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Cómo no debe jugarse al ajedrez

TENED CONFIANZA Examinemos el diagrama Nº


7. Después que las blancas han ju-
Abramos aquí un paréntesis. gado 8.e4, las negras deben parar
Si, en la posición dada, preferimos la amenaza e5. Es fácil: 8. ... dxe4.
el desarrollo del alfil dama a g5, Pero, después de esta captura, ¿será
debemos reconocer que muchos posible el avance del peón e6?
jugadores tienen poca confian- Veamos la continuación: 9.¤xe4
za en sí mismos y que tiemblan al ¤xe4 10.¥xe4 e5 11.dxe5 ¤xe5
ver que su adversario se apodera 12.¤xe5 ¥xe5 13.¥xh7+ ¢xh7
de una gran diagonal con un alfil. 14.£h5+ seguido de 15.£xe5, ga-
¡Amenaza sobre el peón b y mate nando un peón.
inminente! Entonces, ¿por qué no Hay que buscar, pues, otra de-
habéis hecho lo mismo, apoderán- fensa. Si no hay nada mejor para
doos de esa misma diagonal en vez impedir la perdida de una pieza,
de haber preferido el desarrollo del que contrariar el desarrollo del al-
alfil por medio de e4? Si habéis re- fil dama, hay que admitir que se
flexionado bien, ¿por qué suponer ha cometido alguna falta anterior-
que os habéis equivocado y no que mente. Antes de llegar a esa conclu-
lo ha hecho el adversario? Ese espí- sión, sin embargo, veamos si existe
ritu de fracaso no será nunca bas- una defensa que no obstaculice el
tante condenado. La confianza en desarrollo del alfil dama.
sí mismo es una de las condiciones Nuestro ejemplo ha mostrado
indispensables para vencer. Sin ella, claramente la ventaja de la salida y
estáis condenados a la derrota. la importancia del tiempo ganado.
Los dos adversarios deciden, El adelanto sobre el adversario tie-
pues, desarrollar sus alfiles damas, ne por consecuencia trabarlo en sus
avanzando sus peones e. Notad que movimientos. Pero veis también
las reflexiones que nos han llevado que, por encima de las amenazas
a esta conclusión pueden ser he- inmediatas, planea siempre la idea
chas mientras se espera la jugada general de la posición, cualquiera
del adversario, sin ninguna pérdida que sea. En este caso, es el desa-
de tiempo. Ellas no dependen para rrollo del alfil dama lo que domina
nada de la próxima jugada enemi- nuestro juego.
ga, sino que están basadas sobre las
premisas generales de la posición.
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EN LOS AZARES DE LA LUCHA, las piezas amenazadas, perderéis
NO OLVIDÉIS VUESTRA un tiempo que las blancas aprove-
IDEA GENERAL, charan impidiendo, con el avance
VUESTRA LINEA e4, vuestra jugada liberadora e5.
DIRECTRIZ Pero hay un medio de ganar un
tiempo, tomando el peón c4. La re-
¡Cuántas veces hemos visto toma forzada con el alfil pondrá a
que los aficionados olvidan o des- esta pieza en una diagonal menos
precian una idea exacta de lo que ventajosa. En fin, el tiempo ganado
deben hacer, bajo la presión del ad- os permitirá avanzar el peón rey, lo
versario, defendiéndose contra sus que resuelve el problema planteado
múltiples amenazas! Cuando han por la apertura. Vuestro alfil podrá
obtenido un respiro, quieren volver desarrollarse sobre la diagonal c8-
a retomar su plan, pero es demasia- h3.
do tarde. Están perdidos, aun des- Ya veis la importancia que al-
pués de haber rechazado con éxito canza el alfil dama en estos razona-
el ataque. Los errores generales en mientos. Desde el momento en que
las aperturas son los más graves y habéis encontrado que la particu-
no pueden repararse. laridad reside en ese alfil y que el
avance del peón rey asegura su me-
CON LAS NEGRAS, NO OLVI- jor desarrollo, debéis hacer todo lo
DÉIS NUNCA EL DESARROLLO posible para realizar esa idea.
DEL ALFIL DAMA EN LA PEÓN
DAMA, Y EL DESARROLLO NO MODIFIQUÉIS
DEL ALFIL REY EN VUESTRO PLAN
EL RUY LÓPEZ
Orden, contraorden, desorden.
Contra la amenaza e5 debe- En ajedrez, como en la guerra, esa
mos encontrar una defensa que es la peor de las tácticas. El ejemplo
nos permita desarrollar en seguida precedente muestra que, después
nuestro alfil dama por medio de e5. de haber elaborado un plan basado
El avance inmediato de este, haría sobre un análisis serio, es muy im-
perder un peón. Si retiráis una de portante proseguirlo sin desfalle-
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Cómo no debe jugarse al ajedrez
cimientos. ¿Estáis forzado a aban- Diagrama Nº 10
donarlo? Entonces, resignaos. La
necesidad tiene cara de hereje. Pero Negras: Capablanca
una abdicación semejante no debe
hacerse ligeramente, porque ella
significa que vuestro adversario ha
conseguido dominaros. Si el análi-
sis de la posición no prueba vuestra
inferioridad, la inferioridad reside
en la pereza de vuestro espíritu. Lu-
chad, pues, contra semejante desfa-
llecimiento del mismo modo que
lucháis contra el enemigo. Buscad,
hurgad, y encontrareis. En ajedrez,
como en la guerra, es el vencedor Blancas: Nimzowitsch
aquel que es el último en declararse New York, 1927
vencido.
El ejemplo precedente ha sido Las fuerzas de los dos campos
tomado de la apertura. He aquí están bien colocadas: Ningún peón
otro, elegido en el medio juego. débil. Las negras tienen la ventaja
Veamos como un análisis de la po- porque poseen dos jugadas adelan-
sición permite descubrir también tadas y porque dominan el centro.
La característica de la posición es
en esta fase del juego, un plan ge-
que las negras han desarrollado su
neral para continuar la lucha. Los alfil dama mientras que las blan-
ejemplos precedentes eran elemen- cas no lo han movido todavía. Las
tales, con combinaciones casi for- blancas deben ante todo desarro-
zadas. El diagrama Nº 10 presenta llar esa pieza y unir sus torres. En
una posición más complicada, pero cuanto a las torres negras pueden
cuya idea general aparece casi tan ya combatir, combinándose entre
claramente. Un análisis minucio- ellas. Una superioridad semejante
so, pieza por pieza, nos muestra su de tiempo, unida a la superioridad
de espacio, permitirla a las negras
particularidad: la posición distinta
comenzar desde ahora un ataque, si
de los alfiles dama.
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las blancas tienen debilidades en su NO ES EN MEDIO DE LA
posición. Como ese caso no ocurre, BATALLA CUANDO SE
las negras se limitarán a conservar FORMULAN VASTOS
su ventaja retardando tanto como PROYECTOS
puedan el desarrollo del alfil dama
blanco, porque esa ventaja des- ¡Eso es el juego de ajedrez! Un
aparecerá cuando ese desarrollo vasto plan, métodos para realizar-
se haya cumplido. ¿Cómo puede lo, y, en seguida, análisis precisos.
operarse ese desarrollo? Tal es la No es en plena batalla, cuando las
cuestión que las negras deben plan- amenazas surgen de todas partes,
tearse. Y en seguida: ¿cómo contra- cuando podéis libraros a las ideas
riarlo? generales. Es indispensable pensar
La batalla queda trabada así en ellas antes de entrar en las com-
no sobre una jugada aislada, sino plicaciones; por ejemplo, cuando
sobre una idea, sobre una serie de pasáis de la apertura al medio jue-
jugadas. go. Entonces, tranquilamente, ana-
Las blancas no pueden avanzar lizad vuestra posición y elaborad
su peón rey porque ese peón se vol- vuestro plan. Iréis hacia adelante
verá débil y el alfil negro dispondrá firmemente, sin tropiezos.
de una diagonal sobre el rey. No Veamos ahora la realización de
puede jugar otra cosa que b3 y ¥b2, esas dos ideas que se enfrentan.
y eso es lo que debe tratar de retar- 1... £f6
darse, tratar de hacer inejecutable, Esta jugada, que impide b3 no
todo el tiempo que sea posible. Las puede sorprenderos.
negras pondrán sus torres en jue- 2.¥a6 ¥xa6
go y ellas cumplirán la pesada tarea 3.£xa6 ¤b4
del combate decisivo. En cuanto a 4.£e2 ¦fd8
las blancas deberán tratar de desa- He aquí una torre en acción y el
rrollar su alfil a b2, evitando nue- alfil dama no se ha movido todavía.
vas debilidades, y sin conceder al 5.a3 ¤d3
adversario una nueva ganancia de 6.¤e1 ¤xe1
tiempo. Ejemplo del método preconi-
zado por Capablanca, cuya par-
tida seguimos, Nimzowitsch-Ca-
pablanca (Torneo de Nueva York,
1927) eliminar las piezas que no

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contribuyen a la superioridad de la Es lo que hacen las negras en
posición. La ventaja reside aquí en la presente partida. Su superiori-
un alfil y dos torres y esa ventaja se dad reside en las dos torres desa-
hará más clara cuanto menor sea el rrolladas, listas para penetrar en el
número de piezas. Buena táctica, campo enemigo que no ha movido
pero un poco simplista, porque a todavía su alfil dama. Para hacer
menudo ocurre que el material que que esa intrusión sea más eficaz, las
queda no basta para ganar. negras provocan una nueva debili-
7.¦xe1 ¦ac8 dad en el ala del rey. Sin esta nueva
Segunda torre en acción. debilidad, la defensa de las blancas
8.¦b1 ... sería posible porque su posición no
Preparando b4 seguido de ¥b2. está comprometida.
8... £e5 9.g3 £d5
Muy buena jugada. Amenaza: Analicemos una vez más la
¥d6, lo que obliga al adversario a posición. Cada jugador ha hecho
jugar la movida g3, que debilita su siete jugadas, pero el centro sigue
posición. dominado por las negras, que no
pueden, sin embargo, impedir el
NO OS CONTENTÉIS CON desarrollo del alfil dama blanco por
ATACAR UN PUNTO DÉBIL: b4 y ¥b2. Bajo la amenaza de b4, el
CREAD UNO NUEVO alfil rey negro tendrá que retirarse
y ya no habrá cuestión de superio-
Hagamos notar aquí que, en ridad entre un alfil y el otro. Es en
presencia de una debilidad en la la posición de las torres, sobre las
posición adversaria, no basta diri- columnas centrales abiertas, donde
gir el ataque contra esa debilidad, reside ahora la superioridad de las
porque una defensa eficaz podrá negras. Para oponer sus torres mal
ser casi siempre encontrada, con colocadas a las torres adversarias,
igualdad de fuerzas. Es más decisi- las blancas deberán perder tiempo
vo explotar una debilidad obligan- y las negras aprovecharán para ins-
do al adversario a concentrar sus talar sus torres en la séptima línea.
fuerzas para esa defensa, y creando Entonces tendrá importancia la de-
otras debilidades en otro lugar. De bilidad de los peones blancos del
allí derivará una dificultad para ala del rey. Terminado el juego de
defender todas esas debilidades si- los alfiles, empieza el juego de las
multáneamente. torres. En apariencia, hay igualdad

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en las movidas efectuadas, pero Tentativa de contraataque. Era
en realidad, las negras tienen dos mejor quedarse con la dama en la
tiempos de ventaja, por lo menos. primera línea y esperar los acon-
Tal es el resultado del análisis, y tecimientos; pero, entonces, ¿qué
el análisis interior se nos muestra jugar después de f6 seguido de e5?
como un complemento indispen- 14. ... e5
sable del análisis exterior. Hermoso sacrificio para pene-
10.b4 ¥f8 trar en el campo enemigo. La torre
Jugada muy importante. El al- de d8 no desempeña ningún papel.
fil ha terminado su misión; cede su Su valor es nulo, en consecuencia.
lugar a las torres sin obstaculizarlas Dándole la posibilidad de parti-
y cubre al rey contra los jaques que cipar en el ataque, se aumenta su
podrían producirse cuando la octa- fuerza y el ataque cobra nuevo im-
va línea este libre. Por fin, el peón pulso.
g7 se encuentra defendido contra 15.¥xe5 ¦dd2
todo ataque eventual por la gran ¿Veis ahora la importancia de
diagonal que ocupara el alfil dama la jugada 8 de las negras?
blanco. Es malo a veces retirar muy Forzando el avance g3, todas
atrás una pieza adelantada. Pero a las casillas blancas del ala del rey
veces, hay que decidirse a hacerlo. se han vuelto débiles y el alfil no
Aquí tenemos un ejemplo perfecto sirve para socorrerlas, porque la
de buena retirada. única casilla propicia, g3, esta obs-
11.¥b2 £a2 truida. Se nos dirá que Capablanca
Amenaza a5 ganando el peón no pudo prever todo lo que iba a
a3. ocurrir. Es cierto: no podía analizar
12.¦a1 ... todas las variantes, pero tenía su
Aumentan las dificultades para idea de ataque, basada en el análi-
las blancas. Ahora que el alfil dama sis de la posición, ataque que debía
está desarrollado, hay que luchar llevarse con la torre en la séptima
contra la invasión de las torres. línea. De allí la necesidad de redu-
12. ... £b3 cir la capacidad de defensa del alfil
13.¥d4 ... y de debilitar los peones. En medio
Obstruyendo una de las co- de la confusión de variantes, el gran
lumnas abiertas. maestro no ha hecho más que se-
13. ... ¦c2 guir el plan general que había ela-
14.£a6 ... borado.

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