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Benemérita Universidad Autónoma de

Puebla
Facultad de filosofía y letras
Colegio de antropología social

Grupos étnicos de Puebla


Profesor Abel Lozano Hernández
Trabajo final: Grupo étnico otomí

Andrea Aquino Cazorla


Edgar Báez Chargoy
Valeria Barreda Muñoz

Primavera 2017
Contenido
Introducción ........................................................................................................................................ 3
Los otomís del Altiplano y los otomís de la Sierra Norte de Puebla ................................................... 4
Estructura social en una comunidad otomí de la Sierra Norte de Puebla .......................................... 4
Organización política de una comunidad otomí de la Sierra Norte de Puebla ................................... 5
Migración de los grupos otomíes del Estado de México .................................................................... 5
Creencias religiosas ............................................................................................................................. 6
Breve repaso de la cosmovisión otomí. La utilidad de la existencia ................................................... 8
El papel de las mujeres en una comunidad otomí del Estado de México........................................... 9
Conclusiones ..................................................................................................................................... 10
Anexos ............................................................................................................................................... 11
Bibliografía ........................................................................................................................................ 12

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Introducción
El grupo étnico otomí, ha sido poco estudiado en el contexto del Estado de
Puebla. Además de ser un grupo étnico que tiene presencia en muchos estados
del país, y cada caso merece un estudio o etnografía para dar cuenta de sus
particularidades.

“Se encuentran dispersos en varios estados de la República mexicana: Estado de


México, Querétaro, Hidalgo, Puebla y Veracruz; en Tlaxcala se localiza el pueblo
otomí de Ixtenco y en Guanajuato existen pueblos de origen otomí en los que su
lengua casi ha desaparecido; el Distrito Federal registra también hablantes de
otomí, debido a la migración.” (Barrientos, 2004, pág.5).

En este trabajo abordaremos distintos aspectos de la cultura otomí, que se refiere


a diferentes comunidades que se encuentran distribuidas en la Sierra Norte de
Puebla y el Estado de México principalmente. Es una investigación documental a
manera de monografía, y cabe mencionar que no se realizó trabajo de campo ni
etnografía en estas comunidades.

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Los otomís del Altiplano y los otomís de la Sierra Norte de Puebla

Para James Dow, los grupos otomíes tienen los rasgos que la mayoría de los
grupos de origen mesoamericano tienen; economía de subsistencia, estatus
campesino subordinado, una organización anclada a una identidad étnica
particular, costumbres tradicionales locales, y prácticas religiosas locales, o lo que
otros autores llamarían, el catolicismo popular.

Las diferencias que pueden existir entre estas dos zonas de grupos de otomíes
para el autor, tienen que ver por un lado con el ambiente natural que es diferente
entre ambas, y por otro, las influencias culturales alrededor. Los grupos otomíes
de la Sierra Norte de Puebla tienen similitudes con los grupos nahuas de la misma
región; debido a la proximidad, tienen contacto y han sufrido juntos
transformaciones políticas y económicas, a pesar de la diferencia del habla y de
elementos de la cosmovisión de cada cultura.

Un elemento en común, para Dow, “Tanto los otomíes del Altiplano como los de la
Sierra dependen principalmente del maíz para la subsistencia” (Dow, 1974, pág.
57). Aunque la forma de producción y almacenamiento del maíz es diferente, es
un elemento importante para la economía de comercio y de consumo..

Estructura social en una comunidad otomí de la Sierra Norte de


Puebla
Hablar de la estructura social en el campo antropológico, remite no sólo a una
descripción etnográfica, también a la adopción de un paradigma teórico, que en el
caso de la obra de James Dow, es el funcionalismo. El autor de santos y
supervivencias. Funciones de la religión en una comunidad otomí, retoma los
conceptos de estructura social de Evans-Pritchard. En ese sentido, la estructura
social está compuesta por instituciones y grupos organizados que están
socialmente integrados y tienen una función específica en esa misma estructura.
El caso que describe este autor, de Tenango de doria, municipio que pertenece a

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la región de la Sierra Norte de Puebla, pero forma parte del Estado de Hidalgo; es
un estudio que vincula el sistema religioso con la organización política y territorial.

Organización política de una comunidad otomí de la Sierra Norte


de Puebla
En los estudios de comunidades se da cuenta de la organización política de
diferentes maneras, desde la organización municipal y gubernamental, hasta otras
organizaciones que tienen que ver con el compadrazgo y/o parentesco. Para Dow:
“El gobierno municipal es una institución política activada por sociedades de
cultura mestiza tanto como de cultura indígena, la cual integra a los grupos
indígenas con los mestizos dentro de un sistema de relaciones” (Dow, 1974, pág.
85). Esto haciendo referencia a la organización política municipal. Es necesario
mencionar que el planteamiento del autor va de esta conjugación del sistema
religioso con la estructura social, teniendo la religión una función en otras
instituciones como puede ser lo político y lo económico. Por lo que la organización
política de esta comunidad es cívico-religiosa, uno de ellos es el sistema de
cargos o mayordomía, modelo que es constante en las comunidades indígenas de
esta zona.

Migración de los grupos otomíes del Estado de México


La migración es un fenómeno que se da de manera constante en comunidades
indígenas. En el caso concreto del valle de Toluca, donde existen grupos otomíes,
la autora Guadalupe Barrientos, toca el tema de la migración en esta comunidad
otomí contemporánea. La migración que se da en el valle de Toluca es
mayormente hacía Estados Unidos, y quienes migran son principalmente varones
jóvenes. Para la autora la migración ha provocado la ruptura, cambios e incluso la
reproducción de elementos culturales, en estas comunidades y se ha convertido
en un aspecto económico importante de los grupos otomíes de esta zona.

“La migración provee de recursos para la reproducción social y cultural.”


(Barrientos López, 2004, pág. 15). En este sentido, las remesas económicas que
envían los migrantes son usadas para mejorar las condiciones agrícolas, e incluso

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para la preparación de las fiestas principales de las comunidades que responden a
una cosmovisión otomí propia de esta región, que es el valle de Toluca.

Creencias religiosas
En relación con las creencias religiosas, tendremos como base la caracterización
que James Dow realiza de las creencias religiosas a partir de estudiar la
comunidad Otomí del municipio de Tenango de Doria en la Sierra Norte de
Puebla. El autor de este análisis mira a las creencias religiosas como un sistema
de códigos que organizan la realidad y hacen posible que los miembros de la
sociedad otomí den significado a sus interacciones y reconocimientos, de esta
manera, las creencias otomíes tienen congruencia entre quienes conforman este
grupo étnico. 1

Primeramente, menciona que para los Otomíes los acontecimientos que les
suceden son provocados por las relaciones que tienen los seres humanos con los
seres sobrenaturales, acorde con esto, las ceremonias religiosas pueden
entenderse como un encuentro entre estas dos clases de seres. La fuerza viva de
todos los seres se llama zaki, su traducción es alma. El zaki no solo es una
manifestación o expresión de la fuerza, sino también de la salud y el bienestar,
tanto es así que James Dow a través de su observación en la comunidad asegura
que el saludo oficial entre amigos Otomíes es “¿cómo está tu zaki?”. Quienes
tienen zaki grande tienen la posibilidad de presumir que sus capacidades están
por encima de las de los seres humanos. (Dow, 1974, págs. 93-96)

Las creencias otomíes nos muestran la posibilidad de caracterizar los seres:

1. Los dioses: Conocidos también como Maka, son representaciones de


entidades que los otomíes consideran parte de la naturaleza. Los montes,
las cuevas, la tierra, son ejemplos que simbolizan los sagrados poderes de
1
Cabe mencionar que estudios más recientes de la Comisión Nacional Para el Desarrollo de los Pueblos
indígenas resalta que las prácticas religiosas son una combinación de elementos católicos y prehispánicos,
este sincretismo es el código que guía las concepciones del mundo, aunque la mayoría de la población otomí
profesa la religión católica, existen grupos que se consideran protestantes. (CDI, 2016) James Dow también
hace referencia a estos grupos, incluso identifica que los grupos protestantes identifican el culto a los santos
católicos como una celebración pagana. (Dow, 1974, pág. 106)

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la naturaleza. Entre estos seres, existe una relación de reciprocidad, es
decir, a la naturaleza se le debe pagar lo que ofrece, para que pueda seguir
brindando insumos para subsistir.
2. Seres malévolos: Son seres que provienen del mundo inferior, allí habitan
los que tuvieron una mala muerte -principalmente accidentes como
asesinatos, asesinado, ahogado- y ahora se dedican a vagar
aleatoriamente llevando enfermedad. Un ejemplo de ellos son los Pux´jwai
o nahuales que son seres humanos que pueden cambiar de forma.
3. Espíritus animales compañeros: Los otomíes creen que cada ser humano
tiene un animal compañeroo rogi que le brinda protección. Desempeñan un
papel importante en las ceremonias de curación. Existen rogisbuenos y
rogismalos, en ocasiones pueden enfrentarse en batallas, por defensa de
sus dueños.
4. Personas, plantas y animales ordinarios: Son quienes se consideran seres
humanos sin poderes sobrenaturales, sin embargo, juegan un papel
importante a la hora de relacionarse con los demás seres.
5. Los santos católicos: Son imágenes talladas provenientes de la religión
católica, se conservan en oratorios, casas e iglesias, se piensa que llevan
las peticiones a Dios. Las fiestas de los santos se basan en el calendario
católico, y están vinculados al ciclo agrícola. Para estas festividades existe
una compleja red de relaciones llamada mayordomía. Es una estructura
Jerárquica y quienes obtienen los cargos obtienen prestigio. (Barrientos,
2004, págs. 14-15)

Para ejemplificar las festividades católicas, Alessandro Questa realiza un estudio


de las fiestas patronales de los otomíes en Dongú, comunidad ubicada en la parte
noroeste del Estado de México. Questa identifica la existencia de una mayordomía
enfocada a la realización anual de fiesta patronal de la virgen de Guadalupe. Los
cargos que se otorgan duran tres años, los mayordomos tienen un grupo de
ayudantes llamados “comité”, quienes se encargan de recaudar dinero para la
fiesta. Este sistema de cargos tiene un estrecho vínculo con el sistema de

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parentesco, pues, el santo dependerá del territorio que habitan y los altares que se
encuentren en las unidades domésticas. (Questa, 2005, págs. 103-107)

Breve repaso de la cosmovisión otomí. La utilidad de la


existencia

La palabra otomí significa “Otonde, que camina y Mitl, flecha, porqué los otomíes
eran grandes cazadores que caminaban cargados de flechas” ()

Los otomís se asignan nombres según su ubicación, todas ellas con sus
respectivas variantes:

 Ñhato (El que habla su propio idioma)-Valle de Toluca.


 Ñañhu (El que habla en el camino)-Valle del Mezquital, Hidalgo.
 Ñuhu (El que está en su camino)-Sierra Madre Oriental: Puebla, Veracruz e
Hidalgo.

Dentro de la cosmovisión otomí y su relato de la creación humana, provienen de


Mahua “Ancestro pie grande o Ñuhua (Tres pies)” resaltando en Ñu -andar o
camino- esto representa vitalidad y presencia entre los otomíes, elÑuhu siempre
antecede la existencia como conjunto de un todo que representa: la energía
(tzedi), existencia (nzaki) y sabiduría (nfadi). A partir de esta concepción el andar
se resignifica como algo sagrado se sustenta bajo el ciclo de vida, o empezar la
vida y vivir la costumbre (nzaki), Para entender el Ñuhu Luis Pérez Lugo nos dice:

En ese momento ella está en sintonía con las fuerzas de nzaki, o sea, en la
plenitud animada que concuerda con el entorno circunstancial e instantáneo
del siempre, aquí y ahora, en el eterno alimentar de las fuerzas del ánimo
que le permitirá la existencia. (lugo, 2002)

Al llegar la ancianidad el nzaki se degasta y pierde la vitalidad y el cuerpo pasa a


ser un medio en el que el alma existió, la cual pasa a ser venerada, pues vio si
inicio de vida, la fortaleza de su alma y el desgaste de esta.

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El papel de las mujeres en una comunidad otomí del Estado de
México
“La vida de las mujeres otomíes en San Pedro Abajo está destinada a producir el
bienestar de los otros, porque la reproducción de la vida humana depende en gran
medida del trabajo femenino. Dado que la responsabilidad de la familia es
consustancial al ser mujer, porque la vida propia se ve “en función de y para los
otros”, como lo plantea Basaglia en Mujer Otomí (Patricia Molinar Palma, 2005).

Ser mujer Otomí representa el desgaste y la obediencia de pertenecer a un grupo,


en el que te educan para obedecer y atender las labores del hogar, a cuidar de ti y
de los tuyos, levantarse a las 5 de la mañana para echar tortillas, hacer el aseo,
procurar al esposo y hacer lo que la suegra requiera, además de reproducir los
componentes sociales dictados por la identidad otomí.

Una vez “realizadas como hijas, esposas, madres, y suegras, las mujeres reciben
el mismo valor y autoridad que los hombres y estas se unen a la toma de
decisiones entre la comunidad, beben pulque en abundancia y son dichosas de
hacer lo que les gusta.

“se observó durante los recorridos por el pueblo, que cuando una persona joven
se encuentra en la calle a una mujer “mayor” tomada, la respeta y no la molesta;
de hecho es común escuchar frases como “ai va doña x, es una buena mujer, ya
cumplió” (Patricia Molinar Palma, 2005)

En situaciones contrarias o adversas, una mujer que enviuda a temprana edad


está sujeta al “servicio de los suegros, quienes se encargan de ella y de sus hijos,
al ser una sociedad patrilocal, estos tienen el deber de cuidar de ellos, procurar
acompañar a la mujer a todos lados, no es bien visto ver a una mujer viuda en las
calles. Si una mujer enviuda a edad avanzada, esta adquiere más poder, y
dispone libremente de su tiempo y sus recursos. Las mujeres que se divorcian son
devueltas por voluntad propia al seno paterno, y quedan a la vigilancia de sus
padres y hermanos.

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La vida reproductiva de una mujer otomí en promedio serán 10 embarazo, 6 hijos
y al menos un aborto, esto se debe al desgaste laboral sumado con el desgaste
del embarazo, en algunos casos la violencia hacia las mujeres también incide en
este aspecto de sus vidas.

Según los aspectos de la vida cotidiana, y bajo la vista de otros tipos de contexto
sociocultural, las mujeres otomíes se observan como víctimas de una sociedad
machista, la realidad es que todo lo mencionado forma parte de ser mujer y esto
es considerado y aceptado por ellas mismas como un destino y entre ellas crean
lazos de solidaridad.

Conclusiones

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Anexos

Anexo 1

Mapa que ubica los principales


asentamientos Otomíes en el
centro de México. (CDI, 2016)

Anexo 2

Tabla del último censo poblacional


realizado por el CDI. Muestra
detalles sobre la lengua y el
analfabetismo. (CDI, 2016)

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Bibliografía
Barrientos López, G. (2004). Otomies del Estado de México. Recuperado el 31 de
marzo de 2017, de https://www.gob.mx:
https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/12560/otomies.pdf

CDI. (2016). Consejo Nacional para el Desarollo de los Pueblos Indígenas. .


Obtenido de http://www.cdi.gob.mx/atlas2015/?page_id=976

Dow, J. (1974). Santos y supervivencias: funciones de la religión en una


comunidad otomí, México. México: Instituto Nacional Indigenista .

Lugo, L. P. (2002). La visión del mundo otomí. Toluca, Estado de México:


Universidad Atónoma del Estado de México.

Patricia Molinar Palma, M. R. (2005). Mujr otomí: la jornada interminable de una


vida alfombradamente áspera. Méxio: CONACULTA.

Questa, A. (2005). Los Otomíes de Dongú: Las fiestas patronales, de manzana y


del grupo domestico. En Las fiestas a los santos: El culto familiar y comunal
entre los otomianos y nahuas del Estado de México (págs. 91-113). Ciudad
de México: Instituto Nacional de Antropología e Historia.

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