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DISCUSIÓN METAFÍSICA SOBRE

EL PRJNClPIO DE INDIVIDUACIÓN

;, ·.
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSÓFICAS Cuaderno 40

GOTTFRIED WILHELM LEIBNIZ

DISCUSIÓN METAFÍSICA SOBRE


EL PRlNCIPIO DE INDIVIDUACIÓN

INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS:


MAURICIO BEUCHOT

INSTITUTO DI: INVESTIGA(IONf.S FllOSÓHC:AS

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO


INSTITUTO DE INVESTIGACIONES PILOSÓFICAS
PROGRAMA DE MAESTRÍA Y DOCTORADO EN FILOS<WÍA
Colección: CUADERNOS MÉXICO 2009
8824
L4518
2(KJ9 L�ibni�, (iottfried Wilhelm, Frci
herr von 1646 1716
D1scu�1ón metalisica sobre el prin
_ cipio d� indi:duación /
G ottfn cd W1lhclm Leibniz·" introd
. . • ucc1'ón, Irad uccr.on
. y nolllS d e
Mauncro. Bcu
. . chor
. ._ . 1 � - rc1m • .
pr. - Mex 1co : UNAM, Inst ituto
e L nve�ugacrones F •losoficas: Pro
d
grama de M acstría• y Doc·tor,1-
do en F1losolia, 2009.
38 p . - (Cok-c-cit\n cuadernos/ Inst
I N T R o D u e e I ÓN
. it uto de r nves•11gac ·
· 1ones F1lo-
sóficas; cuaderno 40)
Traducción de·· o·. ispu tat'IO me lhaphys,ca de principi
ISBN 978-607-02-11 2 5 6 -
o iodi vidui
l1
J. Individuación (Filosoña)· 1 ..
Ser. · Beuchot, Ma,unc 10, cd. fl. t. 111.

1 • Leibniz y la historia del principio de individuación


Título ori ginal:
Sin duda con un gran poder creativo, antes de entrar en
.
D1Jputatio metaphysica de
principio individui
conLacto con el pensamiento cartesiano, Leibniz se suma a to­
da la tradición escolástica -y esto le dejará su impronta- que
discutía el problema central del principia de individuación.
Primera edi ción en español: ¡98
D.R. © 1986 Univers idad Nac 6
Segunda ediet'ón en español:
ional Autónoma de M,exrco No se contenta con adoptar tal o cual solución escolástica,
sino que ya desde entonces da muestras de su genio innova­
15 de diciembre de 2009
D.R. © 2009 Universidad Nac
dor.1
ional Autónoma de Méxi co
ohibi d la eproducc
. ��a auto �_ �_ _ ón tota l o par ciai' por cualquier medio
i Leibniz recibió la filosofía medieval a través de los-escolás­
ticos de los siglos XVI y XVII, especialmente Suárez, que ha­
sin nzacron escnta del titular de los derechos pat .
rimonra 1 cs.
hía influido mucho en Alcmania. 2 Los escolásticos post-re­
nacentistas solían dividirse en tres escuelas; la· tomista, la
fNSTITUTO DE JNVESTIGA
_ ClONES FILOSÓFICAS
Ciudad llnt_
vcrsitaria, Delegación Coyoac
C.P . 04510, México, Distrit
án escotista y la nominalista (terminista o nominal). Uno de los
c.;riterios de tal división era la respuesta que cada una de esas
o Federal
Tcls.: 5622 7437 Y 5622 750
4; fax: 5665 4991
c rr�o electrónico: libros@filos
; oficas.unam.mx csc.;uelas daba al problema de los universales; pero también
correspondía· a diferencias en cuanto al correlativo problema
ágma web: http://www.filosofi
cas.unam.mx
PROGRAM� DE MA ST
� �f� y DOCTORADO EN FILOSOFÍA lle los entes individuales, <.·sto es, al principio de individua­
Ciu dad Uruvcrs,tana, Delega
ción Coyoacán ción. Los tomistas profosaban <:orno principio de individuación
C.P. 045JO, Méxi co, Distrito
Federal 111 materia signada (dclcrminada) por la cantidad, los escotis-
Tel.: 5622 1820

1 Cfr. G. Grua, "La position de Leibniz par rapport aux ontologi.es


Todos los derechos reservados
IClOlutiques et ses conséquences dans sa doctrine", en Doctor Com­
Impreso Y hecho en México munls. 1 (1951), pp. 102-105.
ISBN 978-607--02-11 2 5 6 1
- Cfr. P. Mesnard, "Commcnt Leibniz se trouvc placé dans le sillage
de Su6rez" en Archives de Philosophie. 1 R (1949), pp. 7-32.
IÓN 7
RE EL PRINClPIO DE INDIVIDUAC
DISCUSIÓN METAFÍSICA SOB
6 GOOOFREDO GUILLERMO LFIBNIZ
o escolar­
a los prin cipales autores
. .. veniente, P':1es, examinar
tas sostenían como d"le·t10
. prmc1p10 la "haccceiclad.., v. lo 5 cas .
. . · · . de . ..
nommahstas .pon ían como prmc1pto · '
md1v1duaciú11 scncilh-
mente 1a entidad total de .Ja cosa.
• • por otra parte, Su,írez pro- 3. Escuela tomista
.
. elc. ¡:.s·• ta la materia y la forma com
ponía -tratan d� , de smtet1zar las posturas de Tom;Ís ,. Tomás de Aquino i�terpre
o
. otro. La ma t ria
sitan el uno al
coto- una solucwn muy cercana . .a la. de los. nommalistas.J co-principios, esto es, se nece
e
s
; por ser purainente potencial, mientra
es la más dependiente n ma yo r
ualiza, y, por tanto
, tie
que la forma es la que la act
e
for ­
rfección e in dependencia. La
2· Princivios· aristotélicos
carga ontológica, mayor pe
, . y la mate ria. como potencia. Y,
La clave para la comprensión de es ta _pro bl_ematic� y sus ma se comporta como acto, itar o
al acto, la materia ha de lim
respectivas posturas se halla en 1-a doctnna hilemorf1sta de ya que la potencia limit� uac ión,
. r eso, principio de individ
Aristóteles A gra des rasgo s, el ,h1le morfism o aristoté. lico restringir a la forma; será, po indi­
co nsiste e� conce b�ir al ente corporeo como co p uesto d , de especificación (coloca al
mientras que la forma lo es por
. pnma. teria in dividualiza, pero no
m�te�1� y forma sustancial. El cuerp o cons: de a�b ose viduo en una especie). La ma tid ad, la cua l
el co ncurso de la ca
prmc1p1os o causas, material y formal co n todas I·as prop1eda - sí sola, sino que s e le añade
n
a. Se tra ta,
. o sición con la form
inter�iene después de la co mp
5

des que le vienen de ellos· La mat ena' es el sustratc , º. recep- da por la can -
, inada o dim nsiona
taculo potencial de la forma ' y Ia forma es la perfección ac­ pues, dé una materia determ
e
.
tualizadora ue hace a1 �ompuesto ser una sustancia y que le tidad.6 cor
. a la relación de la materia
inhieran sus �iversos accidentes. De este modo , cada mat ena ·. Est? se explica atendiendo bas , p e ro
. ea se compo ne de am
funge como potenc1a · que recibe y limita el acto de la forma . . la forma. La sustancia corpór acc i­
La. forma es el acto que da ont1c'd
. tud de la forma: incluso d
1 ad plena a la cosa der1 1.- recibe los accidentes por vir Esta
á en la línea de la materia.
tada p�r la materia, y le da lo específico de la clase de cosas � dente de la cantidad, que �st ind ivid uo, es la
.dad numérica del
-por e1emplo, la humanidad- a la que el ind·1v1'duo perten
., e. cantidad, que aporta la uní otr a p a r­
' inada, aunque -por
ce. Y ' as1 como l a forma es principio de esp ec1. f1cac1on, la extensión dimensional determ l a m ­
. ón en cuanto a l a figura y
materia es principio de individuación• te- con cierta in determinaci
e
o
. iar en el in dividuo, aun cuand
o � ª teo �ía gen eral. �� Aristóteles sobre. la materia y la dida, ya que éstas pueden var n que
�: (�ttemorftsmo) rec1b10 -sobre t0d 0 e? cuanto al prm- . l mismo. La determinació
fo . éste permanezca siendo e
7

. . ma t ria es la
es que afectan a la
cipio de individuación 1:S e as mterp . retac1�nes y notables conviene a tales dimension
e
pr ciso
individuo en el mo mento
modificaciones según ::; :;
u as que la estud1aron .. Será con- que j ustamente pertenece al
e

en que se lo considera .
.
­
ma es principio de especifica
. .
..
.
, Cfr. J. . Assenmacher Die Ge h ·h e des nd1viduationsprinzips in Como ya se ha dic ho , la for
ua,
rre directamente a la individ
ción· y, como tal, no concu
der cholastik, uipzig: Meiner t;2� R
S J i.
nin� g, The Principlel
of fndividuation. A Comparat i�e Study · of Sa;
r
omas, Scotul and
.
Suarez, Washi ngton·. The Cath or,e Un1vers1ty . of America Pre ss,. 1950.
•cfr. Aristóte le·s Phrys1ca, 1 7 .190b20·, A . M ans·1o n , lntroduction ci
.
La phrysique aristoU. /icienne i,¿u . ; Nauwelaerts! 1945; D. Oubarle , dist.8, q.S, a.2.
5
Sto.Tomás, In I Sententiarum .
"L'idée hylemorphiste d' A;istot/:;""
. la �omp�éhens1on de runive rs", e� Idem.De ente et essentia, c.2.
e. q.4, a. 2.
6
. philosoph
Revue des sciences . .
iques et t h eo/og,ques, 36 (1952), pp.3-29, Cfr.ldem.In Boethii De Trinitat
205-230.
7
8 GODOFREDO GUILLERMO LEIBNIZ DISCUSIÓN METAFÍSICA SOBRE El PRINCIPIO DE INDIVIDU ACIÓN 9

ción del cuerpo : lo hace s ecundariamente, al permitir la inhe­ pio <k in�ividuacié,n como materia signata qµantitate. 1 2
rencia ele la cantidad en la s u s tancia corpórea. Pero tampoco
la materia individualiza s ola, sino con el concurso de la can­
1 . Rscuela escotista
tidad, la cual adviene -en cuanto accidente- al compuesto
por virtud de la forma,, y no antes de ella.• hilc":'or­
Duns Escot o ercctúa su propia intcrprcta<.:iún del
Por eso la cantidad concurre a individualizar junto con la a tencta Y
fisnio aristot(·lico. Para él la materia no es p�r_ p �
<
materia en el compuesto, donde ya se da la forma, la cual per­ l era del
n:ccptividad, sino que tiene una entidad. p�s1t1va �
mite la inherencia de l os accidentes en la sustancia. Por otra nt1dad po·
intdc cto y de su causa. 13 Ya que la matc�rn ucnc �
parte, ya que es un accidente, la cantidad s ola mucho meno s ia indep endie ntemente
sitiva v actual, tiene su onticidad prop
podría individualizar al compuesto o sustancia corpórea.9 En recur so a la for­
de la í·orma. • Así, puede ser entendida sin
4
consecuencia, es ta función individualizadora la ejerce la ma te­ antes de ella al �enos por
ma, y aun puede existir sin ella y
ria, primordialmente, y la cantidad es un aditamento que acu­ ena como la
virtud de la intervención divina. 5 Tanto la �at
1

de a "reforzarla" intríns ecamente. En efecto, siendo la canti­ no depe ndien la una de


forma tienen su entidad propia, te
dad algo accid ental, sólo puede intervenir indirectamente; y
la otra. 16
la ma teria, a fuer de esencial, interviene directamente.'º Pero . Y, co�o
Asimismo, la entidad se identifica con la umdad _
el papel de la cantidad es importante, ya que confiere al cuer­ co os1 1on
estos elementos (ma teria y forma} que entran en �� �
po la extensión delimitada, la cual afecta a la ma teria, pues la 1en c1�rta
tienen ya cierta entidad, por lo mism� t�en�� tamb
cant idad produce el que la cosa s ea extensa, que tenga exten­ ancia md1v 1dual con1un-
un1·d·ad• Pues bien , como en la sus
se
sión; 1 1 y esto lo hace gracias a la ma teria, porque la sustancia
t
·
m d' · du a1),
1v1
ta algo univer sal y algo particular (la especie y lo
material es la que propiamente es su sceptible de extensión. ompuestos
en cada compuesto corpóreo hay de suyo do s . c _
En conclu sión, la ma teria en relación con la cantidad, es to materias
(uno universal y otro particular), con sus respecuvas o
es, la materia determinada por la cantidad, cfectúa la indivi­ e s en el compuest.
f rmas · lo cual no s daría s eis entidad
duación de la sus tancia corpórea. En otras palabras, la sustan­ , con � ii) una matena
!us�anciai: (i) un compues to universal
cia corpórea s e individualiza por tener una determinada can­ ás, (1v} �n compue�­
universal y (iii} una forma universal; adem
tidad de materia, o, dicho de otra manera, por tener una rticular y (vi) una r�rma
to individual, con (v) una materia pa _
materia determinada por la canti,dad que compete a dicha retac1on de
· 1ar. 11 Escoto da también su propia interp
part1cu
s us tancia. Tal e s .el significado dé la formulación del princi- a en el ·md'1v1"duo,
la forma sustancial. No hay una sola form
, en el hombre s e
sino una pluralidad de forma s; por ejemplo
En este punto se han querido ver diferencias en Cayetano y el Fe­
11

rrariense , cfr. U. Degl'lnnocenti, "11 pensiero di S. Tommaso sul princi­


pio d'individuazione", en Divus Thomas (Piaccnza}, 4S (1942), pp. 1 2cfr.A. G. Fuente, "Interpretaciones tomistas de la fórmula 'ma­
3S-8 1 ; A. Gazzana, "La 'ma teria signata' di S. Tommaso secondo la te ria signata quanti tate' ", en Estudios Filosóficos, 10 (1961), pp.461-
diversa interpretazione del Gae tano e del Ferrarese", en Gregorianum,
., J. Duns Escoto, Opus oxoniense, 1 . 11, d.12, q.1, n. l 3
�Q
24 (1943), pp. 78-8S; U.Degl'lnnocenti, "Del Gaetano e del principio
d'individuazione ", en Dívus Thomas (Piaccnza), 5 1 (1949),pp. 202-208. 14
Cfr. lbid.• l . 11, d. 12, q . 2, n. 3.
9
Cfr. Sto. Tomás, Quod/ibetum /, q.10, a. 21; Compendium Theolo­ 1 5 Cfr. !bid.• 1. 11', d.12, q. 2, n. 4.
,
giae, c.l. 1
'Cfr. T. Barth, ..Dcr Hylemorphisrnus des Johanne s Duns Scotus .
1
ºCfr. ldem, Summa Contra Gentiles, l . 1, c. 2 1 . en Wissenschaft und Weisheit, 26 (19S9}, pp. 2 1 5 ss.
1 Cfr. Idem, Summa Theologiae, 111, q 77, a. 2. ncrr. J. Duns Escoto, Reportata parisiemia, l. II, d. 12, q. 8, n. 8.
.
1
GOOOFREDO GUILLERMO LEIBNIZ DISCUSIÓN METAFÍSICA SOBRE EL PRINCIPIO DE INDIVIDUACIÓN 1 1
10

darían la forma vegetativa, la sensitiva y la int�lectual, aun­


como diferencia 6lima.2 Lo cual no puede ser -como se ha
t 2

que no tengan exactamente existencia actual cabe el com­ visto- ni la materia, ni la forma, ni el compuesto �e �mbas,
puesto, sino existencia "formal". 1 8 nt e
pues ninguno de ellos implica singularidad. Es.algo d 1st1. � �
Esto hace, sin embargo, que el compuesto sustancial conste ellos (con distinción forma/is. ex natura re,); ! ta p rmc1
�10
de dos sustancias incompletas que son la materia y la forma.
de individuación . es la última realidad del ente (ultima realita
s
Y, como cada una tiene su entidad, ninguna de las dos con­
entis);23 la cual, a pesar de qu.e no es la forma, está en el or­
fiere la unidad al compuesto. Sobre todo, no lo hace la mate­ a ella,
den de la forma. Aunque no es la forma, perten�ce
ria; y tiene que hacerlo, entonces, algo que -sin ser propia­ · de la
porque es una determinación positiva -una forma litas=
mente la forma misma- esté en el orden de la forma. Decidi­
uididad o esencia de la cosa; y esto s6Io puede darse e� el
damente, Escoto rechaza la individuación · por parte de la ma­
�rden formal: es . la formalidad ú_ltima o ulti,:na :; tualita
s
teria y la cantidad. Para explicar la individuación, la expresa la En una
como un proceso de restricción o contracción sucesiva. El pun­ formae 2 que es como Escoto defme
4 haecce,tas.
to de partida es el universal o la naturaleza común, Así como, fórmul; difícil, Gilson la resume diciendo: "Se trata, ento�­
ces de una individuación de la quidid
ad, pero no por la qm­
en el plano lógico, el universal es contraído por diferencias has.
ta llegar a la especie especialísima y en ella se da la unidad nu­ did�d. Tal vez podría decirse, sin traicionar a Duns Escoto ,
mérica que constituye al individuo, así también, en el plano que es una individuación de la forma, pero no por la for-
ontológico, la naturaleza cc>mún o universal se contrae por ma" .26
formalidades progresivamente más particulares hasta llegar
al individuo. 19 Tales formalidad t;s son elementos entitativos 5. Escuela nominalista
que se distinguen entre sí con una distinción formal, interme­
dia entre la distinción real y la distinción de razón. 20 Sin Ockham comienza su enseñanza física recogiendo las dos
·
tesis de Escoto: (i) la materia tiene cierta entidad o ac�? p ­
ro
embargo, no tienen unidad numérica, pues son determinacio�
nes formales o específicas, y la unidad específica no alcanza pio, aunque es potencia con respecto de la formaJ Y (11) hay
da
una pluralidad. de formas en el compuesto sust�c1al. Pero
a la unidad numérica. Por tanto, debe da_rse una formalidad a la materi a como a la
una interpretación distinta tanto
o determinación formal última, que cierre la unidad del indi­
forma.
viduo, y que sea el principio de . individuación. A esta forma­ . (la célebre
Para evitar distinciones y entidades innecesarias
lidad última y sobreañadida Escoto _ la llama "haecceidad"
("haecceitas") el ser de suyo esto. 2 1 »cfr. Idem, Opus oxoniense, l . 11, d. 3, q. 6, n. ll-13..
Y es que la sustancia es individualizada por algo positivo 2
3 Cfr. /bíd., 1. 11, d. 3, q. 6, n . 15.
que determine de manera última a la naturaleza común o 24 Cfr. Idem Reportata parisiensia, 1. II, d. I 2, q. 6, n. 13.
25 Cfr . T B�rth "lndividualitat Ünd Allgemeinheit, bei J. Duns Sko­
universal, haci ndola, por así decir, naturaleza individual. En
consecuencia, debe ser individualizada por algo que funja tus. Ein o�tologi�e Untersuchung", en Wissenschaft und Weisheit,
22 (1955), pp. 129-216; 23 (1956), pp. t l7·I_36; 24 (l ?,57?, pp 106-
.
l 19, 198-220; S. Belmond, "L'heccéisme scottse. Ce quil n est pas, ce
Cfr. Idem,Jn VII Metaphys;corum, q. 20, n. 2-5. qu'il est", en Etudes Franciscaines, 47 (1935), pp. 1 59-170; M. � ­
11

Cfr. Idem, Opus oxoniense, l . 11, d. 9, q. 2, n. l O. Sciacca, "La 'Haecceitas' di Duns Scotus", Studí sulla {ilosofta medie-
19
20
Cfr. M. Grajewski, 'Jñe Formal Distinctions o/ Duns Scotus, Was- vale e moderna, Napoli: Perella, l 935. .
hington: Toe Cáthofü: University of America Press, 1944: . . l6 E. Gibon, Úan Duns Seor. Introduction d ses positions fondamen-
21 Cfr. J: Duns Escoto, Reportata parisiensia, l. 11, d. 12, q. 5, n. 8. · ·
tales, Paris: Vrin, 1952, pp. 464-465.
12 GODOFREDO GUILLERMO LEIBNIZ DISCUSIÓN METAFÍSICA SOBRE EL PRINCIPIO DE INDIVIDUACIÓN 13

"navaja de Ockham"), identifica la materia con la privación cipio de individuación ya de antemano. La susta� cia corpórea
(de fonna);17 identifica además la materia y la potencia;21 se individualiza por sí misma, por toda �u en�1dad; pues su
y también identifica materia, cantidad y extensión, es decir, esencia no se distingue realmente de su ex� stenc1a, y, P�r el�o,
no hay distinción real - única distinción que admite- entre la cada sustancia se individualiza por su . m1sm� ese�c1a .
mtrm­
cantidad y la sustancia material, puesto que la sustancia mis­ secam.ente, no por algo extrínseco que se le anada. ,
ma está constituida por su unidad numérica; en consecuencia,
la sustancia se individualiza por sí misma, ya que sustancia y Toda distinción, según Ockham, es separabili�ad real �ntre
cantidad son lo mismo.29 Así, la cantidad no le sobreviene a cosa y cosa. y lo que distingue identifica, es decir, da umdad.
la materia como un accidente añadido por virtud de· la forma Ahora bien, los entes corpóreos se distinguen �e�lm�nte unos
sustancial, sino que "la cantidad continua permanente es el de otros numéricamente. Luego tienen una �1stmc16� y u�:
objeto mismo, que tiene sus partes dispuestas en el espacio; unidad ...:...individuación- que brota de s� m1sn_ia ��t1da�.,
además, la cantidad discontinua (discreta) o número es lo Tal distinción separación, unidad numénca o md1v1d�ac10n
mismo que aquello que es numerado, y no una entidad que la realizan de' manera intnnseca,
· ' ,s ya que algo extrmseco
.
de la misma .
entidad en
sobrevenga a los elementos".,º -según se ha dicho- sería diferente
cuestión. Por ello, desde los principios intrínsecos _ de la cosa,
A esta peculiar teoría de la materia le corresponde una co­ . . . . , ·
ésta se md1V1d uahza por s1 misma, esto es por su entidad to-
rrelativa teoría de la forma. Para Ockham, "puesto que la .' . . .
materia es comprendida sólo como una 'sustancia plástica' , la tal.,. En consecuencia, el principio de md1v1d� ac1ón, rara
forma no será otra cosa que la figu�"., 1 Y, en esta perspec­ Ockham, es la misma entidad total de la sustancia corporea.
tiva en la que materia y forma tienen entidad propia y son
independientes, el compuesto de ambas aparece como una 6. La síntesis suareciana Y la solución de Leibniz
yuxtaposición de las mismas. Sin embargo, Ockham insiste en
que para la unidad de la sustancia corpórea -que es el com­ Suárez también concede a la materia entidad pr?pia: tiene
un acto entitativo, aunque imperfecto, porque_ esta en p�ten­
puesto de materia y forma- basta la simple yuxtaposición de
sus dos elementos, sin ningún otro aditamento. Ambos· ele­ cia para diversas formas.,, Pero, al tener enttda� pro 1a, !ª

mentos (materia y forma) constituyen un todo, y no hay di­ materia no puede limitar al individuo. La matena y a cm s
ferencia entre el todo natural y el todo artificial: la yuxtapo­ la forma, que constituyen la esencia, tendrán qu� hacerlo Y,
:
sición o composición de forrna y materia constituyen la así, el ente individual está limitado por su ese�cta (maten� Y
· _
entidad total de la cosa.JJ forma), junto con su existe�cia, ya que la ese�c1a no se d1stm­
. .
Por eso a Ockham le parece resucito el problema del prin- gue realmente de la existencia. Quen_e�do concthar a Tomás Y a
.
Escoto, Suárez obtiene una conclus1on que más bien lo acerca
G.· de Ockham, Sf!'lmulae in libros Phylicorum; pars. I,
28 Cfr ldem, In I Physi c. 1 1 .
27

corum, tr. 4, c . I . ·
29 Cfr. Idem, In IV Sententüzrum,
,,Cfr. P. Vignaux, Nominalisme au xive si�c/e, Montréal-Paris: lns·
q. 4. titut d'études médiévales, 1948, pp. 8_5 ss.
1dem;Summa Logicae, pars I, c. 44.
Cfr. G. de Ockham, In I Sentent111rum, d. 2, q. 5.
30

. 31 P. Doncoeur, "La théorie de


34

la mati�re et de la forme chez Guil­ · sscrr. !bid., d. 2, q. 6.


laume d'Ockham", en Revue des science, philosophiques
et thtologi- Cfr. Ibidem. .
ques, 10 (1921), pp. 42-43. · .
36

· I¡
''Cfr. F. Suárez, Disputationes Metaphy11cae, d1sp. l3 , sect. 4, n· 9·,
32 Cfr. G. de Ockha
m, Summulae in libros Physicorum, pars I, c. IS. /bid , disp. 13, sect. S, n. l l.
.
)4 GODOFREDO GUILLERMO LEIBNIZ. DISCUSIÓN METAFÍSICA SOBRE EL PRINCIPIO DE INDIVIDUACIÓN 1 5

a _losn�minalistas: de lo que ha aseverado se sigue que la indi­


, es efectuada por la entidad total de la cosa misma 7. Advertencia a la traducción
v1duac1on
individual.,. La traducción se hace siguiendo e l texto de G. W. Leibniz,
La razón de esto es que el individuo añ�de algo real a la ''Disputatio metaphysica de principio individui", en C. J.
naturaleza común; pero es un producto total de la creación Gerhardt (ed.), Die philosophischen Schriften von Gottfried
de Dios, Y, por lo tanto, la sustancia singular se individualiza
Wilhelm Leibniz, vol . I V, Hildesheim-New York: Georg Olms
por su �ropi� entidad total, es individual por sí misma, por
Verlag, 1 9 78, pp. 16-26. Hemos cotejado nuestra traducción
su propia entidad y por sus principios intrínsecos '· no necesita
castellana con la traducción francesa de J. Quillct, "Oispu­
de ningún otro elemento individuante. 39 Ya que la sustancia
. tation métaphysiquc sur le príncipe d 'individuation de G. W.
s1n�lar e� u� �omp�esto de una materia y una forma, el prin­
_ Leibniz ( 1663) ", en Les études philosophiques, 19 7 9, pp.
c1p10 de md1v1duac16n consistirá en esa materia y esa forma
7 9 -105. Asimismo, con la traducción inglesa de P. V. Sp ade,
u�i�as e� c?�posición,40 lo cual equivale a decir que el prin­
c1p10 de md1v1duación es la entidad total de la cosa. Metar,hysical Disoutation on the Principie of an Individual,
Es muy d� tomar en cuenta la solución que aporta Suárez Translation Clearing House, Oepartment of Philosop hy,
� probl�ma, ya_ qu� será prácticamente la misma que -con Oklahoma $tate University, Stillwater, Oklahoma 7400_78,
mfluenc1as nommahstas- adoptará Leibniz en la Disputatio, U.S.A. Agradecemos ª. Spade el envío de su traducción y
#4; en lo cual se ve una continuidad a pesar de las innovacio­ agradecemos también la valiosa ayuda de Alejandro Herrera,
así como la de Ezequiel de Olaso.
nes leibnizianas.41 Sin empañar la originalidad de Leibniz se
le puede considerar como tributario · de la tradición escol¿ti­
ca, especialmente respecto de los nominalistas y de Suárez 42
como puede apreciarse en la lectura de la Disputatio y de�us
obras posteriores.

38 Cfr. J. Roig Gironella, "La síntesis metafísica de Suárez" en ldem


lnvestigac�nes metafísicas, Barcelona: Ed. Atlántida, 1948, 'pp. 125:
216, especialmente pp. 183 y 186; B. H. Brink, Francisci Suareziidoc­
t�rui de causa ma�eriali et de materia prima, Roma: Universitas Gr�go.
nana, } 944; G S1e�und, «Die Lehre vom lndividuationsprinzip bei
, _.
S�z , en Phtlosophuche Jahrbuch, 1928, pp. 50-70, 179-198.
Cfr. F. Sutrez, Disputationes Metaphysicae, disp. �. sect. 6, n. 1 .
40
Cfr. /bid., disp. 5 , sect. 6, n. 1 5.
41
.L. Jugnet, "Essai sur les rapports entre la philosophie suarézienne
de la mati�re et la pen�e de Leibniz", en Revue d'histoire de la philo­
WP:fe et d 'hi!toire générale de la civilisation, 3 (1935), pp. 126-13.6.
Cfr. la excelente Introducción de J . Quillet a su traducción france­ E. Gracia, "Suárez y la individuación", en Cuadernos Salmantinos de
sa �e la Disputatio de Leibniz, en Les études phi/osophiques, 1979, es­ Filosofía, 1 0 ( 1 983), pp. 1 57·182; l. A.ngelelli, "Leibniz's Early Thesis
pecialmente pp. 80.84. Cfr. además A. Herrera Ibáflez, "La ontología on the Principie of Individuation", ponencia presentada en el Congreso SO·
del joven Leibniz", en Diánoia, 27 {1981), pp. 87-91 . Ver también J. J bre Leibniz celebrado en Hannover, noviembre de 1983.
16 GOOOFREOO GUILLERMO LEI
BNIZ DISCUSIÓN METAFÍSICA SOBRE EL PRINCIPIO DE INDIVIDUACIÓN 1 7

den a la realidad. Y, tomado de este último modo, a su vez, o


existe en cuanto está en la cosa, o en cuanto está en el con­
cepto; o como otros lo expresan: ( es individuoJ formalmente
o fundamentalmente. Además, tomado formalmente, o se ha­
bla de todo individuo, o solamente del individuo creado; o se
habla de la substancia en cuanto tal, o solamente de la subs­
tancia material. Asimismo, la palabra "principio" significa ya
el principio del conocer, ya el principio del ser. Y el principio
TEXTO del ser se divide en interno y externo. Por lo .cual, resumiendo
todo esto, trataremos de un principio real y, . como dicen, del
principio físico, el cual es el. fundamento -en la mente- de la
Discusión metafísica sobre el prin razón formal de individuo o de individuación, o de la diferen­
cipio del individu que,
con 1 ayuda de D'10s y con la anuencia
.ª cia numérica, y esto principalmente en los individuos substan­
de la ínclita Facultad
' o,
de F�losofía de la ilustre Academia ciales creados.
de Leipzig, bajo la presi­
dencia �el varo, n excelentísimo y
clarísimo Dn. M. Jacobo 3. Pero, así como por el frotamiento de la piedra brotan
Thomasms, elocuente colegiado del
Colegio Principal de los las centellas, así también por la fricción de las opiniones relu­
Padres Meno es, prece to y bien
� � � hechor máximo, propone ce la verdad; por eso, en primer lugar, las pr:eseritaremos orde­
para ser ventilada en pubhco Godofr
edo Guillermo Leibniz nadamente. Ahora bien, hay dos géneros de opiniones: unos
bachiller en tes Y en filosofía, �uto
� r y respondiente. El·3Ó presentan hipótesis aplicables a todos los individuos, como lo
de mayo del ano de 1 663. Leipzi
g. hace Escoto; otros proceden al contrario, como lo hace To.
más, quien puso en los cuerpos la materia signada como tal
CON DIOS
principio, y en los ángeles su propia entidad.. Nosotros, pues­
to que aquí abstraemos de la substancia material y de la in­
l . Cuanto más extenso es el desarrol
lo de nuestro argu­ material, y habiendo de considerar las opiniones especiales en
me��o, Y puest que las palabras deb
� en ser pocas, tanto más otra ocasión, por ahora sólo trataremos las opiniones genera­
hub1eramos d�b1do abstenemos de
prefacio, si no fuera por­ les. Las cuales se pueden tomar en número de cuatro. Pues, o
que lo ac�nseJa la invocación debida
al Numen Divino. Por se pone como principio de individuación (i) toda la entidad,
tanto, a D1os, Acto Pri ero y Fuente
� de los {actos 0·entes) 1 o no toda ella. Y "no toda ella" expresa o (ii) una negación, o
segund�s, oramos y suplicamos que
, ya que es la causa de la algo positivo. Y, si expresa algo positivo, o es una parte física
cosa misma, quiera ser también el susc
itador d e ella en nues­ que determina la esencia: (iii) la existencia, o es una parte
tro conocimiento, para que no deb
amos nada de bondad a metafísica que determina la especie: (iv) la haecceidad.
nadie sino a Él.
4. La primera opinión, ya que es defendida por varones
. , 2. Pero, ante todo, propongamos el estado de la cues­ doctísimos y excluye todas las dificultades, será aceptada
tlon. En efecto, trataremos del
. principio del' individuo y también por nosotros, y su confirmación se proporcionará co­
aquí "pnnc ipio " e :·indi id o " se toman en vari
, � � . as acep�io- . mo un argumento general contra las restantes opiniones.2 Así,
nes. . As� ., lo que atane al md1v1du o es, al igual que el univer­
.
sal, o logico, en orden a la predica pues, afirmo: Todo individuo es individualizado por su enti­
ción , o metafísico, en or- dad total. Esto lo sostiene Pedro Aureolo [ o d'Auriole], según
18
DISCUSIÓN METAFÍSICA SOBRE EL PRINCIPJO_DE INDIVIDUACIÓN l 9
GODOFREDO GUILLERMO LEIBNIZ

Juan Capreolo; quien lo refutó


dilig�ntemente cuando aún no
estaba editado, en [su coment
ario lnJ IISent [en tiarumJ, dis Como. (endium) Met (aphysic,¡e), c; 35. · . · · . ·.
3, q. 2, Además, Herveo [Natal t. . . .
o de NédellecJ en el Quodlib 5. Los argumentos en favor de esta opmi6n son aproxuna-
[etJ 3, q. 9. Y [Pablo) Soncin damente los siguientes., (i) Por aquello que una cosa es, p�r
as dice en [sus Quaestiones
Aristotelis] Met (aphysicam J, lib. eso mismo es una en número. Pero. toda c�sa es ºr su entt-
VU, q. 31, que esta opinión !'
ad
es de los terministas o nomina dad. Luego, . . [también es una por su entidad]. · Se prueba
les [i.e. · nominalistas] . Pues cie
tamente la sc;,stienen Gregor r­ la (premisaJ mayor; porque el uno no añade nada real al en-
io Ariminense [o de Rímini
[su comentario In] [ Sen t [en tiar ] en te. Han usado este argumento todos los defensores de· esta
umJ, dist. 1 7, q. 4; y Gabriel
Biel en {su comentario lnJ II · '6n. . Uuan de) Bassoles' el escotista'¡ replica· negando la
op1m
o entidad de la cosa dif'1ere·
Sent [entiarumJ, dist. 3, q; I
A ellos se refieré el nomina
lista más reciente [ Fulgen
. mayor., y . dice qu e la naturaleza
·
Schautheet, en [su Philosoph cio J [de la unidad] formalmente, no realmente. Y ?elimita · [la
mayor] así: Por aquello que una cosa es, por eso mismo es real­
ia seu. controvers
iae philosophi­
cae ínter scho/asticorum prínci
mente una en número. y de esta manera [la mayor) se c�n-
pes D. Thomam, Scotum et
Gregorium Ariminensem J, lib. II,
con tr. 5, árt. l . También
lo sostiene Durando [de cede, Pero. si se dice que por lo mismo es formalmente [una
Saint Pour�ainJ eri [ su coment . . . y
II [SententiarumJ, dist. 3, q. 2, ario In] en número), de esta manera [la mayorJ se mega. , como
según se le cita así muchas ve­
ces, aunque, como hace not prueba, puede decir que el uno añade � �nte algo f�rmal­
ar [ FranciscoJ Murcia [ de la
. Lla- mente diverso. Pero de estas cosas se decidirá más abaJo, en
na) en la 7a. de sus Disp [utation
.

es ad J Physic (am) Ar (isto­


.

te/isJ, lib. I, q. I , suele citarse sólo la refutación de Escoto.


en cuanto a la form� [co­ · .
mo principio de individuación 6. Mercenarius niega la mayor; y, com,? prueba, dice que
], a. pesar de que en el n. 15
expresamente asevera como prin no es Jo uno en1 especie, sino lo uno en nume lo �ue añade
i cipio de individuación esta
materia y esta forma [i.e. la ent algo al ente. Pero en contra de ello tene�os: Si lo que añade

idad total]. Y {Cristóforo deJ _
Ramoneda dividió mal como es algo real, eso será también un ente. Luego se anade algo a
mutuamente contrapuestos a
los que dicen que el individ sí mismo. Y si dice· que no habla de todo ente, de manera qu�
1

1' uo se individualiza
a los que dicen que esto lo a sí mismo y
hacen la materia y la forma, pue también incluya sus modos, insisto: Aquello a lo que la uni­
más bien son subordinados s dad numérica añade algo es el. ,ente. Por tanto, si el ente es
como las especies y los género
En efecto, ¿qué son la materi s. uno en número separado de aquello a lo que e añade, enton­
a y la forma unidas, sino la ent �
dad total del compuesto? Añádas i­ ces la unidad numérica rio añade nada; pero, s1 no está separa­
e que nosotros aquí abstrae­
mos de los cuerpos y los ángeles do así se dará un ente real que no es singular; del cual se ha­
; por tanto, usamos e1 tér­
mino "entidad total" más
Así; pues, lo mismo sostienen
bien que "materia" y "form
a".
blará :Oás abajo. Hago caso omiso dé que Mercenarius �espon­
Fr [anciscoJ Murcia, loe. cit. ; de aqu{ de modo escotista, siendo que favorece a Tomas.
. .
Fr (ancisco) Suárez en sus Dis 7. . Ramoneda objeta que el uno y el e�te difieren .fo�al­
5; [Marco Antonio] Zimara, seg mentc, ·aunque materialmente son lo mismo. Por el for­
p- (utationesJ Met [aphysicaeJ,
ún [Angel] Mercenarius, en la
Disp [utatioJ de· P (rincipio) I (nd
ividuationisJ, part; 1, c. 9; malmente" entiende que difieren según la raz6n, luego tan_i­
[Benito] Pereira, (De commu bién difieren según la razón los principios de lo uno en nu­
·
mero y del e�te. Soncinas dice que Aristóteles, en la Met
nibus omnium rerum naturalium
principiis et affectionibus], lib. VI,
c. 12. Y más recientemen-
. te el muy reverendo (Ab (aphysica], lib�, IV, c. 2, de don�e toman e�te argumento, no
. raham] Calov, Met (aphysica Div
Part. Spec., tr. l , art. 1 , é. 3, habla de la unidad numérica, smo de la unidad trascendental.
n. 2; así como [Daniel] Stahl,
ina],
Pero [esta unidad numérica) es trascendental, y no se da en la
CIPIO DE INDIVIDUACIÓN 21
GODOFREDO GUILLERMO LEIBNIZ
DISCUSIÓN METAFÍSÍCA SOBRE EL PRIN
20

parse Soncinas dicien�o


especie ninguna unidad real además de la numérica. También ferente e indiferente. y no puede esca
n distintos según la raz�n.
alguien podría responder a favor de todas las opiniones ad­
que lo diferente y lo indiferente so
la naturaleza se determina
versas con el siguiente fundamento, por el cual difieren de Por tanto así resulta evidente que
o.
nosotros: Lo uno en número se hace tal por su entidad, pero en sí por ;í misma, no por algo añadid
l hum anidad �e Sócrates,
no por toda ella. Sin embargo, obsta el que también la otra 9. (v) Una esencia, por ejemplo
l hu�amdad �e �la­
a

parte (de la entidad total) sería intrínsecamente una en nú­ e en número d


o difiere intrínsecament
o que esta s��reana�1d�
e a

mero, y se seguiría que, si los principios internos del uno y tón' a saber' si prescindimos, de aquell
ella' O. .no d1f . 1ere as 1. Si
del ente difieren como el todo y la parte, también el uno y el a la naturaleza como extnnseco a
nsecame_nte en nume­
ente diferirían como el todo y la parte ; más a'lin, que_el ente (dicha esencia] difiere [ de la otra] intr � sí
ero, _s1 no, se sigue �ue e�
añadiría algo al uno. (En otro lugar tratamos) de este argu­ ro, se individualiza a sí mi!¡ma. P idén tica s
.· de Sóc r t s s
mento más abundantemente, para que se vea mejor qué sali- misma 1a humamºdad de Platón y la p
e on
c
a

das busca cada uno. o una naturaleza se pue �


. en número. y' así com
arar
con lo
o
r
de

s p drá c mp
. 7 bis.5 (ii) Así como los principios de un ente, tomado co­ con otra naturaleza, as1, también. ·
o o ara

ora.
e

mo universal, son universales, así también, tomado como sin­ . Pe mit o est p ah
que es añadido o or
gular, sus principios son singulares. Pero toda la entidad del ·o' son pocos .y de esca. sa
ro o

universal es principio d�l ente tomado como universal. Lue­ 1 O. Los argºumentos en contran ente al
. . onst·ituye materialm
1mportanc1a.. (1) Todó lo que c
go. . . [ toda la entidad es también el principio del ente toma-. . . mente. Pero la ent1· dad del
do como individual]. La mayor se demuestra de una manera ind1v1º duo, no lo constituye for. mal
o maten ºalmente. Luego. . .
probable por analogía porque tales principios universales en individuo. lo ·constituye a él mism
malmente].- Respondo neg3:11-
nada difieren de los principios singulares sino en que se abs­ (su entidad no lo constituye for
material y formal de _u� m-
traen de . muchos singulares. semejantes. Este argumento es do la· mayor ' porque (las partes] º
, y e1 ·mdlVJ·duo mt·smo ' no d1f1eren
dividuo , o · una especie
l
.
de Stahl. (üi) Durando argumenta así: El universal y el sin­ arece de ex1s nc1a y no la
gular no. difieren realmente; iuego tienen los mismos princi­ almente. (ii) Si la esencia en sí c
iferente. Pero � verd�d lo
te
e
�: lica, se sigue que es eJ\ sí ind
\'
pios; luego la entidad _total, que . es el principio de la univer­ ser y ser conce�1do baJO el
salid��, será también el principio de la singµlaridad. ri1:nero, porque lo que puede ede �er
e e algo. y la esencia· p�
�puesto de . algo , no incluye s
go . .· . [la esencia es_ m­
8. (iv) Se da, por ejemplo en Sócrates, una naturaleza de­ ser concebida sin la existencia. Lue
terminad.a intrínsec�ente a él, fuera del �ntelecto, lo cu_al Respondo •que la.esencia ?
�iferente y no se individualiza]. to qu1-
concede Soncinél$; y, !!Í lo negara, se daría, en contra de los telecto, com o c�ncep
se toma en cuanto está en el in la esen-
rtenece .a la raz on de.
tomistas, un universal completo entre las cosas. Más aún, tam­ ditativo, y así la existencia no pe ,
cosa, y de este ul�1mo, mo­
bién dice Bassoles, el escotista, que el universal se da en las cl·a· .' o se toma en cuanto está en la · 'ºº) La unJdad pro
cosas sólo . en potencia, a saber, la natuFaleza singular en su er sin la exi�tenc1a. (JU
do niego que· pueda s ,
. .especifi
dad formal o ca, es
respecto al intelecto, el cual puede compararla con las {otras ia de la ese ncia, es decir, la um l com pete
a. Luego · ésta no
naturalezas] que le son semejantes. Por lo demás, ¿se da tam­ �enor ue la unidad húmeric
e

el opuesto de ella. R�sp


bién una naturaleza [ indiferente o indeterminadaJ - en S6cra. p r sí ia que por sí le compete
ond o

nto se refiere a la umdad e:;


tes? Si no se da ninguna, ya resulta evidente que la naturaleza n:gando el antecedente en cua
ntos son las más de ias; vcc
de Sócrates. se individualiza por sí misma; y si hay alguna, se terior al intelecto. Estos argume
dará en· Sócrates una naturaleza humana al mismo tiempo di- de Soncinas.· [Quaestiones ad Aris
totelis] Met [aphysicam] ,
22 GOOOFREOO GUILLERMO
DISCUSIÓN METAFÍSICA SOBRE EL PRINCIPIO DE INDIVIDUACIÓN 23
LEIBNIZ
lib. VII, q. 3 l . Tambié
n objeta que 1os
diferencia num.t. accidentes, sólo con
en.ea, no pueden estar . [atio] de Princip [io] Ind [ividuationis], p�te I, c. 2, y más
mismo sujeto ( 0 substr sun ultáneamente en el
atoJ ' 1o cua1, sin . abundantemente Bassoles en• (su comentario In] IJ Sent
lo mismo en cuanto embargo, es falso ; y
a las partes separadas (entiarum), dist. 12, q. 4, art. l. El fundamento que los sos­
Pero nosotros excluu·n de µq continuo.
os de nuestro tratad0 a tiene es que estaban persuadidos de que no se podía estable­
Y a los entes incompletos. 1os accidentes
cer nada .positivo ( como principio de individuación). Pero no
1 1 . La segunda opinión alcanzaron a ver que la naturaleza es capaz de individualizar­
, es la que propone las
como principio de indiv· ., negaciones se a sí misma. Y pueden refutarse fácilmente: El individuo se
1duac1on, y si ha tenido
la defienda, lo dudo m a alguien que constituye por negaciones, o fuera del intelecto, o en el inte­
ueho, a no ser
obscuros nominalistas. tal vez alguno de 1os más lecto. Si esto último, su. respuesta no atañe al ·asunto; si lo
pero es 1a más sospec
que Bassoles refiere a hosa, por cuanto primero, lc6mo un ente positivo se puede constituir p�r algo
algunos que di' � eron que el pri
individuo era la exist-..- . ncipio del negativo? Asimismo, la negación no puede producir acciden­
bastante improbable
ncra con una do
ble negac1.on ,
, lo cual es tes individuales. Además, toda negación lo es de algo positivo,
ue tenga s1qu .
.
Más aún, [ menciona} � 1era alguna coherencia de otra manera será sólo una negación verbal, Así, pues, sean
gunos otros que se ocuparo · ,
y n1. s1q . .
u1era añaden la existen . n de esto los dos individuos Sócrates y Platón; el principio de Sócrates
cia . El mismo Bassoles refuta será la negación de Platón, y el principio de Platón será la ne­
separadamente, como s1 . .
� fueran dos• las opini ones sobre la
existencia y las negacro . gación de Sócrates; no habrá entonces en ninguno de los dos
· nes. pero difícil
todo . mente pudo ser del nada positivo y en lo cual se pueda hacer pie. Por lo demás,
nominal'tsta el que defiend
e esto, pues para def véanse. otros agudos argumentos en Bassoles.
hay que presuponer qu en�erlo
e el universal
lar. Mas, sea lo ue es más ente que el smgu- 13. La tercera opinión1 establece que el principio de indi­
fuer d o la opinión [de la
negaciónJ pu
ede ;ntender:e :1,,��e � . doble viduación es la existencia. Francisco Murcia, en (su comenta­
supremo' determinan esc1ende desde el género rio In] II Sent ( entiarum], dist. 3, la atribuye a cierto Carthu­
' d01o por diferencias,
subalternos y de ah,1: hacia· los géneros sianus [i.e. Cartujo], que no puedo decir si es Dionisio de
1a esp�cie ínfima; pero un
se podrá a;anzar• y a vez ahí, no Rickel (o Dionisio el Cartujo), aunque bien es verdad que es­
negac1ón de un
{ e1 principio) intrínseco desee so u1ten·or será cribió sobre las Sentencia, [ de Pedro Lombardo); además [Pe­
. . .
formal de1 mdiVIdu
n

sobre el individuo seria , o. Y esta opinión dro de) Fonseca,_ en [su comentario In} Met [aphysicorum
como 1a de Oc · kham sobre e1 punto, el
cual en la (Summa J Lo Aristotelis' Stagiritae], lib. V, c. 61 q. 2, n. 1, lo atribuye a Ni­
·e �;.;:r� el predicam
dad, y en el Tr (actat . ento canti­ colás Bonet, que lo defiende en [ su comentario In J Met
u,J� • tia, dic e, seg
cia de Percira, (Com . ún la referen. [aohysicamJ, lib. VIII, c. l . Pero esta opinión puede entender-
":� ari;';�n Metaphyiicam .
lib. X, c. 5, que la AristorelisJ, se de dos maneras: por una parte, que la existencia real es
º es otr� cosa que el cierto modo que individualiza intrínsecamente a la cosa, [mo­
con la negación de ul . cuerpo
�or
� ex�ns1ón segun la
línea (lo mismo) � profundidad · la .do] distinto de la esencia por parte de la cosa; y, si es.u{, de
ª. anc ura; Y el punto (lo
gún la longi·tud · As(, 1a pnmera negaci mismo) �e- ninguna manera puede defenderse, como será evidente mú
. . ón• (ª saberJ la
V1s1ón, es como {el a,p de Ja di. adelante. Pero si [la existencia) sólo difiere de la esencia se.
ceto J g�neral del individu
da negación ( a saber . o, y la segun. gún la razón, coincide exactamente con nosotros, y ademú
d id�nhdad con otro,
individuo distinto de 10:o hará a este: expresa bajo qué aspecto la esencia es principio de individua,
:U�
12. Sobre esta opinió . ción. Y así entiendo al excelentísimo Schcrzer, mi preceptor,
n tra'!:c;:- ercenanus, en su Diluci
d que deb� ser consultado diligentemente en la q. 4·3 · del Bre-
25
SOBRE EL PRINCIPIO DE INDIVIDUACIÓN
24 GOOOFREDO GUILLERMO LEIBNIZ DISCUSIÓN METAFÍSICA
ya ·que s�
n a cto, porque tal
relación no es real,
viar [iumJ Metaph (ysicae] Eustachii de S. Paulo. rel aci ó n a u
. · esencias no di-
p t en.c1a . . P or tanto , s1 las
14 . Así, pues, es muy necesario que tratemos sobre_ los re­ ente e�
da hacia un sola constituye
o
se sigue que la materia
cientemente aludidos, a los que refuta Escoto en [su. comen� fieren de la materta, no difieren en especie. ,
por
s ncta · l • y q ue las cosas
tario In) JI Sent [entiarum], dist. 3, q. 3, y su seguidor Basso­ una part e e
a la esen ia de1
. mplo la esencia del bruto con respecto
e c

lcs en [su comentario a) ese mismo lugar, dist. 3, q. 4, art. 1 , �Je e es el


m�� . n� ,de las dos
incluye la forma, qu
f. 1 7 9 . Por ello, aduzco el siguiente argumento: S i la esencia hombr . Pu s puram ente
'fica, y dos lcosas]
e e
la d stmc 10n espec1
y la existencia son lo mismo por parte de la cosa [ o en la rea­ Principi o d . en una de otra. y st. se dice que difier
e 1 en

lidad), se sigue que la existencia en el sentido de nuestros ad­ potenciales no d •.f i r real;
}' no es, una relación n
e
a las I d as d ff
versarios no es el principio de individuación. Pero es verdade­ Por su relación Sob re la disti -
e
( � lOS oi·
nc s h b , u_n acc.1dente en os
rta loe.
ro lo primero , luego también lo segundo. Pruebo la menor pue s nt , anse .Pedro de roznan .
e o e a
. ex1stenc1a, v e
fundamentalmente así: Las cosas que difieren realmente, pue­ ción entr e e s en cia Y . _IV, . 1 2 lib. IX, q. 3; Fons ca, e
Met., hb.
den separarse la una de la otra. Pero la esencia y la existencia cit.; Soncin as,
P r ua , l �e ci/1 lib. VI, c. 14. Bassoles
no pueden separarse . Luego. . . [no son realmente diferentes}. Met., lib. IV, .q. 4; Y e e
. · · 1-� de individuación}, en el
x1s t encia (como
µnnctp
Las cosas que . en cuanto a la mayor, replican Capreolo [ en chaza la oneda,
re . i • Vll ' q. • 32 ·' y Ram
e
. tambié n Soncm as, Met., rb 99
su com entario In ) I [SententiarumJ, dist. 8 , q. 1 , y Cayetano loe· cit ·• . 3 ·
om m De ente et e�entia, P· . , la
[en su comentario al] De ente et essent [ia], q. 1 1 , no son de lcomentano} In Th � : o lugar9 se. ofrece a discus1on
ninguna importancia. S e prueba la m enor, porque [ de la cosaJ 16. En cuarto y ultim ref1 ere en·· [su come .
ntario
. a la que se
no puede separarse, por una parte la esencia y por otra parte haecce1dad de Escoto, . 6 se ún el t e stimo ni o de
t 3
la existencia. In ] n Sent ( entiar um \
1�:�:; de o�;ituf¡one indivi dui, c. 8 ,
r�l la, i
Za ba bet [a}, q. 2, a 2, y
1 rt.
15. Y pruebo esto así: Todo lo que se separa existe, ha­ Uacobo]
ella\ en los Quodli
(también se r fi � m]
(aphysicorum ], t [ extu
ere
ciendo precisión de aquello de lo qµe se separa; pues la separa­ e
V Met
en el Comme nt
[arium_l
(como lo recuerda Mer-
l .
ción, en cuanto acción, se termina en aquello de lo que se se­ O 1uran_1 ento
para. Luego la esencia existe aun separada de la existencia 12·' y sus discípulos, baJ ugnac·1o , n que cierto esco-
s n 1 respuesta a la 1mp en-
nari
ce • o la han de fendido�
a
que implica. El que la existencia no se pueda separar de la u e
.imon con empen
d s op · , ) ' dig-
esencia, lo niegan nuestros adversarios, cuya larga lista puede tista hace . ede sacar fid
e u
ant1guo , Y de e'l se pu
e

verse en Pedro de Poznan, el escotista, [ comentario In] / Sent tre los cuales es muy yente del mismo
t s sen t'1do • Juan de Basso1es, o ngún 1u -
[entiarumJ, dist. 36, q. única, pág. 9 76. Pero yo argumento nam en e u . kham, porque en ni
p ro q izá antenor a 0c
en contra: La esencia separada de la existencia, o es un ente Escoto' e u . . o.
de éste contra Escot
real, o es nada. Por una parte, si es nada, o no estuvo en las gar refuta las op_m1ones . que Escoto fue extremado entre
sab1do
creaturas, lo cual es absurdo; o no· fue distinta de la existen­ 1 7 . Ahora bien, es . .. ersales tiene. n ver-
alista s, porq sta blecto, que los umv postu-
, ..1entras que Tomás
ue e
cia, lo cual sostengo. Por otra parte , si es un ente real; o fue los re
r alida d fue ra de la mente � , para
puramr.nte potencial, o un ente ,en acto. Pero sin duda tuvo dad er a e
d del intelecto. Mas
lo form�l � e ell pa­
que ser lo primero, pues no puede ser en acto sino por la exis­ taba q ue
o q :: ��::ó::les atribuía a Platón,
no caer en la opm 1 n
. . istinción formal, se­
tencia, la cual, sin embargo, hemos presupuesto que estaba m ro du o la d
[Esc oto}
separada. Así, pues, si la esencia es puramente potencial, to­ liando ese error' : J , o
a�t.es de la peración
del inte·
c al l niv ersal se darta con. tal
gún la q
· relac1on a él . Creyó
e u
das las esencias son la ma.teria prima. Pues dos [ cosas] pura­ u
, diría
ue
sin mbarg�
mente · potenciales no difieren una de otra, ni siquiera por lecto-y ' e
26 . . GODOFREDO (;UILLERMO LEIBNIZ,
DISCUSIÓN METAFÍSICA SOBRE EL PRINCIPIO DE INDIVIDUACIÓN 27
[distinción formal) la. diferencia [esp
ecífica) se distinguía del
género, y, consiguientemente, así nuestra opinión por Murcia; [véase) Met., lib. V, c: 6, q· 5 ;, y
también la diferencia mimé� :
rica se distinguía de la esp�cie; pue [también lo defiende) Eustaquio de San Pablo, loe. cit. A la
s, ya que presuponía q�e ·
los universales. eran reales, sea por mversa, lo cual causa admiración, están los que llevan a Suá­
afán de contradecir, o por­
que juzgaba inexp,licable la opiníún
de Tomás, e incretble la .

rez hacia, Escoto, porque dijo en l� is!' [ u'tat·iones ] Met
_
de los nominalistas, resultaba nec (aphysicae), 5, secc. 1 1, n. 16, q�e el mdi�iduo ana� � l� na-
esario que los singulares se �
originaran de lo universal y de algo tura1eza comun ' algO diºstinto segun la razon· Pero las ultimas
sobreañadid o; pero, como . .
hay una proporción entre el género
y la especie, al i al que
palabras dlSlp
· an fácilmente
. . conce-
esta nube. Pues . casi todos
entre, la especie y el individuo, de ello den que la diferencia individual se da por !ª operac10 · , � de la
concluía que, así como
gu

allá hay una diferencia específica, mente; por . tanto, ¿serán por eso Fr [ an�!�co de] Ov.'.e.doy
aquí hay una· diferencia in- ,
dividualizadora. · otros semejantes a él, escotistas? Pero, antes de entr�r �� ello,
propondré y resolveré los fundamentos de [la opm1on de 1
1. 8 . Eludiendo la aUtoridad de Ari .
tóteles, a esta ( diferencia Escoto, y después los atacaré con mis armas. ·
individualizadora) la llamaba
!'la materia del todo". Pues
- decía- hay una forma.del. tod 20, (i) El primer argumento a fa�or �e E�coto, tomado dé
o, por ejemplo la humanidad
como lo abstracto del hombre,
a la cual se opone la materia él mismo, según lo reseña Pereira, loe. cit. , hb . VI, c. 10, es el
del todo, a saber, la haecceidad; _
Y una forma qe la parte, el siguiente: Toda unidad se sigue de al�na entidad, luego ta ­

alma racional, a la cual se opone . bién la unidad numérica; pero la entidad no es aquello que se
el cuerpo como la materia _
de. la parte. Pero todo eso se red incluye en la cspt·cie. Luego hay aquí algo· que se le ana�e, a
uce a nada; pues la haeccei­ _
dad, si es la materia del todo, ent saber, la diferencia individual. Respondo: La unidad se sigue
onces junto con la humani­ _
dad [que es. la forma del todo) de la entidad en cuanto al concepto, pero en la realidad son
debe const.ituir un concreto:
el hombre. Sin embargo, ella [la lo mismo. y 'tampoco la l'ntidad numérica dil'icrc re�lmente
haecceidad) constituye a este
hombre [individual]; y, por tan de la l'Spl·CÍfica. (ii) La espl·cic no se contrae por 1� forma, >
1 ' :
to, debería aún darse otra ver­ �
dadera materia del todo, la cua por la materia, 0 por los accidentes, etc. Luego, solo qu�da
l constituiría al hombre en
universal. Me callo el que esa hae que ·esto ¡0 haga la haecct-idad. Respondo: No cs contra1da
cceidad sería más bien (una)
forma, pues contrae y distingue; por nada, porque [la especie] no es nada tuera �t· 'ª. mt'nte.
además, si, como interpreta
la ·mayoría de. los antiguos - véa (iii) Las cosas que difieren, difo:ren por cosas pnma1:1� mcn � l'
se por ejemplo a Pereira, loe. . ··
cit., lib. VI, c. 6-. según Aristó
teles la quididad de las cosas diversa . s ,· luego So'crates y Platón lo hacen por la d1kn::nna.
consiste en la forma sola, de mo . que prt'nsar . .
do que la materia sea sólo el última a saber, la' haecceidad. Respondo: Hay
vehículo [ de ésta), se sigue que
para Aristóteles la forma del eso de' "las cosas que difieren" con: "a no ser qUt.- st·an ellas
todo y (la forma) de la parte son mismas primariamente diversas, y difieren entre ellas p�>r al ­
lo mismo; véase, por ejem­ .
plo, Mercen · [arius], loe. cit., c.
5; además toda su Apologia; go, etc. (i. e. que la's haga inmediatamente diversas] ". \ , as1,
y Zab [arella], loe. cit., c. 8 y 1 (con esta precisión] niego la menor. .
0. . . ..
'
19. Escoto no admite la existen 2 1 . (iv) La especie contrae al género medianil' !ª cl1te�en­
!· cia ( como. :principio de
individuación ], aunque la disting cia específica; luego el individuo contrae � la espt'ne median­
ue formalment.� . �e la esen­
cia; pues, según él, la especie, hac : te la diferencia numérica. Respondo: Niego d antt·c �dente
iendo precisión de la haec­
ceidad, existe. Entre los recien [ es decir, la ·existencia y la rclaciún dd género, de la el,' r�·ren-
tes. Pedro de Fonseca de- .
fiende a Escoto, aunque sea
.
. . c1a especi·r·tea . Y . de la especie] en cuanto a ·lo .que. esta · fuera
citado como favorecedor de . .
de la mente. (v) Fonseca, loe. cit.; . .
dice: Los mdl\ · 1duos que
GODOFREDO GlJILLERMO LEIBNIZ
DISCUSIÓN METAFÍSICA SOBRE EL PRINCIPIO DE INDCVIDUACIÓN 29
28

están b3:jo alguna n aturaleza son unívocos


. Luego incluyen que parar en algún lugar, por eso dijo Aristóteles que e! ente
al�nas .cosas que son primariamente
diversas. Respondo lo se predica de sus diferencias. Véanse otras cosas relativas a
�1smo que al argumen to anterior. (vi) Además [también se­ esto en Soncin [as}, loe. cit., lib. VII, q. 36 Y 37 .
gu n Fonseca], por su diferencia, el
individuo excede a la es­
pecie; lu��o existe tal diferencia. Resp 23. (ii) Si no hay universales antes dé la operación de l�
on do lo mismo que
antes. (vu) Bassole [argumenta]: mente, no se da, antes de dicha operación mental, compdsi­
_ , � La naturaleza específica
tiene por s1. una unidad menor que la cion de universal y de individuante. En efecto, no hay ·com­
numérica, y realmente
distin la de ella. Luego. . . [ la natura!eza posición real en la que todos los miembros no sean ��ales. Pe­
individual tendrá
una unidad numérica que es realmen te disti ro es verdad lo primero. Luego . . . [lo segundo tamb1en es ��r­
nta de la natura­
le�a i ndividual y solo puede ser la haec dadero ]. Pruebo la mayor. Todo lo que, .antes de la operacion
ceidad]. Respondo:
del intelecto, difiere realmente de ótro, de tal mane�a que
� 1ego el 0 antece_��n te. Para la prueba de ello, v�ase más abajo.
l'..I argumento (m) torturó a ( Francisco ninguno de los dos sea parte del otro, ni como todo m como
dej Suessa, a Zimara
y a Mercenarius, Dilucid (atio J, lib. V; parte, puede separarse del otro. Pues, en los [ en tes_] que son
sobre el cual véase /oc.
cit.. �· 5. Sin embargo, n inguno lo respondi adecuadamente diferentes, ninguno de los dos n ecesita al otro
. ó según esta con ­ para su ser. Luego pueden separarse por la potencia absoluta
cepuon, porque se apoyaban en otro
s fundamentos.
de Dios, y sólo es simplemente inseparable la parte �on res­
22. � o argume to así con tra Escoto:
. � (i) Sí el género y la pecto al todo cuando. [ el todo] ha de permanecer siendo el
d1 �erenc1a [ espn:ílJCa ] sólo se distingu
e por la razón n o mismo. La menor de este prosilogismo se prueba porque, de
existe 1,1na diferencia individual.
n

. Pero es verdad lo prím'ero. otro modo se daría una línea que no fuera ni recta ni curva,
Lueg? . . . ( tam�ién . lo segundo J. La may lo cual serí� completamente absurdo. Sobre esto véase [An to­
; or es patente, pues
t�mb1en la esp c1e y la diferencia num 10 De universal [ ibus], q. 4.
� érica sólo . se distingui­ nio) Rub (io], Logica [Mexicana ],
nan por la razon. Se prueba la menor:
(a) Las. cosas que difie­
ren an tes de la opt:raciém de la mente, so 24. (iii) Si no se da la disti nción formal, se arruin� la haec­
n separables. Pero <;:I
género y las difermcias [ específicasJ no ceidad. Pero es verdad lo primero. Luego. . . (también lo se-
se pueden separai. .
Pues, aunque hay algunos lugares .de Esco ndo ]. Antes de pasar a la prueba, hay que discutir algunas co�
to en los que aseve�
ra que tal vez Dios FUt:dc hacer que �s sobre esta distinción; pueden, sin embargo, consultarse en
haya universales fuera
de los singularrs y, de manera seme Stahl, Comp. Metaph., c. 23; So ncinas, Met.,_ lib. VII, q. �5_; Y
jan te, que haya género
lucra dt: la espccil· , sin embargo, pruebo [Pedro de] Poznan, (In} I Sent., dist. 34,_ dubio 64. (1:a dtstm­
que eso es absurdo, éión formal] se atribuye comúnmente a Escoto, c?mo mterme-
por�ue no cxistiría ninguna divisiém que
. Juer a adecµada, y se d1a . entre la real y la de razón, por lo que sus,segu1dores son lla-
<lana un animal que no sería ni racio . · ·
. nal. ri irracional. Tam. mados "formalistas". [Escoto ) piensa que con tal d1�tmcion , se
bién se daría un movimic�to que no ,sería
ni recto ni oblicuo. distinguen los atributos en la Divi n id�d.' y las �elac10�es Per­
(b) l as difrrencías superion·s s1 predican
� · de las . inferiCJres, sonales con respectó de la Esencia [divina] ; as I tamb1en [ con
por CJt:mplo, "esta raci1 1nalid�icJ es racio
nalidad"; luego la di­ esta misma distinción formal} .las quididades de las cosas se
ferencia cs� :cífica íncluyt' ni sí a la difrr
-� <:ncia del género; distinguen entre sí, y en su ser en cuanto conoc_ido por Dios;
luego no d1itnc dd génno Pues d géne
. ro tie ne, añadi.da a su también se distinguen así los predicados superiores _con re_s­
pr�pia difrrencía, la diferencia del gt':nero
(sup erior] al que él pecto de los inferiores, el género con respecto �e la d�ferenc1a
mismo pertencc , la cual también. es
. � .induida por ·su género [ específica], y la esencia con respecto de la ex1stenc1�. [Juan
respectivo. Y as1 hasta el [género] supr
emo. Pero, ya que hay de] Rada la explica diciendo que se da entre dos realidades o
CIPIO DE INDIVIDUACIÓN 31
30 GODOFREDO GUILLERMO LEIBNIZ DISCUSIÓN METAFÍSICA SOBRE EL PRIN
intel�cto.
formalidades identificadas en el .sujeto, pero diversas en su distinción necesitaría de la relación al
. c6m los accidente: indivi­
referencia al intelecto; y añade que [la· distinción formal] di­ · 26.. (iv) Resulta inexplicable �
m entras que , segun nues­
fiere de la distinción de razón en que esta última requiere duales se originan de la haecceidad; �
e fácilmente, porque, �e dan
previ�ente a sí misma la operación de la mente en acto. Pe­ tra opinión , esto puede explicars
a la forma, p�ro mn�n�
ro [los partidarios de esta opinión) se notan admirablemente disposiciones de la materia respecto
a la haecce1dad_. Vease
perplejos e inconstantes donde han de ser aplicadas ( tales dis­ {disposición 1 de la especie respecto
tra E�cot�, en Pere1ra, loe.
tinciones] en acto ejercido. Pues si la haecceidad difiere de .la Herveo, Quodlib [et] 3, q. 9, con
[itationes] a [dversus)
especie sólo porq�e es apta pa�a mover distintamente al inte­ cit.; y Uulio César) Scaliger, Exerc
Y de esta manera,. a�udados
lecto, ¿qué tari mal sirve [la haecceidad] corno principio de Cardan [um ], ex. 307 , n . 1 7.
ta de las opiniones ge-
individuación , que debe buscarse haciendo precisión del in­ por la Virtud Divina, hemos dado cuen
telecto? Por lo cual, es necesario que algo mayor se esconda nerales.
bajo sus palabras. Pero, . cualquier cosa que sea, es absurda;
pues, ya que son diferentes aun haciendo precisión del inte­
lecto, no están mutuamente identificadas.
25. [Pedro de] . Poznan interpreta esas formalidades como
conceptos objetivos y razones inteligibles, o como la cosa en
relación a los conceptos formales de la mente. Pero eso se re­
duce a nada, pues más bien el cqncepto formal se funda en el
obj etivo; por tanto, si también se fundara el objetivo en el for­
mal, se daría un círculo, y mientras se fundan uno al otro,
no se fundarían ninguno al otro, y se desvanecerían uno y
otro. Por otra parte, esa relación de inteligibilidad se daría:
(a) o bien con respecto al concepto divino, es decir, las Ideas;
pero si eso fuera, tal relación no sería real, pues en Dios no se
da ningún accidente; luego nada le quedaría a la distinción
( foi:mal] por parte de la cosa; (b) o bien la relación de inteli­
gibilidad se daría con respecto al verbo mental -como lo lla­
man- creado; pero, sj se eliminara todo intelecto creado,. tal
. relación perecería, y, sin embargo, las cosas se indiv1dualiza­
rían; luego [ se individualizarían] entonces por sí mismas.
Añádase que si tal relación fuera real, tendría su propia hace- .
ceidad, pues sería singular, y así hasta el infinito. Además, es
una relación que se da con respecto al ente en potencia, o al

concepto formal que puede llegar a ser un ente; y si se dice


que tal relación difiere formalmente de su término [ el con­
cepto], pregunto de manera semejante sobre la relación de es­
ta relación, y así hasta el infinito. Pues también esa misma
32
C0DOFREDO GUILLERMO LEIBNIZ

NOTAS
COROLARIOS

1
lntroducimos entre corchetes complementos o aclaraciones que
l. La materia tiene de suyo
un acto entitativo.
ayudan a la lectura del texto.
ll. No es totalm ente i�prob
2 Una vez propuesta la cuestión a discutir (núm. 2) y presentadas las
able que la materia y la can opiniones sobre ella (núm. 3), Leibniz adopta la solución de Pedro Au­
dad sean realmente lo mismo ti­
. xrv.
esenci_as de las cosas son (ta
reolo, famoso nominalista del siglo Sin embargo, los nominalistas
� ntas) como sus números.
;�.· e�enc1as de las cosas no son la linea general de esta corriente. Se reporta esta postura como la "'pri·
exhiben muchas diferencias entre sí, y Leibniz mismo únicamente sigue
eternas sino en cuanto
están en D10s. mera opini6n", que es a la que se adhiere Leibniz; la segunda opinión
V. Es posible la penetra
ción de las dimensiones
aparece hasta el núm. 1 1 .
VI. El alma de� hombre es
una sola, la cual i�cluye vir
'Comienza Leibniz a aducir las pruebas a favor de su tesis y , conjun­
mcnte la vegetativa y la sensiti tuaJ­
va.
tamente, a disolver las objeciones contra ella. Despuis de presentar la
prueba (i), en ese mismo n6m. S , en los núms. 6 y 7 responde a algunas
VD. (�e buen grado) creeFf objeciones. La prueba (ü) a favor de su tesis aparece en el nl1m. 7 bis.
a apócrifas las Ep1ítola, atr1 .
das al llrano Phalaris. Pues . . ·bUI·
los stci.banos eran de or1·arn . • Siguiendo la costumbre escolástica, Leibniz deja que el lector com­
co• y aqu( ( en stas cartas se o- don-,
. : hal la) u.n modo de hablar [o dia
plete la conclusión, dando por supuesto que está contenida en las pre.
l�cto J átic o. Anádase que el [ dialecto -
] ático era en aquc1
misas y se desprende de ellas. Así, sol.ía escribirse simplemente "e,.
.
tiempo [ de PhalansJ más vig
oroso, como el de Tucídide
fO. . . " en las conclusiones.
. s
1

m1e �as que estas ( cartas) puesto "7 bis") reanuda la serie de argumentos a favor de la tesis que
Este par4grafo, que aparece con el núm. 7 repetido (por eso hemos
ti n en sabor a la q>oca
º· �iertamente, donde de fien de Lucia•
e

� de la entrega de PeriJlus a �
• Despu6s de haber ofrecido los argumentos a favor de su tesis, res­
Leibniz deftende.
amas, el autor se muestra com
o orador. pondiendo, de paso, a algunas objeciones menores que surgían, Leibniz
pasa a presentar )'. discutir los argumentos fuertes que van en contra de
su postura.
'Comienza Leibniz a tratar las demás opinjones, distintas de la suya,
toméndolas como posturu· que debe combatjr y como objeciones que

He dicho.
se le presentan para ser resueltas. La segunda opinión (tratada en los
núms. 1 1 y 12) parece de un nominalismo exagerado: postula que la in­
dividuación es efectuada por la negación.
• La tercera opinión (trat.ada en los núms. 13-1 S), seg6n la cual la in­
dividuación es realizada por la existencia, fue sostenida por Nicolás Bo­
net.
34 GODOFREDO GUILLERMO LEIBNIZ.

'I.a cuarta opinión (tratada en loa nOma. 16-26) ea la escotista, que


sostiene la haecceidad como principio de individuación. Como ae ve,
Leibniz le dedica el mayor espacio.
10
Antonio Rubio eacribió en Mix.ico unoa ampl{aimoa Commmtarli
tn untvenam Arútotelú Dial«ttcam. . . , Alcali, 1603; solía Uamane
..Lógica Mexicana" al resumen que despuq hizo de eaoa comentarios
ampUoa: Loglca MexiC""4 . . hoc at Commentarti b1fflora et mabru
perrptcui in untveriam Arútotelú Dlalecticom, Colonia, l 60S. Para las
varias ediciones de estas obru, dr. W. Redmond, Btbliograpl,y o/ ,,..
/)iscusiá11 metafisica sobre el principio de i11di·
Phllo,op/ry in the lbman Colonia o/ Ammca, The Ha¡ue: Martinua
Nijhoff, 1972, pp. 84-8S. Cfr. aderma M. Beucbot - W. Redmond, la
l'iduoción, editado por el lnstitutO de ln\'Cstiga·
dones Filos6fi<:;1s, se tcnninú de imprimir el 1 5
lógica l'MXiCtll'III en el liglo de 010, Mlx.ico: UNAM (en prensa). de diciembre de 2009. en los talleres de Grupo
Edición. S.A. de C.V. (Xochicalc(> 619, colonia
Verti;: Narv,1r1c. C.P. 0360<). México, D.F., De­
lcg:1ci6n Benito Ju:írez). Par.1 su impresión rea·
li:tlld.t en otT.,et. se us6 p,tpel cultural de 90 g.
El tir.ije consta de 1 ()()0 cjempl:ncs.

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