Sei sulla pagina 1di 11

LA MODERNIDAD PROMETEICA:

DE LA “OBRA DE ARTE TOTAL” A LOS TOTALITARISMOS

Data recepción: 2016/01/30 Constanza Nieto Yusta


Data aceptación: 2016/08/27 Universidad Nacional de Educación a Distancia
Contacto autora: nietoyustaconstanza@gmail.com

RESUMEN
En los versos de los primeros románticos alemanes, el poeta se perfila como la figura responsable
de guiar a la humanidad hacia un mundo renovado artística y políticamente. En este sentido ha de
comprenderse la formulación de «Gesamtkunstwerk» realizada por Richard Wagner: la «obra de arte
total» sería la síntesis definitiva de todas las artes y, más aún, de la naturaleza y la cultura, de la polí-
tica y la creación, de la vida y el arte. Esta misión prometeica de generar un nuevo credo y un nuevo
horizonte redentor adecuado para la modernidad desbordó el contexto del Romanticismo alemán
para resonar con fuerza en el siglo XX: algunas de las principales vanguardias históricas y, principal-
mente, los totalitarismos que inundaron la Europa de entreguerras no fueron sino continuaciones de
la necesidad totalizadora nacida en el Romanticismo.

Palabras clave: Modernidad, Romanticismo, Goethe, Richard Wagner, Gesamkunstwerk, Totali-


tarismo

ABSTRACT

The verses of the early German Romantics define the poet as a figure responsible for guiding
humanity towards the artistic and political renewal of the world. It is in this sense that we should
understand Richard Wagner’s concept of Gesamtkunstwerk, the “total work of art” a definitive
synthesis of the arts as a whole, and, in an even broader sense, of nature and culture, politics and
creation, and life and art. This Promethean mission to create a new credo for the modern world and
a new redemptive outlook fully suited to modernity took hold in German Romanticism and achieved
full resonance in the 20th century. Some of history’s leading avant-garde movements and the totali-
tarian regimes so prevalent in Europe between the wars were continuations of the totalitarian need
that emerged from Romanticism.
Keywords: Modernism, Romanticism, Goethe, Richard Wagner, Gesamtkunstwerk, Totalitarianism

Tal y como relata Hesíodo, Prometeo, hijo de rrespondía a los dioses (la carne y las vísceras)–,
Jápeto, el hermano de Cronos, y de la Oceánida Prometeo volvió a arremeter contra Zeus, desa-
Climene, desafió en varias ocasiones a los dio- fiando el castigo que éste había impuesto a toda
ses. No quedando contento con haber engañado la humanidad a raíz del engaño sufrido con el
una primera vez a Zeus –a quien ofreció las peo- buey: la supresión del fuego en el mundo de los
res partes de un buey sacrificado en su honor, hombres. Prometeo, que en este segundo des-
los huesos, para quedarse con todo lo que co- acato trajo de vuelta el fuego a los mortales, fue

QUINTANA Nº15 2016. ISSN 1579-7414. pp. 223-233


224 La modernidad prometeica: de la “obra de arte total” a los totalitarismos

castigado definitivamente por Zeus: «al astuto para ellos, y la unión de las letras en la escritura,
Constanza Nieto Yusta

Prometeo el dios lo ató al centro de una colum- donde se encierra la memoria de todo, artesana
na con penosos e indisolubles lazos, y le envió que es madre de las Musas. Uncí el primero en el
un águila de anchas alas que le royera el hígado yugo a las bestias que se someten a la collera y a
las personas, con el fin de que substituyeran a los
inmortal, recreciendo por la noche la parte del
mortales en los trabajos más fatigosos y enganché
hígado que el ave aliabierta devorara en todo al carro el caballo obediente a la brida, lujoso or-
el día.»1 Pero los desafíos que Prometeo llevó a nato de la opulencia. Y los carros de los navegan-
cabo contra la autoridad de los dioses tuvieron tes que, dotados con alas de lino, surcan errantes
consecuencias que fueron más allá del castigo in- el mar, ningún otro que yo los inventó.3
dividual impuesto al Titán: Zeus decidió también
De modo que Prometeo robó el fuego para
castigar a la humanidad modelando a la primera
iluminar y despertar al mundo: proporcionó al
mujer, Pandora, origen de todas las enfermeda-
hombre la capacidad de ver y de oír, el conoci-
des y desgracias que a partir de entonces serían
miento con el que dar forma a sus vidas. Nació
las compañeras infatigables de los hombres. Pro-
así la arquitectura, la comprensión del fulgor de
meteo, por tanto, desencadenó que el mundo
los astros, la astronomía, las matemáticas, la es-
cambiase de régimen: sus actos pusieron fin a la
critura, la ganadería, la navegación y otros tan-
Edad de Oro y dieron paso a una nueva historia
tos saberes como la medicina, la metalurgia y la
del mundo expulsada de los beneficios idílicos
adivinación: gracias al fuego, Prometeo eman-
de los tiempos originarios. «Por consiguiente»,
cipó a la Humanidad, poniendo en sus manos
nos relata Hesíodo, «desde aquel día innumera-
conocimiento, la ciencia, la técnica y las artes.
bles desdichas reinan entre los hombres y están
llenos de males la Tierra y el mar.»2 *
Pero, mientras Pandora pasó a la memoria Fue esta visión de Prometeo la que resurgió
de los hombres como la gran responsable de los con fuerza durante el Romanticismo. De nada le
males que poblaron el mundo, Prometeo fue, sirvió a Esquilo dejar claro que, pese a todos los
en cambio, recordado como uno de los grandes beneficios que el robo del fuego había traído a los
benefactores de la Humanidad: su (re)conquista hombres, este robo no era sino un acto reproba-
del fuego fue el paso definitivo en la conquis- ble en tanto resultado de esa desmesura furiosa
ta de la tekné y, en consecuencia, de la técnica o hybris que llevaba a los hombres a querer so-
que, ligada a la luz del conocimiento, conduce brepasar los límites que les habían impuesto los
irremediablemente al progreso. Esta visión del dioses. La recuperación romántica de Prometeo
Titán como el padre de las ciencias y de las artes encajaba a la perfección en un tiempo que, como
es la que aparece en el Prometeo encadenado bien ha señalado Václav Cerny, mostró desde
de Esquilo, donde el mismo Prometeo reivindica sus orígenes una clara propensión al titanismo.4
orgulloso ante el Océano su papel determinante Puesto que los titanes antiguos se habían carac-
en el progreso de los hombres: terizado por sus constantes desafíos a los desig-
En un principio, [los hombres] aunque tenían nios celestes —y no sólo hemos de pensar en
visión, nada veían, y, a pesar de que oían, no oían Prometeo pues la lista de insurrecciones titánicas
nada, sino que, igual que fantasmas de un sueño, es amplia o más bien congénita: Cronos expulsó
durante su vida dilatada, todo lo iban amasando del trono a su padre Urano y lo mismo hicieron
al azar. con Cronos sus hijos, Zeus, Hades y Poseidón—,
No conocían las casas de adobes cocidos al ¿cómo no iba a sentirse el Romanticismo, un mo-
sol, ni tampoco el trabajo de la madera, sino que vimiento hijo de la Revolución Francesa, marcado
habitaban bajo la tierra, como las ágiles hormigas, por el individualismo y la revuelta, la encarnación
en el fondo de grutas sin sol.
del titanismo moderno? Si el Paraíso perdido de
No tenían ninguna señal para saber que era el
invierno, ni de la florida primavera, ni para poner
John Milton ya había sentado el gran precedente
en seguro los frutos del fértil estío. Todo lo hacían al transformar a Satán en el primer gran rebel-
sin conocimiento, hasta que yo les enseñé los or- de ante la normativa divina, los nuevos tiempos
tos y ocasos de las estrellas, cosa difícil de conocer. tendrían que contar con un héroe análogo aun-
También el número, destacada invención, descubrí que más adecuado al espíritu moderno. Bajo el

QUINTANA Nº15 2016. ISSN 1579-7414. pp. 223-233


La modernidad prometeica: de la “obra de arte total” a los totalitarismos 225

prisma romántico, el orgullo y la desmesura del Los Prometeos de Goethe causaron una pro-

Constanza Nieto Yusta


Prometeo retratado por los antiguos quedaron funda impresión sobre sus contemporáneos e
justificados por el excelso fin que motivó sus ac- inauguraron el perfil moderno que obtendría el
tos: la rebelión contra los designios divinos y su Titán a partir de ese momento. Goethe decidió
consecuente puesta en marcha de la conciencia remodelar el mito de Prometeo partiendo de
de emancipación y de civilización del hombre. una de las interpretaciones del mito más con-
* trovertidas, aquella que ya había sido desarro-
llada plenamente por escritores del siglo II d.C.
Aunque dos de las paradas obligatorias en como el sirio Luciano de Samósata pero que
la construcción romántica de Prometeo suelen habían quedado ensombrecidas ante el poder
ser el Prometeo liberado de Shelley (1818) y el trágico de los relatos de Hesíodo y Esquilo: la
Prometeo de Edgar Quinet (1838)5, nosotros versión que relataba cómo Prometeo modeló, a
centraremos nuestras reflexiones en el movi- partir del barro, a la raza de los hombres, hasta
miento Sturm und Drang: fue en su seno donde entonces inexistente en un mundo gobernado
se gestaron algunas de la ideas más tempranas única y exclusivamente por el linaje celestial.7
del mito prometeico que más adelante recogió Claro está: para alguien como Goethe, conven-
y llevó al paroxismo el concepto wagneriano de cido de que «quien empieza a arrancarle sus se-
«obra de arte total». cretos a la Naturaleza siente un ansia invencible
En esta «tormenta e ímpetu», donde nacie- de su más digno intérprete, el arte»8, el mito
ron algunos de los pilares del posterior Roman- de Prometeo debía sustentarse casi de forma
ticismo –los conceptos de naturaleza y de genio, exclusiva en este episodio que desvelaba su ta-
y la reivindicación de una nueva mitología ade- lante creador. No obstante, Goethe quiso darle
cuada para el hombre moderno–, estuvo inmer- una vuelta de tuerca a las lecturas que, como las
so un joven Goethe que ya desde sus primeros de Luciano de Samósata, habían dejado entre-
escritos formuló los términos en los que debía ver que el acto de creación de los hombres por
producirse el amanecer de la modernidad que parte de Prometeo acabó por beneficiar a los
había nacido con la llegada del siglo XVIII. Así se dioses al ser estos hombres finalmente los res-
observa en una de sus Misceláneas que, lejos de ponsables del levantamiento de altares y tem-
su apariencia de refrán popular, puede conside- plos y de la ofrenda de sacrificios en su honor.
rarse el germen de los postulados estéticos que Lejos de ser culpable por haber desafiado a los
el poeta alemán puso poco después en marcha dioses y por haber puesto fin a los idílicos tiem-
con otros escritos: «Quien prevé es dueño del pos en la que no existía conflicto alguno entre
día».6 Si recordamos que etimológicamente el cielo y la tierra; y lejos, también de haber be-
Prometeo procede de la unión de pro (antes), y neficiado a los dioses con la creación de la raza
mitis (pensamiento, sabiduría, invención) y, por humana, el Prometeo de Goethe se concibió
tanto, comprendemos que Prometeo es aquel precisamente como el comienzo de una nueva
que piensa, conoce e inventa con anticipación Edad de Oro para el hombre. Desafiando al cie-
–el que predice, el que prevé–, adivinamos en- lo, Prometeo decidió ser el artífice de su propio
tonces las razones por las que Goethe encontró destino poblando la tierra con una nueva raza
en el Titán la encarnación misma del día hacia el hecha a su imagen y semejanza.9 De este modo,
que aspiraba elevarse el hombre moderno. De Prometeo, identificado con el hombre, se hacía
ahí que en sólo dos años, entre 1773 y 1774, el portavoz de su autonomía creadora y asumía la
poeta alemán dedicase a Prometeo una peque- eternidad que le concedía su rol como Creador;
ña pieza dramática y una oda, obras que desde pero también, su estirpe, los hombres, hereda-
el mismo instante de su publicación se convirtie- rían las pulsiones de su padre: la conciencia y
ron no sólo en el prolegómeno de su posterior voluntad prometeicas. «¡Realizadas veo aquí en
posicionamiento estético sino en el punto de figura corpórea mis anhelos todos! ¡Mi espíritu
partida de buena parte de las creencias román- repartido en miles de porciones e íntegramente
ticas sobre la necesaria y sagrada unión entre el al par en mis directos hijos!»10, clama el Pro-
arte y la vida. meteo de Goethe. Rodeado por las figurillas de

QUINTANA Nº15 2016. ISSN 1579-7414. pp. 223-233


226 La modernidad prometeica: de la “obra de arte total” a los totalitarismos

barro que acaba de modelar y que constituyen Así arengaba Prometeo a los herreros, y del
Constanza Nieto Yusta

no sólo una nueva raza contrapuesta a la raza mismo modo se dirigiría a los labradores y a
divina sino, ante todo, la prueba irrefutable de los pastores y, principalmente, a los guerreros,
que no sólo los dioses poseen en sus manos aquellos que en su canto van proclamando su
la eternidad inherente a la Creación, Prometeo eterno impulso hacia adelante y su capacidad de
sentencia: «Yo soy tan perdurable como ellos. limpiar todo a su paso y a los que Prometeo con-
¡Eternos somos todos!»11 sidera el «prieto enjambre de seres que siempre
Pero el Prometeo de Goethe no sólo puso está dispuesto tanto para hacer daño como para
en circulación la identificación de la Creación, prestar ayuda» a la raza de los hombres que,
del Artista, con el Titán: tal y como ha señalado bajo su amparo, van labrando su vida.14
Raymond Trousson, Goethe retrató a un Prome- El Prometeo de Goethe, por tanto, se con-
teo que, además de Creador, era Legislador e, vertía en la antorcha que la humanidad debía
incluso, Trabajador. Fue en la primera obra que seguir en el camino hacia su regeneración:
el poeta alemán dedicó al Titán, la pieza teatral bajo la luz de la creación, de la capacidad de
de 1773, donde Prometeo alternaba su rol de legislar y de la fuerza del trabajo, el hombre
Creador de los hombres con el papel de Legis- estaba preparado para labrar su propio destino.
lador de la vida de la nueva raza traída al mun- De este modo se sentó el gran precedente que
do.12 En cambio, la identificación de Prometeo seguirían los poetas, escritores y filósofos que,
con la figura del Trabajador no fue desarrollada pocos años después, consolidaron de forma
por Goethe hasta 1807, año en el que, tras ser definitiva el Romanticismo alemán. El mismo
invitado a participar en la recién fundada revista Herder, miembro fundacional junto con Goethe
vienesa de nombre Prometeo, publicó la pieza del Sturm und Drang, continuó la lectura de
teatral La vuelta de Pandora. En ella, Prometeo Goethe en su Prometeo encadenado de 1802,
aparecía retratado en contraposición a su her- aunque aplicando en él todos los postulados
mano Epimeteo. Frente a Epimeteo, cuyo nom- que ya había vertido en Del nuevo uso de la
bre significa «el que piensa tarde», un hombre mitología (1767): a sus ojos, Prometeo encar-
ocioso y soñador, Prometeo refulgía por su ca- naba la promesa del progreso histórico y de su
rácter laborioso e incansable, por la iniciativa y perfeccionamiento orgánico bajo las pulsiones
diligencia emprendedora propia del trabajador. creadoras inherentes a todos y cada uno de los
Este Prometeo Trabajador, tal y como nos mues- pueblos, unas pulsiones que, como no podía
tra las palabras que Goethe puso en sus labios, ser de otro modo, se encontraban latentes y es-
también tenía en sus manos la capacidad de perando a ser reactivadas de cara a los nuevos
acabar con la noche e instalar el amanecer, el tiempos, en los mitos.15
nuevo día:
Con esta reivindicación del poder prometei-
¡Oh llama de esta antorcha, anticipándote
co encerrado en la nueva mitología que requería
madrugadora a la estrella matinal, erguida en las
manos paternales, anuncias el día antes de que
el cosmos moderno, Herder materializaba toda
amanezca! Culto te sea rendido como a un dios. una serie de cuestiones puestas en marcha por
Pues toda aplicación, lo más digno de varonil es- sus contemporáneos unos años antes. El fraca-
tima es matinal, y solo ese esfuerzo nos concede so de la Revolución Francesa bajo el Terror llevó
sustento y bienestar por toda la jornada y pleno al Romanticismo alemán a buscar nuevas solu-
goce de las cansadas horas. Por eso yo, removien- ciones para los aires de cambio que recorrían
do el sagrado tesoro del vespertino rescoldo, y Europa. Y fue en la poiesis y en el mito don-
reanimándolo en nuevo ardiente impulso, vierto de se encontraron las claves para la renovación
una luz anticipada sobre mi esforzado e industrio-
política: la revolución, tal y como la concibió el
so pueblo. Así, a voces os llamo ya, a vosotros, ¡oh
domeñadores del bronce! Alzad ligeros vuestros
Romanticismo alemán, debía de ser, ante todo,
recios brazos, a fin de que marcando la cadencia estética. Los poetas pasaron, así, al primer plano
de un danzante coro a sonoro golpe de martillo, de la historia: «Estamos encargados de una mi-
pronto tengamos dispuesto para múltiples usos el sión: la de formar la tierra»16 sentenció Novalis,
fundido metal.13 pseudónimo de Friedrich von Hardenberg que,

QUINTANA Nº15 2016. ISSN 1579-7414. pp. 223-233


La modernidad prometeica: de la “obra de arte total” a los totalitarismos 227

precisamente, significaba «el que construye el Hijo de un policía y de una panadera, Wag-

Constanza Nieto Yusta


nuevo país». La fuerza poética del hombre, im- ner formó parte activa en las revoluciones de
buida de la luz creadora, pasaba a ser el me- 1848 y 1849. Amigo de Bakunin, el composi-
canismo con el que desvelar la potencia de la tor se involucró de lleno en los acontecimientos
Naturaleza y con el que generar una nueva mi- escribiendo panfletos revolucionarios, animando
tología que, por su carácter tanto racional como con sus discursos a las masas e, incluso, partici-
poético, pudiese erigirse en una maestra para la pando directamente en la organización de una
Humanidad más adecuada que la Filosofía o la de las rebeliones aportando granadas… La po-
Historia. 17 Así lo proclamaron Schiller, Hölderlin lítica aparecía, por entonces, a Wagner, al igual
y Hegel en 1795 en el escrito que conocemos que apareció a sus contemporáneos románticos,
como «El más antiguo programa sistemático del como el modo exclusivo con el que transformar
idealismo alemán»: el horizonte alemán. Pero pronto, con el fraca-
… la verdad y la bondad sólo están hermana- so de la revolución, Wagner comprendió lo que
das en la belleza. […] la poesía obtiene con ello Schiller y Novalis ya habían detectado tiempo
una dignidad superior, vuelve a ser lo que fue al antes: el arte debía encargarse de realizar lo que
comienzo: maestra de la humanidad, pues no no había podido cumplir la política revoluciona-
queda ya filosofía ni historia, únicamente el aire ria. La redención sería artística o no sería. Y fue
poético sobrevivirá a todas las demás ciencias y ar- justo en este contexto, en 1849, cuando Richard
tes. Al mismo tiempo escuchamos muy a menudo Wagner se decide a escribir toda una serie de
que la gran multitud tiene que tener una religión textos en los que quedó formulado el concep-
accesible a los sentidos. No sólo la gran multitud:
to de «Gesamtkunstwerk»: La obra de arte del
también el filósofo la necesita. Monoteísmo de la
razón y del corazón, politeísmo de la imaginación
futuro y El arte del futuro. Sobre el principio del
y del arte: eso es lo que necesitamos. […] tenemos comunismo. En ellos es donde el compositor for-
que tener una nueva mitología, pero esa mitolo- muló sus teorías acerca del poder prometeico de
gía tiene que estar al servicio de las ideas, tiene la música , poder que él mismo se iba a encargar
que hacerse una mitología de la razón. Mientras de arrebatar a los dioses para traerlo de vuelta a
las ideas no las hagamos estéticas, es decir, mito- los hombres, considerados ahora bajo su condi-
lógicas, no tendrán interés para el pueblo; y a la ción de pueblo.
inversa, el filósofo tendrá que avergonzarse de la
mitología mientras ésta no sea racional.18 Para Wagner, el Estado y el arte modernos
eran el resultado nefasto de dos dominios: el
* dominio de la ciencia y el dominio de la moda.
Guiado por la luz de la poesía, fue Richard Sometidos a sus imperativos, política y creación
Wagner quien puso en marcha sus pulsiones habían discurrido por los caminos del racionalis-
prometeicas autoproclamándose el único crea- mo y de la arbitrariedad, empantanando y limi-
dor de su raza, de su tierra y de su destino. Gran tando la comprensión y comunión del hombre
admirador de Goethe —no en vano dedicó uno con la naturaleza y, en consecuencia, con la vida.
de sus conciertos, aunque finalmente quedó in- El pueblo había quedado de este modo, y a pe-
concluso, al Fausto—, Wagner parecía materia- sar de haber estado en boca de todos a lo largo
lizar el potencial redentor que el poeta alemán del siglo, depauperado, alienado, separado de
había señalado tanto en la poesía como en la las fuerzas que le son propias, atomizado en un
música. Aunque Goethe intuía que el mundo individualismo que anunciaba su aniquilación.
moderno se encontraba en una situación de des- Con los ojos puestos en el modelo ateniense,
encantamiento casi irreversible —«Es el mundo donde Religión, Arte y Estado sonaban al uníso-
una campana cascada; hace ruido, pero no no, Wagner buscó recuperar la salud del pueblo,
suena»19, dejó sentenciado en una de sus máxi- su potencial creador y universal, mediante la re-
mas—, la música, considerada la arte más digna instauración del sentido comunitario.
de todas por ser pura forma y sustancia, poseía El pueblo es la quintaesencia de todos los
la capacidad de volver a ennoblecer la vida de que sienten una urgencia comunitaria […] los que
forma mucho más efectiva que cualquier otra puedan sentir que sólo en la satisfacción común
manifestación artística.20 alcanzarán la propia y por consiguiente empeñen

QUINTANA Nº15 2016. ISSN 1579-7414. pp. 223-233


228 La modernidad prometeica: de la “obra de arte total” a los totalitarismos

su fuerza vital mancomunada para satisfacer esa lenguaje, habían pasado a descansar en las ma-
Constanza Nieto Yusta

urgencia que han reconocido como común; pues nos de unos pocos hombres privilegiados que,
sólo la urgencia que lleva al extremo es la verda- como nuevos dioses, se atribuían de forma ex-
dera […] y sólo el pueblo actúa por necesidad, y clusiva todas las invenciones y logros de la hu-
por ende de un modo irresistible, triunfante, úni-
manidad. El pueblo, por tanto, debía reclamar
camente verdadero.21
lo que era suyo por derecho y sería gracias a la
Según Wagner, el pueblo era la comunidad urgencia comunitaria, una especie de impulso
movida por una urgencia común: la pulsión por prometeico colectivo, como los hombres recu-
realizar su condición mítica de colectividad in- perarían las armas con las que transformar el
disociable. Con el imperio de la razón, señala mundo para retornarlo, en el futuro, al estado
Wagner, el pueblo se ha visto despojado de sus originario donde naturaleza y artificio, acción y
fuerzas vitales necesarias, más aún: de la mano contemplación, razón e instinto descansaban en
de los hombres racionales, de los «inteligentes», una vida sin fisuras, en la Vida entendida con
se ha dicho actuar en nombre del pueblo y para mayúsculas. Y el modo de poner en marcha este
el pueblo cuando, en realidad, todas estas accio- proceso, ya lo intuimos, se encontraba en lo
nes han usurpado su verdadero papel protago- que Wagner denominó «Gesamtkunstwerk», la
nista en el nacimiento, desarrollo y construcción «obra de arte total»:
de todas las instituciones gloriosas de la humani-
Debemos hacer pues del arte helénico el arte
dad, el lenguaje, la religión, el Estado. humano en general; revocar las condiciones bajo
Vosotros, los inteligentes, no sois por tanto las que fue sólo helénico y no arte de todos los
los inventores, sino el pueblo, pues la necesidad hombres […] debemos ensanchar este ropaje de
lo impulsa a la invención; todas las grandes inven- la particular religión helénica, convertirlo en lazo
ciones son logros del pueblo; por el contrario, las de unión con las religión del futuro, la de la uni-
invenciones de la inteligencia son sólo explotacio- versalidad, para poder formarnos ya ahora una
nes, derivaciones o bien fragmentaciones, mutila- representación adecuada de la obra de arte del fu-
ciones, de las grandes invenciones del pueblo. No turo. […] La obra de arte es la religión vivamente
sois vosotros sino el pueblo quien ha inventado el representada; pero las religiones no las inventan
lenguaje; vosotros no habéis hecho sino corrom- los artistas, sólo nacen de los pueblos.23
per su belleza sensible, quebrantar su fuerza, per-
der su sentido interno, para poder investigar otra
Remitiéndose a la autoridad eterna del mun-
vez, trabajosamente, lo ya perdido. No sois voso- do clásico, el concepto de «obra de arte total»
tros los inventores de la religión, sino el pueblo; se proyectaba hacia adelante en el tiempo, sien-
vosotros habéis desvirtuado su expresión interna, do el producto de la religión del futuro creada
transformando el cielo en un infierno, que hizo de por el movimiento del pueblo hacia su urgencia
la verdad revelada una mentira. No sois vosotros comunitaria, a saber, lo que Wagner denomina
los inventores del Estado, sino el pueblo; vosotros «la obra de arte del futuro»: la obra represen-
lo habéis llevado de unión natural entre indigentes tante de la mitología colectiva, de la totalidad
iguales a unión antinatural bajo coacción de indi- del pueblo y de la universalidad de la naturaleza
gentes desiguales; de contrato para el bienestar
humana; la obra en la que no palpitarían las pul-
y protección del conjunto, a un malvado medio
de preservación de los privilegiados; de suave y
siones creadoras individuales sino las pulsiones
flexible tejido que cubría el dichoso movimiento de un único y titánico creador, legislador y traba-
del cuerpo humano, a ser sólo rígida armadura de jador, el pueblo. La obra de arte del futuro era,
hierro, convertido en adorno de una armería de pues, al igual que el pueblo, condición y destino
museo. No dais vosotros al pueblo de vivir, sino de la realización humana, el lazo sagrado con el
por el contrario, él a ustedes; no dais vosotros al que orquestar la gran sinfonía del mundo y don-
pueblo sus pensamientos, sino él a ustedes; por de todos los rasgos de individualidad quedarían
lo tanto no queráis enseñar al pueblo, sino dejaos subyugados bajo el imperativo del todo. Así lo
enseñar por él.22
dejó claro Wagner: «La gran obra de arte total,
De modo que para Wagner, el pueblo se ha- la que deberá abarcar todos los géneros del arte,
bía visto despojado de todos los poderes que le a los que en cierta medida, en tanto medios, uti-
correspondían: la religión, el Estado, incluso el lizará, aniquilará, en favor de alcanzar la meta

QUINTANA Nº15 2016. ISSN 1579-7414. pp. 223-233


La modernidad prometeica: de la “obra de arte total” a los totalitarismos 229

común a todos ellos, esto es la representación de Prometeo se presentaban sólo a la vista, las de

Constanza Nieto Yusta


incondicionada e inmediata de la completa na- Beethoven sólo al oído. Más sólo donde la vista y
turaleza humana, esta gran obra de arte total el oído se aseguran recíprocamente su aparición
no la reconoce como la posible acción de un in- está presente por entero el ser humano artístico.
¿Pero dónde encontró Beethoven esos seres
dividuo, sino pensable necesariamente como la
humanos a los que más allá del elemento de la
obra conjunta de los hombres del futuro.»24 La
música hubiera querido tender la mano? […] ¡Ay,
«obra de arte total», entendida como la máxima de ninguna parte llegó un Prometeo en su ayuda,
expresión de la colectividad convertida en sen- que le mostrase tales seres humanos! Debió po-
tir religioso, difuminaba los límites entre natu- nerse él mismo en marcha para recién entonces
raleza y creación: tal y como ha señalado Éric descubrir los seres humanos del futuro.28
Michaud, en ella, en la «Gesamtkunstwerk»¸«es
Beethoven, por tanto, no quiso esperar la lle-
la vida misma del pueblo la que se confunde en-
gada de un Prometeo que modelase a los hom-
teramente con la obra de arte de la que es ori-
bres adecuados para recibir su nuevo evangelio
gen, instrumento y fin.»25 He ahí lo que Wagner
redentor del arte del futuro: él mismo decidió
entendía por comunismo: el pueblo era la única
asumir la tarea anteriormente reservada al Titán
obra de arte verdadera y, a la vez, su propio mo-
haciendo de su música las herramientas con las
delador y demiurgo.26
que desbastar y pulir la materia artística laten-
Y puesto que el pueblo se encontraba espe- te, pero aún no aprovechada, de sus oyentes, el
rando a ser modelado para alcanzar su estatus público, los hombres modernos. El arrojo y valor
de comunidad sagrada y poder, así, esculpir su del individuo creador —el genio romántico que
futuro, alguien debía ponerse manos a la obra. decide acometer su misión heroica pese a los in-
Para elaborar la obra de arte total, todas las artes convenientes sociales, culturales y artísticos de
debían reunirse y cantar al unísono en un sólo su tiempo—, había sido prefigurado por Beetho-
cuerpo palpitante. Las tres artes originarias, el ven29 y grande era por ello a los ojos de Wagner:
arte de la danza, el arte del sonido y el arte de la Beethoven, encarnación de la naturaleza del ar-
poesía, debían hermanarse tal y como se herma- tista individual, fue capaz de «aportar materia a
naba el género humano. Y si bien el panorama la masa artística por configurar»30. Pero su tarea
creador de su siglo era, a sus ojos, desalentador, había quedado imperfecta al apelar únicamente
Wagner contaba con un gran precedente de la al oído: «Más sólo donde la vista y el oído se
tarea prometeica que se había propuesto con- aseguran recíprocamente su aparición está pre-
tinuar y llevar a su máxima realización: Beetho- sente por entero el ser humano artístico». Wag-
ven. Beethoven, que en 1801 había creado ner tomó, por tanto el relevo: su «obra de arte
precisamente una obra titulada Las criaturas de total» labraría no sólo el oído de los hombres
Prometeo, había comprendido «la inmensa ca- del futuro sino que, también, esculpiría ante sus
pacidad de la música instrumental para expresar ojos las imágenes de los nuevos mitos, su poesía,
los poderosos impulsos y exigencias primordia- su lenguaje, su armonía total.
les»27, otorgando a los sonidos de sus sinfonías
el poder de la danza y de la poesía, logrando Así lo expuso Wagner en El arte del futu-
así generar un lenguaje universal con el que dar ro, donde una de las ideas fundamentales era
nueva forma a sus oyentes, los hombres del fu- la comprensión del hombre como escultor de sí
turo. Así lo señala Wagner al analizar la Sexta mismo, es decir como un ser que se consideraba
Sinfonía o la Pastoral: su «propio objeto y materia artística»: «sólo ese
ser humano que ya desde sí y para sí ha crea-
¡Sin embargo esos dichosos bailarines no eran do la obra de arte inmediatamente humana […]
otra cosa que sonidos, sonidos que representaban
está por ende en condiciones de comprenderse
e imitaban a seres humanos! Como un segundo
Prometeo, que con arcilla diera forma a hombres,
y transmitirse a sí mismo artísticamente» siendo
Beethoven intentó darles forma con sonidos. Pero «también […] capaz por lo tanto de representar-
el ser humano, imagen viva de Zeus, dador de se a la naturaleza de modo artístico».31 Un hom-
vida, debe ser creado no con arcilla o sonidos, sino bre que, por tanto, podemos tildar de prometei-
con ambas materias por igual. Si las creaciones co pues al comprenderse como materia artística

QUINTANA Nº15 2016. ISSN 1579-7414. pp. 223-233


230 La modernidad prometeica: de la “obra de arte total” a los totalitarismos

concibe la naturaleza, en todas sus vertientes, definitivamente a la conquista del futuro, inau-
Constanza Nieto Yusta

como una realidad susceptible de devenir una gurando así un nuevo comienzo.
obra de arte, la más grande de todas. Esa era la No obstante, y a pesar de los proyectos wag-
gran tarea de la poiesis moderna para Wagner: nerianos, el nuevo comienzo soñado tuvo que
el hombre escultor de sí mismo debía insuflar de esperar hasta el siglo XX para poder ser consta-
vida a las artes y convertirlas en el gran drama, tado no sólo como una realidad imparable sino,
en la gran ópera con la que volver a hacer sonar ante todo, como una de las condiciones básicas
al mundo, devenido, así, una obra de arte viva, de la misma modernidad. 34 La Primera Guerra
lo que Wagner designaba como la «verdadera Mundial supuso un antes y un después en la his-
plástica».32 toria de Europa: algunos como Maurice Barrès
* declararon el mismo día del estallido de la gue-
El teatro que Wagner construyó en Bayre- rra, el 3 de agosto de 1914, que el mundo mo-
uth en 1876 como receptáculo de sus teorías y derno se encontraba ante «un día sagrado» al
como nuevo templo en el que poder escenificar asistirse al «nacimiento de un nuevo mundo»35;
los poderes redentores de los dramas constitu- otros como Ernst Jünger, con la experiencia de
tivos del ciclo de El anillo del Nibelungo fue la haber vivido las «tempestades de acero» de la
culminación arquitectónica de todo su proyec- guerra desde sus líneas de batalla, analizó cómo
to, el nuevo lugar de peregrinaje para todos los la Primera Guerra Mundial instauró la «moviliza-
fieles que confiasen en la conversión dramática ción total»: el estado de alianza definitiva entre
que prometían las quince horas de representa- la guerra y el progreso, un estado en el que la
ción de la tetralogía. No obstante, la orientación existencia quedaba sometida a la energía y la
de las teorías, tanto políticas como musicales, aceleración propias no sólo de un mundo indus-
del compositor había cambiado drásticamente trializado sino, ante todo, de un mundo pobla-
ya tiempo antes. La publicación en 1850 de su do por nuevos talleres de Vulcano. Un mundo
ensayo El judaísmo y la música desveló el agre- moderno habitado por una nueva figura pro-
sivo antisemitismo del compositor, para el que meteica, portavoz del fuego y de la industria: el
los judíos se presentaban como los parásitos, trabajador.36
como los gusanos responsables de la enferme- La situación de Alemania tras perder la Pri-
dad alemana. Y a lo largo de los años en los que mera Guerra Mundial supuso que la modernidad
se vio inmerso en el faraónico proyecto de Bayre- prometeica gestada desde el primer Romanticis-
uth —unos años que no fueron otros que los de mo encontrase el contexto más propicio para su
Bismarck, para quien la política era «el arte de realización: la figura de Prometeo así como la
lo posible»33— este germanismo exacerbado su- «Gesamtkunstwerk» wagneriana como síntesis
puso la modificación de su primera concepción definitiva de las pulsiones prometeicas románti-
de la obra de arte del futuro. Las pretensiones cas resultaron dos de los pilares perfectos para
anteriores de alcanzar una «Gesamtkunstwerk» un Tercer Reich dirigido a la reconstrucción to-
universal, para todos los pueblos del mundo tal de la nación y de la raza alemana. Si recor-
considerados como un solo pueblo, dio paso a la damos una de las secuencias más impactantes
construcción de este arte del futuro de un modo de El triunfo de la voluntad de Leni Riefenstahl,
más realista, en una parcela más manejable en constatamos cómo en 1933, año de los Congre-
tanto reducida, esto es, no con miras al espíritu sos de Nüremberg que motivaron el rodaje del
universal sino en base al espíritu alemán y, por filme, Hitler ya había erigido en el maestro cons-
ende, como una manifestación exclusiva para la tructor de una Alemania que renacería como la
nación alemana. De ahí que la fuente de inspi- más grande y definitiva «Gesamtkunstwerk»37:
ración del ciclo El anillo fuese el pasado medie- el pueblo alemán al que se dirigían las palabras
val alemán y las leyendas nórdicas: del modelo del Führer quedaba encarnado por un ejército
de Rienzi Wagner pasó a la épica de Sigfrido y de trabajadores que, como soñara Novalis, es-
las Walkirias, un modelo con el que Alemania taba encargado de reconstruir la tierra alemana
podría reconectar con su pasado para lanzarse y que, como analizó Jünger, respondía al estado

QUINTANA Nº15 2016. ISSN 1579-7414. pp. 223-233


La modernidad prometeica: de la “obra de arte total” a los totalitarismos 231

de «movilización total» de un mundo sumido escena en las que el tono vehemente, el gesto

Constanza Nieto Yusta


en los nuevos talleres de Vulcano nacidos de la y el saludo operaban como meros instrumentos
comunión entre guerra, técnica e industria. Si retóricos sino la comunión extática, delirante,
pensamos, a su vez, en algunas de las imágenes pavorosa, con el poder sagrado de los dioses,
más representativas del Tercer Reich, de nuevo con su fuego creador, ahora extirpado del cie-
aflora la figura de Prometeo como símbolo de la lo para imponer su potencial en el mundo de
misión redentora en la que Hitler había embar- los hombres en las manos del nuevo Prometeo.
cado a Alemania: el Portador de antorcha de Wi- Hitler, tal y como quedó retratado en las viñe-
lly Meyer (1936) o el Prometeo de Arno Breker tas de Garvens de 1933, se había propuesto ser
(1938), por citar sólo las dos más conocidas, no el «escultor de Alemania», aquel que superase
fueron sino la materialización de las reflexiones el carácter pusilánime del Romanticismo e ins-
del propio Hitler en Mein Kampf (1925) donde el taurase un Romanticismo capaz de mirar a los
hombre ario quedó definido como «el Prometeo problemas sin compasión y directamente a los
de la Humanidad»38 ojos; aquel que, dando el golpe definitivo sobre
Hitler se encargaría de hacer realidad la mi- la mesa, lograse poner orden a la masa caóti-
sión prometeica que se asignaron los poetas ca y enredada del pueblo y la convirtiese en un
románticos y que Wagner materializó en su am- solo cuerpo, el cuerpo del Leviatán, el organismo
bicioso proyecto de «obra de arte total» prome- único y total, aunque en este caso, sometidos
teica: robar el fuego a los dioses para moldear a los dictados del cuerpo bello, el cuerpo de la
en barro nuevas criaturas, una nueva raza de raza aria.
hombres, la raza de los hombres nuevos con los El Tercer Reich se erigió, por tanto, en el
que soñaba Hitler, en consonancia con la idea de gran representante de las teorías wagnerianas
«hombre nuevo» que pobló toda la Europa de de la «obra de arte total», en la corporación de
entreguerras. Así lo declaró, con contundencia, esos hombres con los que soñaba Wagner, «los
en su discurso del 14 de septiembre de 1935: hombres como modeladores artísticos a partir
No deseamos otra cosa de nuestra juventud de los materiales naturales»41. Más sofisticada
alemana que aquello que hizo de ella el pasado. A fue, en cambio, la «obra de arte total» que se
nuestros ojos, el joven alemán del futuro debe ser llevó a cabo con Stalin. La maquinaria rusa, su
vital y hábil, rápido como el galgo, resistente como «movilización total», tuvo un desarrollo que, en
el cuero y duro como el acero de Krupp. Para que sintonía con esa omnipresencia de la burocra-
nuestro pueblo no desaparezca bajo los síntomas cia con la que escritores como Dostoievski nos
de la degeneración de nuestro tiempo, debemos caracterizaron a la Rusia de los años preceden-
generar un hombre nuevo.39 tes, terminó por instaurar la realidad de la gran
En eso consistió el Tercer Reich, tal y como «Gesamtkunstwerk» que fue el bolchevismo
lo dejó claro Rudolf Hess: «el nacionalsocialis- staliniano. Tal y como ha mostrado Boris Groys,
mo no es otra cosa que la biología aplicada»40. Stalin también estuvo imbuido por el mal pro-
Adolf Hitler se autoproclamó el gran arquitecto meteico propio de la modernidad: la «obra de
del mundo alemán, el chamán capaz de extirpar arte total Stalin» se construyó sobre la consagra-
la enfermedad y la degeneración del cuerpo del ción de Stalin como un nuevo demiurgo y la rei-
Estado, el creador poiético que pondría a bailar vindicación de la urgente llegada de un hombre
al cosmos bajo sus implacables órdenes: sus dis- nuevo, vigoroso, atlético pero también trabaja-
cursos, tal y como se aprecia en la serie de foto- dor, proletario, al servicio de la construcción de
grafías tomadas por Heinrich Hoffman a finales la nueva tierra rusa.42
de los años veinte, no fueron meras puestas en

QUINTANA Nº15 2016. ISSN 1579-7414. pp. 223-233


232 La modernidad prometeica: de la “obra de arte total” a los totalitarismos

NOTAS 1006-1007. No obstante, aunque exis- 20


Estas ideas de Goethe se obser-
Constanza Nieto Yusta

tan similitudes entre la pieza dramática y van en las máximas 486 y 487: Op. cit.,
1
Hesíodo, Teogonía, en Hesíodo, la oda, autores como Hans Blumemberg p. 384. En lo que se refiere al carácter
Los trabajos y los días. La Teogonía. El han señalado que fue en la oda donde redentor de la poesía, véanse las máxi-
escudo de Heracles, Barcelona, Editorial Goethe alcanzó un mayor radicalismo mas 383, 385, 507, 510.
Iberia, 1972, p. 113. en sus planteamientos sobre Prometeo 21
Richard Wagner, «La obra de arte
2
Op. cit., p. 47. El mito de Pandora como Creador: al hacer desaparecer a del futuro» en El arte del futuro, Buenos
está relatado en Los trabajos y los días, Minerva en la oda, Prometeo ya no re- Aires, Prometeo Libros, 2011, p. 24.
véase Op. cit., pp. 45-47. quiere de nada ajeno a él para insuflar 22
Op. cit., pp. 28-29.
de vida las figurillas de los hombres que
3
Esquilo, Prometeo encadenado, 23
Op. cit., p. 38.
ha modelado. Véase Hans Blumemberg,
Madrid, Gredos, 2010, p. 59, versos 24
Op. cit., p. 36.
Trabajo sobre el mito, Barcelona, Paidós,
447-469.
2003, pp. 487-488.
25
Éric Michaud, «Œuvre d’art tota-
4
La idea del titanismo romántico le et totalitarisme» en VV. AA., L’Œuvre
fue desarrollada de forma temprana
10
Son palabras pertenecientes a
la pieza dramática. Véase Johann Wol- d’art totale, París, Gallimard, 2003, p.
en el estudio de Václav Cerny Essai sur 37.
le titanisme dans la poésie romantique fgang von Goethe, Obras completas,
Madrid, Aguilar, vol. III, 1987, p. 1900.
26
Es en el apartado quinto de La
occidentale entre 1815 et 1850, Praga,
obra de arte del futuro, «El artista del fu-
Editions Orbis, 1935. 11
Op. cit., p. 1901.
turo», donde aparecen estas reflexiones.
5
En lo que respecta al Prome- 12
Véase Johann Wolfgang von
Véase Richard Wagner, Op. cit., p. 143.
teo de Shelley, véase Jean Perrin, «Le Goethe, Op. cit, vol. III, 1987, pp. 1902-
27
Op. cit., p. 66.
Prométhée shelleyen en perspective», 1903. Para un análisis del paso del Pro-
XVII-XVIII. Bulletin de la société d’études meteo Creador-Artista del primer acto
28
Op. cit., pp. 69-70.
anglo-americaines des XVIIe et XVIIIe al Prometeo Legislador del segundo, 29
Op. cit., p. 72.
siécles, núm. 35, 1992, pp. 129-134. véase Raymond Trousson, Op. cit., pp. 30
Op. cit., p. 75.
Para la génesis y evolución de Prometeo 326-327. 31
«El ser humano, es su propio ob-
durante el Romanticismo, véase Antoine 13
Johann Wolfgang Goethe, Op. jeto y materia artística» es el título de
Thivel, «Prométhée, personnage roman- cit., pp. 904-905. uno de los apartados de El arte del fu-
tique», Le Romantisme et la Grèce. Ac- turo. La cita se encuentra en este mismo
14
Las palabras de Prometeo en re-
tes du 4ème colloque de la Villa Kérylos, escrito, en un apartado posterior titula-
lación con los guerreros se encuentran
Cahiers de la Villa Kérylos, 4, 1994, pp.
en Op. cit., p. 917 y 919. Para ver los do «El ser humano como modelador ar-
14-27.
cantos de los guerreros, véase Op. cit., tístico a partir de materiales naturales»:
6
Se trata de la reflexión núme- pp. 918-919 Op. cit., p. 99.
ro 910 de su Miscelánea. Máximas y 15
Hans Blumenberg, Op. cit., p. 32
Op. cit., p. 115.
reflexiones en Johann Wolfgang von
416 y ss. Véase también Lluís Duch «La 33
Se trata de una frase de Ernst
Goethe, Obras Completas, Madrid,
interpretación del mito en Johann Gott- Jünger, citada en «The Total mobilisa-
Aguilar, 1987, vol. I, p. 425.
fried Herder (1744-1803) en Ll. Duch, M. tion» en WOLIN, Richard, The Heide-
7
Luciano de Samósata escribió en Lavaniegos, G. Muzzio, A. Ortiz-Osés, B. gger Controversy: A Critical Reader, MIT
el siglo II d. C. un Prometeo que, para
Solares, M. Steenbock y A. Yáñez, Mito y Press, 1993, p. 126.
muchos estudiosos, debe considerarse
Romanticismo, México, U.N.A.M., 2012, 34
Para esta «reconexión hacia ade-
próximo, dado su género, tema y perio-
pp. 144-150. lante» en relación con el fascismo, véase
do de publicación, a los Diálogos de los 16
Novalis (Friedrich von Harden- Roger Griffin, Modernismo y fascismo.
dioses por los que el poeta sirio es co-
berg), Gérmenes o fragmentos, Méxi- La sensación de comienzo bajo Mu-
nocido. Este Prometeo muestra al Titán
co, El Clavo ardiendo-Editorial Séneca, ssolini y Hitler, Madrid, Akal, 2010, pp.
explicando detalladamente cómo fue
su acto de creación de la raza humana 2006, p. 56. 356-360.
y cómo este acto fue más beneficioso
17
Véase Friedrich Schiller, Cartas 35
Citado en Roger Griffin, Op. cit.,
que perjudicial para los dioses: véase sobre la educación estética del hombre, p. 221.
Luciano, Obras I. Prometeo, Madrid, Madrid, Aguilar, 1969, pp. 58-59. 36
Para la idea de «movilización
Editorial Gredos, 1996, pp. 7, 8 y 9, 11, 18
Citado en Günther Pöltner, «La total», véase Ernst Jünger, « The Total
12 y 14. idea de Richard Wagner de la obra de mobilisation» en Richard Wolin, The Hei-
8
Se trata de la miscelánea 201. arte total. Comentarios sobre el progra- degger Controversy: A Critical Reader,
Johann Wolfgang von Goethe. Op. cit., ma de una superación de la religión en MIT Press, 1993, p. 119-139, y para el
p. 353. el arte», Thémata. Revista de Filosofía, análisis de la figura del trabajador, Ernst
9
Véase Johann Wolfgang von núm. 30, 2003, p. 171. Jünger, El trabajador. Dominio y figura,
Goethe, Op. cit., vol. III, 1987, p. 1905; 19
Se trata de la máxima número Barcelona, Tusquets, 1990.
y para comparar con la oda, véase el 193: Johann Wolfgang von Goethe, Op. 37
Para profundizar en las ideas de
volumen I de las Obras completas, pp. cit., vol. I, p. 353. Hitler como artífice de la gran «Gesa-

QUINTANA Nº15 2016. ISSN 1579-7414. pp. 223-233


La modernidad prometeica: de la “obra de arte total” a los totalitarismos 233

mtkunstwerk» alemana véase Frederic Prometeo en las artes visuales nazis: el fabrique de «l’homme nouveau», París,

Constanza Nieto Yusta


Spotts, Hitler y el poder de la estética, proyecto de cartel diseñado por Hitler en Éditions Gallimard, 2008, p. 47. Traduc-
Madrid, Machado Libros, 2011, concre- 1919 con una mano portando una an- ción propia.
tamente los capítulos «El wagnerita per- torcha y titulado «¡Hágase la luz!», o el 40
Ibidem.
fecto» y «El maestro constructor», pp. cartel para el Día del arte alemán (1938), 41
Esta idea se desarrolla en uno de
279-329 y 383-492, respectivamente. ilustrado con un atleta, de nuevo, por- los apartados de El arte del futuro. Véase
38
Citado en Éric Michaud, La estéti- tando una antorcha. Richard Wagner, Op. cit., p. 99 y ss.
ca nazi. Un arte de la eternidad, Buenos 39
Citado en Jean Clair, «La masse 42
Boris Groys, Obra de arte total
Aires, Adriana Hidalgo, 2009, p. 126. et la puissance. L’âge des dictatures. De Stalin, Madrid, Pre-Textos, 2008.
En el libro de Michaud aparecen otros l’homme sans qualités au travailleur»
ejemplos significativos de los ecos de en Jean Clair (dir.), Les années 1930. La

QUINTANA Nº15 2016. ISSN 1579-7414. pp. 223-233

Potrebbero piacerti anche