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Edición Nro 201 - Marzo de 2016

EXPLORADOR BRASIL

Lula, el hijo de Brasil


Por Luciana Rabinovich

En el medio de la crisis política en Brasil, Lula da Silva asumió como Jefe de Gabinete del
gobierno de Dilma Rousseff y, cuarenta minutos después, su designación fue suspendida
por un juez federal de Brasilia para “no perjudicar el ejercicio del Poder Judicial”. Aquí,
Luciana Rabinovich describe la figura del líder del PT.
uiz Inácio Lula da Silva nació el 27 de octubre de 1945 en Garanhuns, municipio
del Estado de Pernambuco, en el nordeste de Brasil. A los siete años emigró
junto con su madre, Doña Lindu, y sus siete hermanos a la ciudad de Guarujá, en
el Estado de San Pablo, para escapar de la extrema pobreza en que vivían. A los
15, obtuvo el diploma que le permitió convertirse en tornero mecánico.
Inspirado por su hermano Frei Chico, en 1968 comenzó a interesarse por la
política y llegó a ser presidente del sindicato metalúrgico dos veces: en 1975 y nuevamente
en 1978, llegando a representar a 100 mil trabajadores.

En marzo de 1979 tuvo lugar un paro con ocupación del estadio de Vila Euclides, en São
Bernardo do Campo. Con 80 mil metalúrgicos reunidos, y ningún micrófono, Lula se las
ingenió para hacerse oír. Según retrata el film de Fábio Barreto, Lula, el hijo de Brasil
(2009), Lula comenzó a hablar, pidiendo a quienes estaban más cerca de él que repitieran
sus palabras a sus compañeros de atrás. Así, una ola de voces entusiastas se fue propagando
por el estadio, logrando que todos oyeran, y que cada uno se apropiara de las palabras del
dirigente, haciendo suyas aquellas reivindicaciones. Sin duda, todo un modo de hacer y
entender la política…
En este clima de intensa movilización, frente a una dictadura que ya mostraba síntomas de
decadencia, a comienzos de 1980 Lula ayudó a crear, junto con un grupo de intelectuales y
católicos de izquierda, el Partido de los Trabajadores (PT).

Unos años después, en 1986, se convirtió en el diputado federal más votado del país. A
partir de ese momento, comenzó el lento pero firme camino a la Presidencia. Tres veces se
presentó como candidato… La cuarta fue la vencida. Con un cambio de estrategia, Lula
adoptó un discurso más moderado que en su época de dirigente sindical, pero siempre
apoyándose en la necesidad de un cambio para su país, supeditando lo económico a lo
social. “Mi objetivo es que, cuando termine mi mandato, todos los brasileños coman tres
veces por día”, sostuvo durante la campaña. Lula resultó vencedor en 2002, con un 63% de
los votos en la segunda vuelta.
En su carta al pueblo brasilero, de junio de ese año, afirmaba, frente a los serios problemas
económicos que aquejaban al país: “Nadie tiene que enseñarme la importancia del control
de la inflación. Inicié mi vida sindical indignado por la corrosión del poder de compra de los
salarios de los trabajadores. Ahora quiero reafirmar ese compromiso histórico con el
combate contra la inflación, pero acompañado de crecimiento, generación de empleo y
distribución de la renta, construyendo un país más solidario y fraterno, un Brasil de todos”.

Lula terminó su mandato con un 87% de aprobación, llegando a ser uno de los presidentes
más populares de la historia del país, y uno de los políticos más respetados del mundo.
Quién hubiera imaginado que ese niño que vendía naranjas y tapioca en la calle terminaría
en la tapa de la revista Time como el líder más influyente del mundo o elegido por el
Financial Times como uno de los grandes protagonistas de la primera década del incierto
siglo XXI.

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