Sei sulla pagina 1di 7

Algunos aspectos esenciales

HACIA UNA VERDADERA DIRECCIÓN ESPIRITUAL


POR ANDRÉS ARTEAGA MANIEU

Conviene destacar un aspecto de la vida cristiana como es la dirección


espiritual (en delante DE1). En la tradición eclesial es un instrumento privilegiado La historia y la actualidad
para la formación y desarrollo de la ‘vida en Cristo’ para los discípulos misioneros, de este servicio eclesial
“indican que hay que
según sus diversas condiciones y estados de vida. Para los religiosos, dedicados a la
cambiar de estilo pero no
vida contemplativa o de vida activa, que fueron los primeros en dar relieve, desde muy admiten la ausencia de la
antiguo en oriente, a la figura del maestro o ‘padre espiritual’. Pero también para los figura típica… sea cual sea el
laicos, ante los nuevos desafíos de una espiritualidad contemporánea, que mediante nombre que se le dé… sigue en
intentos más o menos acertados, quiere comprometerse con la transformación del pie el hecho de que la
mundo mediante la puesta en práctica de los criterios del Evangelio. Una ‘dirección espiritual’ no
espiritualidad que supera el dualismo y la evasión, que es más unitaria, personalista, cambia su función esencial
experiencial, liberadora y comunitaria2. Y no podemos dejar afuera a los sacerotes de servicio a los hermanos
seculares, llamado a cultivar una espiritualidad específica en una Iglesia particular llamados en Cristo y en la
concreta, pero para el servicio de la espiritualidad de todos3. ¿Es algo del pasado? Iglesia a realizar el proyecto
¿Acaso tiene vigencia hoy? ¿Cuál debería ser su forma actual y futura? ¿Se le puede de salvación del Padre”.
seguir llamando ‘dirección’ espiritual en tiempo marcados por un fuerte sentido de
autonomía?
Sostengo en estas reflexiones introductorias que la DE es un servicio y una tarea tan urgente hoy como
antes, que está inscrita en el corazón de la ‘memoria espiritual’ de la Iglesia. Hoy espera no ser solo
destacada, como importante medio de santificación y de crecimiento de la vida cristiana, sino también
calurosamente alentada y practicada en nuevas y adecuadas formas, de acuerdo a la realidad y contexto de
una nueva etapa de la historia humana y del aporte de la fe a su pleno desarrollo. Esta tarea no es fácil y
exige nuestro esfuerzo y atención. Se trata aquí entonces, como ya se ha indicado, de una mirada solo
inicial de la DE, por tanto una reflexión sencilla, fragmentaria, y necesitada de complementación.
Partiendo de la práctica, de la vida concreta y de la experiencia eclesial, nos puede iluminar a la ‘verdadera’
dirección espiritual, y no a sus caricaturas.

Planteo del tema de la Dirección Espiritual


Experiencia de san Alberto Hurtado

Podemos decir que algunas dimensiones de la DE se han opacado o postergado en nuestros días.
En particular el sentido de aprender a obedecer a Dios, mediante el conocimiento y búsqueda de la llamada
y también una respuesta personal y concreta, adecuada y eclesial a su invitación al seguimiento. La
urgencia por crecer en el espesor de la vida cristiana que reclamen estos tiempos, la renovada promoción
de vocaciones sacerdotales y religiosas, y la formación de los líderes cristianos en un mundo que cambia,
exige una mirada renovada y renovadora de la utilidad y la práctica de la DE4. Para crecer en la madurez y

1
En este titulo, lo de verdadera dirección espiritual, proviene de una frase de San Alberto Hurtado escrita en Puntos de Educación, fruto de una
conversación personal e intelectual; y también de su experiencia personal como hijo y padre espiritual: “La verdadera dirección espiritual no
aminora la libertad del alma, antes bien la estimula y la robustece”.
2
Cf. S. DE FIORES, Espiritualidad contemporánea, en Nuevo Diccionario de Espiritualidad, De Fiores, Goffi, Guerra (dirs.), San Pablo, Madrid
20005, 617-642.
3
G. Aschenbrenner S.J., en Quickening the Fire in Our Midst. The Challenge of Diocesan Priestly Spiritualy, Loyola Press, Chicago 2002, 20-26,
habla del ‘monaquismo del corazón’, como fundamento de una espiritualidad diocesana, que se funda en un corazón que permanentemente
discierne.
4
Algunas tesis doctorales que señalan la orientación de una renovación, que parte por asimilar en el presente una rica tradición de la historia: cf. I.
Platovnjak, La Direzzione Spirituale Oggi. Lo sviuppo della dottrina del Vaticano II a ‘Vita Consacrata’ (1962-1996), Tesi Gregoriana, Serie
Spiritualità 6, PUG, Roma 2001. G. Demacopolus, Five models of Spiritual Direction in the early Church, Notre Dame Press, Indiana 2007 (es la
publicación de una disertación en la Universidad de North Carolina); V. Copan, Saint Paul as Spiritual Director: An Analysis of the imitation of
Paul with implications and aplications to the Practice of Spiritual Direction, Paternoster, Milton Keynes 2007 (un trabajo realizado en Viena en el
2001 por un pastor evangélico muy cercano a sacerdotes y monjes católicos).

1
compromiso de la fe de los cristianos del continente, hay que recuperar lo mejor
que la historia nos lega al respecto5.
No es el momento de hacer la historia de la DE, sino más bien de dar un
paso previo, ayudar a sentar algunos de los presupuestos antropológicos y
teológicos que la hacen posible y fecunda en la vida de la Iglesia, en base a su
tradición o ‘memoria espiritual’. Pues pareciera que para comenzar una vida
espiritual ‘en serio’ se necesita de una buena DE6. Esto exige hacer un aporte para
iluminar la DE de una mirada propositiva y alentadora más que otra mirada mas
preventiva, que destaque sobre todos los peligros7. Desde aquí se entiende entonces
ka elección del titulo La Verdadera Dirección Espiritual. Parece que este era también el
ánimo de san Alberto Hurtad, cuando ya en 1942 escribió Puntos de Educación, en
donde no solo recogía sus estudios de doctorado en pedagogía, lecturas,
lecciones y trabajos de investigación intelectual, sino sobre todo su experiencia
Efectivamente, “hoy vuelve a
concreta personal como dirigido, y particularmente la experiencia de padre
hablarse de la dirección
espiritual después de un período
espiritual en el apostolado con los jóvenes. El Santo afirmaba:
de desvalorización y de “Por eso crecen nuestros jóvenes tristes y desorientados sin haber
abandono debido a múltiples encontrado en las vidas quien subrayara las buenas tendencias y corrigiera las
causas”. Se trata del que iban desviadas. Los que han tenido la suerte de encontrar un director de su
redescubrimiento de un alma pueden darse por muy felices. Santa Teresa de Jesús afirmaba que el
“servicio que la Iglesia ofreció comienzo de toda vida espiritual es infundir fuerzas en el alma del joven para
durante siglos enteros al que el hombre de instinto se haga hombre de razón; el ser sentimental se
hombre en su camino de fe, en la
transforma en ser voluntario; del mundo natural se levante el joven al mundo
consecución de su identidad
cristiana, en su aspiración a
sobrenatural. El director ha de infundir amor a la vida moral, amor consciente,
todas las posibles formas de amor convencido. Todas las manifestaciones de la vida del joven han de ir
santidad…”. encaminadas a su fin último. El director ha de inculcar al joven el pensamiento
de que en todos los momentos debe vivir según la voluntad de Dios, y su misión
es ayudarlo a que conozca esta voluntad en las diversas circunstancias de la vida8”.
La juventud necesita especialmente quien le ayude a subrayar buenas tendencias y corregir las
desviadas. Sin esa ayuda los jóvenes crecen “tristes y desorientados”. La DE ayuda a poner ‘razón’ y
‘libertad’ donde priman sólo el instinto y la emoción. Es el intento de mirar, con la ayuda de la Iglesia, la
propia vida con los ojos de Dios. Es Dios quien mejor nos conoce y su mirada es sanadora. Ayuda, en
definitiva, a levantarse del mundo natural al sobrenatural mediante el conocimiento de la voluntad de
Dios sobre la propia vida en las concretas circunstancias de cada uno. Y mas adelante, expresa San Alberto
en ese ensayo sobre la educación, una convicción fundamental del educador, pastor y santo:
“El director espiritual ha de dar capacidad al alma que dirige para que pueda vivir sin él. Por nada
del mundo ha de disminuir su fuerza de obrar, de decidir, de resolver. La verdadera dirección espiritual no
aminora la libertad del alma, antes bien la estimula y la robustece. El buen director sabe que Dios traza el
camino de cada alma, y no él. Su papel solo consiste en darle ayuda para que la descubra9”. Son palabras
claras y contundentes. Eso lo aprendió personalmente San Alberto, como lo menciona el Padre Jaime

5
El cardenal Jorge Medina hace un par de años nos entregó un texto en el que señala algunos aspectos esenciales de la DE, cf. J. Medina, Apuntes
sobre La Dirección Espiritual, La Revista Católica 108(2008), 179-189. Allí se enuncia una ‘ojeada’ retrospectiva, que pretende “dar algunas
pinceladas que puedan ilustrar el tema”, en la perspectiva de “hacer una historia práctica de la dirección espiritual en la vida y en la experiencia de
la Iglesia”. Es un aporte, se puede decir algo más. En efecto, nuestras actuales circunstancias de la vida social y eclesial invitan con fuerza a decir
algo más.
6
“Spiritual direction is direction give to people in their relationship with God. Just as a creative dialogue with other human beings cannot just be
left to our natural responses, so too our intimate conversation with God needs formation and training. Precisely the fact that we are dealing here
with the most intimate and precious relationship is the reason for direction. It is therefore not so strange that people who search for a deep and
persistent prayer life always ask for some help”. Son palabras de H. Nouwen, en su artículo Spiritual Direction de Pneuma 3(1996).
7
Un acercamiento actualizado en M. Costa, Direzzione spirituale e discernimiento. Edizioni ADP, Roma 20094 , el autor intenta reponder con una
contribución a la reflexión sobre la urgencia de una sana dirección espiritual. R. Morneau, Spiritual Direction: A Path to Spiritual Madurity,
Crossroas, New York 1998. K. Kuchan, Prayer as Therapeutic Process Toward Aliveness Within a Spiritual Direction Relationship, en
JReliHealth 47(2008), 263-275.
8
A. Hurtado, Puntos de Educación, Editorial Esplendor, Santiago 1942, 209.
9
Ibídem, 209-210.

2
Castellón S.J., vice-postulador de la causa de canonización, al presentar la evolución de la experiencia de
Jesús en la vida del estudiante Alberto Hurtado10. En los años 1915 y 1916 se advierte un cambio radical en
él cuando estudiante secundario. Ha tomado como director al padre Fernando Vives, que transmite esa
solidez espiritual que irradiará por todas partes en su vida el futuro santo.
Ya en el informe que el Padre Hurtado entrega al Padre Álvaro Lavín, su superior, sobre su
entrevista con el Padre General de la Compañía de Jesús, Juan bautista Janssens, señala al resaltar su
vocación social:
“Toda mi vida, desde el colegio, he sentido inclinación especial por
la acción social, pero el trabajo tan atrayente y, por la gracia de Dios,
fructuoso en medio de jóvenes orientado más especialmente a la dirección
espiritual, me ha tomado estos años. De ninguna manera he pensado ni por
un instante en desentenderme de la dirección espiritual de los jóvenes, de los
ejercicios, ni de la preocupación vocacional, orientaciones que me parecen
definitivas para mi vida, cualquiera que sea el trabajo que me ocupe, pero si
desearía dejar total mente el colegio para realizar el plan que le someto11”.
¿Qué le llevo a descubrir en la DE una inclinación especial y la
orientación ‘definitiva’ para su vida? Sin duda su experiencia personal de
estudiante con el Padre Vives, los estudios de pedagogía y teología, su
trabajo concreto con los jóvenes y su santidad, lucidez para descubrir lo que
los tiempos necesitan. Su dedicación a la DE, y en definitiva a la formación
de personas, en uno de los aspectos que más huella dejaron en su paso por
Chile del siglo XX.

Nuevo despertar de la Dirección Espiritual “El que solo se quiere estar, sin arrimo de
maestro y guía, será como el árbol que está solo
Efectivamente, “hoy vuelve hablarse de la dirección espiritual y sin dueño en el campo, que, por más fruta que
tenga, los viadores se la cogerán y no llegará a
después de un período de valorización y de abandono debido a múltiples sazón”. San Juan de la Cruz
causa12”. Se trata de redescubrimiento de un “servicio que la Iglesia ofreció
durante siglos enteros al hombre en su camino de fe, en la consecución de su identidad cristiana, en su
aspiración a todas las posibles formas de santidad13…”. Y no solo se trata de una tradición de católica o
cristiana, sino que también está presente en las diversas tradiciones espirituales de la humanidad14. Se
discute si acaso los términos ‘paternidad’, ‘dirección’ y ‘acompañamiento’ espiritual son suplementarios o
exclusivos15. Al hacer un análisis de su historia se advierte que además de complementarse mutuamente,
cada uno destaca aspectos esenciales que permiten ayudar a buscar una mayor comprensión de Dios y el
camino de seguir su voluntad16. Unas de las causas del olvido o intento de ruptura con esta tradición es el
afán de autonomía moderno, que sin duda ha marcado la mirada de todo lo humano, que incluye el
crecimiento de la vida espiritual17.

10
J. Castellón, San Alberto Hurtado: el encuentro con Jesucristo, La Revista Católica 108(2008), 196-210.
11
J. Castellón (ed.), Cartas e Informes del Padre Alberto Hurtado S.J. Ediciones Universidad católica, Santiago, 2003, 193.
12
A. Mercati, Padre espiritual, en Nuevo Diccionario de Espiritualidad, S. de Fiores, T. Goffi, A. Guerra (dirs.), San Pablo. Madrid 20005, 1435.
entre las razones de esta nueva presencia de la dirección espiritual se señalan dos con la teología y con las ciencias humanas, su lugar en el
florecimiento de la espiritualidad eclesial, su lugar en las recientes fundaciones de vida consagrada. Y no menos su papel en la experiencia de la
laicidad o secularidad.
13
Ibídem, 1436.
14
Cf. N. Vets (ed.), Tending the Holy: Spiritual Direction Across Traditions, Morehouse Publishing, Harrisburg 2003, las dos primeras partes
abordan las tradiciones budistas, sufista, hindú, judía y cristiana (de esta última las tradiciones ignaciana, carmelitana, benedictina y evangélica).
15
Cf. I. Platovnjak, Spiritualy Fatherhood, Direction and Accompaniment: Mutually Explusive or Supplementary terms?, Bogoslovni vestnik
68(2008), 24-43.
16
Ibídem, 40-42.
17
La autonomía o la superación de toda dependencia se da en el contexto de la secularización. Cf. K. Schultz, Secularitation: A Bibliographic
Essay, en The Hedgehog Review (2006), 170-177. Especialmente lúcidos y recientes los estudios de Ch. Taylor, A. Secular Age, Belknap Press of
Harvard University Press, Cambridge 2007; y After God, University of Chicago Press 2009. Además cf. The secularitation Debate, de la obra de R.
Inglehart – P. Norris, Sacred and secular. Religion and politics Worldwide, Cambridge University Press, NY 2004. También de R. Inglehart –
W.E. Baker, Modernization, cultural change, and the persistence of traditional values, American Sociological Review 65(2000), 19-54; P. Berger,
Secularization Falsified, en Firts Things 180(2008), 23-27.

3
La historia y la actualidad de este servicio eclesial “indican que hay que cambiar de estilo; pero no
admiten la ausencia de la figura típica… sea cual sea el nombre que se le dé… sigue en pie el hecho de que la
‘dirección espiritual’ no cambia su función esencial de servicio a los hermanos llamado en cristo y en la
Iglesia a realizar el proyecto de salvación del Padre18”. No cabe duda que entre los medios externos de
santificación, la dirección espiritual “ocupa un lugar de importancia fundamental19”. Se trata, entonces, de
una solidaridad eclesial y también intergeneracional, pues la experiencia
de Dioses la que permite el verdadero conocimiento de Dios.
La dirección espiritual no reemplaza la
No es algo que se aprenda por lo libros20. “Para ir hacia el Señor
búsqueda personal de la verdad sino
necesitamos siempre un guía, un diálogo. No podemos hacerlo solamente
que la apoya aportando sabiduría y
conocimiento para hacer decisiones con
con nuestras reflexiones. Y éste es también el sentido de la eclesialidad de
mayor fundamento. Quién recibe la nuestra fe, de encontrar esa guía21”. Es una dimensión de la ‘eclesialidad
dirección espiritual es responsable de de la fe’ y, añadiría, una concreción de la espiritualidad de la comunión.
aprovechar los consejos y discernirlos Pues la fe es una respuesta a la vez personal y comunitaria. Y la
en su propia oración escuchando la voz preocupación por el otro como alguien que me pertenece, que está en el
de Dios en su conciencia. Este proceso centro de la espiritualidad de la comunión, no puede dejar fuera esta
le capacitará para conducirse por la vía dimensión esencial de la vida humana para la antropología cristiana,
más segura según la voluntad de Dios. como a la vez la vida espiritual. Alguien ha defino lo esencial de la DE está
pasar de lo ‘absurdo’ a la ‘obediencia’, del no escuchar al oír la voz de Dios
en la Iglesia, en la palabra que resuena en el corazón22.
En la cultura actual aparecen como una moda y más que eso también, los entrenadores personales
(‘personal training’) que van más allá del mantenimiento del estado físico o la práctica de un deporte.
Principalmente en el mundo empresarial, pero ya extendido a lo más amplio del aspecto social, tienen
como raíz de su emergencia una necesidad profunda de compañía espiritual y apoyo del ser humano en la
compleja sociedad contemporánea, pues estamos a la ‘intemperie’. No solo se preocupan de los ejercicios
físicos, sino también de los aspectos psicológicos, y más aun de los afectivos y espirituales de la persona en
su actuar concreto (coaching). Es un método que consiste en dirigir, instruir y entrenar a una persona o a
un grupo de ellas, con el objetivo de conseguir alguna meta o de desarrollar habilidades específicas. Hay
muchos métodos y tipos de coaching. Entre sus técnicas puede incluir charlas motivacionales, seminarios,
talleres y prácticas supervisadas. Son muchas las señales del redescubrimiento y necesidad hoy de la DE23.
En el programa académico de los cursos del Instituto de Espiritualidad de la Pontificia
Universidad Gregoriana para el año 2009/2010, aparece uno llamado ‘La direzione spirituale’ y en la
justificación se afirma que partiendo de una relectura del actual decaimiento religioso, cultural y

18
A. Mercati, Padre espiritual, en Nuevo Diccionario de Espiritualidad, S. de Fiores, T. Goffy, A. Guerra (dirs.) San Pablo. Madrid 20005, 1453.
19
V. Pasquetto, Dirección Espiritual, en Diccionario de Espiritualidad, E. Ancilli, Herder, Barcelona 19872, Tomo I, 617. “La dirección espiritual es
la ciencia y el arte de conducir las almas a la perfección de la vida cristiana”.
20
Cf. Audiencia general del año 2009 en que el Santo Padre, Benedicto XVI, presentó a Simeón el Nuevo Teólogo: “Simeón entró en el monasterio
de los Estuditas, donde sin embargo sus experiencias místicas y su extraordinaria devoción hacia el Padre Espiritual le causaron dificultades”.
“Quisiera decir que sigue siendo válido para todos (sacerdotes, personas consagradas y laicos, y especialmente para los jóvenes) la invitación a
recurrir a los consejos de un buen padre espiritual, capaz de acompañar a cada uno en el profundo conocimiento de sí mismo, y conducido a la
unión con el Señor, para que su existencia se conforme cada vez más al Evangelio”.
21
Ibídem.
22
Cf. H. Nouwen, Spiritual Direction, reimpreso de Lift Up Yours Hearts en http://www.worship.ca/ junto con señalar la necesidad de
entrenamiento y de formación para cultivar la relación con Dios, señala “The spiritual life is as a life in which we struggle to move from absurd
living to obedient living… Absurd living is a way of life in which we remain deaf to the voice which spears to us in our silence”. Esa vida ‘absurda’
es extremadamente penosa, se supera con una firme disciplina, de la Iglesia, de la Palabra y del corazón”. “The church, the book, and a ‘soul-friend’
are three spiritual directors capable of helping us to overcome our deafness and become free to hear God’ voice even when it call us to unknow
places”.
23
Llama la atención la agrupación Spiritual Directiors International y su revista Listen. A Seeker’s Resource for Spiritual Direction que reúne a
más de 6.000 personas, de diversas tradiciones espirituales, fundamentalmente cristianos (pero hay de otras confesiones y búsquedas), que están
dispuestos a ofrecer servicios de DE. Se trata de la Seek and Find: Worldwide Recource Guide of Available Spiritual Director. Su lema es estar ‘al
servicio de lo sacro alrededor del mundo y a través de las tradiciones’. También la publicación Journal of Psichology and Theology ha editado
algunas entregas especiales en años recientes, dedicadas a la DE, cf. G. Moon, Introduction to Special Issue on Spiritual Direction: Part One, en
Journal Psychology and Theology 30(2002), 261-262. En el primer volumen se aborda la DE CÓMO fuente de aguas vivas, desde las tradiciones
ortodoxa, católica, episcopal, reformada; desde la perspectiva de la santidad, de la justicia social y del movimiento de renovación carismática. El
segundo volumen se preocupa de la relación de la DE con la psicoterapia.

4
educativo, el curso ofrece el intento de redefinir los principales elementos teóricos de la esencia de la DE a
la luz de la enseñanza de la Iglesia, con la ayuda de las actuales disciplinas antropológicas24.
De alguna manera, la DE viene en ayuda de la indigencia de todo ser humano y se conforma a su
dimensión social, tanto en el orden natural, como en la vida cristiana. Necesitamos de otros siempre para
cumplir nuestra vocación y misión. Por eso se habla de la DE cómo ‘expresión sacramental’ del ser dialogal
de lo humano y por tanto de ‘necesidad moral’, siempre muy conveniente, “necesidad en un grado mayor o
menor según las condiciones en que se halle cada uno25”. Evidentemente que no es de necesidad
absoluta26. Dios da la gracia a los suyos como quiere y de muchas
De alguna manera, la dirección maneras. Pero es un medio que se adapta a las condiciones de lo
espiritual viene en ayuda de la humano de hoy necesario más que nunca por los evidentes,
indigencia de todo ser humano y se irreversibles y provechosos procesos de personalización (a veces
conforma a su dimensión social, tanto individualización que lleva al aislamiento) y globalización (que
en el orden natural, como en la vida también puede tener el peligro de la masificación). Nos recuerda
cristiana. Necesitamos de otros siempre San Juan de la Cruz, maestro de vida espiritual, con acertadas
para cumplir nuestra vocación y imágenes:
misión. Por eso se habla de la DE como 5. El que solo se quiere estar, sin arrimo de maestro y guía, será
‘expresión sacramental’ del ser dialogal como el árbol que está solo y sin dueño en el campo, que, por más
de lo humano y por tanto de la fruta que tenga, los viadores se la cogerán y no llegará a sazón.
‘necesidad moral’. 6. El árbol cultivado y guardado con el beneficio de su dueño, da la
fruta en el tiempo que de él se espera.
7. El alma sola, sin maestro, que tiene virtud, es como el carbón encendido que está solo: antes se irá
enfriando que encendiendo27.
La DE, en sentido amplio, es una forma de educación de la persona28. Es uno de sus aspectos que
concretamente “mira la perfeccionamiento ético y religioso de la persona mediante una labor de
orientación29”. Como aspecto de la educación es notorio que hoy está ‘en crisis’, y en palabras de Luigi
Giussani, es un ‘riesgo’, porque no educa sino quien toca suavemente y fortalece, con mucha delicadeza y
respeto, la libertad humana. No hay otra forma de enfrentar esta ‘emergencia educativa’ que asumiendo lo
mejor de la tradición de la Iglesia para que así se puedan encontrar los caminos y formas adecuadas a los
desafíos y categorías que los cambios de los tiempos ofrecen30.
En medio de impresionantes cambios donde mucho cambia, pero no todo cambia, pues Jesucristo
“es el mismo ayer, hoy y siempre”, nuestra tarea cristiana como lo recordaba el teólogo Joseph Ratzinger,
“es tan grande como sencilla: consiste en dar testimonio de Dios, abrir las ventanas cerradas que no dejan
pasar la claridad, para que su luz pueda brillar entre nosotros, para que haya espacio para su presencia31”.
Por tanto, el anuncio del Señor con ardor, al inicio de este siglo, es la tarea fundamental de los discípulos
de Cristo, particularmente con el testimonio de haber sido tocados por Él. “La Iglesia existe para que Dios, el
Dios vivo, sea dado a conocer, para que el hombre pueda aprender a vivir con Dios, ante su mirada y en comunión con Él. La

24
Y también se ofrece el seminario ‘Practica della direzione spirituale e le Tecniche Della consulenza Pastorale’.
25
Cf. T. Rodriguez Miranda, La Dirección Espiritual. Pastoral del acompañante espiritual, San Pablo, Buenos Aires 2006, 40-42. El primer
capítulo Naturaleza y finalidad de la dirección espiritual (11-55), una provechosa perspectiva, la DE CÓMO tarea eclesial.
26
A. Royo Marín, un clásico de la teología espiritual señala que su necesidad no es absoluta sino moral, cf. U obra de divulgación Ser o no ser
santo. Esta es la cuestión, BAC, Madrid 2000, 23ss. Las razones del maestro dominico son de tres tipos: las que vienen en la S.E., por la práctica
universal de la Iglesia y por la misma psicología humana. Luego desarrolla quiénes y qué cualidades debe tener el director y también el dirigido.
27
S. Juan de la Cruz, Obras completas, Edición ICS, Madrid 1991, Dichos de amor y de luz, 5-7.
28
T. Merton se pregunta si acaso la DE es necesaria. Y responde que no absolutamente, pero sí en la formación y en diversas etapas de la vida
religiosa es de primera importancia, cf. En Dirección y Contemplación, Atenas, Madrid 1986, 24-31 (el original inglés es de 1959).
29
A. Livi, Dirección Espiritual. Estudio General, en Gran Enciclopedia Rialp: Humanidades y Ciencia, Edición. 1991. “En el ámbito de la vida
cristiana, en fin de la DE es procurar que cada persona se empreñe en vivir íntegramente el evangelio, buscado eficazmente la plenitud de la vida
cristiana según su propia vocación específica”… En cuanto al ámbito de la DE, ella se orienta a la madurez de la vida espiritual, que consiste “en
una conciencia formada, capaz de obrar con libertad y responsabilidad. Por eso la DE no es una atadura de las conciencias, ni obliga a las almas a
permanecer en un perpetuo infantilismo espiritual. Al contrario, la DE ayuda a formarse un criterio y una personalidad propia, correspondiente a
los planes de la gracia, es decir, conforme a la vocación sobrenatural de cada uno”.
30
Acerca de los cambios y la vida de la Iglesia cf. A Arteaga, Anunciar a Cristo, al inicio de este siglo. Reflexión ante los cambios culturales, en La
Revista Católica 107(2007), 117-128.
31
J. Ratzinger, La Iglesia en el umbral del tercer milenio, en Convocados en el camino de la fe. La Iglesia como comunión, cristiandad 2004, 294.

5
Iglesia existe para exorcizar el avance del infierno sobre la tierra, y hacerla habitable por la luz de Dios32”. “La Iglesia
tiene que continuar este anuncio. Tiene que llevar los hombres a Cristo, Cristo a los hombres, para
llevarlos a Dios y Dios a ellos… La gran tarea central de la Iglesia es hoy, como siempre lo ha sido, mostrar
ese camino y ofrecerse en él como comunidad en camino33”. Esto significa una comunidad que asciende, que se
purifica para estar a la altura del ser humano, llamado a la comunión con Dios. Una purificación que se
vuelve alegría para purificar al mundo34. La misma liturgia ora: “Padre, que unes a tus fieles en una sola
alma y un solo corazón, concédenos amar y cumplir tus mandamientos y esperar la vida eterna que nos
prometes, para que en medio de los cambios de este mundo nuestros corazones permanezcan orientados
hacia donde se encuentra la verdadera alegría”. Se puede hoy tener orientado el corazón a donde se encuentra
la verdadera alegría, en medio de los cambios o ‘crisis’ del tiempo. Creo que la DE puede ser de gran ayuda.

Aspectos de la dirección Espiritual en la ‘memoria espiritual de la Iglesia

Las raíces de toda actividad que tenga sentido en la vida cristiana, al


menos debe estar como semilla en la Palabra que Dios y en la transmisión de la
tradición de la Iglesia en cada tiempo35. Así sucede con la DE. Cuando se intenta
una definición, hay que atender a la experiencia de Jesús y los discípulos. Nos se
habla de ella en términos, pero es lo que jesús hace con los discípulos en el breve
tiempo del ministerio público, los enseña, los corrige, dialoga con ellos, les
suscita algunas preguntas. La noche gastada con el acompañamiento de Jesús a
Nicodemo (Jn 3), o de Ananías a Pablo (Hech 9) son realidades que nos llevan a
concluir que una práctica con raíces bíblicas ha pasado hacia la comunidad de
los discípulos. Aunque los acentos, las formas en la historia van cambiando, hay
unas constantes básicas en la historia de la DE que nos atrevemos a destacar. “Muchos autores señalan la
Podemos señalar que son aspectos permanentes que exigen en cada tiempo ser diferencia entre la consejería
actualizados. Entre esos aspectos yo destacaría tres que corresponde asumir al pastoral y la dirección espiritual
que sirve este ministerio, y también al que recibe este servicio: libertad, y también la terapia psicológica.
Es más que una forma de
obediencia y eclesialidad. Dios siempre toma la iniciativa, nunca actúa por comunicación humana, es ante
necesidad, siempre en libertad. Y nos pide actuar de manera semejante. Es todo ‘dialogo en la fe dentro de la
omnipotente, pero no prepotente, siempre pide permiso para ingresar a nuestra Iglesia’.
vida. Una libertad que se hace plena en la entrega de la vida, en la obediencia, Para eso es necesario
entrenamiento y experiencia. Un
siempre en comunidad de discípulos, la Iglesia. Un aspecto esencial de la DE es buen director debe ser una
36
el necesario equilibrio entre libertad y obediencia . Para eso es importante el persona de amor, competencia,
horizonte de la comunidad de los discípulos. Cada uno de ellos debe ser oración, mirada profunda,
explicado, pues su definición y significado no son únicos. Por ejemplo, la visión, balance, prudencia,
reverencia, paciencia, discreción,
libertad que tanto buscamos con entusiasmo no es tal con hacer lo que nos simpatía, calidez, simplicidad, y
agrada, aunque sea malo. Gaudium et Spes recuerda que la ‘verdadera’ libertad es mucho sentido común”.
un signo eminente de la imagen de Dios en la creatura humana. ¿Qué obediencia
se debe dar a la DE? ¿A qué, a quién?
En una época centrada más en el sujeto personal, favoreciendo más la autonomía, no se
comprende fácilmente la autoridad no la obediencia. Se complica el equilibrio entre persona y comunidad,
autoridad y obediencia. Ahora bien, la misa actitud de la fe es definida por el Vaticano II como oboeditio

32
Ibídem, 295, en cursiva el original. Como la Iglesia no existe para sí, “para la Iglesia nunca se tarta sólo de mantener su existencia ni tampoco de
aumentar y extender su propia duración”. (ibídem, 296).
33
Ibídem, 301. Se menciona los ‘elementos particulares de ese estar en camino’, especialmente significativos en el Novo Milenio Ineunte: es
significativo de la oración, el domingo, el sacramento de la reconciliación.
34
Cf. Ibídem, 306ss.
35
Df. G. Barret, Spiritual Direction in the Roman Catholic Tradition, en Journal of Psychology and Theology 30(20002), 291ss. Buenas referencias
bibliográficas en 301-302.
36
Cf. T. Goffy, Obediencia, en Nuevo Diccionario de Espiritualidad, S de Fiores, T. Goffy, A Guerra (dirs.), San Pablo, Madrid 20005, 1374 – 1394,
en particular 1384 – 1387, dedicadas a la obediencia en la perspectiva del Vaticano II.

6
fidei, citando al apóstol37. Esa obediencia es la respuesta humana suscitada por la iniciativa de Dios de
auto-comunicarse, e invitarnos a su amistad y cercanía. Acerca de la forma más adecuada de la historia, no
es fácil dar una respuesta, pues es esencial su adaptación a los tiempos. Ser ‘obediente’ significa estar en
permanente contacto con una presencia amorosa de Dios, que nos cuida, sana, guía, dirige, conforta y
corrige38. Hablando de la autoridad y la obediencia en la vida consagrada, un reciente documento eclesial
señala afirmaciones que dan alguna luz a nuestro tema: “La veneración por la voluntad de Dios mantiene a
la autoridad en un estado de humilde búsqueda, para hacer que su obrar sea lo más conforme posible con
la divina voluntad… en el intento de hacer la voluntad de Dios, autoridad y obediencia no son, pues, dos
realidades distintas ni mucho menos contrapuestas. Son dos dimensiones de la misma realidad evangélica,
del mismo misterio cristiano; son dos modos complementarios de participar de la misma oblación de
Cristo39”. Si esto se da en el fuero externo de la vida religiosa, se da también con mayor hondura en el fuero
íntimo de todo cristiano. La obediencia, como parte de la fe de todo cristiano, es ante todo a la palabra que
nos llama a la existencia, obediencia como Cristo y hacia Cristo, siempre a través de meditaciones
humanas y todo esto encarnado en la vida cristiana40. Un autor señala tres condiciones mediadoras que
permite la adecuada DE: en primer lugar la libertad, el hallazgo de la propia identidad, y finalmente, como
fundamento la necesaria experiencia de Dios. Ellas son las que permiten el Discernimiento41.
Muchos autores señalan la diferencia entre la consejería pastoral y la DE y también la terapia
psicológica. Es más que una forma de comunicación humana, es ante todo “dialogo en la fe dentro de la
Iglesia42”. Para eso es necesario entrenamiento y experiencia. Un buen director debe ser una persona de
amor, competencia, oración, mirada profunda, visión, balance, prudencia, reverencia, paciencia,
discreción, simpatía, calidez, simplicidad, y mucho sentido común43.
No sabemos cómo será la fe del futuro44. Pero es claro que “la fe cristiana ha de crecer más en la
profundidad que en la extensión, ha de vivir más conscientemente a partir de su centro, ese centro que lo
abarca todo, y solo de este modo evitará el convertirse en algo vacio y sin substancia45”. Para ella, es
necesaria la ayuda de una autentica DE. “El futuro de la Iglesia puede venir y vendrá también hoy solo de
la fuerza de quienes tienen raíces profundas y viven la plenitud pura de su fe. El futuro no vendrá de
quienes solo dan recetas. No vendrá de quienes solo se adaptan al instante actual. No vendrá de quienes
critican a los demás y se toman a si mismo como medida de lo infalible. Tampoco vendrá de quienes elijen
el camino más cómodo, de quienes evitan la pasión de la fe y declaran falso y superado, tiranía y legalismo,
todo lo que es exigente para el ser humano, lo que le causa dolor y le obliga a renunciar a sí mismo.
Digámoslo de forma positiva: el futuro de la Iglesia, también en esta ocasión como siempre, quedará
marcado de nuevo con el sello de los santos46”.

37
Rom. 16,26, en Dei Verbum 5 habla del homenaje total del entendimiento y de la voluntad, como aformó ya el Vaticano I.
38
Cf. H. Nouwen, Spiritual Direction.
39
Faciem Tuam, Domine Requiram. El servicio de la autoridad y la obediencia, Instrucción de la congregación para los Institutos de la Vida
Consagrada y las Sociedades de la Vida Apostólica (2008), 12. “La obediencia es ante todo actitud filial” “La obediencia es la única forma que tiene
la persona humana, ser inteligente y libre, de realizarse plenamente” (5).
40
Ibídem, 2; 5; 7-15.
41
Cf. T. Rodríguez Miranda, La dirección Espiritual. Pastoral del acompañante espiritual, San Pablo, Buenos Aires 2006, 137-173.
42
Cf. P. Chico, Cualidades de una buena dirección espiritual, ecclesia 19(2005), 525-532. Sintetiza que la De debe ser periódica, motivadora y
exigente, profunda, cordial y amable, concreta.
43
Cf. Esas y otras características de un buen director, G. Barret, Spiritual Direction y the Roman Catholic Tradition, en Journal of Psychology and
Theology 30(2002), 298.
44
Cf. W. Casper, Introducción a la Fe, Sígueme, Salamanca 1989, 195-216. Juan Luis Ruiz de la Peña, Crisis y Apología de la fe. Evangelio y Nuevo
Milenio. Sal Terrae, Santander, 1995. Sobre la Iglesia del mañana (324-341). J. Ratzinger, Fe y Futuro. Descleé de Brower, Bilbao 2007 (El origen
alemán es de 1970), publicado en Humanitas 15 (2010), 520-533
45
W. Casper, Introducción a la Fe, Sígueme, Salamanca 1989, 215.
46
J. Ratzinger, Fe y Futuro, Descleé de Brower, Bilbao 2007, o bien Humanitas 15 (2010), 530.

Potrebbero piacerti anche