Sei sulla pagina 1di 50

Introducción

Y a era hora que esta comedia se vertiera al castellano. Desde la temporada 1985-1986 un empresario
italiano afincado en Madrid hizo algunas cábalas para llevar a escena este título goldoniano. Pero si
bien es que sólo fue un divertido sueño sirvió para

La versión
La comedia L’impresario delle Smirne de Goldoni

“Finalmente, el lector observará que esta es una de aquellas comedias que yo escribiera en verso, para
secundar el fanatismo que, por entonces, corría en favor de los Martellianos. He prometido reducir a prosa
todas aquellas obras que creo llegarán más fácilmente en discurso familiar, y que no necesitan para ello del
encanto del metro y de la rima. Ésta es una de aquéllas. También en puesto en buen italiano común los tres
lenguajes diferentes de las tres cantantes, para mejor entendimiento de aquellos que no comprenden el
veneciano o el boloñés, y no alcanzan a saborear los localismos florentinos.”

El asunto
“Para hacer de esta Comedia una cosa útil y agradable, habría bastado con que me hubiese inspirado en un
empresario italiano, uno de esos que lo son, como dije al principio, o por necesidad, o por vanidad, o por
obligación. Pero, para hacerla más jocosa, me he imaginado a un empresario turco, al que, de hecho, le
resultan nuevas todas las circunstancias que hacen la empresa laboriosa y peligrosa.”

El desenlace
“Lo más difícil de esta Comedia era el desenlace. Espero haber dado con uno lo bastante convincente. El
carácter del Conde Lasca me parece, no sólo original y jocoso, sino también útil, instructivo y digno de ser
considerado e imitado.”

El traductor
Anselmo Alonso Soriano

1
Carlo Goldoni
El empresario de Esmirna
Comedia en cinco actos en prosa, representada por primera vez en Venecia, durante el Carnaval del año 1760.

TRADUCCIÓN DE ANSELMO ALONSO SORIANO

2
DEL AUTOR A QUIEN LA LEA

Y o he conocido en Italia a muchos empresarios de ópera en música; he escrito mucho para ellos en
estilo serio y en el cómico, y puedo hablar con fundamento. Algunos se hacen empresarios por una
especie de necesidad, y son aquellos que, teniendo un Teatro, para aprovecharse de la renta
considerable de tal propiedad, ponen en marcha la empresa por cuenta propia, y a menudo empeñan, además
del beneficio de los palcos, alguna otra parte de su patrimonio. Otros, lo hacen por una generosa inclinación a
divertirse y divertir al público, y éstos se empeñan aún más que los otros. Los hay que se dejan arrastrar por
las lisonjas de una amable virtuosa, la cual, no encontrando a quien quiera darle la parte de la primadonna,
induce al amigo y protector a cargar sobre su espalda con la empresa de una ópera, y lo sacrifica a su vanidad
y a su interés. Muchos lo hacen seducidos por el elogio de lo útil y la persuasión de aquellos que hacen de
representantes de tal género de mercancía, y les hacen entender que no hay dinero mejor invertido, cuando no
hay dinero más ciertamente perdido. Otros, por fin, lo hacen por desesperación, no teniendo nada que
perder, y en la esperanza de ganar cualquier cosa. Si las cosas van mal, se apropian de la taquilla, abandonan la
empresa, y dejan a los músicos con el embarazo. Todas estas diversas calidades de empresario confluyen en
una cosa: grandes y pequeños, pobres y ricos, generosos o avaros, todos coinciden, y sufren y se lamentan de
que una compañía de ópera en música es el más grande, el más fastidioso y el más peligroso de los embarazos.
¿De dónde proceden tales fastidios, tales dolores de cabeza, tales peligros? Del carácter de los intérpretes, de
sus caprichos, de sus pretensiones, de su indiscreción casi universal. Y digo casi porque entre el vasto número
de virtuosos y virtuosas de música, existen personas honestas y discretas como en cualquier otro gremio del
Arte, de los Oficios y de las Profesiones, con la diferencia de que, en la clase armónica los malos son
muchísimos, y si se quiere hacer ópera, no se puede hacer sin ellos. Las compañías están compuestas por seis,
siete o, a lo más, ocho personas. Ya es gran fortuna si se encuentran entre ellas una o dos que sumen al
mérito del talento y la bravura, el valor de la docilidad y la discreción, y por uno o dos sujetos loables, tendréis
cinco o seis que os harán pedazos la cabeza, y éstos son, por regla general, los menos hábiles y los menos
necesarios.
En la presente Comedia he retratado a semejante tipo de persona tal cual yo la he conocido, e
incluso sufrido. No es que yo haya querido jamás cargarme con compañía alguna, pero con ocasión de
escribir para el teatro, he comprobado cuánto cuestan, y cuánto pesan, sus catarros y sus modales.
No creo que los virtuosos y las virtuosas de mérito se ofendan por una crítica que no les atañe, ni
que tampoco quieran tomar partido por una caterva indigna de su apreciable sociedad; al contrario, creo que
ellos mismos me agradecerán de buen grado el haber atacado un poco a aquellos que osan elevarse hasta su
rango sin reunir la calidad necesaria para ostentarlo. Aquellos, del rango que sean, que se molesten por mis
retratos, por ser quizá éstos demasiado fieles, me compadecerán más fácilmente, al ver que no he perdonado
ni siquiera a los poetas; observen, sin embargo, mis correligionarios, que mi Maccario es de ese tipo de poetas
que conviene a los músicos de los que hablo. En cuanto al representante de Ópera en Música, encarnado en
Nibio, no se me ocurren grandes descargos para él: el suyo es un oficio. Todos buscan dar valor a la mercancía
que quieren vender y comprar, y cuando no acuerdan con la parte a la que quieren engañar, no hay nada más
que decir, y no pueden ofenderse por lo que yo diga.
Para hacer de esta Comedia una cosa útil y agradable, habría bastado con que me hubiese inspirado
en un empresario italiano, uno de esos que lo son, como dije al principio, o por necesidad, o por vanidad, o
por obligación. Pero, para hacerla más jocosa, me he imaginado a un empresario turco, al que, de hecho, le
resultan nuevas todas las circunstancias que hacen la empresa laboriosa y peligrosa.
Lo más difícil de esta Comedia era el desenlace. Espero haber dado con uno lo bastante
convincente. El carácter del Conde Lasca me parece, no sólo original y jocoso, sino también útil, instructivo y
digno de ser considerado e imitado.
Finalmente, el lector observará que esta es una de aquellas comedias que yo escribiera en verso, para
secundar el fanatismo que, por entonces, corría en favor de los Martellianos. He prometido reducir a prosa
todas aquellas obras que creo llegarán más fácilmente en discurso familiar, y que no necesitan para ello del
encanto del metro y de la rima. Ésta es una de aquéllas. También en puesto en buen italiano común los tres
lenguajes diferentes de las tres cantantes, para mejor entendimiento de aquellos que no comprenden el
veneciano o el boloñés, y no alcanzan a saborear los localismos florentinos.

3
PERSONAJES
Alí, rico comerciante de Esmirna
Carluccio, llamado Cascarilla, músico soprano
Lucrezia, cantante florentina, llamada la Cafetalera
Tognina, cantante veneciana, llamada la Gondolita
Annina, cantante boloñesa, llamada la Castañaendulce
Pasqualino, tenor, amigo de Tognina
El conde Lasca, amigo de virtuosos y virtuosas
Maccario, poeta dramático mediocre y pobre
Nibio, representante de óperas en música
Fabrizio, pintor de teatro
Beltrame, posadero
Sirviente de otra hostería

PERSONAS QUE NO HABLAN


Una vieja, madre de Annina
Un joven, hermano de Annina
Un sirviente de Annina
Un sirviente de Lucrezia

Pintores, trabajadores. Comparsas. Dos pajes de teatro.


Un apuntador. Vendedores de entradas.
Espadachines y otras personas nombradas en la escena XI del acto tercero.

La escena se representa en Venecia.

4
ACTO PRIMERO Beltrame:
¿No sabe usted que en Florencia se llama a
los cafeteros cafetaleros?
Escena primera Será hija de alguno de ese oficio.
Sala común en la posada de Beltrame.
Beltrame dispone los muebles de la sala, más tarde Lasca
entra Lasca. Eso será. ¿Es buena?

Lasca Beltrame
Buenos días, señor Beltrame. No lo sé, señor, no la he escuchado.

Beltrame Lasca
Servidor del señor Conde. ¿Qué tiene a bien ¿Es guapa al menos?
mandar?
Beltrame
Lasca No está mal.
Me han dicho que a vuestra posada llegaron
ayer unos virtuosos; Lasca
¿es eso cierto? ¿Ha estado antes en Venecia?

Beltrame Beltrame
Sí señor. Un soprano y una mujer. Creo que no.

Lasca Lasca
¿El soprano quién es? ¿Podría hacerle una visita?

Beltrame Beltrame
Un tal Carluccio… Está en aquel cuarto, pero es demasiado
temprano.
Lasca
¿Cascarilla? Lasca
¿Duerme todavía?
Beltrame
Me parece que sí. Beltrame
La he oído levantarse,
Lasca pero harán falta dos horas para que pueda
Le conozco, es un joven de cierto talento, recibir visitas.
pero impertinente en exceso.
Yo le protejo porque, si él quiere, llegará a ser Lasca
alguien. Querrá peinarse.
Pero para hacerle algo más razonable no me
ha quedado más remedio que tratarlo Beltrame
groseramente y humillarlo. Le he mandado a Sin duda. Podría ser que si la vierais ahora,
Génova el Carnaval pasado, y me parece que de aquí a dos o tres horas no la reconocierais.
aquellos empresarios, teniendo en cuenta su
impertinencia, no tendrán mucho que Lasca
agradecerme. ¿Y la mujer quién es? Bien, vendré más tarde, dadle mientras el
aviso;
Beltrame decidle que un caballero desea presentarle sus
La señora Lucrezia Giuggioli, florentina. La respetos.
Cafetalera.
Beltrame
Lasca Vuelva usted cuando guste. En confianza: me
¿La cafetalera? ¿Qué quiere decir cafetalera? ha hecho el honor

5
de pedirme que procurase darle a conocer a fulana me fue fiel mientras que estuvo
algún señor principal. conmigo.
Puede usted venir a ofrecerle su protección.

Lasca Escena tercera


Tendrá de mí toda la protección que quiera, Carluccio y el anterior.
pero si espera desplumarme, se equivoca.
Frecuento a las virtuosas,
las ayudo, me preocupo por sus beneficios, Carluccio
pero de lo mío no comen. Siervo del señor Conde.

Beltrame Lasca
Hace muy bien estando alerta. Señor Carluccio, a vuestros pies.
Mire lo que le pasó en esta posada mía hace ¿Volvisteis bien de Génova? ¿Cómo os
tres días a un señor fueron las representaciones?
de Bolonia, que había gastado lo que tenía, y ¿Volvéis contento de aquel país?
lo que no tenía,
en una joven virtuosa. La llamaron de otra Carluccio
ciudad para cantar, Jamás volveré a Génova, aunque me
llegó acompañada por él. Almorzaron juntos, arrastren con cadenas.
y después de haber
comido, la joven pidió agua para lavarse las Lasca
manos. ¿Por qué?
Se lavó, se fue a la ventana, tiró el agua al
canal, y volviéndose a su afligido amante lo Carluccio
miró, se rió y le dedicó este bello cumplido: Aquel empresario me ha tratado tan mal, que
“Ya no estoy en Bolonia, ahora estoy en si vuelvo,
Venecia, me lavo las manos y tiro al canal el me conformo con que me den de bastonazos.
recuerdo de todos los boloñeses”. El pobre Yo sólo he mantenido la compañía. Todos
galán se quedó inmóvil y sin hablar. Pero estaban encantados
poco después dijo: con mi voz, pero el empresario, avaricioso e
“Ingrata, me lo merezco. No me verás nunca ingrato, quería obligarme a cantar todas las
más”. noches. Yo, que estaba enamorado perdido
Dicho esto se fue como un desesperado y ella de la primadonna, cuando era rechazado por
le acompañó con una solemne carcajada. ésta no podía cantar, y él que lo sabía, en vez
de compadecerme, por despecho me quería
Lasca obligar a desgañitarme. Mirad lo que me hizo
¡Pobre hombre! ese perro: se me plantó y me impuso por ley
El asunto es doloroso, pero no es nuevo. que por cada aria que me dejase sin cantar me
quitaría dos cequíes de mis honorarios; así
Beltrame que, para no verme reducido a cantar por
Me llaman. Con permiso. nada, me he visto forzado a cantar
(Sale) continuamente.

Lasca
Escena segunda ¡Buen empresario, bendito empresario!
El conde Lasca, solo. Si todos los músicos fueseis tratados igual
por los empresarios,
¡qué poco fatigados estaríais, y qué poco
No critico a la joven por haberse desecho del resfriados!
boloñés, pero sí censuro la manera tan áspera Un caballero gasta su dinero creyendo que va
en que lo ha hecho. a disfrutar de la bella voz del señor Canarito,
Por otra parte, ya se sabe que estas mujeres o del señor Jilguero, y éste, como la bella del
acostumbradas a cambiar de ciudad, están día no le haya mirado, se siente mal, no
dispuestas a cambiar de pasión en una puede cantar, se ríe del público, la audiencia
semana; y no es poca suerte poder decir: se molesta y el empresario lo paga.

6
¡Qué gran justicia! Bendito sea otra vez el
empresario de Génova. Carluccio
¿A Mantua? ¿Por qué no? Pero como primer
Carluccio soprano.
Tales razonamientos no le sirven a un
virtuoso de mi talla. Lasca
A mis congéneres no se les trata de esa ¿Y como segundo?
manera.
Canto cuando me nace, y una vez que yo Carluccio
cante ha de valer por ciento. ¡Ah, eso sí que no!

Lasca Lasca
Si obráis así, amadísimo señor Carluccio, Ya hay un primero, y me consta que es de
podéis creedre, os contratarán pocas veces. primera fila.

Carluccio Carluccio
Yo no busco a nadie. Me mantengo en mi Yo no cedo el puesto ante ninguno.
sitio;
los empresarios tienen más necesidad de mí Lasca
que yo de ellos. Me dais risa, os mantenéis firme en vuestra
soberbia.
Lasca Debería dejaros y no preocuparme por vos;
Por lo que oigo, estáis cargado de riquezas. pero me dais pena,
Habéis hecho en poco tiempo grandes y quiero haceros el favor, a pesar de que no
progresos. lo merecéis.
Considerad que el tiempo pasa, y que si no
Carluccio aceptáis este contrato
Estoy aún empezando. os podéis quedar este año sin ninguno.
No he ganado gran cosa; pero con el tiempo
ya ganaré. Carluccio
¿Cuáles son los honorarios?
Lasca
Ahora mismo, por ejemplo, ¿cómo andáis de Lasca
dinero? Sé que el año pasado dieron al segundo
soprano cien cequíes;
Carluccio pero este año…
Ahora… Ahora no tengo un cuarto, he
dejado mi baúl en el correo… Carluccio
¡Pero qué importa eso! No me faltará fortuna. Bien, que me den trescientos y aceptaré,
me lo tomaré como unos días de asueto.
Lasca
¡Hacéis muy bien! Lasca
¿Sois todavía un pobretón y ya comenzáis a Os decía que este año tienen muchos gastos
despreciar las ofertas? y no pueden pasar de cincuenta.
Haceos antes con fondos y dinero, y después
haced como los demás. Carluccio
Entonces podréis decir: Que vayan con ese precio a contratar burros.
quiero mil cequíes y quiero cantar cuando Los de mi clase no cantan por cincuenta
quiera. cequíes.

Carluccio Lasca
Permitidme, señor Conde, ¿podríais vos ¿Y si os quedáis sin nada?
procurarme algún contrato?
Carluccio
Lasca Lo lamentaría… por aquello de la práctica.
¿Queréis ir a Mantua?

7
Lasca Yo no soy el que paga.
¿Queréis los cincuenta?
Carluccio
Carluccio Prestadme al menos seis cequíes…
Lo más que puedo hacer es conformarme
con doscientos. Lasca
Tengo que ir a cierto sitio… Ya hablaremos.
Lasca
No hay más remedio. La paga ya está fijada. Carluccio
Si me hacéis el favor…
Carluccio
En fin por esta vez, quiero cantar por nada: Lasca
¡que me den cien! Sí, sí, ya nos veremos.
(Sale)
Lasca
Es inútil hablar.
Escena cuarta
Carluccio Carluccio, solo.
¡Bueno, que me den ochenta!

Lasca ¡Qué amable el señor Conde! Se niega a


¿Queréis que os diga algo? Me estáis darme seis cequíes en préstamo. Teme que
hartando un poco. no se los devuelva. Como si seis cequíes
fuesen una gran suma. Cuando los tengo en
Carluccio mano me los gasto en una merienda. Es
Señor Conde, ¿le importa verdaderamente cierto que tengo deudas, pero las pagaré, o no
ese empresario? las pagaré. También yo, como dice el refrán,
con el tiempo y una caña maduraré. Cuando
Lasca vaya a Portugal, o a Rusia, traeré conmigo
Sí, es amigo mío, me gustaría ayudarle, tesoros, y volveré riquísimo y me haré
pero lo hago más por vos… construir palacios, y no serán castillos en el
aire, sino palacios en la tierra, grandes y
Carluccio magníficos, ricas posesiones, algún condado,
Está todo dicho. Como se trata de agradar al algún marquesado, riquezas inmensas… ¡Y
señor Conde, que venga entonces el Conde Lasca a
aceptaré los cincuenta cequíes, pero quiero, ofrecerme un contrato de cincuenta cequíes!
por mi honor,
un contrato simulado de quinientos cequíes y
el aval de un banquero. Escena quinta
Beltrame y el anterior.
Lasca
Está bien, el contrato, para contentar vuestro
honor, Beltrame
se hará como queréis; y de la paga respondo (No sé si la señora Lucrecia estará
yo. presentable…)

Carluccio Carluccio
¿No habría por ahí algún dinero a cuenta? Señor mesonero…

Lasca Beltrame
Escribiré al empresario. Posadero, para serviros.

Carluccio Carluccio
¿No podríais vos ayudarme…? Mande a alguien al correo de Bolonia a
recoger mi baúl.
Lasca

8
Beltrame
Como ordenéis. ¿Pero lo entregarán sin más? Beltrame
No mandaré a recoger nada.
Carluccio
Sí. Haga que le den al cochero dos cequíes Carluccio
que le debo del viaje. Merece que me marche de vuestro mesón.

Beltrame Beltrame
Permitidme… Mi posada no necesita a nadie.

Carluccio Carluccio
Y que les den ocho liras de propina a los ¡Por todos los demonios! Mande a recoger mi
hombres de la barca correo. baúl.

Beltrame: Beltrame
Permitidme, decía… Me sorprendéis…

Carluccio Carluccio
Vamos, rápido, señor mesonero. Tú me sorprendes.

Beltrame Beltrame
Posadero, para serviros. Decía que me dieseis ¿Qué es ese “Tú”?
vos el dinero.
Carluccio
Carluccio Tú es tú, te trato como te mereces.
Páguelo usted. Se lo pagaré todo junto.
Beltrame
Beltrame Tienes razón.
Verá, yo, perdonadme…

Carluccio Escena sexta


¿Me conoce usted, señor mesonero? Lucrezia y los antedichos.

Beltrame
No soy mesonero, sino posadero, y no tengo Lucrezia
el honor de conoceros. ¿Qué significa este alboroto? ¿Qué os ocurre
(Le conozco demasiado…) señor Carluccio?

Carluccio Carluccio
Mesonero o posadero, sois un ignorante ¡Oh, Lucrezia, querida! Mi diosa, mi reina,
si no conocéis a los hombres de mi clase. ¿cómo estáis?
¿Habéis descansado esta noche?
Beltrame
Me creo a pies juntillas que seáis un virtuoso Lucrezia
de mérito, A duras penas.
y riquísimo, pero yo no tengo dinero para Mi cuarto mira al canal, y el olor del canal me
prestar a nadie. molesta.

Carluccio Carluccio
¡Ignorante! Yo no le pido dinero prestado. Señor mesonero, se debe cambiar de cuarto a
la señora Lucrezia.
Beltrame
Dadme entonces las cincuenta y seis liras… Beltrame
No tengo más cuartos que ofrecerle, quien
Carluccio no esté a gusto, es dueño de marcharse. Vos,
No me discuta y mande a recoger mi baúl.

9
especialmente, que tomáis mi posada por un (A Beltrame, en voz baja)
mesón…
Beltrame
Carluccio Hablemos claro, señor mío…
Vamos, vamos, sea bueno, me conviene que
esta virtuosa esté contenta. Carluccio
Si quiere, le cederé mi cuarto y yo me Háganos el honor, haga honor a su posada.
cambiaré al suyo. Célebre posada, famosa, renombrada.
Veréis, señora, cómo os agradará. Es usted el primer posadero de Europa, y
Ordenad al instante que os acomoden nosotros somos
vuestras cosas. dos virtuosos que le pueden beneficiar
Ánimo, señor mesonero… ¡Ah, no!, señor mucho.
posadero.
Llame a alguien, haga que muden las cosas de Beltrame
la señora a mi cuarto, Todo eso, perdonadme, no me dice nada.
y las mías… mande que traigan mi baúl. Yo soy un caballero que hace lo que quiere, y
no quiero…
Beltrame
Ya os he dicho que… Carluccio
Ánimo, ánimo, menos charla y más respeto.
Carluccio Querida Lucrezia, ¿queréis que vayamos a
Querida, si os agrada, desayunaremos juntos. divertirnos?

Lucrezia Lucrezia
Me agrada muchísimo. Estar sola no me Como gustéis.
gusta,
y vuestra compañía me divierte. Carluccio
¿Queréis una góndola?
Carluccio Rápido, búsquenos una góndola de dos
Amigo, trátenos bien. Buen almuerzo y remos.
buena cena: (A Beltrame)
lo mejor que dé el país, sobre todo, buen
vino y buenos licores. Nosotros estamos Beltrame
acostumbrados a vivir con magnificencia. Buscadla vos, señor.
Trátenos bien y no tendrá nada que temer.
(Pagaré yo). Carluccio
(En voz baja) ¿Qué impertinencia es ésta? Quiero ser
servido.
Beltrame Pago y pago bien, y quiero ser servido.
Pero yo, señor…
Beltrame
Carluccio Si es que paga… (Ah, aquí está el conde).
Deseo que estemos contentos el poco tiempo
que permanezcamos aquí, Carluccio
en espera de unas buenas funciones. Y no me haga montar en cólera, porque
(A Lucrezia) cuando monto…

Lucrezia Beltrame
Pero yo, a decir la verdad, Señora, un caballero desea saludarle.
no estoy en buen momento para hacer
grandes gastos. Lucrezia
¿Y quién es ese caballero?
Carluccio
No penséis en eso, dejadme hacer a mí. Vos Beltrame
sois mi princesa. El Conde Lasca, amigo y gran protector de
Amigo, ¿habéis oído? virtuosos.

10
A cuenta de Carluccio, ya le conozco, hay
Carluccio poco que obtener.
(El conde Lasca…) Señora, con el honor de Mucho humo y poco asado.
serviros…
Lasca
Servidor humildísimo de la señora…
Escena séptima
Lucrezia y Beltrame. Lucrezia
Sierva suya sincera.

Lucrezia Lasca
Adiós, señor Carluccio. ¿Cómo se ha ido tan Perdone si me he permitido la osadía…
rápido?
(A Beltrame) Lucrezia
Al contrario, me ha hecho el favor el señor
Beltrame caballero…
Ya sé yo por qué se ha ido. Acomódese.
Por lo que me ha dicho, le tiene miedo al (Se sientan)
Conde.
¿Desea recibir al señor Conde? Lasca
Usted es florentina, por lo que me han dicho.
Lucrezia
Me hará el favor. Lucrezia
Para servirle a usted.
Beltrame
¿Quiere entrar en su cuarto? Lasca
Y vuestro nombre es Lucrezia.
Lucrezia
La cama no está hecha. Le recibiré aquí. Lucrezia
Sí, señor, Crezzina, para servirle.
Beltrame
Como mande. La sala es adecuada. Voy a Lasca
decirle que entre. ¿Hace mucho tiempo que está usted en esta
profesión?
Lucrezia
Y, dígame,… ¿es rico? Lucrezia
Perdone, pero no puede ser mucho tiempo.
Beltrame A poco que se me acerque, usted podrá ver
Es persona acomodada. que por mi edad…
No he cantado más que en Pisa. Querían a
Lucrezia toda costa que me
¿Es generoso? quedara en Livorno, pero yo he querido salir
de mi país,
Beltrame y deseo hacerme oír en Venecia.
A eso ya no se qué decirle.
Dejo a usted el trabajo de averiguarlo. Lasca
(Sale) Si desea una buena función, espero que no
tarde en llegarme la ocasión de poder
procurársela en Venecia, o en Lombardía, o
Escena octava en cualquier otra parte donde pueda hacerse
Lucrezia, después el conde Lasca. el honor. Conozco a los empresarios más
renombrados de Italia, a todos los mecenas
de virtuosos y virtuosas, y me entrego en
Lucrezia cuerpo y alma a la tarea de favorecer al que lo
En una ciudad nueva debería buscar el capital merece.
de alguien.

11
Lucrezia aprecio a las virtuosas complacientes que no
Espero que no quede defraudado con mi se hacen de rogar.
habilidad,
y que sus amigos puedan agradecérselo. Lucrezia
¡Ah, yo no soy de ésas!
Lasca Más bien peco de ser complaciente en
Estoy seguro. ¿Es usted soprano, o contralto? exceso.

Lucrezia Lasca
Oh, señor, ¿qué cosas dice? Me avergonzaría Pues si es así, concédame el placer de cantar
de cantar de contralto. Soy soprano, cualquier cosilla,
sopranísima, voces como la mía se más que nada para oír su voz.
encuentran pocas.
Lucrezia
Lasca Perdone, pero no puedo,
No sabe usted cuánto me alegro. he cogido frío en el viaje y estoy muy
¿En Pisa cantaba usted de primera o de resfriada.
segunda?
Lasca
Lucrezia ¡Bravo! Eso también me lo esperaba.
Le cuento. Era la primera vez que salía del El resfriado es la excusa habitual.
cascarón, y aquel estúpido empresario me dio
un pequeño papel. Pero cuando me Lucrezia
escucharon, me tomaron en tanto aprecio No, es cierto. Si usted me hace el honor de
que hundí en la miseria a la primera. Cuando visitarme verá que yo soy complaciente, mi
los demás cantaban se escuchaba barullo, debilidad está en serlo a veces demasiado.
pero cuando cantaba yo, todos guardaban Cuando una persona es buena conmigo,
silencio, y después aplaudían con créame, señor, se cómo reconocérselo.
desesperación. (Con cierta afectación de ternura)
Todavía recuerdan aquella aria maravillosa:
Spiegando i suoi lamenti Lasca
Sen va la tortorella. (Ya veo, es joven, pero se conoce el oficio).
Y yo le aseguro, señora, que de mí podrá
Lasca hacer todo lo que quiera.
¿Tendría usted la amabilidad de dejarme Soy un buen amigo, y cuando me
escuchar esa bella arietta? comprometo, nunca fallo.

Lucrezia Lucrezia
Lo haría de mil amores, pero el clave que el Permítame, ¿tendría usted a la mano un buen
posadero ha hecho llevar a mi cuarto está peluquero
desfinadísimo. que me arregle la cabeza?

Lasca Lasca
¿Qué importa? la escucharé sin el clave. Ah, no conozco a ninguno. A mí me arregla
mi camarero.
Lucrezia
Excúseme, señor, pero yo no canto sin un Lucrezia
instrumento. ¿Y no podría mandarme a su camarero?
No creo que usted me tome por una cantante
de tres perras. Lasca
No sabe peinar a mujeres.
Lasca
Perdonadme, no montéis en cólera. Cante o Lucrezia
no cante, estoy a su servicio, pero debo Señor, y un zapatero…
decirle, para su conocimiento, que yo tomo
Lasca

12
Oh, lo del zapatero podrá decírselo al Es un portento, os lo aseguro. Y tiene otra
posadero, cualidad admirable:
que tiene uno al servicio de su posada, uno no es de ésas que tratan de incomodar a los
buenísimo, amigos.
pero no sé dónde está, ni cómo se llama. Le he ofrecido a mi peluquero y mi zapatero,
y ella,
Lucrezia por delicadeza, me los ha rechazado.
(Por lo que parece, he fallado el tiro).
Lucrezia
Lasca (Mal tormento te den… Es un bocazas de
(Conmigo no tiene nada que rascar). primera clase).

Lasca
Escena novena ¿Acaso el señor Nibio, sabiendo que yo
Nibio y los antedichos. estimo a esta virtuosa,
ha venido a ofrecerle una buena
oportunidad?
Nibio
Respetuoso, me inclino ante la señora Nibio
Lucrezia. Podría ser…
Siervo del señor Conde.
Lucrezia
Lucrezia Señor, confiad en mí, que cuando hablo,
¿Quién es este hombre? ¿De qué me conoce? hablo de corazón;
(Al Conde) si hicierais algo por mí, os sería reconocido.
(A Nibio)
Lasca
Éste es el señor Nibio, caballero reconocido Lasca
y experimentado, un gran conocedor de los Oh, sí, os lo aseguro, es generosa, a veces,
teatros, famoso representante de virtuosos y por lo que ella dice, demasiado generosa.
virtuosas.
Lucrezia
Nibio Pero no con todos, señor, no con todos.
Favor que me hace el señor Conde. (Al Conde)

Lasca Lasca
Amigo, si tenéis ocasión de contratar a una Ya veo; y yo soy el mismo con todas. Vamos,
virtuosa, os aseguro que esta tiene un mérito señor Nibio,
infinito. Su voz es portentosa, clara y decidnos lo que tengáis que decirnos.
cristalina como una campanilla de plata.
Conoce la música a la perfección, y lo que es Nibio
más de estimar: nunca está resfriada. Lo cierto es que ayer tuve un encuentro
extraordinario,
Nibio estupendo, lo que podría llamar buena
Eso ya es un buen capital. fortuna.
Pero no quiero que nadie lo sepa.
Lucrezia Lo confiaré sólo a vos, y a esta señora.
(El señor Conde, por lo que veo, me está Pero guardad silencio, por amor de Dios,
tomando el pelo). silencio.

Nibio Lasca
Si el señor Conde la ha escuchado, Oh, yo no hablo.
estoy seguro de su habilidad y no necesito
otra opinión. Lucrezia
Soy mujer, y soy joven, pero puedo
Lasca aseguraros el secreto.

13
Nibio
Lasca Es cierto que el empresario, en favor a sus
Ya os digo, es una mujer encantadora. amigos, confía en mí, pero quiero que él la
escuche antes de que yo la contrate, no sea
Nibio que un día me diga que le he tomado el
Sabed entonces que un Turco, comerciante pelo… No tiene conocimientos de música,
famoso de Esmirna, ha llegado a Venecia en pero quiero que esté contento.
una nave suya, para despachar sus
mercancías. Algunos amigos suyos, yo no sé Lasca
si por ocio, o por algún interés, le han metido ¡Magnífico! Así me gusta. Traédmelo aquí. La
en la cabeza que sería un buen negocio llevar señora Lucrezia cantará sin dificultad alguna
a Esmirna una compañía de virtuosos y y asombrará al Turco cuando escuche ese aria
virtuosas, para hacer una ópera en música en bellísima:
aquel país. Le han hecho ver que en aquel Spiegando i suoi lamenti
vasto puerto mercantil existe un prodigioso Sen va la tortorella…
número de franceses, de ingleses, italianos y
españoles, que allí no tienen ningún público Lucrezia
divertimento, y que tal novedad daría mérito (Esto ya me tiene mosca de veras…)
a un hombre de coraje como él, y podría ser
la fortuna de cualquier dependiente suyo, si él Nibio
no se dignara de apropiarse del inmenso Voy a ver si le encuentro y enseguida le
beneficio que produciría semejante empresa. conduzco aquí.
El Turco, que es un caballero, que no es
avaro, y que es un poco caprichoso, cedió al Lucrezia
consejo y se ha puesto manos a la obra, pero Si viene, será bien recibido. Mas, lamento que
no tiene conocimiento alguno de tales el clave esté desafinado.
menesteres. Señor Conde, sea usted tan amable de
Sus amigos le han prometido asistirle, y yo he mandarme, al menos, un clavecinero que me
recibido el encargo de proveerle de músicos y afine el clave.
virtuosas.
Creo sinceramente que los primeros que Lasca
vayan a aquel país traerán de vuelta los baúles Sí, sí, se lo mandará el señor Nibio. Estos
llenos de cequíes, y yo, dado el respeto que le asuntos son cosa suya.
tengo al señor Conde, vengo a hacer la El es hombre práctico, él conocerá…
primera proposición a esta señora, por la cual Mandadle un clavecinero a la señora.
él profesa tanta parcialidad y estima. (A Nibio)

Lucrezia Lucrezia
(¡Ah, éste sería para mí el mejor negocio del (¡Tacaño del demonio!)
mundo!)
Nibio
Lasca Se lo mandaré de inmediato. Voy a buscar al
Querido señor Nibio, os lo agradezco Turco, y voy corriendo porque el asunto es
infinitamente. goloso y podría ser un buen negocio también
Ved, señora, si vale algo mi amistad. para mí.
Espero embarcarme como director de la
Lucrezia ópera, y entre los honorarios y las primas,
Quedo en deuda con vos. espero volver rico a Italia para convertirme
(Ah, sí, de palabra parece muy generoso). en empresario.
Quien le toma el gusto al teatro una vez, no
Lasca sabe pasar sin él mientras vive, y yo, si a fin
Apresuraos, señor Nibio; el tiempo es de cuentas me quedo sin nada, tendré
peligroso. Si tenéis autoridad para redactar el paciencia, pues acabaré como había
contrato, acordemos la paga y hacedlo de empezado.
inmediato. (Sale)

14
Escena décima
El conde Lasca y Lucrecia. Tognina
Querido señor Pasqualino, de un tiempo a
esta parte sois muy avaro de vuestra persona.
Lasca En vez de decir: Tognina es mi virtuosa, la
Me alegro, señora, de haberos proporcionado amo, la estimo, no me pondré a cantar sin
una buena oportunidad. ella, quien me quiera de tenor, tendrá que
quererla de primadonna, y otras cien cosas más,
Lucrezia tiernas y amorosas, ¿os pasáis dos días sin
Le quedo agradecidísima, pero el favor, a venirme a ver? ¿Dónde habéis estado estos
decir verdad, no le ha supuesto gran fatiga. dos días?

Lasca Pasqualino
Vaya, comenzáis a dejar ver cuáles son He estado…
vuestras formas. Os parece que he hecho
poco provocando que una persona que me Tognina
conoce, os elija. Pero no me sorprendo de No os creo una palabra.
nada. Conozco perfectamente a vuestro sexo
y vuestro oficio. Excusadme si os hablo con Pasqualino
libertad, yo soy un hombre sincero. No deseo Dejadme terminar…
nada de vos, ni de vuestra liberalísima
complacencia. Hago el bien generalmente. Tognina
Me complazco en ello y me divierto al mismo Callad. ¿Creéis que no sé que andáis de acá
tiempo. Estimo a quien lo merece, soy amigo para allá, silbándole a todas las virtuosas de
de todo el mundo y en particular de la este mundo? Decidme, ¿ya habéis ido a ver a
magnífica, excelente y complaciente, señora la florentina esa que llegó ayer noche?
Lucrezia.
(Saludándola con una sonrisa, sale) Pasqualino
No, aún no he ido.

Escena undécima Tognina


Lucrezia, sola. Pero sabéis que ha llegado.

Pasqualino
¡Oh, ahora se hace el filósofo! ¡Menudo Sí, lo sé.
protector desgraciado!
Por donde le ataque, se mantiene firme a mis Tognina
ruegos; si voy a Esmirna encontraré allí a Apuesto a que le habéis hecho una visita.
quien haga del ser liberal un mérito.
Es cierto que en la música no soy todavía Pasqualino
importante, pero en otros asuntos no le cedo No, de verdad.
el terreno a nadie; sé agradecer con gracia, sé (Sonriendo)
unir la honestidad a la complacencia, y sé
pelar el pollo sin que cacarée. Tognina
(Sale) ¿Os reís?

Pasqualino
Me río, vos suponéis que todas las
ACTO SEGUNDO muchachas corren tras de mí.

Tognina
Escena primera Oh, yo no digo que todas estén enamoradas
Cuarto en casa de la señora Tognina. de vos. No vayáis a creeros el ídolo de
Citerea. Digo que vos andáis de acá para allá,
Tognina y Pasqualino haciéndoos el lánguido y el babosón.

15
Pasqualino Me río, porque bien sabéis vos cuánto os
Creedme, Tognina… amo, y fingís dudarlo.

Tognina Tognina
Callad, ya me conozco yo vuestros embrollos. ¡Frivolón!

Pasqualino Pasqualino
Me mortificáis… Pero, vos…

Tognina Tognina
¡Miradle! ¡Pobre inocente! No mortifiquéis al Venga, venga, menos cháchara.
pobrecillo.
Decidme, bribón del demonio, ¿cuánto hace Pasqualino
que no veis a la boloñesa? Yo no puedo permitir…

Pasqualino Tognina
¿Yo? Que calléis os digo. He de deciros algo.
(Sonriendo)
Pasqualino
Tognina Hablad, pues, que os escucho.
No te rías, galeote, que como me llamo
Tognina, Tognina
si te me ríes en la cara te arreo un mamporro. Mereceríais que os hiciera a vos el caso que
vos me hacéis a mí,
Pasqualino y que en una ocasión similar me vengase de
¡Oh, Válgame Dios es Cristo! ¿Queréis que vuestra poca atención.
os diga una cosa?
Me dejáis de pasta de boniato. Parece que Pasqualino
ante vos yo no fuera más que un servidor a ¿En qué podéis quejaros de mí? Si yo…
sueldo. Os tengo en buena estima, en buena
consideración, os tengo incluso amor, pero al Tognina
final, a fin de cuentas, el mucho querer cansa. Acabad ya. ¿Aún estáis comprometido?
¿Habéis firmado contrato con algún teatro?
Tognina
Bueno, bueno, no os queméis los pulmones, Pasqualino
no os lleve el frenesí. Me ofendéis… Si yo me hubiese
Si lo digo, lo digo… y yo sé por qué lo digo. comprometido, vos lo sabríais.
Maldito sea el instante en que le da a una por
querer a estos hombrecillos. Tognina
¿Tengo que creeros?
Pasqualino
Bien sé yo que con estas mujeres no conviene Pasqualino
dejarse tomar la mano. Vos me entregaríais al diablo.

Tognina Tognina
Permita, señor… Oídme, quiero haceros una confidencia. He
(Con seriedad) prometido no decir nada,
pero yo a mi Pasqualino no le puedo ocultar
Pasqualino nada: prométeme antes,
Ordene usted. júrame, que no le dirás nada a nadie.
(Sonriendo)
Pasqualino
Tognina Te lo prometo, y puedes estar segura de mi
¿También ahora os reís? palabra.

Pasqualino Tognina

16
El Conde Lasca ha venido a hacerme una (Desde dentro)
visita, y me ha dicho en confianza, y como el
mayor secreto del mundo, que venía en Pasqualino
nombre de un Turco a formar una compañía ¿Quiénes son ésos?
para Esmirna; que es rico, que nos ofrecerá
unas condiciones ventajosísimas, que yo soy Tognina
la primera en saberlo, y que nadie más ha de ¿No le conocéis? Es el señor Maccario, el
enterarse. poeta.

Pasqualino Pasqualino
Hasta ahora, por cuanto sé, somos dos en ¿Y la mujer?
saberlo, porque el señor Conde me ha hecho
esa misma confidencia. Tognina
¿Estáis ciego, o acaso fingís estarlo? ¿No
Tognina conocéis a Annina, la boloñesa,
El Conde Lasca sabe que somos amigos, y a la que llaman Castañaendulce? Adelante,
sabe que yo no actuaré sin vos, por eso os adelante, están en su casa.
habrá hecho la misma proposición, y con el (A la escena) Fingís no conocerla para darme a
mismo secreto. entender que no la rondáis.
(A Pasqualino, con un poco de despecho)
Pasqualino
¿Os ha dicho el Conde qué puesto os darán? Pasqualino
¿De nuevo con la misma historia?
Tognina (Con desdén)
Oh, en eso no hay duda. Soy la primera en
saberlo. Soy dueña de elegir, ninguna podrá Tognina
quitarme el ser la primadonna. Sed prudente delante de la gente, y
sobretodo, no digáis nada del Turco.
Pasqualino
Si hay dos tenores, quiero ser el primero. Maccario
A sus pies, señores.
Tognina
Querido Pasqualino, vos sois joven; tenéis Annina
buen falsete y buenos agudos, ¿no podréis A sus pies, señora Tognina.
hacer vos la parte del primer soprano?
Tognina
Pasqualino Apreciada señora…
¿Y eso por qué?
Annina
Tognina ¿Cómo está?
Porque, querido mío, quisiera que, también
cuando actuamos, lo hagamos en nombre del Tognina
amor; se canta con mayor placer un aria Para servirle a usted.
tierna cuando se pone en ella toda la
intención. Cuando en un aria se dice: caro, per Annina
te sospiro, se le imprime toda su fuerza si se Tiene un buen trato que consuela.
dice de corazón, y el pueblo eso lo reconoce
y se regocija y dice: ¡Bravi! Tognina
Y usted, ¿está bien?

Escena segunda Annina


Maccario, Annina y los anteriores Bien, gracias al cielo. Bien, para lo que guste
usted mandar.

Maccario Tognina
¿Se puede entrar?

17
Vamos, ¿no le decís nada? Sois algo Os lo diría de buen gusto, porque, a decir
maleducado. verdad, se trata de un encargo que me colma
(A Pasqualino) de honor, pero aún no puedo hablar.

Pasqualino Tognina
Ya le he presentado mis respetos. ¿Acaso es un secreto?
(A Tognina)
Maccario
Tognina Os diré algo, señora. El asunto que se ha
Eh, que te conozco, hipocritón. tratado aún no está cerrado,
(A Pasqualino) y mientras no se vea la cosa ultimada, la
señora Annina está obligada a no hablar.
Pasqualino
No sé qué decís. Tognina
(A Tognina) ¿Vos sois su secretario?

Tognina Maccario
¿Qué os pasa? Os habéis puesto rojo. Yo no soy secretario de nadie, es interés mío
(A Pasqualino) propio que no se hable de eso, porque en
Diga, señora Annina, ¿hace mucho que no la este negocio he de verme yo empleado, y si
visita el señor Pasqualino? se difunde, algún otro podría desbancarme.

Annina Pasqualino
Oh, es un… La alegría de mi vida. ¿Se quiere hacer libreto nuevo?
Pero, ¿qué ocurre aquí que me hacéis esta
escena? Maccario
Si está con vos el señor Pasqualino, a mí O uno nuevo, o uno arreglado…
tanto me da que venga o que no venga, para
mí es lo mismo. Yo no sé darme a malas Pasqualino
acciones. O uno arreglado, o uno arruinado…

Tognina Maccario
(A Annina) Me sorprendéis, señor. Vos no conocéis mi
¿Os lo habéis tomado a malas? valía.

Annina Tognina
No creáis, además no tengáis miedo, bien Venga, dejémoslo estar. Señora Annina,
pronto me iré. tengo buenos motivos para estar molesta con
vos.
Tognina
¿A cantar? Annina
¿Y eso por qué?
Annina
Sí, puede ser; eso espero. Tognina
¿Quién se cree usted que soy yo? No soy una
Tognina charlatana, y nunca lo he sido. Si usted se me
¿Y adónde, si se puede saber? confía, le juro y le prometo que yo también le
confiaré un secreto; acaso más interesante
Annina que el suyo.
El dónde no lo puedo decir.
Annina
Tognina ¿De verdad? (No quiero que parezca que
¿Qué teméis? A mí me lo podéis confiar sin desconfío de ella).
ambages. ¿Se lo digo, o no se lo digo, señor Maccario?

Annina Maccario

18
Por mi parte mantengo que usted haría bien el señor Conde os ha hecho esa confidencia,
callando. puede que al fin sea útil para la una y para la
otra. En un drama hacen falta una primadonna
Tognina y una secondadonna, así que ambas dos podríais
Vos, señor Maccario, vais como los médicos, ser contratadas igualmente.
siempre en busca del mal.
Pasqualino
Annina No habla mal el señor Maccario; la cosa
Bueno, venga aquí, que la satisfaré a usted, puede ser de lo más inocente.
(yo también tengo curiosidad con su secreto),
pero le ruego lo guarde en secreto. Tognina
Bien, si la cosa es así, no digo nada. Yo la
Tognina primera, vos la segunda, y las dos contentas.
No hay cuidado. Ya le he dado mi palabra.
Annina
Annina Oh, perdonadme, pero yo he de ser la
Pues, sepa, señora Tognina, que a Venecia ha primera.
venido un Turco,
y que este Turco quiere formar una Tognina
compañía… ¿Y eso por qué, señora? Yo aprecio vuestro
mérito, pero en la profesión yo gozo de
Tognina cierto crédito, mayor que el vuestro. Hace
¿También lo sabéis vos? tres años que canto de primera, y una
principiante no ha de venir ahora a hacerme
Annina de menos.
¿Qué? ¿Vos también lo sabéis?
Annina
Tognina ¡Principiante! ¿Con quién creéis que habláis?
¿Que si lo sé? ¡Cómo no! Es cierto que soy más joven que vos, y a
Decidme, ¿podría yo saber por quién lo mucha honra, pero una, que canta
habéis sabido? improvisando, no es lo que se dice una
principiante. He hecho, hasta ahora, de
Annina segunda, sólo por curtirme, y aprender a
Oh, no, no puedo decirlo. actuar, pero de ahora en adelante no quiero
Y a vos, ¿quién os lo ha dicho? hacer más que de primera.

Tognina Pasqualino
¿A mí? El conde Lasca. He aquí cómo, por estas preeminencias, por
estas pretensiones, siempre anda el diablo
Annina metido en las compañías. Señoras mías
Pues haceos cuentas de que el mismo señor queridísimas, pensad antes en tener unas
Conde Lasca me lo ha dicho como funciones, en ganar dinero. ¿Aún no estáis
confidencia, con todo secreto. seguras de ir a Esmirna y ya pretendéis las
dos el puesto de la primadonna?
Pasqualino
Y conmigo ha hecho lo propio. Tognina
La verdad es que el señor Pasqualino apuesta
Annina decidido por mí.
Una buena nos ha gastado. ¿Acaso me aconsejáis que por una vil
ganancia vaya y haga un triste papel?
Tognina
¡Qué buen protector! Pasqualino
A las dos he hablado con la misma
Maccario honestidad y el mismo respeto. Pero la
No me parece, señoras mías, que por eso señora Annina, que se enorgullece de ser
tengáis motivo alguno para quejaros de él. Si jovencita, y lo es en efecto, cuando se llegue

19
al caso, os hará justicia y os cederá el primer Pasqualino
puesto. Soy bastante conocido, y estoy seguro de que
no estaré así mucho tiempo.
Annina
Yo no le cedo nada a nadie. Carluccio
Palabrerías, discursos y esperanzas vagas.
Tognina Y vos, señor Maccario, ¿tenéis trabajo? ¿En
Y mucho menos cederé yo. qué empleáis vuestro tiempo, vuestro
grandioso, maravilloso talento?
Maccario (Con ironía)
Yo decidiré este dilema. Los poetas que
escriben dramas para música o no saben, o Maccario
no quieren tomarse un poco de molestia. Yo No se burle, porque mi talento es bien
no obro de este modo. En caso similar sé que conocido y no me falta ocasión para
pueden hacerse dos partes iguales, para que emplearlo.
las mujeres queden del todo contentas.
Cuando vayamos a Esmirna, haré un libreto Carluccio
nuevo, en el que las dos mujeres tengan los En verdad, hijos míos, me dais pena. Apuesto
versos, las arias y los movimientos iguales las a que no tenéis nada en qué trabajar.
dos, y si surge la dificultad de quién haya de
salir la primera, las haré salir a los dos juntas. Tognina
Tengo un proyecto que, si se cumple, hará
suspirar a más de uno.
Escena tercera
Carluccio y los anteriores Carluccio
¡Si se cumple! Me dais risa, ¡si se cumple!

Carluccio Annina
Esclavo de los señores. A los pies de la La señora Tognina dice “si se cumple”, pero
grandísima señora Gondolera yo digo que se cumplirá.
y la bellísima señora Castañaendulce.
Carluccio
Annina ¿Estáis segura? ¿Habéis firmado ya? ¿Es un
Mi nombre es Annina. buen papel?
¿Con buena paga y buenas condiciones?
Tognina
Y yo me llamo Tognina. Annina
¡Las condiciones son buenísimas, y pronto se
Carluccio firmará!
Vamos, todos nosotros tenemos un apodo.
Incluso yo sé que me llaman Cascarilla, como Carluccio
si fuera yo la cáscara de Farinello; pero le ¡Se firmará! Ah, ah, ah ¡Se firmará!
haré ver al mundo que yo soy flor de la
harina más selecta y pura. Pasqualino
Hablemos de otra cosa. Señoras mías, amigo Sí señor, las cosas van por tan buen camino
Pasqualino, ¿tenéis algún contrato? ¿Tenéis que se puede contar la cosa como hecha.
trabajo, proyectos, os han llamado? ¿O estáis
ociosos, de brazos cruzados y sin esperanzas? Carluccio
Oh, cuán a menudo las cosas “casi hechas”
Tognina se quedan en nada.
Ah, yo, gracias al cielo, no estoy mucho ¡Pobres diablos! No tenéis nada seguro y
tiempo parada. vuestras esperanzas o están mal fundadas, o
serán de poco valor. Venid aquí; yo soy un
Annina buen amigo. Yo, yo os voy a dar trabajo,
Si yo quiero, representaciones no me faltan. quiero haceros el favor; ¡pero qué digo favor!
Será una fortuna, una fortuna segura, fija,

20
extraordinaria. ¿Qué me decís? Con vuestras
ocupaciones, con vuestras expectativas, Annina
¿estáis acaso en disposición de aceptar la Rico comerciante…
proposición de un caballero, de un maestro
de mi clase? Pasqualino
Quiere formar compañía…
Tognina
Veamos, si nos conviene… Maccario
Con un libreto nuevo.
Carluccio (Todos ríen)
¿Si os conviene? ¿Cómo? ¿Es que no me
conocéis? ¿Creéis que vengo a proponeros Carluccio
unas representaciones de cien, doscientos o Ah, ¿lo sabéis vosotros también?
trescientos… Cequíes a millares. Yo soy (Admirado)
quien soy, y cuando quiero hacer el bien, lo
hago como se demuestra. Pobres Pasqualino
desesperados, si no fuese por mi, iríais a Y ése era el gran proyecto, el gran beneficio
sacrificaros… que quería hacerle el señor Carluccio a estos
pobres desesperados…
Pasqualino
Eh, el contrato que teníamos a la vista… Carluccio
Pero, ¿cómo diablos habéis averiguado lo del
Carluccio Turco?
Tonterías.
Annina
Annina El Conde Lasca.
Si se cumple, como espero, y como estoy
segura… Tognina
El Conde Lasca…
Carluccio
Tonterías os digo. Son tonterías.
Escena cuarta
Maccario El Conde Lasca y los anteriores.
Escuchemos la propuesta del Señor
Carluccio.
Lasca
Carluccio Aquí estoy, ¿quién pregunta por mí?
Sí, mi pobre Maccario, también habrá para
vos. Carluccio
Señor, me sorprendéis. Venís a hacerme una
Tognina confidencia, venís a proponerme unas
Vamos, contadnos. actuaciones con el mayor secreto, y lo sabe
todo el mundo.
Pasqualino
Querido amigo, hablad. Lasca
Y vos, si os hago una confidencia,
Annina ¿por qué corréis a hacer público el secreto?
Escuchemos, quitadnos la pena.
Carluccio
Carluccio ¡Valiente secreto! Aquí somos cinco, y los
Sabed, amigos, que un Turco… cinco lo sabemos.
(Todos prorrumpen en una sonora carcajada)
¡Cómo! ¿Reís? Sí señores. Un Turco… Lasca
Podría deciros que lo he hecho por
Tognina divertirme, y diciendo eso, no haría demérito
De Esmirna… alguno a vuestra poca prudencia; pero os diré

21
que he pretendido, haciéndoos a todos Sí, hablemos de lo que nos interesa. ¿Vendrá
partícipes del secreto, haceros un bien. Hay el Turco a mi casa?
trabajo para todos vosotros, y si os había
dicho que no se lo contarais a nadie, he Lasca
querido decir que no lo hagáis público a los Se lo ruego y espero que no me diga que no.
demás, pero igual que habéis hablado entre
vosotros cinco, habríais hecho lo mismo con Annina
otro diez más, e incluso con otros cien, así ¿Y le hará venir a verme a la mía?
que yo me lavo las manos en este asunto.
Lasca
Tognina Si la señora Tognina consiente, puede
No, señor Conde… esperarle aquí.

Annina Annina
No montéis en cólera. Oh, no señor, de verdad. Yo no tengo nada
que ver con ella. Si el Turco desea oírme, ha
Maccario de venir a verme. Tengo, a Dios gracias, una
No nos abandonéis… casa muy digna a la que hasta un príncipe
podría venir. Tengo un buen clavecín. Allí
Pasqualino está mi madre, y está mi hermano; y no
Por mi parte yo le aseguro que no he hablado quiero hacerme oír fuera de casa.
con nadie.
Tognina
Lasca ¡Qué maldita soberbia! No la puedo soportar.
Oídme. Yo soy bueno por naturaleza; me
dais pena y quiero perdonar esta debilidad. Annina
Me desagradaría que se perdiera esta ocasión, ¿Me ha entendido, señor Conde?
especialmente por el pobre Carluccio…
Lasca
Carluccio La he entendido.
Yo no digo que no iría con sumo gusto a
Esmirna, por ver países nuevos, y aquellos Annina
turbantes y aquellos mostachos, pero la ¿Y qué me dice?
verdad sea dicha, si quieren un buen soprano,
no sé dónde podrían buscarse otro. Lasca
Digo que haga como le plazca, que poco me
Lasca importa, más bien nada.
¿Será posible que no seáis capaz de moderar
esa presunción vuestra? Annina
¡Menuda respuesta!
Carluccio
La humildad es buena y hermosa, pero de vez Carluccio
en cuando es de ley que rindamos justicia con Brava, señora Annina. Mantened vuestro
nosotros mismos. decoro. Así ha de hacerse.
Si el Turco quiere oírme, habrá de venir a mi
Lasca casa.
Y cuando lo hacéis vos mismo, le impedís
hacerlo a los demás. Lasca
¿Y a la vuestra también, señor Pasqualino?
Annina (Riendo)
No nos perdamos en inútiles disputas,
porque el señor Carluccio, cuando comienza, Pasqualino
no acaba nunca. Yo no soy menos que los demás.

Tognina Lasca
¿Y a la vuestra, señor Maccario?

22
Querido señor Nibio, vos ya veis qué bien se
Maccario guarda el secreto.
Oh, yo no soy tan difícil. Iré a verle tres,
cuatro, seis veces, cuando le parezca y le Nibio
apetezca, y me encomiendo a vuestra ¿Quién ha sido el bestia que ha hablado?
protección.
Tognina
Lasca El señor Conde.
Sí, querido poeta, me agrada vuestra
humildad, de buen grado intercederé por vos. Lasca
¡Qué impertinencia!
(A Tognina, acalorado)
Escena quinta
Nibio y los anteriores. Tognina
Perdonad, no lo he dicho por vos.

Nibio Nibio
Queridos señores… Lo hecho, hecho está. Intentemos
remediarlo. Ahora que la cosa se ha
Tognina difundido, hemos de apresurar la ganancia.
Acercaos, señor Nibio. Haré cuanto pueda por todos, pero yo no
tengo autoridad para redactar contratos. El
Annina Turco me ha dado facultad para negociar, y él
A los pies del señor Nibio. se ha reservado la autoridad de cerrar el trato.

Nibio Tognina
Al servicio de los presentes. El empresario ha venir a mi casa.

Carluccio Annina
¿Cómo está de salud el intermediario de los También a la mía.
músicos abandonados?
Carluccio
Nibio. Puede ser que antes venga a la mía.
Muy bien, dispuesto para todos, también para
el señor Carluccio, si tiene necesidad de mí. Pasqualino
O a la mía.
Carluccio
Oh, sí, vos sois aquel gran hombre que tuvo Nibio
el honor de subir a un escenario por primera Señores míos, para no hacer menoscabo de
vez a mi persona, yo os he dado vuestra nadie, me ha dicho el Turco que no quiere ir
reputación. a casa de ninguno. Quién quiera ir a la suya,
bienvenido sea; quien no quiera, que se
Nibio quede; por quien vaya no puedo hacer más
Le habría dado yo la suya si usted se hubiera que enseñarle el camino.
conducido con un poco más de prudencia.
Tognina
Carluccio Pero, ¿qué me habíais dicho, señor Conde?
Querido Nibio, estás loco, pero te tengo
aprecio, y si voy a Esmirna, te quiero llevar Lasca
conmigo. Yo creía que podría hacerle venir aquí; pero
veo que el Turco tiene razón, y os aconsejo
Nibio que vayáis a su casa.
¿A Esmirna?
(Con sorpresa) Tognina
Esto es algo terrible.
Lasca

23
¿Que una mujer de mi clase vaya a casa de un ¡Demonios! Ésta siempre incordiando. No le
empresario? voy responder en su casa,
No lo he hecho nunca en mi vida, y nunca lo pero si cantamos juntas ya le haré yo tragar
haré. ajenjo.
(Se va con Nibio)
Lasca
¿Y vos, señora Annina? Carluccio
Me río yo de quienes andan locos, como si
Annina les faltara el sustento.
Pues yo… no sé… pero si voy, iré con mi Yo mantengo mi decoro, no voy a buscar a
madre y con mi hermano. nadie, quien me quiera que me busque en mi
casa.
Tognina (Tengo buenas piernas, creo que llegaré antes
(Ésta quiere pasarme por encima). Basta, que nadie)
señor Conde, tratándose de un Turco que no (Se va)
conoce las costumbres, podría ser que yo
fuera si vos quisierais venir conmigo. Tognina
¡Se oyen cosas que causan espanto! ¿Qué me
Lasca decís de esa presuntuosa de Annina? Me trata
Me excusaréis, yo iría de mil amores, pero como si yo fuera una cantante de tres al
hay un asunto que me apremia… Id, que yo cuarto. ¿Acaso no sabe que yo he cantado en
os alcanzo. Quizá nos reunamos en casa del Rimini, en Sinigaglia, en Chiozza y en la feria
Turco. de Rovigo? ¡Pobre tonta! No es digna de
(No quiero dejarme ver por la ciudad con una cantar a mi lado ni la parte más pequeña. La
cantante al lado). noche del estreno la mataré de desesperación.
(Se va) Si me oyen en Esmirna haré fortuna, y haré
fortuna para el empresario. Escribidme un
Tognina papel bonito, señor Maccario, y no lo dudéis.
(Apuesto a que lo hace por no pagar la Soy una mujer agradecida, os ofrezco
góndola). alojamiento, mesa y algún que otro
Pasqualino, ¿me haríais el favor de imprevisto a medida de mis aventuras…
acompañarme? (Se va con Pasqualino)

Pasqualino Maccario
Os acompañaré con mucho gusto. Todo viene bien. A un pobre autor como yo
no le harán daño en el estómago los
Annina imprevistos de las cantantes.
(No quisiera que ésa fuera antes que yo). (se va)
Señor Nibio, ¿me haríais el favor de
acompañarme?

Nibio ACTO TERCERO


¿Cuándo querríais ir?

Annina Escena primera


Ahora mismo, si queréis. Cuarto en la hospedería de Alí, con un gran sofá en
medio y varias sillas.
Nibio Alí fumando una larga pipa, luego entra un sirviente
Vamos, voy con usted. de la casa.
Alí se sienta en el sofá y fuma.
Tognina
¿Cómo, señora Annina?
¿Va usted a ir a que la oiga el Turco sin su Sirviente
madre y su hermano? Señor, una persona desea presentar sus
respetos.
Annina

24
Alí
¿Ser señor? ¿O ser gentuza? Carluccio
¿Qué iba a hacer yo en un serrallo?
Sirviente
Por su aspecto, parece una persona educada. Alí
Guardar mujeres de Gran Sultán.
Alí
Hacer venir. Carluccio
(El sirviente sale) ¿Por quién me habéis tomado?

Alí
Escena segunda ¿No estar eunuco?
Alí, después Carluccio.
Alí sigue fumando, cuando entra Carluccio se levanta Carluccio
del canapé. Me sorprendéis.
No pertenezco a esa raza vulgar; soy un
virtuoso de música.
Carluccio
Servidor suyo. Me han hablado mucho de Alí
vos, y por el simple placer de conoceros he ¿Estar músico?
venido a presentaros mis respetos. (Con asombro)

Alí Carluccio
¿Estar hombre o estar mujer? Estar músico.
(A Carluccio) (Con mofa)

Carluccio Alí
Estar hombre, señor mío. ¿Quién poder pensar que Italia querer
(Con cierto acaloramiento) hombre como tú, para cantar como mujer?
Turquía querer mujer por mujer.
Alí se vuelve a sentar en el canapé con cierto
desprecio. Carluccio
Yo soy un soprano. Mi voz es argentina,
Carluccio pero recito y canto las partes de hombre.
Si él se sienta, yo también me siento.
(Se quiere sentar en el mismo canapé) Alí
No estar voz de hombre. Yo no estar tan
Alí bestia
¿Quién haber dicho que tú sentar? de querer músico que cantar como gato.
(Le impide sentarse)
Carluccio
Carluccio Los músicos de mi raza son estimados,
¿Tengo entonces que permanecer en pie? adorados por todos, y son muy raros en este
(Gracias a Dios no hay nadie cerca). mundo. Preguntádselo a Nibio; él, que es el
Ya veo, señor que no me conocéis. Yo soy tratante de vuestra compañía, os dirá si soy o
un virtuoso de música, y puedo decir que soy no un virtuoso célebre y excelente. He estado
de los más famosos, quizá sea el más famoso en los mejores teatros. Dondequiera que he
de hoy día. Vengo a ofrecerme para vuestra cantado, los empresarios han hecho
compañía, no por necesidad o por interés, ganancias inmensas. Un pasaje mío, un trino,
sino por la curiosidad de conocer Esmirna. una cadencia, una simple volata, bastan para
dejar atónita a la audiencia. Todavía no se ha
Alí escuchado una voz como la mía, clara, fuerte,
Esmirna no haber necesidad de la persona sonora, igual y sin defectos. Canto veintisiete
tuya. notas, todas iguales. Conozco todos los
Si querer ir Turquía, yo te mandar artificios de la música, poseo vena cómica y
Constantinopla, serrallo de Gran Señor. recito como un diablo, visto con gusto

25
óptimo, corrijo y adoctrino a los que no lo Alí
saben y hago, si es menester, de poeta y de Ir al diablo.
maestro de música. (A Carluccio)

Alí
De todos tu meritos no me importar. Escena cuarta
Nibio, Annina y los antedichos.

Escena tercera
Sirviente, y los anteriores. Annina
Sierva suya devotísima.
(A Alí, con reverencia)
Sirviente
He visto a una señora subir las escaleras. Nibio
(A Alí) He aquí, señor Alí, a excelente una virtuosa
de música.
Alí
¿Estar música? Alí
(Al sirviente) Música.
(A Annina, lisonjeramente)
Sirviente
Eso creo. Annina
Sí, señor, para servirle a usted.
Alí
¿Cómo estar? Alí
Ttocándose el rostro y sonriendo, queriendo saber si es Sentar cerca de mí.
bella) (Se sienta antes en el canapé)

Sirviente Annina
No está mal. Con su benévola licencia.
(Se sienta junto a Alí)
Alí
¿Estar sola? Carluccio
(Ella sentada, ¿y yo en pie? No aguantaré tal
Sirviente impertinencia.)
Me parece haber visto que iba con ella un tal (Se coge una silla y se dispone a sentarse, lleno de
Nibio. orgullo)

Alí Alí
Sí, sí, Nibio estar bueno. Decir tu nombre.
(Sonriendo) (A Annina)

Sirviente Annina
Aquí viene. Annina, para lo que mande.
(Se va)
Alí
Carluccio ¿Tu patria?
Señor, si queréis…
Annina
Alí Bolonia.
Estar joven. Estar guapita.
(Se levanta, observando entre bambalinas) Alí
Gustar mucho tu gracia boloñesa.
Carluccio
¿Querréis escucharme, señor? Annina
Favor que usted me hace.

26
Carluccio
Alí (Nibio, me encomiendo a vos. Este Turco
¿Ser buena como ser hermosa? ignorante no sabe de méritos. Decidle vos
(A Annina) quién soy yo; haced que me contrate, haced
que me dé buena paga y os prometo daros el
Annina doce por ciento).
No me corresponde decirlo a mí. Pero el (En voz baja a Nibio)
señor Nibio me conoce y sabe si tengo cierta
habilidad. Nibio
Señor (a Alí), si queréis formar una compañía
Nibio al uso de Italia, que guste a los europeos que
Es una joven de valor, os lo aseguro. están en Esmirna, es necesario que contéis
con un músico soprano, y os hablo con
Alí sinceridad, un soprano mejor que éste es
Si estar buena y estar bella, hacer a todos difícil de encontrar.
enamorar.
Alí
Carluccio Si músico necesitar, tú encontrar músico,
Sí, la señora Annina tiene su mérito, y si lo encontrar soprano que no cantar como
digo yo… mujer.

Alí Nibio
¿Quién mandar tu hablar? Perdonadme, esos músicos que cantan con
(Con desprecio a Carluccio) voz viril se llaman tenores, y son aquéllos que
hacen de padre, de rey, o de tirano; pero para
Carluccio la parte principal hace falta un soprano, que
(Me están dando ganas de agarrarlo de los haga de principal, amoroso, y que cante bien,
bigotes). con preferencia las arias patéticas.

Alí Alí
Cuánto me gustar tus formas. Yo no querer patético.

Annina Nibio
Efecto de vuestra gentileza. Pero, sin embargo, es necesario.

Alí Alí
¿Cuánto querer de paga? Querer música alegre.

Annina Nibio
(Si de verdad le gusto, me haré pagar bien). El soprano es indispensable.
Yo soy una joven discreta, pero si la cosa
trata de ir a un país lejano, Alí
y lo que es peor, por mar, no iré por menos Maldito soprano, maldito tú también.
de quinientos cequíes.
Nibio
Carluccio Bueno, ¿se cierra, o no se cierra?
¡Oh, quinientos cequíes! ¿Creéis haber pedido
mucho? Alí
Yo no voy ni por mil. ¡Sí, cerrar, tú diablo, tú malaje!
(A Nibio, con desprecio) Bella cantarina,
Alí perdonar. (A Annina)
A tu persona yo no dar treinta cuartos. Tenor, soprano, no romper más mi cabeza.
(A Carluccio) (A Nibio)
Bella boloñesa, todo lo que tú querer.
(A Annina) Annina

27
Se lo ruego, no rompa en cólera, no se altere;
me preocupa su salud. Alí
(A Alí) Si querer más, si fastidiar más, romper pipa.
(Le amenaza con cruzarle la cara con la pipa)
Alí
Estar buena, estar buena, boloñesita. Carluccio
Señor empresario, mi saludo más reverente.
Nibio (Se va)
Entonces, podemos hacer trato.
(A Carluccio)
Escena quinta
Carluccio Alí y Annina.
¿Cuánto querréis darle a un músico de mi
valía?
(A Alí) Alí
Haber hecho en vida mía muchos negocios,
Alí no entender, no poder comprendrer negocio
Marchar lejos. para teatro. Si músicos estar todos como
(A Carluccio) músico que marchar, yo no tener cabeza para
poder estar sereno. (Se sienta) Pero si hombre
Nibio estar insolente, fémina estar buena. Yo tener
No quiero que desperdiciéis mil cequíes, pero mucho placer de mi guapa Annina.
al menos ochocientos…
(A Alí) Annina
Gracia que usted me otorga. Dígame, señor,
Alí perdóneme usted, si tengo el honor de ir con
Marchar fuera. usted, ¿seré yo la primadonna?
(A Nibio)
Alí
Carluccio ¿Primadonna? Sí, en mi corazón estar primera,
No basta con ochocientos cequíes. si tú querer…
(A Nibio)
Quiero mil, más el hospedaje. Annina
(A Alí) Pero, ¿haré yo la parte principal?

Alí Alí
Marchar fuera. ¿Qué cosa ser parte principal?
(Con impaciencia)
Annina
Nibio Si en la ópera hay dos mujeres, ha de haber
Bien, ajustaré yo la diferencia; cien más, cien una primera, y otra segunda, y yo le pregunto
menos… si seré yo la primera.

Alí Alí
Marchar fuera, maldito. ¿Primera estar mejor que segunda?
(A Nibio, con desprecio)
Annina
Nibio Con toda certeza.
Volveré con más tiempo.
(Se va) Alí
Hacer todo lo que tú querer.
Carluccio
Y quiero un cuarto cómodo, y carroza, y un Annina
pequeño vestidor, Agradecida de corazón por su gracia. (He
y quiero el libreto que más me guste, y hecho bien en venir la primera,
quiero…

28
le he hecho comprometerse y me quedo, Alí
seguro, con en el primer papel). Echar fuera.

Alí Sirviente
Mi bonita, mi guapita, que estar tanto Viene una mujer con él.
buenecita,
dar a mí tu blanca manecita. Alí
Mujer… mujer… Venir.
Annina
Oh, en este asunto, me habréis de Sirviente
perdonar… (Oh, cuando está furioso, una mujer le
(Retira la mano) amansa de repente).
(Se va)
Alí
¿Por qué no querer dar tu manecita? Todo Annina
mundo haberme dicho que cantantes estar (Me la juego a que es la Tognina).
buenas.
Alí
Annina ¿Tu mano no querer dar?
Le diré, señor, que soy de ésas que, antes de (A Annina)
que la ópera se ponga en escena, se hacen las
graciosas, y las fáciles, con el empresario para Annina
obligarlo o bien a darle la mejor paga, o bien Basta, no quiero, ni mucho menos, que se
a que le hagan el mejor vestido, y luego, disguste conmigo.
cuando comienzan las funciones, le dan una (Alarga la mano, y Alí, viendo venir a Tognina, no
coz al empresario, y se van con el músico o el se la toma)
bailarín. Yo siempre he sido decente, siempre
he preferido al empresario con decencia, y
seré siempre su buena amiga, poniendo a Escena séptima
salvo mi honestidad y mi decencia. Tognina, Pasqualino, y los anteriores.

Alí
Estar Turco y no entender mucho tus Alí
palabras. (Estar mujer de bandera).
(Observando a Tognina)
Annina
Quiero decir que… Tognina
Mírala ahí, ya te dije que vendría antes que
Alí nosotros.
Dar la manecita, y decir lo que querer. (En voz baja a Pasqualino)
Señor mío.
(A Alí)
Escena sexta
El sirviente y los antedichos. Alí
¿Tú quién estar?

Sirviente Tognina
Señor… Tognina, virtuosa de música, para servirle a
usted.
Alí
¿Qué querer tú? Pasqualino
(Con desdén) Y yo, señor…

Sirviente Alí
Un músico tenor… Por ti no preguntar.
(A Pasqualino)

29
Tognina virtuosa, sentar aquí cerca de mí. (La amiga quiere hacer prosperar a su
(Le hace sitio a Tognina en el canapé, ella se sienta a favorito).
su derecha, y Alí se queda en medio de las dos
mujeres) Alí
Decir, ¿tú cuánto querer?
Tognina (A Pasqualino)
Gracias por su gentileza.
(Se sienta) Pasqualino
Señor, yo no soy difícil, iré si os acomoda,
Annina por cuatrocientos cequíes.
(Me molesta que a Tognina haya caído a
mano derecha, pero si cantamos juntas, me Alí
vengaré). (Músico querer mil, tenor cuatrocientos, al
diablo mandar soprano).
Tognina Y tú, ¿cuánto me pedir?
Señor Pasqualino, con permiso de este señor, (A Tognina)
tome usted una silla y siéntese usted también.
Tognina
Alí Todo cuanto me deis. Sé que su señoría es un
¿Qué querer tú aquí? caballero. Me place vuestra bella fisonomía, y
(A Pasqualino) por vos cantaría, como suele decirse, por
nada.
Pasqualino
He venido con ella… Alí
Tognina estar generosa; tu discurso mucho
Alí agradecer tanto que tú de Alí no te lamentar.
¿Qué tener que ver con tu persona? (A Tognina)
(A Tognina)
Annina
Tognina Si yo he pedido, señor, lo he hecho por
Para no venir aquí sola me he hecho obedeceros, pero conmigo también vos
acompañar. Él es un tenor magnífico, canta a podéis hacer cuanto queráis.
la perfección y hace honor a la música. (A Alí)

Alí Alí
Su figura no estar fea. Si saber bien cantar, Estar lianta la boloñesa.
¿por qué tenor no poder hacer de soprano? Saber ahora que Tognina haber hecho mejor
por no pedir.
Tognina
¿Y quién ha dicho que no lo puede hacer? Tognina
Yo he hablado de corazón. Es la primera vez
Alí que tengo el honor de veros, pero me
Decir Nibio, que por fuerza querer que yo inspiráis simpatía.
llevar a maldito soprano. (Le toma de la mano)

Tognina Annina
Nibio no sabe lo que dice. Le juro y le Estar lianta la boloñesa. Estar las dos
aseguro que un tenor de su mérito es mejor moninas, las dos graciosillas. Prometer las
que todos los sopranos del mundo. dos que yo querer mis dos virtuosas.

Alí Tognina
(Nibio estar liante, estar intrigante, quererme Yo no quedaría descontenta al tener a la
engañar por su interés). señora Annina al lado, pero a ver si nos
entendemos: yo de primera, ella de segunda.
Annina
Annina

30
Señora mía, ha venido usted algo tarde. La Alí
parte de la primera ya me la ha prometido el Vamos, si me querer…
señor Alí a mí. (A Tognina)

Tognina Tognina
¿Se la habéis prometido a ella? Mi reputación.
(A Alí)
Alí
Alí Si tenerme estima…
No saber qué haber prometido. (A Annina)

Annina Annina
¿No recuerda, o finge no recordar que me ha Yo soy quien soy.
prometido
la parte de la primadonna? Tognina
Ni por mil doblones.
Alí
Estar primera, o estar segunda, ¿no estar lo Annina
mismo? Ni aunque me coronaran reina.
(A Tognina, levantándose)
Tognina
Tognina No lo haré, eso seguro.
Pues no, señor. O la primera o nada.
Alí
Pasqualino ¿No? ¿No? Yo al diablo mandar a las dos.
(¡Maldita pejiguera! Quiere perderse, y
perderme a mí de paso).
Escena octava
Alí Sirviente y los anteriores.
Si la paga estar la misma, ¿qué estar vuestra
pretensión?
Sirviente
Annina Otra visita.
No me importa la paga, me importa el honor.
(Levantándose) Alí
Estar aburrido.
Alí
¿El honor decir tú? ¿Segunda parte estar Sirviente
parte de golfa? Otra mujer.
(A Pasqualino)
Alí
Pasqualino No querer más mujeres.
No, señor, incluso a veces la segunda es
mejor que la primera. Sirviente
Le diré entonces que se vaya.
Alí
Entonces, estar primera o estar segunda, estar Alí
indiferente. Parar… oír… ¿quién estar?
(A las mujeres)
Sirviente
Annina Creo que es otra virtuosa de música.
O la primera, o ninguna.
Alí
Tognina Estar harto de música. No aguantar más
O primera, o no, muchas gracias. mujeres…
Escuchar… ¿estar bella?

31
(¡Bella fisonomía! ¡Bello discurso!) Hacer
Sirviente favor de sentar.
Es muy agraciada. (A Lucrezia, acercando el canapé)

Alí Lucrezia
Ah… hacer venir. Si así lo ordena…
(Se sienta en medio)
(El sirviente sale)
Tognina
Pasqualino Yo también voy a sentarme.
(Pensadlo bien, si se presenta otra, no os (Se sienta junto a Lucrezia, a la derecha, donde se
mantendrá el favor). quería sentar Alí)
(En voz baja a Tognina)
(Alí se pasa al otro lado y quiere sentarse, pero
Tognina Annina le quita el sitio)
Dejadme hacer a mí. Conozco bien mi valía,
y no tengo miedo. Annina
(En voz baja a Pasqualino) Yo me quiero quedar en pie.
(Se sienta)

Escena novena Alí


Lucrezia y los antedichos. ¡Mujeres! ¡Mujeres! Tener respeto por
mujeres.

Lucrezia Pasqualino
Sierva humildísima del señor Alí. Perdone la Sentaos aquí, señor.
osadía. El señor Conde Lasca me ha dicho (Le ofrece su silla)
que es usted un señor tan galante, que me he
hecho el ánimo de venir a presentarle mis Alí
respetos. El señor Nibio también me ha No, no, estar acostumbrado en Turquía
dicho que han hablado de mí, y que usted sentar en sofá, o cojines.
quería venir a honrarme a mi casa. No habría Quedar en pie, y soportar gustoso graciosa
permitido jamás que usted se tomara molestia grosería de bellezas.
semejante, y he venido yo a presentarle mis
respetos, a conocerle, y a agradecerle a la vez Lucrezia
el honor que quiere hacerle a nuestra música No se debe, si el señor se queda en pie,
al quererla llevar allende el mar. Amo mi mantenerle la conversación y permanecer
profesión, y venero y estimo a aquellas sentadas. Estas señoras, que no tengo el
personas que pueden, y que intentan, darle gusto de conocer, serán damas o ciudadanas
mayor lustre. de clase, así que cumpliendo con mi
obligación, me levantaré la primera. (Éstas
Tognina son igual de damas que yo, pero conozco a
(Habla como un libro abierto). los turcos, y quiero ganármelo con cortesías).
(Irónicamente a Pasqualino)
Tognina
Annina Me hará vomitar con esa afectación suya.
¡Qué señora tan señora!
(Para ella, con ironía) Annina
(Que diga lo que quiera, yo estoy bien donde
Pasqualino estoy).
(Mirad cómo el Turco la observa con
atención). Alí
(En voz baja a Tognina) ¿Vuestro nombre?
(A Lucrezia)
Alí
Lucrezia

32
Lucrezia, para lo que guste mandar. (En verdad, a las florentinas en taimadas no
les ganan las de las demás naciones).
Alí
¿Estar música? Alí
(Mucho gustarme su modestia). ¿A Esmirna
Lucrezia querer venir?
Sí, señor, para servirle a usted. (A Lucrezia)

Alí Lucrezia
Estar misma profesión todas estas personas. ¿Por qué no? Si yo fuera digna de ello, iría de
mil amores.
Lucrezia
Sierva humildísima de estas señoras. Alí
(A Tognina y a Annina) ¿Cuánto querer de paga?
Me inclino, con reverencia.
(A Pasqualino) Lucrezia
¡Cómo! ¿No me parece que todos me De eso hablaremos luego.
desprecian? Tienen sus razones, señor; sin Tenga a bien decirme antes con qué rango
mérito alguno, desconocida, y de pobre habría de ir.
virtud como soy, no merezco mejor trato por
parte de personas de tanto rango. Alí
Con rango de cantante.
Alí
(Ésta no parece tener catarro para querer ser Lucrezia
la primadonna). Como cantante, ya. Pero, perdonadme, si
habéis cerrado tratos con alguna otra virtuosa
Lucrezia antes que conmigo, deseo saber qué parte me
Creo, señor, que a estas horas su afortunado será destinada.
intelecto ya habrá elegido a los virtuosos más
dignos de su empresa. Yo, que soy en materia Alí
de música de inferior rango, no podía Tú merecer la primera; pero no encontrar
merecer el verme preferida. Es cierto que he mujeres que querer hacer la segunda. Tú que
recibido de la naturaleza una voz sin hablar a mí tan modesta, espero que la
parangón, que en el teatro mi estatura y mi segunda querer hacer tu persona.
presencia me dan segura ventaja; es cierto
que muchos maestros y muchos diletantes Lucrezia
han apostado en mi favor por mi manera de Querido señor Alí, usted me honra de mil
cantar, que conozco el contrapunto, que maneras, y estoy muy contenta de que se haya
improviso cantando, y que donde quiera que hecho de mí una opinión tan buena. No
me he presentado, y lo digo modestamente, albergo pretensiones, y no me domina el
me han elogiado; pero no puedo competir orgullo; todas las partes son para mí buenas,
con personas de tan gran mérito, y sería una a todas estimo por igual. Pero lo hago por mi
suerte para mí, por aprender de canto, poder maestro. Sería una mancha en su estima si se
recitar con ellos a mi lado. sabe que no canto de primadonna. ¿Qué se
diría en mi patria? ¿Qué dirían mis parientes,
Tognina mis amigos y mis protectores? Se quedarían
Oíd cómo se ríe de nosotros. todos ellos desconcertados, ofendidos,
(En voz baja a Annina) encolerizados con mi complacencia. La
misma profesión, que pretendemos
Annina mantener, se dolería por mí causa. Estas
(¿Qué importa? No le demos el gusto de que mismas señoras, que me están oyendo y se
nos afecte su ironía). ríen entre ellas, ¿qué dirían de mí si yo
(En voz baja a Tognina) condescendiera a semejante vileza?
Agradezco vuestra oferta, pero os hablo con
Pasqualino claridad: si tengo el honor de serviros, sea
como primadonna, o nada.

33
(Hace una gran reverencia y sale) ¿No es nada más que eso? No lo penséis más;
no os hagáis mal cuerpo.
Tognina No faltan en el mundo mujeres de teatro;
¿Habéis oído el sermón? ¿Habéis admirado encontraremos una segunda, una tercera y
su gran modestia? hasta una para el último papel.
Eh, señor empresario, todas somos
compañeras. Usted ha oído mi sentir, Maccario
ha sido un honor saludarle. Permitidme, señor, escuchad el consejo de un
(Sale) hombre como yo; si halláis dificultad con las
mujeres, mandad redactar un libreto con una
Pasqualino sola.
Mis respetos al señor Alí. Si me necesita…
Alí
Alí ¿Quién estar tú?
Marchar, dejar, maldito, no molestar. (A Maccario)

(Pasqualino se va) Maccario


Estar poeta, señor.
Annina
Se ha quedado hechizado, atónito, como una Alí
estatua; no me atrevo a hablarle. Eh… Eh… ¿Poeta, qué querer?
(A Alí) (A Nibio)

Alí Nibio
¡Uh! Dejaos ayudar. He buscado a un poeta
(Con exclamación de cólera) porque en una compañía es necesario. Hará
libretos nuevos al gusto del país, si llega a
Annina hacer falta, y arreglará los libretos viejos. Si el
Me da miedo. Me voy sin decir nada. maestro de capilla quiere poner en una ópera
(Sale) nueva un aria vieja, el señor Maccario tiene el
talento de acoplar las palabras bajo la música,
de manera que nadie advierta nada.
Escena décima
Alí, luego Nibio y Maccario. Maccario
Alí camina furioso, sin hablar. Decidle también que yo enseño las tramas a
los músicos, que dirijo la escena, que corro
por los palquillos avisando a las señoras, que
Nibio asisto a las comparsas, que aviso con un
Señor, he venido hasta aquí… silbido cuando se ha de cambiar la escena.

Alí Alí
Ir al diablo, tú también maldito. ¿Qué lío estar éste? Nada entender.

Nibio
¿Qué tenéis contra mí? Escena undécima
Fabrizio y los anteriores, luego todas aquellas
Alí personas que son nombradas por Nibio.
Tú haber puesto en cabeza mía hacer ópera
en Esmirna. Haber escrito, haber pedido
teatro; amigos esperar ópera en Esmirna; Alí Fabrizio
caballero, estar obligado, querer hacer, querer Mi señor.
gastar, querer hacer todo bien, y no encontrar (A Alí)
mujer que querer hacer segunda.
(Con desdén) Alí
Y éste otro, ¿quién estar?
Nibio

34
Nibio (Sale)
Es un buen pintor de teatro, que hará las
escenografías, y llevará con él a todos sus
aprendices y a todos sus obreros. Entrad,
señores. ACTO CUARTO
(Entre bambalinas)

Alí Escena primera


¿Cuánta gente venir? Noche.
Cuarto de Lucrezia con luces.
Nibio Lucrezia y el conde Lasca.
Estos son los pintores y los maquinistas. Éste
es el patrón de las comparsas y sus treinta y
dos figurantes, buena gente con tablas en el Lasca
teatro. Éstos son los tres porteros. Éstos son Lamento no haber podido encontrarme con
los dos pajes que llevan la cola a las señoras. el Turco; pero he sabido de todo cuanto allí
Éste es un magnífico apuntador, capaz de ha sucedido. Sé de la ridícula pretensión de
apuntar letra y música. He aquí a dos las otras dos mujeres, y os doy la razón por
hombres que despachan los billetes. Éstos haber querido defender vuestro sitio.
son los que asistirán en los palcos, dando y
recuperando las llaves. Éste hace el oso. Éste Lucrezia
otro sabe hacer el león. Y éste otro, fuerte y Y yo sé que, en este momento, vos me
robusto como veis, tiene como misión batir tomáis el pelo.
las palmas.
Lasca
Alí ¿Por qué?
¿Llevar a Esmirna a toda esta canalla?
Lucrezia
Nibio Porque ahora vos me dais la razón, y cuando
Toda gente necesaria. estéis con las otras, haréis con ellas lo propio.
AlíCcomer empresa y empresario. Mediador Lasca
maldito. Tú querer arruinar Alí. Pero si mal Vos no me conocéis, y pensáis mal de mí.
salir, hombre de honor, a ti hacer impalar. Pero os aseguro que con vos tengo el
(Sale) primero, y el más fuerte compromiso.
Nibio Lucrezia
¡Sólo faltaba esto! Dejemos la palabrería a un lado y vayamos al
grano.
Maccario ¿Seré yo la primadonna?
No temáis nada. Haré un libreto que
encantará a la gente. Y si llegara a ocurrir esa Lasca
cosa horrible que el señor Alí ha predicho, Sí, os lo prometo.
vos moriréis con gloria, y yo os haré un
epitafio en verso. Lucrezia
(Sale) ¿Y con qué fundamento lo aseguráis?
Nibio Lasca
No presto oídos a sus sandeces; pienso en el Después de que os fuerais de casa del Turco,
peligro al que me expongo. Pero no quiero he llegado yo. Le he encontrado en medio de
dejar de tentar a la fortuna. Ése es mi oficio, la mayor agitación. Nibio, con mucha
lo hago como sé y como puedo. Hago como imprudencia, le había calentado la cabeza,
los demás, y en caso de desgracia, haré como metiéndole allí a un ejército de tragapanes.
tantos otros; procuraré ponerme a buen Busqué el modo de calmarlo, me empeñé en
resguardo, y al primer viento favorable, me interesarme por él, y en el estado en que se
embarcaré rumbo a Italia. encontraba le pareció haber hallado en mí el

35
auxilio del cielo. Se confió a mí, se No digo de poner gran cosa, pero un poco de
encomendó a mí, y asintiendo a mis palabras, café, algo de chocolate, es costumbre en mi
a mis consejos y a mis premuras, me ha dado tierra.
palabra de que vendrá a vuestra casa esta
noche. Lasca
Todo eso, creedme, es superfluo.
Lucrezia
¿Vendrá a mi casa el Turco? Lucrezia
(Con placer) ¡No importa! Haré que lo preparen.

Lasca Lasca
Me lo ha prometido, y le espero. Si hubiese que hacer tal cosa, me
correspondería a mí prepararla.
Lucrezia
Al menos, tendré el placer de hablarle a solas, Lucrezia
sin la incómoda presencia de aquellas dos Hacedlo si queréis. Yo no me opongo.
impertinentes.
Lasca
Lasca Lo haría si fuese necesario; pero no vienen
Mas, debo deciros que la señora Annina y la aquí, a vuestra casa de conversación galante;
señora Tognina vendrán también con él. vienen por negocios, y sería una
presunción…
Lucrezia Oh, aquí está la señora Tognina. Dadle
¡Cómo! ¿Vendrán a mi casa? mucho betún, eso vale más que todos los
(Con desdén) refrescos del mundo.

Lasca
No, querida señora Lucrezia, no digáis a Escena segunda
vuestra casa. Estamos en una posada. Aquí Tognina y los anteriores.
todo el mundo puede venir libremente. Si
luego no queréis que entren en vuestro
cuarto, Beltrame buscará otro, y vos Tognina
entonces… A sus pies, señora mía.

Lucrezia Lucrezia
No, no, que vengan si quieren; me basta con Sierva suya humildísima.
que vos estéis, y con que no osen hacerse las
sabihondas en mi cuarto. Tognina
¿Está usted bien?
Lasca
Os aseguro que guardarán la compostura. Me Lucrezia
conocen, y saben que, donde esté yo, no se Para servirla a usted.
gastan ironías. Ya he hablado con ellas, y
cuando vengan, veréis que os tratan con la Lasca
mayor urbanidad. Me alegra, señoras mías, me llena de gozo
que sean ustedes buenas compañeras.
Lucrezia
A quien me trata con cortesía sé devolverle Tognina
idéntica gentileza; de hecho estoy pensando Sería para mí una enorme suerte si tuviese el
que si vienen a mi cuarto, será necesario maravilloso honor de estar en compañía de
ofrecerles un pequeño refrigerio. esta señora, tan buena y de tan buen corazón.
(Con ironía)
Lasca
No hace falta. Lucrezia
Yo también podría llamarme dichosa al vivir
Lucrezia con una persona tan amable y tan gentil.

36
(Con ironía) Lasca
Yo las escucho y me divierto con el mayor
Tognina placer del mundo.
Ésa es una bondad que usted me hace, y que
sólo acrecienta el mérito de sus virtudes. Tognina
Dígame, ¿ha visto usted esta mañana donde
Lucrezia el Turco a aquella cantante?
Se engaña usted, señora mía, yo no tengo
mérito alguno. Lucrezia
¿Quién es? ¿Cómo se llama?
Tognina
¡Qué modales encantadores! Tognina
La Castañaendulce.
Lucrezia
¡Cuánto me agrada esta señora! Lucrezia
(En voz alta al Conde) ¿Cómo que la Castañaendulce?

Lasca Tognina
(Tal exceso de finezas, cierto, no nacen del Como la joven aquella es boloñesa, y en
corazón). Bolonia llaman castañaendulce a unos pasteles
hechos de harina de castaña, le han puesto
Lucrezia ese apodo que le conviene tanto por su patria
Si vamos a Esmirna, lo pasaremos bien, como por sus habilidades. No sabe,
seremos amigas, y viviremos juntas. pobrecita, lo que dice. Hace más de doce
años que estudia música y no sabe ni siquiera
Tognina solfear; no iguala las partes de la voz, no afina
¿Y en el barco? En el barco quiero que ni una nota, canta fuera de compás, grita, se
pasemos a gusto nuestro tiempo; me llevaré come la letra, y tiene cien defectos más.
la espineta, yo le pasaré la parte. Acompaño
mis cositas. ¿Y usted? Lasca
(Ahora empieza lo bueno de la
Lucrezia conversación).
Algo hago…
Lucrezia
Tognina ¿Y quería subirse a cantar junto a usted?
Oh, usted será perfecta. ¿Es usted soprano? Menuda temeridad. Usted, señora mía, aparte
el mérito de su canto y su sabiduría, se ve que
Lucrezia domina el arte de la interpretación y del
Para servirla a usted. movimiento. Creo que en lo de actuar no hay
quien la iguale. Si se calienta aquí, con la
Tognina conversación, ¡qué no hará en el teatro!
¡Brava! Subirá, imagino, hasta el contrarefú. Admiro sobretodo en usted ese gesto tan
natural, ese mover los brazos, ese acompañar
Lucrezia general de sus palabras con el ademán de la
Oh, incluso un poco más arriba. cabeza, de las manos, e incluso de sus
hombros. Es una cosa que me gusta y que
Tognina encuentro encantadora.
¡Cáspita! Me alegro infinito. Mucho me alegra
contar con una compañía de tanto mérito. Yo Lasca
no soy de las mejores, pero ya me oirá. (Maldita seas, ¿te podrás reír más de ella?)
Tengo tres octavas muy bien cumplidas.
Tognina
Lucrezia A veces me muevo acaso demasiado, si soy
¡Oh, cuánto me alegra que sea usted tan sincera, pero es por efecto de mi viveza y de
virtuosa! mi edad.

37
Lucrezia
Es verdad, es usted jovencísima. Lucrezia
Metedle el dedo en la boca, a ver si ha echado
Tognina los dientes.
Ay, ya soy demasiado vieja.
(Sonriendo, graciosa) Lasca
¡Bah!, justicia para todos. Si se quitan ustedes,
Lucrezia me los quito también yo.
¿Cuántos años tiene, dieciocho?
Tognina
Tognina (¡Qué rufián!)
Oh, veinte.
Lucrezia
Lucrezia Me parece oír gente.
(Y los diez que anduvo a gatas).
Lasca
Tognina Ahí viene la boloñesa.
Y usted, aún no habrá cumplido veinte.
Lucrezia
Lucrezia Quiero salir a su encuentro.
Cumplidos y bien cumplidos.
Tognina
Tognina Quédese aquí. No se deje arrastrar por esa
Eso sí que me lo creo. clase de gente.

Lucrezia Lucrezia
¿Y la boloñesa? Perdone, he de cumplir con mi deber. Es
cierto que esta mañana esas dos señoras se
Tognina han quedado sentadas mientras yo
Si le hacemos caso a ella, aún no tiene permanecía en pie hablando. Puede ser, ya
diecisiete. que lo han hecho, que aquí sea de buen tono,
pero en mi tierra gastamos buena educación.
Lucrezia (Sale a recibir a Annina)
Oh, yo le echo unos veinticuatro.

Tognina Escena tercera


Y el pico. Annina, acompañada por Lucrezia, y los anteriores.

Lucrezia
¿Y el señor Conde no dice nada? Tognina
Bienvenida, señora Annina, estábamos
Tognina deseando verla.
Está ahí, como una estatua.
Annina
Lasca ¿De verdad?
Yo escucho y las admiro.
Tognina
Tognina Hemos estado hablando de vos hasta ahora
Nosotras hablamos de años, ¿cuántos tiene mismo.
usted?
Annina
Lasca ¿Qué pueden haber dicho de mí?
¿Mis años? Veintitrés años inconclusos.
Tognina
Tognina Lo que os merecéis.
Oh, querido, ¿veintitrés? (A Annina)

38
lo que yo diga, y si las condiciones no le
Lucrezia acomodan, sepan que a mí poco, o nada, me
Lo que os corresponde. importa. Hay cien mujeres que me ruegan, y
(A Annina) la máxima ya está fijada: la primera de ustedes
que hable, se lamente o arme jarana, quedará
Lasca excluida de la compañía.
Y yo he sido testigo.
(A Annina) Lucrezia
(Si no es un mentiroso, yo he de ser la
Annina primadonna).
Yo no merezco tantas finezas. Ustedes son
unas virtuosas, y yo no soy más que una Annina
ignorante. (Convendrá callar, y conformarse).

Tognina Tognina
Vamos, vamos, lo dice por modestia. (He de ir a toda costa a Esmirna).

Annina
Diga, señor Conde, ¿aún no ha llegado Escena cuarta
nuestro amigo? Alí y los anteriores.

Lasca
Aún no ha comparecido. Lasca
Venid, señor Alí.
Tognina
¿El Turco? ¿Habla del Turco? Alí
Nosotras también le esperamos. ¿Estar hecho?
(Al Conde)
Lucrezia
Me hace el honor de venir a mi casa. Lasca
Nada hecho. Me complace que estéis también
Tognina vos para cerrar el contrato. Aquí están estas
Señora Annina, ¿ya se ha decidido? ¿Irá por tres señoras que desean venir las tres con vos,
fin a Esmirna? cada una tiene su mérito.

Annina Alí
Si quiere el cielo. ¿Estar tres mujeres?

Tognina Lasca
(Señor Conde, ¿qué quiere hacer con tres Estar callado. Os diré el porqué. Sin
mujeres?) aumentar el gasto puede haber lugar para las
(En voz baja al Conde) tres.

Lasca Alí
(Yo no quiero hacer nada con ninguna). Si hacer tanto diablo para primera y para
(En voz baja a Tognina) segunda,
¿qué pasará para tercera?
Tognina
Pero cómo… Lasca
No penséis en eso. La tercera puede hacer la
Lasca parte de una terzadonna si el libreto así lo pide;
Silencio. Aquí llega el señor Alí. Él viene por y si no hicieran falta más que dos, la otra hará
mí, y les advierto, señoras, que si entre la última parte disfrazada de hombre.
ustedes nacieran nuevas discordias, le hago
marcharse, y no se hable más. Aquella de Annina
ustedes que tenga interés, ha de amoldarse a Yo no, desde luego.

39
Yo soy de los que lo arreglan todo en un
Tognina momento. Vamos, señora Lucrezia, hágale al
Ni yo, faltaría más. señor Alí el cumplido.

Lasca Lucrezia
Silencio. Agradecida quedo al señor empresario y al
(A las tres mujeres) señor intermediario. Pero, permítame saber,
si me hace tal gracia, cuáles serán mis
Lucrezia honorarios.
Yo no digo nada. (A Alí)

Alí Alí
Conde, estar tu patrón. Conde, Conde hablar.
(A Lucrezia)
Lasca
Yo cerraré este negocio. Señor, querremos Lasca
para primadonna a aquélla que os guste y mejor ¿Cuánto espera la señora Lucrezia?
os parezca. A la que no le guste, que se vaya,
que la que se resigne no tendrá motivos de Lucrezia
arrepentimiento. Usted verá…

Alí. Lasca
Bravo, señor Conde. Estar bravo. Yo no No, dígalo con total libertad.
hablar.
Lucrezia
Lasca A una primera soprano, a una mujer de mi
Que la señora Tognina y la señora Annina talla,
tengan paciencia por esta vez. Nosotros le y tratándose de ir a Esmirna…
hemos destinado el puesto de la primadonna a
la señora Lucrezia. Lasca
Abrevie.
Tognina
¿Y he de aguantar semejante agravio? Lucrezia.
(Mortificada) ¿Quiere darme menos de seiscientos cequíes?

Annina Lasca
¿Y yo me he de callar sin quejarme? El señor empresario quiere pagar
cuatrocientos.
Lasca
O callarse, o marcharse. Lucrezia
Perdone, señor, ese salario…
Tognina
Hable usted, señor Alí. Lasca
Basta pues.
Annina ¿Cuánto pediría la señora Tognina si debiese
Hágame usted justicia. cantar de primadonna?
(A Alí)
Tognina
Alí Oh, si se trata de ser generosa, yo también
No hablar conmigo. Conde estar empresario, puedo serlo, acepto los cuatrocientos cequíes.
Conde estar patrón. (Al Conde)
Bendito estar Conde.
Lasca
Lasca Esto ya se ha cerrado.

Alí

40
Bravo, Conde, estar bravo.
Annina
Lasca ¿Una cantante de mi clase?
Y la señora Tognina, ¿cuánto pide por cantar
de segunda? Lasca
Tengo diez como vos rogándome.
Annina
¿Y yo, señor? Annina
¿Y cuánto me queréis dar?
Lasca (Mortificada)
Ahora no hablo con vos. Ya os llegará el
turno. Lasca
Cien cequíes.
Annina
Entonces me destina… Annina
¿A una mujer de mi valía?
Lasca
O callarse, o marcharse. Lasca
¿Cuánto pide la señora Tognina? O dentro, o fuera.

Tognina Annina
Diría que al menos… al menos… ¡Paciencia! Aceptaré.

Lasca Lasca
¿Le parecen bien doscientos cincuenta Ya está todo hecho. Todo acabado.
cequíes? (A Alí)

Tognina Alí
Ah, no puedo, no es posible. Bravo, Conde, tú merecer hacer Bajá, hacer
Visir.
Lasca
¿Y a vos, señora Annina? Lasca
¡Ah de la posada!
Tognina (Viene un sirviente)
Espere, espere… ¿Con el viaje pagado, y el Traedme, rápido, pluma, papel y tintero.
hospedaje? (Sale el sirviente)
Extenderemos en un momento los contratos.
Lasca
Así se entiende. Y eso es para todos. ¿Lo Lucrezia
acepta? ¿Y cuándo partiremos?
(Al Conde)
Tognina
Lo acepto. Lasca
(Mortificada) Decid, señor Alí, ¿cuándo creéis que
debemos partir?
Alí
Bravo, Conde estar bravo. Alí
Nave estar con vela izada. Mañana por la
Lasca mañana querer zarpar. Toda compañía venir
Y ahora vos, señora Annina. a casa mía, mañana por la mañana pronto.
Traer toda cosa para embarcar en falúa, y
Annina estar a bordo esperar buen viento.
¿La tercera?
Lasca
Lasca Ya habéis oído. (A las mujeres) Os espera
Y hasta la última si hace falta. mañana de buena mañana. Oh, aquí está el

41
sirviente. Permita usted, señora primadonna, Si confiarais en mí, ganaríais unos buenos
venga a firmar la primera. cuartos.
(El conde y Lucrezia van a una mesita que hay al (A Alí, y va hacia la mesita)
fondo de la escena, y el sirviente trae lo necesario para
escribir, luego se va) Alí piensa, pasea, se enfurece, se estira el mostacho,
golpea el suelo con el pie y demuestra inquietud.
Tognina
¡Pobre señor Alí! Lo siento infinito por él. Lucrezia
Hablo sinceramente, sin envidia ni interés ¿Qué tiene el señor Alí que parece turbado?
alguno, hablo en honor a la verdad. Tiene
una primadonna que será la ruina de su Alí
compañía. ¿Qué dice usted, señora Annina? No saber, tener duda; no conocer bien la
Ya la oirá, menudo tormento. malicia italiana, pero dudar, y casi arrepentir,
Antes que me junte con esa mujer prefiero de haber hecho lo que haber hecho.
perder un ojo.
(A Alí) Lucrezia
¿Por qué?
Alí
¿No estar buena? Alí
Porque pagar por llevar gente buena,
Tognina y dudar que música hacer mala a Esmirna.
¿Buena? Es una ignorantona que ni sabe
música ni sabe actuar. Lucrezia
Si habla por aquellas dos cantarinas, le
Annina compadezco. En materia de música no saben
Ya la oirá, ya la oirá; apuesto a que se verá lo que se hacen, les falta el fundamento, y son
obligado a despedirla en cuatro días. tan malas que no tienen trabajo ni siquiera en
tiempo de Carnaval.
Alí
¿Pero Conde no saber? Alí
Estar tus compañeras.
Tognina
Eh, el señor Conde la protege, la privilegia y Lucrezia
se ríe del señor empresario porque está Le pido perdón, pero oirá en Esmirna mi
enamorado de ella. virtuosismo y mi valía.

Annina Alí
Se ve de lejos; Ya no tener cabeza.
y por culpa de esa pasión suya nos ha hecho
semejante injusticia. Lasca
He aquí los cuatro contratos redactados y
Alí firmados.
(¿Estar posible que Conde querer traición?) (Le quiere dar los contratos a Alí)

Lasca Alí
Ya está hecho. Venid, señor, si queréis, a No saber qué hacer, no querer contratos.
rubricar también vos.
(En voz alta a las mujeres, desde la mesita) Lasca
Bien, me los quedaré yo, los uniré a los otros
Tognina y os los llevaré mañana.
Si yo fuera la primadonna, os reportaría una
gran fortuna. Tognina
(A Alí, y va hacia la mesita) Sierva del señor Alí. Mañana por la mañana
estaré pronto con usted, yo y mi equipaje.
Annina Quede usted en paz, duerma bien, y para

42
mañana por la mañana, recuerde mandar que ¿Ese desgraciado? Señor, no le contratéis,
nos preparen un chocolate. que es una caricatura capaz de hacer de
(Sale) nuestra ópera el mayor ridículo.
(A Alí)
Annina
Yo no tomo chocolate, pero usted tendrá un Nibio
buen vino de Chipre; prepáreme una botellita Perdone, acaso sea mejor que Carluccio, al
con unas pastas. que usted protege.
(Sale) (Al conde)

Lucrezia Alí
Con el permiso de ustedes. Me voy a mi Músicos no querer.
cuarto a desnudarme, porque ya se hace (A Nibio)
tarde. Si quieren quedarse, están en su casa,
les dejo aquí con toda libertad. Sierva de Nibio
usted, señor Alí. Mañana por la mañana Y se ha firmado el contrato. No hay más
estaré con usted. Señor Conde, sierva suya remedio, y he firmado también el de dos
humildísima. tenores.
(Sale)
Alí
¿Sin yo saber?
Escena quinta
El conde Lasca, Alí, luego Nibio. Nibio
Si partimos mañana no se podía diferir más.

Lasca Lasca
Señor Alí, sea dicho en mi honor, pero En eso no deja de andar acertado.
vuestra compañía no anda mal en mujeres, y
las tenéis a un precio… Nibio
Y he firmado también el de todos los obreros
Alí que usted vio en su cuarto.
Conde, yo tener terror que tú por bella mujer
querer a mí entrampar. Alí
¿Todos cuantos yo ver?
Lasca
Me sorprendéis. ¿Qué modos son esos? ¿Es Nibio
ése el agradecimiento por cuanto he hecho He hecho la cuenta y seremos unas setenta
por vos? personas.

Alí Alí
Conde mío, compadecer. No saber… no ¡Chalamanacábala!
tener ya cabeza. (Exclamación a la turca)

Nibio Nibio
Señores, buenas nuevas. He cerrado trato con Y todos, antes de zarpar, piden unas
el primomusico por seiscientos cequíes, y con monedas a cuenta.
un segundo por doscientos.
Alí
Lasca ¿Cuánto querer?
¿Con quién habéis tratado para segundo?
Nibio
Nibio Para todos, al menos, quinientos cequíes.
Con un tal Tristecansino…
Alí
Lasca ¡Dar quinientos diablos que llevar a ti en mala
hora!

43
Nibio Sirviente
(Que diga lo que quiera, el dinero es ¿Y de dónde quiere que lo saque?
necesario. Cien cequíes para mí, y el resto a
repartir entre esta pobre gente). Carluccio
(Se va) ¿Cómo, no hay chocolate? ¿El empresario no
lo ha dejado encargado?
Lasca Tráelo de la tienda.
¡Qué embrollo, que lío, qué desafortunado
empleo el de empresario! Sirviente
Yo frecuento los teatros, conozco y trato a ¿Y quién lo pagará?
virtuosos y virtuosas, pero nunca me han
asaltado deseos de ponerme al frente de una Carluccio
compañía. ¡Pobres empresarios! Pasan Pagará el empresario.
inmensas fatigas, y luego, ¿qué ocurre? La
ópera por los suelos y el empresario Sirviente
arruinado. Perdonadme, pero no me ha dado esa orden.
(Sale)
Carluccio
Pagaré yo.

ACTO QUINTO Sirviente


Aún es pronto. La tienda no ha abierto;
cuando abra mandaré al mozo.
Escena primera
Carluccio
Cuarto en la posada de Alí.
Pero yo no puedo esperar. Soy de estómago
Carluccio, con ropas de viaje, con pelliza, botas
delicado, no he desayunado por venir pronto
ligeras, fusta de cuero, gorrilla; luego un sirviente.
a buscar a ese asno de empresario… Mira a
ver si queda algo en el mesón.
Carluccio
Sirviente
¡Ah, de la casa! ¡Ah, de la casa!
Señor, esto no es un mesón, es una posada.
(Haciendo ruido y blandiendo la fusta)
¿Aún durmiendo? ¿Qué casa de señoritos es
Carluccio
ésta?
¡Malditas sean las posadas, y los posaderos!
¿Nos vamos, o no nos vamos?
Dan casa a la gente y no quieren que se les
llame mesones… Tráeme de comer.
Sirviente
¿Qué escándalo es éste?
Sirviente
Yo no sé qué puedo darle, y no le traeré
Carluccio
nada.
Llamo, y llamo, y nadie me responde.
Carluccio
Sirviente
Te daré una patada. Te cruzaré la cara con la
Hablad, señor, en voz baja.
fusta.
Dejad dormir a los forasteros que aún
descansan.
Sirviente
¡Me dais risa! ¿Qué pensáis hacer en un barco
Carluccio
con la fusta y las botas?
¿El Turco está despierto?
Carluccio
Sirviente
¡Animal! Mis semejantes no viajan sin botas,
Lo está, y ha salido de esta casa.
y con la fusta mantendré despiertos a los
marineros.
Carluccio
Tráeme chocolate y unos picatostes.

44
Sirviente (¿Qué querrá decir semejante extravagancia?
Vaya con ojo, ¿Aún no hay nadie? Ya han dado las siete y
que si anda haciendo el loco a bordo le no se ve a… Oh, ahí está el soprano).
tirarán por la borda al mar.
Carluccio
Carluccio Salud, señor Maccario.
¡Burro!
Carluccio
Sirviente ¿Habéis visto al empresario?
No se desbarate, que como existe la luna, le
lleno de golpes como si fuera un saco. Carluccio
(En voz alta) No está en casa el muy animal.

Carluccio Maccario
Querido amigo, no puedo más; ¿Y Nibio?
necesito reponerme, tráigame algo, por favor.
Carluccio
Sirviente Aún no ha aparecido.
Oh, si me lo pide así, corro ahora mismo a
servirle. Maccario
Creo yo que debería estar aquí antes que
Carluccio nadie.
¿Y qué me piensa traer?
Carluccio
Sirviente ¿Os ha dado el cuarto de paga de anticipo?
Un vaso de agua templadita.
Maccario
Carluccio No me ha dado ni un cuarto. Me he
¿Agua a uno de mi clase? levantado con el alba, he ido a su casa, y me
han dicho que había salido antes de que
Sirviente clareara, y yo, antes de zarpar necesito algún
No tengo más que darle. Si la quiere, la toma, dinero.
si no, la deja.
(Sale) Carluccio
¿Tenéis alguna deuda, no es así? ¡Pobre
hombre!
Escena segunda
Carluccio, luego Maccario. Maccario
Sí, señor. El que no tiene deudas no tiene
crédito. Las deudas no corrompen a un
Carluccio caballero.
¿Dónde se habrá metido ese animal de
Nibio? Carluccio
Apuesto a que anda haciéndole la corte a Eso digo yo también.
alguna cantante. En vez de venir a
buscarme… en vez de traerme el cuarto de Maccario
paga anticipado, como me había prometido. Y antes de zarpar he de comprar algún libro
¡Maldita sea mi estampa! Debí salir de casa que me puede hacer falta.
antes de amanecer para evitar a esta turba de
acreedores. Carluccio
¿De qué libros queréis proveeros?
Maccario
(Maccario con impedimenta de viaje, con un burdo Maccario
jubón) De algún Metastasio, de algún Apostolo
Zeno, de las obras de Pariati, y de una
antología de dramas viejos, y, sobre todo, de

45
un diccionario de rimas. En Esmirna quiero Yo soy una idiota. Por no hacer esperar no
trabajar con todo mi corazón. Haré unos he hecho siquiera mis abluciones.
libretos estupendos.
Carluccio
Carluccio ¿Quién ha de venir? ¿Quiénes son las que se
Libretos fusilados. hacen esperar?

Maccario Maccario
Querido señor Carluccio, vos sabéis quién La Infusionera y la Gondolera.
soy yo. Bien sabéis que con mis fusilados yo
sacio vuestras necesidades. Vos no os sabéis Carluccio
más que dos arias, cantadas y recantadas mil ¿Es verdad que vos haréis el papel más
veces, y las metéis en todas las óperas en las pequeño?
que actuáis; vos sabéis cuántas veces me (A Annina, riéndose)
habéis hecho cambiarle la letra a estas dos
arias eternas. Aún recuerdo aquella aria que Annina
me hicisteis cambiar para Génova. No me Primero, desembarquemos en Esmirna, y
disteis tiempo para pensar, y para rimar cielo luego ya se verá. Por ahora me he tenido que
con cuello, hicisteis que me comiera una ele tragar ese sapo: pero cuando estemos allende
entera. el mar, ya se verá quien es Annina, la
boloñesa.
Carluccio
Oh, los poetas os tomáis arbitrariedades Carluccio
semejantes cuando os viene en gana. Tenéis razón. Vos no estáis hecha para ser la
última. Yo os apoyaré contra el empresario y
Maccario contra todo el mundo, y si osan oponerse a
Lo cierto es que están permitidas las licencias cuanto yo diga y cuanto quiera, juro que
poéticas. como que yo soy yo, echaré la ópera por
tierra.
Carluccio
Ahí viene la boloñesa. ¿Quién diablos es esa
gente que viene con ella? Escena cuarta
Tognina, con ropas de viaje, un perro entre los brazos
Maccario y otro más atado con un cordel, Pasqualino, con
La madre, el hermano y el criado con los varias cajas y bultos, y los anteriores.
perros.

Tognina
Escena tercera Aquí estoy. ¿Dónde esta la ilustrísima señora
Annina, vestida para el viaje, una vieja y un joven primadonna? Valiente tonta he sido viniendo
mal vestido, un criado de librea con dos perros atados antes que ella. La muy gran señora quiere
con una cinta, y los anteriores. La vieja se sienta al hacerse esperar. ¿Dónde está el empresario?
fondo de la escena. ¿Dónde está Nibio? ¿Dónde está el dinero?

Annina Maccario
Por lo que veo, yo soy la primera. Si lo El empresario no está, y a Nibio no se le ve el
hubiera sabido, me habría quedado en la pelo.
cama una horita más.
Tognina
Carluccio ¡Qué impertinencia! Ni siquiera me han
Si estoy yo aquí, que soy el primer soprano, mandado una góndola.
también podéis estar vos. ¡Con el dineral que me pagan…!
Para venir hasta aquí he tenido que gastarme
Annina treinta sueldos míos.
¿Qué hacen que no vienen estas dos
desgraciadas? Se estarán poniendo guapas. Pasqualino

46
Vamos, por treinta sueldos no os deis a Yo soy el primer soprano, y quiero una
conocer. primadonna a mi altura

Tognina Pasqualino
Callad vos, y echadme una mano con mis Querido amigo, os aconsejo que por el
cajas. momento no hagáis mucho ruido.

Carluccio Carluccio
¿Qué significa esto, señora? ¿Vos no sois la ¿Qué tenéis vos que decir de mis
primadonna? pretensiones? ¿Acaso estáis celoso?
(A Tognina) ¡Ah, ésta sí que es buena!
Vos hacéis el amor en casa, yo quiero hacerlo
Tognina en escena.
¿Cómo decís? Ésas son las cuentas que se le
echan hoy día al mérito. Tognina
Este empresario de la selva, y ese querido Sí, señor, queremos hacer nuestra voluntad.
señor Conde Lasca, me han hecho un feo (A Pasqualino)
semejante por culpa de aquella malnacida.
Pasqualino
Carluccio Yo ya estoy harto de tener estos trastos en las
¿Por la florentina? manos.
(Arroja al suelo las cajas)
Tognina
Sí, señor, por esa joya. Me dan ganas de hacer Tognina
pedazos el contrato. ¡Mirad qué animal! Recoged esas cajas.
(A Pasqualino)
Carluccio
Nada temas. Yo hallaré la manera de Pasqualino
humillarla y relegarla. Estoy cansado.
Diré que no quiero cantar con ella. (Con desgana)

Tognina Tognina
Si hay algún dueto, ya sabéis lo que yo sé Cogedlas vos, señor Maccario.
hacer. Si lo cantamos juntos, enamoraremos a (Imperiosa)
todo el mundo.
Maccario
Annina ¿Yo?
Si hacen falta duetos, yo tengo cinco o seis (Sorprendido)
que son soberbios.
Tognina
Tognina ¡Ved por donde me sale! Bien podéis tomaros
Perdonadme, señora, pero vos no tenéis vela la molestia, por las muchas veces que habéis
en este entierro. Vos cantáis el papel más venido a almorzar conmigo.
pequeño.
Maccario
Annina (Nos vamos a Esmirna, allí la serviré como se
Que sea el más pequeño, o sea el principal, merece. Papel, arias, todo será malo, todo lo
de eso ya hablaremos. haré con despecho).

Tognina Tognina
(Mirad, no le da vergüenza mezclarse con (Pobre y soberbio).
nosotros). Eh, joven, hágame el favor de recoger esas
(En voz baja, a Carluccio) cajas.
(Al sirviente de Annina)
Carluccio
Annina

47
Que le sirva su criado. Oh, fletará para vos un barco especial, una
(A Tognina, mientras coge del brazo al sirviente y lo navío de guerra.
echa lejos)
Lucrezia
Tognina No hablaba con vos, señora, y no os
¡Qué gente tan indigna! Cuando estemos en respondo.
Esmirna…
(Recoge ella las cajas) Carluccio
Quiero para mí el camarote del capitán, y me
Carluccio complazco en compartirlo con vos.
Oh, aquí está la florentina. (A Lucrecia)

Annina Lucrezia
¡Ya era hora! ¿Se ha emperejilado usted bien? Sería bonito que estuviéramos cerca.
¿Se ha pintado usted a gusto?
Carluccio
Sin duda, sois mi primadonna, sois mi reina;
Escena quinta nosotros debemos estar lejos de la vulgar
Lucrecia con efectos de viaje, un perro, un servidor, un turba.
papagayo y un gato, y los antedichos.
Tognina
¿Habláis de corazón?
Lucrezia (A Carluccio en voz baja)
Sierva de los señores. Perdónenme de
corazón. ¿Acaso me han esperado? Carluccio
No lo dudéis.
Carluccio (A Tognina)
Nada, dulce vida mía, diosa mía, mi princesa.
Vos sois la primadonna, y podéis haceros Annina
esperar. ¿Lo decís de verdad?
(En voz baja a Carluccio)
Annina
(Me parece que se está burlando). Carluccio
No temáis, soy vuestro.
Tognina (A Annina)
¡Sí, sí, la primadonna! Ya llegaremos a Esmirna. Ah, todas estas virtuosas están prendadas de
mis méritos y mi belleza. (Para si mismo)
Annina
¡Maldita sea! ¡El papagayo!
Escena sexta
Tognina Nibio con cierto número de sirvientes del teatro, y los
¡La gata! anteriores.

Lucrezia
¿Dónde está el empresario? Nibio
Ya estamos todos juntos.
Maccario
Ha salido, y aún no ha vuelto. Maccario
Señor Nibio, cuartos…
Lucrezia
¿Por qué se me ha hecho venir aquí a Carluccio
esperarlo? ¿Y mi parte?
Antes de zarpar quiero saber cuál será mi (A Nibio)
sitio en la nave.
Tognina
Tognina Dinero, señor mío.

48
(A Nibio) ¿Zarpamos o no zarpamos?

Lucrezia Lasca
Os he esperado en vano. ¿Dónde están los Me alegra encontrar a esta gran compañía
cuartos? lista, unida y reunida. El señor empresario
(A Nibio) manda saludos para todos, enhorabuenas
para todo el mundo y me ha entregado esta
Pasqualino bolsa con dos mil ducados para que yo haga
Si tenemos que partir, hacen falta los cuartos. el reparto y dé a todos su parte. Espero que
(A Nibio) todos estén contentos.
(Todos alargan la mano)
Pasqualino Despacio… Antes de que reparta el dinero,
Atrás, no me atosiguéis. Si no me dan los dejen que les informe de otra cosa. El señor
cuartos yo no puedo darlos. Esperad al empresario, harto de los músicos, del
empresario y os dará a todos lo que os ha intermediario, del poeta y de los tramoyistas
prometido. no ha podido dormir la noche pasada. En
vela y cavilando ha llegado a la conclusión de
Carluccio dar por perdidos los gastos que ha hecho
¿Dónde se ha ido? hacer a Esmirna; manda dos mil ducados de
regalo para la compañía, ha aprovechado el
Nibio viento favorable y ha partido hacia Esmirna.
He preguntado y me han dicho que lo han
visto con el Conde Lasca. Tognina
Poco pueden tardar. ¡Maldito empresario!

Lucrezia Annina
¿Qué diantre harán? ¿Dónde habrán ido? ¡Qué cosas tiene una que oír!

Nibio Lucrezia
Creo que han ido a ver al banquero, a coger ¡Plantar así a una mujer de mi clase!
el dinero.
Nibio
Tognina Rápido, señor conde, comenzad a dividir los
¿Y han esperado hasta ahora? dos mil ducados.

Carluccio Carluccio
¡Qué impertinencia! Cincuenta para mí.

Maccario
Escena última Recordad que aquí todos tenemos que untar
El conde Lasca y los anteriores. la mano…
(Al conde)

Lasca Lasca
Esclavo de los señores. Amigos míos, este dinero, dividido por tanto,
poco puede tocar a cada uno. Escuchad esta
Nibio idea mía que os propongo. Yo lo guardaré en
¿Dónde está el empresario? depósito que servirá de fondo; vosotros
haréis una sociedad; se montará una ópera de
Carluccio esas que se llaman “a escote”. Todos estarán
¿Dónde está esa bestia de Alí? para lo bueno y para lo malo. Si va bien, os
repartiréis las ganancias, si va mal, espero que
Tognina no lo perdáis del vuestro.
¿Viene o no viene?
Carluccio
Annina

49
Aquí estoy yo, y basto para que triunfe la Maccario
empresa. También yo me someto, soy un caballero y
me contento con cualquier cosa.
Lucrezia
Yo soy la primadonna. Nibio
Yo seré el director, si consentís.
Tognina
Si vamos a escote, yo soy la más mayor, la Tognina
primera quiero ser yo. La señora Lucrezia es una buena amiga mía.

Annina Annina
Ya no vamos a Esmirna y las cosas no tienen No se podrá decir nada de nosotras.
por qué ser así.
Lucrezia
Lasca Sí, viviremos en paz. Venga un beso.
Al cuerno las disputas y las diferencias. Que
la compañía se quede como está, como Annina
estaba establecida. Si no se está de acuerdo, Venga ese beso.
entiendo que la sociedad se deshace, y como
yo recibí del Turco la facultad y el arbitrio de Tognina
disponer del dinero a mi gusto, haré con él lo Un beso.
que me parezca, favoreciendo al más dócil y (Se besan las tres)
castigando a los presuntuosos.
Lasca
Lucrezia Así me gusta, eso está bien. Espero que
Lo que soy yo, me someto al señor Conde. estaréis a bien y que todos contribuiréis al
interés común. Ésta es la diferencia que hay
Tognina entre el teatro a escote y el del empresario.
Yo no doy problemas, no quiero que digan Con un hombre que paga todos son
que soy difícil. soberbios, osados y pretenciosos. Cuando la
empresa es de los músicos, todos son
Annina resignados y se esfuerzan voluntariosos. El
Nos sometemos a la sabiduría y a la bondad empresario de Esmirna ha sido una buena
del señor Conde. lección para aquellos que quieren emprender
semejantes empresas, difíciles, laboriosas, y
Pasqualino casi siempre ruinosas.
Vos me conocéis, me entrego a vuestra
protección. Fin de la comedia.
(Al conde)
TRADUCCIÓN DE ANSELMO ALONSO SORIANO
(MURCIA, 1995)

50

Potrebbero piacerti anche