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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

Aportes para la atención integral


de las mujeres en situación de violencia

Primera compilación de textos producidos en el


programa AVM

Secretaría de Derechos Humanos


Provincia de Buenos Aires

Programa AVM – Secretaría de Derechos Humanos Provincia de Buenos Aires


Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

Compilación, corrección y edición: Lic. Gladys Cárdenas Palomino

Diseño de tapa y contratapa: Marcelo Alonso

Fotografía: Candelaria Mannarino

Programa AVM – Secretaría de Derechos Humanos Provincia de Buenos Aires


Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

Agradecimientos

Quisiéramos agradecer en primer término a tod@s las personas que hicieron


posible la realización de este material de lectura y trabajo.

Al Lic. Marcelo Mazzón por la colaboración en la idea y realización de este libro y


en diferentes trabajos que hemos llevado a cabo en el Programa.

A cada un@ de l@s integrantes de las mesas locales de Prevención y Asistencia


a la Violencia Familiar de cada distrito de la Provincia de Buenos Aires.

Al Director Provincial de la Central de Emergencias 911 Lic. Marcelo Delgado y a


su equipo de trabajo.

Y a todas las operadoras telefónicas que han pasado por nuestra central
telefónica, en especial a la memoria de Mónica Godoy, cuyo recuerdo
permanecerá eternamente en nuestros corazones.

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

Prefacio

Desde el inicio de nuestra gestión, además de reconocer como pilares


fundamentales las políticas de memoria, verdad y justicia, incorporamos la
temática de la inclusión social, como eje central de las políticas de promoción y
protección de los derechos de las mujeres bonaerenses.

Por ello, como bonaerense y titular de la Secretaría de Derechos Humanos de la


Provincia de Buenos Aires, es un orgullo presentar el primer libro que recoge en
forma precisa y concreta la experiencia del Programa de Atención a Mujeres
Víctimas de Violencia (AVM).

En la génesis de su publicación subyace la necesidad de sedimentar la


experiencia técnica, humana y profesional recogida por el Programa AVM desde
su inicio en el año 2008 hasta el presente. Por eso recomendamos su lectura
como un aporte crítico para seguir incorporando nuevos derechos y políticas
públicas que favorezcan la dignidad y la realización plena de todas las mujeres de
la Provincia.

La elaboración de este material fue pensada para todas las personas que trabajan
en forma diaria en la prevención y asistencia a las mujeres que atraviesan
violencia de género, demostrando un compromiso indeclinable y permanente en
pos de su erradicación. Como así también para aquellas personas que se inician
en la temática.

Además del diseño, implementación y puesta en marcha de las políticas públicas


destinadas al tratamiento de la violencia doméstica, es necesario avanzar en su
posterior evaluación a fin de calibrar la efectividad de dichas acciones. En este

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

sentido, la síntesis que se realiza en este material cumple esa función aportando
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la experiencia cotidiana recogida por el Programa, al tiempo que resume en forma
técnica, plural y multidimensional una posible y futura agenda sobre la violencia
doméstica.

Como siempre, el trabajo hercúleo que supone la gestión activa de la agenda de


derechos humanos en la Provincia de Buenos Aires, no podría ser posible sin la
participación activa de un conjunto de actores comprometidos con la temática. En
especial, quiero expresar mi agradecimiento al Gobernador de la Provincia Daniel
Scioli, por su visión, compromiso y apoyo permanente a las políticas de derechos
humanos.

Adicionalmente, quiero agradecer por su apoyo y activa participación a los


intendentes, autoridades judiciales, policiales, referentes de la educación, la salud,
etc., y a cada una de las Mesas Locales de Prevención y Asistencia a la Violencia
Familiar pertenecientes a los diferentes distritos de la Provincia.

Finalmente, con especial agradecimiento, quiero destacar y reconocer al grupo de


trabajadoras del Programa AVM que con su labor profesional, diaria, paciente y
permanente hicieron posible concretar la preparación y edición de este ejemplar.

Guido Miguel Carlotto

Programa AVM – Secretaría de Derechos Humanos Provincia de Buenos Aires


Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

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ÍNDICE

Prefacio .............................................................................................................................................. 4

Introducción ..................................................................................................................................... 10

Capítulo I: ......................................................................................................................................... 18
VIOLENCIA DE GÉNERO: UNA MIRADA DESDE EL DERECHO Y LA COMUNICACION ......... 18

La erradicación de la violencia de género desde un enfoque jurídico ...................................... 19


1. Introducción ............................................................................................................................... 19
2. Orígenes culturales de la violencia en la familia: Institucionalización de la violencia ............... 20
3. La violencia invisible contra la mujer. Evolución del sistema familiar en el Código Civil
Argentino y la Legislación Argentina ................................................................................................. 22
4. Violencia Doméstica y la Ley Provincial 14509 ......................................................................... 27
4.1. Medidas que puede tomar el/la Juez/a, a pedido de parte o de oficio ............................. 28
4.2. Incumplimiento de las medidas decretadas ...................................................................... 30
4.3. Informe interdisciplinario ................................................................................................... 30
4.4. Informe al lugar de trabajo ................................................................................................ 30
4.5. Obligación de personal de servicios asistenciales (art 4 bis) ........................................... 31
4.6. Rol del acompañante ........................................................................................................ 31
5. Patrocinio legal en materia civil y penal .................................................................................... 31
6. Asistencia legal desde el Programa AVM ................................................................................. 33
7. A modo de conclusión ............................................................................................................... 35
8. Bibliografía ................................................................................................................................. 37

Una propuesta de comunicación para la atención de la violencia de género .......................... 38


1. Introducción ............................................................................................................................... 38
2. ¿Qué escuchamos? .................................................................................................................. 39
2.1. Un deterioro que las inhabilita a tomar la palabra ............................................................. 39
2.2. Los arrepentimientos ......................................................................................................... 40
2.3. Temor al proceso judicial .................................................................................................. 41
3. Una comunicación incluyente ................................................................................................... 43
4. Hacia un lenguaje no sexista .................................................................................................... 44
5. Algunas reflexiones ................................................................................................................... 46
6. Bibliografía ................................................................................................................................. 49

Capítulo II ......................................................................................................................................... 50
TECNICAS DE INTERVENCION, EL CUIDADO Y EL TRABAJO EN EQUIPO ............................ 50

El rol de la Psicología en el Programa AVM ................................................................................. 51


1. Introducción ............................................................................................................................... 51
2. Mujer en situación de violencia ................................................................................................. 51
3. Rol de la psicología en el Programa ......................................................................................... 53
3.1. Desde la función de operadoras telefónicas en violencia ..................................................... 53
3.2. Desde el enlace ..................................................................................................................... 56
3.3. Desde el seguimiento de casos ............................................................................................ 58
3.4. Desde las capacitaciones ...................................................................................................... 61
4. Conclusión ................................................................................................................................. 63

Prácticas de trabajo en la atención a mujeres en situación de violencia ................................. 65

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

1. Introducción ............................................................................................................................... 65
2. La conformación de equipos de trabajo en el Programa AVM ................................................. 66 7
3. La transdisciplinariedad: las perspectivas disciplinares y la tarea común ............................... 69
4. La supervisión de la tarea: prácticas de cuidado y calidad de la atención ............................... 72
5. La experiencia dentro del Programa AVM. Posibilidades y desafíos ....................................... 78
6. Conclusión ................................................................................................................................. 81

Capítulo III ........................................................................................................................................ 84


PROPUESTAS PARA LA PREVENCION DE LA VIOLENCIA EN NOVIAZGOS .......................... 84

Violencia en las relaciones de noviazgo adolescente y joven ................................................... 85


1. Introducción ............................................................................................................................... 85
2. Adolescencia y Juventud: nuevos paradigmas ......................................................................... 86
3. Capacitaciones .......................................................................................................................... 90
3.1. Fundamentación ................................................................................................................ 90
3.1.1. La sociedad patriarcal y la formación de lxs jóvenes .................................................... 90

3.1.2. ¿Cómo son socializados/as varones y mujeres? .......................................................... 91


3.1.3. Elementos del modelo masculino hegemónico que favorecen la violencia hacia la mujer
93
3.1.4. La transmisión intergeneracional ................................................................................... 93
3.2. Violencia en las relaciones de noviazgo ........................................................................... 94
3.3. Algunas características del noviazgo violento .................................................................. 95
3.3.1. ¿Cómo se manifiesta? ................................................................................................... 95

3.3.2. Indicadores de riesgo en situaciones de violencia en el noviazgo ................................ 97


3.4. Capacitaciones en “Noviazgos sin violencia” .................................................................... 98
3.4.1. Capacitaciones a jóvenes para los noviazgos sin violencia ........................................ 100

3.4.2. Capacitación en noviazgos sin violencia para quienes trabajan con jóvenes ............. 101

3.4.3. ¿Qué recogimos en las capacitaciones? ..................................................................... 102


4. Propuestas para trabajar con jóvenes..................................................................................... 102
4.1. Las redes sociales ........................................................................................................... 103
4.1.1. Efectos de la violencia sobre las redes personales .................................................... 103

4.1.2. Las redes personales en el proceso de salida de la situación de violencia ................ 104

4.1.3. La red institucional ....................................................................................................... 105

4.1.4. Las redes sociales virtuales ........................................................................................ 105


4.2. Propuesta para las actividades de prevención y difusión ............................................... 106
5. A modo de conclusión ............................................................................................................. 107
6. Bibliografía ............................................................................................................................... 110

Capítulo IV ...................................................................................................................................... 113


POLÍTICAS PÚBLICAS EN DERECHOS HUMANOS ................................................................... 113

La política pública implementada: las Mesas Locales .............................................................. 114


1. Introducción ............................................................................................................................. 114
2. ¿Qué son las “Mesas Locales”? .............................................................................................. 115

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3. ¿Cómo funcionan? .................................................................................................................. 116


4. La institucionalización de las Mesas Locales ......................................................................... 118 8
5. A modo de conclusión ............................................................................................................. 120
6. ANEXO .................................................................................................................................... 122
7. Bibliografía ............................................................................................................................... 124

Políticas públicas: perspectivas, aportes y gestión .................................................................. 125


1. Introducción ............................................................................................................................. 125
2. Enfoques transversales: género, poblaciones vulnerables y derechos humanos .................. 125
3. Breve descripción y principales objetivos de las Políticas Públicas del Programa Atención
Violencia Mujer (AVM) - SDH .......................................................................................................... 127
3.1. Políticas públicas implementadas en la Provincia de Buenos Aires ............................... 127
3.1.1. Plan de capacitación y formación continua, para incorporar la perspectiva de género en
el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires y en las Organizaciones No Gubernamentales
127
3.1.2. Plan de capacitación y formación continua para incorporar la perspectiva de género en
el Poder Judicial ...................................................................................................................... 128

3.1.3. Línea 136 ..................................................................................................................... 128

3.1.4. El DNI como instrumento de inclusión social, protección y restitución de derechos. . 128
3.1.5. Convenio de cooperación entre la Secretaría de Derechos Humanos y la Secretaría de
Servicios Públicos ................................................................................................................... 129
3.1.6. Proyecto “Inclusión laboral y social para mujeres y sus hij@s en situación de violencia”
129
3.1.7. Convenio con el Ministerio de Trabajo de la Nación: Seguro de Capacitación y Empleo
(SCyE) ..................................................................................................................................... 130
3.2. Políticas públicas aprobadas y avaladas a la espera de su implementación ................. 131
3.2.1. Convenio de cooperación entre la Secretaría de Derechos Humanos y el Instituto de
Previsión Social (IPS).............................................................................................................. 131
3.2.2. Convenio entre la Secretaría de Derechos Humanos y el Colegio de Abogados de La
Plata 131
3.2.3. Convenio con el Programa Envión de la Secretaría de Desarrollo Social de la Provincia
de Buenos Aires: Jóvenes sin violencia .................................................................................. 131
3.2.4. Registro y herramienta de intervención inmediata para los casos de vulneración de
derechos de las personas Migrantes, Tráfico y Trata de Personas ....................................... 132
4. Finalizando… ........................................................................................................................... 133
5. Bibliografía ............................................................................................................................... 134

Capítulo V ....................................................................................................................................... 135


INVESTIGACIÓN Y ESTADÍSTICAS ............................................................................................. 135

Femicidios: cuando el género se vuelve excusa ....................................................................... 136


1. Introducción ............................................................................................................................. 136
2. Acerca de la Argentina y la Provincia de Buenos Aires. Algunos datos ................................. 138
3. Algunas conclusiones .............................................................................................................. 141

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Apéndice Estadístico del Programa AVM ................................................................................... 145


1. Nota metodológica................................................................................................................... 145 9
2. Sección 1: “Comportamiento de la demanda” ......................................................................... 146
2.1. Relación llamadas / víctimas /casos en seguimiento ...................................................... 146
2.2. Objeto de la llamada........................................................................................................ 147
2.3. Víctimas por Partido ........................................................................................................ 148
2.4. Relación víctimas / víctimas que se comunican por asesoramiento ............................... 150
3. Sección 2: “Análisis de las categorías de intervención” ......................................................... 150
3.1. Edad de las víctimas ....................................................................................................... 150
3.2. Modalidades de violencia ................................................................................................ 151
3.3. Factores de riesgo predominantes .................................................................................. 153
3.4. Vínculo con el agresor ..................................................................................................... 154
3.5. Víctimas por antigüedad del vínculo con el agresor ....................................................... 155
3.6. Víctimas por tiempo de maltrato ...................................................................................... 156
3.7. Actividad económica de la mujer..................................................................................... 158
3.8. Nivel educativo de la mujer ............................................................................................. 159

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Introducción

Es necesario comenzar señalando que los derechos humanos son aquellos que
poseemos todas las personas (varones y mujeres), es decir, no son privilegios
para unos en desmedro de otros. Por lo cual, tenemos derecho a disfrutarlos y
reclamarlos de no ser otorgados, porque somos seres humanos. Esta condición de
pertenecer a la especie humana, es el único requerimiento, sin considerar el sexo,
color de piel, religión, lugar de nacimiento, y otras características sociales,
culturales, económicas y políticas. Entonces, más que un conjunto de normas y
leyes escritas en documentos, consideramos que los derechos humanos son una
herramienta política que garantiza que podamos vivir en igualdad, libertad y
dignidad. Además, tienen relación con nuestra vida diaria, porque nos permiten un
desarrollo pleno y una vida mejor.

La Declaración Universal de Derechos Humanos, si bien, parte del principio de


igualdad de las personas, es decir, de varones y mujeres, como uno de los
derechos universales fundantes, en la práctica cotidiana de la vida de las mujeres,
aún persisten la discriminación y la desigualdad que tienen como base el
androcentrismo. De ahí, que para contribuir a la eliminación de la discriminación
contra las mujeres, se han creado instrumentos legales a nivel internacional como
son: la Convención Sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación
contra la Mujer (conocida por sus siglas en inglés como CEDAW), aprobada en
diciembre de 1979, por la Asamblea General de las Naciones Unidas; el Protocolo
Facultativo de la CEDAW, aprobado en 1999; y la Convención Interamericana

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para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (conocida como


11
Convención de Belem do Pará), aprobada en junio de 1994 por la Asamblea
General de la Organización de Estados Americanos (OEA).

El Estado argentino, ha firmado y ratificado estos tratados y convenciones,


otorgando, en la reforma constitucional de 1994, el rango constitucional a la
Convención conocida como la CEDAW. Ello, implica para el Estado Nacional y
Provincial, compromisos y obligaciones, como es la generación de políticas
públicas concretas. Sin embargo, cabe recordar que la elaboración de todos estos
instrumentos, ha sido el resultado de muchas acciones de luchas, protagonizadas
en su mayoría, por mujeres valientes.

“La violencia contra la mujer constituye un acto de discriminación y es una


violación de los derechos humanos” (CEDAW)

La violencia de género o violencia contra la mujer, no es un fenómeno aislado,


responde a múltiples factores, pero se intensifica cuando la sociedad la naturaliza
o reproduce. Es decir, la violencia avanza debido a la desigualdad que marca las
relaciones entre mujeres y varones. La desigualdad sucede a partir de los
prejuicios sociales y culturales, creencias y prácticas, con las cuales se justifica y
acepta como normal la discriminación de las mujeres. Cuando esta violencia se
vuelve cotidiana, el peligro es que se puede potenciar y alcanzar niveles
destructivos.

Los resultados de numerosas investigaciones muestran la existencia de diversas


formas de violencia y discriminación de género presentes en la sociedad, así como
la persistencia de estereotipos de género tanto en el ámbito de los hogares como
en los espacios públicos. Una de estas formas, es la violencia o maltrato que
sufren las mujeres en el ámbito familiar o doméstico, que ocasiona graves efectos
físicos, psíquicos, y daños al desarrollo personal. Debido a las secuelas nocivas
para la vida de las mujeres, la violencia de género es un problema social y de
salud pública.

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

El Estado argentino, tanto a nivel nacional como provincial ha creado diferentes


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leyes y normas para favorecer el desarrollo equitativo, proteger y respetar los
derechos humanos de las mujeres. En la provincia de Buenos Aires, contamos
con la Ley 12.569/01 de Violencia Familiar y su modificatoria, Ley 14.509/12. La
violencia familiar, es aquella que padecen las mujeres en sus relaciones en el
ámbito familiar: matrimonio, uniones de hecho, incluyendo los ascendientes,
descendientes, colaterales y/o consanguíneos, así como también las ex parejas o
ex novios. El Sistema Integrado Provincial de prevención y atención de las
víctimas de violencia familiar, que se deriva de dicha ley, tiene como principio
rector, que la problemática se tratará de resolver con los recursos institucionales y
sociales existentes en la propia comunidad, encargadas de promover una vida sin
violencia. La Mesa Intersectorial Provincial, es la que propone el Sistema
Integrado, y dictará pronunciamientos político técnico.

Contra la naturalización e intensificación de la violencia, consideramos que las


acciones de prevención son medidas imprescindibles con miras a poder alcanzar
la igualdad, la no discriminación y la no violencia. El programa AVM a través de
uno de sus ejes de acción, enfatiza la capacitación y prevención como un espacio
que abre la oportunidad de desaprender prejuicios y conductas violentas en las
relaciones de varones y mujeres. De aquí también el valor de sus iniciativas y
apoyo a las prácticas institucionales que promuevan la igualdad en la resolución
de esta problemática mediante una perspectiva de género.

Nacimiento del programa AVM

La complejidad del problema de la violencia familiar, requiere de un trabajo


conjunto y de articulación permanente entre las instituciones públicas y
organizaciones sociales. En razón de ello, y en el marco de la ley 12.569, se crea
la Mesa Intersectorial Provincial, la cual, será la responsable político institucional
del Programa de Violencia Familiar en la provincia de Buenos Aires.

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La Mesa Intersectorial está integrada por las áreas provinciales con competencias
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en la temática, entre ellas, la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia, es
la responsable de programas referidos a la promoción y protección de los
derechos de las mujeres y del programa de atención telefónica AVM. Así, en 2007,
se da nacimiento al Programa de Atención a Mujeres Víctimas de Violencia
AVM1, que inicialmente, se abocará a atender las llamadas transferidas por la
Central de Emergencias 911, y posteriormente también, las que ingresen a la línea
directa del programa 08005550137 (a la que ahora se suma la línea 136). Para
ofrecer este primer nivel de atención telefónica, ha sido necesaria la convocatoria
y capacitación especializada de operadoras provenientes de diferentes disciplinas
del campo psicosocial y legal.

La atención telefónica, comprende una escucha activa, así como el asesoramiento


y derivación de las personas consultantes, a los servicios especializados de su
jurisdicción. En este proceso, las operadoras, eran acompañadas por las
supervisoras, quienes a su vez, reforzaban su accionar con la comunicación que
sostenían con el equipo técnico del programa. El servicio desde su inicio hasta la
actualidad, se realiza todos los días del año, las 24 horas.

En el 2012, al producirse un cambio en la gestión institucional, se da continuidad


al esfuerzo iniciado. Se mantiene la atención telefónica (primer nivel de atención),
y se establece la conformación de un equipo técnico interdisciplinario integrado
por las primeras operadoras del programa. Además, se privilegia la formación de
áreas específicas, con diferentes funciones asignadas de acuerdo a los objetivos
planteados. Como ser estadísticas, enlace, capacitaciones, proyecto, investigación
y comunicación.

El Equipo Técnico (segundo nivel de atención) asume el seguimiento de aquellas


situaciones en que la mujer muestra trabas subjetivas, o cuando los obstáculos
son de carácter institucional. Esto último, ha llevado a planificar acciones

1
Video Institucional: https://www.youtube.com/watch?v=gCDzT60lSoI

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

tendientes al fortalecimiento y acompañamiento de las Mesas locales de


14
Prevención y Atención de la Violencia Familiar, con la finalidad de impulsar
prácticas no violentas y no discriminatorias en las instituciones públicas. Mediante
conceptos y propuestas provenientes del campo de los estudios de género se
busca propiciar la reflexión para promover la equidad en la atención de este
problema, así como, contribuir a prevenir y erradicar la violencia de género en la
vida cotidiana y en los diversos espacios públicos.

Asimismo, se hizo hincapié en la institucionalización de las mesas locales, a través


de diversas reuniones interregionales que se fueron realizando, a fin de destacar
sus fortalezas, y coadyuvar en la solución de diferentes obstáculos que pudieran
encontrar durante su accionar. De esta manera se ofrece un espacio para la
reflexión, análisis y concreción de diferentes temas que afectan a la problemática
de violencia de género.

Entre las acciones llevadas a cabo en las diferentes áreas de trabajo, también
destacamos la elaboración de estadísticas precisas y fidedignas derivadas de las
llamadas recibidas en el servicio telefónico; la concreción de diversas
capacitaciones, de acuerdo a las necesidades de cada mesa local; y el trabajo
diario de enlace entre el equipo técnico y las operadoras de la central telefónica
(hoy realizada por operadoras del 911, que se encuentran en comisión en el
Programa AVM) a fin de tener una supervisión constante y positiva para lograr una
eficiente respuesta durante las consultas telefónicas. Las operadoras antes de
ingresar al Programa tienen una capacitación específica en derechos humanos y
violencia de género y luego un examen final a fin de evaluar su ingreso.

Igualmente se han realizado diferentes proyectos como una herramienta de apoyo


a las mujeres que atraviesan situaciones de violencia, como ser trabajo, DNI, línea
de tres dígitos 136, etc.

También se han elaborado diversos documentos de investigación en el campo de


la violencia de género. Y, a través de todo ese accionar, es que podemos hoy

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

contar con la realización de este libro, que es una elaboración propia del Programa
15
AVM.

El libro

Está pensado como un material de apoyo dirigido al personal de los servicios de


atención de la violencia familiar, así como a lxs profesionales y operadorxs que
piensan trabajar en esta problemática. La comprensión conceptual y metodológica
de la perspectiva de género y su aplicación en la práctica, permitirán identificar e
intervenir, y especialmente prevenir la violencia de género y la discriminación.

El libro se propone abrir un espacio para pensar y reflexionar en relación con la


equidad de género y la resolución no violenta de las situaciones de violencia de
género en la práctica cotidiana de lxs agentes del Estado. En esa perspectiva, se
sintetizan los principales conceptos teóricos relacionados con el tema en cuestión
y se plantean algunas herramientas técnicas y sugerencias para modificar
prácticas estereotipadas o discriminatorias en los servicios públicos de atención a
mujeres en situación de violencia.

La compilación de los artículos presentados en esta edición, es el resultado de las


reflexiones realizadas por el equipo técnico del AVM, sobre la atención de esta
problemática. Cada uno de los escritos contiene diversos temas y enfoques
teóricos, que sin embargo comparten la perspectiva de género y de derechos
humanos, como un posicionamiento filosófico que orienta el análisis y la práctica
en el programa. Precisamente, los aportes de las distintas disciplinas del campo
social y legal, junto con la información estadística, permiten situar el problema de
la violencia de género, en un espacio social y político, del cual el Estado no puede
escapar de su responsabilidad, y tampoco la sociedad.

El libro consta de cinco capítulos. Todos incorporan conceptos clave para


identificar las prácticas discriminatorias y violentas en las relaciones de pareja, y

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

particularmente, ponen énfasis en las modalidades de las intervenciones a fin de


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que la mujer afectada pueda encontrar una salida a su situación.

En el primer capítulo, el libro ofrece reflexiones acerca de esta problemática desde


el campo del derecho, comenzando primero, con una breve historización de la
producción de normativas a nivel internacional, nacional y provincial, hasta llegar a
un posicionamiento crítico sobre las mismas. También se incluye una propuesta
de comunicación como una herramienta necesaria a ser considerada en las
intervenciones de los y las agentes de las instituciones del Estado con
competencia en la atención de la violencia de género. Asimismo incluye un texto
acerca de las instituciones que trabajan sobre la violencia de género, en cuanto a
la dimensión de la comunicación y el lenguaje en sus prácticas de trabajo diario.

El segundo capítulo, contiene aportes que se realizan desde el campo de la


psicología, diferenciando primero, entre mujer víctima y mujer en situación de
violencia, para luego, brindar herramientas técnicas para el abordaje de esta
problemática. En este mismo apartado, con los aportes de la sociología, se
presenta la experiencia de los espacios de enlace en el programa AVM,
considerando tres ejes de reflexión: la conformación de los equipos de trabajo, la
transdisciplinariedad, y por último la supervisión.

En el siguiente capítulo, el libro aborda las características y formas de violencia en


las relaciones de noviazgo en adolescentes y jóvenes. Se plasma la experiencia
de cómo han sido pensadas y planificadas las acciones de prevención, así como
los resultados arribados. En las capacitaciones se promueve que las y los jóvenes
desarrollen habilidades relacionadas con la convivencia pacífica sin desigualdades
de género.

El capítulo cuarto, en línea con la perspectiva de abordar la violencia de género


desde una responsabilidad compartida, se presenta un artículo acerca del papel
relevante y activo que tienen las Mesas locales en la tarea de erradicar la violencia
de género. Las mesas son concebidas como el principal recurso que debe dar
respuesta integral y eficaz al problema de la violencia contra las mujeres. También

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

en esta sección, se incluyen los planes de acción desarrollados y los proyectos


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que forman parte de las políticas públicas integrales en torno de esta temática.

En el quinto capítulo, el estudio sobre el femicidio en Argentina, no sólo ofrece un


análisis teórico, sino que utiliza datos estadísticos para luego puntualizar algunas
recomendaciones en torno a dicha problemática. También, se presenta un
apéndice estadístico que muestra la dinámica de la atención telefónica del
programa, considerando un análisis de las variables: edad, indicadores de riesgo,
vínculo con el agresor, etc. Para esta producción se ha utilizado la base de datos
del programa AVM.

Es indudable que las acciones y políticas públicas deberían apuntar a cambios


estructurales que permitan disminuir y erradicar la violencia de género. Sin
embargo, consideramos que es necesario contribuir en la prevención y formación
de agentes y operadorxs competentes que a su vez promuevan la construcción de
una sociedad democrática, diversa e igualitaria.

Consideramos que abordar y promover la resolución integral de la violencia contra


las mujeres, aportará a hacer realidad una sociedad donde sea posible vivir sin
discriminación y sin violencia.

Viviana Núñez - Directora Provincial de DDHH- AVM

Elsa Doorn – Coordinadora del Programa AVM

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

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Capítulo I:

VIOLENCIA DE GÉNERO: UNA MIRADA DESDE EL DERECHO Y LA


COMUNICACION

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

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La erradicación de la violencia de género desde un enfoque jurídico


Viviana Alejandra Núñez

1. Introducción
A comienzos del Siglo XXI, las sociedades humanas se encuentran sujetas a
cambios muy rápidos y procesos globales que afectan a todas las regiones y
grupos humanos.

En este contexto, los cambios sociales ocupan un lugar central y ello queda
registrado en la propia evolución de las ciencias sociales.

Uno de los cambios sociales es el progresivo reconocimiento del papel que las
mujeres desempeñan en estos procesos partiendo de las desigualdades
existentes entre varones y mujeres.

Para entender mejor la problemática haremos un análisis fundamental: con


frecuencia, se confunde sexo y género, pero ambos conceptos tienen significados
distintos.

 Sexo: conjunto de características físicas, biológicas y espirituales con las que


nacen varones y mujeres, son naturales y esencialmente inmodificables;

 Género: es el conjunto de características psicológicas, sociales y culturales,


socialmente asignadas a las personas.

Estas características se modifican con y en el tiempo: el género no es sinónimo de


mujer.

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

El género es un elemento constitutivo de las relaciones sociales, es una


20
construcción social que supone un conjunto de acuerdos tácitos o explícitos
elaborados por una comunidad determinada.

Los roles o papeles de género son comportamientos aprendidos en una sociedad,


comunidad o grupo social determinado, que hacen que sus miembros perciban
como masculinas o femeninas ciertas actividades, tareas y responsabilidades y la
jerarquizan y valorizan de manera diferenciada. La constante asignación social de
funciones y actividades a mujeres y varones naturaliza sus roles.

A través de estos estereotipos se sustentan relaciones de poder, se generan


situaciones de discriminación y subordinación de las mujeres en los distintos
ámbitos de la vida privada y pública.

La perspectiva de género es un instrumento para acercarse a mirar la realidad,


poniendo en cuestión las relaciones de poder que se establecen entre varones y
mujeres y en las relaciones sociales en general. La violencia contra la mujer tiene
su explicación en estas relaciones de poder, de subordinación de la mujer al varón
de acuerdo a las pautas asignadas culturalmente, donde el varón es quien detenta
el poderío económico, social y cultural, debiendo demostrarlo siempre aún de no
ser así.

2. Orígenes culturales de la violencia en la familia: Institucionalización de la


violencia
La violencia aparece desde el mismo momento que nace la organización política.
Desde la antigüedad, la capacidad para imponer la voluntad autoritaria de quien
tiene el poder ha sido reconocida como legítima. Asimismo desde la antigua
Grecia se admitió a la familia como otro ámbito de poder y de ejercicio de la fuerza
coercitiva. (Año 1200 a.C - 146 a.C)

Para Platón (Año 327 a. C) Las mujeres son resultado de una degeneración física
del ser humano. "Son sólo los varones los que han sido creados directamente de
los dioses y reciben el alma. Aquellos que viven honradamente retornan a las

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

estrellas, pero aquellos que son cobardes o viven sin justicia pueden haber
21
adquirido, con razón, la naturaleza de la mujer en su segunda generación".

Según Aristóteles (Año 322 a.C.), la familia es un sistema de organización humana


que coexiste con otros diversos, con los que interacciona y entremezcla roles, en
un espacio geográfico que no le es indiferente. Consideró a las mujeres como
seres humanos defectuosos. La razón por la que un hombre domina en la
sociedad, es su inteligencia superior. Sólo el hombre es un ser humano completo.
"La relación entre el varón y la hembra es por naturaleza aquella en la que el
hombre ostenta una posición superior, la mujer más baja; el hombre dirige y la
mujer es dirigida".

La ley romana atribuyó a la mujer un estatus menor. De acuerdo a la ley de la


familia romana, el marido era señor y maestro absoluto. La mujer era propiedad
del marido y estaba completamente sujeta a sus disposiciones. Él podía castigarla
de cualquier forma que deseara. En cuanto a las propiedades familiares, la mujer
no era dueña de ningún bien. Cualquier bien que ella o los niños heredaran
pertenecía al marido, incluyendo también la dote que ella aportaba al matrimonio.

En la ley civil romana los derechos de la mujer estaban también muy limitados.
Las razones dadas en la ley romana para restringir los derechos de la mujer eran
descritas como la "debilidad de su sexo" o la "estupidez de su sexo". El contexto
hace ver claramente que el problema no radicaba en la debilidad física de la mujer
sino en lo que era percibido como su carencia de un juicio digno de confianza y su
incapacidad de pensar lógicamente.

Las mujeres no podían ejercer ningún cargo público.

Las mujeres no podían actuar en persona en juicios, hacer contratos, ser testigos,
etc.

Las mujeres eran incluidas en el mismo grupo que los menores, esclavos,
criminales convictos y personas sordomudas; es decir, con gente cuyo juicio no
era de confianza.

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

Para Hobbes, existe un dominio que los padres tienen sobre sus hijos, destacando
22
el predominio de la autoridad masculina, al tiempo que otorga a la familia un rol
educativo sobre sus hijos2.

Una función preservadora de la continuidad de estas concepciones culturales la


han cumplido los mitos, los prejuicios y las tradiciones sociales capaces de
sostener sistemas de valores y normas paralelos a la jurídica institucionalizada por
los Estados.

Los mitos han operado desde los tiempos remotos y hasta los más actuales, tanto
como fijadores de conductas esperadas de los integrantes del grupo, como de
motorizadores para la acción.

De la situación de subordinación y dominación no se excluyó a la mujer que desde


los inicios de la civilización mediterránea compartió con los niños un lugar
subalterno. Tanto la tradición bíblica como los más antiguos testimonios de la
civilización griega dan cuenta de ésta situación de dependencia y subordinación a
la autoridad masculina (padre, esposo, hermano, hijo), relegándola a las tareas
domésticas para dejar a los varones, los asuntos de la ciudad. Pese a su mayor
capacidad de autoprotegerse, las mujeres han sido víctimas por igual (con los
menores) de violencia y abusos de poder amparados por su situación vulnerable
en la sociedad o en el seno de la familia.

3. La violencia invisible contra la mujer. Evolución del sistema familiar en el


Código Civil Argentino y la Legislación Argentina
La desigualdad jurídica de los esposos en el sistema familiar desde los comienzos
del código civil podría considerarse como uno de los generadores de la violencia
invisible de la violencia contra la mujer.

El paradigma de la desigualdad de los cónyuges llevó al legislador a legitimar roles


y expectativas relacionadas con ello. En la mujer esas expectativas y roles se
fundaron en la desigualdad de géneros, en el deber de sumisión a los fines del
2
Hobbes, Thomas: Leviatán, cap. XX, Del dominio paternal y del despótico.

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

matrimonio, obediencia al esposo, reproducción de la especie, crianza de los hijos


23
y mantenimiento de la domesticidad a costa de su realización personal.

La base de nuestro ordenamiento fue el Código napoleónico (Año 1804) que


consagró una visión autoritaria de la familia, con una marcada desigualdad de
géneros. Con la modernidad, se fue consolidando un lugar social femenino y un
discurso acorde que refirió a la mujer como frágil, emotiva, dependiente,
instintivamente maternal y sexualmente pasiva y por tanto, ideal para la crianza de
los hijos, la atención del marido y los quehaceres domésticos; y el varón se situó
como protector de la mujer.

El preámbulo de la Constitución Argentina de 1853 acentuó la importancia de la


justicia, bienestar general y beneficios de la libertad; su parte dogmática consagró
en el Art. 16 la igualdad de todos los habitantes del territorio argentino. Pero el
sistema legal existente discriminó a la mujer de distintas maneras: según su
estado de familia, carácter de progenitora, edad, etc.

Este ciclo evolutivo del derecho podríamos dividirlo en seis (6) etapas:

1. La sumisión de la mujer en el Sistema Familiar del Código Civil vigente de


1871-1926: se basó en una absoluta desigualdad jurídica de los esposos,
donde el matrimonio determinaba la pérdida de capacidad de la mujer, creando
un régimen de capacidad marital que versaba sobre: la fijación del domicilio
conyugal por el esposo, incapacidad de hecho de la mujer casada,
administración de todos los bienes por el marido, imposibilidad de trabajar sin
licencia expresa o tácita del marido.

2. La Ley 11357 de 1926 de Capacidad Civil de la Mujer: confirió a la mujer


mayor de edad, cualquiera fuese su estado civil, capacidad para ejercer todos
los derechos y funciones civiles que las leyes reconocían al hombre mayor de
edad. Pese a ello, la ley establecía que el marido tenía mandato de administrar
los bienes de la mujer sin la obligación de rendir cuentas.

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

3. Reforma al Código Civil de la Ley 17711 vigente desde 1968 a 1987: el


24
matrimonio no restringe la capacidad de obrar de ninguno de los esposos, lo
cual marca un progreso hacia la igualdad. Se dejó sin efecto la incapacidad
relativa de hecho de la mujer casada y la representación necesaria por el
marido. Los cónyuges tienen la libre administración y disposición de los bienes
gananciales adquiridos por su trabajo.

4. Sanción de la Ley 26264 de 1985, Ley 23515 de 1987 y modificación a la


Ley del Nombre N° 18.248: las cuales modifican casi en su totalidad los
últimos vestigios de diferenciación entre géneros: corresponden a ambos
padres el ejercicio de la patria potestad (Ley 26264) y la igualdad de ambos
cónyuges en sus relaciones personales (Ley 23515). Será optativo para la
mujer casada, añadir a su apellido, el del marido, precedido por la preposición
“de” (art. 8 modificado por la Ley 23.515/87)

5. Sanción de las leyes N° 24.417/94 de Protección contra la Violencia


Familiar. Ley N° 26364/08 de Prevención y Sanción de Trata de Personas y
Asistencia a sus víctimas. Ley N° 26.522/09 de Servicios de Comunicación
Audiovisual. Ley N° 26.485/09 de Protección Integral a las Mujeres. Ley N°
26.791/12 modificatoria del Código Penal:

a) En diciembre de 1994, se promulga la Ley N° 24.417, nuestra primera ley en


cuanto a la protección de la violencia familiar. Con un escaso articulado, se define
que toda persona que sufriese lesiones o maltrato físico o psíquico por algún
miembro del grupo familiar podrá denunciar ante el Juez y solicitar medidas
cautelares. Define al grupo familiar. Prevé cuando los damnificados son menores,
incapaces, discapacitados, ancianos. Determina las medidas cautelares que podrá
adoptar el Juez. Asimismo, se invita a las provincias a dictar normas de ésta
naturaleza.

b) En el año 2008 se sancionó la ley 26.364 de Trata de Personas y Asistencia a


sus Víctimas, como medida de protección a todas las mujeres menores y mayores
de edad que fueran explotadas tanto dentro como fuera del país.

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En octubre de 2009, la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, 26.522 insta


25
en su artículo “M” a promover la igualdad en el tratamiento tanto a hombres como
a mujeres, el tratamiento igualitario, plural y no estereotipado, además de evitar
cualquier discriminación por género u orientación sexual en los medios.

c) La Ley 26.485/09 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la


violencia contra las Mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones
interpersonales. En dicha ley se define qué es la violencia contra las mujeres, las
clases de violencia y sus medidas precautorias. Contempla la creación del
Observatorio de la violencia contra las mujeres, en el ámbito del Consejo Nacional
de las Mujeres. De igual modo estable un conjunto de medidas a favor de las
mujeres víctimas, como es la asistencia gratuita en centros de salud, una ayuda
económica, asistencia legal y laboral o la facilitación de alojamiento cuando sea
necesario.

d) La Ley Nº 26.791 sobre violencia de género, modifica el Código Penal


sustituyendo los incisos 1º y 4° del artículo 80, que establece que "se impondrá
reclusión perpetua o prisión perpetua, pudiendo aplicarse lo dispuesto en el
artículo 52, al que matare: 1°. A su ascendiente, descendiente, cónyuge, ex
cónyuge, o a la persona con quien mantiene o ha mantenido una relación de
pareja, mediare o no convivencia. 4°. Por placer, codicia, odio racial, religioso, de
género o a la orientación sexual, identidad de género o su expresión. Además,
quedan incorporados para las sanciones, los incisos 11 y 12 del artículo 80 del
Código Penal con la siguiente redacción: " inciso 11. A una mujer cuando el hecho
sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género", y se establece en
el "inciso 12. Con el propósito de causar sufrimiento a una persona con la que se
mantiene o ha mantenido una relación en los términos del inciso 1°".
También se sustituye el artículo 80 in fine del Código Penal, el cual quedará de la
siguiente manera:" Cuando en el caso del inciso 1° de este artículo, mediaren
circunstancias extraordinarias de atenuación, el juez podrá aplicar prisión o
reclusión de ocho (8) a veinticinco (25) años. Esto no será aplicable a quien
anteriormente hubiera realizado actos de violencia contra la mujer víctima".

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A su vez la Provincia de Buenos Aires también fue dictando sus propias leyes en
26
consonancia con la Nación:

a) Ley 12.569/01 de violencia familiar.

b) Ley 14453/12 de Lucha contra la Trata de Personas, la Explotación Sexual


Infantil y la Protección y Asistencia de las Víctimas.

c) Leyes de emergencia Social en materia de género en la Provincia de Buenos


Aires.

d) Ley 14.509/12 modificatoria de la ley 12.569

Debemos tener presente que la normativa internacional fue la que dio origen a que
los países incluyeran en sus leyes la igualdad jurídica de la mujer con el varón, a
través de las diferentes Convenciones que han sido ratificadas por los Estados
Parte; como ser:

 Declaración Universal de los Derechos Humanos del año 1948.

 Convención Interamericana de Concesión de Derechos Civiles a la Mujer,


aprobado por nuestros País en el año 1957.

 Pacto San José de Costa Rica, aprobado por el Estado Argentino en el año
1984.

 Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación


contra la Mujer, ratificada por Argentina en el año 1985.

 Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia


contra la Mujer (Convención Belem Do Pará) a la cual adhiere el Estado
Argentino en el año 1996.

 También es de destacar los Organismos que fueron creados para atender a


esta problemática, como ser: Observatorios de género y Centros de
Asistencia en diferentes ámbitos académico, como en el Estado Nacional,

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Provinciales y Municipales, Defensorías del Pueblo, Órganos Legislativo y


27
Judicial.

6. Reforma del Código Civil y Comercial Ley 26994/2014. El Código Civil y


Comercial prevé un nuevo paradigma no discriminatorio, protectorio, de
seguridad jurídica y también en lo atinente a materia de bienes. Se modifican
los últimos arts. discriminatorios como era el art. 1276 del C.C., por el actual
art. 472 del C.C.C: “Ausencia de Prueba. Se reputa que pertenecen a los dos
cónyuges por mitades indivisas los bienes respecto de los cuales ninguno de
ellos puede justificar la propiedad exclusiva.” Así podemos observar como van
desapareciendo los últimos vestigios de la violencia invisible contra la mujer en
el Ordenamiento Jurídico.

4. Violencia Doméstica3 y la Ley Provincial 14509


Definir la violencia contra las mujeres implica describir una multiplicidad de actos,
hechos y omisiones que las dañan y perjudican en los diversos aspectos de sus
vidas y constituyen una de las violaciones a sus derechos humanos.

Definición según la ley 14509: “se entenderá por violencia familiar, toda acción,
omisión, abuso, que afecte la vida, libertad, seguridad personal, dignidad,
integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, de una persona en
el ámbito del grupo familiar, aunque no configure delito”.

¿Quiénes pueden denunciar? la persona afectada, violentada.

Si las víctimas son menores de edad, incapaces, ancian@s o


discapacitad@s que se encuentren imposibilitadas de accionar por sí mismas,
estarán obligados a hacerlo sus representantes legales, los obligados por

3
Violencia Doméstica: todo acto de violencia física, verbal, psicológica, sexual, económica, y todo
intento de cometer esa violencia, así como la restricción forzosa de la libertad individual y de la
privacidad, contra personas que tienen o han tenido vínculos familiares o de parentesco o
cohabiten o viven en el mismo hogar.
Preferimos utilizar dicho término, dado que hacemos referencia a la violencia ejercida contra la
mujer en ámbito familiar.

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alimentos y/o el Ministerio Público, como así también quienes se desempeñan en


28
organismos asistenciales, educativos, de salud y de justicia y en general, quienes
desde el ámbito público o privado tomen conocimiento de situaciones de violencia
familiar o tengan indicios de que puedan existir. La denuncia deberá formularse
inmediatamente.

Competencia: Corresponde a los Juzgados/Tribunales de Familia y a los


Juzgados de Paz, del domicilio de la víctima, la competencia para conocer en las
denuncias a que se refieren los artículos precedentes (arts. 1, 2, 3, 4, 4 bis y 5)

Cuando la denuncia verse sobre hechos que configuren delitos de acción


pública o se encuentren afectados menores de edad, el Juez o Jueza que haya
prevenido lo pondrá en conocimiento del Juez o Jueza competente y del Ministerio
Público. Se guardará reserva de identidad del denunciante.

4.1. Medidas que puede tomar el/la Juez/a, a pedido de parte o de oficio
a) Ordenar al presunto agresor el cese de los actos de perturbación o intimidación
contra la o las víctimas.

b) Ordenar la prohibición de acercamiento de la persona agresora al lugar de


residencia, trabajo, estudio, esparcimiento o lugares de habitual concurrencia de la
persona agredida y/o del progenitor/a o representante legal cuando la víctima
fuere menor o incapaz, fijando a tal efecto un perímetro de exclusión para
permanecer o circular por determinada zona.

c) Ordenar la exclusión de la persona agresora de la residencia donde habita el


grupo familiar, independientemente de la titularidad de la misma.

d) Ordenar a petición de quien ha debido salir del domicilio por razones de


seguridad personal su reintegro al mismo, previa exclusión del presunto agresor.

e) Ordenar la restitución inmediata de los efectos personales de la parte


peticionante, si ésta se ha visto privada de los mismos por hechos de violencia

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familiar, solicitando a tal efecto el auxilio de la fuerza pública a fin de garantizar la


29
efectiva protección de la persona agredida.

f) Ordenar las medidas necesarias para garantizar la seguridad de la/s persona/s


agredidas/s, en su domicilio.

g) Ordenar la fijación de una cuota alimentaria y tenencia provisoria si


correspondiese, de acuerdo a los antecedentes obrantes en la causa y según las
normas que rigen la materia.

h) Ordenar en caso en que la víctima fuere menor de edad o incapaz otorgar su


guarda provisoria a quien considere idóneo para tal función, si esta medida fuere
necesaria para su seguridad psicofísica y hasta tanto se efectúe un diagnóstico de
la situación. La guarda se otorgará a integrantes del grupo familiar o de la
comunidad de residencia de la víctima. Deberá tenerse en cuenta la opinión y el
derecho a ser oído/a de la niña/o, o adolescente.

i) Ordenar la suspensión provisoria del régimen de visitas.

j) Ordenar el inventario de los bienes gananciales de la sociedad conyugal y de los


bienes propios de quien ejerce y de quien padece violencia. En los casos de
parejas convivientes se dispondrá el inventario de los bienes de cada uno.
Asimismo si fuere necesario y por el período que estime conveniente el juez o
jueza interviniente otorgará el uso exclusivo del mobiliario de la casa a la persona
que padece violencia.

k) Prohibir al presunto agresor enajenar, disponer, destruir, ocultar o trasladar


bienes gananciales de la sociedad conyugal o los comunes de la pareja
conviviente.

l) Prohibir al presunto agresor la compra y tenencia de armas y ordenar el


secuestro de las que estuvieran en su posesión.

m) Proveer las medidas conducentes a fin de brindar a quien padece y a quien


ejerce violencia y grupo familiar, asistencia legal, médica, psicológica a través de

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organismos públicos y entidades no gubernamentales con formación especializada


30
en la prevención y atención de la violencia familiar y asistencia a la víctima.

n) Toda otra medida urgente que estime oportuna para asegurar la custodia y
protección de la víctima. El juez o jueza deberá adoptar las medidas dentro de las
cuarenta y ocho (48) horas de haber tomado conocimiento de la situación de
violencia.

4.2. Incumplimiento de las medidas decretadas


En caso de incumplimiento de las medidas impuestas por el Juez, Jueza o
Tribunal se dará inmediatamente cuenta a éstos, quienes podrán requerir el auxilio
de la fuerza pública para asegurar su acatamiento, como así también evaluar la
conveniencia de modificar las mismas, pudiendo ampliarlas u ordenar otras.
Frente a un nuevo incumplimiento y sin perjuicio de las responsabilidades civiles o
penales que correspondan, el juez o jueza podrá aplicar alguna/s de las siguientes
sanciones: a) Advertencia o llamado de atención por el acto cometido; b)
Comunicación de los hechos de violencia al organismo, institución, sindicato,
asociación profesional o lugar de trabajo del agresor; c) Asistencia obligatoria del
agresor a programas reflexivos, educativos o terapéuticos tendientes a la
modificación de conductas violentas. d) Orden de realizar trabajos comunitarios en
los lugares y por el tiempo que se determinen. Cuando el incumplimiento configure
desobediencia u otro delito, el juez o jueza deberá poner el hecho en conocimiento
del juez o jueza con competencia en materia penal.

4.3. Informe interdisciplinario


El Juez o Jueza interviniente deberá requerir un informe efectuado por
profesionales de diversas disciplinas o equipo transdisciplinario para determinar
los daños físicos y/o psíquicos, económicos o de otro tipo sufridos por la víctima,
la situación del peligro y medio social y ambiental del grupo familiar.

4.4. Informe al lugar de trabajo


El Juez o Jueza interviniente, en caso de considerarlo necesario, requerirá un
informe al lugar de trabajo y/o lugares donde tenga actividad la parte denunciada,
a los efectos de tener un mayor conocimiento de la situación planteada. Asimismo
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deberá solicitar los antecedentes judiciales y/o policiales de la persona denunciada


31
con la finalidad de conocer su conducta.

4.5. Obligación de personal de servicios asistenciales (art 4 bis)


Cuando las víctimas sean mujeres, no comprendidas en el artículo 4, están
obligadas a informar de la situación a la autoridad administrativa o judicial que
corresponda, aun en aquellos casos en que el hecho no configure delito, las
personas que se desempeñen en servicios asistenciales, sociales, educativos y de
salud, públicos o privados, y que con motivo o en ocasión de sus tareas tomaren
conocimiento de un hecho de violencia contra las mujeres en los términos de la
Ley N° 26.485.

Para efectuar la denuncia por violencia familiar contra mujeres, no se requerirá


patrocinio letrado.

4.6. Rol del acompañante


En cualquier instancia del proceso se admitirá la presencia de un/a acompañante
como ayuda protectora de la mujer, siempre que quien padece violencia lo solicite
y con el único objeto de preservar la salud física y psicológica de la misma.

5. Patrocinio legal en materia civil y penal


En principio conceptualizaremos los conceptos de acción penal y civil, a fin de
comprender los fundamentos que desarrollaremos en adelante.

La acción penal es aquella que se origina a partir de un delito y que supone la


imposición de un castigo al responsable de acuerdo a lo establecido por la ley. De
esta manera, la acción penal es el punto de partida del proceso judicial.

La acción civil es la que inicia el proceso judicial, que no puede hacerse de oficio,
pues están en juego intereses particulares, a diferencia de lo que sucede con
la acción penal. La acción civil es un poder del actor (sujeto activo) que se
sustenta en la ley, para efectuar un reclamo frente a un adversario (sujeto pasivo)

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cuando el proceso es contradictorio; o que pretende se le otorgue un derecho en


32
el proceso voluntario.

Por lo cual, la acción legal que se lleve a cabo tendrá que contar con las dos
aristas, civil y penal. Ya que suele entenderse que si se solicita la aplicación de la
ley 12.569 con su modificatoria de Ley 14.509 se dará por cumplido todo en lo
atinente a lo jurídico. De más está decir, que no es así, por el contrario. Esto hace
que las expectativas que se ponen en juego en cuanto al accionar de la justicia se
desmoronen.

Los letrad@s patrocinantes son quienes tienen la obligación de informar a las


mujeres que se deberá llevar adelante ambas acciones a fin que se pueda
garantizar el cumplimiento de la ley contra la violencia familiar, como así también
el agresor tenga una sanción penal.

Ante un caso de violencia doméstica la/el abogad@ patrocinante deberá, por un


lado, iniciar la acción civil, a través de los Juzgados/ Tribunales de Familia,
Juzgados de Paz, en la que podrá solicitar según el caso: divorcio, régimen de
visitas, alimentos, división de la sociedad conyugal, exclusión del agresor de la
vivienda, restitución de los efectos personales de la mujer, retorno de la mujer a la
vivienda, es decir todas las medidas contenidas en la ley 12.569 y su modificatoria
ley 14.509. Y, por otro lado, a través de la denuncia que se realice en la
Comisaría, Fiscalía o Comisaría de la Mujer que dará lugar a la acción penal por
los delitos de: lesiones, amenaza de muerte, tentativa de homicidio, abuso de
armas, abuso sexual, privación de la libertad, etc.

En el trabajo con Mesas Locales de Prevención y Atención de Violencia Familiar


de la Provincia, se visualizó este tema. Una numerosa cantidad de causas por
violencia, sólo se inician en los Juzgados/ Tribunales de Familia, solicitando las
medidas preventivas, sin iniciar la acción penal de proceder. Esta situación suele
suceder a raíz de que la mayoría de l@s abogad@s que litigan en el fuero civil no
lo hace en el fuero penal, y sólo se abocan a una materia, y así, la mujer queda
desprotegida del lado punitivo.

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Por ello, abogamos por una construcción jurídica, que concentre todo lo
33
concerniente a las acciones civiles y penales, que realice la mujer que está bajo
una relación violenta. En la práctica vemos que l@s jueces civiles no interactúan
con l@s jueces o fiscales penales en esta temática. Siendo esencial la
intervención en conjunto y no aislada.

6. Asistencia legal desde el Programa AVM


De acuerdo a lo expuesto en los diferentes capítulos del presente libro, el AVM
como Programa provincial cuenta con un primer nivel de atención telefónica
brindando contención, asesoramiento y derivación al territorio. El equipo de
operadoras de la central telefónica tiene pautado su accionar en la atenta y plena
escucha, centrando el objeto de la llamada, y así, encausar su derivación. Por
supuesto que los aspectos legales no quedan al margen, siendo esencial
incursionar en diferentes cuestiones legales a tener en cuenta para su derivación
correspondiente.

Y, además, el programa cuenta con un equipo interdisciplinario que trabaja en


la planificación y seguimiento de políticas públicas en cuanto a la problemática en
cuestión.

En relación al trabajo de la Central Telefónica, en primer término dividiremos las


llamadas en emergencia y de asesoramiento.

Para las llamadas en emergencia, ante la traumática situación por la que está
atravesando la mujer, no se puede y no corresponde indagar minuciosamente en
aspectos legales. Por lo cual, se le brinda la información sustancial acerca de
dónde debe realizar la denuncia, y sobre la organización gubernamental u ONG
que realizará su contención y acompañamiento, de acuerdo al lugar territorial en el
que se encuentra. El acompañamiento en territorio es esencial para la salida de la
violencia doméstica.

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

Las llamadas de asesoramiento permiten trabajar más en el plano legal, se


34
puede consultar si existen denuncias previas, sobre el estado civil, si tienen hijos,
si están reconocidos, cuota alimentaria, régimen de visitas, propiedad del hogar
conyugal, etc., a fin de orientar a la mujer en los derechos legales que posee.
Siendo concluyente la derivación a la organización territorial para el
acompañamiento correspondiente. Es por ello, que le dedicamos un papel
preponderante al recursero4.

La intervención legal desde el equipo interdisciplinario, permite diagramar


lineamientos de políticas públicas en cuanto a lo jurídico. Se trabaja junto con las
Mesas Locales de cada territorio en la implementación de un abordaje
interdisciplinario donde el tema legal es un punto principal en la agenda. Así, nos
enfocamos en la importancia de continuar con las causas que se inician en el
fuero penal a través de las denuncias realizadas en las fiscalías o comisarías de la
mujer, como comentamos anteriormente.

Es muy común que al abordar la problemática de la violencia doméstica, se haga


hincapié en las medidas precautorias que determina la legislación provincial
vigente, como ser la exclusión del hogar conyugal o su restitución al mismo, como
así también de los efectos personales, determinación de una cuota alimentaria en
caso de tener hijas/os, régimen de visitas, etc., las cuales se realizan a través de
los Juzgados o Tribunales (en algunos casos) de Familia, y se deja a un costado
las causas penales que fueron producto de violencia física o verbal a través de
lesiones, amenazas de muerte, etc., las cuales configuran un delito tipificado en el
Código Penal Argentino.

Apuntamos a que no sea la realización de denuncia, la primera acción que se le


solicite a la mujer que atraviesa violencia doméstica. Entendemos que la mujer
debe estar empoderada y fuerte anímicamente, para sostener la denuncia y todo

4
Recursero: mapa de recursos con los que cuenta la Provincia de Buenos Aires en cada municipio,
en cuanto a la atención de esta problemática.

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lo que ello implica. Se deberá trabajar en conjunto con las demás disciplinas, a fin
35
de que la mujer se decida firmemente en la realización de la denuncia y
comprenda que le corresponde una vida libre de toda violencia, y ese trabajo
deberán realizarlo los equipos técnicos de las mesas locales de cada territorio, y
desde el Programa AVM se impulsa tal actuar.

Se insta a que las/los profesionales del derecho sean especialistas en violencia de


género, dado que de lo contrario, no tendrían la sensibilización y concientización
que el tema requiere. Y vastos son los ejemplos que lo demuestran. Sin ir más
lejos, el último femicidio de la localidad de Pilar, donde el hombre violento mató a
su ex pareja en la casa de fin de semana, en presencia de los letrados
patrocinantes, es un claro ejemplo de la minimización legal de la problemática.

Como parte de las acciones de capacitación y de sensibilización a nivel provincial,


(Es así que) surgió la firma de un Convenio con el Colegio de Abogados de la
Provincia de Buenos Aires, a fin que se pueda contar con un servicio de patrocinio
jurídico gratuito y especializado en perspectiva de género. Para ello, se elaborará
un Registro de Abogadas/os especialistas en género, (los que surgirán de una)
quienes previamente realizarán una capacitación que llevará adelante cada
Colegio de Abogados de la Provincia junto con la Secretaría de DDHH, tomando
como punto de partida el Colegio de Abogados de la Cuidad de La Plata.

El trabajo del equipo técnico de AVM en el área legal no descansa en lo expuesto


hasta aquí, sino que interviene cuando la complejidad del caso lo requiere, o a
pedido de cada mesa local, como soporte gubernamental de protección a los
derechos humanos en el ámbito del Poder Judicial o Policial, entiéndase por tal,
las defensorías oficiales, fiscalías, Juzgados o Tribunales de Familia, Juzgados de
Paz, Comisarías de la Mujer y demás dependencias policiales, etc.

7. A modo de conclusión
Como hemos visto, la violencia contra la mujer en Argentina, fue a lo largo de los
años dando paso a numerosas leyes que mitigan la misma. Desde esa violencia

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invisible en el articulado de nuestro Código Civil hasta la actualidad con el tema de


36
“una mirada con perspectiva de género” incluido en la agenda de Nuestro País.

Nos queda un largo camino a recorrer en la erradicación de la violencia de género,


el que incluye un cambio de paradigma en el Órgano Judicial, con una mirada y un
accionar acorde a la sensibilización que le compete a esta problemática. La
misma, debe partir desde sus altas esferas que son los/las jueces y replicarse a lo
más bajo de la pirámide judicial, con una plena apertura a contribuir al cambio. Y
además los profesionales del derecho ser más honestos en la aceptación de ser
patrocinantes legales de casos que no llegan a comprender en su origen y no
poseen las herramientas suficientes, no sólo en materia doctrinaria sino en el
entendimiento de donde se parte cuando hablamos de violencia contra la mujer.

Asimismo, se deberá trabajar junto con el Órgano Legislativo a los fines de


determinar que la violencia doméstica sea considerada un delito y como tal, esté
tipificado en nuestro Código Penal Argentino.

Y, por sobre todas las cuestiones, se debe trabajar arduamente en la


concientización y sensibilización de la sociedad en su conjunto, en el que
intervenga educación, salud, seguridad, etc., partiendo de campañas nacionales
que actúen como disparador para realizar la denuncia, así como para acompañar
a la mujer en el proceso de salida de la situación de violencia. Todo ello, implica
hacernos cargo que la violencia hacia la mujer, que es un problema de tod@s, y al
ser así, tod@s debemos trabajar para erradicarla.

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8. Bibliografía
 Código Civil de la Nación Argentina.
 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina. Ley 26994. (2014).
 Código Penal de la Nación Argentina.
 Constitución de la Nación Argentina.
 Diana Valle Ferrer (2011). Espacios de Libertad: Mujeres, Violencia
Doméstica y Resistencia. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Editorial
Espacio.
 Esperanza Bosch-Victoria A. Ferrer, Virginia Ferreiro y Capilla Navarro
(2013). La violencia contra las mujeres. El amor como coartada. Buenos
Aires. Editorial Siglo XXI.
 Lamberti-Sánchez-Viar (2003). Violencia Familiar y abuso sexual. Ciudad
de Buenos Aires. Editorial Universidad.
 Mirtha Taborda compiladora. (2006). Derechos Humanos, una mirada
desde la Universidad. Tomo 1 y 2. Rosario. Editorial UNR.
 Susana Hintze (2007). Políticas Sociales Argentinas en el cambio de siglo-
Conjeturas sobre lo posible. Ciudad de Buenos Aires. Editorial Espacio.

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Una propuesta de comunicación para la atención de la violencia de género


Gladys Cárdenas Palomino

1. Introducción
La violencia de género, como fenómeno complejo supone la articulación de toda
una serie de violencias, que van, desde una violencia simbólica, hasta la violencia
física y que amenaza la vida de las mujeres por el mismo hecho de serlo. La
violencia hacia las mujeres es un grave problema complejo que transgrede los
derechos fundamentales como la vida y la salud, y frente al cual, el Estado está
obligado a responder.

Es sabido que en las sociedades donde existe violencia de género, el varón es


ubicado en una posición de dominio, y el lenguaje aquí, es el vehículo de
transmisión de dicha superioridad masculina, mientras las mujeres representan lo
subordinado. Por ello, las mujeres que padecen violencia, no es fácil que pidan
ayuda, porque a través del lenguaje y otras prácticas sociales, se las situó en un
lugar de sumisión. Lo más frecuente, es que tengan temores y miedos, propios de
un estado de fragilidad y deterioro, en el cual, quedaron, tras la violencia sufrida
sistemáticamente. Después de un largo proceso de idas y vueltas, es probable
que tomen la decisión de hablar y contar lo que les pasa. Pero ¿qué sucede
cuando esa decisión no es acompañada por mecanismos de comunicación
adecuados a la situación de violencia, y por el contrario, lo que reciben por parte
de las instituciones, son tratos discriminatorios a través del lenguaje?

En este artículo se intenta reflexionar sobre el funcionamiento de las instituciones


con competencia en la atención de mujeres en situación de violencia.

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

Puntualmente, la pregunta es, si estas instituciones están considerando la


39
dimensión de la comunicación y el lenguaje en sus prácticas de trabajo diario.

Además de los aportes teóricos, los relatos de las mujeres que consultan al
programa AVM, serán valiosos, en la medida que son testimonios de sus
trayectorias por dichas instituciones. Cabe aclarar que los nombres verdaderos de
las mujeres, han sido modificados para proteger sus identidades. Con este
material, se intentará trazar algunas propuestas de comunicación con enfoque de
género, con la idea de contribuir a evitar la re victimización de las mujeres.

2. ¿Qué escuchamos?
La experiencia que compartiré, acontece en el programa AVM. En la tarea de
escuchar y atender a las mujeres, lo que se pone manifiesto, es que la mayoría de
ellas, carece de mecanismos para la autopercepción de la violencia, y más aún,
del riesgo que implica mantener una relación violenta. Es decir, no pueden
reconocerse, ellas mismas, como objeto de violencia. Si bien hay mujeres que
están informadas acerca de sus derechos y sus responsabilidades, y pueden
visualizar las situaciones de maltrato, y por ende, ejercer y reclamar por sus
derechos, sin embargo, éstas son muy pocas.

Respecto al primer grupo de mujeres, cuando ellas se acercan a los servicios


públicos e intentan contar su situación, no logran poner en palabras el sufrimiento
psíquico, o el dolor físico que les ha generado por años, el sinnúmero de
denigraciones, insultos, amenazas de muerte, y golpizas permanentes. Entonces,
lo que se escucha con frecuencia, es un relato temeroso y angustiado lo que lleva
a veces a teñirse de confusiones en cuanto a fechas o nombres, por ejemplo, no
les resulta fácil recordar el número del juzgado que las atendió inicialmente. Y
cuando intentan contar la violencia, tienden a justificarla debido al consumo de
alcohol o a otras situaciones: “tenía problemas en el trabajo”.

2.1. Un deterioro que las inhabilita a tomar la palabra


Muchas mujeres, sobre todo las que sufren o sufrieron violencia psicológica, no se
reconocen como víctimas y prefieren recurrir a otras opciones distintas a la
denuncia, como la separación/divorcio, terapias psicológicas, o acuden a los
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servicios de salud con síntomas somáticos y solicitan tratamiento médico. La


40
exposición continuada a la violencia, tiene consecuencias muy profundas sobre la
salud física y psíquica de las mujeres que acaban provocando que éstas sean
incapaces de reconocer su situación y de tomar decisiones (Ministerio de Sanidad
Servicios Sociales e Igualdad, 2015)

La decisión de finalizar con la situación de violencia es difícil ya que el deterioro


psicológico que sufren, las inhabilita para tomar decisiones y buscar ayuda. Este
factor es importante a la hora de buscar salidas y opciones al problema.

Si la víctima no se encuentra fortalecida, es difícil que pueda enfrentar un proceso


judicial burocrático como el que tenemos. Allí, no sólo tendrá que armarse de
coraje y tiempo, sino que deberá contar su historia y esperar que la crean. Es
decir, además de relatar lo sucedido (algo muy difícil para una persona con
importantes secuelas psicológicas acompañadas del temor, dolor y dudas), tiene
que dar datos objetivos y convencer, y no una sola vez sino varias (en la comisaría
que toma la denuncia, en el juzgado y la fiscalía, ante el médico forense, ante la
trabajadora social o la psicóloga, etc.). Tiene que contar muchas veces las
situaciones vividas, sufriendo lo que se conoce como re victimización o
victimización secundaria (revivir una situación cuando se vuelve a hablar sobre
ella). Además de lo que implica para la mujer tener que revivir lo sucedido, debe
ser creíble, es decir, persistente en su relato, concreta explicando los mínimos
detalles, coherente y no contradecirse desde que lo cuenta la primera vez hasta la
última, algo difícil para alguien cuyas capacidades cognitivas están alteradas como
consecuencia del estrés vivido dentro de la relación de violencia y del estrés que
supone enfrentarse a una situación nueva, a una denuncia, y a los diferentes
operadores del sistema judicial (Ministerio de Sanidad Servicios Sociales e
Igualdad, 2015)

2.2. Los arrepentimientos


Quienes atendemos a las mujeres en situación de violencia, no nos parecerá
ajeno escuchar que han levantado la denuncia o no han acudido a declarar al
juzgado luego de haber sido notificadas, etc. Son innumerables los casos de

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mujeres que interrumpen el proceso judicial, lo que a veces, lleva a hacer


41
interpretaciones apresuradas que se relacionan con un desinterés o pasividad de
las mujeres. Lo cierto es que estas retractaciones pueden obedecer a varios
factores: miedos al agresor, a una dependencia emocional o económica, el no
querer perjudicar a los hijos, el temor de seguir con un proceso judicial
desconocido, la ausencia de redes familiares, la falta de información, etc. También
puede deberse a situaciones de baja autoestima, sentimientos de resignación,
sumisión o culpa.

La complejidad del problema de la violencia debería llevar a indagar en cada caso,


el porqué de las retractaciones, si éstas se realizan en forma libre y voluntaria, o
más bien, responden a las intimidaciones (directas o a través de amigos o
parientes). Puede suceder que los arrepentimientos se produzcan en la fase del
ciclo de la violencia que corresponde a la etapa del perdón, o de la “luna de miel”,
y en consecuencia, frente a la promesa de cambio, es usual que las mujeres
decidan abandonar el curso del proceso judicial: “yo creo que tengo que esperar,
darle un tiempo, él va a cambiar”, “hemos hablado y él está arrepentido”

Todas estas situaciones se podrán ir conociendo, siempre y cuando, exista un/a


agente del Estado con la debida capacitación y sensibilización para atender esta
problemática compleja, condiciones necesarias para sostener una escucha activa
frente al sufrimiento y vulnerabilidad que relatan las mujeres violentadas. Es
necesario tener presente que nos encontramos frente un ser humano muy dañado
y frágil, donde están implicadas todas las áreas de su vida, laboral, social,
personal, etc.

2.3. Temor al proceso judicial


Lo que usualmente escuchamos en muchas mujeres que se comunican con el
programa AVM, es que no han pensado en denunciar a sus parejas por violencia,
y perciben lo judicial como algo difícil. El temor más grande es que no las crean,
porque sus parejas tienen un perfil de hombre bueno frente a los demás: “Él es
bueno con los vecinos y con la familia, con ellos es educado y amable, es difícil
que a mí me crean”.

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Además, no quieren que su pareja vaya a la cárcel “…si pudieran conversar con él
42
y decirle que se porte bien”. Otras mujeres creen que si lo denuncian, el agresor
se pondrá más violento. Refieren así, los casos difundidos en los medios de
comunicación, de cómo las matan a las mujeres a pesar de que el agresor tenía la
prohibición de acercamiento.

De entrada, no es frecuente que se identifiquen con las mujeres que consiguieron


salir de la situación por medio de la denuncia, y que lograron conseguir empleo, y
que el agresor no ha vuelto a molestarlas. Ello, requiere de un proceso y tiempos
subjetivos.

La principal causa por la que muchas mujeres no denuncian la violencia de género


que sufren, es el miedo (Ministerio de Sanidad Servicios Sociales e Igualdad,
2015):

Miedo a no poder salir adelante por sí mismas porque han perdido totalmente la
autoestima, incluso cuando ellas son las que mantienen la economía familiar con
su trabajo. Miedo a vivir sin el agresor ya que han desarrollado una gran
dependencia de él.

Miedo a las posibles represalias de la denuncia. Miedo a que los hijos o la familia
le reprochen por la denuncia. También miedo por no querer perjudicar ante los
hijos la imagen del agresor como figura paterna.

Miedo a que las traten de modo prejuicioso por haberse mantenido en la relación.

Miedo a no ser creídas. Las víctimas saben que sus agresores pueden salir
absueltos asumiendo en estos casos que no han sido creídas.

Miedo al proceso judicial, temen no ser protegidas suficientemente del agresor.


Piensan que una denuncia va a desencadenar nuevos actos de violencia que
pueden acabar matándolas.

Se suele escuchar en forma recurrente, que en las instituciones no les creyeron


cuando narraron haber sido golpeadas (Ej. En la comisaría), o sencillamente no

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las dejaron hablar. Un lenguaje que no reconoce sus voces, no posibilita la


43
emisión de la palabra. En esta forma de intervención, subyace un modelo que
privilegia el saber del lado del o la agente, por tanto, es la única persona que
puede hablar. Bajo este paradigma, las mujeres reciben respuestas e información
que no comprenden. Por eso, cuando se comunican con el programa AVM,
tratamos de hablarles con un lenguaje más cercano y sencillo sobre los alcances y
límites de cada una de las medidas judiciales, de los trámites y tiempos que
implica el proceso judicial.

Es necesario que, cuando una mujer decida interponer una denuncia por violencia,
se le informe de todos los pasos del proceso. La información sobre la dinámica del
procedimiento y de los recursos con que cuenta el Estado es sumamente
necesaria para que las mujeres elijan y decidan iniciar o no la denuncia. Siempre
que la situación no sea de riesgo, hay que prepararla para que tome ella la
decisión. De lo contrario, el proceso fracasa.

3. Una comunicación incluyente


Las sociedades patriarcales se han desarrollado utilizando mecanismos anclados
en los mitos, creencias y el lenguaje, que justifican y naturalizan la inferioridad
femenina, y se valora la superioridad masculina. Por ello, la comunicación con
enfoque de género es una comunicación que contribuye a superar ese
desequilibrio de poder, priorizando la socialización del discurso de las mujeres
para reequilibrar dicho escenario. Cabe entonces la pregunta acerca de cuál es el
papel de las instituciones sobre esas relaciones de poder, ¿Como agentes,
estamos mejorando o empeorando la desigualdad entre varones y mujeres?

Por ahora, los relatos de las mujeres que consultan al programa AVM, dan cuenta
que el lenguaje utilizado por algunxs agentes de los servicios públicos, contiene
fuertes discriminaciones que en algunos casos se enmascaran de comentarios
sarcásticos: “Podes hacerle la comida y atenderlo bien, así se arreglan las cosas”,
es lo que le dijo un policía a Karina, cuando fue a denunciar a su pareja porque la
había golpeado. “Pero no tenés ningún moretón. ¿Qué es lo que venís a

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denunciar?”, le preguntó otro policía a una mujer que cansada de los insultos y
44
amenazas denigrantes, se animó a hablar y denunciar a su pareja.

Este maltrato institucional que reciben las mujeres, ha sido uno de los temas que
tuvo mayor relevancia en las reuniones regionales de las Mesas Locales de
Atención de la Violencia Familiar impulsadas por el programa AVM. Lxs referentes
institucionales cuestionaron que en algunas comisarías, minimizan la violencia y el
relato de las mujeres, y les proponen que “lo mejor es que vuelvan a la casa y se
arreglen (con su agresor)”; en algunos juzgados, les siguen pidiendo testigos, y
en general existe desconocimiento de la violencia de género en los equipos
técnicos y secretarios de juzgados, a tal extremo que a las mujeres les dicen “te
pega porque está enamorado”5. Es fácil imaginar los efectos que provocan en las
mujeres, este tipo de respuestas: desconfianza, incomodidad, ansiedad, etc.

Un abordaje integral de esta problemática, debe empezar por desterrar estas


prácticas y creencias discriminatorias hacia las mujeres enraizadas tanto en las
instituciones públicas como en la sociedad a través de acciones de prevención.

Nuestra propuesta es la de una comunicación y de un lenguaje no sexista. Se


llama lenguaje sexista a aquel que se emplea como referente de lo masculino, que
discrimina u omite a las mujeres. Utiliza términos de género masculino para
referirse tanto a varones como a mujeres, propios del patriarcado. Un ejercicio
para darnos cuenta si nuestro lenguaje es sexista, es preguntarnos si las palabras
que empleamos, se relacionan con la ideología patriarcal o no, si nuestros
mensajes contribuyen a reforzar estereotipos sobre las mujeres, o no (Agencia
Latinoamericana de Información - ALAI, 2009)

4. Hacia un lenguaje no sexista


El lenguaje es una forma de expresión del pensamiento de una cultura y una
sociedad determinada; implica conceptos, valores, cosmovisión. Al inscribirse en

5
Versión extraída de la relatoría de la sexta Reunión Regional de Mesas Locales de Prevención y Atención de
la Violencia Familiar, organizada por el Programa AVM, el 22 de septiembre de 2015.

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las relaciones de poder, la palabra contribuye a influenciar, a transformar o a


45
destruir a quien la escucha.

Si bien las luchas contra la violencia hacia las mujeres, han hecho posible algunos
avances institucionales en cuanto a emisión de leyes en Argentina, sin embargo,
como mujeres, seguimos discriminadas por creencias y estereotipos que
provienen de una visión androcéntrica del mundo (ALAI, 2009)

Si decimos que el lenguaje puede servir tanto para perpetuar valores de exclusión
o subordinación, un lenguaje incluyente debe favorecer la eliminación del sexismo.
Implica dar un tratamiento igualitario en nuestro hablar cotidiano como agentes del
Estado.

Un lenguaje enfocado desde el género y desde los derechos humanos no puede


seguir valorando un solo género o seguir promoviendo prejuicios en desmedro de
las mujeres. Al contrario, parte del reconocimiento de la existencia de las mujeres
y como tal, las dimensiones específicas de la situación de violencia son valoradas
como problemáticas complejas y multicausales. Permite también, que su abordaje
sea integral, lo cual, implica el uso de un lenguaje no sexista sino integrador, y
visibilizar equilibradamente a las mujeres y a los varones, sin caer en estereotipos
(ALAI, 2009)

Asimismo, cuando decimos que las intervenciones deberían considerar la historia


particular de las mujeres afectadas por la violencia de género, lo que se propone
también, es considerar la realidad cultural de cada mujer. En un país tan diverso
culturalmente hablando, como es Argentina, dada la presencia de inmigrantes, se
hace necesaria la comunicación intercultural como un instrumento de trabajo si
se pretende ser eficaz en la atención de este problema. Muchas mujeres que
acudieron a la comisaría o al juzgado, refirieron que les hablaron rápido y con
palabras muy técnicas, que nunca comprendieron sus significados. Queda claro
que en la comunicación también se manifiestan estas relaciones de poder.

Por ello, una comunicación intercultural, trata de reconocer las posiciones de


poder e intentar reequilibrarlas. El diálogo intercultural, como bien señala Rodrigo

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Alsina (2000) “debe realizarse dentro de la mayor igualdad que sea posible, por lo
46
cual, es imprescindible tener una lengua común en la que podamos
comunicarnos”.

La comunicación no es un simple intercambio de información, también debe ser


capaz de crear una relación de empatía, en la que dice mucho lo no verbal
(gestos, miradas, etc.). Es la capacidad de decir lo que se pretende decir cuando
se dice algo, esto es, metacomunicarse (Miguel Rodrigo, 2000)

5. Algunas reflexiones
La comunicación no es un instrumento menor cuando estamos construyendo y/o
consolidando políticas públicas para la protección de los derechos de las mujeres.
La comunicación intercultural, con enfoque de género y de derechos humanos,
busca una sociedad en la cual las cuestiones de género reciban la prioridad y la
atención que necesitan, y aporta en la deconstrucción de estigmas y estereotipos
que sostienen los fenómenos de la violencia.

El proceso de dejar una relación de violencia es un proceso largo y con muchas


dificultades: miedo, precariedad socioeconómica, y medidas de protección que
resultan ineficaces. Cuando intervenimos en situaciones de violencia contra las
mujeres, de acuerdo a la experiencia transcurrida en el AVM, se nos presentan
dos retos: cómo hacemos para cortar la interrelación de dependencia de la mujer
con su agresor, y a su vez, desde las instituciones públicas cómo garantizar el
acceso al derecho de las mujeres de no ser violentadas. En ambos, el Estado
debe garantizar la supervivencia de las mujeres, dotándoles de recursos cuando
decidan poner fin a la violencia en sus vidas.

Luego de conocer las experiencias de las mujeres en su contacto con las


instituciones, resulta un imperativo que las instituciones adapten sus servicios para
hacer accesibles sus derechos. Esto supone tratarlas durante las actuaciones con
el debido respeto a su dignidad personal y sujeto de derechos. Implica brindar un
trato que responda de la mejor manera posible a su situación de violencia, y

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reconociendo su realidad sociocultural, y su situación migratoria, si fuera el caso.


47
En suma, estamos proponiendo una comunicación que facilite y no que obstruya el
acceso efectivo a los procedimientos justos y eficaces.

En ese sentido, la información que se ofrece debería ser con un lenguaje


desprovisto de estereotipos de género o discriminatorio. Asimismo, se debería
reducir las dificultades de comunicación, usar un lenguaje sencillo y claro, evitando
palabras técnicas de tal manera que se garantice su debida comprensión. Así,
mediante un lenguaje compartido, la participación de la mujer será más activa en
las fases del proceso de salida de la violencia. La información debería ser amplia y
no circunscrita en la denuncia únicamente, sino incluir todo lo concerniente a su
protección y seguridad, los derechos que tiene, los programas de ayuda previstos
en la ley, y los servicios de atención específica y de tratamiento integral.

El acompañamiento institucional con una buena comunicación permite que la


mujer no desista en su deseo de renunciar al hombre que la violenta. Por eso, es
necesario que la información sea precisa, explicarle qué es lo que está haciendo,
cuáles son los alcances legales y cómo sigue el proceso. Las instituciones
deberían garantizar que la mujer sea informada del curso de su denuncia, y
valorando los recursos personales, construir el proceso de salida de la violencia.

Existe una propuesta desde el derecho no androcéntrico que considera a varones


y mujeres como sujetos de derechos y titulares de derecho. Es una nueva manera
de interpretar y aplicar las normas, prescindiendo de prejuicios y estereotipos.

No todo es judicial

Cabe aclarar que se puede salir de la situación de violencia por caminos


diferentes, no todo vale para todas por igual. Tampoco la denuncia policial o
judicial, es la única vía. Lo fundamental es escuchar a las mujeres en su
singularidad antes de iniciar el proceso judicial, sin presionarles que es el único
camino de salida, sino por el contrario, ofrecerles un abanico de posibilidades. Es
aquí donde se requiere un rol activo de las Mesas Locales de Prevención y
Atención de la Violencia Familiar. Si bien las Mesas, admiten tener dificultades en

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el ámbito judicial, también es cierto que algunas de ellas, reconociéndose como


48
espacios de diálogo y de articulación, han hecho uso de maniobras para sortear
los obstáculos.

Son numerosos los casos en que la búsqueda de soluciones se realiza a través de


las necesidades de los hijos e hijas. Las mujeres buscan ayuda porque sus hijos e
hijas sufren alteraciones en su comportamiento en la escuela. Así, a través de las
escuelas, van conociendo los recursos especializados que están disponibles en su
localidad.

Entonces, aunque algunas veces se prioriza la denuncia, sobre todo en los casos
más graves, en otras, se procura resolver con el fortalecimiento de la mujer a
través de los espacios psicológicos y el acompañamiento de las redes familiares y
sociales. Es un camino que requiere la provisión de herramientas, el acceso a la
formación y el empleo, para la supervivencia de sí misma y de sus hijos e hijas.
Luego del proceso de “recuperación” serán ellas mismas las que tomen las
decisiones. La salida de las situaciones de violencia es un proceso individual pero
también colectivo.

En línea con lo que dispone la Convención Sobre la Eliminación de Todas las


Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW 1979), de “abstenerse de
cualquier acción o práctica de violencia contra la mujer y velar por que las
autoridades, sus funcionarios, personal y agentes e instituciones se comporten de
conformidad con esta obligación”, se debería adoptar medidas administrativas
para garantizar la efectividad de los derechos reconocidos a las mujeres que
sufren violencia, así como su atención y recuperación integral. Esto es, desterrar
las prácticas discriminatorias de las instituciones, comenzando por la capacitación
en género, como una obligatoriedad para lxs agentes del Estado.

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6. Bibliografía
 Agencia Latinoamericana de Información. Área Mujeres - ALAI (2009).
Comunicación, organización y género. Ellas tienen la palabra. Materiales
para la formación 1. Quito.
 Asamblea General de las Naciones Unidas (1979). Convención Sobre la
Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer-
CEDAW.
 Ministerio de Sanidad Servicios Sociales e Igualdad (2015). Sobre la
inhibición a denunciar de las víctimas de violencia de género. Delegación
del Gobierno para la Violencia de Género. Gobierno de España.
Recuperado de http://www.infocop.es/pdf/DenunciasVG2015.pdf
 Rodrigo Alsina, Miguel (2000). La comunicación intercultural. Portal de la
comunicación. Recuperado de http://www.portalcomunicacion.com/download/1.pdf

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50

Capítulo II

TECNICAS DE INTERVENCION, EL CUIDADO Y EL TRABAJO EN EQUIPO

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51

El rol de la Psicología en el Programa AVM


Iara Vidal y Natalia Barbaglia

1. Introducción
El objetivo del siguiente trabajo consiste en realizar un recorrido de las distintas
tareas desarrolladas en el Programa AVM, programa de atención telefónica a
mujeres en situación de violencia, y describir los aportes de La Psicología en cada
una de las mismas.

Hemos tomado nociones que nos aportan en primer lugar a pensar el encuadre
de trabajo, en segundo lugar las presentaciones subjetivas de las mujeres que
atendemos, por último, el tipo de intervención en cada situación particular.

En relación al encuadre se trabajaron las nociones de entrevista abierta, escucha


activa, disociación instrumental, rol activo y empatía.

Las presentaciones subjetivas las pensamos desde situación de violencia,


responsabilidad subjetiva, padecimiento mental, síndrome de indefensión y
resistencia.

Los tipos de intervención los abordamos desde las herramientas de: equipo de
trabajo, interdisciplinar, interinstitucional, ruta crítica, red social y desmultiplicar la
transferencia.

2. Mujer en situación de violencia


Como primer paso en este artículo creemos necesario conceptualizar el rol de la
mujer en las situaciones de violencia desde el Programa AVM (Atención violencia
a la mujer). Trabajamos con un concepto de mujer, como un sujeto de derecho
que se encuentra atravesando una situación de violencia y no como una víctima
pasiva de la violencia.

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Sostenemos junto con Velázquez S. (2003) que la pasividad femenina es un


52
estereotipo construido culturalmente que sitúa a las mujeres en posición de
víctimas por el solo hecho de ser mujeres. La pasividad está feminizada porque el
imaginario atribuye a las mujeres, en el contexto de la violencia, las características
de sumisión, obediencia, propensión a ser atacadas, poca capacidad de defensa y
miedos concretos frente a la fuerza y el poder del agresor. Estereotipo que
aumenta la vulnerabilidad e indefensión.

Las mujeres educadas en la pasividad, la sumisión y la dependencia, según


algunos autores se transforman en víctimas, por el hecho de ser mujeres y no por
ser atacadas, donde interpretan a la víctima como totalmente pasiva y al victimario
como totalmente activo. Los hombres cometen violencia y a las mujeres les
ocurre: relación de causalidad que deja de lado los complejos hechos que llevan a
la victimización y a los recursos que las personas agredidas suelen desplegar para
resistir o evitar la violencia.

Velázquez S. (2003) menciona que desde la perspectiva de género se objeta la


noción de víctima por estar asociada a la pasividad y se considera más adecuada
la designación de sobreviviente porque señala los elementos de acción y
transformación a los que los sujetos victimizados suelen apelar.

Arias Marín A. (2012) sostiene que el concepto de víctima tiene una connotación
sacrificial y propone la deconstrucción de los elementos de orden político y
autorreferencial, vinculados a la limitada idea derivada del espectáculo del cuerpo
sufriente inmolado. La violencia debe ser pensada como una situación real y
multidimensional que afecta a sujetos.

Desde el equipo técnico del Programa AVM preferimos la nominación de “mujeres


en situación de violencia” la cual nos permite, por un lado pensar que la
situación puede terminar en un momento y por el otro, la posibilidad de que esa
mujer se convierta en promotora de su posible salida.

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3. Rol de la psicología en el Programa


53
3.1. Desde la función de operadoras telefónicas en violencia
Algunos de los aspectos que se trabajan en la capacitación con las operadoras
son la importancia de pensar la entrevista telefónica, la escucha activa y la
distancia óptima o disociación instrumental.

Desde la psicología proponemos pensar la llamada como una entrevista abierta


que supone amplia libertad para preguntar o para intervenir, permitiéndose toda la
flexibilidad necesaria para cada caso particular.

En la entrevista abierta es importante la escucha activa que consiste en una


forma de comunicación donde se transmite al hablante que el oyente le ha
entendido. Existen varios niveles de escucha que se pueden emplear dependiendo
del nivel de entendimiento que se alcance en cada caso. Una de las maneras es
resumir lo que se ha dicho, resaltando las palabras que más nos han impactado.
Asimismo, intentando reflejar el estado emocional de quien nos llama, por ejemplo
al decirle “sé cómo te sentís” o “te entiendo”. Por último, validando siempre aquello
que se dice.

Durante la llamada se hace una evaluación de la situación que tiene como primer
objetivo determinar si se trata de un caso de violencia o no. Una vez efectuada la
misma se indaga sobre las necesidades inmediatas de la mujer, así como también
de sus posibilidades de acción.

La escucha activa supone ayudar a la mujer a identificar la demanda y


proporcionar los recursos, lo cual implica no sólo una derivación hacia otro
servicio, sino también brindar la información acerca de lo que pueden hacer ante
su situación, cuáles son sus derechos, independientemente que lo quieran hacer o
no. De esta manera, la mujer puede tomar sus primeras decisiones, de forma
consciente e informada.

En las situaciones de violencia es necesario:

 Ubicar el tiempo y espacio de la situación.

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 Historizar con la mujer los factores que llevaron a la situación.


54
 Saber qué es lo que ella hizo con eso hasta ahora.

Pensar la mejor derivación teniendo en cuenta el momento que atraviesa la mujer


(ciclo de violencia) y qué está dispuesta a hacer, a partir de la pregunta: ¿qué es
lo que vos pensás que podés y querés hacer?

Como sostiene Dohmen M. (1994) es necesario preguntar sobre los antecedentes


e historia de la persona para evaluar la trasmisión de modelos vinculares que
funcionaron y continúan operando como fundantes en las relaciones familiares, y a
la incorporación de un aprendizaje de parálisis frente al maltrato vivenciado en
sus distintas etapas evolutivas.

Por otro lado, siendo quizás éste su primer contacto con un servicio que aborde la
problemática por la que atraviesa, la mujer debe sentirse contenida y reconocida
como sujeto.

Según Dohmen M. (1994) es importante aprovechar al máximo la primera llamada


para contener/orientar a la mujer, puesto que para ella resulta difícil pedir ayuda.
Generalmente, la demanda es frente a un momento de crisis y por ello deben ser
apoyadas, incorporando una seguridad que las encamine en el proceso de ponerle
fin a la violencia. La demanda de ayuda de las personas que padecen situaciones
de violencia no es manifiesta. Puede estar orientada a solicitar un tratamiento para
el marido, o ayuda para éste; a pedir asistencia psicológica para sí, porque se
sienten culpables y no saben cómo tratar al marido, cómo manejarlo,
caracterizándolo como enfermo.

Las mujeres deben ser alertadas acerca de los problemas que pueden
presentarse, no sólo para que no obstaculicen el proceso de salida, sino para
proveerlas de instrumentos que les permitan enfrentarlos. Por ejemplo, asesorar
sobre pedidos de tenencia de los hijos de manera temporaria en el marco de la
medida cautelar, lo que contribuye también asegurarse de que los niños no sean
tomados como rehenes.

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

Además de la parálisis, fruto de la indefensión aprendida, se instaurará un estado


55
de inercia superior con la consecuente racionalización: “haga lo que haga, todo
seguirá igual”, característica de la anomia personal que manifiestan estas mujeres.
Estas vivencias resignifican en ellas la imposibilidad de establecer cambio alguno,
debido tanto a las barreras del espacio privado intrafamiliar, como del espacio
público extrafamiliar.

La pasividad, como modalidad aprendida y aprehendida, estructura de esta forma


una subjetividad especial, para ser aprobada por los otros debe implicar, muchas
veces y específicamente en las mujeres maltratadas, la pérdida de la
individualidad, dejando de ser un sujeto, un individuo singular, para consolidarse
como objeto o propiedad del otro.

Por último, es necesario trabajar sobre la red de la mujer, que si bien en la


mayoría de los casos ellas expresan que “no cuentan con nadie”, cuando uno
comienza a indagar siempre existe alguien que en algún momento les sirvió de
apoyo y contención. De esta manera, se la ayuda a construir una red social de
contención con familiares, amigos, vecinos, compañeros o instituciones en los
cuales se pueda apoyar.

Asimismo, a partir de la escucha activa podemos detectar en qué momentos las


mujeres deciden terminar con la situación de violencia para reforzar la decisión.
Como sostienen, González Oddera y Delucca (2011) las razones que llevan a
terminar la situación son, por un lado el efecto que tienen sobre los hijos la
violencia vivida, por otro lado, cuando la violencia empieza a tener lugar frente a
terceros, y por último, la percepción de que ellas también están respondiendo a la
agresión con actitudes violentas.

Otro instrumento de la entrevista abierta es la disociación Instrumental, como


sostiene Bleger J. (1975) la operadora debe disociar la escucha, actuando con una
identificación proyectiva con la mujer y permaneciendo fuera de esa identificación,
observando y controlando lo que ocurre. Debemos contar con un encuadre fijo,
este consiste en una transformación de cierto conjunto de variables en

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

constantes. Dentro de este encuadre se incluyen no sólo la actitud técnica y el rol


56
del entrevistador, sino también los objetivos y el tiempo de la llamada.

Dentro de la llamada debemos ayudar a la mujer a pensar y pensarse fuera de lo


que el agresor le impone y en lo que ella realmente quiere y puede ser y hacer. De
esta manera se busca problematizar el discurso de la mujer, el cual muchas veces
no es el propio sino el del agresor, para plantear otro alternativo en el cual ella
asuma un rol activo.

Desde este lugar es que pensamos la diferenciación entre responsabilidad


subjetiva y culpabilización. En algunos casos, en las instituciones les preguntan a
las mujeres “qué hicieron ellas para provocar la violencia del otro”, dicha frase va
del lado de la culpabilización y de la revictimización. Sí podemos pensar y trabajar
sobre la responsabilidad subjetiva con la mujer. Es decir que ante historias de
violencia la mujer pueda ubicar su lugar subjetivo en la historia que le acontece.

3.2. Desde el enlace


El enlace es un espacio donde el equipo técnico establece reuniones semanales
con las operadoras en los diversos turnos. De alguna manera, se trata de
reproducir la modalidad de las reuniones de equipo del primer momento del
programa.

Según Velázquez S. (2003), el equipo de trabajo deberá problematizar los


aspectos sociales, culturales y psicológicos de la feminidad y la masculinidad, los
estereotipos de sexualidad y las relaciones de poder entre los géneros. Así, se
hacen visibles y se desnaturalizan los diferentes comportamientos violentos que
se ejercen en todos los ámbitos sociales. Así se pondrán al descubierto las
diferentes formas que toman la violencia de género y cómo se ejerce sobre los
grupos considerados más vulnerables, denunciando así la discriminación y
subordinación social.

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

Debemos interrogar las prácticas profesionales y marcos teóricos conceptuales


57
para dar respuestas a las demandas concretas.

Es necesario un trabajo reconstructivo que incluya los aspectos sociales de la


violencia, las modificaciones familiares y la perspectiva de género.

El equipo de trabajo deberá: adquirir información teórica que permita desarrollar


un pensamiento crítico en relación con la violencia; obtener conocimientos
técnicos necesarios que permitan diferentes abordajes e intervenciones para la
práctica; registrar efectos en lo personal y lo institucional que provoca esta tarea;
examinar en que forma los mitos y prejuicios operan en los profesionales; detectar
y denunciar los mecanismos generados por las personas y por las instituciones,
para convivir con la violencia encubriendo los efectos insalubres que tiene esta
tarea.

Un equipo podrá funcionar como tal si se propone cumplir los requisitos de tener
un objetivo común y definir conjuntamente un proyecto de trabajo.

Así mismo, es importante en esta temática el abordaje interdisciplinario, una


visión integradora. El trabajo sobre violencia debe contar con el aporte de
perspectivas múltiples. De esta manera, la interdisciplina permitirá plantearse la
tarea desde diferentes abordajes adecuados a una demanda y a la complejidad de
cada caso de violencia. El abordaje de la violencia no solo deber ser
interdisciplinario sino también interinstitucional. Cada operadora deberá tener
información precisa que le permita derivar a quien consulta a otros profesionales e
instituciones que trabajan en violencia de género.

El posicionamiento profesional debe ser objetivo, intervenir sobre el dolor y la


angustia provocada por la violencia y ofrecer los recursos para enfrentarla.

Desde el cambio de tareas hemos trabajado hasta ahora sobre:

- Leyes ( Ley de Salud Mental, de Protección y Promoción de los derechos de


Niños Niñas y Adolescentes, reforma del Código Penal en relación a los casos de
Abuso Sexual Infantil, Reforma del Código Civil y otros)

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- Escucha de casos que plantean dificultades para su atención.


58
- Textos sobre Género, abuso sexual infantil y otros.

3.3. Desde el seguimiento de casos


El equipo técnico realiza en este segundo momento, seguimiento de casos que
plantean ciertas dificultades.

¿Qué casos se siguen?

La mujer está trabada emocionalmente

Al comienzo de la relación violenta, la mujer puede pensar que el comportamiento


impredecible y contradictorio del marido para con ella, es controlable y puede ser
evitado. Pero posteriormente, la reiteración y la gravedad de los actos no le
permiten prever ni impedir los ataques.

Como sostiene Velázquez S. (2003) a consecuencia de la pérdida de control sobre


esta secuencia reiterada y en escalada de maltratos, ella cae en “estado de
indefensión”

Este proceso de indefensión no se debe a un proceso de aprendizaje sino a un


proceso de desubjetivación que provoca la violencia reiterada. Esto es, el
desdibujamiento del sujeto como tal y ciertas perturbaciones del aparato
psicomotor y de la capacidad de raciocinio cuyas manifestaciones son,
sentimientos de extrañamiento, confusión y alteraciones de la percepción. El
efecto del traumatismo excesivo sumergirá a la mujer violentada en un estado de
desvalimiento psíquico, consecuencia de no poder controlar la situación y un largo
proceso de padecimiento.

Razones de las trabas emocionales:

a) Baja autoestima. La situación de violencia hace que la mujer cada vez se sienta
que ella es la culpable de lo que pasa, que ella no se merece otra cosa y que el
agresor vale más que ella.
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b) Dependencia emocional Kristeva J. (1983) la mujer busca satisfacer la


59
necesidad de aseguramiento, de buena imagen de estabilidad y de futuro

c) Situación de irregularidad en la documentación. Muchas mujeres son


extranjeras y son sus maridos quienes tienen su documento o los que las habilitan
para sacar el DNI. Los agresores les hacen creer que como no tienen
documentación pueden perder la responsabilidad parental sobre sus hijos y que
las pueden enviar a su país de origen. Desde el equipo se las asesora y se las
pone en contacto con la Embajada de su país.

d) Desconocimiento de sus derechos. En algunos casos es simplemente el


desconocimiento de las Leyes que las amparan, sea porque no han establecido
comunicación con instituciones que las asesoren, sea porque cuando se han
comunicado las informan de mala manera o con un lenguaje jurídico que hace que
la mujer en la situación de crisis no comprenda aquello que le están diciendo.

e) El mito de amor romántico. Fernández A. M. (1993) habla de tres mitos a partir


de los cuales se han construido e instituido la subjetividad femenina: el mito de
mujer = madre, el mito de la pasividad erótica femenina y el mito del amor
romántico, caracterizado este último por el encuentro del príncipe azul que viene a
completar su vida. Sostienen las relaciones de pareja más allá de la violencia
porque, o es quien completa a la mujer y con quien formar una familia donde los
hijos tienen a sus padres; o es lo que le tocó en suerte, hemos escuchado mujeres
que dicen: “a mi vecina le toco un alcohólico, a la otra un vago y a mí un violento”.
Como una oferta del azar del que no se puede salir.

f) Dependencia económica. En pocos casos la dependencia económica es una


traba real para salir de la situación de violencia. En general las mujeres no pueden
pensarse capaces de salir a trabajar y mantener la economía del hogar. Con el
equipo se trabaja sobre la posibilidad de que la independencia económica
aparezca como una opción y que haya alguien desde afuera que las habilita. En
ciertas circunstancias existen ofertas de trabajo y ellas no las toman porque el

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agresor no se los permite, por ello es muy importante nuestra palabra de aliento
60
para que pueda pensarlo como una posibilidad.

Las trabas institucionales

La ruta crítica según Heredia L. (2009) es la secuencia de decisiones tomadas y


acciones ejecutadas por una mujer para enfrentar la situación de la violencia que
experimenta y las respuestas encontradas en la búsqueda de ayuda.

Nos encontramos con muchas trabas en ese camino, la patrulla que culpabiliza a
la mujer por lo ocurrido cuando asiste en el momento de una golpiza; las
comisarías que les parece que el hecho acontecido no es suficiente para una
denuncia al Poder Judicial; este Poder Judicial que no otorga las medidas
cautelares en tiempo y forma, no le adjudica la tenencia de los hijos y alimentos
provisorios o no les renueva las medidas vencidas.

En esos casos, el modo de intervención del equipo técnico es establecer contacto


con la institución que está procediendo de manera inadecuada e intentar por
medio del trabajo interinstitucional que la mujer logre seguir avanzando en su
salida.

Desde hablar con el policía en situación para que sepa que la mujer no está sola,
hasta llamar al Poder Judicial para que nos explique la negación de las medidas
para poder llegar a un acuerdo a partir de la existencia de la Ley 12.569. En
algunos casos, la intervención del equipo técnico facilita y ayuda a la mujer a
comprender aquello que las instituciones le informan y que lo hacen muchas veces
en un lenguaje técnico difícil de comprender. En su mayoría, estas intervenciones
tienen como desenlace una mejora en la atención y acompañamiento de la mujer.

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3.4. Desde las capacitaciones


61
Las capacitaciones se desarrollan en los Municipios de la Provincia de Buenos
Aires, en las Mesas de Violencia de los Municipios, en el Poder Judicial, y otras
instituciones que demandan al Programa.

La psicología aporta desde el conocimiento de la Perspectiva de Género como


herramienta de análisis crítico que nos permite problematizar y desnaturalizar las
desigualdades entre los géneros reproducidas por las diferentes instituciones que
sostienen el sistema de relaciones asimétricas entre mujeres y varones.

La particularidad en la violencia, según Valle Ferrer D. (2011), se caracteriza por


situaciones de poder y resistencia. Poder como la red de relaciones que circulan
por el cuerpo social, que son intrínsecas a relaciones tales como las de familia y
pareja, y la resistencia como estrategias de adaptación en vistas de mantener su
condición de sujeto. Ello puede constituirse en estrategias de resistencia siempre y
cuando permita la toma de decisiones de fondo que habiliten y propicien la salida
del vínculo violento. De lo contrario, se convierten en estrategias de supervivencia.
Teniendo en cuenta que siempre que hay poder hay resistencia como lo propone
Foucault M. (1978), debemos tener en cuenta este aspecto para buscar esos
puntos de resistencia que nos permitan visualizar una salida posible para la mujer.

Asimismo, es necesario poder transmitir el padecimiento subjetivo que caracteriza


a las mujeres en situación de violencia, ya que en general su discurso es desde la
naturalización de la violencia y a veces hasta desafectivizado. Es decir, el no
manifestarse angustiada, nerviosa o shoqueda no determina que no exista
padecimiento, no todos los seres humanos manifiestan sus afectos de la misma
manera.

Otro de los aspectos a trasmitir es la necesariedad de la empatía como lo señala


Velázquez S. (2003), en la atención a mujeres en situación de violencia. En
determinadas ocasiones las idas y vueltas de la mujer al presentar la denuncia,
levantarla o pedir una medida cautelar y no respetarla ella, dejando pasar a su
casa al agresor, provoca en quien la atiende cierto enojo o frustración, que todo el
trabajo es “para nada”. Entonces, proponemos en primer lugar ponerse en la
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situación de la mujer y en segundo comprender que las decisiones llevan mucho


62
tiempo, en general más del que nosotros estamos dispuestos a esperar.

En otro grupo de llamadas donde la empatía es una dificultad, son las realizadas
por mujeres con padecimiento mental. Hemos trabajado sobre la noción de
padecimiento mental desde Rosendo E. (2010) como una concepción del campo
de la salud mental que comprende procesos históricos, socio-económicos,
culturales, psicológicos y biológicos. Desde esta perspectiva, la salud mental está
vinculada a los derechos humanos y sociales. Quienes defendemos esta forma de
definición del sufrimiento en el campo de la salud mental, la atención es un
derecho que no debiera estar solo reservado a las personas con “enfermedad
mental”, sino a todo aquel que, por diferentes factores o circunstancias, en algún
momento de la vida, transite una crisis que requiera atención, pero que no
constituye –necesariamente- un cuadro patológico. Como así tampoco, debiera
esperarse su aparición, para el abordaje profesional.

En los casos de mujeres con estructura psicótica, debemos pensar la


transferencia, intentando desacelerar el movimiento transferencial ya que tal como
dice Pommier G. (1999) no se establecerá simbólicamente, pero sí en el registro
de lo real masivamente. Esto es lo que se llama desmultiplicar la transferencia,
no hay sólo uno que porta el saber, están las operadoras, el equipo técnico, los
referentes institucionales de salud mental locales y otros. Ya que en muchos
casos las mujeres llaman al servicio como único lugar de referencia para tratar su
angustia y sus crisis. Desde el programa, entendiendo la necesidad de la
desmultiplicación, tratamos que sean muchos los espacios que contengan el
momento que se encuentre atravesando la mujer.

Por último, aportar en la apuesta de la promoción de la salud mental desde una


perspectiva de Derechos Humanos y de Género. Como enuncian Bang y Stolkiner
A. (2011) en la promoción de la salud mental comunitaria, se debe reconocer la
importancia de acciones comunitarias de prevención y promoción, a fin de
reincorporar la dimensión subjetiva, humanizándola.

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4. Conclusión
63
A partir de pensar los aportes de la psicología en un programa de atención a
mujeres en situación de violencia, sostenemos la importancia de situar a la mujer
como sujeto de derecho, propiciando su lugar activo dando lugar a la palabra y
acompañando en la visualización de los movimientos necesarios para salir de la
situación.

En relación al equipo de trabajo rescatar la importancia de lo interdisciplinario y lo


interinstitucional y la revisión permanente de prejuicios y perspectiva de los
profesionales en la visualización de las situaciones que se presentan.

Desde el abordaje de las personas que atendemos, instrumentarnos en la


psicología para pensar el encuadre adecuado para cada situación, armando una
caja de herramientas (padecimiento mental, empatía, desmultiplicación de la
transferencia y otros) que nos permita sostener la distancia necesaria.

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64
Bibliografía

 Arias Marín A. (2012) “Teoría crítica y derechos humanos: hacia un


concepto crítico de víctima” en Nómadas Revista crítica de ciencias
sociales y jurídicas. Nro. 36. Universidad Nacional Autónoma de México.
 Bleger J. (1975) “La entrevista Psicológica.” En Temas de Psicología
Ediciones Nueva Edición. Buenos Aires.
 Dohmen M. (1994) Violencia familiar. Una mirada Interdisciplinaria sobre un
grave problema social. Ed. Paidós. Buenos Aires.
 González Oddera M. y Delucca N. (2012) “Avances de investigación sobre
violencia vincular” en Actas IV Congreso Internacional de Investigación y
Practica Profesional en Psicología. UBA. Buenos Aires
 Fernández A.M. (1993) “La Mujer de la ilusión”, Ed Paidós, Bs As
 Foucault M. (1978) “Historias de la sexualidad” Cap. 2, Siglo XXI, México.
 Heredia L. (2009) “Acceso a la justicia para las mujeres sobrevivientes a la
violencia en la pareja”.
 Kristeva J. (1987) Historias de amor Siglo XXI. México
 Ley 12.569 Violencia Familiar de Buenos Aires
 Pommier G. (1999) Transferencia y estructuras clínicas. Psicología. Kline.
Buenos Aires.
 Rosendo E. (2010) “Nuevas políticas e ideas progresistas en salud mental.
Una mirada crítica”. En Barila, V., Lapalma A., Molina M. (compiladores)
Psicología y Sociedad. APBA. Buenos. Aires.
 Stolkiner A. y Bang (2013) Aportes para pensar la participación comunitaria
en Salud/ Salud mental desde la perspectiva de redes. Vol. XXIV, número
46. www.revistacdyt.uner.edu.ar
 Valle Ferrer D. (2011) Espacios de libertad: mujeres, violencia doméstica y
resistencia. Cap. 4. Editorial Espacio. Buenos Aires.
 Velázquez S. (2003) Violencias cotidianas, violencia de género. Cap. 2 y 13.
Ed. Paidós. Buenos Aires.

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Prácticas de trabajo en la atención a mujeres en situación de violencia


“Acompañarnos para acompañar”

Nadina Rodríguez

1. Introducción
En el presente artículo se procura describir algunas de las prácticas de trabajo en
la atención a mujeres en situación de violencia desde el Programa Atención
Violencia Mujer.

Entendiendo por prácticas a los discursos, acciones, perspectivas teóricas,


estrategias, formas de interacción y comunicación, es decir todo aquello que
compone a la forma en que se realiza el trabajo.

La atención a mujeres en situación de violencia requiere de una formación y un


entrenamiento específico, acompañado de un compromiso con la problemática.
Esto hace que sea importante reparar en cómo trabajamos, desde qué lugar nos
posicionamos, y cómo nos implicamos como profesionales dentro del campo de
esta problemática.

Decimos violencia hacia las mujeres porque comprendemos la relevancia social


que implica este problema y que no debe soslayarse que son las mujeres quienes
padecen en mayores proporciones de violencias arraigadas en formas de
discriminación por su condición de ser mujer, asentadas en aspectos
estructurales, culturales, económicos y sociales, que han perpetrado el sistema de
dominación patriarcal. Hablamos además de la violencia como las formas
múltiples que pueden adoptar la discriminación y el maltrato, desde económica,
simbólica, psicológica, física, patrimonial, sexual, y desplegada en los diferentes
ámbitos de desarrollo de la vida de una mujer, familiar, laboral, de estudio, etc.

A continuación se presentan tres ejes de reflexión en los cuales se exponen las


diferentes dimensiones desde donde se encuadran nuestras prácticas de trabajo.

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Estas son: la conformación de los equipos de trabajo, la transdiciplinariedad, y por


66
último la supervisión.

2. La conformación de equipos de trabajo en el Programa AVM


La problemática de la violencia hacia las mujeres, suele ser una tarea en la que
hay que resolver múltiples demandas y que presenta diversas dimensiones con
respecto a las situaciones que exponen las mujeres consultantes.

Cada situación, caso, a atender presenta características singulares pero que se


pueden adscribir en “patrones” colectivos, lo que permite conformar marcos
teóricos para su abordaje. Desde AVM denominamos caso a toda aquella
consulta que se encuadre dentro de los límites y funciones del programa.

Nuestra tarea abarca como población de atención a toda persona que se


considera mujer, mayor de 16 años; en el caso de hombres o niños y niñas, que
pudieran ingresar su consulta en este programa, se deriva oportunamente a los
servicios especializados. Toda persona que se comunique con el programa
recibirá una respuesta acorde a su demanda pero no toda consulta constituirá un
caso.

Los casos presentan un entramado complejo ya que las violencias que padecen
las mujeres atraviesan toda su experiencia.

En el momento de enfrentar la atención de estas situaciones hay que tener en


cuenta la situación particular de la trayectoria de la mujer, cada caso es único. En
una consulta, la mujer puede presentar diferentes demandas asociadas a su
problemática, desde problemas con la vivienda, el trabajo, cuestiones legales
específicas, cuestiones asociadas a sus hijos (si es que los tuviera), problemas de
salud mental, entre otros. Para resolver estas demandas es necesario consolidar
equipos de trabajo.

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Con respecto a la conformación de equipos de trabajo, la bibliografía en general,


67
desde los protocolos de diferentes programas de atención en violencia hasta la
bibliografía especializada, señala la importancia de trabajar en equipo.

Por un lado porque es necesario tener una perspectiva amplia y porque una sola
disciplina no podría resolver todas las consultas, segundo, porque es necesario
para el cuidado profesional de las y los trabajadores, y por último, porque es
indispensable para el cuidado de la mujer consultante.

Con respecto a este último aspecto, el trabajo en equipo colaborará con una de las
premisas básicas de la atención en violencia, que es la no revictimización.

Esto significa que en el recorrido que establezca la mujer en pos de buscar una
resolución para su situación de violencia, ella no deba sentirse expuesta ni a
contar muchas veces lo sucedido frente a diferentes agentes que intervienen, ni a
deambular por distintas áreas sin recibir respuesta, o recibiendo respuestas
contradictorias. Es muy importante que la mujer sea resguardada en su intimidad y
confidencialidad, y que los equipos trabajen articuladamente para no generar
confusión o diferentes líneas de intervención que puedan resultar contradictorias y
obstaculicen el proceso de la mujer.

En este sentido, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en su texto


sobre Ruta Critica6 (1998) observa que “las trayectorias que emprenden las
mujeres lamentablemente son fragmentadas y no integrales. La respuesta
institucional no trabaja la problemática de la violencia de manera integral, por ende
las mujeres deben acudir a las distintas instancias si desean resolver la dimensión
legal, de salud, o bien buscar la acogida emocional frente al proceso iniciado.”
(OPS, 1998)

6
“se construye a partir de decisiones tomadas y acciones ejecutadas por las mujeres afectadas por la
violencia intrafamiliar y las respuestas encontradas en su búsqueda de soluciones. Este es un proceso
iterativo constituido tanto por los factores impulsores e inhibidores relacionados con las mujeres afectadas y
las acciones emprendidas por éstas, como por la respuesta social encontrada, lo que a su vez se convierte e n
una parte determinante de la Ruta Crítica.”

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Podemos advertir que es de suma importancia, no sólo contar con un equipo


68
institucional, sino además contar con una red de equipos en el recorrido de las
diferentes instituciones.

Por lo tanto, el trabajo en equipo es necesario para que todos o todas lo/as
integrantes acuerden criterios de intervención, esto hace que por un lado, no
exista una recarga de tareas sobre alguno de sus integrantes, y por otro lado, para
que la respuesta frente a la demanda sea homogénea.

En el caso del Programa AVM, existen dos equipos de trabajo con tareas
diferencias pero que trabajan articuladamente.

Por un lado, el equipo de Operadoras en Violencia, que atienden la línea telefónica


24hs 356 días, está a cargo de la atención y recepción directa de las llamadas,
orientan, contienen y derivan al territorio. Este equipo se organiza en siete turnos,
cuatro durante la semana y tres durante el fin de semana.

Por otra parte, el Equipo Técnico, se ocupa del seguimiento de casos recibidos a
través de la línea. Este seguimiento se lleva adelante en situaciones donde la
mujer presenta dificultades, tanto de orden subjetivo y sea necesaria una nueva
comunicación para profundizar la orientación o bien de índole institucional, como
diferentes obstáculos que se presentan en el recorrido territorial. En estas
situaciones el Equipo Técnico realiza la articulación institucional necesaria, como
comunicarse con otros equipos, de salud, de servicios locales tanto de violencia
como de infancia y adolescencias, comisarías de la mujer o justicia.

Estos dos equipos están vinculados a través de un espacio que hemos


denominado “Enlace”, este es un espacio vertebral para la organización del
trabajo. El Enlace es una reunión semanal con cada turno de trabajo de las
operadoras, es un espacio de formación permanente, coordinación de tareas,
revisión y supervisión de la práctica y contención. Retomaremos este punto más
adelante.

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3. La transdisciplinariedad: las perspectivas disciplinares y la tarea común


69
Como hemos mencionado, es necesario que los equipos estén conformados por
profesionales que provengan de distintas disciplinas, que estén orientados o
involucradas con el abordaje de la violencia hacia las mujeres: abogadas,
psicólogas, trabajadoras sociales, sociólogas, comunicadoras sociales, entre otras
posibles, en algunas ocasiones también se conforman por personas que si bien no
cuentan con formación profesional, tienen una experticia proveniente de su
trabajo, muchas veces ligado al trabajo barrial, territorial, ONG, etc.

Con respecto a lo disciplinar, podemos afirmar que una sola perspectiva no puede
agotar las posibles respuestas a esta problemática o a ninguna otra, las
dimensiones de lo social son múltiples y por lo tanto, su abordaje debe ser
complejo.

Ahora bien, elegimos aquí hablar de transdisciplina, como “una forma de


organización de los conocimientos que trascienden las disciplinas de una forma
radical. Se ha entendido la transdisciplina haciendo énfasis a) en lo que está entre
las disciplinas, b) en lo que las atraviesa a todas, y c) en lo que está más allá de
ellas” (Morín, n.d); en vez de otras formas de concebir el trabajo en grupos, como
por ejemplo la interdisciplinar o la multidisciplinar.

Según Ana María Fernández (1989) el enfoque transdisciplinario plantea que las
teorías y prácticas hegemónicas deben ser abandonadas como tales para que las
consideradas subordinadas recobren su potencialidad de articulación con todos
los saberes. Lo que Velázquez, (2003:229) refiere como “des-disciplinar las
disciplinas en el plano del actuar, entonces, significa desdibujar los perfiles
profesionales más rigidizados que demandan mayor jerarquía”.

La concepción que se promueve desde este programa, contempla que no


provenimos de disciplinas que comparten nociones y saberes, cada una desde su
campo, sino que construimos disciplinas que se trasfunden, por eso nos
consideramos operadoras en violencia, categoría desde la cual podemos
unificarnos, homogeneizarnos en el campo común y construido a través de
nuestras prácticas.
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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

Es así que, refiriendo a nuestra tarea, todas podemos adquirir y dominar las
70
mismas herramientas necesarias, sean del campo de lo legal, la psicología, el
trabajo social, la sociología, e incluso saberes no científicos o académicos,
conformado un campo de saber común.

De acuerdo a la concepción de Morín (n.d) “Con la transdisciplina se aspira a un


conocimiento relacional, complejo, que nunca será acabado, pero aspira al diálogo
y la revisión permanentes. Tal vez este último principio de deba en gran medida a
que conocemos con nuestros órganos de los sentidos, a nuestra percepción.
Como señala Von Foerster no existe un único punto de vista (disciplina), sino
múltiples visiones de un mismo objeto, la realidad entonces puede ser vista como
un prisma de múltiples caras o niveles de realidad. La transdisciplina no elimina a
las disciplinas lo que elimina es esa verdad que dice que el conocimiento
disciplinario es totalizador, cambia el enfoque disciplinario por uno que lo
atraviesa, el transdisciplinario.”

Corresponde a Basarab Nicolescu (1996) una comprensión de la transdisciplina


que enfatiza el “ir más allá” de las disciplinas, trascenderlas. La Transdisciplina
concierne entonces a una indagación que a la vez se realice entre las disciplinas,
las atraviese, -el a través de-, y continúe más allá de ellas. Su meta ha cambiado,
ya no se circunscribe a la disciplina, sino que intenta una comprensión del mundo
bajo los imperativos de la unidad del conocimiento.

Desde ya que esta propuesta se encuentra frecuentemente con obstáculos y


tensiones, y que no siempre logramos la adscripción necesaria para generar un
contexto transdisciplinar. Para lograrlo debemos tener en cuenta que son
necesarios periodos de trabajo sostenidos regularmente, y contar con equipos en
los cuales las personas que los conforman estén disponibles para un estilo de
trabajo con esta perspectiva.

Los obstáculos más frecuentes se pueden encontrar en:

 Dificultades en la comunicación: lenguajes técnicos o disciplinares


diferentes.

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 Resistencias metodológicas: Cada disciplina tiene un modo de hacer y no


71
se logran acuerdos.
 Dificultad para enmarcar el objeto de la tarea: las diferentes perspectivas
abordan sus objetos de estudio con exclusividad. Saidón y Kononovich
(1991) se refieren a esto como regionalismo epistemológico.

Para superar las dificultades es necesario tener presente que lo que une al equipo
es la tarea en común. Por lo tanto es necesario tener objetivos que señalen el
horizonte de las prácticas, es decir qué es lo deseable, y además tener presente
los propios límites y posibilidades dentro del Programa.

Si se piensa desde el concepto de grupo operativo que propone Pichón-Riviere,


podemos asumir que:

El trabajo sobre la tarea requiere de la puesta en juego de cualidades


específicas que hará que quien las tiene, se vea en la necesidad de mostrarlas
operativamente, haciéndose cargo de guiar al grupo en ese instante. Pichón llega
a decir que el verdadero líder es la tarea. Esta expresión un tanto temeraria
resume de manera clara el desplazamiento producido. Lo que importa acá es
entender que la intervención de los participantes es posterior a una organización
que la tarea instaura en el grupo. Se descentra el grupo de los participantes
quienes aparecen por tanto al servicio de la resolución del problema acordado.
(Foladori,2002)

Para trabajar en un grupo transdisciplinarmente es necesario entonces que el


objeto de trabajo sea la tarea común que reúne y nuclea las prácticas del mismo;
en este sentido, el grupo no es pensado como un conjunto de individualidades (en
este caso que además representan un saber disciplinar) sino, justamente, como
una grupalidad que trasciende, las supera. Esto no significa anular la subjetividad,
sino construir conocimientos desde el dialogo y la interacción, teniendo en cuenta
que la construcción del conocimiento no puede ser sino social.

Esto último nos da paso para introducirnos en el último punto. La supervisión de la


tarea.

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72

4. La supervisión de la tarea: prácticas de cuidado y calidad de la atención


En el caso de AVM, los equipos funcionan a doble vía. Por un lado el equipo
técnico (que tiene un rol y función diferenciada) tiene una coordinación de su
actividad, y por otra parte dentro del equipo técnico existen tareas asignadas
vinculadas a las diferentes líneas de acción del programa que conformarán otros
equipos de trabajo por tarea.

En este caso me referiré al Área de Supervisión, es por esto que digo que
funciona a “doble vía”, ya que el Área de Supervisión (que conforma un grupo)
funciona dentro del Equipo Técnico y enlaza la tarea con el equipo de operadoras.

Es decir, que se genera un vínculo entre los equipos, que si bien tienen asignado
funciones distintas, comparten la tarea. En AVM se recurre a la figura del lazo7,
como aquel vínculo de unión, de encuentro y de solidaridad que religan un grupo.
Esta forma de llamar a estos encuentros como enlace reemplaza de alguna
manera la figura de la supervisión como se la piensa tradicionalmente, sin
embargo, las funciones son similares.

Se trata de realizar una revisión de las prácticas, de contener las diferentes


situaciones que se le pueden presentar a las operadoras, temores, angustias,
dudas técnico-profesionales, resonancias, reflexiones en general; y además, de
resguardar la calidad de la atención que se brinda desde la política pública.

Este espacio está concebido no como un lugar de control o penalización sino más
bien de acompañamiento y coordinación.

La estructura de esta Área está compuesta por un equipo que se divide en duplas
de coordinación asignadas para los siete turnos de operadoras. La dinámica de

7
Para profundizar sobre este concepto ver: Durkheim, Emile, (1987) La división del trabajo social Akal:
Madrid.; Lacan, J (1982). Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis. En Escritos 1. Siglo
XXI: Ciudad de México; Lacan, J. (1987) Seminario IV: La relación de objeto. Paidós: Buenos Aires, 1987;
Lévi-Strauss, C (1969) Las estructuras elementales del parentesco. Paidós; Buenos Aires.; Lévi-Strauss, C
(1985) Introducción a la obra de Marcel Mauss. En Mauss, M. Sociología y antropología. Tecnos: Madrid.

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trabajo se lleva adelante con reuniones semanales, una reunión de enlace con el
73
grupo de operadoras y una reunión de coordinación para la planificación.

La coordinación grupal es de suma importancia y debe ser un facilitador para el


grupo. Cuando Pichón-Riviére dice que el coordinador es un co-pensor del grupo,
no está diciendo que trabaja en la misma tarea que el grupo, sino que el
coordinador contribuye a que el grupo pueda pensar, en tanto le muestra
aspectos ignorados del funcionamiento grupal que el grupo de participantes no
está en condiciones de ver, por tener poca distancia respecto a su tarea. Así,
"el coordinador cumple en el grupo un rol prescripto: el de ayudar a los miembros
a pensar, abordando el obstáculo epistemológico configurado por las ansiedades
básicas." (Pichón-Riviére citado en Foladori, 2002)

Es de utilidad recurrir a la noción de vectores grupales para tener en cuenta los


aspectos que reviste la dinámica grupal y lograr una coordinación efectiva, es
decir que pueda alcanzar los objetivos planteados para la tarea.

Algunos de ellos son:

Afiliación: identificación de los integrantes con el grupo. Existe un momento en


donde los integrantes se sienten más o menos afiliados.

Pertenencia: Sentirse pertenecientes, en otras palabras, que cada integrante del


grupo tenga una representación de cada uno de los integrantes.

Pertinencia: directamente vinculado con la tarea. Pertinencia con respecto


al acercamiento que se da hacia la tarea, producir en función de la tarea explícita.

Cooperación: niveles de cooperación, es decir, si predomina la cooperación o


la competencia.

Aprendizaje: los niveles de aprendizaje formal y no formal que atraviesan el


grupo.

Comunicación: tipo de comunicación entre los integrantes del grupo.

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Telé: término tomado del psicodrama que tiene que ver con los niveles de afinidad
74
y rechazo que hay entre los integrantes del grupo.

Estos diferentes vectores grupales se refuerzan y construyen desde diversas


acciones, tomemos por ejemplo una reunión de enlace.

En primer lugar es importante sostener la regularidad pautada para la reunión, de


ser posible consensuar con las participantes el mejor día y horario en que puedan
participar el conjunto del grupo. A su vez, darle prioridad a ese espacio de
encuentro, esto significa entender y trasmitir que ese momento es tan valioso
como cualquier otro aspecto de la tarea y que es significativo para realizar la
atención de manera responsable. Es así que cualquier otra actividad no debe
superponerse con este momento, ni siquiera la misma atención telefónica. Para
eso se implementa un sistema de rotación donde las llamadas entrantes serán
repartidas entre las operadoras dejando así un puesto de trabajo para recibir las
demandas.

Si fuese otro tipo de servicio, por ejemplo de atención presencial, las citas o turnos
de atención no se darían en ese día y horario.

En la atención a situaciones de violencia la urgencia es una realidad cotidiana de


trabajo, por lo tanto hay que poder generar un espacio de encuentro dentro de ese
contexto, y además permitir la elaboración de esa urgencia para generar
estrategias de abordaje. Una situación urgente, por ejemplo, una situación de
riesgo, una situación de calle, etc., debe ser tratada con cuidado y tiempo para
pensar posibles resoluciones. Lo urgente no equivale a lo rápido o de respuesta
inmediata, sino a respuestas organizadas, planificadas que ayuden a la mujer a
resolver esa situación.

Con respecto a la afiliación y pertenencia, las trabajadoras deben adscribir a una


perspectiva que piensa la violencia hacia las mujeres con una perspectiva de
derechos humanos, lo que incluye en este programa una perspectiva de género.

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Es decir que se debe comprender y compartir desde qué lugar estamos pensando
75
esta problemática. Esto también es importante que sea trasmitido a las mujeres
consultantes, ya que por ejemplo, muchas de estas llamadas pueden ser
derivadas del CATE 911, un servicio de emergencias en seguridad. Cuando esa
persona es trasferida a nuestro programa debe saber, para generar un encuadre
de la intervención, que está hablando con un servicio de Derechos Humanos. En
síntesis, debe existir un aspecto “ideológico” compartido.

Por otra parte, el sentido de afiliación y pertenencia, es algo que se construye no


sólo desde los marcos teóricos y políticos, sino muy especialmente, desde lo
afectivo. Por esto, el clima de trabajo debe ser de un ambiente que favorezca la
contención y la posibilidad de intercambio. Velázquez (2003: 203) señala que “el
grupo de trabajo es el espacio para la racionalidad pero también deber ser el lugar
para compartir el placer, la gratificación por la tarea que se desarrolla y los afectos
involucrados en la práctica”.

Algo que intentamos reforzar desde la supervisión hacia las operadoras es la


importancia del trabajo con la compañera, la consulta, la contención, la solidaridad
frente a situaciones que puedan ser avasallantes o angustiantes, como así
también el reconocimiento de acciones facilitadoras o asertivas dentro del ejercicio
del trabajo y también en términos de las relaciones personales que se establecen
dentro del equipo.

En este sentido es fundamental la cooperación y la comunicación, en este


aspecto no siempre las condiciones son óptimas o son las deseables.

Frecuentemente existen dificultades para lograr una adscripción plena a estos


vectores grupales. Sin embargo, es preferible intentar elaborar los conflictos
internos siempre a partir del grupo, dentro de él, para no generar así, situaciones
de exclusión o “chivos emisarios” que no resuelven el problema sino que lo
agudizan. En este sentido, es muy importante preservar estos espacios con una
consiga de confidencialidad que genere confianza entre las participantes.

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Por último, me detendré en la pertinencia, aspecto fundamental de la tarea. Ser


76
pertinente implica, no hacer bien o mal la tarea, sino realizar acciones que sean
coherentes con el encuadre de trabajo. Para esto se elaboró un Protocolo de
Atención para Operadoras de AVM. Este texto es una guía primaria de orientación
para la intervención y plantea desde las misiones y funciones del programa, sus
limitaciones y alcances.

El área de supervisión tiene como objetivos profesionalizar y calificar la tarea de


operadora en violencia dentro del Programa AVM, profundizar sobre los aspectos
abordados en las capacitaciones formativas, estandarizar y sostener la calidad de
la atención de la línea telefónica atendiendo a las necesidades de las mujeres
llamantes como también a la calidad, alcance, y efectividad de esta política
pública.

Para alcanzarlos se trabaja a partir de los siguientes ejes que conforman la


planificación básica:

Identidad del programa (presentación y encuadre dentro de la Secretaría de


Derechos Humanos).

Utilización del instrumento de recolección de datos.8

Delimitación situacional del caso (derivación externa y derivación al Equipo


Técnico).

Construcción de la demanda (qué es lo que la mujer necesita, qué quiere, y qué


puede hacer)

Sobre la intervención:

Preguntas pertinentes (organizadoras del relato y la situación)

8
El Programa AVM cuenta con un instrumento metodológico denominado “carta de llamadas”, este es un
recurso estadísticos y de ordenamiento para la intervención. Los datos recabados son de estricta
confidencialidad.

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Preguntas acerca de indicadores de categorías y factores de riesgo. (Que orienten


77
a la descripción de situaciones que permitan establecer un “diagnóstico
diferencial” para la identificación de la situación de violencia.)

Escucha activa.

Señalamientos que se pueden realizar para esclarecer u ordenar el relato de la


mujer o desnaturalizar su situación.

Orientación y dirección de la llamada. ( Se refuerza el posicionamiento de la


operadora como rol diferencial, en la situación de atención la operadora debe
asumir la dirección de la llamada, de alguna manera su lugar es instrumental ,
debe articular sus conocimiento en pos de organizar el relato y ayudar a la
consultante a tomar una decisión)

Recursero y Derivación. ( conocimiento de los recursos disponibles y de las


funciones institucionales de cada uno de ellos)

En este caso el equipo técnico se encarga de actualizar de modo regular los


diferentes servicios municipales de atención en violencia a los que las operadoras
derivarán a las consultantes para resolver su demanda. Este recursero se
compone de datos de todas las localidades de la Provincia de Buenos Aires, e
incluye servicios locales para la atención en violencia, servicios locales de infancia
y adolescencia, justicia, seguridad, salud, desarrollo social, y organizaciones de la
comunidad.

En torno a la derivación, se trabaja con el equipo de operadoras la implicancia que


requiere, esto se vinculado también a la pertinencia, porque derivar correctamente
significa poder atender, escuchar y comprender la demanda concreta de la mujer,
el momento y contexto en el que se encuentra y su disponibilidad emocional y
material. Por lo tanto se señala que la derivación asertiva contempla estos
aspectos, no se trata de ofrecerle a la mujer todos los recursos disponibles “por si
acaso” sino de saber seleccionar los más adecuados.

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5. La experiencia dentro del Programa AVM. Posibilidades y desafíos


78
Durante la existencia del programa hemos desarrollado diferentes sistemas de
supervisar la tarea, no es de esas diferencias de las cuales me interesa hablar,
sino de los puntos comunes o emergentes reiterados que se presentan en la
práctica de asistencia en situaciones de violencia.

Anteriormente hemos desarrollado los aspectos programáticos de nuestra tarea y


el marco teórico desde donde pensamos nuestra práctica. Sin embargo, como en
cualquier situación social, existen matices en su aplicación relacionados a
dificultades o conflictos inherentes a la actividad grupal, como así también a
aspectos específicos del trabajo con esta problemática.

Desde la supervisión nos encontramos con emergentes comunes en los diferentes


grupos de operadoras, en general se comienza con cierto entusiasmo por el tema,
la posibilidad de “ayuda” a alguien, la necesidad de establecer un compromiso
con el otro, diferentes cuestiones afectivas que hacen a la elección de trabajar en
este ámbito.

Con el correr del tiempo, surgen diferentes inseguridades, frecuentemente


relacionadas con las capacidades profesionales o personales frente a situaciones
de compleja resolución, cómo lo hago, qué digo, cómo procedo, entre otras.

Una de las cuestiones que se señalan es la de identificar los puntos más sensibles
para cada una, es decir, cuáles son mis limitaciones propias, qué puedo escuchar,
hasta dónde y cómo me afecta. Hay operadoras que se sobre implican con su rol o
bien que se distancian de manera que no pueden generar empatía alguna para
comprender la situación del otro. Se puede producir también un efecto de
mecanización donde la operadora se distancia de una forma tal que no se
involucra con la situación particular sino que contesta a todas las llamadas con la
misma estrategia de intervención, sin particularizar la situación. Esta mecanización
puede ser parte de cierta fatiga o de un mecanismo de defensa frente a
determinadas dificultades.

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Esto ha sido exhaustivamente elaborado por Velázquez (2003) en lo que la


79
autora denominó “El efecto de ser testigos”:

La escucha de los relatos de violencia puede situar al profesional entre el exceso y


la evitación; o se posiciona demasiada cerca quedando atrapado en la escena
violenta u opera desde demasiado lejos sin ningún tipo de compromiso subjetivo,
es decir, casi desde la indiferencia. Ser testigos, por lo tanto, significa enfrentarse
con los hechos de violencia pero estableciendo una distancia “óptima” entre el
impacto y la reflexión. Entonces, desde el primer encuentro con una persona que
ha sido violentada, quien la entrevista será testigo no sólo de las violencias
padecidas sino, también, de los propios violentamientos que despierta la escucha
(Velázquez, 2003).

De acuerdo con la autora, ser testigo, produce una ruptura de lo que


habitualmente se identifica con lo racional ya que el efecto que provocan ciertos
relatos vulnera el psiquismo del profesional quien debe procesar lo que escucha y
lo que ve para poder operar.

La exposición a la escucha de este tipo de llamadas presenta diferentes


escenarios, ya sea por el grado de detalle que presentan, la angustia de la mujer
que relata, su crisis o desorganización, el no reconocimiento del riesgo, entre
otras, pueden producir en las operadoras efectos emocionales de lo que debemos
estar muy atentas.

La implicación subjetiva con este tipo de tarea suele muchas veces generar, como
efecto directo, sensaciones de impotencia, frustración, desapego, desinterés o
enojo. Estas sensaciones pueden impedir, muchas veces, pensar e intervenir
adecuadamente.

Para trabajarlas, Velázquez propone una serie de preguntas. En nuestro caso, las
proponemos para ser evaluadas con los equipos de operadoras:

¿De qué forma “toca” a la operadora la violencia narrada?

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¿Qué es lo que se puede tolerar escuchar y qué es lo que pareciera que escapa a
80
lo verosímil por el horror que despierta?

¿Qué imágenes se imponen en la mente del profesional como efecto de la


narración que escucha?

¿Cómo articular los efectos de la palabra escuchada con las imágenes que suscita
para no quedar atrapada en la escena de violencia?

¿Cómo correrse de ese atrapamiento sin que la curiosidad y/ o la fascinación


tienten a preguntar más allá de los límites del relato?

Contestar estas preguntas es parte de las prácticas del cuidado profesional. El


espacio de enlace está pensado como un espacio desde donde trabajarlas. Se
propone como un espacio contenedor donde expresar las dificultades y los
malestares para que puedan ser elaborados dentro del grupo y no sean un residuo
con el que la operadora tenga que cargar o resolver sola.

Con respecto al tipo de demanda recibida por el programa, podemos decir que
priman las consultas por situaciones de violencia en la pareja y hacia niños, niñas
y adolescentes.

Algunas de las consultas más frecuentes que recibe el equipo de supervisión


están vinculadas a: el acceso a la justicia, normativa, legislación y aplicación de
las normas, situaciones especiales o que se presentan como dilemáticas, por
ejemplo, mujeres agredidas por sus hijos (algunas veces niños), mujeres y niños o
niñas en situación de violencia familiar, abuso sexual, situación de calle,
problemas relacionados a la salud mental, entre los más frecuentes.

Como hemos mencionado antes, el equipo de supervisión a través de reuniones


semanales planifica estrategias para resolver esas consultas; puede ser a través
de materiales específicos de lectura, escucha y revisión de la intervención en las
llamadas, reflexión acerca de casos que hayan sido significativos para las
operadoras. Lo importante es que se construya una grupalidad que genere una
red de saberes y estrategias en donde cada una de las participantes pueda anclar

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su trabajo. El equipo de supervisión tiene como desafío la superación de las


81
dificultades y el acompañamiento de los emergentes posibles dentro de los grupos
de trabajo.

6. Conclusión
El presente artículo constituyó una breve síntesis de las prácticas de trabajo
dentro del programa AVM, haciendo hincapié en la importancia que tienen los
equipos de trabajo, la mirada transdisciplinaria, y el rol de la supervisión en la
atención a mujeres en situación de violencia. Es desde la reflexión en nuestro
hacer cotidiano que podemos construir prácticas de trabajos sostenidos y
coherentes, por eso mismo han sido seleccionados estos tres aspectos para el
desarrollo de este texto.

Queremos transmitir nuestro deseo de que esta lectura sea útil para otros equipos
o profesionales que trabajen en el campo de esta problemática a fin de poder
pensar estrategias de trabajo, visualizar obstáculos semejantes y aportar en sus
posibles resoluciones o abordajes. Nuestra experiencia ha sido rica en términos
profesionales como personales, este programa refleja el gran compromiso que sus
trabajadoras hacen a diario para sostener una atención de calidad que contenga
las necesidad de las mujeres consultantes.

Cualquier práctica grupal presenta dificultades, aún tenemos muchos desafíos por
delante, tanto como Programa pero sobre todo como sociedad.

La violencia hacia las mujeres constituye un flagelo social contundente, el Estado


a través de sus instituciones debe dar cuenta de esta situación y favorecer tanto
como facilitar la consolidación de una red de políticas públicas que den respuestas
integrales para las mujeres en situación de violencia.

Como trabajadoras debemos colaborar con su erradicación realizando nuestro


trabajo responsablemente y con el compromiso que amerita; para ello es

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imperioso abogar por la construcción de sólidas de redes de trabajo que nos


82
permitan acompañarnos para acompañar.

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83
Bibliografía

 Foladori, H. (2002) El grupo operativo y su concepción de la psicología


social. Boletín Emer-Gente, 1, 2-4.
 Fernández, Ana María (1989) El campo grupal. Notas para una genealogía.
Nueva Visión: Buenos Aires.
 Morín, Edgar, ¿Qué es Transdisciplinariedad? Disponible en:
http://www.edgarmorin.org/que-es-transdisciplinariedad.html
 Pichón Riviére (n/d), Los grupos. Disponible en:
http://www.blogpsicologia.com/pichon-riviere-los-grupos-i/
 Saidón, Osvaldo y Kononovich, Bernardo. (1991) La escena institucional,
Lugar: Buenos Aires.
 Velázquez, Susana. (2003) Violencias Cotidianas, violencias de género.
Escuchas, comprender, ayudar. Paidós: Buenos Aires.
 “Los Efectos de ser Testigo: Profesionales frente a la Violencia” Disponible
en: http://agendadelasmujeres.com.ar/notadesplegada.php?id=279

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84

Capítulo III

PROPUESTAS PARA LA PREVENCION DE LA VIOLENCIA EN NOVIAZGOS

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85

Violencia en las relaciones de noviazgo adolescente y joven


Marta Gurini, Malena Maturano y Agustina Rojido

1. Introducción
La violencia de género es una problemática social en aumento y dentro de ella se
viene generando un crecimiento durante el período del noviazgo adolescente y
joven. Los índices estadísticos de la Argentina y de la provincia de Buenos Aires
dan cuenta de su relevancia y requieren que las políticas públicas se enfoquen en
atacar este grave problema en todo el territorio nacional.

Esta situación no es una excepción de lo que ocurre a nivel mundial: Según la


OMS (2010), tres de cada diez mujeres en el mundo denuncian violencia de
género por parte de sus parejas o ex parejas. La mitad de las mujeres adultas que
conviven con parejas violentas afirman que las situaciones de violencia
comenzaron durante el período de noviazgo. La violencia de género es la primera
causa de muerte de mujeres en el mundo a partir de los 15 años, según la OMS.
Un 38% de los asesinatos de mujeres, femicidios o feminicidios, que se producen
en el mundo son cometidos por su pareja.

En Argentina, un 24% de los femicidios se producen en la etapa del noviazgo.


Desde el 2008 hasta el 2014 fueron asesinadas 1808 mujeres, de las cuales el 8
% tenían entre 13 y 18 años, y ese porcentaje se eleva casi hasta el 10 si
ampliamos el rango etario hasta los 21 años de edad. La inmensa mayoría fueron
asesinadas por sus parejas o ex parejas. En el mapa de femicidios, el primer lugar
lo ocupa la provincia de Buenos Aires, escoltada por Córdoba y Salta.

Según datos del Programa AVM, en el Conurbano bonaerense hay un 24% de


consultas que se refieren al noviazgo adolescente, y muchas provienen de
familiares o amigas de las jóvenes que están en situación de violencia. El informe

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interanual realizado por este Programa, revela que el 24.6% de las mujeres
86
atendidas, tienen entre 15 y 21 años de edad. Entre los partidos con mayor
demanda se encuentran: La Matanza con un 20 %, seguida por Moreno, Quilmes
y Florencio Varela con un 19 % de promedio en la demanda.

El objetivo del presente artículo es presentar una propuesta de abordaje integral


de la violencia de género en el noviazgo adolescente y joven, centrado en la
prevención y atención de dicha problemática. Con este propósito, realizaremos un
recorrido conceptual construido por el Equipo Técnico del Programa;
consideraremos los resultados recogidos en las distintas capacitaciones
presenciales realizadas desde el 2010 hasta la fecha, y además, la experiencia en
la atención directa de situaciones de violencia de género. Referiremos los
conceptos de adolescencia y juventud, sus características y diferencias. Como así
también, plantearemos las principales características de la sociedad patriarcal, y
cómo incide este tipo de sociedad en la formación y en los procesos de
socialización de varones y mujeres.

2. Adolescencia y Juventud: nuevos paradigmas

 Adolescencia: comprendemos a esta como un período no determinado de


tiempo que marca su inicio a partir de ciertos cambios físicos, que se constituye
como una etapa de transición entre el mundo de la niñez y el de la adultez. La
adolescencia es una categoría social relativamente reciente y propia de la cultura
occidental, un concepto dinámico e histórico, tal como lo establece la autora
Gutiérrez (2005). La idea de transición de la dependencia infantil a la autonomía
adulta, implica pasar de las dudas respecto del futuro a las certezas de las
elecciones, como así también del mundo familiar infantil al mundo público y del
trabajo adulto.

La adolescencia es una etapa de construcción de la identidad y de afirmación


personal y de resistencia al control.

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Para lxs adolescentes y jóvenes es muy importante la pertenencia a un grupo


87
social que identifiquen como propio y aporta a la construcción de su identidad de
género. Es una etapa de afirmación personal y de resistencia al control de lo que
perciben como autoridad.

Durante esta etapa: la familia, la educación y el trabajo se constituyen en


elementos claves en el desarrollo de la persona: la sexualidad se constituye como
uno de los principales ejes conformadores de la personalidad. Como plantea
Checa (2005), la sexualidad y el cuerpo son fundamentales durante este proceso;
la primera, se manifiesta desde una multiplicidad de formas, en las cuales, inciden
los factores de pertenencia al género, familiares, culturales, sociales, éticos y
psicológicos. La sexualidad es algo que se constituye de manera compleja, no es
un hecho dado: implica una negociación, lucha y acción humana. La sexualidad
durante esta etapa de la adolescencia adquiere una significación generada por
transformaciones de orden hormonal que operan en el cuerpo y que responden a
determinados patrones culturales, de género y religiosos que influyen en la
asunción de la sexualidad (Checa, 2005).

En esta cultura patriarcal en la cual nos encontramos se adjudican al varón


determinados valores: una sexualidad activa, independiente y heterosexual. Por el
contrario, como lo plantea la autora, en las mujeres está la perspectiva
estereotipada de una sexualidad deserotizada y organizada para la procreación.
Se adscriben a la maternidad y al erotismo como complejas construcciones
históricas con respecto a la sexualidad femenina. Como así también se generan
diversos obstáculos en el ejercicio de la sexualidad adolescente, entre los que se
encuentran la estigmatización familiar y social, las relaciones de género y las
dificultades para la mujer en negociar el uso de los métodos anticonceptivos, el
acceso a los derechos sexuales y reproductivos.

 Juventud: El concepto de juventud se construye históricamente, varía de


una cultura a otra y guarda diferencias entre clases y géneros. Los límites que se
establecen en esta etapa no son naturales, son socialmente construidos y
reforzados a través de los ritos que marcan la entrada al mundo adulto. ¿Cuáles

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son esos ritos? ¿Qué es la condición juvenil? ¿todxs pensamos lo mismo sobre
88
ser jóvenes? Son algunas de las preguntas que podríamos plantearnos para
repensar la juventud.

La Antropóloga Mariana Chaves (2011) considera que las representaciones


vigentes conducen a perder de vista la condición juvenil como construcción social,
y desarrolla las distintas concepciones en relación a los discursos ideologizados y
con perspectiva discriminatoria. Entre estos discursos estereotipados se
encuentra:

- El joven como inseguro de sí mismo: los adultos serían los “seguros de sí


mismos” y cumplidores de las normas. En este sentido “ser inseguro” es “ser
peligroso” porque no son previsibles sus acciones en una sociedad donde prima el
paradigma de la “seguridad”.

- El joven como ser en transición: de la infancia a la adultez que es el momento


de plenitud. Hay un punto de partida y uno de llegada subordinados al centro, de
la pureza a la impureza.

- Joven como ser no productivo: son presentados como seres no productivos


económicamente. Estar plenos de tiempo libre es ser ocioso. Joven como ser
incompleto: como ser completo es el adulto, el joven es incompleto. Todavía “no
es”.

- El Joven como ser desinteresado y/o sin deseo: no desea lo que se le ofrece. El
boicot hacia lo ofrecido es leído como falta de interés absoluto. El no deseo sobre
el deseo institucional o familiar es tomado como no deseo total, como sujeto no
deseante.

- Joven como ser desviado: al tener todas las características mencionadas el


sujeto tiene posibilidades de desviarse del camino porque sus objetivos no son
claros, lo cual lo convierte en peligroso.

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- Joven como ser peligroso: es la posibilidad de la acción la que lo vuelve


89
peligroso. Peligroso para él mismo, para su familia, para los ciudadanos y la
sociedad.

- Joven como ser victimizado: es todo en potencia pero no puede ser, porque se lo
ve oprimido, aplastado, dominado. Es visto como víctima. A la víctima suele
acercársele desde la comprensión y la lastima y no desde el reconocimiento
legítimo.

- Joven como ser rebelde y revolucionario: ser adolescente es ser transgresor.


Enfrentarse a todo. La oposición y protesta son su “deber ser”. Pareciera que hay
un desorden hormonal que posibilita un desorden social.

- Joven como ser del futuro: es un ser sin tiempo. El pasado no le pertenece
porque no estaba, el presente tampoco porque no está listo, y el futuro no llegó.
Nunca pueden ser “ellos” jóvenes en el presente.

Pensamos que estas categorías estereotipadas influyen sobre la intervención que


se realiza de manera profesional y social sobre lxs jóvenes, por lo que,
consideramos fundamental la reflexión crítica sobre las mismas, para darle una
nueva base a nuestro enfoque.

La concepción de juventud que consideramos está basada en la comprensión de


lxs jóvenes como sujetos activos, con derechos y potencialidades, que están
construyéndose como ciudadanxs capaces de tomar decisiones sobre sus actos y
de adquirir la responsabilidad sobre las consecuencias de los mismos. Lxs jóvenes
tienen el derecho a ser escuchadxs y a generar las transformaciones necesarias
para sí y para la comunidad en relación al tiempo y lugar en el que viven.

Pensar la adolescencia y la juventud, también implica posicionarnos desde un


enfoque integral de derechos humanos, incorporando la corresponsabilidad como
lógica de resolución de problemas locales y comunitarios en relación a las
diversas problemáticas juveniles, asumiendo que cada uno de los eslabones que
integran la comunidad: familia, vecinxs, escuelas y servicios de salud y municipio,

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etc., son fundamentales para el abordaje de dichas problemáticas. Las acciones


90
que se lleven a cabo por medio de lxs agentes estatales y locales deberán
considerar estos principios y trabajar en conjunto con lxs jóvenes para la toma de
decisiones.

3. Capacitaciones

3.1. Fundamentación
3.1.1. La sociedad patriarcal y la formación de lxs jóvenes
El patriarcado puede definirse como un sistema de relaciones sociales sexo–
políticas basadas en diferentes instituciones públicas y privadas y en la solidaridad
interclases e intragénero instaurado por los varones, quienes como grupo social y
en forma individual y colectiva, oprimen a las mujeres también en forma individual
y colectiva y se apropian de su fuerza productiva y reproductiva, de sus cuerpos y
sus productos, ya sea con medios pacíficos o mediante el uso de la
violencia. (Fontenla, 2008)

La educación de lxs jóvenes también es parte de este sistema. Montserrat Moreno


(1986) señala el uso del lenguaje masculino para referirse al conjunto de las
personas, tanto oral como escrito. También las imágenes de los libros escolares
muchas veces refuerzan estereotipos sexistas. La autora refiere que el lenguaje y
la forma cómo se enseña no son, pues, imparciales, sino que están teñidos de
ideología androcéntrica y contribuyen activamente a la formación de las pautas
inconscientes de conducta en las niñas y los niños, pautas que van a seguir
actuando a lo largo de toda la vida, y se nos van a aparecer como inmodificables,
gracias, precisamente, a su precocidad de adquisición.

Por su parte, María Julia Palacios (1996) sostiene que “la escuela, aún con los
cuestionamientos que se le pueda hacer en la actualidad, no sólo es un lugar
privilegiado para la construcción de la identidad personal, sino que sigue siendo
uno de los más importantes canales de transmisión de cultura. Por esto mismo no

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podemos dejar de señalar la responsabilidad que le cabe, no ya en la


91
reproducción sino en el refuerzo de los estereotipos sexuales”.

En ese sentido, la Ley de Educación Sexual Integral Nº 26.150 cobra centralidad


en las propuestas para prevenir la violencia de género entre los/as jóvenes. Desde
el Programa Nacional de Educación Sexual Integral se propone trabajar cinco
ejes: la perspectiva de género, el ejercicio de los derechos, el respeto de la
diversidad, el cuidado del cuerpo y la afectividad. La perspectiva de género nos
permite visualizar la desigualdad. El ejercicio de los derechos es fundamental para
construir relaciones sin violencia, respetuosas de los deseos de las partes. El
respeto de la diversidad refiere a las orientaciones sexuales, construcciones
familiares y de pareja, identidades de género. El cuidado del cuerpo implica que
no sea agredido de ninguna manera, que sea para el disfrute, para la expresión.
Hablar de afectividad en la escuela quizás sea de lo más novedoso de la ESI.
Implica aprender a identificar las emociones, entenderlas y expresarlas. Esto es
fundamental para la resolución de conflictos pacíficamente.

3.1.2. ¿Cómo son socializados/as varones y mujeres?


Para lxs adolescentes, especialmente para ellas, es muy fuerte el mito del amor
romántico (romanticismo patriarcal), que responde a los estereotipos de género en
la sociedad patriarcal, con roles sexuales fijos y mitificados: el hombre activo,
salvador, que va a dar significado a la vida de la mujer; la mujer pasiva, que
espera ser salvada, y no desea alcanzar la libertad sino el amor a través de un
hombre.

El mito del amor romántico perpetúa el sistema jerárquico, desigual y basado en la


dependencia de los miembros de la pareja, con varios mitos incluidos: El mito de
la media naranja, que conlleva la búsqueda de nuestra otra mitad, en que la mujer
se pliega al varón para completarlo (nunca al revés) con la pérdida de libertad
consecuente, el mito de la exclusividad (el amor sólo puede sentirse por una única
persona), el de la monogamia como estado ideal de las personas en la sociedad,
el de la perdurabilidad o de la pasión eterna, el de la fidelidad, el del matrimonio o
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convivencia estable, con la institucionalización de la pasión, y que al fracasar por


92
depositar nuestra justificación de vida en otra persona, nos lleva a una nueva
búsqueda para que nos hagan “sentir vivos” (tiene que ver con el miedo a la
soledad), el mito de la omnipotencia del amor para salvarnos, el del
emparejamiento como algo natural universal, el que los celos son una muestra de
amor ignorando que el control también se ejerce a través de los celos, el que por
amor todo se perdona porque permite entender todo (sólo se le exige a las
mujeres), el mito tan peligroso de que “Mi amor lx va a cambiar”.

La simplicidad de los estereotipos de género invisibiliza la amplia gama de modos


de ser y de relacionarse que existen para hombres y mujeres, y nos dicta qué
deberíamos ser y sentir.

“Los mitos amorosos crean expectativas incumplibles, que causan frustración y


sufrimiento”… “porque el amor no es eterno ni perfecto ni maravilloso ni nos salva
de nada” (Herrera Gómez, 2010). Hay una enorme contradicción entre la
idealización de los mitos y la realidad.

Las expectativas de género que se aplican a los niños tienden a efectivizar el


control mediante la agresión. “Los varones construyen su identidad basada en la
independencia, en tanto que en las chicas está basada en la interdependencia, por
lo que son más sensibles a la visión que las demás personas tienen de ellas”
(Martínez Cáceres, 2009).

Nuestra cultura machista sostiene que el hombre es libre y fuerte, que tiene que
ser exitoso y poseer. En la adolescencia, la experiencia sexual está orientada por
los mandatos culturales de género, étnicos y religiosos. Para los chicos, la
seducción y la conquista son tareas del varón, y la mujer es seducida, pasando a
ser objeto de su pertenencia. A las chicas, desde la infancia se las programa para
la maternidad y para satisfacer los deseos sexuales y requerimientos masculinos.
Se espera que sean sumisas, que esperen a ser encaradas por los varones, y si
no es así, se las considera como una “cualquiera” o “fácil”.

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3.1.3. Elementos del modelo masculino hegemónico que favorecen la


93
violencia hacia la mujer
 Valores de dureza, dominio, represión emocional y competitividad
 Aprendizaje de lo que significa ser hombre por oposición a lo que significa
ser mujer.
 Prepararse para el papel de héroe protector frente a una imagen del otro
(generalmente la otra) inferior, incapaz de valerse por sí, que debe
responder a la protección con gratitud y sumisión.
 Relaciones entre varones que son superficiales, en las que no se cuestiona
al otro, sino que se promueve un apoyo incondicional de complicidad, de
corporativismo sexista masculino.
 Para ser un “hombre de verdad” hay que triunfar en la vida.

La relación tradicional entre varones y mujeres está basada en la teoría de la


complementariedad. La fórmula de la complementariedad en una pareja
heterosexual es: hombre + mujer = hombre completo. Lo que tiende a esperar un
varón de una mujer es que realice las tareas, tenga los sentimientos y habilidades
que a él no le interesa hacer ni tener. El varón sexista espera que su
“complemento” sea su criada, cocinera, secretaria, criadora de sus hijxs y
responsable de las relaciones públicas de la pareja. Al romperse esta relación de
complementariedad, muchos hombres se sienten desubicados y responden con la
violencia (Martínez Cáceres: (2009).

3.1.4. La transmisión intergeneracional


La transmisión intergeneracional está demostrada. Lxs niñxs que están sometidxs
a la violencia entre sus padres o hacia ellxs tienen más probabilidades de repetirla.
Un 85 por ciento de los varones que han sido maltratados replican el modelo en
sus parejas, si bien no reconocen haberlo padecido. Y cuando un chico en sus
primeras relaciones amorosas replica elementos conocidos en la familia, nadie se
inquieta (Payarona, 2010). El 78 % de los agresores comienzan a agredir o han
estado en una relación violenta, antes de los 20 años de edad.

La transmisión intergeneracional también se da en las mujeres, si bien la


proporción es menor: un 50 % de las niñas que viven en hogares violentos
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probablemente sufrirán un comportamiento abusivo por parte de sus parejas.


94
Según Patricia Bravo (psicóloga que coordina uno de los programas de noviazgos
violentos dependiente del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación), en la
mayoría de los casos, una adolescente que sostiene a un novio violento tiene una
madre que sostuvo a otro varón, probablemente a su padre. A veces son las
madres quienes consultan, inconscientes de sus propios vínculos de pareja, pero
que empiezan a hacerles ruido cuando las ven por fuera de ellas.

Las experiencias pasadas de muchos hombres también incluyen la violencia que


ellos mismos han padecido. En numerosas culturas, aunque los niños tengan la
mitad de las probabilidades de las niñas, de ser objeto de abuso sexual, para ellos
se duplica la probabilidad de ser objeto de maltrato físico.

3.2. Violencia en las relaciones de noviazgo


La violencia en las relaciones de noviazgo se define como “todo ataque intencional
de tipo sexual, físico o psíquico, de un miembro de la pareja contra el otro en una
relación de noviazgo, con el objeto de controlar o dominar a la otra persona”
(Wolfe y otros, 2009).

La violencia de género es una problemática que atraviesa todas las edades, pero
tiene características específicas durante la adolescencia, etapa en que comienzan
las primeras relaciones de pareja. Las relaciones de pareja violentas generadas
durante la adolescencia, generalmente se minimizan, se invisibilizan, no se
reconocen o se confunden (sobre todo en el inicio) con manifestaciones del amor.
La estructura de enamoramiento en la adolescencia idealiza el amor y no registra
la violencia.

La violencia en el noviazgo adolescente pasa inadvertida también porque el


maltrato se asocia a las parejas adultas con hijxs, y no se reconoce,
principalmente por la minimización que se hace de las relaciones amorosas entre
adolescentes, que son consideradas simplemente actitudes propias de la edad.

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95

3.3. Algunas características del noviazgo violento


Los noviazgos con violencia tienen un patrón de conducta controladora, abusiva y
agresiva que el varón utiliza para obtener el control físico y psicológico en la
relación amorosa. La violencia en los noviazgos adolescentes es tan seria como la
violencia en la relación entre adultos, y puede llegar también a ser fatal.

Los empujones, tirones de pelo, cachetadas, burlas o insultos que se presentan


más de lo pensado entre las/los adolescentes, pasan desapercibidas o se las
interpreta como juegos o demostraciones algo bruscas de afecto. Pero la
repetición de este tipo de comportamientos es ya característica de una relación
violenta. También es muy frecuente el maltrato emocional, como amenazas de
terminar la relación, acusaciones, descalificaciones y celos excesivos; este
maltrato es más difícil de resolver, porque no se percibe que se está viviendo una
relación violenta y se identifica como demostraciones de apego y cariño.

La relación se basa en el control y en el ejercicio de poder. La persona que ejerce


violencia, le hace sentir miedo de sus reacciones a su pareja, a quien le cuesta
mucho o no puede (teme) decirle lo que piensa; es seductora y simpática con
todxs, pero a su pareja la trata con crueldad, la humilla, generándole baja
autoestima (la desvaloriza, insulta, descalifica; la culpa por todo lo que sucede; no
la estimula ni aprueba nada de lo que hace) y, como considera a su pareja de su
propiedad, no acepta cuando la relación se termina.

3.3.1. ¿Cómo se manifiesta?


A través de celos obsesivos (quiere saber dónde está su novio/a en cada minuto
del día, controla todas sus acciones, llamadas y contactos, exige explicaciones y
acusa de acostarse con otrxs chicos/as).

Cuando es el varón quien ejerce violencia, habitualmente le exige a su pareja


tener relaciones sexuales para probarle su amor.

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La persona que actúa con violencia busca aislar al/la otrx de su red social: le
96
prohíbe trabajar, estudiar, y salir con sus amistades, critica a sus amigas/os y
familiares.

Pone reglas para la relación y realiza amenazas de abandono y/o contra su vida, o
la de su familia, si no se somete a ellas.

Si quien ejerce violencia en la pareja es el varón, generalmente, quiere cambiar la


forma de vestir y de actuar de su novia.

Las nuevas formas de relaciones sociales a través de redes virtuales han aportado
nuevas posibilidades de control y de violencia: con el celular se puede llamar a la
pareja todo el tiempo para averiguar dónde se encuentra o con quién/es se
contacta; en Facebook -conociendo la contraseña- se pueden subir comentarios,
fotos y videos en nombre de la titular de la cuenta; también se puede acosar y
amenazar anónimamente (Fundación Mujeres en Igualdad MEI, 2014).

Según Parra Anguita (2014), hay algunas frases típicas del control mediante el uso
de las redes virtuales (generalmente dichas por varones):

- “Conecta el GPS”: Una práctica muy extendida es seguir a la otra persona a


través del geolocalizador del celular, para saber en todo momento dónde está y
controlarla desde allí.
- “¿Con quién estás? Mandame una foto por WhatsApp”: Es otra práctica común
de control, obligar a la otra persona a hacerse fotos continuamente y
enviárselas por mensajería instantánea, para enterarse dónde está, con quién,
y qué ropa tiene puesta. A veces la obliga a conectarse a Skype a cualquier
hora del día o la noche, para asegurarse de que está en su casa.
- “3:35: Conectada a estas horas ¿Si no es conmigo, con quién?”
- “Si me querés, dame la contraseña de tu (Facebook, twitter)”: Con el argumento
de que “No debe haber secretos en la pareja”, le pide a su pareja las claves de
sus redes sociales y la controla: elige sus contactos, le pide que borre a lxs que
quiere, la aísla en las redes sociales, la incomunica con su entorno.
- “Ya sabés que no me gusta que los demás vean lo que es sólo mío”

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

- “Mandá fotitos para darte el O.K.”


97
- “Si no lo haces, subo a Internet tus fotos desnuda”: “Acordate que tengo unas
fotos que no te gustaría que vieran los demás”. La extorsión usando material
con contenido erótico es muy habitual; si la chica no hace lo que dice su pareja,
la amenaza con colgarlo en las redes sociales “para mostrar cómo es
realmente”. También se utiliza para presionar a la otra persona cuando quiere
cortar la relación, y si ya la cortó, para hacerla quedar mal y aislarla de sus
amistades.
- “Me hago pasar por vos en (Facebook)”: Aunque la chica cambie claves, las
consigue y se hace pasar por ella en sus redes sociales; a veces hace
declaraciones que la dejan en ridículo o escribe mensajes a otrxs en su lugar.

La persona hacia quien se dirige la violencia generalmente no reconoce que está


en una situación de violencia y busca justificar a quien la agrede, interpretando el
control y los celos como muestras de amor y protección:

- Me cela/ es porque me ama


- Me llama todo el tiempo/ es que se interesa en mí
- Pregunta dónde estoy y con quién/ es que me cuida
- Me prohíbe ir a lugares que me interesan/ quiere estar conmigo más tiempo.
- Me dice qué puedo usar y cómo comportarme/ me protege para que no se
aprovechen de mí.
- Me separa de mi familia y mis amigxs/ es que me defiende.

Para orientar a un/a adolescente a salir de un vínculo de violencia hay que tener
presente que está en una etapa de rebeldía, por lo que puede ser difícil que
comprenda que está viviendo una situación de sometimiento: Si el/ la adolescente
que está viviendo un noviazgo violento, termina creyendo que los mayores
(padres, maestros) sólo lx quieren separar de “su amor”, puede sentirse más
empujadx hacia la otra persona.

3.3.2. Indicadores de riesgo en situaciones de violencia en el noviazgo


Tomados de Barilari (2009).

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- Antecedentes de violencia: Episodios de violencia con anteriores parejas,


98
antecedentes de violencia en la familia de origen de la víctima y en la familia del
victimario.
- Características del incidente: Tipo de violencia, frecuencia y severidad de los
episodios (identificar tipo de lesiones), y características del último episodio de
violencia.
- Características del grupo familiar y su entorno: La familia sabe de la situación y
se muestra indiferente o se preocupa por ella, o no sabe de la situación.
Familias expulsivas, falta de protección familiar en situaciones de crisis, fuentes
de red de apoyo social.
- Características del estado de la relación: pareja conviviente, no conviviente, con
hijxs, embarazo en curso, separada.
- Uso y consumo de sustancias, adicciones: Drogas, alcohol, psicofármacos.
- Características del agresor: Son manipulaciones que utiliza para intimidar a la
persona que sufre violencia, como amenazas de matarla o matarse, utiliza
armas, intimida a toda la familia; presenta comportamiento psicopático.
- Evaluación del grado de conciencia del riesgo: se presenta asociada al relato de
la situación o disociada;
- Capacidad de respuesta frente a las situaciones de crisis.
- Fuentes de estrés familiar: Estresores que sobrepasan a la posibilidad de
afrontamiento por parte del grupo familiar: duelos, desocupación, desarraigo,
embarazo no deseado, etc.

3.4. Capacitaciones en “Noviazgos sin violencia”


Se organizaron para sensibilizar y brindar herramientas teóricas y metodológicas
sobre la problemática de la violencia de género en el marco de las relaciones entre
lxs jóvenes, respondiendo al objetivo de formación del Programa AVM y a la Ley
provincial 14.407 de emergencia social por violencia de género. Estas
capacitaciones se desarrollaron con el propósito de proporcionar instrumentos

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para la detección y abordaje de la violencia, y para el acompañamiento de lxs


99
jóvenes que atraviesan situaciones de violencia.

Las capacitaciones en “Noviazgos sin violencia” se orientaron en un principio a la


sensibilización de lxs jóvenes entre 12 y 18 años de edad, sobre la violencia en las
relaciones de pareja y violencia hacia la mujer. Posteriormente, a solicitud de las
mesas locales de violencia de los municipios y de distintos ámbitos de la
comunidad, se enfocaron hacia las personas que trabajan con jóvenes.

Las capacitaciones orientadas a lxs jóvenes se desarrollaron sobre la base de


experiencias realizadas en los colegios secundarios y en los servicios municipales
de la zona costera en época de vacaciones de verano, en cuyo transcurso
pudimos comprobar que lxs adolescentes respondían favorablemente,
involucrándose con la temática propuesta.

Como conclusiones de las capacitaciones brindadas por AVM, podemos detallar


las siguientes:

- La participación fue más activa cuando se trabajó en la modalidad de taller, que


de acuerdo a la cantidad de presentes (más de 100 participantes y sólo dos-
tres capacitadoras), se debió realizar la modalidad de exposición y debate +
encuestas.
- En la primera modalidad, mientras lxs adolescentes del medio urbano
participaron en forma más activa, a los chicos de escuelas rurales les costó
involucrarse. Cuando se trabajó en grupos mixtos, los varones participaron más,
mientras que la participación era igualitaria en los grupos separados entre
varones y mujeres: en los debates y en la puesta en común. Una iniciativa a
destacar fue la representación que realizaron adolescentes de un taller de
teatro.
- En la modalidad expositiva + encuesta, se lanzaban más en las respuestas a
las encuestas (anónimas), exponiendo libremente sus opiniones, aunque
algunas, cargadas de prejuicios en términos de género. Llamó la atención la
tendencia a subsumir la violencia de género en la violencia general de la

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sociedad, y el desconocimiento de los servicios de protección de derechos


100
del/la niño/a y adolescente, así como de los servicios de violencia. Sin embargo,
mostraron gran interés por adquirir mayor capacitación en relación al tema, y la
necesidad de capacitadores varones.

3.4.1. Capacitaciones a jóvenes para los noviazgos sin violencia


Nuestro objetivo general fue sensibilizar sobre las relaciones de violencia que se
dan en los vínculos entre lxs jóvenes para poder identificarlas y encontrar las
formas de superarlas. Y, los objetivos específicos: brindar las herramientas para el
reconocimiento de la violencia en los vínculos de pareja o de amistad entre lxs
jóvenes, así como, técnicas y recursos para poder salir de las situaciones de
violencia.

Trabajamos con dos modalidades: la exposición y el debate, y el taller en grupos.

En la primera se trabajó con:

- Videos para reflexionar sobre los mitos y estereotipos de género que inciden en
la formación de varones y mujeres, y sobre la violencia de género;

- Un Power Point sobre la violencia de género;

- Una encuesta para el reconocimiento de la violencia en los vínculos de pareja, y

- El mapa de recursos institucionales a nivel local, y se les explicó sobre el


funcionamiento de cada servicio.

Los temas tratados fueron: estereotipos de género, definiciones de violencia según


las leyes provinciales y nacionales, tipos de violencia, ciclo de la violencia,
reconocimiento de la violencia, control y poder, la violencia en los medios virtuales
de comunicación, papel del agresor y de la persona agredida, y la red social e
institucional para salir de la violencia.

En la segunda:

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- Se trabajó con situaciones en las que se debieron reconocer actitudes de control


101
y violencia, a través de representaciones realizadas por los/las jóvenes, o por la
coordinadora del grupo.

- Se trabajó sobre estereotipos de género a través del rescate de juegos infantiles


y/o de figuras (donde se anotaron lo esperable para varones y mujeres), con el
propósito de identificar los roles estereotipados y cómo inciden en la violencia de
género.

- Se presentaron canciones y/o relatos, que debían rehacerlos sin discriminación


de género y sin relaciones de violencia, si estuvieran presentes en el relato.

- También abordamos el papel de las redes sociales personales e institucionales,


situando varios momentos: su destrucción en las situaciones de violencia, y su
reconstrucción y ampliación como posibilidad de salida. Fue a través del ejercicio
del ovillo, que consistió en armar una red uniendo a las personas con un hilo, que
es una metáfora de las relaciones entre ellas.

- Se informó acerca de los recursos institucionales del territorio a los que se puede
pedir ayuda, para salir de la situación de violencia.

3.4.2. Capacitación en noviazgos sin violencia para quienes trabajan


con jóvenes
Dicha capacitación estuvo dirigida a las personas que trabajan con jóvenes, con el
objetivo de discutir sobre la violencia de género, transmitir las características
específicas de la violencia en el noviazgo, y proporcionar herramientas para su
abordaje. Se trabajaron cuatro ejes: 1) La desnaturalización de roles y
estereotipos de género. 2) La relación control-violencia en las relaciones de
pareja. 3) Romper con los mitos del amor romántico. 4) Proponer modelos más
equitativos y solidarios

La metodología de abordaje planteada fue el trabajo en red de todos los servicios


públicos y organizaciones no gubernamentales con incumbencia en la temática,
que encaren la prevención y la difusión, así como la contención de quienes

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transitan por situaciones de violencia. Asimismo, se analizaron casos reales de


102
violencia en el noviazgo, recuperados de las consultas al programa AVM.

3.4.3. ¿Qué recogimos en las capacitaciones?


Los participantes consideraron que la capacitación responde a una necesidad
urgente, dado el crecimiento de las situaciones de violencia de género entre
jóvenes y adolescentes. La actividad hizo repensar actitudes personales en el
ámbito de trabajo.

El espacio de discusión de la idea del amor romántico que persiste en lxs


adolescentes y aún en mujeres adultas, ha sido útil para clarificar conceptos.

Surgieron propuestas para el ámbito escolar: En la localidad de Presidente Perón,


plantearon utilizar, para las capacitaciones, los espacios de las materias de
“Formación ética y ciudadana”, y “Salud y Adolescencia”, y ampliar las actividades
para preceptores y equipos técnicos de las escuelas. Igualmente en La Matanza,
se propuso espacios de comunicación con los profesores y auxiliares, para
conocer con quién dialoga el o la adolescente sobre el tema de la violencia.

Un tema recurrente, fue la escasez de espacios y actividades para que lxs jóvenes
transiten el proceso que están vivenciando.

Al pensar sobre posibles articulaciones, algunas instituciones son menos tenidas


en cuenta, por ejemplo, los consulados, y el servicio de protección de derechos de
niños, niñas y adolescentes. Y, cuando se habló de la denuncia, no se diferenció
entre acciones civiles y penales.

La participación de varones fue de escasa a nula, por lo que, se tendría que


reformular las estrategias de convocatoria.

4. Propuestas para trabajar con jóvenes


De acuerdo a las capacitaciones realizadas desde el Programa AVM y atentas a
los resultados obtenidos de las mismas y que fueran desarrolladas en párrafos

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anteriores, es que creemos oportuno detallar los ejes de trabajo, para abordar la
103
problemática con lxs jóvenes:

1) La desnaturalización de roles y estereotipos de género. Hay que deconstruir los


roles de género que determinan culturalmente que el varón es el que domina en la
pareja y colocan a la mujer en el lugar del acompañamiento y la sumisión.

2) Mostrar la relación control-violencia en las relaciones de pareja. Para ayudar a


lxs jóvenes a reconocer que están en situación de violencia, es necesario
desnaturalizar lo que se considera normal: los celos (no nos cela porque nos
quiere más); el control (no es que trata de protegernos cuando quiere saber todo
el tiempo dónde y con quién estamos); el aislamiento de los demás (no se trata de
que quiere estar más con nosotrxs).

3) Romper con los mitos del amor romántico. Es necesario exponer los
fundamentos de los mitos, y proponer nuevas formas de encarar las relaciones
amorosas y personales

4) Proponer modelos más equitativos y solidarios.

4.1. Las redes sociales


4.1.1. Efectos de la violencia sobre las redes personales
La violencia de género provoca, muchas veces, la ruptura de vínculos de las
mujeres que la sufren. Esto sucede de distintas maneras:

- Los varones a veces prohíben o limitan el encuentro con familiares y amigos/as,


(“Esa te llena la cabeza contra mí”, “tus papás me odian”)

- Los varones a veces prohíben a su pareja trabajar, provocando la ruptura/


desatención de vínculos profesionales o laborales.

- Los varones a veces prohíben a su pareja estudiar, militar, y participar en


organizaciones de cualquier tipo (comunitarias, religiosas, deportivas, políticas,
barriales, etc.)

- Las mujeres se aíslan por vergüenza

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- Pueden romperse vínculos por decepción frente a las reiteradas reconciliaciones


104
(círculo de la violencia)

- Familiares y amigos/as a veces se alejan, por ser también ellos/as, víctimas de


agresiones.

- En el caso de las mujeres, muchas veces, esta ruptura es respecto de la familia


de origen. En un momento de rebeldía, las adolescentes se resisten a los
señalamientos que se les formula acerca de la violencia que están atravesando.

4.1.2. Las redes personales en el proceso de salida de la situación de


violencia
Las redes cumplen un rol fundamental en el proceso de salida de la situación de
violencia. Brindan contención emocional pero también recursos diversos como
alojamiento, dinero, trabajo, asesoramiento. Cuando atendemos a una mujer en
dicha situación, debemos preguntar por su familia, amistades, vecinos/as,
compañeros/as de trabajo, jefes/as, y por las instituciones con las que se vincula
(porque consulta o consume servicios que brindan, o porque participa en ellas).
Indagar también, sobre el estado de sus relaciones, y si pueden ayudarla y cómo.

Es importante que las mujeres puedan hablar sobre la situación de violencia que
están atravesando, hablar, es un primer paso. Cuando logran tomar distancia y
hacer algunos cambios, hay que volver a contactarlas con sus anteriores vínculos.

Asimismo, la vinculación con organizaciones sociales implica un espacio de


reconocimiento y de relaciones, que ayudan en la salida de la violencia.

La distancia que en la adolescencia se toma respecto de la familia de origen en la


búsqueda de la propia identidad y esquema de valores, puede dificultar el pedir
ayuda. Por otro lado, el grupo de pares, puede favorecer en la ayuda, al advertir la
violencia, o en otros casos, puede dificultar dando consejos incorrectos.

Las víctimas colaterales de la violencia, también pueden denunciar y pedir


medidas de protección.

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4.1.3. La red institucional


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Las instituciones que atendemos situaciones de violencia debemos conocernos, y
comunicarnos, es decir, DEBEMOS FUNCIONAR EN RED. Esto potencia el
abordaje, ampliando el campo de observación, evitando la repetición de
entrevistas en diferentes espacios (revictimización) y optimizando recursos en
función de las políticas sociales. A nivel municipal las organizaciones no
gubernamentales y organismos estatales que atienden el problema de la violencia
deben conformar la MESA LOCAL de prevención y atención de la violencia
familiar.

Cuando una mujer entra en contacto con alguna de estas instituciones, debería
estar en contacto con la totalidad de la Mesa; esto significa, con la asistencia y los
recursos humanos y materiales de cada uno de los integrantes de la Mesa. Si la
institución que la atiende en un primer momento, no puede responder a todas sus
demandas, debe vincularla con los otros componentes de la red. Es necesaria la
comunicación entre las instituciones acerca de dicha derivación y de la evaluación
profesional de la situación. Ello permite, responder a la multiplicidad de demandas,
y trabajar en equipo. En el caso de las jóvenes, los Equipos de Orientación
Escolar (EOE), son instituciones que están muy cerca de ellas, al compartir el
cotidiano de la vida escolar. La Ley Nacional de Educación Sexual Integral, tiene
entre otros objetivos, “procurar igualdad de trato y oportunidades para varones y
mujeres”. Educar en la igualdad es fundamental para prevenir la violencia de
género.

4.1.4. Las redes sociales virtuales


Así como las nuevas formas de relaciones sociales a través de redes virtuales han
aportado nuevas posibilidades de control y acoso, también tienen la potencialidad
de ser utilizadas para la salida de las situaciones de violencia en el noviazgo. Se
pueden instrumentar páginas web para la difusión y consulta, que estén
organizadas y dirigidas conjuntamente por profesionales especialistas y por
jóvenes.

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4.2. Propuesta para las actividades de prevención y difusión


106
La prevención tiene como base la aplicación de la ley de educación sexual
integral, que es una herramienta sumamente útil desde los primeros pasos en la
escuela, si se encara con conciencia de la responsabilidad que implica su
instrumentación.

Debido a que lxs adolescentes no concurren a los servicios de violencia ni a los


servicios de consulta del colegio, porque los desconocen o no identifican al
servicio como un espacio al que pueden recurrir, es necesario trabajar en la
prevención. Lxs jóvenes no terminan de dimensionar la gravedad de la situación,
y muchas veces, prefieren compartir sus problemas con sus pares, por lo que
puede ser positivo organizar grupos de ayuda mutua con adolescentes, con la
orientación de profesionales especializadas/os.

El tratamiento del tema en escuelas, clubes y centros, así como en jornadas y


talleres, debe incluir las inquietudes, necesidades y propuestas de las/los
adolescentes. Estas actividades, serán más eficaces si son periódicas.

Talleres de lectura y escritura, que permitan abrir el debate.

Es necesario incorporar a las familias en la discusión y tareas de organización.

Organizar campañas de difusión, con la participación de los/las jóvenes en el


diseño y ejecución de las actividades: caminatas o maratones con banderas y
folletos, mesas en plazas, festivales, concursos de afiches, videos y fotos,
murales, obras de teatro, danzas, grupos musicales. La actividad artística permite
incorporar la expresión de la propia personalidad, reconocerse en un hecho
artístico y visualizar un logro personal.

Recurrir a medios de comunicación masivos (radio y TV), para la difusión; y


realizar campañas de spots con personalidades conocidas.

Organizar páginas web de difusión y debate (armadas y sostenidas por la


institución y lxs jóvenes, con profesionales capacitadas/os).

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

Estas acciones colectivas implican la pertenencia a un grupo en base a un modelo


107
más solidario e igualitario.

En la Prevención y Difusión es necesario que se involucren capacitadores


varones, además de capacitadoras, por diferentes motivos:

Para no transmitir el mensaje que “la violencia de género es un problema de las


mujeres”, cuando en realidad es un problema “para las mujeres” y una
responsabilidad de toda la sociedad, que en primera instancia, es la que origina la
violencia de género.

Para dar el ejemplo que hay varones que se involucran en sostener modelos de
relación más igualitarios.

Para que los varones jóvenes tengan modelos de referencia.

Así como para las adolescentes les es más fácil tratar algunos temas frente a las
referentes mujeres, lo propio ocurre con los adolescentes. Aunque sería mejor
que se pudiera hablar indistintamente con todxs, hay que poder avanzar desde la
realidad que existe.

En cuanto a la atención de situaciones de violencia en el noviazgo, puede ser


personal o grupal, presencial o virtual. Tanto la atención psicológica como los
grupos de ayuda mutua son herramientas útiles, dependiendo de cada caso. La
atención debe estar a cargo de los servicios especializados en Niñez y
Adolescencia, servicios de violencia, y las ONGs que se ocupan de la temática,
con la participación responsable de la familia. Es necesario hacer una evaluación
de riesgo, para tomar las decisiones que aseguren el resguardo y protección,
respetando el tiempo subjetivo de la persona en situación de violencia.

5. A modo de conclusión
Entendemos que la violencia en el noviazgo reviste cada vez mayor gravedad,
tanto por su extensión como por sus posibles consecuencias. La violencia en el

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noviazgo es escasamente registrada por un alto porcentaje de adolescentes y es


108
subestimada por su entorno social, escolar, familiar, etc.

Pensamos que las políticas públicas, a nivel nacional, provincial y municipal,


deben encarar como prioridad la prevención de la violencia. Entendemos que lxs
jóvenes se encuentran en una etapa de plasticidad y construcción de la propia
identidad, así como de rechazo o adopción de los modelos que el mundo adulto
les propone, por ello, consideramos a la adolescencia y la juventud como una
etapa muy favorable para la prevención de la violencia en el noviazgo.

Consideramos que los cuatro ejes planteados en nuestra propuesta de trabajo y el


abordaje desde la prevención, basado en el trabajo en red, permitirán involucrar a
lxs jóvenes y adolescentes, incorporando sus inquietudes e ideas respecto de la
problemática de la violencia de género. Asimismo, es necesario habilitar espacios,
donde lxs jóvenes puedan desarrollar actividades artísticas y deportivas
vinculadas con el tema que nos ocupa, y con otros que sean de su interés.

Dado que en general las adolescentes no se acercan a los servicios de violencia


proponemos la formación de grupos de ayuda mutua con orientadoras capacitadas
en el tema.

De lo observado en las distintas capacitaciones que hemos realizado en diferentes


localidades de la provincia de Buenos Aires, concluimos que hay una escasa
participación masculina lo que nos llevó a repensar las mismas. Reflexionamos
que incorporar varones a las capacitaciones y a la coordinación de los talleres,
permitiría que los adolescentes puedan tomar como referentes a otros varones
que cuestionen la masculinidad hegemónica y ayudarles a que se apropien del
problema.

También desde la Prevención consideramos la necesidad de incorporar como


políticas públicas nacionales, provinciales y municipales las campañas televisivas
y radiales contra la violencia de género, especialmente la violencia en noviazgos
de jóvenes. Lo mismo se puede hacer utilizando los medios de difusión locales.

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

Concluyendo con estas ideas, proponemos el uso de las nuevas tecnologías como
109
aliadas para la incorporación de lxs adolescentes a los espacios de reflexión sobre
la violencia en el noviazgo. Entre estas herramientas se cuentan las páginas Web
de difusión y consulta, los blogs, páginas y grupos de Facebook, foros, redes
sociales, y medios de comunicación digital en general.

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

110

6. Bibliografía
 Barilari, Sandra (2009). Hacia la prevención de Noviazgos Violentos.
 Bonino, Luis (1994). Varones y comportamientos temerarios. Artículo publicado
en Actualidad Psicológica. Argentina, 2010, pp 4-6
 Cáceres, Antonio Martínez (2009). Prevenir la violencia cambiando la forma de
ser hombre entre los jóvenes. Revista de estudios de juventud.
 Chaves, Mariana (2011). Adolescentes y Jóvenes: Construir una oportunidad
Ministerio de Desarrollo Social. Provincia de Buenos Aires.
 Checa, Susana (2005) Género, sexualidad y Derechos reproductivos en la
adolescencia. Editorial Paidós
 Ferreira, Graciela B. Hombres violentos, mujeres maltratadas: aportes a la
investigación y tratamiento de un problema social. Detección- Prevención de la
Violencia durante el Noviazgo. Capítulo 4: “Novias maltratadas”. Buenos Aires,
1992, Edit. Sudamericana.
 Fontenla, M. (2008) ¿Qué es el patriarcado? En GAMBA, S. B. (Eds.)
Diccionario de estudios de Género y Feminismos. BUENOS AIRES. Editorial
Biblos.
 Fundación Mujeres en Igualdad MEI. (2014) Experiencias en Prevención de
Violencia en Noviazgos de jóvenes
 Hirigoyen, Marie France (2008) Mujeres maltratadas. Los mecanismos de la
violencia en la pareja. Editorial Paidós Contextos
 Herrera Gómez, Coral (2010) Los mitos del amor romántico
 Kantor, Débora (2011) Las formas de lo escolar. En: Aportes para los equipos
de psicología en la escuela secundaria. Inclusión educativa, material de la
Dirección general de Cultura y educación de la provincia de Buenos Aires
 Kaufman, Michael: Romper los lazos entre masculinidad y violencia (2009)
 Kaufman, Michael: Los hombres, el feminismo y las experiencias contradictorias
del poder entre las mujeres; publicado en Harry Brod y Michael Kaufman,
editores, Theorizing Masculinities, Thousand Oaks, Sage Publications, 1994,
pp. 142-165

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

 Kessler, Gabriel (2011) Cambios sociales, desigualdad y vulnerabilidad.


111
Jóvenes y violencia, una relación compleja. Módulo I Identidad y cultura.
 Ley 12. 569 de violencia familiar de la provincia de Buenos Aires (Ref 14509).
 OMS Recuperado de http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs239/es/
 Martínez Cáceres, Antonio: (2009) Prevenir la violencia cambiando la forma de
ser hombre entre los jóvenes. Revista de Estudios de Juventud
 Moreno, Montserrat, (1986) Cómo se enseña a ser niña: El sexismo en la
escuela- Edit Icaria, Barcelona
 Morgade, Graciela (2012) Aprender a ser mujer, aprender a ser varón.
Relaciones de género y educación; esbozo de un programa de acción.
Ediciones Novedades educativas
 Morgade, Graciela (2012) Niñas y niños en la escuela: cuerpos sexuados,
derechos humanos y relaciones de género.
 Palacios, María Julia (1996). Femenino Masculino: como educamos a mujeres y
varones. Jornadas de formación ética y ciudadana mayo 1996. Universidad de
Salta.
 Parra Anguita, Miguel A (2014) Conecta el GPS y otras cinco frases de violencia
machista a través de la tecnología. Programa Andaluz de atención a mujeres
menores de edad víctimas de violencia de Género. España
 Programa AVM Área de Estadística (2015). Informe Interanual 2012-2015.
Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires.
 Protocolo de detección y asistencia a mujeres víctimas de maltrato
 Saintout, Florencia (2010) Jóvenes, el futuro llegó hace rato. Prometeo Libros
 Scott Joan W (1986) El género, una categoría útil para el análisis histórico
 Valentini, Rodolfo (2008). Etimologías; Buenos Aires.
 Valle Ferrer, Diana (2011) Espacios de Libertad: mujeres, violencia doméstica y
resistencia. Cap. IV Poder, control y resistencia en la dinámica de la violencia.
Espacio Editorial.
 Wolfe y otros. (2009). «Maltrato de tipo físico, psicológico, emocional, sexual y
económico en el noviazgo: Un estudio exploratorio» En Acta colombiana de psicología 12

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(2): 27-36 http://somosadolescentes.blogspot.com.ar/search/label/Violencia%20en%20el%20noviazgo ,


112
(14 /07/2014)

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113

Capítulo IV

POLÍTICAS PÚBLICAS EN DERECHOS HUMANOS

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La política pública implementada: las Mesas Locales


Manuela Muñoz

“…las políticas estatales (o públicas) son un conjunto de acciones u omisiones que manifiestan
una determinada modalidad de intervención del Estado en relación con una cuestión que concita la
atención, interés o movilización de otros actores de la sociedad civil”.

9
Oszlak y O´Donnell

1. Introducción
La implementación de políticas públicas ha sido tradicionalmente considerada
como la esfera propia de actividad de la administración pública o, más
precisamente, del Poder Ejecutivo.

Bajo esta óptica, las políticas públicas responden habitualmente a cuestiones


socialmente disputadas, respecto de las cuales diferentes actores (individuos,
grupos, sectores, organizaciones) asumen posiciones conflictivas. En la medida en
que la política que se intenta implementar encuentra oposición, es probable que
los objetivos inicialmente contemplados al formularla deban modificarse. Por eso
la implementación no debe concebirse como un proceso que tiene lugar después,
e independientemente, del diseño de una política. Tomando estas ideas como
punto de partida, es que nos proponemos, en el presente escrito, realizar algunos
aportes en relación a la importancia de las mesas locales como ejes en la
problemática de la violencia de género.

9
Oscar Oszlak, Guillermo O´Donell: Estado y políticas estatales en América latina: hacia una estrategia de
investigación. Buenos Aires: Cedes, 1976.

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2. ¿Qué son las “Mesas Locales”?


115
Las mesas locales son el espacio donde se organizarán y concertarán las
acciones en relación a la problemática de violencia familiar en territorio. Las
mismas estarán integradas por los efectores involucrados en la ley de violencia
familiar (salud, educación, seguridad, justicia, etc.) y las organizaciones de la
sociedad civil con trabajo en la temática.

Según establece la norma (Ley Provincial 14.509), los casos detectados o


denunciados deben necesariamente, anclar en un primer nivel de contención y
atención dado por el gobierno municipal (áreas de acción social, salud, Derechos
Humanos, consejo de mujeres), organismos provinciales en el territorio
(comisarías, establecimientos sanitario o educativos, dependencias del Poder
Judicial, promotores de programas provinciales: Plan más vida, promotores de
Derechos Humanos, etc.) y/o grupos sociales o comunitarios dedicados a la
temática en la región o localidad, que asuman acuerdos con el gobierno municipal
y/o provincial.

No se trata de superponer acciones o eludir responsabilidades frente a la


problemática, sino de asumir roles diferenciados pero articulados de tal modo que
la respuesta sea coherente y eficaz.

En líneas generales, las mesas registran los recursos existentes en el distrito con
el objetivo de construir una guía unificada y actualizada de los mismos, tarea que
permite la elaboración de un diagnóstico de situación sobre la intervención y las
respuestas frente a la demanda de asistencia y atención, señalando fortalezas y
debilidades. Asimismo delinea formas de resolución y mecanismos de intervención
frente a casos o situaciones puntuales, describiendo concretamente los circuitos
de asistencia existentes y su forma de responder ante la demanda.

Las mesas locales constituyen un eslabón clave a la hora de desarrollar


estrategias por parte del Estado para la prevención, atención y futura erradicación
de la violencia contra las mujeres. Fundamentadas en la Ley Provincial de
Violencia Familiar, abogan por facilitar y fomentar el intercambio de información,
experiencias, inquietudes y propuestas con el fin de propiciar la articulación entre
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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

las instituciones que de ellas participan, con la inclusión del Programa de Atención
116
a Mujeres Víctimas de Violencia (AVM) como facilitador de estos encuentros.

Se instituyen como parte del Sistema Integrado provincial encuadrando su objetivo


en la Ley Provincial 14.509 de Violencia Familiar. Dicho Sistema se construye
incorporando la perspectiva de género para su abordaje, a partir de la generación
de políticas integrales, articuladas interinstitucionalmente y fortalecidas en el
marco de la red de instituciones que atienden la problemática.

En el desarrollo de esta línea de acción se planteó la coordinación y articulación


de recursos provinciales, municipales y locales institucionales y sociales para la
prevención y atención de la violencia en el marco de la construcción del Sistema
Integrado provincial.

3. ¿Cómo funcionan?
En consonancia con la premisa de articular recursos y en consecuencia con la
perspectiva integral de abordaje es que promueven actividades de fortalecimiento
y capacitación de acompañantes en red.

La Ley Provincial establece que toda víctima de violencia pertenece a una


red formal e informal de relaciones personales y sociales que se desarrollan
en un determinado territorio. Por tal motivo, tanto la Mesa
Intersectorial como el Sistema Integrado y la Red, deberán contar con sus
figuras locales: la Mesa Local de prevención y atención de la violencia
familiar, el Sistema integrado local, y la Red local de instituciones
(gubernamentales y no gubernamentales).

La Mesa deberá contar con una persona designada como coordinadora de la


misma. La responsabilidad de la coordinación estará a cargo de una/un
representante municipal. De no ser posible, asumirá la coordinación una
organización de la sociedad civil.

1.1. Responsabilidades de la coordinación

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- Garantizar la convocatoria a las reuniones mensuales de la mesa  (puede ser


117
prevista y programada con antelación)

- Elaborar un registro o acta de cada reunión, indicando el temario, los


participantes y las conclusiones y propuestas a que se arribara

- Organizar un sistema de comunicación eficaz, se sugiere la confección de grupos


de correo electrónico

1.2. Tareas de las mesas


- Registro de recursos involucrados en la asistencia de la problemática.
- Relevamiento de recursos institucionales y de la sociedad civil, de redes y
articulaciones formales e informales. Con el objetivo de construir una guía de
recursos unificada y actualizada.
- Construcción de un diagnóstico de situación sobre la intervención y las
respuestas frente a la demanda de asistencia y atención, señalando fortalezas y
debilidades
- Identificación de áreas de vacancia, donde el recurso no exista o sea
insuficiente.
- Elaboración de propuestas de resolución y/o mecanismos de intervención y
articulación para el logro de mayor eficacia en las respuestas.

1.3. Definición de mecanismos de intervención


- Explicitar el rol, responsabilidades, recursos, servicios y competencias de cada
organismo y/u organizaciones de la Mesa.
- Relevamiento de protocolos utilizados, provinciales y municipales. Creación y/o
adecuación de los protocolos de intervención teniendo en cuenta la realidad
local e institucional.
- Construir procedimientos que establezcan los circuitos de la asistencia,
tendiendo a una intervención operativa y eficaz. 

1.4. Identificación, planificación y ejecución de líneas de acción en


materia de difusión y prevención primaria
- Detección de las necesidades en materia de difusión y prevención.

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- Determinación de las estrategias comunicacionales a desarrollar, señalando


118
objetivos, destinatarios/as, plazos y metas.
- Ejecución y evaluación de las acciones desarrolladas.

1.5. Implementación de actividades de fortalecimiento de acompañantes


en red
- Establecer mecanismos de sensibilización de la problemática dirigidos a
promover acompañantes en red.
- Ejecutar acciones de fortalecimiento y capacitación de las/os acompañantes en
red.

1.6. Implementación de actividades de formación y capacitación

Las capacitaciones tendrán diferentes efectores y destinatarios de acuerdo a la


evaluación que se realice en la mesa. Puede ser para la orientación a equipos de
trabajo interdisciplinarios, grupos de ayuda mutua, etc. 

1.7. Registro de casos: incorporación y uso del instrumento de registro de


casos elaborado por la provincia

1.8. Monitoreo de concreción, revisión y ajustes

1.9. Implementar mecanismos tendientes a promover y fortalecer la


articulación intersectorial y el trabajo en red

1.10. Articular acciones y comunicación con la Mesa


Provincial intersectorial de Violencia.

4. La institucionalización de las Mesas Locales


Cabe destacar que, como parte de las acciones de comunicación y fortalecimiento
dirigidas a las mesas locales, se han realizado una serie de encuentros periódicos
con la participación de diferentes municipios. Fueron dos, las modalidades de
estos encuentros: la primera, consistió en reuniones de trabajo que se llevaron a
cabo en el mismo territorio, hasta donde se trasladó el equipo de AVM, para
dialogar con representantes de las instituciones y organizaciones sociales que
tienen implicancia en la problemática. La segunda modalidad, tuvo el carácter de

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encuentros regionales, para los cuales, se procuró convocar a tres o más mesas
119
locales, con cercanía geográfica. De esta manera, estos espacios de
comunicación, permitieron conocer las experiencias locales de trabajo sobre el
abordaje de la violencia familiar; asimismo, conocer los obstáculos institucionales,
y especialmente, las fortalezas y potencialidades de los recursos territoriales.

En lo que va del año (2015), se han desarrollado un total de siete encuentros


regionales con la participación de los municipios de: Lomas de Zamora, Almirante
Brown, Florencio Varela, Ensenada, Berisso, Punta Indio, Magdalena, La Plata,
Morón, Moreno, San Martín, Ituzaingo, La Matanza, Lanús, Ezeiza, Avellaneda,
Presidente Perón. Los restantes municipios del conurbano han sido invitados, pero
no han concurrido.

Estos espacios de diálogo, han generado modalidades de trabajo conjunto entre


las instituciones participantes. Por ejemplo, cabe resaltar el intercambio de
experiencias que se han producido –entre las Mesas- en cuanto a intervenciones y
modos de resolución de la problemática de la violencia familiar.

Una de las propuestas relevantes que ha nacido en el seno de estos encuentros,


ha sido la institucionalización de las Mesas Locales. Entre las acciones que
debieran impulsar, se hallan:

 La elaboración de proyectos de ley, orientados a mejorar los servicios de


atención de la violencia de género.
 Promover espacios de atención dirigidos a los varones violentos
considerando que son parte del circuito de la violencia,
 Fortalecer los espacios de prevención de la violencia de género,
 Organizar y desarrollar capacitaciones en género a los postulantes de la
Policía Local.
 Capacitar e instruir a la Policía Local para que lleve a cabo la notificación de
los agresores por violencia de género.
 Realizar las capacitaciones del Registro Civil para la celebración de
matrimonios con perspectiva de derechos humanos y género.

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 Reconocer el trabajo del “Rol de Acompañante en Violencia Familiar”, con


120
incentivos económicos, debido a que hasta ahora, esta acción se realiza en
forma voluntaria y por el compromiso que tienen estas personas con la
erradicación de la violencia de género.

5. A modo de conclusión
Considerando que en el Decreto Reglamentario Nº 2785/06 de la ley provincial
12.569 y su modificatoria (14.509) se establece que las problemáticas
relacionadas con la violencia familiar en el ámbito doméstico deben ser resueltas,
en una primera instancia, en el ámbito municipal, por lo cual, resulta
imprescindible que cada municipio cuente con una mesa local propia. A agosto de
2015, son 46 los municipios que aún no cuentan con este espacio. Tomando en
cuenta que, cada 30 horas muere una mujer víctima de violencia de género en
Argentina, y que la provincia de Buenos Aires no escapa a estos números, resulta
imperioso desarrollar estrategias desde el Estado provincial para lograr que cada
territorio municipal funcione como un espacio de atención, prevención y/o
contención de la problemática que citamos.

Mucho es el camino que se ha recorrido desde la implementación de la ley, en el


año 2007, pero muchos son los desafíos que se plantean a futuro, entre ellos:

- Profundizar las capacitaciones a sus integrantes


- Completar el mapa provincial de mesas locales
- Garantizar el acceso al fondo rotatorio provincial, acompañando en su efectiva y
adecuada implementación.
- Viabilizar la sistematización del trabajo de las mesas locales para colaborar con
el trabajo en red que demanda esta problemática.
- Institucionalizar las mesas locales.

Tanto el gobierno provincial como cada uno de los municipios, deben asumir el
compromiso y la responsabilidad tendientes a implementar las acciones
necesarias para ocuparse de las mujeres en situación de violencia. En este

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camino las mesas locales representan un órgano fundamental para la concreción


121
de este objetivo. De aquí la importancia de impulsar, desde la Secretaría de
Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, a través del Programa
Atención Violencia a la Mujer (AVM), la concreción de lo determinado en el
Sistema Integrado Provincial.

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122
6. ANEXO
Mesas Locales conformadas hasta AGOSTO 2015:

ALBERTI, ADOLFO G. CHAVEZ, ALMIRANTE BROWN, AVELLANEDA, AZUL,


BAHIA BLANCA, BALCARCE, BARADERO, BERISSO, BENITO JUAREZ,
BOLIVAR, BRAGADO, CAÑUELAS, CARMEN DE ARECO, CARMEN DE
PATAGONES, CASTELLI, CARLOS CASARES, CHACABUCO, CHASCOMUS,
CHIVILCOY, COLON, CORONEL BRANDSEN, DOLORES, ENSENADA,
ESTEBAN ECHEVERRIA, EXALTACION DE LA CRUZ, EZEIZA, FLORENCIO
VARELA, FLORENTINO AMEGHINO, GENERAL ALVEAR, GENERAL
LAMADRID, GENERAL LAS HERAS, GENERAL MADARIAGA, GENERAL
PINTO, GENERAL PUEYRREDON, GENERAL SAN MARTIN, GENERAL
VIAMONTE, GENERAL VILLEGAS, HURLINGHAM, ITUZAINGO, JOSE C PAZ,
JUNIN, LA COSTA, LA MATANZA, LA PLATA, LANUS, LAPRIDA, LAS FLORES,
LEANDRO N. ALEM, LINCOLN, LOBOS, LOMAS DE ZAMORA, LUJAN,
MAGDALENA, MAIPU, MARCOS PAZ, MERCEDES, MORENO, MONTE,
MORON, NECOCHEA, NUEVE DE JULIO, OLAVARRIA, PERGAMINO, PILA,
PILAR, PINAMAR, PRESIDENTE PERON, PUNTA INDIO, RAUCH, QUILMES,
ROQUE PEREZ, ROJAS, SAAVEDRA, SAN CAYETANO, SAN FERNANDO, SAN
ISIDRO, SAN MIGUEL, SAN NICOLAS, SAN PEDRO, SAN VICENTE, TANDIL,
TIGRE, VICENTE LÓPEZ, VILLA GESELL, VILLARINO, ZARATE

89 Mesas conformadas sobre un total de 135 municipios.

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

123

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

7. Bibliografía
124
 Congreso de la Nación Argentina. Ley de protección integral para prevenir,
sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que
desarrollen sus relaciones interpersonales, Nº 26.485. Año 2009 [internet].
Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Boletín Oficial de la Nación [citado 29 oct.
2011 y ss]. Disponible en: http://www.cnm.gov.ar/LegNacional/Ley_26485.pdf
 Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la
Mujer. Dossier sobre Violencia Doméstica en América Latina y el Caribe. Año
2005 [internet]. Lima: CLADEM [citado 5 mar 2012]. Disponible en:
http://www.unifem.org/materials/item_detail.php?ProductID=58&lang=spn
 D’Elia, L, Muñoz M, Wagner A. Políticas de violencia familiar, del dicho al
hecho. Avances y desafíos en materia de implementación. IV Congreso
Nacional de Extensión Universitaria y IX Jornadas Nacionales de Extensión
Universitaria; 10-12 nov. 2010; Mendoza: UNCUYO Actas de Congreso; 2010.
 Legislatura de la Provincia de Buenos Aires. Ley Nº 12.569 sobre Violencia
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Disponible en: http://www.gob.gba.gov.ar/intranet/digesto/PDF/l12569.pdf
 Mesa Intersectorial de Violencia. “Sistema Integrado Provincial para la
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Septiembre de 2007. Versión digital en:
http://www.desarrollosocial.gba.gov.ar/descargas/violenciaFamiliar/SistemaInte
Prov.pdf
 Oscar Oszlak, Guillermo O´Donell: Estado y políticas estatales en América
latina: hacia una estrategia de investigación. Buenos Aires: Cedes, 1976.

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

125
Políticas públicas: perspectivas, aportes y gestión
Cecilia Miglio

1. Introducción
El AVM nos ha permitido ir más allá de nuestras líneas de acción como un
Programa de atención, intervención y derivación para mujeres en situación de
violencia.

Los casos complejos y sus particularidades sumado a la experiencia de trabajo


compartido intra e interinstitucional, nos condujo a la necesidad de realizar un
relevamiento y diagnóstico de las políticas públicas vigentes y así fue que
comenzamos a pensar, diseñar y gestionar herramientas con un enfoque
transversal de género y de derechos humanos, de manera que estas impacten en
las culturas organizacionales públicas y privadas, en las organizaciones no
gubernamentales y en la sociedad en su conjunto.

2. Enfoques transversales: género, poblaciones vulnerables y derechos


humanos

2.1. Algunas definiciones


“La transversalidad del enfoque de género fue planteada por primera vez como un
compromiso de los Estados en el marco de la Plataforma de Acción de la Cuarta
Conferencia Mundial de la Mujer de Naciones Unidas, llevada a cabo en el año
1995 en Pekín. Desde entonces, los gobiernos latinoamericanos han venido
impulsando medidas políticas para avanzar en dicho compromiso. La educación
ha sido un ámbito clave para incorporar la transversalidad de género y otros
enfoques paralelos, como derechos humanos y respeto a las diversidades, ya que

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

desde ahí se pueden forjar e impulsar los cambios culturales que se requieren
126
para avanzar hacia sociedades que reconozcan la igualdad y la equidad como
principios básicos para la convivencia humana” (Instituto Interamericano de
Derechos Humanos, 2012).

En el año 1999 el Consejo de Europa, definió a la transversalidad de género como


“la organización (la reorganización), la mejora, el desarrollo y la evaluación de los
procesos políticos, de modo que la perspectiva de la igualdad de género se
incorpore en todas las políticas, a todos los niveles y en todas las etapas, por los
actores normalmente involucrados en la adopción de medidas políticas”.

“Integrar las perspectivas de género y violencia de forma transversal en la


construcción de abordajes completos, que asuman la problemática desde la
complejidad de las redes sociales, resulta fundamental para sustentar políticas
públicas de transformación fuerte y efectiva” (Violeta Correa es Magister en
Trabajo Social, especialista en temas de género y coordina el Departamento de
Políticas de Género de la Universidad Nacional de Lanús, Argentina).

2.2. Objetivos
Entonces, si hablamos de transversalidad del género y los derechos humanos, de
la violencia doméstica, de la desigualdad, de la exclusión, etc., no estamos
hablando de problemáticas aisladas. Si hablamos de transversalidad, estamos
apuntando a la articulación, coordinación, compromiso, acceso y efectividad de un
sistema integrado... sin segmentaciones.

Y, respecto a los derechos humanos con equidad, nuestro objetivo es no sólo


atender a las mujeres en situación de violencia; sino también es poder enfocarnos
en las poblaciones en condiciones de mayor vulnerabilidad: niños/as, jóvenes,
mujeres, adultos mayores, personas con discapacidades, migrantes, personas
LGTB, etc.

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El Sr. Guido Miguel Carlotto, desde el momento que asume sus funciones al
127
frente de la Secretaría de Derechos Humanos provincial, avaló y acompañó cada
uno de los proyectos propuestos desde nuestro Programa.

Estos proyectos han contribuido no sólo a que otros organismos pudieran replicar
nuestra metodología de formación y contenidos; sino también, iniciar un trabajo
conjunto con otros Ministerios e instituciones, afianzando de esta manera, el
“espíritu integrador” que promueve nuestro Gobernador Daniel Osvaldo Scioli.

3. Breve descripción y principales objetivos de las Políticas Públicas del


Programa Atención Violencia Mujer (AVM) - SDH
A continuación, detallamos una síntesis de esta tarea que tanto nos gratifica y que
dejamos como legado para nuestra sociedad y para que los sucesivos gobiernos
se comprometan en continuar y contribuir en el análisis y desarrollo de políticas
públicas integrales:

3.1. Políticas públicas implementadas en la Provincia de Buenos Aires


3.1.1. Plan de capacitación y formación continua, para incorporar la
perspectiva de género en el Gobierno de la Provincia de Buenos
Aires y en las Organizaciones No Gubernamentales
Antecedentes: La capacitación “Mujer y violencia” dictada mediante la plataforma
virtual del IPAP (Instituto Provincial de la Administración Pública), en base a los
objetivos de gestión del Programa de Atención a la Violencia contra la Mujer de la
secretaría de Derechos Humanos.

Descripción: El mismo busca sensibilizar a los agentes de las instituciones


públicas y de las organizaciones no gubernamentales sobre la problemática de la
violencia de género desde una perspectiva integral, como violación de derechos
humanos y problema social, otorgando herramientas que permitan detectar este
flagelo y que propicien la intervención teniendo en cuenta su marco normativo y
sus redes de intervención, articulación y contención en los municipios de
pertenencia.

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

Dichas capacitaciones tienden a promover un cambio cultural a través de la


128
prevención, protección y erradicación de la violencia de género, como
complemento a la labor para evitar la revictimización y tratamiento de la mujer
afectada por prácticas hostiles.

3.1.2. Plan de capacitación y formación continua para incorporar la


perspectiva de género en el Poder Judicial
Antecedentes: El curso Mujer y violencia, fue dictado en todos los Departamentos
Judiciales del territorio provincial, a través del Instituto de Estudios Judiciales de
la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires. Destinado a Jueces, juezas,
fiscales, funcionarios/as y agentes judiciales.

Descripción: Dicho trabajo de formación y sensibilización permitirá a las mujeres


que habitan o transitan la Provincia de Buenos Aires, el libre acceso a la justicia.
Las actuaciones y decisiones por parte de todos los integrantes del Poder Judicial,
deberán ser antidiscriminatorias y libre de roles o estereotipos asignados
socialmente a las mujeres.

3.1.3. Línea 136


En el marco de lo dispuesto por la Resolución N° 146/97 de la Secretaría de
Comunicaciones de la Nación, se insistió en la necesidad de dar curso a nuestra
solicitud para contar con un número de marcación abreviada y gratuito para la
prestación del servicio de urgencia a mujeres en situación de violencia, en el
marco de lo dispuesto por el Sistema Integrado Provincial de prevención y
atención de la violencia familiar. Finalmente el programa AVM, hoy cuenta con
esta vía de comunicación, facilitando el acceso de las mujeres a través del 136.

3.1.4. El DNI como instrumento de inclusión social, protección y


restitución de derechos.
Antecedentes: Firma del Convenio con el Ministerio de Jefatura de Gabinete de
Ministros (Registro Provincial de las Personas) y la Secretaría de Derechos
Humanos de la Provincia de Buenos Aires, para la obtención del DNI rápido y
gratuito para las mujeres e hijos en situación de violencia (Violencia familiar,
Tráfico y Trata de Personas).

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

Descripción: Las situaciones de extrema violencia, donde los documentos de


129
identidad de la mujer, sus hijas e hijos y/o sus respectivas partidas de nacimiento,
suelen ser destruidos o retenidos indebidamente por el agresor, restringen al
grupo familiar de los instrumentos que le permiten certificar su identidad con las
consecuencias que ello implica. De esta manera, se instrumentará un
procedimiento sencillo y gratuito para la tramitación de los documentos nacionales
de identidad y partidas de nacimiento, de las mujeres, niños/as y adolescentes que
reúnan estas condiciones de vulnerabilidad en el territorio bonaerense.

3.1.5. Convenio de cooperación entre la Secretaría de Derechos


Humanos y la Secretaría de Servicios Públicos
El objeto de dicho convenio, tiene DOS MISIONES FUNDAMENTALES: en primer
lugar: sensibilizar a toda la sociedad de las prácticas que constituyen situaciones
de violencia, mediante la difusión permanente de los programas y/o herramientas
(datos de interés, direcciones, teléfonos, etc.) que brinde la administración pública,
a los fines de prevenir y repeler todo acto, hecho u omisión que importe colocar a
una persona en una situación de violencia o vulnerabilidad. Y en segundo término:
difundir masivamente aquellas prácticas recomendables para la correcta utilización
de los Servicios Públicos, los recursos, de manera tal que se tornen sustentables,
y que además importe concientizar a la población de la importancia de su accionar
como sujeto responsable del medio ambiente.

3.1.6. Proyecto “Inclusión laboral y social para mujeres y sus hij@s en


situación de violencia”
Antecedentes: Proyecto piloto en el municipio de Las Flores: El proyecto
“Inclusión laboral y social para mujeres y sus hijos/as en situación de violencia” es
una iniciativa y experiencia pionera del Programa Atención Violencia contra la
Mujer (AVM) de la Secretaria de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos
Aires, conjuntamente con la cooperación del Ministerio de Trabajo provincial a
través del Plan de Promoción, Preservación y Regularización del Empleo en la
Provincia de Buenos Aires (PRE.BA).

Además, contará con la coordinación y asistencia de las instituciones provinciales


y municipales y del sector privado (empresas y comercios), con el fin de facilitar el

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

abordaje y dar respuestas eficaces y comprometidas con la problemática social


130
de la violencia familiar en el territorio bonaerense.

Descripción: Instrumentar conjuntamente con el Ministerio de Trabajo provincial,


el Municipio y el sector privado empresarial un Programa de Empleo que facilite el
trabajo formal a las mujeres y/o sus hijos (en edad laboral) con el fin de poner en
marcha un plan de acciones estratégicas que permitan la autonomía económica y
la puerta de salida a la situación de violencia. Generalmente, esta falta de
autonomía económica es correlativa con la falta de acceso a la vivienda, la falta de
acceso a la salud, a los espacios sociales y culturales, etc., y esto lleva a que
estas mujeres y sus hijos se encuentren inmersos en la desigualdad social y
falta de acceso a las oportunidades laborales, soportando la carencia, el
desamparo y la violencia.

3.1.7. Convenio con el Ministerio de Trabajo de la Nación: Seguro de


Capacitación y Empleo (SCyE)
Descripción: El Ministerio de Trabajo de la Nación y la Secretaría de Derechos
Humanos provincial, firmaron este convenio para implementar el Seguro de
Capacitación que tiene como objetivo mejorar la empleabilidad de las personas en
condiciones de vulnerabilidad, como por ejemplo: personas con adicciones
problemáticas, personas víctimas del delito de trata sexual, personas víctimas del
delito de trata laboral, y personas víctimas de violencia de género.

El Seguro de Capacitación y Empleo tiene una duración de 24 meses y es un


esquema integrado de prestaciones por desempleo no contributivo destinado a
apoyar a las personas en la búsqueda activa de un empleo adecuado, en la
actualización de sus competencias laborales y en la inserción en empleos de
calidad. Además, contribuye a la generación de emprendimientos independientes.

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

3.2. Políticas públicas aprobadas y avaladas a la espera de su


131
implementación
3.2.1. Convenio de cooperación entre la Secretaría de Derechos
Humanos y el Instituto de Previsión Social (IPS)
Las partes se comprometerán a realizar conjuntamente, acciones que contribuyan
a promover los Derechos Humanos en todo el territorio provincial. Asegurando su
difusión a toda la población, el acceso a las herramientas que brinde el Estado en
materia de inclusión social y la adecuada concientización del significado de vivir en
una sociedad en donde se pregone el respeto por tales derechos.

3.2.2. Convenio entre la Secretaría de Derechos Humanos y el Colegio


de Abogados de La Plata
La Secretaría de Derechos Humanos y el Colegio de Abogados de La Plata
prevén avanzar en capacitaciones conjuntas, en la difusión de la problemática de
la violencia familiar en diferentes territorios y en la creación de un Registro
Provincial de Abogados Especializados en Violencia Doméstica que aporten al
sistema de resolución de conflictos, desde una perspectiva de género.

La firma del Convenio de cooperación y articulación entre ambos organismos,


contribuirá a implementar procedimientos eficaces. Además, posicionará en un rol
activo a las mujeres, ya que el acompañamiento, asesoramiento y el patrocinio
jurídico gratuito allanará el camino ante las distintas y complejas situaciones de
violencia.

La creación de una nómina y participación de los profesionales especializados,


permitirá el manejo de dispositivos de entendimiento y coordinación de
intervenciones en territorio.

3.2.3. Convenio con el Programa Envión de la Secretaría de Desarrollo


Social de la Provincia de Buenos Aires: Jóvenes sin violencia
Antecedentes: Firma del Convenio con el Programa Envión de la Secretaría de
Desarrollo Social de la Provincia de Buenos Aires.

Este acuerdo de cooperación y asistencia técnica tendrá como finalidad brindar las
herramientas existentes y apoyo técnico, para fortalecer la construcción de

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

proyectos de vida, alejados de situaciones de vulnerabilidad de los jóvenes


132
destinatarios del programa Envión, como así también, de sus vínculos familiares y
de convivencia.

Descripción: Instrumentar e implementar talleres de capacitación, jornadas de


sensibilización sobre Noviazgos sin Violencia para los jóvenes que habiten o
transiten en la Provincia de Buenos Aires. Dichas jornadas podrán implementarse
en las escuelas, los clubes de barrio o en todos aquellos lugares donde concurran
frecuentemente los adolescentes. Además, sería beneficioso proponer a algunos
referentes vecinales como guías o acompañantes solidarios de los jóvenes que
transiten una situación de vulnerabilidad o de violencia.

3.2.4. Registro y herramienta de intervención inmediata para los casos


de vulneración de derechos de las personas Migrantes, Tráfico y
Trata de Personas
Descripción: Registro de Migrantes vinculado a la vulneración de derechos de
acuerdo a los estándares internacionales y a la problemática del Tráfico y Trata de
Personas. El objetivo es que se implemente en todos los Centros Referenciales de
cada Municipio, y que a través de un sistema de alertas (vía mail o telefónica) el
referente responsable de cada área de asistencia específica (Seguridad, Justicia,
Salud, Embajadas, etc.), tome conocimiento y acciones en cada caso.

Cooperativa de trabajo para mujeres con antecedentes por delitos menores


(hurto, robo o narco menudeo).

Descripción: Generalmente, dichas mujeres provienen de un contexto de extrema


pobreza, bajo nivel de escolaridad, etc., por lo que reinciden debido a la falta de
oportunidades económico-sociales. El objetivo principal es que las cooperativas
sean proveedoras (en un 30% por ej.) de productos y/o servicios a través de la
adquisición directa por parte del Gobierno provincial. Esto contribuirá a la
permanencia de la fuente de trabajo, la reducción de los gastos de la
administración central, la transparencia de gobierno; y principalmente, al descenso
de la tasa de reincidencia. Pero, sobre todo, facilitar un empleo digno, capacitación
permanente y reinserción social a un sector completamente vulnerado.

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

4. Finalizando…
133
Trabajamos para que nuestras acciones, contribuyan a eliminar los obstáculos que
se les presentan a las mujeres y a sus hijos/as, en el proceso de salida de la
violencia en todas sus formas.

Trabajamos para que las instituciones eliminen los esquemas de desigualdad y


discriminación.

Trabajamos para garantizarles sus derechos y facilitarles el acceso a la justicia.

Trabajamos para continuar con un trabajo integral y multisectorial.

Trabajamos para erradicar la violencia de género hacia las mujeres.

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

134

5. Bibliografía
 Naciones Unidas (15 de septiembre de 1995). Informe de la Cuarta Conferencia
Mundial sobre la Mujer http://www.un.org/womenwatch/daw/beijing/pdf/Beijing%20full%20report%20S.pdf
 CARVAJAL ORLICH, Z., JIMÉNEZ MATA, S. y ULATE RODRÍGUEZ, C. (20 de
enero de 2012) Instituto Interamericano de Derechos Humanos. Universidad
Nacional Facultad de Filosofía y Letras Instituto de Estudios de la Mujer. Módulo
pedagógico para la transversalidad de los enfoques de género, derechos
humanos y diversidad en el III ciclo de la Educación Básica Pública.
http://www.iidh.ed.cr/IIDH/media/1519/modulo-pedagogico-iii-2012.pdf

 CORREA, Violeta. (1 de marzo de 2009) Abordajes frente a la violencia familiar


desde una perspectiva de género y de infancia. Capítulo: Género y políticas
públicas.
 Elementos para la discusión. http://www.unicef.org/argentina/spanish/abordajes.pdf

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

135

Capítulo V

INVESTIGACIÓN Y ESTADÍSTICAS

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

136

Femicidios: cuando el género se vuelve excusa


Gerhardt, María Florencia

1. Introducción
El presente informe pretende abordar algunas cuestiones preliminares acerca de
los conceptos de femicidio y feminicidio, para luego ahondar en las características
que estos hechos sociales adquieren en la Argentina, y más precisamente en la
Provincia de Buenos Aires, con el objeto de esbozar, para retomar en trabajos
futuros, las respuestas que desde el Estado, ya sea provincial o nacional, se han
implementado para contribuir a la modificación positiva de la situación de las
mujeres víctimas de violencia, y el porqué del fracaso de esas medidas, en el caso
de haber existido.

Cabe destacar que en ocasiones se admite la sinonimia de los términos femicidio


y feminicidio y en muchas otras se utilizan como vocablos complementarios, con
una realidad común (la muerte violenta de una mujer por el simple hecho de serlo).

Jill Radford y Diana Russell, utilizaron públicamente en 1976 el término femicidio


(desarrollado por la escritora estadounidense Carol Orlock en 1974) como “la
palabra que mejor describe los asesinatos de mujeres por parte de los hombres,
motivados por el desprecio, el odio, el placer o el sentido de propiedad sobre
ellas”10. Ana María Fernández sostiene que el concepto es “utilizado para dar
cuenta de que las relaciones inequitativas entre los géneros determinan
socialmente estas muertes”11. De este modo, muestra el carácter social y
generalizado de esta forma de violencia, alejándola del plano de lo individual o
patológico (agresores como “locos”) y se aparta de considerar estas muertes como
“problemas pasionales” (concepto que aún, en el plano de la mediático, tiene una
fuerte raigambre en nuestro país). Hablar de femicidio, señala Fernández, ayuda a
pensar la violencia de género fuera del ámbito privado, mostrando su carácter

10
J. Radford y D. Russell. Femicide: The Politics of Woman Killing.Nueva York, Twaine, 1992.
11
Fernández, Ana María. “Femicidios: la ferocidad del patriarcado”. En: La diferencia desquiciada. Géneros y
diversidades sexuales. Ed. Siqueira Peres. Buenos Aires, 2013.

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profundamente social y político, resultado de las relaciones de poder y dominación


137
de los varones con respecto a las mujeres en la sociedad.

Marcela Lagarde ha acuñado el término feminicidio, aunque el concepto es


coincidente:

Es el genocidio contra mujeres y sucede cuando las condiciones históricas


generan prácticas sociales que permiten atentados contra la integridad, la salud,
las libertades y la vida de las mujeres […] Todos tienen en común que las mujeres
son usables, prescindibles, maltratables y desechables. Y, desde luego, todos
coinciden en su infinita crueldad y son, de hecho, crímenes de odio contra las
mujeres12.

En la bibliografía que existe en la Argentina sobre el tema, fue el término


femicidio el que se ha ido imponiendo.

Fernández establece distintos tipos de femicidio, tomando básicamente dos


formas: íntimo y no íntimo. El primero hace referencia a aquel asesinato cometido
por un hombre con quien la víctima tenía o tuvo una relación íntima, familiar, de
convivencia, o afines. El segundo, por su parte, refiere a aquel asesinato cometido
por un hombre con quien la víctima no tenía ninguna de estas relaciones, y
frecuentemente involucra el ataque sexual a esa víctima. La autora agrega una
tercera categoría, a la que denomina femicidios por conexión, los cuales refieren a
mujeres y niñas asesinadas “en la línea de fuego” de un hombre tratando de matar
a una mujer. Aquí cabe destacar que habría que poner en consideración,
siguiendo a Fernández, los suicidios de las mujeres derivados de una situación de
violencia, los cuales pasarían a engrosar los números de este fenómeno, y a los
que Fernández se refiere como “homicidios encubiertos”.

En octubre de 2014, la Real Academia Española ha aceptado incluir en su 23°


edición el término feminicidio, definiéndolo como el asesinato de una mujer por

12
Lagarde, Marcela. “Antropología, feminismo y política: violencia feminicida y derechos humanos de las mujeres”. En:
Bullen, M. y Mintegui, C. (coordinadores). Retos teóricos y nuevas prácticas. Ponencias del IX Congreso de
Antropología. Donostia, 2008.

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

razón de su sexo13. A pesar de la importancia de la inclusión del término por parte


138
de esta institución, resulta una definición con algunas falencias. No incorpora la
perspectiva de género, es decir, no refiere la desigualdad entre hombres y mujeres
en términos de relaciones de poder y dominio de los hombres sobre éstas, debido
a condicionantes económicos, sociales, políticos y culturales.

Otro avance que se ha hecho en relación a esta problemática en Argentina, es la


sanción de la Ley 26791, vigente desde 2012, que se constituye como una
reforma al artículo 80 del Código Penal, incluyendo nuevas figuras agravadas de
homicidio, entre las que se encuentra el femicidio, definido según esta norma,
como un homicidio agravado al matar a una mujer cuando el hecho sea
perpetrado por un hombre y mediare violencia de género. Normalmente el
femicidio se asocia con la violencia contra la mujer, pero no es suficiente que la
víctima sea una mujer para que se aplique el agravante. Tiene que tratarse de
casos donde ella sea objeto de sometimiento del hombre o cuando fue elegida
precisamente por su condición de mujer. Por lo común, habrá femicidio cuando se
mata a la mujer con motivo de asaltos, violaciones sexuales, prostitución forzada,
explotación laboral. También cuando la víctima es sometida en su relación de
pareja por quien la castiga, la humilla, la somete y finalmente la mata14.

Salta fue la primera provincia en aplicar esta figura para condenar el asesinato de
Norma Argentina Ledesma, en diciembre de 2012, perpetrado por su pareja,
Héctor Ramón Ávila.

2. Acerca de la Argentina y la Provincia de Buenos Aires. Algunos datos


En la República Argentina no existen hasta el momento estadísticas oficiales de
femicidios, lo cual dificulta el poder intervenir integralmente ante hechos que
tienen ciertas características comunes, como los femicidios. Este dato resulta de
vital importancia a la hora de hacer visible la desprotección de las mujeres en

13
http://www.espanol.rfi.fr/cultura/2014. “Feminicidio entra en la RAE”. 02/09/2014.
14
http://www.orgeira.com.ar/site/articulos-publicados/428-femicidio-violencia-de-genero-aplicacion-de-la-ley-
26791-en-el-caso-del-portero-mangieri.html

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situación de violencia por parte del Estado. Los datos que se conocen surgen de
139
organismos no oficiales, como la Casa del Encuentro, ONG que comenzó a
realizar un conteo a partir de 2008, tomando las noticias de 120 diarios de
distribución nacional y provincial y las agencias de noticias D Y N y Télam. Según
sus datos, en 2008 se contabilizaron 208 femicidios; en 2009, se registraron 231
femicidios, 11% más respecto del año anterior; en 2010, 260 femicidios, lo que
marca un aumento del 12.5% respecto del año anterior; en 2011, 282 femicidios;
en 2012, 255 femicidios; en 2013, 295 femicidios, y en 2014, 27715.

En lo que respecta a 2013, cabe destacar que en el territorio de la Provincia de


Buenos Aires se registraron 89 casos, lo que representa el 30% de todos los
femicidios del país. En ese año, a nivel nacional, con respecto a la modalidad de
ataque, ocupa el primer lugar, la muerte por armas de fuego (83 mujeres fueron
baleadas), seguida por los apuñalamientos (64 mujeres fueron apuñaladas). El
rango etario en el que se produjeron más muertes fue entre los 40 y 50 años. En
32 hechos ocurridos en el 2013, existían denuncias previas contra el agresor16.

Cada 30 horas una mujer fue asesinada en Argentina por violencia sexista en
el año 2013.

Con respecto a 2014, la cifra fue levemente inferior a la del año anterior, cuando
se había contabilizado el mayor número de femicidios desde que La Casa del
Encuentro empezó a realizar el seguimiento de los casos publicados. En casi seis
de cada diez casos, el principal sospechoso o imputado fue el esposo, novio o ex
pareja. Como consecuencia de estos crímenes, en un año quedaron huérfanos
doscientos niños y niñas, menores de 18 años. El 15,5% de las víctimas había
hecho la denuncia contra quien luego la asesina, o había obtenido en la Justicia
una medida de prohibición de acercamiento o de exclusión del hogar para el
agresor, porcentaje similar al del año 2013. El 52% de las víctimas fueron
asesinadas en la vivienda que compartían con el agresor o en la de ella. La
15
http://www.lacasadelencuentro.org
16
http://www.diariopopular.com.ar/notas. “El 25% de los femicidios son cometidos por ex parejas”. 22/08/2014.

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mayoría de las víctimas tenía entre 31 y 50 años (96 casos) y entre 19 y 30 años
140
(72 víctimas). Dieciocho de los sospechosos pertenecían a fuerzas de seguridad
(3 más que en 2013). Hubo 7 mujeres trans víctimas de femicidio (el año anterior
habían sido 2) y diez que estaban presuntamente en situación de trata o
prostitución17.

Según datos que se desprenden del informe del equipo de género de los
concejales del Frente para la Victoria de Rosario, en los primeros seis meses de
2014 asesinaron a 129 mujeres por violencia de género. El 90% de esos crímenes
se cometieron dentro de las casas de las víctimas, asesinándolas a la mayoría
alguien de su entorno más íntimo. De los 129 femicidios, en 44 casos el
responsable fue la pareja. Le siguen las ex parejas (24); otro pariente (18), y un
conocido (28). La provincia de Buenos Aires encabeza el conteo con 50
femicidios. Le sigue Córdoba con 12, y en tercer lugar, se ubican las provincias de
Mendoza, Salta y Santiago del Estero, con 8 asesinatos de mujeres. La estadística
se basa en los casos que tuvieron repercusión mediática.

Según el mismo informe, con respecto a la modalidad, a 34 mujeres las mataron


con armas blancas; 29 con armas de fuego; 54 fueron asesinadas a golpes; en 10
casos el fuego fue lo que provocó la muerte. El equipo incluyó en el informe a una
mujer que perdió la vida por un aborto inseguro.

Un dato que pone de relieve el estudio es que un 27.9% de las mujeres


asesinadas en todo el país, tenían entre 15 y 24 años18.

Si bien las estadísticas de 2015 aún no están disponibles para ser analizadas, a
mayo de este año, más de 140 mujeres fueron asesinadas por la violencia
machista19. Y sólo en el mes de octubre, en un lapso de 8 días, diez mujeres
fueron asesinadas en todo el país, en el marco de una movilización popular que
reunió a más de 60 mil personas en Mar del Plata en el Encuentro Nacional de
Mujeres.
17
http://www.pagina12.com.ar. “Matan a cinco mujeres por semana.” 05/03/2015.
18
http://www.infojusnoticias.gov.ar/nacionales. “Femicidios: cuando el hogar se vuelve el lugar más inseguro”.
22/08/2014.
19
http://www.nuevodiarioweb. “Ya suman más de 140 los femicidios en 2015”. 26/05/2015.

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En los últimos siete años 1.808 mujeres fueron asesinadas y gran parte de
141
ellas ya había hecho denuncias en repetidas ocasiones.

3. Algunas conclusiones
Pensar la violencia de género como un problema público implica desnaturalizar la
violencia sexista presente en nuestra sociedad, y considerar el femicidio como la
forma más extrema de esa violencia. Pensar en la desnaturalización implica actuar
desde diferentes ámbitos que incluyen la familia, la escuela, los medios, los
poderes del Estado, las políticas públicas. En fin, implica romper con algunas
estructuras arraigadas en el tiempo que no permiten pensar a la mujer más que
como propiedad de alguien que ejerce sobre ellas un vínculo violento, es decir,
poder, dominación, de un sujeto que se cree superior y que se atribuye más
derechos sobre alguien al que considera inferior y, por lo tanto, no merecedor de
esos mismos derechos. Pensar la violencia de género como un problema de
índole pública, también implica pensarla desde una perspectiva de derechos
humanos que están siendo negados. El no contar con estadísticas oficiales sobre
femicidios, implica un desinterés por parte del Estado en la problemática. Contar
con ellas posibilitaría, además de la visibilización del fenómeno, el actuar a favor
de la erradicación. Las estadísticas existentes sólo se hacen eco del costado
mediático del fenómeno, con lo cual, el alcance cierto de estos asesinatos todavía
permanece oculto.

Resulta necesario comprender la complejidad de esta problemática en la que el


Estado no es quien comete estos crímenes, pero sí, en muchos de estos casos,
son crímenes que podrían haberse evitado si los diversos poderes que lo
componen hubiesen controlado, sancionado, efectivizado medidas de protección a
las mujeres; para ello, antes debieran haberlas escuchado, entendido,
acompañado. Esos mecanismos, muchas veces, no se activan como se plasman
en las leyes, y allí es donde el Estado, por inacción, se convierte en cómplice de
estos femicidios. Cuando no lo hace como garante de la impunidad del femicida.

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De la privacidad de la comisión de los actos violentos propiamente dichos (golpes,


142
insultos, empujones, descalificaciones, entre otros) no se desprende la privacidad
de la violencia sexista. Sostener lo contrario implica des responsabilizar a la
sociedad y al Estado de sus deberes y justificar unas relaciones de poder y
dominación que terminan, cada vez más, en muertes de mujeres por el sólo hecho
de serlas.

El 3 de junio del corriente año 2015, 300.000 personas se juntaron en la plaza


frente al Congreso para exigir el punto final de los femicidios, bajo la consigna
#NiUnaMenos, consigna que se replicó en distintos puntos del país ese mismo
día. Esto parecería ser un índice de la necesidad de visibilización del fenómeno y
la actuación en consecuencia, donde el pedido de muchos sectores de la sociedad
pretendió generar un eco en las autoridades. Lo claro es que hoy hay muchísimas
mujeres menos.

En aquella multitudinaria marcha del 3 de junio se pidieron acciones concretas: el


Plan Nacional de Acción para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la
Violencia contra las mujeres, estadísticas oficiales y la implementación de la Ley
26.485, de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia
contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones
interpersonales, sancionada en 2009. Aún parece no haberse hecho demasiado
en esa línea.

Sí se presentaron cifras oficiales: al menos 55 mujeres de más de 14 años


denuncian cada día ser víctimas de violencia de género ante dependencias
nacionales de todo el país, según el Indec y el Consejo Nacional de las Mujeres.
Entre enero de 2013 y julio de 2015, fueron 50.703 las mujeres registradas como
víctimas de agresión machista por dependencias estatales de la órbita nacional a
los que ellas mismas acudieron para realizar la denuncia del hecho o para solicitar
algún tipo de asistencia.

#NiUnaMenos logró concientizar sobre la importancia de la denuncia: todas las


estadísticas muestran aumentos. Para dar un ejemplo, sólo en la ciudad de

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Buenos Aires, en septiembre, la Fiscalía porteña asistió a un promedio de dos


143
víctimas de violencia doméstica por hora: 1504 víctimas en el mes. Y en el 52% de
los casos, el equipo interdisciplinario de profesionales de la Fiscalía evaluó
situaciones de alto nivel de riesgo para la seguridad psicofísica de las víctimas. El
aumento también se ve en la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema,
en las comisarías de la Mujer bonaerenses y en todos los sitios que reciben
denuncias de mujeres20.

De lo anteriormente señalado y sostenido se desprende la necesidad de


profundizar las medidas tendientes a acabar con este fenómeno que se acrecienta
diariamente. Estadísticas oficiales para conocer la verdadera magnitud del
fenómeno (no sólo su raigambre mediática)21; prevención desde una edad
temprana; educación en las escuelas y en los hogares relacionada con la no
violencia sexista; capacitación a los agentes que trabajan con esta problemática
en pos de evitar la revictimización; campañas permanentes de concientización;
presupuesto adecuado para afrontar éstas y otras tareas afines; son sólo algunas
de las tareas que quedan pendientes en lo que a la violencia contra la mujer se
refiere. Resulta acuciante pensar en respuestas integrales, ya que hablamos de
una violación de derechos humanos cada vez más frecuente. Lejos nos
encontramos de afrontarlo para estar a la altura de lo que representa en estos
últimos años. Pero no es sólo el Estado a través de sus Instituciones el que debe
actuar; nos implica y compromete como sociedad también, a través de nuestras
prácticas, nuestros saberes aplicados al trabajo, nuestro lenguaje… El machismo
está propagado por diversos ámbitos y se reproduce momento a momento, de
diversas formas. Pensarnos como portadores de derechos implica pensar en la
importancia de la erradicación de todas las formas de violencia. Y la apuesta

20
http://www.clarin.com.ar. “A cuatro meses del #NiUnaMenos, siguen ausentes las políticas contra los
femicidios”. 14/10/15.
21
En el transcurso de este artículo se ha hecho hincapié en la importancia de contar con estadísticas oficiales.
El hecho de tenerlas entendemos que contribuye a conocer la magnitud de los femicidios, a la vez que
permitiría tomar decisiones al respecto, fundamentadas en datos fehacientes. La estadística oficial se
constituiría como un instrumento fundamental para llevar adelante políticas públicas dirigidas. Un estado que
no cuenta con este instrumento no conoce ciertamente la dimensión del objeto de estudio y las formas de
abordarlo.

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

conlleva tareas que transitan entre lo micro y lo macro permanentemente. El


144
desafío está planteado.

Bibliografía

 Fernández, Ana María. (2013) “Femicidios: la ferocidad del patriarcado”. En: La


diferencia desquiciada. Géneros y diversidades sexuales. Ed. Siqueira Peres.
Buenos Aires.
 Lagarde, Marcela. (2008) “Antropología, feminismo y política: violencia
feminicida y derechos humanos de las mujeres”. En: Bullen, M. y Mintegui, C.
(coordinadores). Retos teóricos y nuevas prácticas. Ponencias del IX Congreso
de Antropología. Donostia..
 Radford, J y Russell, D. (1992) Femicide: The Politics of Woman Killing.Nueva
York, Twaine.
 02/09/2014.http://www.espanol.rfi.fr/cultura/2014. “Feminicidio entra en la RAE”.
 http://www.lacasadelencuentro.org
 22/08/2014 http://www.diariopopular.com.ar/notas. “El 25% de los femicidios
son cometidos por ex parejas”.
 http://www.orgeira.com.ar/site/articulos-publicados/428-femicidio-violencia-de-
genero-aplicacion-de-la-ley-26791-en-el-caso-del-portero-mangieri.html
 05/03/2015. http://www.pagina12.com.ar. “Matan a cinco mujeres por semana.”
 22/08/2014.http://www.infojusnoticias.gov.ar/nacionales. “Femicidios: cuando el
hogar se vuelve el lugar más inseguro”.
 26/05/2015.http://www.nuevodiarioweb. “Ya suman más de 140 los femicidios
en 2015”.
 14/10/15.http://www.clarin.com.ar. “A cuatro meses del #NiUnaMenos, siguen
ausentes las políticas contra los femicidios”.

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

145

Apéndice Estadístico del Programa AVM


Leticia Kelly

1. Nota metodológica
La unidad de análisis primario con la que se trabaja desde el Área de Estadística
del Programa está constituida por la VICTIMA22, por lo tanto constituye un
universo cerrado y estable.

La elección de dicha unidad se basa en la consideración de que el Programa AVM


atiende a mujeres víctimas de violencia, y que cada una de ellas, puede realizar
una o varias llamadas. Con éstas, el Programa va construyendo la RUTA
CRITICA transitada por cada mujer.

Para el presente apéndice estadístico se eligió como corte temporal el período


abarcado desde el segundo semestre de 2012 al primer semestre de 2015, el
motivo de dicha elección radica en que en junio de 2012 se produce una
reestructuración en el Programa, en la que se introduce la figura del Equipo
Técnico Profesional a cargo, entre otras funciones, de la intervención en casos
complejos.

Es sobre la demanda recibida por el primer nivel de atención que se realizará el


análisis del presente apéndice estadístico, buscando mostrar la cantidad de
mujeres atendidas por el Programa en el período seleccionado, así como las
características principales de los casos.

A los fines de dicho objetivo se dividirá el estudio en dos secciones principales:

Sección 1: Comportamiento de la demanda


En esta sección se buscará mostrar las características principales y la
variación de la demanda recibida durante el período estudiado.

Sección 2: Análisis de las categorías de intervención


En ésta, se intentará mostrar las características principales de los casos
atendidos durante el período seleccionado, aplicando para ello, el análisis de las
categorías de intervención utilizadas por las instituciones que actúan en
situaciones de violencia en general, y por el Programa AVM en particular.

22
Si bien el criterio del Equipo Técnico del Programa es la utilización del concepto “Mujeres en
situación de violencia”, a los fines del presente análisis estadístico, se utilizará el término “víctima”
para poder realizar una comparación con otros trabajos de la misma índole, sin por ello, restarle las
características del primero en función de su significación.

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2. Sección 1: “Comportamiento de la demanda”


146
El presente apartado contará con 5 subsecciones que muestran las principales
características de la evolución de la demanda recibida por el Programa AVM.

2.1. Relación llamadas / víctimas /casos en seguimiento


Cada una de las consultantes que se comunica con el Programa, puede realizar de 1 a N
llamadas, por lo que resulta necesario establecer la relación entre la cantidad de llamadas
recibidas y la cantidad de víctimas atendidas. Dicha relación para el período interanual
segundo semestre de 2012 al primer semestre de 2015 es de 1 a 1.46

Tabla 1: Relación llamadas/víctimas/casos en seguimiento

RELACION LLAMADAS/VICTIMAS/CASOS EN SEGUMIENTO 2012-2015

LLAMADAS (A) VÍCTIMAS (B) CASOS EN SEGUMIENTO (C) RELACION A/B RELACION B/C

35054 24016 5008 1,46 4,80

Fuente: Programa AVM – Secretaría de Derechos Humanos de la Pcia. de Buenos Aires

Los casos en seguimiento, son aquellos que presentan una mayor complejidad,
por lo que requieren la intervención del segundo nivel de atención del Programa a
cargo del Equipo Técnico Profesional. Para este período 1 de cada 4.8 casos
atendidos requiere este tipo de seguimiento.

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147
2.2. Objeto de la llamada

Tabla 2: Objeto de la llamada interanual 2012-2015

OBJETO DE LA LLAMADA INTERANUAL 2012-2015

INFORMACION Y/O
0 BROMA EMERGENCIA OTRO TOTAL
ASESORAMIENTO

80 8 9845 25001 120 35054


Fuente: Programa AVM – Secretaría de Derechos Humanos de la Pcia. de Buenos Aires

Ilustración 1: Objeto de la llamada 2012-2015

Comprende cinco variables:

- 0: aquellas consultas en las que no se puede registrar el motivo de la misma.


En este caso representan el 0.22 % del total de llamadas.

- Broma: generalmente llamadas recibidas por medio del 08005550137 con el


que cuenta el Programa AVM y realizadas por “bromistas”.

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- Otro: en general, son consultas realizadas por víctimas que ya fueron atendidas
148
por el Programa, que no están directamente relacionadas con situaciones de
violencia familiar.

- Emergencia: entendemos como llamada en emergencia, aquella que se


produce en el momento de explosión de la violencia o inmediatamente después
del mismo. Generalmente, son llamadas derivadas por la Central de
Emergencias 911 (a través del convenio que la Secretaría tiene con dicho
servicio) y a la espera de que llegue un móvil policial. Para el período estudiado
representan el 28.08 % del total de llamadas.

- Información y/o asesoramiento: son aquellas que se producen cuando la


mujer llama al servicio, motivada por cuestionamientos propios o de cercanos,
acerca de la situación que vive; o por identificación ante historias transmitidas
por medios de comunicación; o por diversas situaciones que la llevan a buscar
asesoramiento para cambiar su realidad, representando el 72.32 % de las
llamadas recibidas.

2.3. Víctimas por Partido

Sobre el tipo de consultas efectuadas por las “VICTIMAS”, se realizó el análisis de


las categorías requeridas, cuyos datos se presentan en tablas con el fin de facilitar
el acceso a la información.

Se excluyeron de la tabla, las localidades que registraron una demanda inferior a


50 casos atendidos durante el período estudiado, y se priorizaron aquellas cuya
demanda en relación a la población local es la de mayor incidencia.

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149
Tabla 3: Víctimas por partido
Localidad Cantidad de Víctimas
LA MATANZA 2874
LOMAS DE ZAMORA 1393
MORENO 1154
QUILMES 1114
ALMIRANTE BROWN 1100
LA PLATA 1089
MERLO 1047
LANÚS 838
FLORENCIO VARELA 780
GENERAL SAN MARTIN 778
AVELLANEDA 680
TRES DE FEBRERO 639
JOSÉ C. PAZ 610
BERAZATEGUI 607
MALVINAS ARGENTINAS 582
PILAR 538
ESTEBAN ECHEVERRIA 527
TIGRE 510
SAN MIGUEL 482
ESCOBAR 392
MORÓN 382
SAN ISIDRO 321
GENERAL PUEYRREDÓN 313
VICENTE LÓPEZ 311
SAN FERNANDO 296
EZEIZA 247
HURLINGHAM 247
GENERAL RODRIGUEZ 236
PRESIDENTE PERÓN 203
ITUZAINGÓ 183
ZÁRATE 160
SAN VICENTE 154
BERISSO 145
CAMPANA 106
ENSENADA 88
MARCOS PAZ 69
CAÑUELAS 54
Fuente: Programa AVM – Secretaría de Derechos Humanos de la Pcia. de Buenos Aires

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2.4. Relación víctimas / víctimas que se comunican por asesoramiento


150
Se realiza la distinción entre las víctimas que se comunican por asesoramiento e
información y aquellas que se comunican en situación de emergencia, con el fin de
realizar el estudio de las variables utilizadas por el Programa en la primera
categoría mencionada.

En este caso, el universo real sobre el cual se va a trabajar es de 18.842 víctimas


que se comunican por asesoramiento.

Tabla 4: Relación víctimas/víctimas que se comunican por asesoramiento

RELACION VÍCTIMAS / VÍCTIMAS QUE SE COMUNICAN POR ASESORAMIENTO

Víctimas Víctimas por asesoramiento Relación

24016 18842 1,275


Fuente: Programa AVM – Secretaría de Derechos Humanos de la Pcia. de Buenos Aires

3. Sección 2: “Análisis de las categorías de intervención”

Las categorías de intervención que se presentan a continuación son las


consideradas por el Equipo Técnico del Programa, como fundamentales en la
atención primaria, brindada por la central telefónica. Asimismo, son categorías
compartidas con otros servicios de atención en violencia contra la mujer.

3.1. Edad de las víctimas


Tabla 5: Víctimas por rango etario

Víctimas por rango etario. 2012-2015


Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado
23
Menor de 15 3050 16,2 16,2
15 a 24 1264 6,7 22,9
25 a 34 4542 24,1 47,0
35 a 44 4874 25,9 72,9
Válidos
45 a 54 2997 15,9 88,8
55 a 64 1299 6,9 95,7
Mayor de 65 816 4,3 100
Total 18842 100,0
Fuente: Programa AVM – Secretaría de Derechos Humanos de la Pcia. de Buenos Aires

23
Incluye un 10 % de registros sin determinar.

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Ilustración 2: Víctimas por rango etario


151

VÍCTIMAS POR RANGO ETARIO. 2DO SEMESTRE DE 2012- 1 ER


SEMESTRE DE 2015

MAS DE 61
4%
menor de 14
51 A 60 16%
7%

41 A 50 15 A 20
16% 7%

21 A 30
24%
31A 40
26%

FUENTE: PRO GRAMA AVM - SEC RETARIA DE DEREC HO S HUMANO S DE LA PRO VINC IA DE BUENO S AIRES-2015

La división de la cantidad de víctimas atendidas según el rango etario de


pertenencia, responde a la necesidad de poder orientar la intervención del Equipo
Técnico en los casos, atendiendo a las particularidades correspondientes a cada
grupo, así como también, poder orientar las acciones del Programa a los sectores
de mayor vulnerabilidad.

En este período los rangos con mayor incidencia, son los que abarcan de 25 a 44
años, correspondiéndose con la media histórica provincial de 35.5 años.

3.2. Modalidades de violencia

Tabla 6: Víctimas por tipo de violencia


TIPOS DE VIOLENCIA
24 25
Frecuencia Porcentaje
VIOLENCIA FÍSICA 13338 70,79
VIOLENCIA PSICOLOGICA 15479 82,15
Válidos
VIOLENCIA SEXUAL 6738 35,76
VIOLENCIA ECONOMICA 7935 42,11
Fuente: Programa AVM – Secretaría de Derechos Humanos de la Pcia. de Buenos Aires

24
Se entiende por frecuencia a la cantidad de casos en las que se presenta cada tipo de violencia
25
Se entiende por porcentaje a la relación entre la frecuencia y la cantidad total de casos atendidos.

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Ilustración 3: Víctimas por tipos de violencia


152

La Ley Provincial de Violencia Familiar26, que encuadra la intervención del


Programa AVM plantea los siguientes tipos de violencia:

- Violencia física: La que se emplea contra el cuerpo de la mujer


produciendo dolor, daño o riesgo de producirlo y cualquier otra forma de maltrato o
agresión que afecte su integridad física.

- Violencia psicológica: La que causa daño emocional y disminución de


autoestima o perjudica y perturba el pleno desarrollo personal o que busca
degradar o controlar sus acciones, comportamientos, creencias y decisiones,
mediante amenaza, acoso, hostigamiento, restricción, humillación, deshonra,
descrédito, manipulación aislamiento. Incluye también la culpabilización, vigilancia
constante, exigencia de obediencia sumisión, coerción verbal, persecución,
insulto, indiferencia, abandono, celos excesivos, chantaje, ridiculización,
explotación y limitación del derecho de circulación o cualquier otro medio que
cause perjuicio a su salud psicológica y a la autodeterminación.

- Violencia sexual: Cualquier acción que implique la vulneración de todas


sus formas, con o sin acceso genital, del derecho de la mujer de decidir

26
Ley Provincial de Violencia Familiar 12.569 y su modificatoria Ley 14.509

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voluntariamente acerca de su vida sexual o reproductiva a través de amenazas,


153
coerción, uso de la fuerza o intimidación, incluyendo la violación dentro del
matrimonio o de otras relaciones vinculares o de parentesco, exista o no
convivencia, así como la prostitución forzada, explotación, con o sin esclavitud,
acoso, abuso sexual y trata de mujeres.

- Violencia económica y patrimonial: La que se dirige a ocasionar un


menoscabo en los recursos económicos o patrimoniales de la mujer, a través de:
a) La perturbación de la posesión, tenencia o propiedad de sus bienes; b) La
pérdida, sustracción, destrucción, retención o distracción indebida de objetos,
instrumentos de trabajo, documentos personales, bienes, valores y derechos
patrimoniales; c) La limitación de los recursos económicos destinados a satisfacer
sus necesidades o privación de los medios indispensables para vivir una vida
digna; d) La limitación o control de sus ingresos, así como la percepción de un
salario menor por igual tarea, dentro de un mismo lugar de trabajo.

Según los datos registrados para este período, podemos decir que los tipos
predominantes, son la violencia física con un 70.8 % y la violencia psicológica que
se presenta en un 82.15 % de los casos atendidos.

3.3. Factores de riesgo predominantes


Por factores de riesgo predominantes, se entiende a aquellos elementos y
acciones que incrementan la situación de riesgo de la víctima. Si bien la
conjugación de los mismos, así como los propios factores, es diferente en cada
caso, a los fines de la evaluación de riesgo que realizan las operadoras en
violencia, se registran una serie de factores, siendo los más comunes, los que se
encuentran asociados a la violencia familiar.
Tabla 7: Víctimas por factores de riesgo predominantes-amenaza de muerte

FACTORES DE RIESGO PREDOMINANTES


FRECUENCIA PORCENTAJE
Amenaza de muerte 10292 54,62
Uso de armas 2490 13,22
Lesiones 5077 26,95
Intento de suicidio 3133 16,63
Aislamiento 1713 9,09
Presencia de menores 12510 66,39
Embarazo 4031 21,39
Presencia de ancianos 1376 7,30
Discapacidad 1511 8,02
Fuente: Programa AVM – Secretaría de Derechos Humanos de la Pcia. de Buenos Aires

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Ilustración 4: Víctimas por factores de riesgo predominantes


154

Según los datos registrados para el período estudiado, los factores de riesgo
predominantes, son la presencia de menores testigos de la situación de violencia
(víctimas como testigos) o víctimas directas de la violencia familiar, con un 66.39
% de los casos, y las amenazas de muerte que se presentan en un 54.62 % de los
casos.

3.4. Vínculo con el agresor

Tabla 8: Víctimas por vínculo con el agresor


Frecuencia Porcentaje
EX-PAREJA 4832 25,6
EX-PAREJA CONVIVIENTE 679 3,6
HERMANA 53 ,3
HERMANO 327 1,7
HIJA 211 1,1
HIJO 655 3,5
OTROS CONOCIDOS 124 ,7
OTROS NO CONOCIDOS 39 ,2
OTROS PARIENTES 646 3,4
PAREJA CONVIVIENTE 8087 42,9
PAREJA NO CONVIVIENTE 1016 5,4
Fuente: Programa AVM – Secretaría de Derechos Humanos de la Pcia. de Buenos Aires

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Ilustración 5: Víctimas por vínculo con el agresor


155

VÍNCULO CON EL AGRESOR


PAREJA NO
CONVIVIENTE
6%
EX-PAREJA
29%
EX-PAREJA
CONVIVIENTE
4%
PAREJA
CONVIVIENTE
HERMANO
49%
2%

HIJA
OTROS 1%
OTROS HIJO
PARIENTES CONOCIDOS
4%
4% 1%

FUENT E : PROGRAMA AVM - SECRET ARIA DE DERECHOS HUMANOS DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES 2015

Con respecto a la relación de parentesco que une a la víctima con el agresor, se


registran aquellas que postula la ley, anteriormente mencionada.

En la provincia de Buenos Aires, durante este período, se presentan como las de


mayor incidencia “Pareja Conviviente”, con un 42.9 % y “Ex pareja” con 25.6 %

3.5. Víctimas por antigüedad del vínculo con el agresor

Tabla 9: Víctimas por antigüedad del vínculo con el agresor

ANTIGÜEDAD DEL VÍNCULO


RANGO FRECUENCIA PORCENTAJE
27
0A2 5246 27,84
3A5 3837 20,36
6 A 10 3372 17,90
11 A 20 3645 19,35
MAS DE 20 2742 14,55
Fuente: Programa AVM – Secretaría de Derechos Humanos de la Pcia. de Buenos Aires

27
Incluye un 10% de registros sin determinar y por 0 se entiende relaciones menores a un año.

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156
La construcción de los rangos relacionados con la antigüedad del vínculo con el
agresor, guarda relación con la consideración, por parte del Equipo Técnico del
Programa AVM, acerca de patrones compartidos por aquellas mujeres con la
misma cantidad de años en relación con el violento.

Ilustración 6: Víctimas por antigüedad del vínculo con el agresor

En el gráfico correspondiente al período seleccionado se visualiza una relativa


estabilidad en la prevalencia de todos los rangos, presentándose como el de
mayor incidencia el de 3 a 5 años de relación.

3.6. Víctimas por tiempo de maltrato


En el caso del tiempo de maltrato, la construcción de los rangos de análisis está
íntimamente relacionada con la elaboración de las líneas de intervención en los
casos atendidos, así como también, con el análisis comparativo entre la duración
de la relación y la duración del maltrato.

Del gráfico anterior, resulta que los rangos con mayor incidencia son aquellos que
incluyen períodos de maltrato de menores a 2 años y de 3 a 5 años.

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157
Tabla 10: Víctimas por tiempo de maltrato

TIEMPO DE MALTRATO
RANGO FRECUENCIA PORCENTAJE
28
0A2 6866 36,44
3A5 4658 24,72
6 A 10 3476 18,45
11 A 20 2183 11,59
MAS DE 20 1659 8,80
Fuente: Programa AVM – Secretaría de Derechos Humanos de la Pcia. de Buenos Aires

Ilustración 7: Víctimas por tiempo de maltrato

28
Incluye un 10 % de registros sin determinar. Por 0 se entiende períodos menores a un año-

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158
3.7. Actividad económica de la mujer

La situación socioeconómica de la mujer resulta relevante para la intervención


integral, especialmente a la hora de pensar la elaboración de estrategias
tendientes a su empoderamiento, y a la salida de la situación de violencia.

Ilustración 8: Actividad económica de la víctima

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159
Tabla 11: Actividad económica de la mujer

ACTIVIDAD ECONOMICA DE LA MUJER


Frecuencia Porcentaje
Changas (trabajo ocasional) en el Hogar 319 1,69
Changas (Trabajo Ocasional) fuera del hogar 1085 5,76
No Trabaja ni busca pero tiene ingresos
1734 9,20
(Jubilada-Pensionada/beneficiaria de subsidios)
No trabaja ni busca y no tiene ingresos 2850 15,13
No trabaja pero busca (desocupada) 2021 10,73
Trabaja cuenta Propia en el Hogar 394 2,09
Trabaja Cuenta Propia fuera del hogar 3832 20,34
Trabaja en relación de dependencia en el Hogar 32 0,17
Trabaja en relación de dependencia fuera del
5003 26,55
Hogar
Fuente: Programa AVM – Secretaría de Derechos Humanos de la Pcia. de Buenos Aires

3.8. Nivel educativo de la mujer


Del período estudiado, podemos resaltar la paridad existente entre todos los
niveles educativos y la prevalencia de la categoría “trabajo en relación de
dependencia fuera del hogar”, parámetros que colaboran con la desmitificación de
que la violencia familiar solo ocurre en los estratos más pobres de la población.

Tabla 12: Nivel educativo de la mujer

NIVEL EDUCATIVO DE LA MUJER


FRECUENCIA %
PRIMARIO COMPLETO 836 4,44
PRIMARIO INCOMPLETO 605 3,21
SECUNADRIO COMPLETO 1721 9,13
SECUNDARIO INCOMPLETO 1757 9,32
SIN ESTUDIOS 1115 5,92
TERCIARIO/UNIVERSITARIO COMPLETO 1741 9,24
TERCIARIO/UNIVERSITARIO INCOMPLETO 1425 7,56
Fuente: Programa AVM – Secretaría de Derechos Humanos de la Pcia. de Buenos Aires

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Aportes para la atención integral de las mujeres en situación de violencia

Ilustración 9: Nivel educativo de la mujer


160
NIVEL EDUCATIVO DE LA MUJER TERCIARIO/
SIN ESTUDIOS
12% UNIVERSITARIO
COMPLETO
19%
PRIMARIO
INCOMPLETO
7%
PRIMARIO COMPLETO TERCIARIO/
9% UNIVERSITARIO
INCOMPLETO
15%

SECUNDARIO SECUNDARIO
INCOMPLETO COMPLETO
19% 19%
FUENTE: PROGRAMA AVM - SECRETARIA DE DERECHOS HUMANOS DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES-2015

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