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DECALOGO DEL BUEN EXPOSITOR

1. Sé Alegre: Una exposición triste y sombría produce generalmente un efecto


congelante. Saber poner oportunamente el grano de sal del humor. Debes ser
capaz de reírte de tus errores en vez de reírte de los errores de los demás. “Que
vuestro hablar sea siempre agradable, salpicado de sal, de manera que sepáis
responder a cada uno”. (Col 4, 6)

2. Sé Objetivo: Habla con espíritu profundamente realista. Apoya tus


afirmaciones con hechos y vivencias. Abre una antena escrutando los “signos de
los tiempos”. Huye de toda clase de utopía y demagogia juvenil. Las
exageraciones (tremendismos, triunfalismos), las explosiones emotivas, los
extremismos de cualquier clase restan fuerza a tus argumentos y, con
frecuencia, hacen que la exposición sea desatendida.

3. Sé Natural: Nadie más espontáneo que el joven. Habla como eres, a tu


manera. Hay que enseñar a los jóvenes a hablar de Cristo con todos los
lenguajes… con naturalidad. Un poco de miedo al hablar es bueno: es señal de
respeto por lo que dices y a los que hablas. No te importe tanto al hablar hacerlo
bien, como hacer bien.

4. Sé Sobrenatural: Donde no llegues tú llegará la gracia de Dios. La conversión


es obra de la gracia. Solo en la gracia radica la eficacia sobrenatural que es
donde está el único éxito: La salvación. Sé descaradamente cristiano.
Fundaméntate en una cita del evangelio. “La palabra de Dios es viva, eficaz y
tajante, más que una espada de dos filos”.

5. Prepárate: No podemos esperar milagros de Dios para premiar nuestra


pereza. Trabaja tus apuntes. Lee y trabaja sobre el tema para ser un experto de
tu mensaje: Que incluso fuera del Encuentro puedan recurrir a ti para otras
charlas de formación juvenil. Para poder resumir en un mensaje el que habla
debe saber mucho más de lo que dice. No hay que verle el fondo. Y el fondo no
se ve cuando el que lo dice lo está viviendo.
DECALOGO DEL BUEN OYENTE
Son éstas:

 Aprende a querer escuchar con concentración y disciplina.


 Brinda señales verbales y visuales de escucha hacia el otro.
 Espera recibir buena información y la obtendrás con más frecuencia.
 Conviértete en un oyente de cuerpo entero: escucha con los oídos, ojos
y corazón.
 Toma notas; ayuda a retener información.
 Planea contrale a otra persona lo que has escuchado; lo recordaras
mejor.
 Genera empatía ajustándote al ritmo de tu interlocutor, igualando sus
gestos, las expresiones de su cara y los rasgos de su voz.
 Controla las distracciones.
 Con generosidad trasmite interés y buena disposición.
 No dejes que tus pensamientos te alejen de la conversación

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