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Entre muchas otras cosas, a los gatos se los conoce por tener siete vidas, pero es solo un mito tonto eso
es jugarse muchas de ellas con un día a día no exento de peligro. Hay numerosas amenazas a las que un
gato se expone constantemente, en especial si se le permite salir a la calle cosa que no debe ser , por lo
que nunca está de más tener a mano una serie de consejos básicos que podrían llegarle a salvar la vida,
en caso de verse en peligro (¡Dios no lo quiera!)
Está inconsciente
Al encontrarse con un gato inconsciente, hay que procurar mover-lo lo menos posible, por lo que lo
primero que hay que hacer es buscar una manta lo suficientemente grande como para contener todo su
cuerpo. Después, con la ayuda de otra persona, debe colocarse el cuerpo del animal sobre ella,
utilizándola como una camilla y llevándola, por tanto, extendida y en tensión hasta dar con una superficie
plana y resistente sobre la que depositarla.
Heridas
Es de esperar que, si un gato sale de casa, vuelva tras haber participado en alguna riña con otros
animales del vecindario. Dependiendo de la virulencia de las peleas, lo mismo puede ser que no debamos
prestar demasiada importancia, como que tengamos que acudir a un veterinario.
Heridas superficiales
Arañazos, mordiscos, cortes y piel arrancada son un resultado clásico de las peleas gatunas, aunque
generalmente, suele tratarse de heridas superficiales que no requieren asistencia de profesionales. Con
limpiar y desinfectar correctamente las heridas basta, aunque conviene prestar atención en especial a
orejas y ojos (diana de mordiscos y zarpazos), así como a la evolución de posibles mordeduras, con tal
de evitar abscesos que sí deberían ponerse en manos de profesionales.
Abscesos
Un absceso es básicamente la infección de una mordedura por parte de otro gato. La zona infectada
resultante se hincha al cabo de unos días, lo cual denota que la herida está infectada, y que hay que
actuar: primero de todo, corta los pelos que la rodean, para después desinfectar la con agua oxigenada.
Aunque eso, al cabo de unas horas, debería solventar el problema, lo mejor es que un veterinario revise
la herida, confirmando que no vaya a infectarse de nuevo.
Hemorragias
Hay diversos tipos de herida, correspondientes a otros tantos niveles de sangrado. Si se trata de un corte
superficial, le podemos limpiar con una gasa húmeda, cortar el pelo que lo rodea y desinfectarlo. Además,
se puede evitar el contacto con más pelos aplicando algo de vaselina en los extremos del mismo. Si en
cambio se trata de una herida más profunda, deberemos cubrirla con una gasa empapada, aplicando algo
de presión sobre ella y llegando incluso a sujetarla con un vendaje, reforzado con ulteriores compresas.
Tras realizar todo el proceso, comprobaremos si la hemorragia perdura, y en ese caso, llevaremos a
nuestro gato al veterinario con carácter de urgencia.
Picaduras de insectos
De igual manera que con los humanos, si un insecto pica a nuestro gato lo normal es que se sienta
molesto al tiempo que la picada se le hinche; y si se trata de una avispa o similar, hay que buscar el lugar
exacto para extraerle el aguijón con la ayuda de unas pinzas. En caso de resultar imposible, habrá que
consultar con el profesional.
Quemaduras
Una quemadura, ya sea por contacto con fuego, objetos calientes y/o eléctricos o agua hirviendo, puede
llevar a complicaciones muy graves para la salud del gato. Por ese motivo, la única forma de atenderle
correctamente es llevarlo a un veterinario lo más rápido posible. El responsable del animal lo único que
podrá hacer por su cuenta es aliviarle el dolor, aplicando sobre la quemadura una gasa o algodón
empapados en agua fría primero (no se recomienda aplicar otra clase de sustancias), una bolsa de hielo
después y, finalmente, algo de vaselina. Ni se debe cortar el pelo alrededor de la herida, ni cubrirla con
nada. Recuerda llevarlo lo más pronto posible aun veterinario.