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Cómo no debe jugarse al ajedrez
contribuyen a la superioridad de la Es lo que hacen las negras en
posición. La ventaja reside aquí en la presente partida. Su superiori-
un alfil y dos torres y esa ventaja se dad reside en las dos torres desa-
hará más clara cuanto menor sea el rrolladas, listas para penetrar en el
número de piezas. Buena táctica, campo enemigo que no ha movido
pero un poco simplista, porque a todavía su alfil dama. Para hacer
menudo ocurre que el material que que esa intrusión sea más eficaz, las
queda no basta para ganar. negras provocan una nueva debili-
7.¦xe1 ¦ac8 dad en el ala del rey. Sin esta nueva
Segunda torre en acción. debilidad, la defensa de las blancas
8.¦b1 ... sería posible porque su posición no
Preparando b4 seguido de ¥b2. está comprometida.
8... £e5 9.g3 £d5
Muy buena jugada. Amenaza: Analicemos una vez más la
¥d6, lo que obliga al adversario a posición. Cada jugador ha hecho
jugar la movida g3, que debilita su siete jugadas, pero el centro sigue
posición. dominado por las negras, que no
pueden, sin embargo, impedir el
NO OS CONTENTÉIS CON desarrollo del alfil dama blanco por
ATACAR UN PUNTO DÉBIL: b4 y ¥b2. Bajo la amenaza de b4, el
CREAD UNO NUEVO alfil rey negro tendrá que retirarse
y ya no habrá cuestión de superio-
Hagamos notar aquí que, en ridad entre un alfil y el otro. Es en
presencia de una debilidad en la la posición de las torres, sobre las
posición adversaria, no basta diri- columnas centrales abiertas, donde
gir el ataque contra esa debilidad, reside ahora la superioridad de las
porque una defensa eficaz podrá negras. Para oponer sus torres mal
ser casi siempre encontrada, con colocadas a las torres adversarias,
igualdad de fuerzas. Es más decisi- las blancas deberán perder tiempo
vo explotar una debilidad obligan- y las negras aprovecharán para ins-
do al adversario a concentrar sus talar sus torres en la séptima línea.
fuerzas para esa defensa, y creando Entonces tendrá importancia la de-
otras debilidades en otro lugar. De bilidad de los peones blancos del
allí derivará una dificultad para ala del rey. Terminado el juego de
defender todas esas debilidades si- los alfiles, empieza el juego de las
multáneamente. torres. En apariencia, hay igualdad
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E. Znosko-Borovsky - Prof. J. L. Matamoros
en las movidas efectuadas, pero Tentativa de contraataque. Era
en realidad, las negras tienen dos mejor quedarse con la dama en la
tiempos de ventaja, por lo menos. primera línea y esperar los acon-
Tal es el resultado del análisis, y tecimientos; pero, entonces, ¿qué
el análisis interior se nos muestra jugar después de f6 seguido de e5?
como un complemento indispen- 14. ... e5
sable del análisis exterior. Hermoso sacrificio para pene-
10.b4 ¥f8 trar en el campo enemigo. La torre
Jugada muy importante. El al- de d8 no desempeña ningún papel.
fil ha terminado su misión; cede su Su valor es nulo, en consecuencia.
lugar a las torres sin obstaculizarlas Dándole la posibilidad de parti-
y cubre al rey contra los jaques que cipar en el ataque, se aumenta su
podrían producirse cuando la octa- fuerza y el ataque cobra nuevo im-
va línea este libre. Por fin, el peón pulso.
g7 se encuentra defendido contra 15.¥xe5 ¦dd2
todo ataque eventual por la gran ¿Veis ahora la importancia de
diagonal que ocupara el alfil dama la jugada 8 de las negras?
blanco. Es malo a veces retirar muy Forzando el avance g3, todas
atrás una pieza adelantada. Pero a las casillas blancas del ala del rey
veces, hay que decidirse a hacerlo. se han vuelto débiles y el alfil no
Aquí tenemos un ejemplo perfecto sirve para socorrerlas, porque la
de buena retirada. única casilla propicia, g3, esta obs-
11.¥b2 £a2 truida. Se nos dirá que Capablanca
Amenaza a5 ganando el peón no pudo prever todo lo que iba a
a3. ocurrir. Es cierto: no podía analizar
12.¦a1 ... todas las variantes, pero tenía su
Aumentan las dificultades para idea de ataque, basada en el análi-
las blancas. Ahora que el alfil dama sis de la posición, ataque que debía
está desarrollado, hay que luchar llevarse con la torre en la séptima
contra la invasión de las torres. línea. De allí la necesidad de redu-
12. ... £b3 cir la capacidad de defensa del alfil
13.¥d4 ... y de debilitar los peones. En medio
Obstruyendo una de las co- de la confusión de variantes, el gran
lumnas abiertas. maestro no ha hecho más que se-
13. ... ¦c2 guir el plan general que había ela-
14.£a6 ... borado.
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