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Paso a paso

Drenaje de un absceso
Rosana del Amo López
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria.
SUAP Segovia.

Miguel Ángel Díez García


Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria.
CS Casa del Barco. Valladolid.

Introducción Antes de llegar a la fase de absceso, las infecciones locali-


zadas suelen pasar por una fase flemonosa. Para acelerar
Un absceso es una colección de pus localizada en una la formación de pus, puede ser útil el empleo de calor local,
zona anatómica concreta, formada por restos de leucoci- y realizar el drenaje cuando la fluctuación sea evidente3.
tos degradados, bacterias, tejido necrótico y exudado in-
flamatorio, y rodeada de una zona de tejido inflamatorio, El drenaje de un absceso es una técnica sencilla que se
fibrina y tejido de granulación1. puede realizar en cualquier servicio de Atención Primaria
(AP) de forma ambulatoria, con escasas complicaciones
Para que se produzca, es necesario que entren en contac- si se conoce la técnica. No obstante, en algunos casos
to con el tejido gérmenes del exterior. En ocasiones, este está contraindicado el drenaje en AP, será entonces cuan-
contacto es debido a una alteración en la piel por una he- do habrá que derivar al paciente al segundo nivel asisten-
rida, erosión o punción, pero también pueden llegar por cial4 (tabla 2).
contigüidad, a través de conductos anatómicos naturales
(de hecho, son frecuentes en el cuello o las axilas los abs- Material necesario
cesos debidos a obstrucción de glándulas sebáceas o
apocrinas) o diseminados por el sistema circulatorio. El • Gasas y compresas estériles.
germen más frecuentemente implicado es Staphylococ- • Apósito estéril.
cus aureus2, aunque a veces se encuentran otros gérme- • Guantes estériles.
nes del grupo Streptococcus o incluso gérmenes anaero-
bios en el caso de tejidos poco oxigenados.
TABLA 1
Clínicamente, un absceso se manifiesta en forma de masa Indicaciones de antibioterapia
dolorosa fluctuante, con signos inflamatorios locales. Pre-
cisamente es la presencia de fluctuación lo que diferencia Abscesos profundos
un absceso de un flemón, en el que el material purulento es Abscesos con importante celulitis circundante
escaso y, por tanto, el abordaje terapéutico será diferente. Pacientes inmunodeprimidos
Por ello es fundamental detectar la fluctuación (sensa-
Pacientes diabéticos con mal control metabólico habitual
ción táctil de líquido a la palpación exterior del absceso),
tanto para el diagnóstico como para el tratamiento, pues Afectación del estado general
indicará la zona en la que habrá que realizar la incisión.
TABLA 2
Técnica de drenaje Derivación a segundo nivel asistencial
Siempre que hay una masa purulenta accesible, el trata- Abscesos de gran tamaño que necesiten desbridamiento
miento debe ser su evacuación física, es decir, el drenaje. El amplio en quirófano
uso de antibióticos sistémicos es de dudosa eficacia, por lo Abscesos perianales profundos
que suele ser una medida coadyuvante. Las indicaciones Abscesos en el triángulo nasogeniano (posible infección del
de antibioterapia se recogen en la tabla 1. El antibiótico seno cavernoso)
empleado será amoxicilina-ácido clavulánico 500-1.000/
Abscesos periamigdalinos, retrofaríngeos y parafaríngeos
125 mg/8 h o cloxacilina 500 mg/6 h, pudiendo recurrirse
a macrólidos en pacientes alérgicos. Angina de Ludwig (celulitis del suelo de la boca)

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Rosana del Amo López Drenaje de un absceso
Miguel Ángel Díez García

• Solución de povidona yodada o clorhexidina. FOTO 2


• Agua oxigenada.
Incisión del absceso
• Suero fisiológico.
• Paño estéril para delimitación del campo.
• Jeringas de 10 y 20 ml.
• Agujas de 25 G (s.c.) y 21 G (i.m.).
• Anestésico local tipo mepivacaína.
• Bisturí n.o 15 o 20 y mango adecuado.
• Pinza de Kocher o de mosquito.
• Drenaje de látex o silicona (tipo Penrose), o gasa orillada.

Procedimiento
•  Lavado y desinfección de la zona: como en toda técni-
ca de cirugía menor, debe comenzarse con el lavado de
manos del personal que realizará el procedimiento, con
la desinfección de la zona a tratar mediante el uso de
povidona yodada, y la delimitación del campo con pa-
ños estériles.
•  Anestesia local de la zona (foto n.o 1): se debe emplear
un anestésico sin vasoconstrictor, pues este puede au- ponde al centro de este. En el caso de que haya dudas,
mentar la necrosis de los tejidos infectados. El uso de puede realizarse una punción y aspiración con aguja de
anestesia local viene respaldado por numerosos estu- 21 G hasta que se compruebe la salida del material
dios que avalan su empleo, no solo para eliminar el do- purulento. Hay que evitar la zona de tejido inflamatorio
lor de la propia incisión, sino también para reducir el circundante, muy vascularizado, para no producir un
dolor durante la fase de desbridamiento de la cavidad sangrado importante. La incisión debe ser amplia para
del absceso. Así, varios estudios5,6 han demostrado la garantizar la correcta y completa salida del pus. Y la
utilidad de la inyección de anestesia local tanto en las zona de incisión debe protegerse con gasas de posibles
capas superficiales de la piel como en el interior del proyecciones de material purulento; también se reco-
absceso. A pesar de ello, es posible que el desbrida- mienda el uso de gafas. Cuando comience a salir el ma-
miento posterior sea doloroso, pues este tejido está terial purulento se puede ayudar con la compresión de
sometido a un medio ácido, que reduce parcialmente la la piel de alrededor (foto n.o 3), dirigiendo la presión
eficacia de la anestesia. hacia la zona de incisión, evitando exprimir en sentido
•  Incisión (foto n.o 2): debe realizarse en la zona de máxi-
ma fluctuación del absceso, que generalmente corres-
FOTO 3

FOTO 1
Compresión lateral del absceso. Protección con
gasas de posibles proyecciones de material
Anestesia local de la zona purulento

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FOTO 4 y 5 FOTO 6
Desbridamiento. Movimiento de Lavado con suero fisiológico
apertura-cierre interior de la pinza para
romper posibles tabiques internos

FOTO 7 y 8

Colocación del drenaje con gasa orillada

vertical al plano del absceso, pues se podría empujar el


contenido de pus hacia planos profundos, lo que daría
lugar al llamado efecto «reloj de arena», que dificultaría
el drenaje completo.
•  Desbridamiento (fotos n.os 4 y 5): se introducirá en la
cavidad una pinza de Kocher, abriéndola y cerrándola en
su interior en todas las direcciones, con el fin de romper
los tabiques que se hayan podido formar y eliminar los
restos de tejido necrótico y fibrina. El objetivo es que en
el interior de la cavidad quede tejido lo más sano po-
sible.
•  Lavado de la cavidad (foto n.o 6): una vez desbridado,
se debe lavar la cavidad con abundante suero fisiológi-
co, que se inyectará con jeringa aplicando una ligera
presión. Posteriormente, se lavará la cavidad con una
mezcla al 50% de agua oxigenada y povidona yodada.
El desbridamiento y el lavado con agua oxigenada y po-
vidona yodada suelen ser los pasos más dolorosos del

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FOTO 9 Complicaciones
Apósito
• No drenaje: un absceso es una infección y, como tal, si
no se trata adecuadamente, puede tener consecuencias
importantes, como extensión de la infección localmen-
te o incluso diseminación generalizada de esta.
•  Drenaje incompleto: si la incisión es demasiado pe-
queña, es posible que se cierre en falso el absceso, con
la persistencia en su interior de material purulento, lo
que cronificará la situación.
• Efecto «reloj de arena»: paso de material purulento a
planos profundos por una incorrecta presión a los lados
de la incisión en sentido perpendicular al plano del abs-
ceso.
• Hemorragia: es frecuente un sangrado escaso a través
del drenaje colocado en la cavidad. Si el desbridamiento
ha sido muy agresivo y se han dañado vasos subcutá-
neos, este sangrado puede ser mayor. Para evitarlo, se
recomienda hacer un desbridamiento cuidadoso y un
vendaje compresivo en caso necesario.
proceso, por lo que se debe advertir al paciente y respe-
tar los tiempos que necesite. Bibliografía
•  Colocación del drenaje (fotos n.os 7 y 8): los abscesos
se deben cerrar «por segunda intención», para evitar un 1. Carrasco Jiménez MS, Ayuso Baptista F. Fundamentos básicos de
cierre superficial que podría dejar material contamina- anestesia y reanimación en medicina de urgencias, emergencias y
catástrofes. Madrid: Arán. 2007.
do en el interior. Por ello, se colocará un drenaje tipo 2. Varo Cenarruzabeitia JJ. Drenaje de abscesos. Libro electrónico de
Penrose o gasa de borde orillada, que se introducirá en técnicas de Urgencias. Servicio Navarro de Salud. Disponible en:
la cavidad empapada en solución de povidona yodada, http://www.cfnavarra.es/salud/PUBLICACIONES
con ayuda de las pinzas de Kocher y dejando una parte 3. Casado Vicente V, Calero Muñoz S, Cordon Granados F, De Serdio
en el exterior para su extracción en la siguiente cura. En Romero E, Ezquerra Lezcano M, Gálvez Ibáñez M, et al. Tratado de
medicina familiar y comunitaria. Barcelona: semFYC. 2007.
abscesos de pequeño tamaño muy superficiales, como 4. Vázquez Lima MJ, Casal Codesido JR. Guía de actuación en urgen-
en las paroniquias (abscesos periungueales), puede no cias. 3.a edición.
ser necesario colocar un drenaje. 5. Khalil PN, Brand D, Siebeck M, Hallfeldt K, Mutschler W, Kanz KG.
•  Cura local (foto n.o 9): una vez colocado el drenaje, se Aspiration and injection-based technique for incision and dra-
realizará una cura oclusiva con gasas y apósito estéril. inage of a sacrococcygeal pilonidal abscess. J Emerg Med. 2009
•  Curas diarias: las curas posteriores deben ser diarias, Jan;36(1):60-3.
6. Bussen D, Sailer M, Fuchs KH, Thiede A. Chirurg. Tumescent lo-
para lo que se retira el drenaje, se lava la cavidad del cal anesthesia in proctologic surgery. [Artículo en alemán] Chirurg.
mismo modo que la primera vez y se coloca de nuevo 2003 Sep;74(9):839-43.
el drenaje, hasta que deje de salir material purulento y el
tejido de granulación rellene por completo la cavidad.

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