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Doctorado en Pensamiento Complejo

Asignatura II: Debates sobre Pensamiento Complejo y Transdisciplina I (DPCT)

Profesor: Dr. Gustavo Casas Álvarez

Trabajo: Ensayo final

Doctorante: Mónica Mercedes del Valle Medina


Del objeto al sistema. Del orden a la organización.

La organización está presente en todo cuanto observamos, desde el átomo y la molécula,


la estrella, la vida y la sociedad. En todos estos fenómenos vemos cualidades
emergentes, que surgen de la interacción de sus componentes.

Estamos transitando de la perspectiva clásica de entendimiento de la realidad a través de


observar sus elementos aislados ─ y desde un observador externo, ajeno─, a una
perspectiva que se centra en la organización, en la interacción. La teoría de sistemas y el
enfoque de sistemas ha contribuido a transformar este paradigma y a explorar la cualidad
de organización.

El enfoque de sistemas pone su atención no sólo en los elementos, sino en las


interacciones. Es en las interacciones donde, dice Morin (2010), se encuentran presentes
la idea del desorden, del orden, de la transformación y, en definitiva la idea de la
organización.

La ciencia clásica, continúa Morin, buscó definir la existencia, la physis, a partir de leyes
generales a las que todos los 'objetos' están sometidos y las unidades elementales que
los constituyen. Esto empujó a qué otras ciencias constituyeran también así su objeto de
estudio, completamente aislado de su entorno y de su observador, buscando encontrar
leyes generales que expliquen la realidad a la que los elementos más simples están
supeditados.

La idea de unidad elemental para entender la realidad, se ha vuelto problemática, dice


Morin (2010), ha perdido sustancia para definirla. Ahora es necesario recurrir a las
interacciones en las que participa. La explicación de la realidad "ya no se puede encontrar
únicamente en la naturaleza de sus constituyentes elementales, sino que se encuentra
también en su naturaleza organizacional y sistémica, que transforma los caracteres de los
componentes". (p. 120).

Emerge en nuestra comprensión un Universo de sistemas.

Nuestro mundo se organiza. Y esa organización desde lo más pequeño hasta las galaxias
hasta todo lo que percibimos en el universo se manifiesta en lo que Morin (2010) llama
"archipiélagos de sistemas en el vasto océano del desorden. O al menos así empezamos
a percibirlo porque qué decir de toda la materia obscura que intuimos, que reconocemos
que tiene que existir, aunque no la vemos, lo mismo que la energía oscura1. Que parece
estar también en interacción, al menos gravitacional, con la materia visible y que parece
de algún modo 'sostener' la existencia de la materia que conocemos.

Azar, autoorganización y sistemas autopoiéticos.

La ciencia está pues caminando2, desde una visión clásica de realidad objetiva, ─con
elementos aislados como unidades indivisibles que pueden ser estudiadas de forma
independiente; donde reina una visión de orden y leyes universales y donde el desorden
es sólo ruido y entropía─ hacia una visión de realidad compleja, donde orden y desorden
se entrelazan y retroalimentan en una danza de interacciones; emergen realidades en
sistemas organizados, y donde la vida misma es un sistema emergente que nace de esta
danza orden-desorden-organización.

Al dejar de lado el acercamiento clásico reduccionista al conocimiento, centrado en


conocer la realidad física a través de identificar sus componentes, como objetos aislados,
independientes de su entorno, la teoría de sistemas pone al centro de su estudio la noción
sistema, como unidad compleja, que emerge de interacciones y que no puede reducirse a
la suma de sus componentes.

La organización como base de la vida, en la organización viviente, se vuelve un sistema


auto-organizado, donde a pesar de que sus componentes (células) se degradan y
mueren, el sistema permanece, se auto-organiza, se renueva; en él coexisten el avance
de una entropía irremediable (degradación, desorganización, en última instancia muerte) y
un continuo proceso de reorganización o negentropía que mantiene al organismo vivo (el
impulso del vivo ─o de la vida─ a reorganizarse para seguir vivo). Estos sistemas vivos
auto-organizados son a su vez auto-eco-organizados3, es decir, su constitución y
existencia está en interacción con su entorno, su ambiente, del cual depende y se nutre.
No son sistemas cerrados.

Aquí cobra sentido la teoría autopoiética (de auto-producción) que entiende a los seres
vivos como sistemas auto-organizados en un todo que no puede descomponerse en

1
Para conocer más y como referencia, ver el sitio: https://science.nasa.gov/astrophysics/focus-areas/what-
is-dark-energy/
2
Claramente éste no es un camino lineal ni único, pero no hay duda de que el paradigma clásico de la
ciencia está cambiando y hay ahora cabida para muy diversas posturas epistémicas.
3
Morin, E. (1990). Introducción al pensamiento complejo. Gedisa. Barcelona.
partes; en continua auto-creación y transformación y en continua comunicación con su
ambiente, es decir, se auto-eco-organiza, es abierto.

Evolución y desarrollo.

Un tema subyacente en la búsqueda del conocimiento sobre el origen de la vida, presenta


la disyuntiva: es la vida producto de una serie de improbables y aleatorios eventos, o de
procesos evolutivos necesarios o por lo menos altamente probables, ¿o de algo más que
no alcanzamos a comprender?

Lo cierto es que no hay una respuesta cierta y universal, fija, sobre el origen y sustancia
de la existencia. Cada vez más la ciencia reconoce el entramado de incertidumbre que la
sostiene. Y el pensamiento complejo propuesto por Morin nos invita a permanecer en esta
incertidumbre y dar lugar a la integración de posturas, en lugar de la disyunción o
antagonismo4.

Leer a García Azkonobieta (2005) sobre evolución y desarrollo, me hizo reflexionar y


transformar mi idea del origen de las transformaciones de los organismos vivos, que hasta
antes de leerlo sólo lo veía desde el paradigma de la evolución por selección natural de
mutaciones genéticas. Esta lectura despertó mi inquietud sobre qué más nos mueve a
seguir vivos. ─Y no puedo hablar de la vida y los seres vivos como tercera persona. Ya no
hay cabida para esa disyunción─. ¿Son todos los cambios en los sistemas vivos resultado
de una selección del más apto para la subsistencia? ¿De dónde surge la organización que
dio lugar al organismo vivo que puede reproducir su código genético en procesos auto-
eco-organizados? ¿Qué motiva, además de la subsistencia, a los sistemas vivos a
organizarse y transformarse?

García Azkonobieta (2005) presenta una síntesis de dos corrientes de pensamiento que
buscan entender las transformaciones en los sistemas vivos: evolución y organización.
Por un lado la evolución, desde una visión externalista e histórica, explica los cambios en
los sistemas vivos como resultado de un proceso de adaptación que surge de cambios
aleatorios en el código genético que permiten que los organismos más aptos subsistan
(podríamos decir una especie de feedback positivo que hace que el sistema especie
continúe reproduciendo los cambios genéticos ocurridos en individuos más aptos). Por

4
Característica esencial del pensamiento complejo para Morin (1990) es el reconocimiento de esta
incertidumbre y de la incapacidad de conocer la totalidad: "uno de los axiomas de la complejidad es la
imposibilidad, incluso teórica, de una omniciencia". p. 23.
otro lado la organización, desde una visión internalista, se centra en entender a los
sistemas biológicos en sus procesos organizativos aquí y ahora, es decir, los procesos de
constitución y cambio que ocurren al interior de los sistemas vivos y que no pueden ser
explicados en su totalidad en términos de una evolución por selección.

Y me hace mucho sentido ahora, después de leerlo, imaginar que hay mucho más que la
subsistencia por selección en la forma en que estamos los seres vivos organizados y
estructurados como sistemas. La capacidad de contemplar, de disfrutar, de emocionarse,
reír y llorar, amar, odiar, no parecen ser simples organizaciones 'aptas' para la
subsistencia.

Acercarme a tantos autores que están y han estado buscando entender las preguntas
más fundamentales como qué es la vida, de dónde viene, qué sentido tiene, y como
pregunta Jim Holt ¿Por qué es que existe algo en lugar de absolutamente nada?5, me
devuelve a mis limitaciones y mi incapacidad de comprender la totalidad de la realidad.
Me hace humilde.

Yavé, el que no puede ser nombrado; sólo sé que no sé nada.

Las leyes de la física que creíamos gobernaban todo lo existente, es posible que no sean
tan inamovibles y universales como pensamos. La ciencia comienza a reconocer que de
todo lo que hay por saber, parece ser que cada vez es menos lo que conocemos. Lo que
hace apenas poco más de un siglo llamábamos átomo –la partícula fundamental
indivisible de la existencia–, hoy son múltiples sistemas de combinaciones de partículas
subatómicas. Me remite a la metáfora de la lámpara del saber en la oscuridad absoluta de
la ignorancia, donde mientras más alumbra la lámpara, más crece la superficie de los
límites de lo desconocido6.

5
"Why is there something instead of nothing at all?". En: Holt, J. (Marzo 2014) Why does the universe exist.
TED, Ideas worth spreading. [archivo de video] Recuperado en:
https://www.ted.com/talks/jim_holt_why_does_the_universe_exist
6
No es una metafora mía, pero desconozco su origen.
El paradigma clásico de la ciencia está irremediablemente transformándose. La realidad
se fractaliza hacia lo más pequeño y hacia lo más grande y lejano. Vemos cómo nuestro
entendimiento se revienta, no alcanza a encontrar la esencia de lo que Es. Viene a mi
mente el recuerdo de mi madre al intentar explicarme el significado del nombre con el que
en la Biblia se conoce a Dios: Yavé: el que Es7, y cuyo nombre no podía ser nombrado.
Ese nombre –y el no nombrarlo–, me refiere a la incapacidad humana de abarcar o
comprender todo lo que Es; el entendimiento de que Dios es lo que Es; y rebasa todos
nuestros intentos por abarcarlo en el mundo de las ideas, las observaciones, las teorías y
las leyes. Y aún sin alcanzar a aprehender la realidad, desde la ciencia podemos
vislumbrar su constante emergencia y transformación, entre caos, orden y organización. Y
podemos reconocer que no es más que una aproximación, si acaso con menos
pretensión, al darnos cuenta de que, mientras más sabemos, cuánto más "crece" todo
aquello que desconocemos.

Sistemas complejos

Un sistema complejo es un sistema activo, reflexivo, que se relaciona con su entorno, de


él se nutre y de él aprende; es capaz de transformarse desde su interior, así como en
respuesta a sus interacciones hacia afuera. Es un sistema constituido por componentes
heterogéneos (que requieren diversos enfoques disciplinares para su análisis), que no
puede reducirse a la suma de los mismos y que contiene características globales
emergentes, resultantes de su estructura y sus procesos de organización. Son sistemas
complejos los sistemas biológicos, sociales, ecológicos.8

Sistemas autopoiéticos.

7
Éxodo 3:13
8
A partir de la lectura de Morin ( 1990) y García, R. (2006).
La autopoiesis o (auto-producción o auto-creación) es una característica de los sistemas
vivos, aunque el uso del término para comprender otros sistemas complejos,
particularmente sociales, ha sido de gran utilidad.

De este modo, una organización o sistema autopoiético se puede entender como una red
de componentes que de forma recursiva construyen esa red que los contiene9. Es decir,
los elementos del sistema crean al sistema que los crea. Esta noción

El sujeto que conoce

Los sistemas reflexivos

La reflexividad, o mutua retroalimentación entre el objeto de estudio y el sujeto, ocurre de


manera distinta y con diferentes alcances, dependiendo del tipo de sistema que se esté
estudiando, sea físico, formal, físico-formal, vivo y en casos de sistemas vivos con una
complejidad que los vuelve otro sujeto a los ojos de quien los intenta conocer.

Pedro Navarro clasifica estos tipos de reflexividad o interferencia (a mí me gusta más el


término retroalimentación) en cinco categorías como se muestra en el recuadro
siguiente10:

9
A partir de la lectura de García A. T. 2005.
10
Navarro, P. (1990). Tipos de sistemas reflexivos. Suplementos Anthropos, 22, 51-55.
Epistemología de segundo orden.

El enfoque de género desde la ciencia clásica.

El enfoque de género es también un fenómeno reflexivo, donde si uno no está atento,


puede la misma dicotomía clásica del saber llevarnos a reproducir eso que queremos
superar. La defensa de que las mujeres participen en iguales cantidades en actividades
que se consideran intelectuales, lógicas, racionales (desde el paradigma clásico
dicotómico del saber) en oposición a las actividades más manuales, o emocionales, no
responde a lo que para mí es más fundamental y que a lo largo de estas lecturas y las de
la asignatura anterior hemos estado revisando: el paradigma simplificador y dicotómico de
la ciencia clásica es ya insuficiente y limitado.

Quizá por la propia naturaleza del tema, que tiene que ver con las diferencias entre
hombres y mujeres y sus opciones y posibilidades de participación en la sociedad, resulta
fácil caer en dicotomías.

Tal vez cuando el género no sea un tema —y no cuando sea el tema omnipresente—,
será un indicador de que estamos alcanzando una cultura de equidad, en cuanto a
reconocimiento de la valía de cada ser humano, independientemente de su sexo.
El artículo de Rodríguez (2008) habla de impulsar a que las mujeres contribuyan al
desarrollo del país a través de la tecnología y la ciencia, y no considera la posibilidad de
contribuir al desarrollo de un país en forma igualmente valiosa desde el vínculo familiar, la
formación inicial de seres humanos, la ética del cuidado, la reconexión con nuestro
entorno natural.

Me parece que un problema más fuerte que el que las mujeres estemos
subrrepresentadas en la ciencia y la tecnología es la visión dicotómica, reduccionista y
monetarizada de que el conocimiento más valioso es, primero, el generado por esta
misma visión (ciencia clásica), y el que a su vez se puede traducir en un desarrollo
económico.

El problema para mí no está en que las mujeres participen en la ciencia, la política, la


tecnología, el arte, o cualquier otra expresión del saber y la organización humana-social,
sino en el desequilibrio en valorar los diferentes aportes posibles desde su traducción a
valor monetario y su alineación al pensamiento científico-tecnológico-económico clásico.
Tal vez en ese terreno las mujeres tenemos mucho que aportar.

La física de partículas, o de qué está hecho Dios11.

Me ha llamado mucho la atención leer artículos y escuchar videos de divulgación científica


acerca de la exploración de los componentes fundamentales de la materia-energía (y de
todo lo que Es), desde la ciencia de la física. No deja de sorprenderme ver cómo
seguimos descubriendo nuevas partículas subatómicas, nuevos campos, nuevos
fenómenos de los que surgen más preguntas que respuestas. Pero lo que más llama mi
atención es esta sensación de que lo que están estudiando los físicos, pareciera que
ocurre en un lugar remoto, sea en el microcosmos subatómico o en el macrocosmos
sideral. Pareciera que somos observadores externos, que no estamos ahí.
La búsqueda de los componentes esenciales de la materia en la física subatómica vuelve
a recordarme esta idea de Dios. Estamos queriendo encontrar la esencia, la sustancia de
lo que Es. estamos queriendo saber de qué está hecho Dios, el que Es.
Aceleramos partículas y las estrellamos para ver en el deterioro de los residuos que
dejan, trayectorias de lo que creemos que son partículas, o campos, o energía hecha

11
Sigo aquí reflexionando sobre lo que he entendido hasta ahora que quiere decir el nombre de Dios en la
biblia judeocristiana: el que Es. Que para mí es todo lo que Es. Desde un enfoque de sistemas, Dios pudiera
ser lo que emerge de un sistema global que abarca todo lo que Es.
materia. Obsesionados con saber de qué están hechas las desbaratamos. Pensamos que
al estallar estas partículas vamos a lograr entender toda la complejidad de lo que Es.
Qué absurdo sería pensar que si yo quisiera conocer la esencia de una persona, de qué
está compuesta, lo que hago es acelerarla y estrellarla, desbaratarla y observar los
rastros que deja.
Veo en esta búsqueda todavía muy arraigada la visión clásica de la ciencia, no sólo del
observador externo, sino del estudio de elementos, más que de sistemas.
A ratos cuánto sentido hace la oración del hombre aquel del cuento de Anthony de Mello 12
que se sentaba diario en el templo a orar
Y un día el párroco le preguntó:
¿qué tanto le plática a Dios?
Nada, sólo escucho.
Ah, y Dios ¿qué tanto le dice?
Nada, sólo escucha.

Pensamiento sistémico en mi proyecto de investigación. Tareas a considerar.

- Reconocer la reflexividad en el proceso de conocimiento, en particular en los sistemas


sociales. Al acercarme a lo que quiero conocer, voy transformándome y transformando
mi entendimiento de eso que quiero conocer. Apertura a la incertidumbre y a la
emergencia y transformación, tanto de lo que quiero conocer, como de mis propios
marcos de referencia.
- Reconocer la relación sujeto-objeto, y más allá de eso, identificar la propia "figura
epistemológtica" en la construcción de una base teórica para estudiar cualquier
sistema.
- Reconocer que los sistemas se definen, no existen por sí solos. Su delimitación
teórica surge de la relación sujeto-objeto.
- Reconocer desde dónde estoy estudiando el sistema, mi localidad-temporalidad, mi
relación con el sistema como observadora, desde una figura epistemológica que
permita la contextualización mutua.

12
Redacción personal a partir de un breve cuento en: De Mello, A. (1991) La oración de la rana. Sal Terrae:
Santander. p. 13.
- Identificar los niveles de sistemas y el sistema que quiero estudiar, reconociendo que
el sujeto participa activamente en la construcción teórica del sistema y su ubicación en
el nivel de análisis que decide adoptar: 13
- sistema, para todo sistema que manifiesta autonomía y emergencia con relación a
lo que le es exterior;
- subsistencia, para todo sistema que manifiesta subordinación con respecto a un
sistema en el cual está integrado como parte;
- suprasistema, para todo sistema que controla otros sistemas, pero sin integrarlos
en él;
- ecosistema, para el conjunto sistémico cuyas interrelaciones e interacciones
constituyen el entorno del sistema que está englobado en él;
- metasistema, para el sistema resultante de las interrelaciones mutuamente
transformadas y englobantes de dos sistemas anteriormente independientes.

- Reconocer las facultades autoorganizativas del nivel de sistema que quiero estudiar,
en sus componentes e interacciones entre los mismos.
- Identificar las fuentes externas e internas que alimentan la autoorganización del
sistema.
- Identificar las características emergentes del sistema que promueven su
autoorganización.
- identificar elementos de la estructura del sistema, particularmente sus
constreñimientos y emergencias, las características y relaciones entre sus partes:
antagonismos y complementariedades, así como procesos de retroalimentación
positiva o negativa.
- Identificar las condiciones de contorno14 del sistema, es decir, las interacciones, o
flujos, que ocurren en los límites entre lo definido como interno y lo externo al sistema.

13
El listado de niveles es cita textual de: Morin, E. (2010). El método 1 La naturaleza de la naturaleza.
(10a ed.). Madrid: Cátedra. p. 166.
14
Referirse a García, R. (2006).
Referencias

Garciá , R. (2006). Sistemas complejos: Conceptos, métodos y fundamentación


epistemológica de la investigación interdisciplinaria. Barcelona: Gedisa.
García Azkonobieta, T. (2005). Evolución, desarrollo y (auto)organización. Un estudio
sobre los principios filosóficos de la evo-devo. Tesis doctoral. Universidad del País
Vasco.
́
Morin , E. (1990). Introducción al pensamiento complejo. Barcelona: Gedisa.
Morin, E. (1992) “La noción de sujeto” en Nuevos paradigmas, cultura y subjetividad. Ed.
PAIDOS, Barcelona.
Morin, E. (2010). El método 1 La naturaleza de la naturaleza. (10a ed.). Madrid: Cátedra.
Navarro, P. (1990). "Tipos de sistemas reflexivos". Suplementos Anthropos, 22, 51-55.
Rodríquez, H. (2008). "El enfoque de género en la construcción de conocimiento
científico". Revista digital universitaria. 10 de julio 2008, Vol. 9, No. 7.
Sotolongo, P y Delgado, C. (2006). La revolución contemporánea del saber y la
complejidad social. Hacia unas ciencias sociales de nuevo tipo. Capítulo III: La
epistemología hermenéutica de segundo orden. Buenos Aires: CLACSO.

Materiales adicionales revisados:


Capra, F. y Luisi, P. (2014).The systems view of life : a unifying vision. Cambridge:
Cambridge University Press.
Eisenstein, C. (2015) Sacroeconomía: Dinero, obserquio y sociedad en la era de
transición. Berkeley: Evolver Editions.
UNAM. Curso en línea: Pensamiento Sistémico. Gershenson, C. En:
https://www.coursera.org/learn/pensamiento-sistemico/home

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