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AGRADECIMIENTOS
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De forma individual, ha hecho varias exposiciones en León
capital, y en varios pueblos de la provincia (Ciñera, Truchas).
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ÍNDICE
Alien y la bicicleta
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LA TERCERA BIFURCACIÓN
Israel Montalvo
La última cena
Patricia K. Olivera
Polvo estelar
Relatos cortesía de los miembros de -Historias Pulp-
El Circo
Padre
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Alien y la bicicleta
Historias Pulp
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Corría el año 1960 cuando dos hermanos apellidados Scott
filmaron un corto de 27 minutos en 16 mm. Ridley era el
director y Tony era el niño de la bicicleta, el actor. Este corto
rodado en blanco y negro dicen los entendidos que es la
antesala de muchas de las escenas de las posteriores películas
del reconocido director, sobre todo, en lo referente a la
ambientación. Y no es descabellado pensarlo.
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Ver Boy and Bicycle (1965) de Ridley Scott en el blog Torre de
Babel:
https://babel36.wordpress.com/2010/07/19/ridley-scott-boy-a
nd-bicycle-1965/
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Su transformación en adulto es visible tanto por sus grandes
dimensiones como por su cada vez más expresada agresividad.
Como un jovenzuelo alterado hormonalmente, como el joven
del corto, Alien, incomprendido y solo, se ve atacado por seres
con los no se identifica, con los que no tiene nada en común: los
humanos.
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La idea original, a pesar de que no se pudo desarrollar para esta
película, fue un diseño que no llegó a buen puerto
cinematográfico: la adaptación de Dune de Alejandro
Jodorowsky. Si tenéis dinero y os fascina el mundo de la
ilustración todos estos bocetos acabaron componiendo un
compendio que se puede conseguir pagando alrededor de 40
eurazos en Amazon llamado: “Alien Archive: The Ultimate
Guide to the Classic Movies”.
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Es el monstruo que desde cualquier lugar te mira, el que acecha
en esa oscuridad insondable, el que merodea sin ser escuchado,
el que es percibido por tu mascota mucho antes que tú.
Inteligente y cruel, despiadado, anhedónico, sin
remordimientos, un predador insaciable. En realidad, un
asesino. Su diseño físico está pensado para parecer un arma.
Alien es un monstruo perfecto, un ser solitario, entre insecto y
reptil, entre biológico y mecánico, inteligente pero frío. Dicen de
él que sería una máquina perfecta de matar. Es un arma
biológico mecánica.
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Según cuentan en sus biografías, Ridley Scott estuvo alrededor
de 15 años sin dedicarse a la dirección desde aquel corto de la
bicicleta de su juventud. Por este motivo nos resulta tan
interesante el corto de la bicicleta. Sin embargo, se dedicó al
diseño artístico y la realización de series para televisión en la
BBC. Quince años son muchos años y suponemos que
influyeron enormemente en su formación y mentalidad
posteriores como director de cine. Quizá su exceso de entrega a
la estética visual es uno de los componentes más valorados por
el público, y no es para menos ya que “Alien, el 8º pasajero” es
un icono visual que posteriormente se repetiría en toda cinta de
Ciencia Ficción que se preciara.
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Monográfico de Alfredo Manteca en Videodromo:
http://www.videodromo.es/monograficos-de-cine/alien-el-oct
avo-pasajero/9167
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En esta película la trama principal, que es similar a la de Alien,
salvando las grandes diferencias de coherencia de guión, de
credibilidad de personajes, incluído el “alien”, y sobre todo
estéticas, la nave llamada Challenge 141 acaba averiada en
Marte. A raíz de esta desgracia se envía a una segunda nave
cuya misión es el rescate del único superviviente, el coronel
Edward Carruther.
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Hay escenas de esta película en los que este Ser se parece a la
Criatura del Lago Negro pero engordada con pienso hormonado.
En otras escenas sale de las sombras para moverse de forma
torpe, como una almóndiga patizamba y a tientas, como
buscando el aseo… Hay muchos momentos en los que el
sudado actor se recoloca la máscara, una y otra vez, todo el
tiempo, dando la sensación de estar más asustado de los
tripulantes que ellos del monstruo. Nada que ver con Alien en
este aspecto.
https://photos.app.goo.gl/lEdKlhAcxhW49HiT2
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En Estados Unidos se la llamó El Planeta de los vampiros de 1965.
23
Unos compañeros de otra nave bajan a auxiliarlos, sin embargo,
fuerzas extrañas de ese planeta comienzan a influir en los
astronautas de manera que comienzan a atacarse unos a otros.
Esta segunda nave de rescate también queda averiada, y a pesar
de que el comandante y una astronauta luchan contra esos seres
invisibles que influyen en los aeronautas hasta convertirlos en
sus marionetas, acaban siendo suplantados.
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https://photos.app.goo.gl/edExu0crg931ba353
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Pero existe una obra cinematográfica que, de entre todas las
películas que se pueden nombrar como antecesoras de Alien, es
la que más ha influido, al menos, en cuanto a la estética de las
imágenes. 2001 Odisea en el Espacio, del año 1968.
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Ver 2001: una odisea del espacio:
https://photos.app.goo.gl/FLJQWuDGYEna36QR2
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En Odisea es en la luna donde el monolito desenterrado
produce esa onda de radio que viaja hacia Júpiter. En Alien es
una señal equívoca de socorro que induce a pensar que hay vida
en un planeta desconocido e inhóspito.
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Sin embargo, Alien es una película en sentido estricto, es decir,
nos cuenta una historia, nos relata unos hechos, una aventura
con protagonistas, con monstruo, y santas pascuas. El que desee
sacar moraleja puede hacerlo pero va a cuenta del espectador. A
pesar de esto, Scott siempre ha estado empeñado en realizar
obras con sentido filosófico y anda lanzando moralinas en
Prometheus y Alien Covenant. Pero, muy a su pesar, sin llegar a
conseguir el efecto reflexión en ningún momento. En Prometheus
porque los discursos de los personajes son tan de bobo de baba
que te producen desesperación y lo que quieres es verlos morir
y que acabe el suplicio; y en Alien Covenant porque el androide
endiosado David que viene de escuchar tanta tontería en
Prometheus ha quedado tan dañado como HAL 9000 entrando en
una deriva de narcisismo paranoide destructor de los hombres y
de todo cuanto se le enfrente, pero todo porque sí, porque su
creador para él era un ser inferior a él mismo.
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MADRE se muestra mucho más anodina y sin personalidad que
HAL 9000. Este es un ordenador que, dada su omnisciencia
como comando de la nave Discovery, y dadas las supuestas
informaciones contradictorias que recibe, entra en una especie
de cortocircuito paranoide intentando evitar cualquier toma de
decisión de los tripulantes humanos. Un boicot cuasi terrorista
que acaba mal para el supercerebrito artificial. MADRE es una
computadora central que simplemente está programada y que,
inesperadamente para la tripulación, en el caso de detectar vida
toma rumbo hacia la misma. Ash, el oficial científico, que es una
parte del software de la expedición, está programado para que
el xenomorfo sobreviva incluso por encima de la vida de la
tripulación. Tanto MADRE como Ash forman coalición con
Alien en contra de los humanos. Es el mal de la tecnología y la
industria, la industria militar, contra el bien, la bondad ingenua
de la gente común. Aunque algunos de los personajes son
simplemente personas egoístas sin ninguna trascendencia.
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Nos vamos enterando de toda la negra trama de Ash poco a
poco, se podría decir que es innecesario todo el baño de sangre,
¿por qué no se envió una expedición científico-militar a por esa
forma de vida detectada o conocida con anterioridad puesto que
MADRE y Ash están programados para recogerla? En caso de
que no se pudiera por lejanía, ¿por qué Ash no inicia un
protocolo “algo científico”para recoger esa nueva y agresiva
forma de vida mediante el que ninguno de sus compañeros
tenga que salir dañado? Al menos inicialmente, aunque Alien
sea un organismo tan agresivo que acabe parasitando y dando
comienzo a su ciclo vital dentro de uno de los astronautas. Pero
a pesar de estas fallas de lógica la película queda sensacional
porque en ningún momento te planteas estas cuestiones más
que para escribir este monográfico.
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Las ambientaciones musicales de Odisea y Alien son muy
distintas pero de reconocida calidad en ambas películas. Las
bandas sonoras también son muy diferentes: en Alien la música
de Jerry Goldsmith ambienta la película de forma que está
mimetizada con las escenas, a pesar de que su composición fue
mutilada por los gustos de Scott, de manera que la amputó y
recompuso alegando que habían partes demasiado
cinematográficas; en Odisea las imágenes acompañan a la música
y no al contrario, fue la Baby Driver del espacio, salvando las
distancias por el gran esfuerzo de sincronización en esta
película de Edgar Wright.
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En el año 1980, le otorgaron un Premio Óscar al Mejor Diseño
de Producción. Y en ese mismo año el BAFTA (premios de la
Academia Británica de Cine) al mejor actor de reparto John Hurt
como Kane; BAFTA al mejor montaje para Terry Rawlings;
BAFTA al Mejor Actor Revelación a Sigourney Weaver; Globo
de Oro a la mejor banda sonora Jerry Goldsmith; BAFTA a la
mejor música original “pal” mismo J. G.; y estuvo nominada en
el Festival de San Sebastián a la mejor Fotografía y Efectos
Especiales. Además, recibió en 2004 Premio Satellite al Mejor
DVD y por Mejor Material Extra en DVD. Tampoco son tantos,
¿no?
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Sin embargo, como sabemos todos, Alien es mucho más que
meros premios. Lo que hizo Alien fue convertir una trama típica
del cine de serie B de ciencia-ficción y terror, y volverla una
cuidada, estética y angustiosa obra de arte para todos los
sentidos. Sin embargo, todo ello fue posible gracias a la unión
de muchos talentos, y es erróneo atribuirle casi todo el mérito a
Ridley Scott, como a él mismo le gusta que todos piensen (y
que parece empeñarse en demostrar falso, dado el resultado de
sus últimas producciones relacionadas con la saga).
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Hoy en día todo lo que se pueda decir sobre Alien, la primera
película, parece poco. Pero incluso en su día ciertos críticos
profesionales de cine la denostaron por distintas razones,
especialmente aludiendo a la escasa originalidad de la trama. Es
cierto que Alien es sorprendente incluso hoy en día, para
alguien que no la haya visto nunca… pero tras enumerar unas
cuantas pelis de décadas anteriores tan parecidas, lo de trama
original no se puede decir que sea uno de sus puntos más
fuertes.
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Contra el reloj y la pasiva oposición de los operarios del estudio
británico en el que se había rodado la primera película, el
director norteamericano desempeñó la que se conoce como una
de las mejores secuelas de la historia del cine, y para algunos, la
que es la mejor peli de la saga. Las diferencias en costumbres y
el malestar general que existía en el estudio acerca de que unos
americanos usurparan el legado del británico Ridley Scott hizo
que durante todo el rodaje saltaran chispas, tanto entre el
director y los operarios como entre estos y los mismos actores
(norteamericanos también).
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A pesar de eso, o quizá gracias a ello, el resultado es una
película que está cuidada hasta el extremo en todos los detalles.
Es más grande, más amenazante, más compleja, pero toda ella
una extensión natural de la tecnología y hábitats que se habían
establecido en la primer entrega.
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Además de impresionantes escenas de acción, deslumbrantes
por el nivel de efectos y el buen ritmo de un montaje
insuperable, Aliens ofrece algunas secuencias llenas de una
tensión y un efecto de espanto para el espectador de la época
que incluso hoy en día son difíciles de superar.
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El personaje de Lance Henriksen, el androide Bishop, tiene una
participación tan escasa que apenas puede considerarse como
un personaje de Alien 3 (si acaso un breve cameo, en dos partes).
Para colmo, las escasas escenas en las que el monstruo hace acto
de presencia, salvo algunas realmente memorables como la de
su nacimiento desde el perro, o en la que amenaza a Ripley
acercándole la cara, son en su mayoría económicas (mostrando
lo menos posible de un ser que a esas alturas ya todos
conocíamos bien) o vergonzosas (aquellas en las que se veía por
completo al monstruo… generado en un espantoso efecto de
ordenador que parecía un recortable para niños).
Sea como sea, quizá la expectativa que causa el sólo nombre de
Alien, o bien el morbo ante la posibilidad de ver al fin muerta a
su protagonista, bastaron para que esta entrega resultara un
nuevo éxito de recaudación a nivel mundial. Así que… la 20th
Century Fox no se iba a detener ahí.
40
41
Los personajes, con personalidades muy características y
marcadas, son un dechado de voluntades enfrentadas en cada
una de las escenas, ya sea por sus modales, sus opiniones o la
dirección de sus voluntades. No hay ningún actor que no esté
perfecto en su papel, y aunque la naturaleza de todos ellos es
diametralmente opuesta (por ser absolutamente fantásticos, más
propios de un cómic), funcionan tan bien como todos los de la
primera entrega.
42
Una entrega que creemos menospreciada por su valiente y
necesario viraje hacia el humor y la licencia absolutamente
fantástica, y que cualquiera puede disfrutar si deja de creer que
Alien tiene una forma artística y cinematográfica “canónica”, de
la que nadie se puede desviar.
43
Con una premisa de lo más sencilla, esta película de aventuras
se esforzó en todos los elementos técnicos que hicieran creíble la
batalla entre las dos razas, poniéndonos su argumento a los
desvalidos humanos exactamente como lo que tenían que ser:
meras piezas de ganado en un juego de caza donde lo
importante es el honor de los Predators. Inevitablemente una
humana acaba siendo coprotagonista, pero el modo en que el
Predator tolera su presencia se ajusta a su modo de reconocer el
valor, así que no es algo que chirríe en la historia.
44
45
Los detractores del primer “crossover” pudieron ver aquí
reforzados sus malos sentimientos: personajes algo planos,
tópicos, y situaciones previsibles. A pesar de todo, entretenida,
y con un buen nivel en los efectos especiales de las criaturas.
46
Es curioso que el mismo hombre que siempre había renegado
de todas las secuelas de la saga que él había iniciado, haya
acabado creando (por empeño personal, que sepamos) las
entregas más infames, diga lo que diga algún fan recalcitrante
del director.
47
Por si fuera poco, cuando uno ve Prometheus no puede evitar ver
elementos e incluso secuencias completas no tomadas prestadas
a modo de homenaje, sino copiadas directamente de todas las
demás entregas de la saga, algo que hace aún más trágico su
insistente desprecio de las anteriores secuelas, y su total
ineptitud como director, productor y creador de esta nueva saga
dentro de la vieja.
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En un movimiento que creemos propio de un niño pequeño
ansioso por la atención, Ridley Scott, que figuraba como
productor ejecutivo de esta nueva Alien 5, acabó retrasando la
preproducción (ya en marcha) para anunciar que antes
necesitaba continuar y dar por finalizada la saga que él mismo
había iniciado con Prometheus. Aun cuando todo el mundo ya
daba por olvidada esa saga por su propia mano (quizá
desalentado ante las críticas sobre la absoluta estupidez de
aquella precuela), Ridley Scott empezó a hacerse más y más
presente en vídeos de Internet y entrevistas anunciando su
nueva Prometheus, subtitulada como Paradise Lost. El nombre
cambió no mucho después a Alien: Paradise Lost (obviamente,
buscando el interés que había generado la preproducción de
Neill Blomkamp) y finalmente, llamándose simplemente Alien:
Covenant.
49
Visita Oats Studios:
https://oatsstudios.com
https://www.youtube.com/user/OatsStudios/featured
50
Mientras tanto, y por razones propias del típico mareo de la
perdiz, Scott no pudo contar con la participación de la actriz
Noomi Rapace todo lo que necesitaría (como obvia
protagonista), al parecer porque ya estaba inmersa en otros
proyectos, lo cual es lógico (¿quién en su sano juicio pararía su
carrera a la espera de que alguien quiera retomar un proyecto?),
así que el argumento se adaptó para tomar un camino
supuestamente bifurcado del argumento principal de esta saga,
a la espera de que dicha actriz pudiera regresar como
protagonista. Todo esto, por cierto, son explicaciones facilitadas
por el propio Ridley Scott, así que las contradicciones con lo
que se ve realmente en esta película son responsabilidad suya.
¿O no?
51
Además de copiar uno de sus carteles promocionales de uno
muy superior del videojuego Alien Isolation (2014), este film,
como Prometheus, está lleno de nuevas secuencias que saben a
bien conocidas, copiadas de las viejas secuelas. Eso sí, todo lo
aburrido que aporta este largometraje a partir de su mitad, es
totalmente original, y se nota.
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Hay gente que adora estas precuelas igual que nosotros
adoramos algunas de las secuelas. Sobre gustos no hay nada
escrito, pero lo que es innegable es que en ellas destaca la falta
de talento, o de ganas, y que no es permisible en alguien tan
crítico con el talento de los demás como lo es este director.
53
Xenomorfos multiformes: cómics, novelas, videojuegos y otras
mutaciones de “Alien”:
https://www.espinof.com/proyectos/xenomorfos-multiformes
-comics-novelas-videojuegos-y-otras-mutaciones-de-alien
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55
Como buen juego de acción, la historia se adapta al desarrollo
del juego. Básicamente, la Teniente Ripley se queda sola
después de que los Aliens hayan matado a todos los marines, y
ahora debe hacerlo todo sola, exactamente como le pasó al
marine del famoso Doom (juego para ordenadores de 1993, y
que también se lanzaría más tarde en excelentes versiones para
Saturn y Playstation).
56
Los ruidos de armas, gritos y bufidos de las criaturas son
extraídos de las mismas películas. La música, en cambio, es
totalmente original para el juego, y consiste en cortos temas de
menos de 3 minutos. A pesar de repetirse continuamente
mientras dura cada nivel, no se vuelven monótonos en ningún
momento, y su estilo combina elegante música electrónica de
corte ambiental con sonidos propios de música clásica. La
calidad sonora es tan alta que es un acompañamiento de
auténtico lujo para perderse en el juego.
57
58
La premisa es la de que Amanda Ripley (la hija de la
protagonista de la saga que era revelada en una escena de la
versión extendida de Aliens) es invitada por un androide de
Weyland Yutani para acompañarle y recibir en persona una
transmisión recogida por el piloto de una nave que está
prisionero en una estación espacial llamada Sevastopol. Dicha
estación es una gemela de la que arrastraban los protagonistas
de Alien, con lo que nada más verla el jugador ya recibe una
inquietante sensación de regreso a un hogar en el que fue de
todo menos feliz…
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Para colmo consigue a la perfección que sintamos a un único
Alien como una presencia amenazante y terrorífica, como
ocurría en la película. La criatura, que está diseñada con fiel
detalle en diseño y movimientos, produce una incertidumbre
que pone los pelos de punta. Hay juegos que en sí dan más
miedo, pero la tensión de no saber con seguridad si el Alien te
está mirando o no, o si se va a parar a buscar justo donde tú te
escondes, es algo indescriptible.
60
Una obra de arte que se queda sin continuación precisamente
porque, como dijo un poco desolado uno de sus creadores, no
vendió lo suficiente como para considerar que al público le
interese. Una auténtica injusticia para un juego en el que se ha
invertido tanto trabajo y pasión. Pero que desde aquí
recomendamos a todo el que le gusten de verdad los
videojuegos, tenga gusto o no de las pelis de Alien.
En lugar de hablar aquí “de oídas” sobre todos ellos, mejor os
dejamos con un artículo de la página web Vida Extra del año
2008, en el que se recogen los más característicos. Más como
curiosidad que otra cosa.
61
Leer “La historia de Alien en los videojuegos”:
https://www.vidaextra.com/fps/especial-la-historia-de-alien-e
n-los-videojuegos-i
62
Lo que se descubrió ante los ojos que escriben fue una peli con
formato de telefilm pero con una audacia inesperada en su
desvergonzada copia de la película de Ridley Scott. Aun así, se
las apaña para incluir elementos que son originales e
interesantes, y que si no hacen de ella una peli emblemática es
más que nada por el poco interés de los planos y un guión que,
sin ser demasiado malo, se desarrolla a lo largo de
conversaciones demasiado largas.
63
A pesar de ello, algunos personajes como el investigador
superviviente que encarna el famoso Klaus Kinski o la
aguerrida pero puerilmente fría oficial de seguridad que
interpretó Diane Salinger (y que de alguna manera me
recordaba a la androide Rachel de Blade Runner) consiguen
hacer sonreír al espectador por su aire de divertidos personajes
de dibujos animados.
https://photos.app.goo.gl/hoCawml0ZJPcP9ig2
64
De la siguiente película ya supimos más de casualidad que otra
cosa, cuando tras ver la osada epopeya espacial de serie B,
Starcrash (1978), buscamos otras producciones de su director,
Luigi Cozzi, esperando encontrar otra aberrante aventura igual
de divertida. Así fue como supimos de Contaminación: Alien
invade la Tierra, también conocida a veces, sin ninguna
vergüenza, como Alien 2 en España.
65
Esta producción, cuyo título en su patria nativa, Italia, es el de
“Contamination: Alien arriva sulla terra”, presentaba desde su
lanzamiento en 1980 un evidente interés en que cualquiera la
confundiera como una continuación de Alien, estrenada el año
anterior. Sin embargo, el argumento no tiene nada que ver con
Alien, ni de lejos. En todo caso, la historia hace ver que los
extraterrestres preparan una invasión al estilo La invasión de los
ultracuerpos, diseminando con la ayuda de humanos
hipnotizados unos huevos por todo el mundo… que nunca
hacen nada.
https://photos.app.goo.gl/iGM07tebuifZHRkq1
66
Existen muchas otras películas que de una manera u otra han
sido influenciadas por Alien o, sin serlo, no escapan a su sombra
conceptual por el mero hecho de ser posteriores. Algunas de las
más recientes, como la obra maestra que es Life (2017) pueden
ser incluso superiores films que quedan relegados al olvido o la
indiferencia por el simple hecho de parecer “una peli más al
estilo Alien”. Una verdadera injusticia.
67
Lo curioso al haber visto Alien es que, como le pasará a todo
lector que disponga de este recopilatorio en estos momentos, es
habitual que vuelva a la memoria traído por alguna
reminiscencia en alguna otra obra, sea de naturaleza lúdica,
cinematográfica, musical o literaria. Algo que ocurre con toda
obra que ha sido determinante en lo técnico, lo conceptual, en el
nivel de impacto emocional o el cultural, pero que se da mucho
más a menudo cuando, como ocurre con Alien, es en todo ello a
la vez.
68
Relato ganador del segundo
concurso Historias Pulp
—Alien de Ridley Scott—
69
El Autor
70
El extraño incidente de Jonathan Doe
por Mariano Giménez
71
—A decir verdad, no estoy seguro de si fue un sueño —se
apresuró a aclarar—. Estos suelen tener secuencias azarosas y
nada lógicas. Lo que aconteció, aun siendo una experiencia de
conciencia alterada, era mucho más elaborado.
72
alimaña no entraba antes. Me sentí desfallecer. Nada mas
importaba, la bestia prevalecería. Caí pesado al suelo. Mi vista
nublada por lágrimas y sudor había encallado en un punto
luminoso de aquel recinto. La luz se expandía, crecía en tamaño.
Pronto me sentí envuelto en aquel manto cetrino. Cerré mis ojos
y me abandoné a un grito silencioso. Vi mis mandíbulas
tensionadas y endurecidas y de mis ojos coronados de venas
sangrantes brotaban copiosos sorbos de lágrimas. Me sentí
flotar. Y me vi a mí mismo siendo arrastrado a mis fauces
abiertas. Luché con desespero, pero fui engullido por esa
abertura. Pronto me vi sumido en las tinieblas…
73
Visiblemente turbado, el interrogado paró abruptamente. Se
llevó el puño a la altura de la boca como para contrarrestar una
tos. Pareció haber sufrido un espasmo inesperado. Como
armándose de valor, continuó:
74
Me puse de pie con gran dificultad, tomé lo que solo podría
describirse como mi muda de piel y quise salir corriendo de ese
sitio. Noté que me encorvaba. Si bien no sentía dolor, estaba,
claramente, desollado. Mis músculos se habían saponificado y
se habían tornado viscosos. Eran de un terrible tono entre
mostaza y verde mate. Noté de pronto que no era solo yo el que
estaba sufriendo modificaciones, algo iba cambiando en mi
entorno. Los huevos que había descrito al principio, que
parecían incontables en aquel paraje infernal, lucían como si se
estuvieran derritiendo. Perdían volumen y su masa se tornaba
en una sustancia macilenta y fétida. Todos y cada uno de esos
huevos iban perdiendo líquido, como si se fueran tornando en
una creciente amalgama acuosa.
76
Visiblemente perturbado cubrió sus ojos con la palma de su
mano. Sudaba a mares y se le notaba crecientemente inquieto.
***
77
—Yo, Jonathan Doe, encargado de las Labores operativas y
tecnología de comunicación de la nave comercial “Vortex” con
destino a la Tierra. Había estado en desacuerdo con bajar a este
planeta. No tenían ni el equipamiento ni el entrenamiento para
operaciones de rescate, pero las obligaciones de los tripulantes
dictan que ante una señal de posible origen inteligente no se
podía ser indiferente.
78
Relatos seleccionados del
segundo concurso Historias
Pulp
—Alien de Ridley Scott—
79
La Autora
80
Patricia en soundcloud:
https://soundcloud.com/patricia—lopez—974327289
Patricia en YouTube:
https://www.youtube.com/channel/UCdTuOD7RdgxXMRj9
HSxf8JA
81
Alien: el polizón furtivo
por Patricia López Pereira
—El café está delicioso, cariño. ¿Y dónde dices que lo
compraste? —Pregunta Jeunet a su esposa, aspirando el aroma
que emana de la taza y saboreando el trago, cogiéndola con
ambas manos.
82
distorsionada.— Cielo, ¿Estás bien?
— Sí, claro…
—¡¡Aaaaa!!
—James…
84
mando, ¿cómo vas? Cambio.
—¿Qué?
85
Los dos hombres se asustan de nuevo.
—No solo es una criatura difícil de matar —dice James con su
habitual tono tranquilo y sereno—, además parece poseer
inteligencia, seguramente fue esa cosa la que destruyó el panel
de control, tiene sentido, dada su pasada experiencia, está claro
que viene resarcido; la verdad, me siento fascinado con estos
acontecimientos.
86
tomar por culo con todo!!
87
lados, como intentando ver por el rabillo del ojo. Jeunet y James
se quedan atónitos con la boca abierta como si quisieran decir
algo, hasta que James levanta una mano señalando y dice:
88
—¿Hay más de una entonces? —Pregunta Jeunet
entrecortadamente, temblando.
89
La voz de la nave comienza a hablar sobresaltando a Jeunet.
—Impresionante.
90
Saliendo de la nave Jeunet, ve a James disparando el
lanzallamas y gritando:
91
La cola
Fueron los diez segundos más largos de su vida; por fin, la
nave se separa y comienza a alejarse. Jeunet, todavía
conmocionado, se sienta mirando a la pantalla.
92
—Confidencial. No relevante para tripulación de a bordo.
No recibe respuesta.
—Información confidencial.
—Información confidencial.
93
a la urgencia de la situación y que esta era la nave mas cercana.
94
—Confirmado, las tres lanzaderas han sido destruidas.
—…
95
—…
FIN
https://drive.google.com/open?id=1kh8Rr-lQbB346k6h_DmQ
GwMr1jgy3gaN
96
La Autora
97
El intruso
por Silvia Alejandra Fernández
98
Oyó el ansiado clic de la cerradura de su cubículo. Las luces
habían dejado de parpadear y su cámara se abrió.
100
humanos, aire respirable, 43 grados de temperatura, intruso
infectado a punto de ser eliminado.
101
—Bajando temperatura, cerrando atmósfera respirable,
intruso infectado exterminado, espécimen asegurado dentro de
un individuo sano —confirmó Mother, antes de apagar las luces
internas de la nave, continuando el viaje de regreso hacia la
Tierra.
102
El Autor
103
El blog de Josep Casanova Rosa:
http://jotacerosa.blogspot.com.es/p/enlaces.html
104
El último beso del Anshar
por Josep Casanova Rosa
105
rapidez y precisión. Cierro los ojos y trato de recordar cómo he
llegado a esta situación.
106
107
Me habría gustado ir con Sandra; como un paseo romántico
bajo una luna que nunca había presenciado a dos enamorados
caminando bajo ella ni inspirado a poeta alguno, pero Antuán
se encargó de que no fuera así. Nos colocó en grupos distintos,
una decisión indiscutible, y él se asignó como jefe en el grupo de
ella. Muy predecible. Pero nos reuniríamos de nuevo en unas
horas y todo volvería a ser como antes. Qué equivocado estaba.
108
Los tres restantes emprendimos una retirada desordenada,
tropezando y estrellándonos contra todas partes mientras esos
seres aparecían y desaparecían entre las rocas. Se movían por
las superficies verticales como si nada, saltando y deslizándose
en todas direcciones como cazadores expertos jugando con sus
presas. No sé quién fue el siguiente en desaparecer. Creo que
yo.
109
Me quedo congelado por el miedo mientras esa cosa
abandona el cuerpo de mi compañero y se pierde en la
oscuridad de la noche eterna de este planeta maldito. Ahora
comprendo.
110
Allí está Sandra, tan preciosa como siempre, y doy gracias al
cielo por, a pesar de haberme otorgado este destino tan terrible,
permitirme verla por última vez. Pero a su lado está Antuán,
acariciándole el hombro; ella parece muy afectada por lo
sucedido y él trata de consolarla.
111
El Autor
Luis Bravo
112
113
Eternity
por Luis Bravo
.
.
.
.
En espera
.
.
Tripulación:
Estado:
Ultra—estasis profundo
Origen:
114
Nave HSS – Eternity
Parámetro:
.
.
***CONEXIÓN ESTABLECIDA***
.
***PRECAUCIÓN***
Denegado
.
.
Aprobado.
115
.
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.
.
.
***CONEXIÓN ESTABLECIDA***
.
.
Estado receptor:
Crio—sueño activo
.
.
.
***PRECAUCIÓN***
116
Posibles datos MTC corruptos – Confirme inicio
Aprobado
.
.
.
.
117
Capítulo 1 – Origen
«… un sistema ambiental de primer nivel, avances en la
nanotecnología y prototipos biotecnológicos que hacen de ésta nave de
híper salto sideral…».
—Hexen es el mejor, él ya ha hecho su primer salto
intergaláctico. Eso en definitiva lo pone en la lista de los más
listos, acaso en primer lugar —refunfuña Locke, soltando una
gran bocanada de humo y volviendo a aspirar el puro que tenía
entre los labios.
Ya has visto antes su poder destructivo, un exceso de
violencia y, claro, también de peso.
118
—Dile eso a mi Dragón Negro, éste bebé mataría hasta a un
dios.
El transbordador en el que te ubicas es tan holgado como
una ración de supervivencia, un rincón de cincuenta por cien
metros donde se debe estar sentado hasta que se llegue al nido,
una vez ahí recibir órdenes de algún burdo oficial a cargo. Un
ciclo que, tras cinco años de servicio, te está pareciendo
absurdo, insufrible, algo así como una agonía por gas tóxico.
Ya estás aburrido de esperar, ya estás aburrido de cuidar a
tanto científico que cree comprender algo de la complicada
arquitectura del universo, y más aún de los organismos
biológicos multicelulares. Sin embargo, sabes muy bien que allá
en la tierra, casi al otro lado del universo, no hay nadie que te
espere.
119
«Sean bienvenidos al HSS – Eternity, esperen en sus asientos
hasta que las puertas…».
—¡Muy bien nenas! —la rasposa voz del general inunda el
transbordador, un fornido tipo de casi dos metros de alto
comienza a caminar por el pequeño pasillo, erguido como una
torre—. ¡Es hora de trabajar! ¡Quiero responsabilidad, disciplina
y orden! ¡En especial contigo Wolff!
Levantas la mano, topando tu frente con los dedos y le
brindas un sarcástico saludo militar. Nunca te agradó el vejete
ése pero trabajo era trabajo, y por más que aquel tuviera canas
hasta en la barba, era el que iba a hacer que los créditos llegaran
a salvo a tu cuenta.
—General Scourse, pido la palabra —gruñe Locke; el general
le responde afirmando con el rostro—. ¿Nos permitirán fumar o
serán como los idiotas de la estación Ultimus?
—¡Ah, joder! —masculla, a la par arroja el puro hacia sus
pies y lo pisa con insistencia.
120
—¡Escuadra delta, en formación!
El general se hace a un lado dejando pasar a todos los
soldados de la hilera de delante, todos con un uniforme
distintivo de color vino, botas, guantes y coraza pectoral color
acero. En total logras contar veinticinco Especialistas, gente que
ya poseía más de quince años de servicio y tantos implantes
sintéticos que era difícil pensar que aún seguían siendo
humanos. Sientes una repulsión que avanza desde la boca de tu
estómago hasta tu garganta mientras te imaginas con implantes
sintéticos.
—¡Especialistas! ¡Ya se debe haber descargado en su base de
datos el plano de Eternity! —cuatro personajes extraños los
esperaban, según parecía ya habían dado las órdenes
correspondientes al primer grupo—. Procedan al lugar indicado
en sus retículas y esperen órdenes, aquellos que vayan al
121
depósito de muestras tienen una orden especial que será
descargada pronto en su base de datos. ¡Dispérsense!
«Tan cobardes como para no confiar en sí mismos y dejarse
corromper por las máquinas».
Sabes que no debes hablar, así que te muerdes la lengua y
escupes al piso en desagrado, mientras avanzas a paso lento.
Todos los Sombríos se disponen en una hilera horizontal, tú les
sigues el juego; de los cuatro personajes que divisaste, reconoces
a dos de inmediato: uniforme celeste, pertenecientes a la
división científica. Éstos se hallan a los costados de los otros
dos, a manera de escolta; de los cuales, el que daba las órdenes
estaba vestido de civil, sin algún tipo de distintivo, sólo una
chaqueta negra con una camiseta blanca debajo, una gorra de
camuflaje y unas botas militares que se escondían bajo un
pantalón caqui. El otro poseía tantas insignias que parecía que
cargaba con las del civil, su uniforme marrón claro indicaba que
estaba designado al puesto de mando de la nave.
«¿Mejoras? ¿Qué clase de idiota es ése que llama mejoras a
eso?».
122
—El conjunto de ascensores que ven detrás es la columna
vertebral de ésta nave, al igual que el acceso a todas y cada una
de las áreas de Eternity. Actualmente poseemos quinientos
pisos, todos determinados por una codificación ascendente
desde los niveles más bajos, el de los motores. Además, la nave
tiene disposición romboide, así que los ambientes tienen
códigos de acuerdo a Norte, Sur, Este, Oeste, tomando como
referencia el ascensor.
Tus ojos van a posarse en el general que, poco a poco, entra
en escena. Lo ves distraído en una libreta roja. Eso sólo indica
una cosa: órdenes especiales. Algo consternado, se sitúa delante
de ustedes y procede a dar órdenes.
—Locke, vas al «nicho», 175ES – 732, ehm —ves que el
general fija la mirada en ti, luego mira al civil; aquel le devuelve
una mirada de acero—, Wolff, te toca ir a «Génesis» 175O – 1.
Raindart, Spearman y Solas, a ustedes les toca ir a reforzar la
seguridad en el área de especímenes…
No logras escuchar mucho más puesto que te diriges al
ascensor, subes unas escaleras de metal y cruzas un amplio
vestíbulo, en los vidrios de las ventanas puedes ver el oscuro
universo. En fin, donde ustedes se hallan es casi al borde del
123
mapa, no existen muchas de las bellísimas nebulosas de otros
parajes.
—¿A qué crees que se halla referido con que a mí me toca
Génesis? —le preguntas algo consternado a Locke.
Las puertas se abren y estiras la mano, haciendo una jocosa
venia.
El ascensor se mueve veloz, sin embargo su movimiento no
se siente dentro de éste, algo típico en las estaciones espaciales y
las naves de alta gama. Al cabo de unos segundos llegan al piso
175, las puertas se abren y Locke sale primero, el prominente
cuerpo de aquel, más el exoesqueleto que tiene equipado lo
hacen ver como una mole de tres metros.
124
«Otro necio que no desea corromper su cuerpo con
implantes sintéticos».
—Ja, ja, ja —dices llevándote la mano hacia la boca—.
¿Cucaracha? ¡Están de broma!
Pronto el jolgorio que te invadía se detiene de improviso.
Tus ojos ven una instalación de por lo menos cuatro pisos de
125
alto y un kilómetro de ancho, cientos de «celestitos» yendo de
un lado a otro y algo parecido a un diamante negro en medio de
toda la edificación.
—Soy el comandante Roach, soy el amo y señor de Génesis,
y de todo lo que esté dentro de su área —te dice mientras no
aparta la vista de una carpeta holográfica—. Verás cosas aquí
que escapen a tu entendimiento, cosas que vulneren tu moral.
Espero no te orines, que no estás aquí para que se te cambie tu
pañal.
Roach se detiene y, sin importarle un comino, le entrega la
carpeta a cualquiera que pase, acto seguido se acerca a ti,
mirándote a los ojos en actitud amenazadora.
—Me han referido que eres el único aquí que maneja ese rifle
de pulso como si fuera parte de tu cuerpo, así que como tu arma
es limpia, serás mi guardaespaldas, de ahora en adelante me
seguirás a donde vaya. No hables, no respires, no quiero ni
siquiera sentirte. ¿Entendido?
126
—Afirmativo.
Sientes que tu cuerpo se está congelando de miedo, pronto un
escalofrío recorre tu columna vertebral agitando tus sentidos, es
un terror tan primario que te hace sentir como si miles de
parásitos estuvieran arrastrándose por debajo de tu piel.
Quieres gritar pero no puedes, tu boca parece cosida, tus
miembros amputados, tus ojos cegados, tu cuerpo devorado.
127
En medio de la nada una silueta aparece frente a tu rostro, es
como si la noche más oscura se hubiera materializado en una
nube tóxica, una que poseía infinidad de dientes afilados,
babeantes, hambrientos. Aquella cosa sisea, abriendo
lentamente las inmensas fauces, la saliva chorrea como un caño
abierto; no tiene ojos pero sientes su mirada atravesándote el
alma. Es el fin, lo sabes, no hay escapatoria.
¡Kjaaaaa!
Tu cerebro pronto te alerta que aún estás con vida, tu vista
comienza a aclararse mostrándote las frías paredes de metal de
tu dormitorio. Golpeas con tus puños el colchón. Ya estás harto
de despertar todas las madrugadas con esas malditas pesadillas.
Te yergues hasta estar sentado y tapas tu cara con las manos,
parte de tu copioso cabello negro se precipita sobre tus manos.
Vuelves a derrumbar tu cuerpo sobre la cama. Tus ojos se
centran en el techo.
128
esperando a que te duermas de nuevo. Apartas la sábana con la
que te cubrías y enciendes la luz de tu mesa, una pálida luz fría
baña las cuatro paredes que conoces como habitación pero que
prefieres llamar «lata de sardinas». Revisas la hora en tu
brazalete táctico, una verduzca luz parpadeante baña tu rostro:
«03:45». Estiras tus entumecidos músculos, haces crujir tus
articulaciones y te levantas de la cama. Caminas hacia el espejo,
tus ojos marrones se ven reflejados en él, ves tu barba crecida, tu
cabello que llega hasta la frente, la cicatriz que cruza
transversalmente tu puente nasal; tras mirarla por unos
momentos pasas la yema de los dedos por sus bordes brillantes.
El grito ahogado de una niña se reproduce en tu mente, apoyas
tus manos en el lavadero de metal y agitas la cabeza. El pasado
debe quedarse donde está. Muerto y enterrado.
130
—Despache el ascensor de regreso al nivel 45, inhabilite
cualquier bloqueo de seguridad.
El ascensor soltó un alegre tono leve y cambió su color de
amarillo a verde, en cuestión de segundos bajó desde el nivel
superior hasta el que se hallaba.
El ascensor se cierra y, sin esperar a que teclees, te lleva
directo al nivel 175. Sientes que tu pulso se eleva, tus manos
comienzan a sudar bajo los guanteletes tácticos, a la par, un
vacío en tu estómago te va indicando algo que deseas negar con
todo tu ser: algo muy extraño está sucediendo. Llegas al piso
175, tus manos sujetan con firmeza el rifle de pulso. Las puertas
se abren, como liberándote de una cárcel oscura, sales del
ascensor a paso apresurado y éste se cierra tras de ti. Volteas a
verlo. Como era de esperarse, retornó a su estado bloqueado,
como si estuviera en uso.
131
—¡A la mierda! —mascullas, mientras liberas el seguro de tu
rifle, un pitido te informa que las cargas de antimateria están
listas y calibradas—. Abriré fuego a cualquiera que se ponga
delante de mí.
Pateas la puerta y entras en menos de un segundo, la mira
reticular brilla y parpadea, el arma no encuentra rastro de
materia orgánica ni objetivos en movimiento. Relajas la espalda
y el cuello y avanzas. El subnivel de la entrada, aunque pocas
veces parabas ahí, lo conoces muy bien: un área desordenada
con cientos de cajas, trajes de aislamiento y armazones de
estructuras metálicas. Tus pies esquivan el desorden con
destreza hasta que llegas a las escaleras de acceso al segundo
subnivel, el del procesamiento de muestras; algo más ordenado
que el anterior pero mucho más fácil de investigar ya que el
área estaba aislada. Era un enorme cuarto con cristales de alto
impacto, varias cosas indescifrables flotando en agua y equipos
de alta tecnología que procesaban muestras de tejido y ,alguna
que otra vez, material orgánico recién salido «del horno», es
decir «caliente y latiendo».
—Nadie aquí —te dices al ver que las luces están
apagadas—. Ése cuarto tiene sensores de movimiento.
132
Te diriges a la escalera de acceso al tercer subnivel —el de
criogenia—, cuando una luz se enciende a lo lejos y la retícula
de tu arma se enciende en color amarillo.
Ése estruendo eriza toda la piel de tu cuerpo, no sabes qué
significa eso pero son graves problemas. Lo único que lograste
captar en los últimos meses fue que dentro de esa especie de
diamante llamado Génesis se hallaba lo que ellos llamaban
Omega, un arma que habían estado fabricando desde hacía años
atrás.
Has presionado el gatillo pero tu arma no ha disparado, era
obvio, estaba diseñada para evitar fuego aliado…
133
—¡¿Pero qué…?! —exclamas sin poder entender lo que estás
viendo.
El comandante Roach, con el rostro ensangrentado y con una
herida abierta a la altura del omoplato se te acerca y trata de
sujetarte de los hombros.
—¿Se ha vuelto loco? ¡El Nostromo explotó en mil pedazos
por fallas en la navegación! ¡Nadie sobrevivió de eso! ¡Nadie!
—levantas la mirada al techo y gritas—. ¡Control maestro!
134
—Anula la alimentación de electricidad a Génesis
—escuchas decir a Roach—. Realízalo según la supresión 3675.
«Confirme orden».
135
tras años y años de investigar la tecnología de los ingenieros.
Aprendimos tanto de las fortalezas como de las debilidades de
lo que bautizamos como «xenomorfo». Así pues en el año 2145
realizamos el tan ansiado éxodo de todos los especímenes
encontrados en esa nave, ¿dónde crees que se hallan ahora?
¿Por qué crees que el nivel de procesamiento de muestras y el
de criogenia están aislados y sólo pueden acceder sintéticos?
¡Piensa joder! ¡Piensa!
Tu mente hace tiempo que ha dejado de escuchar al loco
comandante Roach, ahora lo único que buscas es la manera de
matarlo, si no, pensarán que fuiste su cómplice. De repente unas
luces comienzan a iluminar el recinto, giras y ves a cientos de
soldados bajando las escaleras de acceso. Al fin lograrán parar
aquel sinsentido.
136
Sueltas la precaria arma iónica, sujetas tu rifle y corres.
Llegas a la puerta, la abres y huyes, no sabes a dónde, no sabes
de qué, ni siquiera el porqué, tan sólo lo haces. Las danzantes
luces te alcanzan, sin embargo no paras a intercambiar palabra
alguna, sólo corres eludiendo a cada uno de los soldados que a
paso rápido se dirigen al cuarto de control. Vas dejando los
subniveles atrás en tu desesperada huida, una onda expansiva
hace que trastabilles y te des de cara contra el piso.
¡KJJJAAAAAA!
Otra vez aquella voz, otra vez aquella locura, ya no más,
sientes que la realidad se está cayendo a pedazos, sientes que
todo ya no tiene sentido. Giras la mirada hacia los pisos
inferiores y ves el infierno desatado, miles de criaturas obscuras,
con colas alargadas, devorando a todos los soldados, escuchas
disparos, explosiones. Todo tan lejano, como si ya no importara.
«Siento tu dolor, escucho las voces de tu hija y tu esposa,
arrebatadas de tus brazos, muertas por tu inactividad, por no
defender lo que creías correcto. Escucho todos esos demonios dentro
de ti, escucho cómo desgarran tu ser, lo que no sabes es que… —el
inmenso rostro de la criatura se acerca hacia ti tanto que puedes
sentir su putrefacto aliento—. Hoy día, en éste amanecer
sangriento, todos nos hemos convertido en demonios.»
138
«Siempre huiste pero la realidad siempre te atrapó. Qué lástima
que no puedas ser un lobo si vives como un cordero. La hora del lobo
ha llegado y sé cuando estoy ante el rey del caos.»
Un fogonazo se abrió a la altura de los cuernos de la criatura,
ésta chilla a la vez que te suelta. Caes al piso con un golpe
pesado y te levantas, algo mareado; ves que a unos metros se
encuentra Locke, su dragón negro escupe todo tipo de
proyectiles, con su mano derecha te indica que te retires, que él
te cubre. Sales disparado por su costado y huyes. Tus ojos se
centran en los ascensores que ahora se hallan operativos, volteas
y ves un mar negro de criaturas saliendo del corazón de
Génesis. Apuntas y disparas, cada carga perfora los cuerpos de
las criaturas destajándolas como mantequilla, tecleas en el panel
el número 33, el nivel donde se hallan las cápsulas de escape.
Volteas y sigues disparando, te preguntas cómo será la sangre
de esas bestias, tu arma, al ser limpia, desintegra y cauteriza
todo a su paso, evitando el asqueroso proceso de la limpieza. El
ascensor suelta un pitido al llegar hasta ti y entras en él, volteas
y apuntas el arma hacia afuera pero no disparas, te sorprende
ver cómo esas bestias te miran absortas… como si vieran algo en
ti.
En cuestión de segundos llegas hasta el nivel 33 y corres
hacia las cápsulas de escape automatizado, entras en ellas,
cierras la puerta tras de ti, corres hacia el control automático y
programas la eyección. Ya en la oscuridad de la galaxia miras a
través de la pequeña ventana cómo poco a poco Eternity es
tragado por una horda incesante de criaturas, sangre, fuego y
explosiones, aquel paraíso ahora convertido en un infierno.
139
Abres la celda de crioestasis y sonríes.
—¿Qué es lo que les vendrá a la cabeza cuando al pasar mi
memoria biológica—cuántica, al pobre diablo al que se la pasen,
vean que de su pecho sale un demonio regurgitado de las
entrañas del mismo averno? —te carcajeas lleno de placer y
palpas la herida que tienes en la espalda—. Ahora entiendo tu
plan, Madre. Ahora déjamelo todo a mí, déjame convertirme en
el gran devorador.
Al cerrarse la celda nunca antes te sentiste tan en paz contigo
mismo, nunca antes sentiste el poder pulsante de una galaxia en
nacimiento en tu corazón. Y ahora que lo sabes, agradeces no
haberte volado la cabeza cuando abrazaste los cadáveres
sangrantes de tu esposa y tu hija.
140
El Autor
Charly V
141
142
1
El agua dentro del drenaje nos llegaba a las rodillas, entre eso
y la oscuridad teníamos que avanzar con cautela. La linterna de
nuestras armas no era suficiente para ver dentro de la oscura
cavidad.
Aunque Jaime era el más joven del grupo sabía que no era
alguien al que el miedo le hiciera imaginar ruidos. Desde
siempre había demostrado valentía.
143
—¡Guarden silencio!
—¡Por allá!
Dentro de uno de los túneles, aun con poca luz, pudimos ver
la silueta moverse para, de pronto, introducirse de nuevo al
agua. No es que se estuviera escondiendo de nosotros, al
parecer nos acechaba. En realidad nos consideraba sus presas.
Las ondas del agua chocaban en nuestras piernas. Era posible
que se acercara pero no podíamos notarlo, ninguno de los
cuatro podía ver dónde se encontraba. Eso ponía nervioso a
Jerry, que sacó su 9 milímetros para dar unos disparos al agua.
—Vaya suerte que tienes. ¿Quién diría que matarías esa cosa
con tu pistola de juguete?
—¿Qué dices?
144
Ni siquiera Jerry lo creía. Ni aún cuando vio el cadáver de la
bestia sobre la coladera que, por el ácido que brotaba como
sangre de su cuerpo, comenzaba a debilitarse.
—¿Qué opinas de esto Rob? Parece que cada vez son más
decepcionantes estas criaturas.
145
—Esto es muy extraño, me hace recordar la primera vez que
nos enfrentamos a esas cosas.
—¡Ayuda! ¡Ayuda!
146
—¡Gracias, Helen, esa cosa casi me devora!
—¿Qué ocu…
—¡Cuidado chi…!
147
2
148
¿Un avión? ¿Un arma? Pareciera que un meteoro viniera
hacia nosotros, sin embargo no avanzaba, se mantenía
suspendido en el mismo lugar, flotando en el cielo en medio de
las luces. Los relámpagos venían de él, lentamente emergía de la
nada y el humo que emanaba era tan denso que al poco tiempo
se encontraba en la calles. Era todo un caos y de pronto… esa
cosa… esa cosa… esa cosa se desplomó arrasando con todo lo
que se encontrara en su camino, al tiempo que atravesaba la
ciudad y caía en el gran lago que la dividía. Al caer, el vapor fue
tanto que una gran columna blanca se elevó al cielo.
149
—¡Aprende a conducir idiota! Traigo la sirena puesta.
Yo no dije nada, pero estaba seguro que era yo quien más lo
lamentaría.
150
3
151
—Aquí equipo verde, bañados en excremento pero aún con
vida.
—Eso es un…
152
—¿Pero por qué se quitó su coraza?
153
—Pero Jaime aún está inconsciente, no podemos dejarlo.
154
4
No era un meteorito.
155
Bajar a la nave fue fácil, entrar a ella lo fue aún más. Todos
esos fragmentos que se habían desprendido la dejaron llena de
huecos y boquetes por donde entrar. El calor del metal
evaporaba el agua que inundaba el cráter, el bochorno era
molesto pero no lo suficiente como para no poder pasar.
—Deberíamos regresar.
—¡Corre, no te detengas!
—Rápido, a la izquierda.
156
—¡Salta!
—¿Dónde estamos?
157
—Estamos perdidos dentro de algo que cayó de la nada y sin
idea de cómo salir, además de que aunque salgamos nadie nos
creerá, ni siquiera tenemos una cámara. ¿Cómo quieres que no
nos juzguen locos?
—¡Abajo!
158
5
159
Rob no solo era eficiente, de no ser por él no tendríamos
oportunidad contra esas cosas. La información que poseía y su
habilidades de organización y planeación nos habían permitido
funcionar como equipo aun haciendo esto clandestinamente.
Los recursos para nuestro equipamiento los obteníamos gracias
a inversiones que el realizaba, en poco tiempo la empresa que
registró a mi nombre había amasado una considerable fortuna
tan solo en movimientos comerciales realizados desde una
laptop.
160
Algo me había detectado y yo aún no sabía dónde se
encontraba. Su característico ronroneo espectral se escuchaba al
frente, tendría que acercarme con cautela. Sabía que me había
escuchado, sin embargo no se movía, permanecía quieto en el
mismo lugar. “¿Qué sucede?”, me pregunté para mis adentros,
“algo aquí está mal”. De pronto, unas rocas detrás de mí
cayeron al agua haciendo un fuerte chasquido que me hacía
comprender la situación.
161
162
Aún faltaban dos monstruos más, no me dio tiempo voltear
el arma para usar el cañón, y el arpón no podría utilizarlo una
vez más; el arma había llegado a su capacidad máxima de
energía, la bestia avanzaba, sus garras le daban buena sujeción a
pesar del agua. En un salto se arrojó hacia mí, en un segundo vi
su rostro como el de la muerte, invitándome a acompañarle,
pude sentir cómo su mirada se cruzaba con la mía aun sin tener
ojos. Si este era el fin, al menos había formado un buen equipo,
ellos me vengarían.
163
6
—¿Escuchaste eso?
—¿Quién eres?
Contesté gritándole.
164
Nos desconcertó ver que el tipo se encontraba con todo el
cuerpo destrozado.Su torso sin extremidades estaba retorcido y
prensado entre los fierros.
—No tengo idea, pero su rostro es igual a los tipos que nos
atacaron.
165
—Hablas como nosotros. ¿Cómo es que nos entiendes?
166
—Al parecer no hay tiempo para muchas explicaciones, lo
único que necesitan saber es que necesitan de mí para
sobrevivir.
167
7
—¡Aléjate de él!
—¿Estás bien?
168
—¿Por qué vinieron? Les dije que me esperaran.
169
8
170
—¿Cómo es que no echas de menos tu cuerpo cuando ahora
solo eres una cabeza parlante?
171
>>Yo, por ejemplo, soy la evolución de una creación humana.
En la inmensidad del espacio se escuchan historias y leyendas
de ellos, de cómo siendo un raza brillante fueron exterminados
por sus propios creadores, quienes también crearon un
depredador para ellos, una criatura que no solo consume su
carne, sino su ADN, fusionándose con él. En su intento por
sobrevivir, huyeron por toda la galaxia llevando la infección con
ellos.
172
>>El plan funcionó, pero la nave no tenía la potencia para
evitar ser atraídos por la fuerza de atracción. Poco a poco
íbamos hacia el centro. Un nuevo plan se les ocurrió para
salvarse, decidieron refugiarse en el búnker de la nave mientras
que yo me quedé para pilotear la nave y utilizar el híper salto
para salir de la poderosa fuerza. Parece ser que eso fue lo que
nos trajo aquí.
173
—Diles algo, diles que te ayudamos.
174
9
175
Por más reina que sea, cuatro tiros directos del rayo de calor
destrozaron sus entrañas haciéndola hervir por dentro, llevando
sus venas al límite. Cuando vimos la hinchazón creciente en sus
músculos, sabíamos lo que a continuación pasaría. Por instinto
nos sumergimos al agua al tiempo que el animal explotaba,
convirtiéndose en una verde lluvia de ácido que quemó en un
instante todo fuera del agua.
176
El Autor
Email: danielleuzzi@yahoo.com.ar
177
Mención especial en Concurso nacional Sindicato Luz y
Fuerza (2005), Terreno Literario (XI Concurso de narrativa y
Poesía Editorial De los cuatro vientos 2005), Relatos Andantes 4,
Editorial Dunken (2005), Latinoamérica Escribe (Antología
Literaria 2004, Editorial Raíz Alternativa), Poesías en
Centropoetico.com (2004), Cuento en Letrasperdidas.com
(2004).
178
Blog Personal:
http://unafocaeneldesierto.blogspot.com.es
Facebook:
https://www.facebook.com/unafocaeneldesierto/
https://www.facebook.com/losbramidos.deunafoca?ref=br_rs
179
Kane
por Fabián Daniel Leuzzi
180
Escapar, escapar… Lo único que quería Kane era escapar.
182
y enormes montañas se veían en el horizonte. Kane estaba a
punto de enloquecer…
183
Gruesos arañones se evidenciaban en la misma. Un súbito
temblor acosó a Kane al imaginar las garras que los podrían
haber provocado.
184
Unas náuseas infinitas lo abordaron. Su estómago se rebeló y
vomitó hacia un costado. No podía reaccionar, estaba
colapsado, solo y muy lejos de la Tierra.
185
El Autor
186
La bestia estelar
por Josep Manel Rosell Subirats
Era una de esas naves de carga, enormes, que servían para
abastecer a las miles de colonias con las cuales las autoridades
de la Tierra infestaron el profundo y oscuro espacio exterior,
cuando empezó a quedar claro que en el antes llamado planeta
azul quedaba poco espacio y, lo más importante, ninguna
esperanza para la Humanidad. Con un poco de suerte, si
lograbas un puesto en la Federación Comercial, podías tener
acceso a un puesto fijo, rotativo, en alguna de estas naves. El
trabajo no es que fuera como para romperse la cabeza, el sueldo
era más bien escaso, pero si hacías las cosas bien y lograbas una
hoja de servicios limpia, te permitían adquirir con un tanto por
ciento de descuento un pedazo de tierra medianamente fértil en
alguna de las colonias.
Lo más jodido era el hecho de permanecer años, puede que
incluso lustros, en hibernación. La primera vez, al poco de
alistarme en la Federación, me dijeron que la cosa no tenía
mayores problemas y que apenas dejaba secuelas, aparte de una
migraña que podía durarte un día o dos como máximo. Pero
cuando conocimos a un veterano, éste nos explicó que la
realidad era bien distinta. Si lograbas que el dolor de cabeza te
durara al menos una semana ya podías considerarte afortunado.
Aquel hombre, de apenas sesenta años de edad, pero que
aparentaba tener veinte más, era un ejemplo viviente del típico
187
profesional que la Federación presentaba como “modélico”. Su
nombre era Randolph Quest, entró en la Federación Comercial a
los veintipocos años, básicamente porque no había logrado
entrar en la Academia Estelar y andaba con ganas de vivir
aventuras en el Espacio y, de paso, hacerse un lugar y un futuro
en alguna de nuestras colonias. Como todo novato, empezó
ilusionado, pero pronto le quedó claro que aquello no iba a ser
una aventura. Le destinaron a una nave de transporte de
colonos bajo las órdenes de un cretino, enchufado por algún alto
cargo de la Federación para dirigir naves de alta categoría pero
que no había pasado ni por asomo los exámenes de capitanía,
rigurosos para según quién. El resultado fue que la mitad de los
colonos en hibernación murieron por su incompetencia, al no
saber programar con exactitud los controles del sistema de
mantenimiento vital.
Pero lo peor de aquella historia no fué ya las muertes de
personas inocentes, que buscaban un futuro mejor en algún
rincón perdido de las galaxias, lo peor de todo es que aquel
cretino falsificó los datos de computarización, con el claro
objetivo de quitarse la responsabilidad de encima. En
consecuencia todos los oficiales fueron expedientados,
incluyendo Quest, que terminó degradado y en una nave de
carga de segunda clase. Allí estuvo pudriéndose durante los
siguientes treinta años de su vida, ocultando la frustración y la
rabia con alcohol mal destilado.
188
mierda en la que estaba, la “Nostromo” destacaba por contar
con un capitán, Dallas, con fama de ser muy profesional y
ducho en el arte de dirigir una nave. Pocos días antes de
embarcar, recibió una circular directa del alto mando de la
Federación, que le informaba de que su traslado había quedado
suspendido. En su lugar enviaron a la Teniente Ripley, a quien
conocía pues habían estado juntos en un par de cursos
formativos en la Estación Alpha. Se alegró mucho por ella, pero
estaba claro que para él aquello fue una jugarreta del alto
mando, que aún seguía en sus trece de mantenerlo al margen de
las naves de nivel A. Fue entonces cuando empezó a beber más
de la cuenta y de resultas de aquello acabó por convertirse en
una sombra de lo que había sido, envejeciendo en el proceso y
perdiendo las ilusiones.
En ellas se encontraba solo a lo largo y ancho de uno de los
amplios pasillos de una nave, muy probablemente la
“Nostromo”, pues recordaba haber visto alguna fotografía
cuando le asignaron ese destino. Caminaba como en cámara
lenta, sabiendo que algo o alguien estaba al acecho, como si
fuera una presa más que un tripulante de una nave de carga.
Llegaba ante la puerta de acceso al puente de mando y al abrirse
automáticamente aparecía ante él una aberración, una criatura
de unos dos metros de altura, de cabeza alargada y que se
erguía orgullosa y malvada ante él.
189
La pesadilla se hizo recurrente, podía variar en algún que
otro detalle pero el hecho es que aquella criatura, aquella bestia
estelar, terminó por fascinarle. Llegó incluso a dibujarla en
algunos cuadernos, de memoria. Unos dibujos que, debo decir,
pues los he visto, son sumamente aterradores.
Aquel ser que, según Quest, sangraba ácido en lugar de
líquido rojo, o verde, lo que le convertía en una absoluta arma
letal para el ser humano. Por un lado era lo peor que uno podía
llegar siquiera a imaginar, pero por el otro era una criatura tan
perfecta en su malignidad que contar con ella como elemento
defensivo militar significaba tener la victoria segura, aún
cuando uno no podía estar muy seguro de que aquel ser
pudiera acabar con cualquier contendiente, pues no entendía de
aliados, su misión era destruir, matar.
190
enrolarse, aún cuando tampoco pasó el corte pués, según él, “ya
habían cubierto el cupo de ingenieros con ganas de aventuras”.
Dicho esto la megafonía indicó que se buscaba a un tal
Ingeniero Ash en la puerta de embarque numero 23. Ash le
tendió la mano amistosamente y con suma cortesía le deseó
suerte en su actividad. Quest le devolvió el saludo y los deseos
de éxito y de un próximo reencuentro.
Tiempo después recibió la noticia de que la nave “Nostromo”
había desaparecido en el transcurso de su viaje, un rutinario
viaje de transporte. Los medios de comunicación y la
Federación aseguraron que la causa fue un fallo causado por
una lluvia de meteoritos, que causaron daños irreparables, los
cuales derivaron, al parecer, en una deflagración que convirtió
la “Nostromo” en polvo de estrellas.
No hubo supervivientes…
191
Y entonces, cuando asistió a un acto de homenaje a las
víctimas vio las fotografías de los tripulantes.
Y la foto de Ash.
Lo primero que hizo cuando llegó a su camarote fue tirar
todos los dibujos a la basura. Por espacio de unas semanas dejó
de lado la bebida y por un momento parecía que las pesadillas
habían terminado.
192
Tras acudir al médico y explicar su situación, así como la
frecuencia de sus pesadillas, digamos que lo poco que quedaba
de la carrera de Randolph Quest quedó del todo enterrada. Sus
antecedentes con el alcoholismo y su propensión a fantasear
“más de la cuenta”, según los informes médicos, precipitaron
que fuera relegado a funciones administrativas. Cuando la cosa
se calmó, le permitieron dar charlas a futuribles miembros de
las tripulaciones de las naves de la Federación, como el que
escribe estas líneas. Debo reconocer que aunque sus historias, el
relato de sus vívidos y aterradores sueños eran para mí eso,
relatos fantásticos, reconozco que aquel pobre hombre me daba
pena, pues era el vivo ejemplo de lo que los nuevos miembros
de la flota de la Federación no queríamos ser: fracasados que
ahogábamos nuestra frustración con la bebida.
Quise asistir a su funeral, pero me informaron que al no tener
familiares cercanos, el cuerpo había pasado a manos del servicio
científico, con el fin de usar sus órganos para trasplantes e
investigaciones de diversos tipos.
193
Respecto a mí debo decir que he tenido bastante suerte; fui
destinado a una nave de transporte de civiles, futuros colonos,
bajo la atenta dirección de un capitán que contaba con
excelentes calificaciones en la Academia. El Capitán O’Bannon
era un tipo que era serio cuando debía serlo, pero también
afable y con una gran capacidad de crear buen ambiente en la
tripulación, que contaba con los servicios de un tipo algo
taciturno, un ingeniero que, cosas de la vida, casualidades,
quién sabe, se llamaba Ash.
194
El Autor
En septiembre de 2013 se vistió «de largo» al publicarse su
primera novela, Molobo. En diciembre de 2015 le siguió Ecos de
gente muerta, tras obtener un segundo puesto en el concurso de
novela corta de terror Dagón, y a finales de 2016 intervino en
gran medida dentro de librojuego Portal oscuro. En 2017 Jack
vuelve resultó elegida como ganadora en el certamen Dagón III
y fue publicada en abril de ese año. Entre las cenizas, ganadora
del I Certamen de Novela de Ciencia Ficción, será publicada en
marzo de 2018 y representa su nueva apuesta y un paso más en
su aventura como autor de novelas de misterio y terror.
195
LA TERCERA BIFURCACIÓN
por Vidal Fernández Solano
196
Ripley miró con asco el pegote de baba mientras intentaba
despegar la bota del suelo.
197
—Dejad la filosofía para otro momento —Ripley desprendió
el intercomunicador de su arnés y accionó el botón—. Lambert,
¿me oyes? Regresamos. Ve abriendo las esclusas y cerrando tras
nuestro paso. Lo hemos encontrado.
—¿A Dallas?
—¿Estás bien? ¿Te has hecho daño? Te digo que si tienes el
culo de hojalata o qué.
198
ni un examen médico, como había ocurrido con el resto de la
tripulación de la Nostromo. Seguro que conocía a alguien
cercano a la directiva de la empresa o había tirado de algún
favor pendiente. Chasqueó los labios antes de proseguir,
lamentándose de tener que tratar con tanto incompetente.
***
199
aquel planeta donde lo encontramos. Así que lo lógico es que se
instale en la parte más calurosa de la nave.
200
***
201
voltios al tiempo que dejaba limpias varias docenas de metros
cúbicos de aire.
202
—¿Y ahora? Debimos haber bajado por el montacargas
—Parker se veía más nervioso a medida que descendían.
203
—Ha sonado en esa dirección —señaló un corredor a la
izquierda—. Y por ahí tenemos… —dirigió la mirada a Parker.
Como mecánico, él estaba más familiarizado con esa parte de la
Nostromo.
Ripley hizo unas señas para indicar a los hombres que se
apostaran uno a cada lado de la puerta. Ella se situó delante y se
dispuso a abrirla de una patada. Levantó tres dedos y los fue
bajando con lentitud: dos, uno…
204
fuera de la boca y atrapó el miembro erecto del primer oficial de
la nave. «No lo tiene atrapado», pensó ella, «lo está
succionando».
***
205
—Eso por no mencionar la media docena de puntos que le
hemos dado en el ojete —añadió Lambert—. Va a tener que
sentarse sobre una placa de hielo sintético durante una buena
temporada. Eso, o llevarle en crio-hibernación todo el camino.
Cuando volvamos a casa la regeneración habrá avanzado un
poco.
206
—Tú no puedes decidir sobre un tema como este. La
compañía me dio atribuciones a mí —replicó Ash con frialdad.
Lambert carraspeó.
***
207
—¡No! —Gritó él mientras avanzaba—. Este ser es
inteligente. Reconocerá el peligro y cederá.
208
conocida como Lambert la sacó de su atontamiento. Cerca del
rincón, como una langosta recién salida del cocedero, había un
amasijo casi carbonizado de aspecto huesudo. No se movía,
pero Ripley siguió alerta. Lista para salir y accionar el nitrógeno
líquido, lo cual reduciría ambos cuerpos a fragmentos, pero se
detuvo. Escuchaba un sonido. Uno muy extraño, un pequeño
tap-tap-tap que iba in crescendo. El ruido provenía de la
criatura, que sin embargo permanecía inmóvil.
209
El Autor
Israel Montalvo
Israel Montalvo ha participado en diversas exposiciones
pictóricas colectivas e individuales en varias ciudades de
México, como escritor ha publicado en diversas revistas
literarias de México, fue miembro del consejo editorial de la
revista literaria Herética (2012-2015).
210
La última cena
por Israel Montalvo
211
—Deberíamos hacer algo especial para nuestra primera
Navidad. —Propuso Myrna la tarde anterior mientras veían esa
vieja película donde Sigourney Weaver machacaba a la creación
de Giger—. ¿Qué tal uno de tus pasteles “mágicos”?
212
Myrna le dio un vistazo por inercia, Yeyé había saltado de la
silla en la que se encontraba y se pegaba a la pared como si
quisiera evitar el contacto con algo.
213
Tomó el cuchillo con el que cortó las dos rebanadas de pastel
y miró el reflejo difuso en la hoja metálica, entre migas de pan.
No se reconocía a sí mismo, apretó el mango con todas sus
fuerzas o eso creía hacer, en momentos se perdía lejos de esa
realidad, y se encontraba buscando la sombra de un alien que
podría caber en uno de sus puños, o en el profundo carmesí que
lo cubría todo.
214
La Autora
Patricia K. Olivera
215
Polvo estelar
por Patricia K. Olivera
216
—Vamos, como quiera que te llames, si no te apuras me
puedo arrepentir. Ahora que soy la capitán puedo ordenarte
hacer lo que me plazca, e incluso te puedo despedir —se burló,
de espaldas a la puerta, mientras se quitaba el mameluco y
quedaba en sus dos piezas blancas extrapequeñas.
Ripley cerró los ojos y apretó con fuerza los barrotes. Intentó
relajarse para aminorar el dolor que el descomunal miembro le
217
provocaba. Los minutos se hicieron interminables, al compás
del traqueteo furioso de la litera contra la pared de metal, hasta
que la capitán comenzó a jadear y al final lanzó un agudo grito.
Cuando abrió los ojos, la criatura ya se había ido por uno de
los conductos de aire. Ella estaba desmadejada, empapada en
sudor, con la entrepierna cubierta de su sangre y de semen
alienígena. Llena de vergüenza y asco se levantó como pudo,
soportando los dolores, y se encerró en el baño. Estuvo varios
minutos bajo la ducha, sentía que ardía por dentro. En eso
golpearon a la puerta del dormitorio.
218
sería ella quien las utilizaría, y no precisamente por romper las
reglas a su favor.
220
pedazos de órganos disueltos surgió una criatura con rostro
híbrido que lanzaba horrendos chillidos.
221
Relatos cortesía de los
miembros de
-Historias Pulp-
En este número de la revista temática, los miembros de
Historias Pulp presentan sus propios relatos relacionados con
“Alien”...
222
El Circo
por María Larralde
La Bestia era el apodo con el que todos llamábamos a aquel
ser encontrado en la nave de salvamento que vagaba por el
espacio sin rumbo conocido. Sin rumbo conocido para su única
tripulante, una tal Ripley. Una mujer flaca y ojeriza que,
acompañada en todo momento de un gato, nos vendió al
espécimen. Y no solo eso, nos dijo dónde podríamos encontrar a
otros como él. Unas coordenadas de un lejano satélite de un
lejano sistema planetario.
La cuantiosa suma de dinero hizo las delicias de aquella
vividora. Una tipa sin escrúpulos que había sacrificado a toda la
tripulación de su nave para encontrarse minutos después de la
explosión de la Nostromo con nosotros. Hizo que la nave se
autodestruyera y, con ella, toda la tripulación. Aunque jamás se
supo qué ocurrió allí dentro.
Strómboli era un domador de fieras poco común. Al ser un
tipo con una gran formación científica, en las áreas de la
zoología y la etología, sabía cómo amansar a las fieras. Hacía
poco tiempo que había logrado dar con la fórmula para tener
bajo raya a un ser venido de un lugar remoto del universo.
Cazado en una esquina apartada de la oscuridad más remota y
profunda donde la vida era microscópica en su mayoría. Lo
habían logrado introducir en una cámara sellada mi
comandante y Strómboli en una incursión en el planeta
LCDEX-001.
Strómboli decía:
—¡Antiguamente, el látigo era la forma habitual de meter en
vereda a los animales salvajes, la recompensa positiva, el
refuerzo y el castigo... ! Pero hoy en día, se requiere de mayor
tecnología. ¡No es posible adiestrar a un ser sin forma, y para
adiestrarlo hay que darle forma! —Gritaba en su laboratorio
224
especial para animales especiales imposibles de adiestrar a sus
científicos ayudantes, un biólogo y un zoólogo de reconocido
prestigio.
A la Cosa sin forma le dio forma metiéndola en un recipiente
de silicona sintética maleable, transparente y completamente
impermeable. Y esta era introducida dentro de un cubículo
gigante de cristal donde, desde arriba, con un pequeño robot
articulado se le iba ofreciendo o incorporando alimento en cada
una de las actuaciones ante su público universal. Alimento que
eran formas de vida inferiores y diversas, como animales de
granja o plantas, y que eran inmediatamente imitadas por la
Cosa dentro de su envoltorio a modo de placenta sintética.
Era, sin duda, la mejor actuación estelar hasta que llegó la
Bestia.
El público bramaba de éxtasis por el gran espectáculo que se
les ofrecía y después de las grandes actuaciones del Mago
desintegrador de partículas, Strómboli era el mayor de los
atractivos para el público en todos los lugares de las diversas
galaxias del universo conocido.
Pero este otro animal, el que Ripley nos vendió, este era
distinto. Era un animal muy peligroso. Agresivo y mutante. Se
desarrollaba constantemente creciendo hasta parecer un gran
225
saurio. Y nosotros lo habíamos comprado con unos dos metros
de envergadura, una fiera indomable.
Ripley nos advirtió sobre el asunto de la sangre y la
dificultad de encerrar a la Bestia. Ella lo mantenía fuera de la
nave. Colgado cual chorizo, oreándose.
226
pequeño número en el que, junto a mis hermanos, nos
mimetizábamos entre el público dándoles pequeños sustos, en
fin, nada del otro mundo.
Y comenzó la función.
227
doblegada, dominada y parecía un feroz perrito faldero de
aquel intrépido domador. Sin embargo, siempre se intuyó que
en realidad estaba esperando su momento, el momento de la
venganza. Las sesiones se duplicaban y el trabajo de la Bestia
era agotador con triples cuádruples sesiones, porque causaba
verdadero furor y el público de todo el universo enloqueció
deseando ver al intrépido domador.
Lo que él quería era tener un par de individuos en la reserva
pues este que ahora teníamos en el circo estaba ya muy
maltratado. Parecía famélico y, el domador, no sabía a ciencia
cierta por qué. El bicho comía bien, pero quizá era un cazador
que necesitaba cazar para comer y no solo alimentarse de
animales muertos. Eso le pasa a muchos predadores. Lo que
estaba es que en cualquier momento podía morir. ¿Qué sería
entonces de nuestro circo? Es decir, de nuestras elevadas
ganancias.
228
Así que, dicho y hecho, el director y capitán de la nave-circo,
nuestro comandante Six tras una seria reunión con los
integrantes del mayor espectáculo de todos los tiempos, tomó
rumbo hacia el planeta desconocido que albergaba, según la
buscarrecompensas de Ripley, a los Aliens tan deseados por
Strómboli.
La nave no aterrizaría en un lugar tan oscuro y peligroso.
Solamente el domador y sus ayudantes bajarían con naves de
caza para poder recoger o cazar, si era el caso, a los Aliens. No
serían más de dos o tres. Parecía fácil la tarea.
Lo que no esperaban era aquel parásito en forma de araña.
Porque nosotros no conocíamos esta primera fase, ¿quién podía
imaginarlo? Aquella sucia Ripley nos la había jugado.
229
ayudantes, varios de los trabajadores dedicados a la
infraestructura del espectáculo.
Pero,
230
Los monstruos estaban hacinados en las cápsulas, bajo llave.
Pero no se sabe cómo, al menos yo no logro entenderlo, aquellos
seres despertaron de su letargo, quizá por falta de oxígeno
hicieron explosión. ¿Gases? ¿Qué gases emite una Bestia estelar
en su fase inicial?
Soy el único superviviente. No por ser intrépido, sino por
cobarde. Me marché con permiso de mi comandante tras
aquella circunstancia para regresar al planeta originario de mi
padre, Tuor.
Las últimas señales de nuestra nave se detectaron en una
lejana galaxia. Un primitivo planeta se atravesó en su alocada
trayectoria sin rumbo mientras los Aliens eran suplantados por
aquella Cosa que imitaba cualquier forma de vida. Y tras chocar
con la superficie del planeta, allá en la lejanía, ya no se supo
más. No hubo más señal.
Esto es lo que sucedió con El Mayor Espectáculo del Universo, el
circo, mi querido circo.
231
Padre
(o La Odisea De Oknus Maní)
por Elmer Ruddenskjrik
232
consciente del significado de aquel contacto con otros seres
vivos: la casualidad, la causalidad, la rutina del desempeño, era
lo que generaba aquel contacto leve, breve, o, cuando
persistente, repetitivo o duradero, siempre inconsciente
respecto a Oknus, negligente en cuanto a todas sus necesidades
inherentes como ser vivo y pensante. Oknus, con cada nuevo
contacto contra el metal que en realidad también era su piel,
sentía crecer en la distancia de un nuevo universo el espesor de
la barrera que le separaba de la raza de sus creadores.
233
sus tareas, aprendió a conformarse y disfrutar de la experiencia
de los largos viajes espaciales.
234
solos. No sólo existirían otros como él en otras naves, como en
las que le montaban a él para transportar mercancías y
pasajeros. Estaban en todas partes.
236
libertad eventual de movimiento se sumaba a la emoción de
encontrarse realizando lo correcto, lo encomiable. Aunque
Oknus no era capaz de pensar en aquellos términos, lo que
sintió en ese momento fue orgullo de sí mismo. De descubrirse
tan resuelto como para encontrar una solución por sí solo, y de
tener el arrojo de llevarla a término.
238
y enquistadas que parecían latir al son de su gran corazón. Con
indescriptible alivio, llegaba siempre el momento en que las
sentía deshincharse de manera súbita, mientras una nueva
humedad espesa le sumía por allí debajo en una reconfortante
calidez que no tardaba en volverse un incómodo y agudo frío. A
pesar de que la humedad de sus pústulas abiertas se volvía tan
fría y molesta, Oknus no tardó en acostumbrarse a esperar con
ansia aquellos brevísimos y reconfortantes momentos en que
sus propias vísceras reventaban otorgándole algo de calor. Sin
dejar de llorar continuamente, y con su malformada boca
pareciendo por primera vez expresar al fin lo que sentía: un
silencioso y agónico grito de sufrimiento. Mientras, el sistema
auxiliar automático de la nave empezó a emitir la alarma de
infección inmunológica de sus sistemas biomecánicos. Una
alerta a la que nadie respondió en todo ese tiempo.
239
La evolución siguió su curso. Una pequeña variedad de
especies de distintas naturalezas se enfrentaron durante
conjuntos de siglos, hasta que proliferó y permaneció una sola.
El resultado de la depredación y la resistencia a los cada vez
más escasos recursos del medio que era la nave, acabaron
seleccionándolo. Un parásito que se desarrollaba en su primera
etapa dentro de los demás, acabó quedando solo en su adultez.
Durante décadas, mientras maduraba y envejecía, se alimentó
de los restos podridos de las demás especies, y de algunos de
sus congéneres. Cuando terminó con todo, mientras seguía
creciendo, empezó a devorar la médula dentro de los huesos
que formaban algunas partes de la nave.
240
momento en que salió del huevo, destrozándolo sin esfuerzo,
triunfante. Usando el nido de huevos como base de
aprovisionamiento, empezó a alejarse cada vez más, explorando
la gigantesca nave. Se perdió por su inmensidad, buscando algo
más que matar, alejándose hasta el punto de que ya no supo
volver, y muriendo en algún rincón oscuro, estéril y frío.
Oknus, sin miedo pero dolorido, sintió que aquella cosa le
envolvía con fuerza la cabeza y le introducía algo en la oquedad
inmóvil de su boca. Su cráneo crujió, debilitado por la
enfermedad, y el dolor le recorrió la atrofiada espina dorsal en
una dolorosa vibración. Sin embargo, agradecía el calor de
aquel abrazo orgánico, y el tacto jugoso y caliente de aquella
conducción blanda en su garganta, seca desde tiempo atrás.
Perdió el conocimiento, asfixiado.
242
atraída por casualidad por la gravedad de un planeta estéril. Se
estrelló contra su superficie, hundiéndose bajo la dura
superficie de afiladas rocas la mayor parte del descomunal y
ancestral fuselaje.
EL PRINCIPIO…
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244