Sei sulla pagina 1di 6

DP 1935/2016

AL JUZGADO DE INSTRUCCIÓN Nº 3 DE MARBELLA

DOÑA NANDA BERJANO ALBERT, Procuradora de los Tribunales, y de DOÑA ANGELES


MUÑOZ URIOL, según tengo acreditado en las diligencias previas que con el número 1935/16
se siguen ante este Juzgado, comparezco, y como mejor proceda en derecho, DIGO:

Que a la vista del auto nº 230/2018, de 15 de marzo, de la Sección Segunda de la


Audiencia Provincial de Málaga, y dado el fallecimiento de D. Javier Alberto de las Cuevas
Torres, entiende esta parte que cabe decretar/mantener el archivo y sobreseimiento de la
causa, siendo el finado el único al que cabría imputar el presunto delito de falsedad en
documento oficial imprudente por el que se sigue esta causa, todo lo que baso en las
siguientes,

ALEGACIONES

PRIMERA: El auto dictado por la Audiencia Provincial de Málaga indica en su


fundamento de derecho sexto que podemos estar ante un supuesto delito de falsedad en
documento oficial cometido de forma imprudente:

“…puesto que la narración contenida en el documento público, no se corresponde


indiciariamente con la realidad de lo acontecido, aún no estimándose que tal actuación resulte
dolosa tal y como sostiene el Magistrado Instructor en el auto de sobreseimiento y archivo
combatido, sí podría integrar el delito de falsedad en documento público en su modalidad de
imprudente, previsto y penado en el artículo 391 del Código Penal”

Dicho supuesto delito parece atribuirlo al vicesecretario y a la Sra. Alcaldesa según el


siguiente razonamiento:

(sic) “…correspondiendo la redacción y custodia del acta del pleno, al secretario del
mismo, en este caso el vicesecretario, Sr. don Javier Alberto De las Cuevas Torres Secretario así
como la supervisión y autorización de las mismas, y el visto bueno al Alcalde, la Sra. Doña María
Angels Muñoz Uriol”

1
Como documento nº 1 de este escrito, se acompaña copia de la resolución dictada por la AP.

SEGUNDA: Es público y notorio que el Sr. De las Cuevas ha fallecido, circunstancia ésta
que no obstante dicha publicidad, podrá acreditar fehacientemente su representación
procesal en autos.

Ha quedado por tanto extinguida la responsabilidad penal del Sr. De las Cuevas, que es
a quien correspondía la redacción y custodia del acta del pleno, que es el encargado de dar
fe de los acuerdos de dicho órgano, y la única persona que, en su caso, pudiera haber
cometido el delito de falsedad en documento público, por imprudencia o sin ella1.

El “VB” que los Alcaldes-Presidentes de Corporaciones Locales dan a las distintas


certificaciones de los Secretarios o funcionarios públicos (en este caso, VB del certificado del
acta del Pleno en cuestión) no implica una supervisión ni autorización del acta, ni mucho
menos un deber de comprobar o fiscalizar su contenido, ni le hace responsables de posibles
inexactitudes, omisiones o incluso falsedades que la misma contenga.

Pasamos a justificar cumplidamente la anterior manifestación.

TERCERA: La cuestión se explica en el Reglamento de Organización, Funcionamiento y


Régimen Jurídico de las Entidades Locales (ROF), R.D. 2568/1986, de 28 de noviembre.

Su artículo 204 establece que “Las certificaciones de todos los actos, resoluciones y
acuerdos de los órganos de gobierno de la entidad, así como las copias y certificados de los
Libros y documentos que en las distintas dependencias existan, se expedirán siempre por el
Secretario, salvo precepto expreso que disponga otra cosa”; y el siguiente, el 205, indica que
“Las certificaciones se expedirán por orden del Presidente de la Corporación y con su <<visto
bueno>>, para significar que el Secretario o funcionario que las expide y autoriza está en el
ejercicio del cargo y que su firma es auténtica.”.

1
Todo ello dicho a los meros efectos dialécticos de fundamentación de la presente petición, puesto que
consideramos al Sr. Vicesecretario (q.e.p.d.) absolutamente inocente de los cargos que se le imputan, al
no existir falsedad alguna, y sin que la mera falta de absoluta correspondencia entre el acta de una
reunión y lo que en esa reunión se dijese oralmente pueda suponer un delito de falsedad.

2
Como se ve, el visto bueno del Alcalde-Presidente sólo implica que quien da fe está
en el ejercicio de su cargo, siendo su firma auténtica. Nada más.

Reproducimos aquí, por su interés y claridad, un informe emitido por el Servicio de


Régimen Jurídico de la Dirección General de Administración Local, en relación con una
determinada consulta, que expone lo siguiente:

“En consecuencia, es la persona que ostenta la Secretaría quien redacta en extracto el


borrador del acta que refleja lo que aconteció en la sesión y quien puede, en consecuencia, dar
fe de los acuerdos, transcribirlos y certificar su contenido con el visto bueno de quien
desempeñe la Alcaldía en ese momento.
Dicho visto bueno acredita que quien actúa es el titular de la Secretaría en ese
momento, siendo la que figura su firma y estando, por tanto, habilitado para la función que
está desempeñando. Todo ello, de conformidad con el artículo 205 del Real Decreto
2568/1986, de 28 de noviembre, por el que se aprueba el Reglamento de Organización,
Funcionamiento y Régimen Jurídico de las Entidades Locales, que señala: “Las certificaciones se
expedirán por orden del Presidente de la Corporación y con su ‘visto bueno’, para significar que
el Secretario o funcionario que las expide y autoriza está en el ejercicio de su cargo y que su
firma es auténtica.
Aunque este artículo se refiere a las certificaciones de acuerdos plenarios,
consideramos que el concepto de visto es el mismo para cualquier clase de documento,
teniendo en cuenta, además, que el contenido del acta debe aprobarse por el órgano que
adopta los correspondientes acuerdos (no por el Alcalde) y que según las SSTS de 24/01/1969 y
17/03/1970: el visto bueno no garantiza la autenticidad ni certeza del contenido del
documento.”

Se acompaña dicho informe como documento nº 2 de este escrito.

Por su parte, el artículo 1 del RD. 1174/1987, de 18 de septiembre (hoy, RD 128/2018,


de 16 de marzo), aplicable en 2009, atribuye la función de fe pública en los entes locales, con
carácter exclusivo y excluyente, al Secretario (o Vicesecretario en su caso): artículo 1.1: “Son
funciones públicas necesarias en todas las Corporaciones Locales: a) La de secretaría,
comprensiva de la fe publica y el asesoramiento legal preceptivo”; artículo 1.2: “La
responsabilidad administrativa de las funciones enumeradas en el apartado anterior está
reservada a funcionarios en posesión de la habilitación de carácter nacional”. Dentro de esa
función de fe pública se comprende, según establece el artículo 2 del mismo texto legal: “c)

3
Levantar acta de las sesiones de los órganos colegiados referidos en el apartado a y someter a
aprobación al comienzo de cada sesión el de la precedente”.

Es claro por tanto que el visto bueno de un Alcalde-Presidente a una certificación o


acta no le hace autor de una posible falsedad que se hubiere podido cometer en dicho
documento.

CUARTA: Así se ha entendido además por la jurisprudencia en materia penal.

- STS núm. 863/1997, de 16 junio:

“Se dice que don Melquiades V., como alcalde pedáneo, no era el encargado
de certificar y, por ello, no debió ser condenado como autor: sólo tenía que poner su
«visto bueno» en el documento que resultó ser falso y eso es lo que hizo.
No le falta razón al recurrente, pues nos hallamos ante un delito especial que
sólo puede cometer el funcionario a quien le correspondiera actuar como tal en la
expedición del documento de que se trate, y así lo viene entendiendo la doctrina de
esta Sala deduciéndolo de la expresión «abusando de su oficio» que aparece en el
encabezamiento del art. 302 por el que aquí se condenó, siendo como es cierto que el
alcalde por razón de su cargo no tenía encomendada la misión de certificar, que
correspondía al Secretario de la Corporación, el otro condenado que no recurrió, don
Ricardo F. A. Don Melquiades sólo tenía que poner y puso el visto bueno, que sirve
para acreditar que quien como Secretario certifica en ese documento ejercía
efectivamente tal cargo, pero nada en relación con el contenido del documento.”

- STS num. 1736/2001 de 1 octubre:

“Menos aún, se puede compartir la tesis de la sentencia –Fundamento


Jurídico segundo– que cimienta la autoría en el recurrente [Alcalde] por ser él quien
envió toda la documentación a la Diputación de Badajoz. Tal envío sólo le
correspondía a él en su condición de Alcalde y recordemos con el Informe del
Ministerio Fiscal, que las certificaciones de los acuerdos de las entidades locales, en
referencia al documento donde aparece el Visto Bueno del recurrente como Alcalde,
de conformidad con los artículos 204 y 205 del Reglamento de Organización,
Funcionamiento y Régimen Jurídico de las Entidades Locales, determina que las
certificaciones de tales acuerdos serán expedidos por el Secretario con el Visto Bueno
del Presidente de la Corporación.

4
En conclusión, de los hechos probados no aparece el dolo falsario en el
recurrente, ni puede deducirse del Visto Bueno colocado en la certificación del folio
9, ni menos puede determinar «sic et simpliciter» su autoría por ser el autor de la
remisión de todo el expediente a la Diputación de Badajoz, pues a él le compete
como tal Alcalde.”

- STS núm. 1095/2006, de 16 noviembre:

“el VBº del alcalde no concierne al contenido del documento sino para acreditar que
quien como secretario certifica, ejerce efectivamente el cargo”

- STJA Baleares, Sala de lo Civil y Penal, núm. 4/2008 de 15 diciembre:

“La conducta del Alcalde que sólo puso su Visto Bueno en el documento
expedido por el Secretario Municipal no encaja en el tipo del 390.1.4 ya que, según el
artículo 205 del Real Decreto 2568/1986, de 28 de noviembre , que aprueba el
Reglamento de organización, funcionamiento y régimen jurídico de las Entidades
Locales, "Las certificaciones se expedirán por orden del Presidente de la Corporación y
con su « visto bueno », para significar que el Secretario o funcionario que las expide y
autoriza está en el ejercicio del cargo y que su firma es auténtica" y, en consonancia
con ello, la STS de 16.11.2006 proclama que "el VBº del alcalde no concierne al
contenido del documento sino para acreditar que quien como secretario certifica,
ejerce efectivamente el cargo (STS 16.6.97 )"

QUINTA: Por todo lo expuesto, entiende esta parte que habiéndose extinguido la
responsabilidad penal del Sr. Vicesecretario por causa de fallecimiento, y no existiendo
elementos fácticos, legales ni jurisprudenciales para atribuir a nadie más responsabilidad por la
presunta falsedad imprudente, procede de nuevo el archivo de las actuaciones, sin que quepa
la práctica de las diligencias acordadas habida cuenta de la circunstancia sobrevenida del
fallecimiento del posible responsable del ilícito (a quien desde luego consideramos, in
memoriam, absolutamente inocente, puesto que mantenemos que ninguna falsedad se ha
cometido).

Cabe hacer asimismo una última consideración: el acta del famoso pleno no se
aprueba ni por el Vicesecretario ni mucho menos por la Alcaldesa, sino por el propio Pleno en

5
la sesión siguiente de septiembre de 2009 tal y como consta en autos. Todo lo que abunda en
las consideraciones anteriormente realizadas en apoyo del archivo de la presente.

En su virtud,

SUPLICO AL JUZGADO, que teniendo por presentado este escrito, se sirva admitirlo,
unirlo a los autos de su razón, y en mérito al mismo, previos los trámites legales que
correspondan, acuerde el ARCHIVO de la presente causa.

Es de justicia que pido en Marbella, a 28 de marzo de 2018.

Ltdo. Salvador Guerrero Palomares.

Potrebbero piacerti anche