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¡Resucitados!
Tiempo de Adoración

Que alaben su nombre con danzas; que le canten salmos al son de la lira y el pandero. Porque el Señor se
complace en su pueblo; a los humildes concede el honor de la victoria. Que se alegren los fieles por su triunfo;
que aun en sus camas griten de júbilo. Salmos 149:3-5 (NVI)

Punto de Partida

¿Te has puesto a pensar acerca de cómo será el cuerpo celestial (glorificado) de un creyente para habitar toda
la eternidad con El Señor? ¿Cómo te imaginas esto? ¿Con qué características?

Lectura
Juan 6:40 (RVR1960)
40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado:
Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga
vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
Filipenses 3:21 (RVR1960)
21 el cual transformará el cuerpo de la humillación
nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la
gloria suya, por el poder con el cual puede también
sujetar a sí mismo todas las cosas.

Para Meditar y Aplicar

Durante la Semana Santa, recordamos cada año el hecho glorioso de que Jesucristo resucitó hace como 2000 años
para ofrecerle salvación a la humanidad. Recordamos que El pagó el precio por nuestros pecados, para que todos aquellos que
creamos en su nombre podamos accesar el reino de los cielos, y para tener la potestad de ser llamados hijos de Dios(Jn. 1:12).

Aspectos Importantes de la Resurrección de Jesucristo (Escucha el mensaje en: visionyrestauracion.com).

Jesucristo fue el primero en resucitar en un cuerpo glorificado, listo para habitar con Dios por toda la eternidad. Este
hecho fue muy diferente a una resurrección en el plano físico o natural solamente. La Biblia nos habla por ejemplo en el Antiguo
Testamento del hijo de la viuda de Sarepta que resucitó (volvió al plano natural, a este mundo) después de que había muerto,
cuando el profeta Elías oró por Él (favor de leer en casa 1 Rey. 17:8-24). Esta resurrección fue muy diferente a la de
Jesucristo. El fue el primero en resucitar de esta manera glorificada, proveyendo esperanza eterna para todos los creyentes en
su nombre (Col. 1:18).

El fundamento de nuestra fe está en creer que Jesucristo fue el enviado de Dios. La fe no es sólo para asuntos personales,
o sólo para peticiones especiales, aunque si las podemos hacer conforme a su voluntad (Jn. 6:28-29, Jn. 6:33).
Esta promesa no sólo ayuda para el futuro en la eternidad. Al enviar Dios a su Hijo, Él nos abrió los cielos, haciendo un
boquete para que descendiera de arriba la única oportunidad y camino para poder accesar una vida diferente en Cristo Jesús.
Esta vida abundante la podemos a comenzar a disfrutar desde aquí, en el ahora (Hch. 4:12, Jn.10:10).

La importancia del poder resucitador de Cristo Jesús en nuestras vidas. El mismo poder que levantó a Jesús de los
muertos, nos resucitará en el día postrero. ¿Te imaginas lo grande que es esto? (Jn: 6:40, Rom. 8:11, Rom.1:16).

El propósito de ser resucitados aquel día en Jesucristo. El tiene muchos planes para nosotros con este acto glorioso. El nos
desea resucitar en aquel día para que podamos mostrar en los siglos venideros sus riquezas en Cristo Jesús (Ef. 2:6-7).
En los tiempos de Dios este suceso ya pasó, ya que Él habita en la eternidad. Dios no está sujeto al tiempo de este mundo,
por eso Efesios 2 nos habla de algo que ya tomó lugar para Él en el tiempo pasado (Ef. 2:6-7, Is. 57:15).
En el día postrero todos serán levantados. La pregunta es … ¿Para habitar dónde? (Dn. 12:2).
Con Jesucristo recibimos la facultad de obtener todas las cosas que necesitamos. En Él tenemos la promesa de poder
accesar todo lo que ocupemos para cumplir su propósito para nuestras vidas, conforme a su voluntad (Rom. 8:32, Mt. 6:33).
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