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7 de enero

2018

Enrique Semo, Los orígenes de los cazadores y recolectores a las


sociedades tributarias. Las ramas de la economía.
Edher emmanuel jimenez pacheco
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Historia Económica de México


En los capítulos que anteceden al que revisamos en esta ocasión el autor explica
cuestiones que me parecen básicas para entender las configuraciones
económicas y sociales en el periodo posclásico. Entre ellas me gustaría remarcar
la existencia de pobladores en el territorios desde hace 20,000 años
aproximadamente lo cual es un periodo de tiempo bastante considerable en el que
aún podemos pensar ciertas interacciones económicas básicas como la
sociedades cazadoras y recolectoras organizadas en microbandas más bien
nómadas que más adelante se volverán macrobandas de entre 20 y 100 personas
con configuraciones más o menos cooperativas para proyectos temporales y por
supuesto el inicio de la agricultura.

La agricultura me parece una pieza fundamental no sólo por la importancia que


tuvo para los asentamientos sedentarios y el inicio de la civilización sino también
porque me parece una pieza clave en el estudio económico en cuanto a que las
macrobandas en el descubrimiento de la agricultura parecen tener el primer indicio
de excedente un poco más duradero, a diferencia de la caza que sólo podía ser
consumida en pocos días, datado hace unos 3000 años en la zona de Tehuacán
en pozos para conservar semillas. Este excedente plantea el autor que era ya
administrado por ciertos jefes rotativos que si bien no marcan una estratificación
social si marcan una diferencia de poder de decisión. Si bien los conflictos
intragrupos se pueden rastrear desde el preclásico este era más bien por territorio
y recursos naturales y no por una acumulación. Me parece muy valiosa una nota
que hace Enrique Semo sobre este asunto: “En la sociedad tribal la desigualdad
social es generalmente parte de la garantía de la igualdad económica” (p.129)

Esta diferencia marca la ruta en la que seguirá el desarrollo de las formas


económicas a cacicazgos y que se perpetuaban por el miedo, reciprocidad o
generosidad y así como un cacicazgo teocrático es como llegan los mexicas al
Valle de México en el siglo XIII con 4 sacerdotes gobernantes y varios jefes
guerreros vigilados por calpullis. Una organización aún bastante simple en la que
ya existía una diferenciación de roles y privilegios motivados por la subsistencia.
No es hasta el siguiente siglo (XIV) que se erige un tlatoani, siendo Acamapichtli el
primero que tiene la función de administrador y su poder es ilimitado dentro de su
dominio.

Para entender la organización que se tenía en el periodo el autor lo divide por


áreas comenzando por la agricultura diferenciando los dos sistemas de cultivo: la
roza y el labrado. Ya que estos sugieren una ruta que siguieron los asentamientos
ante las limitantes temporales y de densidad poblacional ya que el cultivo de roza
impedía el aumento de la misma.

El autor expone diferentes fuentes que reconocen el uso de chinampas y su


elaboración de forma detallada, así como de las herramientas utilizadas entre los
que destacan las coas con múltiples formas y aplicaciones, así como su evolución
hasta la conquista, por ejemplo, al final del preclásico el uso de metales con
técnicas probablemente traídas de Perú.

También se ilustran las trojes que eran medios de almacenamiento de las


cosechas y la forma de administración territorial en el que los dueños vivían en un
cuadro de tierra sólida en medio de su chinampa, estas eran asignadas por la
nobleza. Se comercializaba entre ellas con canoas y también por tierra fuera del
valle. La caza se fue especializando junto con nuevas herramientas como redes
para aves acuáticas.

Otro desarrollo importante fueron las artesanías que eran usadas como una forma
de apoyo para la manutención familiar de muchos agricultores empero esta forma
de comercio y tributo señala el autor que ya estaba limitada por la demanda del
mercado. Así también hubo artesanos especializados que servían exclusivamente
a la nobleza y que dieron paso al florecimiento de formas más elaboradas como la
arquitectura, la joyería, o los adornos de plumas. Muchos de ellos para
impresionar a sus adversarios. SE señala también la importante producción de
objetos de obsidiana, el quachtli que era la manta de algodón que tenía fines
utilitarios, así como de obsequio y tributo ya que sólo los nobles podían vestirse
con algodón y los demás con hebras de maguey o pieles. La producción de pulque
que se conserva con técnicas casi intactas y la elaboración de armas de metal.

Otro punto importante es el comercio externo del que distingue principalmente dos
tipos, el de alto valor, realizado entre nobles por mercaderes especializados y las
transacciones cotidianas entre productores (tlauecuilos que no eran los mismos
que los tlacuilos) que no tenían mayor poder corporativo. El primero era también
una forma de control o espionaje y luego podían ser sustituidos por guerreros y
cobradores si es que algún pueblo no cumplía las exigencias mexicas.

El mercado era una parte muy importante también de la vida económica de la


época entre los macehuales en la cultura mexica. También existían diferentes
estratos de comerciantes dependiendo de su rol y su carrera. Existían los
pochtecatlatoanis que eran los comerciantes principales, los pochtecas que eran
simples comerciantes, pero aún con privilegios, los oztomecas que eran
comerciantes de vanguardia que recorrían largas distancias hostiles, los
Naualoztomecas que eran comerciantes disfrazados, los teinoalanimes que eran
comerciantes espías y los tecoanimes que eran comerciantes de esclavos.

Por último, se plantea la importancia del cacao como uno de los medios de cambio
mejor aceptados, ya que existían otros equivalentes muy usados como las telas de
algodón, o el polvo de oro, se exponen algunas equivalencias interesantes como
que por dos guajolotes podías tener un esclavo o diez prostitutas, o 30 aguacates
recién cortados. Sin embargo, se explica que las equivalencias variaban
dependiendo de los centro de intercambio algunas siendo reguladas por los
gobernantes ya que buena parte de estos eran para tributo que a su vez era se
administraba para que una parte fuera para obras públicas que se ordenaban a
través de los caciques. Había macehuales que lo único que podían dar de tributo
era su fuerza de trabajo por lo que eran reclutados para tales trabajos. Desde ahí
se plantea un trabajo excedente para las clases dominantes. Sin embargo, aún
con esta organización aún era insuficiente para el autoabastecimiento. Cuestión
que pudo haber sido una de las causas de la rápida caída de Tenochtitlán.

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