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María B. Arévalo Demorados porque sí

Especialista en Historia del Arte, En las detenciones para identificar,
un hecho fortuito la llevó a el falible olfato policial sustituye a
investigar sobre los ritos del amor los requisitos legales que las
a comienzos del siglo XX en una autorizan. Recomendaciones de
Buenos Aires con muchos la Defensoría del Pueblo al Jefe
hombres y pocas mujeres en de la Federal para evitar abusos.
edad de merecer. Pág. 3
Pág. 8

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Defensoría del Pueblo

de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires

[ NÚMERO 20 - SEPTIEMBRE 2010 ]

Periódico de la Defensoría del Pueblo

Seguridad infantil en el hogar

MÁS VALE PREVENIR

QUE CURAR
Por lo común, cuando los chicos salen de casa para ir a la escuela o para jugar con
amigos, sus padres los agobian con todo tipo de advertencias sobre los riesgos callejeros.
Pero ese celo paterno por la seguridad de su prole suele desvanecerse puertas adentro,
donde cocinas, baños, dormitorios, patios, balcones y terrazas pueden convertirse en
verdaderas trampas para los pibes. En esos ámbitos, es habitual que un descuido derive
en quemaduras, intoxicaciones, fracturas y hasta en desenlaces fatales. Pocos saben, por
ejemplo, que la segunda causa de muerte entre los menores de 15 años es el ahogamiento
y que muchos ocurren en natatorios familiares, piletas de lona y hasta en bañaderas. Para
prevenir los accidentes domésticos y lograr que los adultos tomen conciencia sobre los
riesgos en el hogar, la Defensoría del Pueblo lanzó una campaña de difusión bajo un
categórico lema: Que tus chicos puedan jugar sin poner su vida en juego. Págs. 4 / 5

Basta de pagar Peatones y motoqueros

Con su intervención, la Defensoría del Pueblo logró que la
empresa CLARO desistiera de cobrar el envío de facturas
impresas a sus usuarios de telefonía celular, a los que
también deberá reintegrarles lo que indebidamente abonaron.
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Son los más expuestos a morir en las calles porteñas. Así lo
revela un estudio sobre siniestros de tránsito que la
Defensoría realizó a lo largo de 2009.
Pág. 2
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postales

EDITORIAL Siniestros de tránsito

MORIR EN LA CALLE
En julio pasado una imagen golpeó a los porteños: bajo un colectivo de la línea 15 yacía el cuerpito
muerto de Facundo que, con apenas 5 años, fue atropellado por el vehículo cuando cruzaba la calle
Honduras de la mano de su mamá. Al día siguiente, los medios advirtieron que el chiquito era una de
las 19 personas que durante el año habían perdido la vida en la ciudad de Buenos Aires arrolladas por
colectivos. A las pocas semanas, las víctimas ya eran 21; cifra equivalente al 27 por ciento del total de
muertos en todo tipo de siniestros de tránsito que la Defensoría del Pueblo registró a lo largo de 2009.
RESPONSABILIDADES
Por la Dra. Alicia Pierini (*)

R uidos molestos, grietas en medianeras y hasta

derrumbes son algunos de los problemas que
asechan a quienes viven junto a una obra en
construcción. Cuando ocurre una catástrofe
-como la sucedida hace unas semanas en un
gimnasio de Villa Urquiza- sus reclamos se
multiplican y se suman a las voces de los que
aspiran a un crecimiento ordenado de la ciudad.
Con suficientes razones, los sufridos porteños
también se exasperan si un colectivero arrasa a un
peatón, si un paciente muere por culpa de una mala
praxis o si se desploma el techo de un aula que fue
construido con materiales inadecuados.
Ante estos casos, el fastidio recae en los funcionarios
que -como parte de la administración pública- deben
velar para que no sucedan y garantizarle al vecino
estándares mínimos de buenas prácticas y el
cumplimiento de los métodos y procederes
normados para cada actividad.
Expuestos
Pero más allá del debido control estatal, en el
universo de médicos y gasistas, ingenieros y
choferes, arquitectos y electricistas -entre tantas
profesiones y oficios-, cada uno debe aplicar las
técnicas y cuidados de su arte porque así lo exige el
L a conmoción que generó esta seguidilla de tragedias hizo que las autoridades
nacionales y locales tomaran cartas en el asunto. Mientras las primeras anunciaban
que controlarían la velocidad y los trayectos de cada uno de los 9.800 colectivos que
circulan por la ciudad, las segundas -carentes de jurisdicción sobre estos vehículos-
compromiso que asumen con la comunidad. pidieron a la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) que extendiese
en un 20 por ciento el tiempo que tienen los conductores para realizar sus recorridos
Claro que una sociedad no puede dividirse entre entre las 6 y las 21 de cada día hábil.
controladores y controlados, entre vigilantes y
vigilados, sino a riesgo de tornarse inviable. Porque si Ante los anuncios, un vecino descreído comentaba: Bienvenidas las propuestas; pero
no hay una conciencia social compartida, los necesitamos medidas urgentes que permitan solucionar un problema complejo como los
controles no alcanzan y el destino de todos queda siniestros de tránsito.
librado a una suerte que -cuando falla- nos expone a Razón no le faltaba al hombre. Según el Análisis Estadístico de Siniestros Viales hecho a
tragedias que despiertan las críticas cruzadas y través del Programa sobre Prevención en Seguridad Vial de la Defensoría del Pueblo -a
empujan hacia una inquisitorial búsqueda de cargo de la licenciada Susana Lapsenson-, en 2009 hubo en la ciudad 10.569 hechos de
culpables con el telón de fondo de las lágrimas que tránsito que causaron 11.549 víctimas, de las cuales 77 murieron. Dicho de otro modo, al
derraman los allegados a las víctimas. menos un vecino de cada manzana porteña pudo ser damnificado en estos siniestros.

Mientras tanto, la educación para la responsabilidad
parece ausente tanto de la agenda pública como de
la privada.
Es por ello que tras una catástrofe se pide punición con
un énfasis que no se aplica para exigir responsabilidad
en cada acción cotidiana. Basta observar la cantidad
de conductores que violan la luz roja de los semáforos
o exceden las velocidades permitidas, los vecinos que
tiran la basura en cualquier lado o contaminan las
plazas con la caca de sus perros, los comerciantes que
venden alimentos vencidos o en mal estado, los que
incurren en una larga lista de contravenciones o
imprudencias que -en mayor o menor medida- han
dejado de asombrar.
Ojalá todos fuésemos responsables en lo nuestro.
Que los que estudian lo hiciesen para aprender y no
para zafar. Que los que trabajamos no cometiéramos
chapucerías ni transgresiones. Que los funcionarios
sirvieran a la sociedad sin que medien atisbos de
corrupción. Si así ocurriera, los controles serían más
útiles.
(*) Defensora del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Estas cifras deben tomarse con pinzas porque se colectaron en las comisarías porteñas,
cuyas estadísticas sobre víctimas fatales no incluyen a la totalidad de personas que
fallecieron a causa de un siniestro vial sino solamente a los que perdieron su vida en el lugar
del choque o atropellamiento. Así lo advierte la licenciada Flavia Llanpart Gobbi, autora del
Análisis, cuando explica: Si me arrolla un colectivo y muero mientras me trasladan al hospital
o estoy internada, la Policía me cuenta como lesionada porque así me encontró en la vía
pública. Igualmente, cuando informa sobre los lesionados, no diferencia entre el que tuvo
un tajito en el brazo del que quedó cuadripléjico. Además, en ocasiones, se omiten algunos
siniestros. Todo esto impide mensurar la real dimensión de la siniestralidad porteña. No
obstante, usamos las cifras policiales porque son las más rigurosas.
El trabajo de la Defensoría destaca que -a diferencia de otras zonas del país- las muertes
capitalinas son pocas respecto al gran número de lesionados y especula que ello se debería
a la alta concentración del tránsito ciudadano que favorece la recurrencia de siniestros pero
dificulta el desplazamiento de vehículos a alta velocidad, lo que reduciría la intensidad de
los impactos.
Señala también que, aunque la siniestralidad es similar a la de años previos, las víctimas
fatales descendieron en un 40 % respecto a 2008. Ello se debería a la reducción de hechos
causados por excesos de velocidad o por conductores alcoholizados; dos circunstancias
que para los expertos impactan fuerte en la capacidad de sobrevida del damnificado.
Entre los muertos de 2009 hubo 31 peatones y 23 motociclistas; unos y otros suman el 70
por ciento de las víctimas fatales y conforman el grupo más vulnerable. El resto incluye a 20
automovilistas, un ciclista y dos casos cuya condición no se informó.
El documento concluye advirtiendo que peatones y motociclistas debieran ser los
principales destinatarios de las políticas de prevención en seguridad vial.

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bajo la lupa
Detener para identificar
EL OLFATO NO ALCANZA
La Ley Orgánica de la Policía Federal (LOPF) permite demorar en una seccional a un vecino para
identificarlo si carece de documentos y circunstancias debidamente fundadas hacen presumir que
cometió o puede cometer delito. De ser así, el personal actuante debe notificar al juez de turno e
identificarlo en no más de 10 horas. Mientras, el vecino estará aislado de otros detenidos y podrá
comunicarse con un familiar. Si ello se incumple, las detenciones devienen en arbitrarias e ilegales.
01 /05/2009. Pasadas las 21, un móvil de la seccional 4º al mando del
subinspector VJ recibió un alerta del Comando Radioeléctrico:
Frente a una vivienda de Estados Unidos al 1300 -decía-, tres
jóvenes consumen estupefacientes y alcohol, y provocan
incidencias. Ya en el lugar, VJ presumió -vaya a saberse por qué-
que los causantes podrían haber cometido el delito de hurto. Como
no tenían documentos, los detuvo para identificarlos.
Entre las 23.50 y las 6.35, el trío fue recuperando la libertad; pero recién 5 días
después el titular de la seccional comunicó el hecho al juez Luis Schelgel;
aunque no adjuntó -como debía- las Actas de Detención para Identificar.
Ofuscado por la tardanza y la omisión, Schelgel reclamó las actas faltantes.
Cuando le llegaron, las leyó y recordó que la ley reprime al que usare
estupefacientes con ostentación y trascendencia al público. ¿Habían hecho
eso los detenidos? De la documentación no surgían indicios; tampoco
constaba que los jóvenes hubiesen recibido atención médica en orden a una
posible intoxicación; menos aún que se les secuestrara droga o alcohol.
Al absurdo supuesto de que podrían haber hurtado, el juez ni siquiera lo
consideró. En cambio, promovió acción penal contra VJ por incumplir con los
deberes de funcionario público cuando demoró a los pibes sin que mediaran
circunstancias debidamente fundadas. Además, notificó el hecho a la
Defensoría del Pueblo, organismo que inició la actuación correspondiente.
14-01-2010. No tengo documento, dijo CS a los policías que se lo pidieron
al salir de la galería de Once donde habían reparado su celular.
Sin más, los uniformados revisaron sus cosas hasta encontrar el aparato
recién compuesto. Es robado, dijo uno confiando en su olfato policial.
Portación de Rostro
En 1902, el italiano Cesare Lombroso aseguró que la delincuencia era un
mandato genético y que quienes la ejercían tenían frente estrecha, mandíbula
inferior prominente, pómulos salientes, orejas grandes y deformadas.
Aunque hoy refutada, la teoría lombrosiana parece tener seguidores en las filas
policiales. Claro que ya no ponen su mira en los prototipos del italiano, sino en
esos morochos tan parecidos al habilidoso Carlitos Tevez. A los
neolombrosianos, se les sugiere escuchar los elocuentes versos que la Mona
Jiménez pone en boca de una joven víctima de la discriminación policial
cuando canta: Yo no tengo la culpa/de tener este rostro/ porque es una obra/
de mamá y de papa./ Piel oscura por fuera/pero blanco por dentro/ soy muy
pobre y humilde/ vivo con dignidad.
Aunque CS repetía el celu es mío, los de azul lo llevaron a la seccional 7º.
Allí, lo alojaron en un calabozo junto a 11 presuntos arrebatadores. A pesar
de sus reclamos, la policía se negó a que llamara a un familiar y CS debió
aguardar 10 horas hasta que, a las 4:30, le dijeron: Puede irse.
Ya libre, el hombre narró lo ocurrido en la oficina de Seguridad Urbana de la
Defensoría a cargo del doctor Ricardo Dios, quien trasladó la denuncia a la
Superintendencia de Seguridad Metropolitana de la Federal, que al
responder no expuso las circunstancias debidamente fundadas que
motivaron la detención ni explicó por qué se le impidió telefonear.
Sobre la estadía de CS en el calabozo, la Superintendencia eludió el tema
con un eufemismo; dijo que lo alojaron dentro del ámbito legal en el asiento
de la Dependencia y que el causante permaneció en el lugar entre las 19:45
y las 04:40; es decir, casi 9 horas.
Relatos similares a éstos podrían hacer muchos de los 340 detenidos para
identificar que en julio de 2008 fueron reportados en sólo 3 de los 14
juzgados correccionales de la Ciudad, según detectó el Centro de Estudios
Legales y Sociales (CELS).
Mayormente, se trataba de varones (77%), migrantes de Latinoamérica
(67%) y jóvenes de entre 18 y 29 años (48%). No entran en la cuenta los
menores de 18 que -no pudiendo ser detenidos para identificar- se los
arresta por resistir a la autoridad, mendigar y hasta por estar alejados de la
vista de sus padres.
Sobre esta rutina policial, las antropólogas Sofía Tiscornia, Lucía Eilbaum y
Vanina Lekerman sostienen que las circunstancias debidamente fundadas
no sólo parecen sujetas al citado olfato policial, sino también a demandas de
los medios o de sectores que exigen vigilar y neutralizar a grupos de
inmigrantes, jóvenes o prostitutas.
Tal como le ocurrió Schelgel, los magistrados no suelen enterarse en tiempo y
forma de las detenciones que promedian, según el CELS, casi 8 horas. Y
aunque el límite de 10 horas para identificar a un vecino fue un logro ante las
24 que regían hasta que en 1991 se sancionó la ley 23.950, los avances
tecnológicos habidos desde entonces permitirían reducirlas sustancialmente
para morigerar el tormento del detenido y evitar que la policía malgaste su
tiempo en tareas no siempre vinculadas con la seguridad.
Esta y otras consideraciones constan en las recomendaciones que en mayo
último la Defensoría hizo al Jefe de la Policía Federal, Comisario General
Néstor Vallecca, para evitar detenciones indebidas.
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C uidado al cruzar la calle, mirá para los dos lados o no vayas en bicicleta a
esa velocidad son frases que se han incorporado definitivamente al
repertorio de consejos de los padres preocupados por la seguridad de
sus hijos. Los adultos responsables suelen extremar los recaudos cuando
El acogedor ámbito hogareño alberga, a veces,
peligros insospechados. Una deficiente conexión
eléctrica, la mala combustión de un calefón, el
los más pequeños trasponen el umbral de su casa, pero las precauciones inadecuado ordenamiento de los muebles, un piso
no son tantas cuando se realizan actividades en el ámbito hogareño, tal resbaladizo o medicamentos al alcance de la mano
vez porque se supone que en el cálido y acogedor ambiente familiar se está
siempre a salvo de contrariedades o accidentes.
de los chicos pueden ocasionar accidentes
evitables. Hasta la edad de cinco años, ellos no son
Nada más lejano de la realidad. En la cocina, el baño, el living, el dormitorio,
el patio, la terraza, el balcón y hasta en el ascensor del edificio de conscientes de los riesgos a los que se exponen y
departamentos acechan los más variados peligros. los adultos tienen la responsabilidad de procurar la
Es frecuente, por ejemplo, que las alacenas o armarios de la cocina protección adecuada, para lo cual resulta
contengan productos potencialmente tóxicos, que la llave de paso del gas indispensable instalar disyuntores en las viviendas
permanezca abierta, que los enchufes de los electrodomésticos estén al para que se corte automáticamente la corriente
alcance de los pibes o que se utilicen las hornallas caseras con el asa de los
eléctrica ante cualquier inconveniente y que los
recipientes hacia adelante, con el consecuente riesgo de que produzcan
quemaduras que pueden llegar a ser graves. balcones y terrazas cuenten con rejas protectoras
Algunos baños tienen mecanismos de cierre desde adentro -llaves o pestillos-
para impedir que un descuido fortuito desencadene
que propician que los chicos queden encerrados y en otros casos el calefón -que una tragedia. Pero lo más importante es que los
posiblemente tenga mala combustión- está instalado allí. También es habitual padres se constituyan en un ejemplo permanente
que se bañen sin la supervisión de los mayores, lo cual los expone a quemaduras en materia de seguridad. La campaña de la
por exceso en la temperatura del agua o a resbalones en la bañadera.
Defensoría del Pueblo.
Estas y muchas otras recomendaciones están contenidas en el Manual de
Prevención de Accidentes elaborado por la Sociedad Argentina de Pediatría.
Carlos Nasta, presidente de la subcomisión que se ocupa del tema en esa
institución, fue uno de los coordinadores de la tarea en la que comenzó a Accidentes domésticos
interesarse hace más de 15 años y cree que uno de los factores que
complican el abordaje de la problemática es la carencia de estadísticas,

Un tema
fundada -entre otras causas- en que, salvo que se trate de accidentes graves
o mortales -electrocuciones, intoxicaciones, desmoronamientos-, no suelen
formularse denuncias. Afortunadamente, subraya, la mayoría son de carácter
leve y están estrechamente vinculados con el tipo de vivienda.
Es el caso de los contratiempos generados por pisos encerados, plastificados o
con desniveles que no están claramente marcados en los livings y comedores, y
que generalmente derivan en caídas traumáticas. Al mismo tiempo, las lámparas
con cables largos, los prolongadores, los enchufes de pared sin tapas o las
llamadas zapatillas pueden ocasionar sustos que podrían ahorrarse. Hay que
controlar, asimismo, que los más chiquitos no manejen pesados televisores que
pueden caérseles encima y producirles lesiones.
Hasta los manteles o cubremesas, traccionados involuntariamente, se
convierten -en ocasiones- en elementos peligrosos, y los aparatos de control
remoto que contienen diminutas pilas mutan muchas veces en monstruos
amenazantes para los más chicos, que pueden ponérselas en la boca e ingerir
los elementos tóxicos que contienen o ahogarse al tragarlas.
Nasta sostiene que, en general, ni las casas ni los muebles están construidos
pensando en la seguridad de los pibes. Muchas veces la cocina, que
estadísticamente es el espacio más riesgoso, se transforma en el lugar donde
juegan, realizan sus tareas escolares o reciben a sus amigos, con lo cual hace
las veces de una sala de estar repleta de elementos peligrosos -líquidos
calientes, horno, cuchillos- y algo parecido sucede con el baño que se
transforma a menudo en un sitio de recreación. Al respecto, añade, debe
tomarse en consideración que los más chicos tienen noción del peligro entre
los 4 y los 5 años. Recién entonces adquieren conocimientos que les permiten
comprender que esos agujeritos que están en la pared se llaman enchufe y
que por ellos circula corriente eléctrica. Mientras carecen de esa noción, NO JUGAR CON LA VIDA
dependen absolutamente de los adultos para no accidentarse.
Que tus chicos puedan jugar sin poner su vida en juego es el eslogan que
Consecuentemente, es preciso impedir que el dormitorio, territorio del propone la campaña de difusión lanzada por la Defensoría del Pueblo de
descanso y la meditación, transforme el sueño en pesadilla y para ello se la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en ocasión del Día del Niño y que
impone que los placares o roperos no tengan llave con el fin de que los chicos tiene como objetivo prevenir y crear conciencia en los adultos acerca de los
no queden encerrados, que la cuna del bebé esté montada sobre patas modos de evitar accidentes domésticos. Para ello, y sin costo alguno para
firmes, sin ruedas, que disponga de una baranda de 60 centímetros como la institución, se editaron postales y afiches que se proponen llamar la
mínimo y un colchón no muy blando ocupando todo el rectángulo de madera. atención acerca de determinadas acciones que se realizan en el seno del
hogar y que pueden determinar serios riesgos para la vida de los más
Otros lugares de la casa que favorecen los accidentes son los patios y
pequeños. Cinco cadenas de jugueterías: Apio Verde, City Kids, Giro
jardines. La irregularidad del piso, las baldosas rotas y el césped crecido
Didáctico y Tío Mario y las librerías Yenny El Ateneo colaboraron con la
originan caídas que por lo general producen contusiones o fracturas. Además
iniciativa, mediante la entrega gratuita de las tarjetas alusivas a quienes
los baldes, palanganas y piletas inflables instaladas en ellos plantean el riesgo concurrieron a efectuar sus compras en las respectivas sucursales. Los
de inmersiones prolongadas que pueden ocasionar la muerte. afiches están siendo distribuidos también en hospitales, defensorías de
Asimismo, deben extremarse los cuidados cuando existen escaleras con niñas y niños, centros de acción familiar y de desarrollo infantil, casas del
curvas pronunciadas o con escalones en abanico, los insecticidas o niño y el adolescente, juegotecas, dependencias de la Dirección General de
plaguicidas tienen que estar fuera del alcance de los más pequeños y las Niñez y Adolescencia, jardines de infantes y escuelas primarias de la
herramientas, guardadas bajo llave. Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

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nota de tapa
Zona de riesgo
sólo para adultos
El uso de los ascensores es otra fuente de problemas. Los menores deben
viajar siempre en la cabina con un adulto y no apoyarse nunca en las puertas.
En el caso de que tengan puertas-tijera conviene extremar las precauciones
con el fin de evitar lesiones de manos, brazos, pies y cara.
Pero los peligros acechan en toda la extensión de la vivienda si no se poseen
disyuntores o llaves térmicas y las conexiones a tierra que correspondan. Hay
quienes piensan que los tapones protegen a las personas, cuando sólo lo
hacen con los artefactos domésticos. Huelga señalar el riesgo que supone la
existencia de armas de fuego o armas blancas en los hogares.
Según Nasta, se impone destacar que el ahogamiento es la segunda causa de
muerte en accidentes en menores de 15 años, algo que suele ser ignorado por
NUESTRA RESPONSABILIDAD
Por Vivian Bokser (*)
Los pediatras somos responsables de transmitir conocimiento y de
asegurarnos de que las indicaciones sean perfectamente comprendidas. Es
cierto que existen dificultades objetivas debido a que los tiempos de atención
son cortos y la mayoría de las consultas están vinculadas con cuadros
agudos, circunstancia que limita la posibilidad de ocuparse de cuestiones
aparentemente menores que, sin embargo, revisten singular importancia. Tal
el caso de los accidentes domésticos.
Se debe tener en cuenta, por ejemplo, que muchos padres trabajan en sus
casas y los elementos que utilizan para realizar esas tareas -líquidos,
solventes, pinturas- pueden promover accidentes, sobre todo cuando los
chicos no cuentan con condiciones habitacionales adecuadas o quedan al
cuidado de personas que no están preparadas para protegerlos con
idoneidad. Si bien la mayor parte no son mortales, sí se convierten en causa
de discapacidad. Se impone, entonces, articular la observación permanente
con el sentido común.
(*) Pediatra de Consultorios Externos y miembro de la División de
Promoción y Protección del Hospital de Niños "Pedro de Elizalde".
los medios de comunicación y que se ha potenciado con el auge de los
deportes acuáticos. Y aquí cabe una digresión, no se trata de demonizarlos,
simplemente de que no se adelanten los tiempos, porque los chicos, para
hacer ese tipo de actividades, tienen que tener coordinación muscular, fuerza
muscular, un grado de criterio y de autocrítica suficiente y no siempre los
adres reparan en eso.
Sucede con demasiada frecuencia que un pibe se ahogue en un club privado
por el momentáneo descuido de quienes están a cargo del control, o que en
el silencio de la siesta se sumerja en la pileta de una quinta. Una vez que tragó
agua, ya no puede gritar. Son casos que, por motivos humanamente
comprensibles, la familia no tiene ningún interés en difundir.
Al referirse a la escasez y falta de continuidad de las campañas de difusión,
Nasta resalta que, salvo las que llevan a cabo algunas ONG y la propia SAP,
sólo ha habido algunos efímeros intentos de los gobiernos nacionales que se
sucedieron desde 1983, luego de la restauración de la democracia. Se
comienza con mucho entusiasmo, pero luego todo se diluye, precisa, y
agrega: La educación es sumamente importante, tanto como el ejemplo,
porque los chicos copian lo bueno y lo malo: la forma de encarar la higiene, la
actividad física, el modo de abrigarse, el manejo de los elementos eléctricos y
los medicamentos. En el seno de una familia cuidadosa se incorporan hábitos
-como el uso del cinturón de seguridad en los automóviles- que permiten
evitar tragedias.
No obstante, completa, todavía no ha sido posible neutralizar la tendencia a
minimizar el tema. Las quemaduras, contusiones, intoxicaciones, golpes, a lo
sumo quedan registrados en el libro de un hospital o una clínica y su
trascendencia se restringe al ámbito doméstico. No existe interés alguno en
informar y los médicos tampoco colaboran mucho en este sentido.
Nasta es terminante: La mejor manera de prevenir es que los menores de cuatro
años estén siempre sujetos a la supervisión de un adulto que, además, debe tener
la suficiente aptitud física como para contenerlos. Esto significa que un abuelo
de 80 años o un pre-adolescente de 12, por mejor buena voluntad que expresen,
son sólo relativamente responsables de la seguridad del pequeño. Por lo demás,
los mayores deben ser ejemplo permanente y la escuela está obligada a cumplir
acabadamente con su función educativa.
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Diagnósticos. La Defensoría lanzó
el cuarto volumen de Diagnósticos,
su colección de fascículos ilustrados
dedicados a calidad de vida, democracia y
libertades, sistema de justicia, grupos
vulnerables y derechos difusos. El número
4 aborda al derecho a la educación.
city tour
Hoy como ayer
porteñísimas
MITOS URBANOS
D esde los tiempos viejos, una ley no escrita prohíbe las discusiones
políticas en La Media Caña. La veda la impuso un antiguo patrón en
épocas en que las trifulcas entre perucas y contreras eran moneda
corriente y luego que dos antagonistas fueran hospitalizados, víctimas
de las botellas que volaban por el espacio aéreo del bar de Colegiales.
Claro que las prohibiciones sirven para ser violadas; por eso, de tanto
en tanto, se produce alguna escaramuza doctrinaria como la que noches
pasadas sostuvo Lito Conde con el Peluche Maidana. Originada en un casi
intrascendente tema de actualidad, la disputa verbal se fue encaminando
hacia el pasado y estaba a punto de llegar al momento en que French y
Berutti repartían cintas promotoras de la Patria, cuando Lito intentó acabar
con el asunto apelando a un contundente: El pueblo nunca se equivoca.
Lo dijo en el instante mismo en que Cacho Buonannotte ingresaba al despacho
de bebidas y atrapaba al vuelo la sentencia esgrimida por el viejo Lito.
-No crea, mi amigo. El pueblo se equivoca a menudo.
-¿Cuándo vio usted que un pueblo se equivocara?- preguntó desafiante Lito.
- Sin ir más lejos, cuando venía para acá y me crucé con dos vecinos que
aseguraban que comer sandía y tomar vino provoca la muerte…
-Por supuesto -dijo Lito- ¿Acaso no lo sabía?
-¿Ve? Ahí tiene: un hombre hecho y derecho como usted creyendo en esas
pavadas…
-No son pavadas, Cacho, interrumpió Mirandita. Un día del verano pasado
llegué a casa y encontré a mi hermano mayor tirado en un sofá. Estaba
inconsciente, había vomitado y se había hecho pis encima. En la cocina
www.defensoria.org.ar
El sitio
de la
Defensoría www.ciudadyderechos.org.ar
del Pueblo El Portal de Garantías de la Defensoría del Pueblo
6|
Con los pibes no. Para promover un
código de conducta que proteja a niños,
niñas y adolescentes en viajes turísticos, la
Defensoría del Turista elaboró una postal
donde se advierte que en el país el comercio
sexual y la explotación laboral infantil se
castigan con prisión de hasta 15 años.
ESQUINA DE ELEGANTES
E n 1925 el arquitecto Pablo Scolpini inauguró la casa de rentas
ubicada en Piedras e Hipólito Yrigoyen, cuya planta baja ocuparía la
hoy tradicional sastrería Rocha Casimires. Durante décadas, el
negocio fue regenteado por don Boris Furman, experto en el arte de
la aguja, constructor del cable carril de Cerro Catedral y fundador de
panaderías populares que abastecían sin cargo a los humildes.
Furman murió nonagenario en 2007, pero su sastrería lo sobrevive. Visitarla
es como viajar al pasado; no sólo porque resguarda sus escaparates y el
mobiliario inicial, sino porque sus vendedores siguen tratando de usted al
cliente mientras, a la usanza del tiempo viejo, recorren el local de Piedras
99 con el centímetro al cuello y la tiza en el bolsillo, dos utensilios
indispensables para confeccionar trajes a medida.
Estos atributo hicieron que en 2009 el Museo de la Ciudad reconociera al
de Rocha Casimires como uno de los locales y edificios porteños que
mantienen sus características originales y expresan la memoria de
distintas épocas.
había restos de dos sandías y un par de tetrabriks vacíos; si no se murió fue
de casualidad.
-Su hermano -replicó Cacho- no estaba inconsciente sino que dormía la
mona; si vomitó, fue por la indigestión que se pesca cualquier fulano al
morfarse dos sandías enteras y lo del pis se explica porque se le había
llenado la vejiga con la enorme cantidad de agua que hay en cada sandía.
- Entonces. ¿la mezcla de sandía con vino no hace nada?- preguntó el Peluche.
- Sí que hace; a cierta temperatura produce una sustancia que dilata los
vasos sanguíneos y favorece la circulación. Por eso, hay quienes comparan
sus efectos con los del viagra.
Cacho miró al veterano Lito y adivinó en su gesto la intención de salir a
comprar sandías y una damajuana de tinto.
-¡Ojo, compañero! No tome tan en serio la similitud con el viagra. Por ahora
es una hipótesis que la ciencia aún debe demostrar. Pero lo cierto es que la
mezcla no mata a nadie.
- Entonces, ¿por qué todos creemos que es así? -quise saber el Peluche.
-Porque es uno de los tantos mitos urbanos que se imponen; aunque no tan
riesgosos como el que perdura entre las pibitas que creen que la primera vez
no van a quedar preñadas o que el embarazo se evita embadurnándose el
cuerpo con Coca-Cola…
-Hablando de esas cosas -se sinceró Mirandita-, a mí lo que me da
resultado es tomarme una aspirina con Coca-Cola.
-No joda, Mirandita. Yo a usted lo conozco bien y sé que le alcanza un tecito de
manzanilla para ponerse a mil…- remató el sabihondo de Colegiales.
La Defensoría llega al barrio
Parque Patricios-Pompeya: Colegiales:
Guaraní 242. 4912-9892 / 0578 Delgado 771. 4552-6054
Villa Luro y Mataderos:
Zelada 4655. 4683-5091
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Observatorio. Alicia Pierini presentó Asignación Universal. La Defensoría

en el Colegio Público de Abogados la realizó gestiones ante la ANSES y el
Unidad de Observación de la Vigencia del Ministerio de Desarrollo Social de la Ciudad
Derecho Supranacional que monitoreará el para agilizar el proceso de incorporación a la
cumplimiento en la Ciudad de las convenciones Asignación Universal por Hijo de familias a
y tratados internacionales contra la esclavitud, las que se les negó la certificación de baja
la tortura y la trata de personas. de los programas alimentarios locales.

defensoría en acción

Derecho por derecho La Iniciativa

PONER LAS COSAS EN CLARO PROBÁ CON UN CLICK

C on el loable objetivo de proteger el medio ambiente, varias empresas ofrecen la

alternativa de facturar sus servicios por Internet. ¿Qué relación hay entre una cosa y
otra? Según explican, esa vía reduce la demanda de papel que se fabrica con la
celulosa que se obtiene de los árboles que capturan al dióxido de carbono que
L os conflictos, se sabe, son parte de la vida. Por ello, hay
contribuye al efecto invernadero que favorece el calentamiento global. Dicho de
manera más sencilla: a menor consumo de papel, mejor calidad de vida.
Hasta aquí, todo bien; pero el diablo metió la cola y convirtió al altruista propósito ambiental
en fuente de nuevos ingresos empresarios.
Algo así ocurrió en julio de 2009, cuando la compañía de telefonía celular CLARO ofreció a
sus abonados la posibilidad de acceder a facturas electrónicas, advirtiéndoles que de
requerir el envío de la tradicional factura impresa al domicilio deberían abonar un cargo
adicional de 5 pesos por cada una.
La propuesta de CLARO no sólo violaba derechos consagrados por la Constitución
Nacional y por la de la Ciudad, sino que infringía el artículo 4º de la Ley de Defensa del
Consumidor, el cual obliga a la empresa a suministrar a sus usuarios en forma gratuita,
cierta, clara y detallada la información relacionada con las características del servicio que
provee; entre ello, las facturas que se emitan en cualquier tipo de soporte.
Ante esta irregularidad, la Defensora del Pueblo Alicia Pierini se dirigió al Director General
de Defensa y Protección al Consumidor del Gobierno porteño para solicitarle, entre otras
cosas, que ordenara a CLARO abstenerse de aplicar cargos dinerarios por la emisión de
facturas impresas o cualquier otra medida que arancelase la información a los usuarios.
La presentación de Pierini derivó en un trabajoso trámite que llevó adelante el Área de
Derechos de Consumidores, Usuarios y Administrados de la Defensoría -a cargo del
doctor Norberto Darcy-, que no sólo logró que la empresa desistiese de cobrar los
cuestionados 5 pesos a partir del mes de julio de este año, sino también que se
comprometiera a descontar en sus futuras facturaciones los cobros percibidos
indebidamente durante más de un año. En tanto, para quienes en ese lapso dejaron de ser
abonados a los servicios de CLARO, se acordó que podrán recuperar lo pagado a través
de los locales que conforman la red de Pago Fácil.
tantos abogados que asisten en cuestiones litigiosas y
psicoanalistas que ayudan a transitar con mayor o
menor éxito por tortuosos laberintos interiores.
Hay, además, conflictos de menor cuantía que le amargan la
existencia a la gente hasta que surge un tercero neutral
proponiendo posibles soluciones. A eso se dedica el Centro
de Arbitraje de la Defensoría del Pueblo, una dependencia que
deshace entuertos con más eficiencia que la exhibida hace ya
cinco siglos por el bueno de Don Quijote. Con ese cometido y
a pedido de un interesado, el Centro "arbitra en conflictos que
el usuario suele tener con sus proveedores de medicina
prepaga, Internet, telefonía, TV por cable o que le surgen tras
comprar un electrodoméstico, una prenda de vestir u otro
artículo", describe su responsable, el doctor Gustavo Murano.
Los vecinos también acuden a él cuando afrontan esos
típicos problemas de consorcio como los ruidos molestos o
ante una variedad de trastornos que se hallan enumerados
en www.defensoria.org.ar.
Para difundir la tarea de su Centro, la Defensoría comenzó a
valerse de los enlaces patrocinados de Google -el buscador
de Internet-, esos avisitos que aparecen junto a los resultados
de la exploración si el usuario ingresa expresiones como
defensa del consumidor u otras similares. Gracias a este
recurso, durante julio fueron 416 los internautas que luego de
clickear en los avisos se enteraron de la tarea del Centro o le
plantearon sus denuncias, que mayoritariamente tienen
rápida solución.

Centro de Protección de Datos Personales

Formación y
Mediación y arbitraje
Podemos resolver tus conflictos
capacitación
institucional
mediacion@defensoria.org.ar
arbitraje@defensoria.org.ar
www.cpdp.gov.ar www.cefi.org.ar
Defensoría del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires | 7
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Defensoría del Pueblo de la Ciudad
Dra. Alicia B. Pierini, Defensora del Pueblo de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Adjuntos: Arq. Atilio Alimena, Sr. José Palmiotti,
Sr. Gerardo Gómez Coronado, Dr. Andrés Elisseche,
Prof. Graciela Muñiz.
mano a mano
María Beatriz Arévalo, historiadora
EL AMOR EN EL CENTENARIO
Criada en San Telmo, Monserrat es su barrio del corazón. Estudió
Derecho; pero en una fiesta con amigos, alguien le habló de la
Historia del Arte y a ella le picó la curiosidad. Entonces, le dijo chau
a la abogacía y se dedicó a esa atrapante disciplina. En 2000
ingresó a la Academia de Historia de la Ciudad de Buenos Aires.
Tres años después, cuando la institución organizaba el ciclo de
charlas Buenos Aires, cien años atrás que se desarrollaría en la
bodega del Tortoni, Arévalo anotaba los diversos temas a abordar.
Con la lista casi cerrada, se le ocurrió aventurar: ¿Y el amor? Sus
compañeros de la Academia la miraron y le dijeron: Bueno, de eso
encárgate vos. Aceptó el desafío y el resultado fue el trabajo
titulado Los ritos del amor en Buenos Aires en los primeros años
del siglo XX.
es una publicación propiedad de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que contiene material de divulgación que expresa periodísticamente las problemáticas que aborda
la institución. Su contenido no constituye documentación oficial del organismo. Está autorizada la reproducción de sus notas, rogándose mencionar la fuente. Informes: Sede Central, Venezuela 842 / 824. Sede
San José, Guaraní 242. Sede Colegiales, Delgado 771. Sede Villa Luro - Mataderos, Zelada 4655. Defensoría del Turista, Avda. Pedro de Mendoza 1835 y Defensa 1250. Contacto: lajusta@defensoria.org.ar.
8| Teléfono: 4338-4900. Registro de la Propiedad Intelectual: En trámite. Impresión: Editorial Perfil, California 2715, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Tirada: 90.000 ejemplares.
Protege m o s D
er STAFF
ec
ho s
Dirección General: Alicia B. Pierini.
Periódico de la Defensoría del Pueblo
Dirección Periodística: Pablo G. Fernández. Redacción: Hernán Pajoni
y Paula Brunetti. Diseño: Rony Smirnoff. Fotografía: Valeria Niccolini y
Julieta Panebianco. Promoción: Defensoría Móvil y Alicia Korecky.
| NÚMERO 20 | SEPTIEMBRE 2010 Colaboraron en este número: Silvana Ferrary y Carolina Zocca.
En la Buenos Aires de 1904 sólo había dos mujeres en edad de merecer por cada tres
varones en igual situación. Ante esa escasez femenina, ¿dónde se conseguía novia?
E
n casas de familias amigas. De allí que ser un muchacho o una chica de familia era
una buena tarjeta de presentación, porque significaba que se provenía de cuna
conocida. Otro ámbito propicio era la Iglesia Católica, que fue una buena tejedora de
relaciones sociales entabladas tras una misa, durante las novenas y festividades y
aún en las kermeses parroquiales. También había oportunidades en las fiestas de
colectividades extranjeras o, de modo más azaroso, durante el carnaval.
Hablando de extranjeros, era habitual que los inmigrantes varones mandaran a buscar
a la novia que había quedado en Europa…
Sí, porque formar familia con una paisana facilitaba la adaptación a un medio social,
económica y culturalmente extraño. Esa conducta la repiten hoy muchos argentinos que
emigran; sobre todo si se radican en países ajenos a la latinidad.
¿Cuáles eran las técnicas de seducción más habituales?
En una sociedad patriarcal, lo lógico era que el varón avanzase mostrando su interés con
homenajes hacia la mujer de sus sueños que incluían el halago verbal, regalos o
invitaciones. Por su parte, la mujer podía incentivar las expectativas del hombre con gestos
acordes a su ámbito familiar y social.
Y si la seducción triunfaba…
Bueno, entonces comenzaba un proceso con distintas etapas. Primero, el varón debía
conseguir que la familia de ella lo aceptara como amigo y le permitiera visitarla. Si la afinidad
crecía, llegaba el momento del pedido de mano y luego venía el compromiso que evidenciaba
una actitud responsable ante el proyecto matrimonial y se festejaba con familiares y amigos.
Recién ahí comenzaba el noviazgo propiamente dicho. Cada una de estas etapas estaba
rigurosamente reglada en los libros de urbanidad que se leían por entonces.
Esos códigos, ¿eran comunes en todas las clases sociales?
A comienzos del siglo XX, la población predominante en Buenos Aires tenía raíces europeas
y costumbres afirmadas durante siglos; por lo tanto, en las diferentes clases existían
códigos comunes de comportamiento que las hacían actuar de manera parecida.
El tango Aquella Reina del Plata evoca un tiempo en el que se hacía el amor con
serenatas, un sutil modo de aludir a la ausencia del sexo en las relaciones amorosas…
Así era y así fue hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX. La mujer debía llegar
virgen al matrimonio, condición que no se les exigía a los novios porque ellos -se decía-
necesitaban. Confieso que a mis quince años y educada en un colegio de monjas, no
entendía qué era lo que los hombres necesitaban, y era muy difícil que un adulto nos lo
explicara. Sí se enseñaba que la unión sexual era un propósito a lograr por toda mujer
decente dentro de una relación reconocida por el Estado y la religión: el matrimonio.
Al formalizarse el matrimonio, se deseaba que los contrayentes fueran felices y
comiesen perdices, ¿qué significaba eso?
Para explicarlo, hay que recurrir a Iconología, una obra del siglo XVI en la que Césare Ripa
describía las imágenes de modo razonado y que los artistas consultaban antes de intentar
cualquier alegoría. Para él, la lujuria se representaba con una joven semidesnuda que
acariciaba a una perdiz. Eso era así porque se decía que cuando la perdiz macho buscaba
el coito no respetaba el período de incubación de la hembra. En consecuencia, el momento
adecuado para comer perdices llegaba tras la consagración matrimonial que permitía a la
pareja explayar su sexualidad.
¿Y si las perdices resultaban indigestas y la felicidad esquiva?
Bueno, se estaba en un problema; porque la disolución matrimonial exigía recurrir a figuras
penales muy duras como la de sevicias graves, que implicaban demostrar la crueldad del
cónyuge. Por otra parte, la dependencia económica de la mujer y la hipocresía social
contribuían a disimular las desavenencias conyugales.