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RESUMEN
En los versos de los primeros románticos alemanes, el poeta se perfila como la figura responsable
de guiar a la humanidad hacia un mundo renovado artística y políticamente. En este sentido ha de
comprenderse la formulación de «Gesamtkunstwerk» realizada por Richard Wagner: la «obra de arte
total» sería la síntesis definitiva de todas las artes y, más aún, de la naturaleza y la cultura, de la polí-
tica y la creación, de la vida y el arte. Esta misión prometeica de generar un nuevo credo y un nuevo
horizonte redentor adecuado para la modernidad desbordó el contexto del Romanticismo alemán
para resonar con fuerza en el siglo XX: algunas de las principales vanguardias históricas y, principal-
mente, los totalitarismos que inundaron la Europa de entreguerras no fueron sino continuaciones de
la necesidad totalizadora nacida en el Romanticismo.
ABSTRACT
The verses of the early German Romantics define the poet as a figure responsible for guiding
humanity towards the artistic and political renewal of the world. It is in this sense that we should
understand Richard Wagner’s concept of Gesamtkunstwerk, the “total work of art” a definitive
synthesis of the arts as a whole, and, in an even broader sense, of nature and culture, politics and
creation, and life and art. This Promethean mission to create a new credo for the modern world and
a new redemptive outlook fully suited to modernity took hold in German Romanticism and achieved
full resonance in the 20th century. Some of history’s leading avant-garde movements and the totali-
tarian regimes so prevalent in Europe between the wars were continuations of the totalitarian need
that emerged from Romanticism.
Keywords: Modernism, Romanticism, Goethe, Richard Wagner, Gesamtkunstwerk, Totalitarianism
Tal y como relata Hesíodo, Prometeo, hijo de rrespondía a los dioses (la carne y las vísceras)–,
Jápeto, el hermano de Cronos, y de la Oceánida Prometeo volvió a arremeter contra Zeus, desa-
Climene, desafió en varias ocasiones a los dio- fiando el castigo que éste había impuesto a toda
ses. No quedando contento con haber engañado la humanidad a raíz del engaño sufrido con el
una primera vez a Zeus –a quien ofreció las peo- buey: la supresión del fuego en el mundo de los
res partes de un buey sacrificado en su honor, hombres. Prometeo, que en este segundo des-
los huesos, para quedarse con todo lo que co- acato trajo de vuelta el fuego a los mortales, fue
castigado definitivamente por Zeus: «al astuto para ellos, y la unión de las letras en la escritura,
Constanza Nieto Yusta
Prometeo el dios lo ató al centro de una colum- donde se encierra la memoria de todo, artesana
na con penosos e indisolubles lazos, y le envió que es madre de las Musas. Uncí el primero en el
un águila de anchas alas que le royera el hígado yugo a las bestias que se someten a la collera y a
las personas, con el fin de que substituyeran a los
inmortal, recreciendo por la noche la parte del
mortales en los trabajos más fatigosos y enganché
hígado que el ave aliabierta devorara en todo al carro el caballo obediente a la brida, lujoso or-
el día.»1 Pero los desafíos que Prometeo llevó a nato de la opulencia. Y los carros de los navegan-
cabo contra la autoridad de los dioses tuvieron tes que, dotados con alas de lino, surcan errantes
consecuencias que fueron más allá del castigo in- el mar, ningún otro que yo los inventó.3
dividual impuesto al Titán: Zeus decidió también
De modo que Prometeo robó el fuego para
castigar a la humanidad modelando a la primera
iluminar y despertar al mundo: proporcionó al
mujer, Pandora, origen de todas las enfermeda-
hombre la capacidad de ver y de oír, el conoci-
des y desgracias que a partir de entonces serían
miento con el que dar forma a sus vidas. Nació
las compañeras infatigables de los hombres. Pro-
así la arquitectura, la comprensión del fulgor de
meteo, por tanto, desencadenó que el mundo
los astros, la astronomía, las matemáticas, la es-
cambiase de régimen: sus actos pusieron fin a la
critura, la ganadería, la navegación y otros tan-
Edad de Oro y dieron paso a una nueva historia
tos saberes como la medicina, la metalurgia y la
del mundo expulsada de los beneficios idílicos
adivinación: gracias al fuego, Prometeo eman-
de los tiempos originarios. «Por consiguiente»,
cipó a la Humanidad, poniendo en sus manos
nos relata Hesíodo, «desde aquel día innumera-
conocimiento, la ciencia, la técnica y las artes.
bles desdichas reinan entre los hombres y están
llenos de males la Tierra y el mar.»2 *
Pero, mientras Pandora pasó a la memoria Fue esta visión de Prometeo la que resurgió
de los hombres como la gran responsable de los con fuerza durante el Romanticismo. De nada le
males que poblaron el mundo, Prometeo fue, sirvió a Esquilo dejar claro que, pese a todos los
en cambio, recordado como uno de los grandes beneficios que el robo del fuego había traído a los
benefactores de la Humanidad: su (re)conquista hombres, este robo no era sino un acto reproba-
del fuego fue el paso definitivo en la conquis- ble en tanto resultado de esa desmesura furiosa
ta de la tekné y, en consecuencia, de la técnica o hybris que llevaba a los hombres a querer so-
que, ligada a la luz del conocimiento, conduce brepasar los límites que les habían impuesto los
irremediablemente al progreso. Esta visión del dioses. La recuperación romántica de Prometeo
Titán como el padre de las ciencias y de las artes encajaba a la perfección en un tiempo que, como
es la que aparece en el Prometeo encadenado bien ha señalado Václav Cerny, mostró desde
de Esquilo, donde el mismo Prometeo reivindica sus orígenes una clara propensión al titanismo.4
orgulloso ante el Océano su papel determinante Puesto que los titanes antiguos se habían carac-
en el progreso de los hombres: terizado por sus constantes desafíos a los desig-
En un principio, [los hombres] aunque tenían nios celestes —y no sólo hemos de pensar en
visión, nada veían, y, a pesar de que oían, no oían Prometeo pues la lista de insurrecciones titánicas
nada, sino que, igual que fantasmas de un sueño, es amplia o más bien congénita: Cronos expulsó
durante su vida dilatada, todo lo iban amasando del trono a su padre Urano y lo mismo hicieron
al azar. con Cronos sus hijos, Zeus, Hades y Poseidón—,
No conocían las casas de adobes cocidos al ¿cómo no iba a sentirse el Romanticismo, un mo-
sol, ni tampoco el trabajo de la madera, sino que vimiento hijo de la Revolución Francesa, marcado
habitaban bajo la tierra, como las ágiles hormigas, por el individualismo y la revuelta, la encarnación
en el fondo de grutas sin sol.
del titanismo moderno? Si el Paraíso perdido de
No tenían ninguna señal para saber que era el
invierno, ni de la florida primavera, ni para poner
John Milton ya había sentado el gran precedente
en seguro los frutos del fértil estío. Todo lo hacían al transformar a Satán en el primer gran rebel-
sin conocimiento, hasta que yo les enseñé los or- de ante la normativa divina, los nuevos tiempos
tos y ocasos de las estrellas, cosa difícil de conocer. tendrían que contar con un héroe análogo aun-
También el número, destacada invención, descubrí que más adecuado al espíritu moderno. Bajo el
prisma romántico, el orgullo y la desmesura del Los Prometeos de Goethe causaron una pro-
barro que acaba de modelar y que constituyen Así arengaba Prometeo a los herreros, y del
Constanza Nieto Yusta
no sólo una nueva raza contrapuesta a la raza mismo modo se dirigiría a los labradores y a
divina sino, ante todo, la prueba irrefutable de los pastores y, principalmente, a los guerreros,
que no sólo los dioses poseen en sus manos aquellos que en su canto van proclamando su
la eternidad inherente a la Creación, Prometeo eterno impulso hacia adelante y su capacidad de
sentencia: «Yo soy tan perdurable como ellos. limpiar todo a su paso y a los que Prometeo con-
¡Eternos somos todos!»11 sidera el «prieto enjambre de seres que siempre
Pero el Prometeo de Goethe no sólo puso está dispuesto tanto para hacer daño como para
en circulación la identificación de la Creación, prestar ayuda» a la raza de los hombres que,
del Artista, con el Titán: tal y como ha señalado bajo su amparo, van labrando su vida.14
Raymond Trousson, Goethe retrató a un Prome- El Prometeo de Goethe, por tanto, se con-
teo que, además de Creador, era Legislador e, vertía en la antorcha que la humanidad debía
incluso, Trabajador. Fue en la primera obra que seguir en el camino hacia su regeneración:
el poeta alemán dedicó al Titán, la pieza teatral bajo la luz de la creación, de la capacidad de
de 1773, donde Prometeo alternaba su rol de legislar y de la fuerza del trabajo, el hombre
Creador de los hombres con el papel de Legis- estaba preparado para labrar su propio destino.
lador de la vida de la nueva raza traída al mun- De este modo se sentó el gran precedente que
do.12 En cambio, la identificación de Prometeo seguirían los poetas, escritores y filósofos que,
con la figura del Trabajador no fue desarrollada pocos años después, consolidaron de forma
por Goethe hasta 1807, año en el que, tras ser definitiva el Romanticismo alemán. El mismo
invitado a participar en la recién fundada revista Herder, miembro fundacional junto con Goethe
vienesa de nombre Prometeo, publicó la pieza del Sturm und Drang, continuó la lectura de
teatral La vuelta de Pandora. En ella, Prometeo Goethe en su Prometeo encadenado de 1802,
aparecía retratado en contraposición a su her- aunque aplicando en él todos los postulados
mano Epimeteo. Frente a Epimeteo, cuyo nom- que ya había vertido en Del nuevo uso de la
bre significa «el que piensa tarde», un hombre mitología (1767): a sus ojos, Prometeo encar-
ocioso y soñador, Prometeo refulgía por su ca- naba la promesa del progreso histórico y de su
rácter laborioso e incansable, por la iniciativa y perfeccionamiento orgánico bajo las pulsiones
diligencia emprendedora propia del trabajador. creadoras inherentes a todos y cada uno de los
Este Prometeo Trabajador, tal y como nos mues- pueblos, unas pulsiones que, como no podía
tra las palabras que Goethe puso en sus labios, ser de otro modo, se encontraban latentes y es-
también tenía en sus manos la capacidad de perando a ser reactivadas de cara a los nuevos
acabar con la noche e instalar el amanecer, el tiempos, en los mitos.15
nuevo día:
Con esta reivindicación del poder prometei-
¡Oh llama de esta antorcha, anticipándote
co encerrado en la nueva mitología que requería
madrugadora a la estrella matinal, erguida en las
manos paternales, anuncias el día antes de que
el cosmos moderno, Herder materializaba toda
amanezca! Culto te sea rendido como a un dios. una serie de cuestiones puestas en marcha por
Pues toda aplicación, lo más digno de varonil es- sus contemporáneos unos años antes. El fraca-
tima es matinal, y solo ese esfuerzo nos concede so de la Revolución Francesa bajo el Terror llevó
sustento y bienestar por toda la jornada y pleno al Romanticismo alemán a buscar nuevas solu-
goce de las cansadas horas. Por eso yo, removien- ciones para los aires de cambio que recorrían
do el sagrado tesoro del vespertino rescoldo, y Europa. Y fue en la poiesis y en el mito don-
reanimándolo en nuevo ardiente impulso, vierto de se encontraron las claves para la renovación
una luz anticipada sobre mi esforzado e industrio-
política: la revolución, tal y como la concibió el
so pueblo. Así, a voces os llamo ya, a vosotros, ¡oh
domeñadores del bronce! Alzad ligeros vuestros
Romanticismo alemán, debía de ser, ante todo,
recios brazos, a fin de que marcando la cadencia estética. Los poetas pasaron, así, al primer plano
de un danzante coro a sonoro golpe de martillo, de la historia: «Estamos encargados de una mi-
pronto tengamos dispuesto para múltiples usos el sión: la de formar la tierra»16 sentenció Novalis,
fundido metal.13 pseudónimo de Friedrich von Hardenberg que,
precisamente, significaba «el que construye el Hijo de un policía y de una panadera, Wag-
su fuerza vital mancomunada para satisfacer esa lenguaje, habían pasado a descansar en las ma-
Constanza Nieto Yusta
urgencia que han reconocido como común; pues nos de unos pocos hombres privilegiados que,
sólo la urgencia que lleva al extremo es la verda- como nuevos dioses, se atribuían de forma ex-
dera […] y sólo el pueblo actúa por necesidad, y clusiva todas las invenciones y logros de la hu-
por ende de un modo irresistible, triunfante, úni-
manidad. El pueblo, por tanto, debía reclamar
camente verdadero.21
lo que era suyo por derecho y sería gracias a la
Según Wagner, el pueblo era la comunidad urgencia comunitaria, una especie de impulso
movida por una urgencia común: la pulsión por prometeico colectivo, como los hombres recu-
realizar su condición mítica de colectividad in- perarían las armas con las que transformar el
disociable. Con el imperio de la razón, señala mundo para retornarlo, en el futuro, al estado
Wagner, el pueblo se ha visto despojado de sus originario donde naturaleza y artificio, acción y
fuerzas vitales necesarias, más aún: de la mano contemplación, razón e instinto descansaban en
de los hombres racionales, de los «inteligentes», una vida sin fisuras, en la Vida entendida con
se ha dicho actuar en nombre del pueblo y para mayúsculas. Y el modo de poner en marcha este
el pueblo cuando, en realidad, todas estas accio- proceso, ya lo intuimos, se encontraba en lo
nes han usurpado su verdadero papel protago- que Wagner denominó «Gesamtkunstwerk», la
nista en el nacimiento, desarrollo y construcción «obra de arte total»:
de todas las instituciones gloriosas de la humani-
Debemos hacer pues del arte helénico el arte
dad, el lenguaje, la religión, el Estado. humano en general; revocar las condiciones bajo
Vosotros, los inteligentes, no sois por tanto las que fue sólo helénico y no arte de todos los
los inventores, sino el pueblo, pues la necesidad hombres […] debemos ensanchar este ropaje de
lo impulsa a la invención; todas las grandes inven- la particular religión helénica, convertirlo en lazo
ciones son logros del pueblo; por el contrario, las de unión con las religión del futuro, la de la uni-
invenciones de la inteligencia son sólo explotacio- versalidad, para poder formarnos ya ahora una
nes, derivaciones o bien fragmentaciones, mutila- representación adecuada de la obra de arte del fu-
ciones, de las grandes invenciones del pueblo. No turo. […] La obra de arte es la religión vivamente
sois vosotros sino el pueblo quien ha inventado el representada; pero las religiones no las inventan
lenguaje; vosotros no habéis hecho sino corrom- los artistas, sólo nacen de los pueblos.23
per su belleza sensible, quebrantar su fuerza, per-
der su sentido interno, para poder investigar otra
Remitiéndose a la autoridad eterna del mun-
vez, trabajosamente, lo ya perdido. No sois voso- do clásico, el concepto de «obra de arte total»
tros los inventores de la religión, sino el pueblo; se proyectaba hacia adelante en el tiempo, sien-
vosotros habéis desvirtuado su expresión interna, do el producto de la religión del futuro creada
transformando el cielo en un infierno, que hizo de por el movimiento del pueblo hacia su urgencia
la verdad revelada una mentira. No sois vosotros comunitaria, a saber, lo que Wagner denomina
los inventores del Estado, sino el pueblo; vosotros «la obra de arte del futuro»: la obra represen-
lo habéis llevado de unión natural entre indigentes tante de la mitología colectiva, de la totalidad
iguales a unión antinatural bajo coacción de indi- del pueblo y de la universalidad de la naturaleza
gentes desiguales; de contrato para el bienestar
humana; la obra en la que no palpitarían las pul-
y protección del conjunto, a un malvado medio
de preservación de los privilegiados; de suave y
siones creadoras individuales sino las pulsiones
flexible tejido que cubría el dichoso movimiento de un único y titánico creador, legislador y traba-
del cuerpo humano, a ser sólo rígida armadura de jador, el pueblo. La obra de arte del futuro era,
hierro, convertido en adorno de una armería de pues, al igual que el pueblo, condición y destino
museo. No dais vosotros al pueblo de vivir, sino de la realización humana, el lazo sagrado con el
por el contrario, él a ustedes; no dais vosotros al que orquestar la gran sinfonía del mundo y don-
pueblo sus pensamientos, sino él a ustedes; por de todos los rasgos de individualidad quedarían
lo tanto no queráis enseñar al pueblo, sino dejaos subyugados bajo el imperativo del todo. Así lo
enseñar por él.22
dejó claro Wagner: «La gran obra de arte total,
De modo que para Wagner, el pueblo se ha- la que deberá abarcar todos los géneros del arte,
bía visto despojado de todos los poderes que le a los que en cierta medida, en tanto medios, uti-
correspondían: la religión, el Estado, incluso el lizará, aniquilará, en favor de alcanzar la meta
común a todos ellos, esto es la representación de Prometeo se presentaban sólo a la vista, las de
concibe la naturaleza, en todas sus vertientes, definitivamente a la conquista del futuro, inau-
Constanza Nieto Yusta
como una realidad susceptible de devenir una gurando así un nuevo comienzo.
obra de arte, la más grande de todas. Esa era la No obstante, y a pesar de los proyectos wag-
gran tarea de la poiesis moderna para Wagner: nerianos, el nuevo comienzo soñado tuvo que
el hombre escultor de sí mismo debía insuflar de esperar hasta el siglo XX para poder ser consta-
vida a las artes y convertirlas en el gran drama, tado no sólo como una realidad imparable sino,
en la gran ópera con la que volver a hacer sonar ante todo, como una de las condiciones básicas
al mundo, devenido, así, una obra de arte viva, de la misma modernidad. 34 La Primera Guerra
lo que Wagner designaba como la «verdadera Mundial supuso un antes y un después en la his-
plástica».32 toria de Europa: algunos como Maurice Barrès
* declararon el mismo día del estallido de la gue-
El teatro que Wagner construyó en Bayre- rra, el 3 de agosto de 1914, que el mundo mo-
uth en 1876 como receptáculo de sus teorías y derno se encontraba ante «un día sagrado» al
como nuevo templo en el que poder escenificar asistirse al «nacimiento de un nuevo mundo»35;
los poderes redentores de los dramas constitu- otros como Ernst Jünger, con la experiencia de
tivos del ciclo de El anillo del Nibelungo fue la haber vivido las «tempestades de acero» de la
culminación arquitectónica de todo su proyec- guerra desde sus líneas de batalla, analizó cómo
to, el nuevo lugar de peregrinaje para todos los la Primera Guerra Mundial instauró la «moviliza-
fieles que confiasen en la conversión dramática ción total»: el estado de alianza definitiva entre
que prometían las quince horas de representa- la guerra y el progreso, un estado en el que la
ción de la tetralogía. No obstante, la orientación existencia quedaba sometida a la energía y la
de las teorías, tanto políticas como musicales, aceleración propias no sólo de un mundo indus-
del compositor había cambiado drásticamente trializado sino, ante todo, de un mundo pobla-
ya tiempo antes. La publicación en 1850 de su do por nuevos talleres de Vulcano. Un mundo
ensayo El judaísmo y la música desveló el agre- moderno habitado por una nueva figura pro-
sivo antisemitismo del compositor, para el que meteica, portavoz del fuego y de la industria: el
los judíos se presentaban como los parásitos, trabajador.36
como los gusanos responsables de la enferme- La situación de Alemania tras perder la Pri-
dad alemana. Y a lo largo de los años en los que mera Guerra Mundial supuso que la modernidad
se vio inmerso en el faraónico proyecto de Bayre- prometeica gestada desde el primer Romanticis-
uth —unos años que no fueron otros que los de mo encontrase el contexto más propicio para su
Bismarck, para quien la política era «el arte de realización: la figura de Prometeo así como la
lo posible»33— este germanismo exacerbado su- «Gesamtkunstwerk» wagneriana como síntesis
puso la modificación de su primera concepción definitiva de las pulsiones prometeicas románti-
de la obra de arte del futuro. Las pretensiones cas resultaron dos de los pilares perfectos para
anteriores de alcanzar una «Gesamtkunstwerk» un Tercer Reich dirigido a la reconstrucción to-
universal, para todos los pueblos del mundo tal de la nación y de la raza alemana. Si recor-
considerados como un solo pueblo, dio paso a la damos una de las secuencias más impactantes
construcción de este arte del futuro de un modo de El triunfo de la voluntad de Leni Riefenstahl,
más realista, en una parcela más manejable en constatamos cómo en 1933, año de los Congre-
tanto reducida, esto es, no con miras al espíritu sos de Nüremberg que motivaron el rodaje del
universal sino en base al espíritu alemán y, por filme, Hitler ya había erigido en el maestro cons-
ende, como una manifestación exclusiva para la tructor de una Alemania que renacería como la
nación alemana. De ahí que la fuente de inspi- más grande y definitiva «Gesamtkunstwerk»37:
ración del ciclo El anillo fuese el pasado medie- el pueblo alemán al que se dirigían las palabras
val alemán y las leyendas nórdicas: del modelo del Führer quedaba encarnado por un ejército
de Rienzi Wagner pasó a la épica de Sigfrido y de trabajadores que, como soñara Novalis, es-
las Walkirias, un modelo con el que Alemania taba encargado de reconstruir la tierra alemana
podría reconectar con su pasado para lanzarse y que, como analizó Jünger, respondía al estado
de «movilización total» de un mundo sumido escena en las que el tono vehemente, el gesto
tan similitudes entre la pieza dramática y van en las máximas 486 y 487: Op. cit.,
1
Hesíodo, Teogonía, en Hesíodo, la oda, autores como Hans Blumemberg p. 384. En lo que se refiere al carácter
Los trabajos y los días. La Teogonía. El han señalado que fue en la oda donde redentor de la poesía, véanse las máxi-
escudo de Heracles, Barcelona, Editorial Goethe alcanzó un mayor radicalismo mas 383, 385, 507, 510.
Iberia, 1972, p. 113. en sus planteamientos sobre Prometeo 21
Richard Wagner, «La obra de arte
2
Op. cit., p. 47. El mito de Pandora como Creador: al hacer desaparecer a del futuro» en El arte del futuro, Buenos
está relatado en Los trabajos y los días, Minerva en la oda, Prometeo ya no re- Aires, Prometeo Libros, 2011, p. 24.
véase Op. cit., pp. 45-47. quiere de nada ajeno a él para insuflar 22
Op. cit., pp. 28-29.
de vida las figurillas de los hombres que
3
Esquilo, Prometeo encadenado, 23
Op. cit., p. 38.
ha modelado. Véase Hans Blumemberg,
Madrid, Gredos, 2010, p. 59, versos 24
Op. cit., p. 36.
Trabajo sobre el mito, Barcelona, Paidós,
447-469.
2003, pp. 487-488.
25
Éric Michaud, «Œuvre d’art tota-
4
La idea del titanismo romántico le et totalitarisme» en VV. AA., L’Œuvre
fue desarrollada de forma temprana
10
Son palabras pertenecientes a
la pieza dramática. Véase Johann Wol- d’art totale, París, Gallimard, 2003, p.
en el estudio de Václav Cerny Essai sur 37.
le titanisme dans la poésie romantique fgang von Goethe, Obras completas,
Madrid, Aguilar, vol. III, 1987, p. 1900.
26
Es en el apartado quinto de La
occidentale entre 1815 et 1850, Praga,
obra de arte del futuro, «El artista del fu-
Editions Orbis, 1935. 11
Op. cit., p. 1901.
turo», donde aparecen estas reflexiones.
5
En lo que respecta al Prome- 12
Véase Johann Wolfgang von
Véase Richard Wagner, Op. cit., p. 143.
teo de Shelley, véase Jean Perrin, «Le Goethe, Op. cit, vol. III, 1987, pp. 1902-
27
Op. cit., p. 66.
Prométhée shelleyen en perspective», 1903. Para un análisis del paso del Pro-
XVII-XVIII. Bulletin de la société d’études meteo Creador-Artista del primer acto
28
Op. cit., pp. 69-70.
anglo-americaines des XVIIe et XVIIIe al Prometeo Legislador del segundo, 29
Op. cit., p. 72.
siécles, núm. 35, 1992, pp. 129-134. véase Raymond Trousson, Op. cit., pp. 30
Op. cit., p. 75.
Para la génesis y evolución de Prometeo 326-327. 31
«El ser humano, es su propio ob-
durante el Romanticismo, véase Antoine 13
Johann Wolfgang Goethe, Op. jeto y materia artística» es el título de
Thivel, «Prométhée, personnage roman- cit., pp. 904-905. uno de los apartados de El arte del fu-
tique», Le Romantisme et la Grèce. Ac- turo. La cita se encuentra en este mismo
14
Las palabras de Prometeo en re-
tes du 4ème colloque de la Villa Kérylos, escrito, en un apartado posterior titula-
lación con los guerreros se encuentran
Cahiers de la Villa Kérylos, 4, 1994, pp.
en Op. cit., p. 917 y 919. Para ver los do «El ser humano como modelador ar-
14-27.
cantos de los guerreros, véase Op. cit., tístico a partir de materiales naturales»:
6
Se trata de la reflexión núme- pp. 918-919 Op. cit., p. 99.
ro 910 de su Miscelánea. Máximas y 15
Hans Blumenberg, Op. cit., p. 32
Op. cit., p. 115.
reflexiones en Johann Wolfgang von
416 y ss. Véase también Lluís Duch «La 33
Se trata de una frase de Ernst
Goethe, Obras Completas, Madrid,
interpretación del mito en Johann Gott- Jünger, citada en «The Total mobilisa-
Aguilar, 1987, vol. I, p. 425.
fried Herder (1744-1803) en Ll. Duch, M. tion» en WOLIN, Richard, The Heide-
7
Luciano de Samósata escribió en Lavaniegos, G. Muzzio, A. Ortiz-Osés, B. gger Controversy: A Critical Reader, MIT
el siglo II d. C. un Prometeo que, para
Solares, M. Steenbock y A. Yáñez, Mito y Press, 1993, p. 126.
muchos estudiosos, debe considerarse
Romanticismo, México, U.N.A.M., 2012, 34
Para esta «reconexión hacia ade-
próximo, dado su género, tema y perio-
pp. 144-150. lante» en relación con el fascismo, véase
do de publicación, a los Diálogos de los 16
Novalis (Friedrich von Harden- Roger Griffin, Modernismo y fascismo.
dioses por los que el poeta sirio es co-
berg), Gérmenes o fragmentos, Méxi- La sensación de comienzo bajo Mu-
nocido. Este Prometeo muestra al Titán
co, El Clavo ardiendo-Editorial Séneca, ssolini y Hitler, Madrid, Akal, 2010, pp.
explicando detalladamente cómo fue
su acto de creación de la raza humana 2006, p. 56. 356-360.
y cómo este acto fue más beneficioso
17
Véase Friedrich Schiller, Cartas 35
Citado en Roger Griffin, Op. cit.,
que perjudicial para los dioses: véase sobre la educación estética del hombre, p. 221.
Luciano, Obras I. Prometeo, Madrid, Madrid, Aguilar, 1969, pp. 58-59. 36
Para la idea de «movilización
Editorial Gredos, 1996, pp. 7, 8 y 9, 11, 18
Citado en Günther Pöltner, «La total», véase Ernst Jünger, « The Total
12 y 14. idea de Richard Wagner de la obra de mobilisation» en Richard Wolin, The Hei-
8
Se trata de la miscelánea 201. arte total. Comentarios sobre el progra- degger Controversy: A Critical Reader,
Johann Wolfgang von Goethe. Op. cit., ma de una superación de la religión en MIT Press, 1993, p. 119-139, y para el
p. 353. el arte», Thémata. Revista de Filosofía, análisis de la figura del trabajador, Ernst
9
Véase Johann Wolfgang von núm. 30, 2003, p. 171. Jünger, El trabajador. Dominio y figura,
Goethe, Op. cit., vol. III, 1987, p. 1905; 19
Se trata de la máxima número Barcelona, Tusquets, 1990.
y para comparar con la oda, véase el 193: Johann Wolfgang von Goethe, Op. 37
Para profundizar en las ideas de
volumen I de las Obras completas, pp. cit., vol. I, p. 353. Hitler como artífice de la gran «Gesa-
mtkunstwerk» alemana véase Frederic Prometeo en las artes visuales nazis: el fabrique de «l’homme nouveau», París,