionadas aquí arriba.

13
14
V. – Et dimitte nobis debita nostra sicut et nos dimittimus debitoribus nostris. (Perdona nuestras
deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores)

Hemos trascrito el Padrenuestro en latín a propósito, pues, al contrario que su traducción al francés,
veremos cuan rico es en enseñanzas el texto en latín. El Padrenuestro comienza con una invocación a nuestro
Padre que está “in coelis” – en los cielos – y después, Le pedimos: “Fiat voluntas tua sicut in coelo et in terra”
(Hágase tu voluntad así en el cielo como en la tierra). Por una parte es cuestión de los cielos, y por otra parte del
cielo. ¿Por qué este matiz? Es de suma importancia. El espíritu universal del Padre (el Mar de Cristal del
Apocalipsis) reina en la universalidad de su creación, ilimitada, inconcebible para nuestros cerebros humanos. Él
reina, en particular en las siete zonas que nuestra alma debe ascender con dificultad, poco a poco, según su
purificación progresiva que resulta de sus encarnaciones sucesivas y que la liberan poco a poco de la mancha del
pecado original, de nuestras deudas. El Padrenuestro emplea efectivamente la palabra “deudas” y nosotros vemos
ahora el significado. Estas siete zonas son los Cielos: aquella donde reina nuestro Padre en su majestad, y su
esplendor es el Cielo. Nuestra alma, después de la muerte, accede a la zona de los cielos que ha alcanzado en la
reencarnación que acaba de concluir, y aspira al Cielo donde la atrae irresistiblemente el “imán” para hablar en
lenguaje espagírico, hecho de la magnificencia del Creador. Pero nosotros tenemos nuestras deudas que pagar,
pedimos a nuestro Padre que nos las perdone y nosotros no podemos más que perdonarlas a nuestros deudores.
Cuando todas nuestras deudas sean perdonadas por nuestras reencarnaciones sucesivas que purguen nuestro
karma, el Divino Creador nos acogerá en su seno pues nuestra alma estará completamente liberada, purificada,
ella será blanca. Seremos Aleim, estaremos salvados pues estaremos “llenos de agua hasta el espíritu” (san Juan
III, 5 y 7).

Un paralelismo sorprendente puede ser establecido entre estas fases de involución y de evolución de los
humanos, con las fases operatorias de la Gran Obra que acaban de ser someramente descritas.

Remitimos al lector a la meditación sobre el Diccionario de Filosofía Alquímica de KAMALA-JNANA


donde se encuentran magistralmente expuestas y justificadas, por el paralelo con el Arte Hermético, la
reencarnación y la resurrección de la carne, con un trazo de luz sobre los misterios de la Santa Trinidad, de la
Asunción, de las apariciones y de las materializaciones, de la consustancialidad del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo que no podrían ser explicadas de otra manera por el Arte de la Alquimia, que es la química de AL, la
química del Todopoderoso.

VI.- Et ne nos inducas in tentationem


(Y no nos dejes caer en la tentación)

Las tentaciones son grandes para aquel que quiere tener éxito en las operaciones del Magisterio. Muchos
sopladores han querido tomar al pie de la letra los textos de los Adeptos; ellos han perdido el tiempo y el dinero y
han contribuido a lanzar el descrédito sobre el Arte más noble de practicar que haya sido dado a un ser humano.
Ciertamente no es un trabajo fácil el descifrar el pensamiento de los autores a través de los textos que, a menudo
e intencionadamente, parecen contradecirse, teniendo la misma palabra a menudo significados diferentes.
Filaleteo explica cómo él ha tanteado durante 50 años de su vida hasta el momento en que, liberándose de los
consejos de los quemadores de carbón, se dedicó al estudio exclusivo de los autores serios que han sido
verdaderos adeptos. Él comprendió entonces que el modelo del Arte de la Alquimia no es otro que la naturaleza
en sí misma y que todo se resume en esta frase: “Naturaleza se une a naturaleza, naturaleza contiene a naturaleza,
naturaleza se regocija en naturaleza”. Cuando, por iluminación del Padre o por las enseñanzas de un Maestro, él
haya conocido la naturaleza de la materia prima, del Agente primordial, de los 5 fuegos, de las proporciones, de
los grados del fuego, no deberá olvidar que la teoría no es nada sin la práctica. En este terreno, deberá resistir
otras tentaciones, la de no respetar los grados del fuego, por ejemplo. “Guardaos bien de la precipitación” dice
MORIEN. Toda precipitación viene del diablo y recordad que hace falta mucha paciencia, que no se debe
recolectar un fruto antes de su madurez y que el tiempo de esta madurez está determinado por la naturaleza”. Por
fin, su corazón debe ser puro y no podríamos definir mejor las tentaciones de las que el neófito debe ser liberado
que recomendando al lector la meditación sobre los 3 primeros capítulos del Apocalipsis de san Juan que
contienen las cartas a las 7 iglesias. No debe olvidar finalmente estas palabras de Jacob BOEHME: “Pero si él
mismo no se dirige por el sendero de la renunciación que Cristo ha seguido en esta tierra, si no abandona su
Empresa, entonces él no encontrará más que la muerte y la maldición de Dios, en esto yo le advierto fielmente,
pues la noble Perla es paradisíaca, Dios no la arroja a los cerdos sino que la dona a sus hijos como un signo de

14
15
Amor... Por esto ninguno puede alcanzarla si no es un Mago (Sabio) perfecto y si el Paraíso no se manifiesta
en él; sólo estos la alcanzarán, los que son elegidos por Dios”.

VII.- Sed libera nos a malo.


(Y líbranos del mal)

Esta última frase puede ser considerada como un corolario de la 5ª frase y de la precedente de la que ella
constituye una continuación lógica. En el estado final, nuestra alma será despojada de su vestidura de piel, será
liberada del mal, causa de todos sus pecados. Ella habrá alcanzado su blancura original, como el cuerpo leproso
del azufre filosófico habrá reencontrado su blancura después de la fase de SOLVE caracterizada por la
corrupción, la putrefacción y la muerte (fase de Saturno). La masa negra y hedionda del compuesto representa el
mal – el ángel caído vive en las tinieblas. Estamos bajo el reino de la Bestia. Pero la muerte anuncia la
resurrección del nuevo rey que recibe el bautismo del Amor y que lleva en sí, no solamente los elementos de la
pujanza creadora de Dios, por su virtud de transmutación, sino también su inmenso Amor, su Bondad, su
Misericordia por las maravillas que puede realizar la Piedra para el alivio de las miserias humanas.

Conclusión

La interpretación alquímica que acaba de ser hecha del Padrenuestro debe ser considerada como un
cuadro destinado a guiar las meditaciones del buscador. En siete frases, nuestro Señor nos ha dado una plegaria
que constituye una síntesis de lo que podemos pedir al Todopoderoso para purificar nuestra alma, desembarazarla
de pesadas cadenas que la aprisionan y devolverle su blancura original a fin de que se cumpla esta promesa
“Vosotros seréis todos unos Aleim” es decir seres que vibran según la armonía de Dios. Hemos visto también que
nos revela las grandes líneas de las operaciones del Magisterio haciéndonos conocer “el secreto de los secretos
que Dios ha revelado a los Santos Profetas de los cuales ha puesto sus almas en su Santo Paraíso” (MORIEN). En
este espíritu la Piedra Filosofal puede ser considerada como el “espejo del mundo”, pues ella nos aclara de una
forma deslumbrante los misterios de nuestra creación y de nuestro devenir que, a escala, son idénticos a los del
macrocosmos (cf. Tabla de Esmeralda).

El comienzo (alfa) siendo como el final (omega), -- la piedra de los filósofos ¿no es rutilante como la
piedra filosofal? – no podríamos terminar mejor que recordando estas palabras de Alberto Magno, en el prefacio
de su Tratado de Alquimia y que nos conducen a la primera frase del Padrenuestro:
“Toda sabiduría viene de Dios y ha estado con él por toda la eternidad. Aquel que desee la Sabiduría debe
buscarla en Dios y pedírsela porque él la distribuye abundantemente y sin reproches. Él es el principio y el fin, la
altura y la profundidad de toda ciencia y el tesoro de toda sabiduría, pues de él, en él y por él, son todas las cosas
y sin él no se puede tener éxito en nada. A Él, pues, sean honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén”.
____________

15

Potrebbero piacerti anche