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Urbanidad

La urbe remite al entorno social en el que viven y conviven las personas. En este entorno de
urbanidad, se establece una relación de convivencia en la que es positivo buscar el bien
común ya que el bienestar del grupo también fortalece el bienestar individual. En relación
con la cualidad de urbanidad, esta característica remite a las personas cuando ponen en
práctica sus buenos modales y su cortesía con gestos de respeto hacia los demás.

Los gestos de urbanidad hacen que la vida en sociedad sea agradable y no un auténtico
caos. A través de esta conciencia social, el ser humano no solo piensa en sí mismo sino
también, en plural para reflexionar sobre el valor del "nosotros".
Buenos modales

La vida en sociedad sería un caos si no existiesen unas normas que las personas respetan y
ponen en práctica durante la mayor parte del tiempo. Las normas de civismo son esenciales
en relación con el comportamiento social que muestra la responsabilidad de un ser humano
en el cuidado del entorno. Por ejemplo, es un signo de civismo dejar todo limpio tras haber
organizado un picnic en un parque.

A través de estas normas de responsabilidad social, las personas son responsables en la


convivencia con los vecinos, también son responsables en el cuidado de los espacios
naturales y de los lugares públicos.

Ética Social

Vivimos en sociedad y dependemos unos de otros, por lo cual, además de la ética


individual, nos rige la ética social, que trata de las acciones del individuo cuyos efectos
directos recaen sobre los demás y afectan nuestra
convivencia en sociedad.

Capacidad: Conozco la ética social.

Para que los miembros de una sociedad puedan convivir


en armonía, hay ciertos comportamientos o normas que
deben acatar. Generalmente, estos tienen que ver con
nuestros valores y principios, que nos dicen cómo se debe
actuar, y son, como ya lo hemos visto, los que traemos del
hogar,la Iglesia, la escuela.

¿Dónde termina mi derecho?

Como las normas sociales varían, los derechos de la mayoría solo se pueden hacer cumplir
en la medida que no obstaculicen los derechos de los demás. Existen muchos aspectos que
considerar y respetar dentro de la ética social en su conjunto: la lengua, raza, género,
cultura, religión, educación, etc. Asimismo, a la hora de cumplir y hacer cumplir la ética
social, también hay muchos factores que no pueden ser dejados de lado, como los valores
familiares, creencias religiosas, la moral, la integridad, entre otras.
Aceptación de las normas

Pero para que las normas sociales realmente funcionen, existen ciertas prácticas que deben
ser aceptables por la mayoría, para poder ser tenidas en cuenta dentro de una sociedad; por
ejemplo, compartir con los demás, haciendo buenas obras, y, principalmente, siendo
tolerantes. Porque la ética social implica, fundamentalmente, aceptación, respeto;
principalmente a los derechos de todos los demás, independientemente de las creencias
individuales.

La ética social en debate

Al hablar de ética social, hay muchas cuestiones que promueven el debate. Por ejemplo,
temas como la economía, la inmigración, la pobreza y el hambre, el medio ambiente, la
homosexualidad y la tolerancia religiosa despiertan muchos cuestionamientos y generan
diversas opiniones. Otras cuestiones que también generan discusiones son la política y la
legislación, o la regulación de temas de la vida y la muerte, como el aborto, la crueldad
animal y la pena de muerte. A estas se agregan, últimamente, temas de bioética, la
clonación, la manipulación genética y la energía nuclear.

Complejo pero simple

El tema de la ética social es complejo; sin embargo, si dentro de una sociedad ciertas
conductas específicas son puestas en práctica, es muy sencillo. La regla de oro para una
convivencia pacífica es simple: respetar los derechos de los demás para que nuestros
derechos sean respetados.

Conducta en actos cívicos o conducta en el teatro, cine o cualquier


espectáculo público

Algunos gestos de civismo con los vecinos es evitar hacer ruidos en casa por la noche
porque pueden molestar a los demás vecinos impidiendo su descanso. Gestos tan sencillos
como saludar a los compañeros de trabajo, ceder el paso en la puerta a otra persona para
que pase primero, ayudar a una persona mayor a llevar el peso de la cesta de la compra,
hacer un buen uso de los servicios públicos (por ejemplo, cuidar los libros que se toman en
préstamo en la biblioteca para devolverlos en perfecto estado), ceder el asiento en el
transporte público para que se siente una persona mayor.

Estos gestos de civismo comienzan a aprenderse en la infancia gracias a la educación


recibida por parte de los padres y a la formación recibida en el colegio, gestos de
socialización a través de los que cualquier niño aprende a relacionarse con los demás.

Cualquier sociedad cuenta con unas normas de comportamiento, no escritas en la mayor


parte de los casos, pero que sin su tutela nos haría ser un grupo de seres incivilizados que
campan a sus anchas.

Saber que es mejor caminar por nuestra derecha, que las cosas se piden por favor, que se da
las gracias por casi todo … y otras muchas pequeñas cosas
hacen que nuestra vida sea mucho más agradable.

Pero como todas las reglas, leyes o normas, no solamente es


suficiente con saber que existen, sino que hay que ponerlas
en práctica. A diario, en cualquier situación se puede ser
cortés. No hay que desaprovechar ninguna ocasión por dos
motivos: poner en práctica lo que nos han enseñado y a su vez
dar un estupendo ejemplo a los que nos ven.

Gozar de un buen “tacto social” nos puede ayudar en multitud


de situaciones, tanto sencillas como algo más complejas.
Desenvolverse en los distintos ámbitos sociales debería ser una de las mejores asignaturas
de nuestra enseñanza.

Puedes ser el que más conocimientos tenga de su profesión o carrera profesional, pero sin
una buena dosis de “urbanidad” puede que sea la persona menos querida de su entorno.
Saber agradar, comportarse de modo correcto en cualquier ocasión, mostrar nuestro mejor
“barniz social” cual pavo real que muestra su majestuosa cola puede hacernos ganar la
simpatía de todo nuestro entorno. Ese cariño se refleja en la actitud de las personas que nos
rodean y se extraña cuando falta.

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