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Psicoterapia de una adolescente

Puntualizaciones en el caso de A*
Ana María Mesa1
Luis Fernando Orduz2

Resumen

Introducción: El presente caso clínico tiene como objetivo analizar las transformaciones en
las relaciones objetales y en el narcisismo de una adolescente que inició su tratamiento psi-
coterapéutico por conflictos en la constitución de su identidad sexual. Método: Tratamiento
de soporte y expresión, con un encuadre de tiempo abierto y una frecuencia de una sesión
semanal. Desarrollo: El análisis del proceso permitió ver cómo tanto las representaciones
objetales como de sí misma se fueron integrando e incidieron positivamente en el enfrenta-
miento de los conflictos propios de su adolescencia, especialmente de su identidad sexual.
Finalmente, se plantea la hipótesis de que los resultados positivos del tratamiento podrían
estar en relación con la actitud de “sí memoria y sí deseo” de la terapeuta, lo cual sería de
interés en la reflexión sobre la técnica psicoterapéutica con adolescentes.

Palabras clave: Adolescencia, identidad de género, psicoterapia.

Title: Psychotherapy of an Adolescent. Remarks on ‘A’ Case

Abstract

Introduction: The aim of this clinical case is to analyze the transformations in object relations
and narcissism of a teenager who began psychotherapeutic treatment because of conflicts
in the constitution of her sexual identity. Method: The treatment was one of support and
expression with an open time frame and a weekly session. Development: The analysis of the
process allowed us to see how object representations and those of the self were gradually
integrated, and contributed positively in her dealing with her adolescent conflicts and es-
pecially the one related to her sexual identity. Finally, we suggest the hypothesis that the
treatment’s positive results could be in connection with the therapeutic attitude of “yes-
memory and yes-wish”, which would be an interesting matter for discussion in relation to
the use of psychotherapeutic techniques with adolescents.

Key words: Adolescence, gender identity, psychotherapy.

* Este artículo se basa en un artículo presentado para optar al título de Maestría en Psi-
cología, de la Universidad del Norte, Barranquilla, Colombia.
1
Psicóloga de la Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá. Maestría en Psicología de la
Universidad del Norte, Barranquilla, Colombia.
2
Psicólogo de la Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá. Psicoanalista de la Sociedad
Colombiana de Psicoanálisis.

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Presentación del caso Motivo de consulta

A es una adolescente de 16 años, Los padres manifiestan temor de


quien asistió a consulta cuando tenía que A tenga tendencias homosexua-
13 años. Como en la mayoría de los les, ya que la han visto con amigas
púberes, la consulta fue solicitada que tienen apariencia masculina;
por los padres, a lo cual ella accedió adicionalmente, temen que pertenez-
sin oposición alguna. En ese mo- ca al “grupito de los emos”, porque,
mento estudiaba en un colegio de según el padre, se viste como ellos.
monjas, con compañeras mujeres, Dice que A se ha vuelto distante del
y antes de eso había estudiado en padre y ha bajado su rendimiento
otro de las mismas características. académico. A los 7 años asistió a
La consulta fue solicitada por tratamiento psicológico por presentar
el padre, no por la madre, como es temores nocturnos posteriores a un
lo habitual. Se cita a los padres sin robo en su casa.
la paciente a la primera entrevista, En esta consulta se ven unos
para saber cuál es su inquietud y padres preocupados, especialmente
hacer una primera aproximación al él; una madre callada, que asiente
motivo de consulta; en ocasiones, a lo que dice el padre e interviene
esta primera entrevista permite ver cuando él lo solicita a manera de
si son los padres o alguno de ellos apoyo, o cuando la terapeuta direc-
quien podría ser el punto de entra- tamente la interroga. En la consulta
da de la intervención, más que el con A se observa a una adolescente
adolescente mismo. que se relaciona de manera fácil y
En la primera entrevista me habla fluidamente; de baja estatu-
entero de que A es hija única, los ra, delgada, vestida con pantalones
padres son profesionales que ejer- entubados, tenis, camiseta negra,
cen sus carreras; él como empleado cinturón metálico y pelo corto y
de una institución pública y ella liso, que al caer le tapa un ojo y la
haciendo trabajos desde su casa. mitad de la cara. Dice que está en
Sin embargo, esto no siempre ha consulta porque sus papás la tra-
sido así. Cuando A estaba pequeña, jeron, y que cuando se deprime se
su madre trabajaba como empleada, ‘va al piso’; también, que prefiere la
y durante varios años su cuidado amistad con mujeres mayores que
estuvo a cargo de una tía materna ella. Al preguntarle por la asisten-
mayor. El padre es quien toma cia a consulta psicológica anterior,
la vocería, se expresa de manera dice que le gustaba hablar con su
fácil, pero enfática, especialmente psicóloga. Pasadas cinco consultas,
en relación con las normas y lími- se hace encuadre con ella y con los
tes que él le pone a A, buscando padres; se propone una terapia de
justificarlas. orientación psicoanalítica, de tiempo

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abierto, con intensidad de una vez a ella le había llegado la menstrua-


a la semana. ción, su papá le había dicho que le
A continuación se mostrarán iba a comprar las toallas higiénicas;
algunos apartes de la terapia, que esta actitud del padre, al parecer,
ejemplifican la evolución en las re- tuvo connotaciones libidinales edí-
laciones objetales y en el narcisis- picas intrusivas frente a las cuales
mo, que han sido centrales para ella trataba de defenderse, al tomar
la comprensión y el trabajo clínico distancia y transformarlas en lo
con A, y sobre los cuales se quiere contrario.
profundizar. Se ve, entonces, cómo el padre
pasa de una representación de obje-
Análisis del caso to “bueno”, investido de caracterís-
ticas edípicas infantiles, hacia una
En las consultas iniciales, A representación de objeto “malo”, de
es enfática en hacer notar que sus quien se busca escapar al llegar a
relaciones actuales con mujeres ma- la pubertad, por resultar peligrosa
yores se deben a que no encuentra su proximidad. Al parecer, el pa-
nada interesante en los “niños” y dre no logra tomar esa distancia
que con ellos las cosas son difíciles; óptima, descrita por Rapaport de
dice haber tenido dos “novios” por Aisemberg (2), que le permita rela-
pesar con ellos, pero que realmente cionarse con su hija alimentándole
nunca ha estado enamorada; las su narcisismo como objeto de deseo
relaciones con sus amigas parecen sexual, pero desde una posición de
estar idealizadas y, al mismo tiem- suficiente distancia, que no resulte
po, denigradas con los hombres, lo amenazante.
que se expresa en el sentido de una Ahora bien, si el padre pasa de
representación parcial de objeto, un lugar idealizado a uno aparente-
como lo define Klein (1). mente denigrado, algo similar parece
En este momento, el componente estar sucediendo con la figura mater-
sexual enunciado por su padre en la na, pero de signo contrario. La madre
entrevista inicial (dijo que le pareció infantil “ausente” fue reemplazada
ver a A despidiéndose de una amiga por la tía, no solamente en lo físico,
mayor, con aspecto masculino, con sino también en lo emocional. A se
un beso en la boca, en un centro muestra muy cercana a su mamá
comercial) no aparece. De manera y refiere episodios en los cuales se
simultánea, se da un alejamiento ve el deseo de incidir en la relación
cada vez más fuerte y con compo- de los padres, al separarlos, y bus-
nentes francamente hostiles hacia car una alianza en los intentos de
su padre. En una sesión, se refiere a cercanía con la madre. Esta, por
este distanciamiento diciendo que le su parte, busca poner límites a la
había molestado mucho que cuando seducción de la hija, posiblemente

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motivada por sus temores frente tiempo son una manera de separarse
a la posible elección homosexual de ellos y enfrentar su autoridad.
de objeto. Pero, simultáneamente, Se integra cada vez más a un grupo
propicia relacionarse con ella de con características homosexuales,
manera muy cercana, como conse- posiblemente para manejar las an-
cuencia de los años infantiles en los siedades de tipo persecutorio que
cuales estuvo muy alejada, cuando estaba experimentando frente a sus
trabajaba fuera de casa. padres, especialmente frente a las
Durante mucho tiempo, el tema intrusiones edípica del padre (3,4).
del aspecto sexual de las relaciones En este momento del tratamien-
con las amigas estuvo ausente y la to es posible hablar de los vínculos
terapeuta no lo explicitó, por con- “sexuales” con sus amigas, que posi-
siderar que era un contenido que blemente funcionaban como objetos
estaba presente, pero del cual la pa- transicionales, cuya función era
ciente evitaba hablar abiertamente. permitir salir del ámbito familiar,
En una ocasión, A es confrontada pero, al mismo tiempo, permanecer
por el padre de manera fuerte por ligada con él; esto, al vincularse con
haberla visto con una amiga, esta mujeres mayores como representan-
vez de manera directa y cercana, tes maternas, cuya función estaría
dándose un beso. en consonancia con el concepto de
En la consulta siguiente, se holding grupal propuesto por Win-
observan cambios físicos notorios nicott (3) y Meltzer y Harris (4).
en la paciente: se había cortado el En este contexto, la madre mues-
pelo de forma masculina, se lo había tra una actitud ambivalente. A refiere
tinturado de color negro intenso y que esta la llevaba a verse con su
se había afeitado una parte de este grupo de amigas, aunque era clara
sobre la oreja derecha, en forma la molestia con la que lo hacía; en
de líneas. Se inicia la consulta con algunas oportunidades la descubrió
la observación de la terapeuta de escondida entre arbustos mirándola
dichos cambios, y, a partir de esto, muy de cerca, lo que A vivía como
A cuenta el episodio con el padre; espionaje y desconfianza.
allí resalta la pelea con él, más Frente a estas comunicacio-
que el beso con la amiga, y cómo nes de la paciente, la terapeuta va
posteriormente decide hacerse los adoptando una actitud que podría
cambios físicos. denominarse de holding, en el sentido
Estos eventos son trabajados de hacer intervenciones “maternas”,
como una manera de agredirse a relacionadas con la figura y función
sí misma, “afeándose”, atacando su de la tía en la infancia. Para ello,
narcisismo, por comportamientos expresaba comentarios sobre as-
que vive con mucha culpa frente pectos físicos que van cambiando
a sus padres, pero que al mismo positivamente y que se muestran así

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a la paciente, con el peligro de que diferentes, pero eran tratadas con


sean vividos por esta como intentos libido narcisista, como si fueran
de seducción, pero que buscaban, partes de sí misma; no se observaba
básicamente, alimentar el narcisismo mayor consideración por ellas, lo que
de la paciente, el cual se percibía tendría rasgos de relación de objeto
como muy frágil, y en relación inver- propias de la posición esquizopara-
sa con su actitud desafiante hacia noide. Lentamente fueron aparecien-
los padres. do deseos de tener una relación que
Este tipo de intervención se re- durara algo más que una semana y,
laciona con la propuesta de Gedo simultáneamente, dolor por lo que
y Goldberg (5), quienes proponen pudiera estar causando a sus novias,
que cuando el funcionamiento psí- al no lograr permanecer con ellas,
quico que predomina es el del self en el sentido de un funcionamiento
grandioso y las imágenes parentales propio de la posición depresiva des-
idealizadas, la intervención debe crita por Klein (1).
encaminarse hacia la “desilusión óp- En una oportunidad, la paciente
tima”, en el sentido de ir atenuando llega a consulta diciendo que va a
el narcisismo y la grandiosidad del haber un desfile por la ciudad, con
sujeto; para ello, es requisito previo motivo de la celebración del Día del
que la omnipotencia se encuentre lo Orgullo Gay, y que sus amigas le es-
suficientemente alimentada. tán preguntando si va a salir. En este
Posteriormente, la relación con contexto, la terapeuta toma partido
el padre se va haciendo más tirante mostrándole las posibles desventajas
y tensa, los encuentros agresivos son que puede tener para ella el hacerlo,
frecuentes y, así mismo, su deseo de en términos de las agresiones que
estar con el grupo de amigas “lesbia- esto pueda generar de otros hacia
nas”. Durante un lapso importante, ella. Esta fue una línea interpre-
la sensación de la terapeuta en con- tativa central en este tratamiento,
sulta fue la de estar en una posición en el sentido de enfatizar sobre el
en la cual la paciente exhibía sus autocuidado y la autoagresión que
relaciones “homosexuales” como pudieran estar implícitos en sus
si buscara probarla en su función, asociaciones, las cuales, en algunos
viendo si se comportaba de manera momentos, fueron interpretadas
terapéutica o si, por el contrario, como relacionadas con sentimientos
reaccionaba igual que sus figuras de culpa y necesidad de castigo por
parentales. el desafío a sus padres.
La utilización que la paciente Este tipo de intervenciones bus-
parecía estar haciendo de sus novias caba propiciar una integración de la
era la de un objeto self, en el sentido identidad y afirmar la interiorización
en que lo define Kohut (6); es decir, de la función del holding materno;
eran percibidas como cognitivamente la terapeuta ejerciendo como un

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objeto transicional de características ambivalente hacia este aspecto de


positivas, como lo refiere Zusman de su apariencia, que por una parte ella
Arbiser (7). La relación tan cercana rechaza —por sentir que eran muy
que la paciente refería con su madre, voluminosos—, pero que al mismo
su necesidad permanente de estar tiempo eran motivo de atención y
con ella, podrían estar hablando de deseo por parte de los hombres, y
la fragilidad en la base de este víncu- esto le va agradando, a la par que
lo, aún no interiorizado y de una su forma de vestir va haciéndose
regresión necesaria en esta etapa, cada vez más femenina.
como lo plantea Blos (8). Aparece nuevamente el tema
Es importante puntualizar que corporal y las características de
dicha regresión ya se venía gestando este, que la hacen pertenecer a un
desde el inicio del tratamiento y que género determinado, al enfrentar-
es poco probable pensarlo como un la al duelo por el cuerpo infantil
efecto de este, ya que las condiciones propio de la adolescencia, descrito
del encuadre no la favorecían (una por Knobel (9), y, al mismo tiempo,
sesión semanal, ubicación espacial como una forma de integración
frente a frente, entre otras). de su corporalidad femenina, de
El ingreso a estudiar en un co- fortalecimiento de su narcisismo,
legio mixto le ocasionó inicialmente a partir de la mirada deseante de
un recrudecimiento de los vínculos los otros hombres, en el sentido
homosexuales, con una necesidad de la función paterna descrita por
exhibicionista de estos. En una oca- Rapaport de Aisemberg (2).
sión, el rector del colegio la amonestó Llega a una sesión con marca-
por su comportamiento “inadecuado” dos moretones en los brazos; refiere
en público con una compañera de que esto fue producto de un “juego”
colegio, lo que seguía ejerciendo, con su amigo P. Esta relación se va
desde el punto de vista de la terapeu- afianzando, hasta que en una sesión
ta, como una forma de autocastigo. narra cómo luego de haber tomado
De manera gradual, fue trayendo a licor y haberse emborrachado en el
consulta episodios de relación con colegio, estuvo llorando y diciendo
amigos de sexo masculino, compa- que ella quería a P, pero que P no la
ñeros del colegio. quería a ella; se sorprendió porque
Las características de dichas sus papás no la regañaron como
relaciones fueron fundamentalmente esperaba, lo que podría estar aso-
negativas; refería cómo se burlaban ciado con la satisfacción del deseo
de ella, cómo la molestaban, pero de estos de que ella estuviera año-
especialmente por una característica rando el amor de un hombre y no
corporal, el tamaño de sus caderas el de una mujer.
y muslos. Al hablar sobre esto en En la terapeuta, en el ámbito
consulta, va emergiendo la actitud contratransferencial, sucede algo

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similar; ella también siente un cierto dan cuenta de que ella se ha hecho
grado de complacencia en este sen- un piercing y esto hace que el padre
tido, lo cual podría estar incidiendo la golpee. Desde ese momento, ella
en la paciente. Posteriormente, P decide no comunicarse más con él y
la rechaza, retorna a sus amigas rechaza todo intento de acercamien-
“lesbianas” y nuevamente consigue to. La comunicación se da a través
una novia. Esta mecánica de ida y de la mamá, a lo cual esta última
vuelta desde los intentos de relación parece prestarse.
heterosexual hacia las relaciones de El bajo rendimiento académi-
características homosexuales se da co, que fue uno de los motivos de
en varias ocasiones, a manera de consulta, siguió siendo un factor de
movimientos progresivos y regresi- preocupación y llamadas de atención
vos (8). Ante su pregunta sobre su por parte de sus padres. Este ha
propia identidad sexual, de manera estado en íntima relación con el de-
un poco insegura, se autodenomina sarrollo de su conflictiva relacional,
como “bi”. De manera consciente, y se ha visto afectado por ello, ya
dice que ella cómo va a querer ca- que son evidentes las capacidades
sarse y tener un marido si lo que
intelectuales de la paciente.
ella ve en su casa no le gusta, cómo
su papá se impone sobre su mamá
y ella lo tolera. Conclusiones
Hacia la mitad del tercer año
de tratamiento muestra un interés A continuación se mostrarán
cada vez mayor en las relaciones algunas conclusiones en varios sen-
con los amigos de sexo masculino tidos. En cuanto a la relación tera-
y un deseo por tener relaciones de péutica, la actitud e intervenciones
noviazgo que duren. Actualmente, de la terapeuta, y la clínica del caso.
tiene una relación con un novio, que En cuanto a la relación tera-
ha podido sostener por varios meses, péutica, es interesante notar que
y eso ha sido de mucha importancia en la transferencia se observa que
para ella. Ha habido sesiones en ha primado una relación positiva,
las que se ha lamentado de haber la cual se puede percibir en la asis-
tenido relaciones con mujeres cono- tencia constante a las sesiones, la
cidas por “la gente”, porque esto la comunicación espontánea en estas
puede hacer menos atractiva para y su disposición para escuchar a la
los hombres que deseen acercarse terapeuta. En la contratransferencia
hacia ella, según dice. han sido centrales los deseos de la
En la relación con sus padres, terapeuta por acompañar a la pacien-
la distancia y falta de comunicación te en su tránsito por la adolescencia
con el padre se han extremado, a y una actitud de frecuentes sumi-
partir de un día en que sus papás se nistros narcisistas, posiblemente en

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una actitud diferente a la sugerida el sentido de una actitud cuidadora,


por Bion (10), de “no memoria y no y de objeto transferencial.
deseo”, pero buscando no caer en Una terapeuta mujer no sola-
la seducción. mente pudo haber favorecido que
Desde este punto de vista, vale la paciente tenga un espacio donde
la pena hacer una reflexión en torno pueda ser escuchada en sus aspec-
a la actitud del terapeuta de manera tos íntimos, sino, adicionalmente,
específica en los tratamientos psi- haber servido como un modelo tran-
coterapéuticos con adolescentes. Si sitorio de identificación de género,
bien lo planteado en este trabajo se que ha tolerado la cercanía y que
da a partir del material de un único ha ayudado a pensar sus acciones,
caso, permite pensar lo siguiente: cumpliendo un papel de contención,
por una parte, como se ha visto, la como lo propone Winnicott (3), pero
integración de la identidad es frágil y sin competir con el papel que deben
la participación activa por parte del tener los padres en la adolescencia,
terapeuta en favorecerla implicaría el de la confrontación firme. Dicha
traer material de otras sesiones de confrontación se ha realizado de
manera propositiva, lo que hablaría manera efectiva por los padres de la
a favor de la sí memoria. Por otro paciente, quienes han sido aliados
lado, siguiendo a Winnicott (11), es del tratamiento, en la medida en que
a partir de la mirada y la investidura han propiciado la asistencia continua
libidinal del otro —para el caso sería de la paciente, aun en momentos
de la terapeuta en sentido transfe- en que los hechos eran de su total
rencial—, que se nutre el narcisismo desagrado, y la paciente no solo no
del sujeto, empobrecido en algunos parecía estar cuidando mejor de ella,
adolescentes, como lo refiere Jammet sino, por el contrario, estar buscando
(12); esto justificaría, entonces, la agresiones y retrocediendo a la luz
idea del sí deseo. de sus expectativas.
Adicionalmente, han sido cen- En la revisión de este caso que-
trales las interpretaciones alrede- da claro lo planteado por Blos (13),
dor del autocastigo y la culpa, en en relación con la vulnerabilidad
aras de favorecer los dos aspectos emocional de la mujer, presente
centrales planteados: la integra- en las manifestaciones regresivas
ción de la identidad y fortalecer el mostradas en el material clínico de
narcisismo. Podría concluirse que características ambivalentes y las
algunas de las características que regresiones hacia una identidad
podrían estar en el centro de los bisexual propia de esta fase. Se ob-
logros terapéuticos, en cuanto a las serva cómo A va transitando desde
actitudes de la terapeuta, serían una relación narcisista de objeto,
una actitud de “sí memoria y sí con características homosexuales
deseo”, una función de holding, en propias de la fase de adolescencia

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nuclear, hacia una relación de sirva de insumo para continuar la


objeto con libido objetal y hetero- futura elaboración de sus conflic-
sexual, propia de la fase juvenil tos, algunos aún en curso, como
de la adolescencia descrita por lo relacionado con aspectos de la
Carvajal (14). figura paterna, con quien la actitud
La actitud de la madre, si bien casi fóbica de contacto busca evitar
parece ser ambivalente para la pa- confrontaciones con un objeto que
ciente, permanece ligada con el padre continúa inconscientemente muy
y hace sentir a la hija su lugar de valorizado.
tercero excluido; ello ha sido be-
neficioso en la configuración de su Referencias
ideal del yo y, posiblemente, en el
enfrentamiento de su edipo negativo. 1. Klein M. Envidia y gratitud. En: Obras
La paciente dice con frecuencia que Completas 3. Barcelona: Paidos; 1988.
2. Rapaport de Aisemberg E. Sobre la
sus padres se van solos para la finca sexualidad femenina. Revista de Psi-
y ella se queda en casa de familiares coanálisis. 1988;14:1329-37.
cuando no quiere ir. 3. Winnicott DW. La familia y el desarro-
llo del individuo 4ª ed. Buenos Aires:
Para finalizar, si bien en el caso Lumen Hormé; 1995.
presentado el tránsito por la ado- 4. Meltzer D, Harris M. Adolescentes.
lescencia tuvo unas falencias en Buenos Aires: Spatia Editores; 1998.
5. Gedo J, Goldberg A. Modelos de la
las bases narcisistas de la paciente mente. Buenos Aires: Amorrortu Edi-
y marcadas ansiedades edípicas, tores; 1980.
las cuales produjeron formaciones 6. Kohut H. Análisis del Self. El Tratamien-
to psicoanalítico de los trastornos de la
reactivas muy marcadas, que lo personalidad. Buenos Aires: Amorrortu
matizaron de manera especial, es Editores; 1971.
evidente que en el yo de la paciente 7. Zusman de Arbiser S. Acerca de la
iniciación sexual en la adolescencia.
hay recursos importantes. Estos han Revista de Psicoanálisis. 1986;43:369-
permitido una elaboración de sus an- 72.
siedades y unas defensas adecuadas 8. Blos P. La transición adolescente. Bue-
nos Aires: Amorrortu Editores; 2003.
por estas, sin grave menoscabo de su
9. Knobel M. El síndrome de la adoles-
personalidad y sin que se configure cencia normal. En: Aberasturi A. La
un trastorno narcisista propiamente adolescencia normal: un enfoque
psicoanalítico. México: Paidós; 1971.
dicho. Adicionalmente, los recursos
p.35-104.
familiares y sociales con que ha 10. Bion W. Notes on Memory and
contado la paciente han favorecido desire. The Psychoanalytic Forum.
en algún sentido el enfrentamiento 1967;2:271-86.
11. Winnicott DW. Los procesos de madu-
de sus conflictos. ración y el ambiente facilitador. Buenos
No es posible en este momento Aires: Paidos; 1962.
pronosticar cuál va a ser el futuro 12. Jeammet P. La identidad y sus trastor-
nos en la adolescencia. Cuadernos
de la paciente, pero se espera que de psiquiatría y psicoterapia infantil.
el trabajo terapéutico realizado 1995;19:161-77.

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13. Blos P. Los comienzos de la adolescen- 14. Carvajal G. Adolecer: la aventura de


cia. Buenos Aires: Amorrortu Editores; una metamorfosis 2ª ed. Bogotá: Edi-
1970. torial Tiresias; 1993.

Conflictos de interés: los autores manifiestan


que no tiene ningún conflicto de interés en este artículo.

Recibido para evaluación: 2 de diciembre del 2010


Aceptado para publicación: 5 de abril del 2011

Correspondencia
Ana María Mesa O.
Calle 11 No. 87-110. Unidad 4, apto. 310
Cali, Colombia
ammesa@javerianacali.edu.co

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