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Mientras tanto, arrodillado, el ministro inciensa el Santísimo Sacramento, si la

exposición se hizo con la custodia.

V. Les diste pan del cielo. (T.P. Aleluya).

R. Que contiene en sí todo deleite. (T.P. Aleluya).

Luego se pone en pie y dice:

OREMOS.

Oh Dios, que en este admirable sacramento nos dejaste el memorial de tú Pasión,


te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo
y de tu Sangre, que experimentemos constantemente el fruto de tu redención. Tú
que vives y reinas por los siglos de los siglos.

R. Amen.

BENDICIÓN EUCARÍSTICA

Una vez que ha dicho la oración, el sacerdote o el diácono toma el paño de


hombros, hace genuflexión, toma la custodia o el' copón, y sin decir nada, traza con
el Sacramento la señal de la cruz sobre el pueblo. (A continuación se pueden decir
las alabanzas de desagravio)

ALABANZAS DE DESAGRAVIO

Bendito sea Dios.


Bendito sea su santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.

" Yo soy la vid;


Vosotros los sarmientos.
El que permanece en mi y yo en él,
Ese da mucho fruto;
Porque separados de mi no podéis hacer nada."
Jn 15,5

"En verdad, en verdad os digo:


si no coméis la carne del Hijo del hombre,
y no bebéis su sangre,
no tenéis vida en vosotros."
Jn 5,53
"y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mi;
la vida que vivo al presente en la carne,
la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó
y se entrego a sí mismo por mí."
Gal 2,20

"Porque donde esté vuestro tesoro,


allí estará también vuestro corazón."
Lc 12,34

"Yo soy el pan de la vida.


Vuestros padres comieron el maná en el desierto
Y murieron; éste es el pan que baja del cielo,
para que quien lo coma no muera.
Yo soy el pan vivo, bajado del cielo.
Si uno come de este pan, vivirá para siempre;
y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por
la vida del mundo…."Si no coméis la carne
del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre,
no tenéis vida en vosotros.

"El que come mi carne y bebe mi sangre,


tiene vida eterna, y yo lo resucitaré el ultimo día.
Porque mi carne es verdadera comida
y mi sangre verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre,
permanece en Mí, Y yo en él".

"Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado


y yo vivo por el Padre, también el que me coma
vivirá por mí". Jn 6, 48-57

"Mientras estaban comiendo, tomo Jesús pan


y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos dijo:
"Tomad, comed, éste es mi cuerpo."
Tomo luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo:
"bebed de ella todos, porque ésta es mi sangre de la Alianza,
que es derramada por muchos para el perdón de los pecados".
Mt 26, 26-28

"Hagan esto en memoria mía".


Lc 22,19

Jesús, mío, dame humildad, paciencia y gratitud, amor..., amor, porque si te amo de
veras, todas las virtudes vendrán en pos del amor.

Te ruego por los que amo... Tú los conoces, Tú sabes las necesidades que tienen;
socórrelos con generosidad. Acuérdate de los pobres, de los tristes, de los huérfanos,
consuela a los que padecen, fortalece a los débiles, conmueve a los pecadores para que
no te ofendan y lloren sus extravíos.

Ampara a todos tus hijos, Señor, más tierno que una madre.
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Sagrario del Altar el nido de tus más tiernos y regalados amores. Amor me pides, Dios
mío, y amor me das; tu amor es amor de cielo, y el mío, amor mezclado de tierra y
cielo; el tuyo es infinito y purísimo; el mío, imperfecto y limitado. Sea yo, Jesús mío,
desde hoy, todo para Ti, como Tú los eres para mí Que te ame yo siempre, como te
amaron los Apóstoles; y mis labios besen tus benditos pies, como los besó la Magdalena
convertida. Mira y escucha los extravíos de mi corazón arrepentido, como escuchaste a
Zaqueo y a la Samaritana. Déjame reclinar mi cabeza en tu sagrado pecho como a tu
discípulo amado San Juan. Deseo vivir contigo, porque eres vida y amor.

Por sólo tus amores, Jesús, mi bien amado, en Ti mi vida puse, mi gloria y porvenir. Y
ya que para el mundo soy una flor marchita, no tengo más anhelo que, amándote, morir.
Teresa de Lisieux
Jesús mío,
sé que no nos mandas nada que sea imposible;
conoces mejor que yo mi debilidad
y mi imperfección,
sabes incluso que nunca conseguiré amar a mis hermanos
como los amas tú,
si no estuvieses tú, mi divino Salvador,
para amarlos en mí.
Nos has dado un mandamiento nuevo
porque quieres concederme una gracia como la tuya.
Que yo lo ame. Dame la certeza
de que tu voluntad e s amar en mí
a todos aquellos que me mandas amar.
Teresa de Lisieux
Señor Jesús,
haz que yo te ame con amor puro y ferviente;
haz que yo te ame con una intensidad todavía más grande
de aquella con la que los hombres del mundo aman sus cosas.
Haz que yo tenga en el amarte
aquella misma ternura y aquella misma constancia
que es tan admirada en el amor terreno.
Haz que yo sienta
que tú eres mi única alegría,
mi único refugio,
mi única fuerza,
mi única esperanza
y mi único amor.
John Henry Newman
Si deseo curar mis heridas, tú eres el médico.
Si ardo de fiebre, tu eres la corriente restauradora.
Si estoy oprimido por la culpa, tú eres el perdón.
Si tengo necesidad de ayuda, tú eres la fuerza.
Si temo la muerte, tú eres la vida eterna.
Si deseo el cielo, tú eres la vida.
Si huyo de las tinieblas, tú eres la luz.
Si busco el alimento, tú me nutres.
San Ambrosio
ORACIÓN
Oh Dios, que en este sacramento de la redención
nos comunicas la dulzura de tu amor,
reaviva en nosotros el ardiente deseo
de participar en el convite eterno de tu reino.
Por Cristo nuestro Señor.

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