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Dra. Hyeck
Español 381
9 de diciembre del 2017
La lucha por el progreso
A través de este curso, hemos tenido la gran dicha de leer obras escritas por varios de mis
autores favoritos como Isabel Allende y Gabriel García Márquez al igual que unos autores
nuevos como Rosario Castellanos y Manlio Argueta. A pesar de que hubieron unos cuentos más
complejos que otros, me fascinó ver cómo estas obras en una manera u otra, directamente o
indirectamente, a través de las metáforas y las relaciones entre el hombre y la mujer se enfocan
en el progreso que Latinoamérica tanto anhela. Mientras hemos visto cómo el progreso
fue así. Latinoamérica requiere de varias reformas y a través de las lecturas, es evidente que
América Latina necesita progresar en los paisajes sociales al igual que en sus paisajes naturales.
Pero a pesar de que Latinoamérica se está dirigiendo hacia el progreso, no es fácil llegar al
camino ni de caminar especialmente cuando hay atentados en contra del progreso. En Dos
palabras, La mujer del juez, y La siesta del martes Allende y Márquez se enfocan en el progreso
social. Ellos nos pintan la relación entre el hombre y la mujer. Esta relación a través de cada
cuento representa el encuentro entre dos ideologías que son como el agua y el aceite. El progreso
social en Latinoamérica requiere de que la mujer demuestre de lo que es capaz de hacer y dejar
de vivir bajo el mandato del hombre. La mujer es autónoma y dominadora. La relación entre
sacerdote nos demuestran cómo el hombre quiere impedir el progreso e intentan de mantener
patriarcado tiene gran influencia en el desarrollo de los hombres en este cuento. Esta influencia
se revela en nuestro personaje el Coronel y el Mulato. Allende nos presenta al Coronel como un
hombre salvaje e inclusivamente podrían decir como un animal alejado de sus instintos
emocionales. Cuando Belisa ve al Coronel por primera vez ella “vio su piel oscura y sus fieros
ojos de puma y supo al punto que estaba en frente al hombre más solo del mundo. (Allende, 3).
Allende nos da a entender que el Coronel era todo un hombre ya que no dejaba que sus
sentimientos se apoderaran de él. Entre más lejano de sus instintos sentimentales más cercano
estaba a sus instintos animalescos y más hombre era. Por igual, el Mulato, nos demuestra cómo
intenta detener el progreso del papel que tiene la mujer en la sociedad ya que cuando ve que el
Coronel está bajo el encanto de estas palabras él “se echó el fusil al hombro y partió en busca de
Belisa Crepusculario… no cruzaron ni un gesto en todo el camino, porque al Mulato el deseo por
ella se le había convertido en rabia y sólo el miedo miedo que le inspiraba su lengua le impedía
destrozarla a latigazos.” (Allende, 5). Nos demuestra cómo el hombre está dispuesto actuar tan
salvaje e inclusive tener deseos de golpear a la mujer para dominarla y sacarle la información
que necesita.
Allende nos vuelve a demostrar cómo una sociedad construida alrededor del hombre se
opone al progresar el papel que tiene la mujer dentro de la sociedad. Esta oposición al progreso
se manifiesta a través de los hombres en La mujer del juez. En La mujer del juez, Allende nos
presenta dos hombres, el juez Hidalgo y a Nicolás Vidal. Ambos hombres tienen características
Hidalgo, Allende nos los presenta como una persona hostil e antipático. Nos dice como “toda la
provincia temían su temperamento severo y su terquedad para cumplir la ley, aun a costa de la
justicia. En el ejercicio de sus funciones ignoraba las razones del buen sentimiento, castigando
con igual firmeza el robo de una gallina que el homicidio calificado” (Allende, 1). Hidalgo era
un hombre frío, o por lo menos lo aparentaba ser en frente de la gente, a quien no le gustaba
demostrar sus sentimientos. También le gustaba que su mujer, Casilda, fuera una mujer
domesticada que nunca lo contradecía delante de la gente. Similar que el juez, cuándo se nos es
introducido a Nicolás, Allende nos deja saber cómo la sociedad machista ha influenciado su
desarrollo. A Nicolás lo conocemos como un hombre superficial ya que no tiene interés en tener
una relación con una mujer. El busca a una mujer por lo que puede aportar en la cama y no lo
sentimental. Así fortalece esta idea que el papel de la mujer es de complacer los deseos carnales
del hombre sin tomar en consideración lo que sienta la mujer o lo que pueda aportar a la
sociedad. También Allende nos pinta esta imagen del hombre típico machista y salvaje cuando
nos cuenta que “ a los veinte era jefe de una banda de hombres desesperados. El hábito de la
violencia desarrolló la fuerza de sus músculos, la calle lo hizo despiadado y la soledad, a la cual
estaba condenado por temor a perderse de amor, determinó la expresión de sus ojos.” (Allende,
2) Al desarrollarse el cuento vemos como el pleito entre el juez Hidalgo y Nicolás los llevan a
tomar decisiones extremas para intentar de resolverlo entre ellos dos, como hombres. Mientras el
juez planea como capturar a Nicolás, él espera que Casilda se haga cargo de sus hijos y que no se
Y por último, en la siesta del martes, Márquez nos demuestra cómo los paisajes sociales
tienen gran influencia del patriarcado. Esto nos lo revela a través del sacerdote y como
menosprecia a la mamá. Primero, el sacerdote no quiere atender a la mamá así que manda a la
mujer de la casa para lidiar con ella. Él no se molesta en recibirla. Cuando la mamá pide por él,
le dan la excusa de que ya estaba descansando. Y cuando por fin el sacerdote decide recibirla, la
recibe y la trata como si ella fuera inferior como persona e moralmente. Cuando la hermana del
sacerdote, quien llevó a cabo las órdenes del sacerdote de deshacerse de la mamá y le “dice que
vuelvas después de las tres.” (Allende, 14). Y cuándo por fin le da permiso de ir a visitar a Carlos
Centeno Ayala, él le reprocha y le pregunta que si “¿Nunca trató de hacerlo entrar por el buen
camino?” (Márquez, 17) Así nos demuestra Allende indirectamente como la sociedad intenta
detener el progreso de la mujer e intenta en continuar con estas normas sociales en la cual el
hombre es el que toma las decisiones finales al igual que criticar la crianza de los hijos e hijas,
cuando probablemente, en este caso es cierto, el hombre no tuvo nada que ver con la crianza de
los hijos. Bien dicen que hay gente que son rápidos en hablar.
A pesar de todo los intentos de los hombres de mantener a la mujer dominada, si fueron
acciones agresivas o pasivas, son las mujeres que terminan triunfando y llevando a cabo el
progreso. Ellas demuestran ser más fuerte que los hombres. Ellas logran tener la última palabra,
la gran influencia en la vida de los hombres demostrando que las mujeres son capaces de mucho
más de lo que ellos se imaginan. Belisa demuestra el poder que tiene sobre los hombres cuando
les inculca el miedo aunque ellos lo quieran negar porque enseñado los sentimientos y emociones
son para cobardes. Esto nos los enseña cuando el Mulato “estiró la mano para tocarla, ella lo
detuvo con un chorro de palabras inventadas que tuvieron la virtud de espantarle el deseo, porque
creyó que se trataba de alguna maldición irrevocable” (Allende, 4). Mientras Belisa tiene
dominio sobre los sentimientos del Mulato y la mente del Coronel, es Casilda la que tiene
dominio emocional y mental de Nicolás y el Juez. Ella domina al juez cuando decide desafiarlo
en frente de todo el pueblo para defender a Juana la Triste. Él intenta de tener la última palabra
para atrapar a Nicolás pero “era la primera vez en siete años que ella lo enfrentaba y escogió
hacerlo delante de todo el pueblo. El juez Hidalgo tomó la cesta y la jarra de manos de doña
Casilda y él mismo abrió la jaula para socorrer a su prisionera.” (Allende, 4). Y sabemos cómo
logra dominar a Nicolás con su poder femenino para ganarse tiempo cuándo se encuentra cara a
cara con Nicolás después de la muerte de su esposo. Ambos hombres quisieron tratarla como un
objeto que podría ser usado pero sin embargo fue ella que terminó dominando a los dos. Y por
último tenemos a la mamá de Carlos que terminó teniendo dominio sobre el sacerdote y el
pueblo. Ella no dejó que las malas lenguas la impedirán ver a su hijo. Ella no deja que el
sacerdote le niegue las llaves del cementerio ni que juzgara como crió a su hijo. En estos tres
cuentos vemos como los hombres intentan de dominar o controlar a la mujer en una manera u
otra. A Belisa, el Mulato y el Coronel intentan de manipularla y sacarle provecho para sus
propios beneficios. A Casilda su marido tiene una expectativa de que ella nunca iría en contra de
sus decisiones y se portara como una esposa sumisa. Y a la mamá se le esperaba que se retirara y
determinación y su persistencia triunfan sobre las ideologías anticuadas de los hombres. Nos
demuestran que una puede tener poder y estar en relación con sus sentimientos.