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“Ni la globalización ni Internet acabaron con las fronteras”

Alain Musset es un geógrafo francés. En esta entrevista, reflexiona sobre la interdependencia mundial, la concentración del
poder, los Estados-nación y los grupos separatistas. También analiza la concepción de frontera en la era de la virtualidad y
la globalización.

Periodista. –Siempre se vinculó al poder imperial con la acumulación de grandes territorios. ¿Esta idea está
aún vigente?
Alain Musset. –Sí, no ha caducado. Cuando se habla de globalización se dice que ya las fronteras no tienen
sentido, o que no existen, pero no es así. Las fronteras todavía existen, pero han cambiado su sentido, porque
ya no son fronteras de imperios y ahora hay reivindicaciones territoriales por parte de grupos étnicos y
nacionales. Que quede claro: ni la globalización ni Internet acabaron con las fronteras. Se podría decir
que hay una recomposición de los territorios a partir de nuevas identidades que van en busca de un territorio.
Pero aunque trabajemos con otras escalas, las fronteras existen, por supuesto, y por eso, por ejemplo, Rusia
quiere conservar la mayor parte de su poder sobre el territorio de la ex Unión Soviética. Las fronteras existen
con otras características. Dentro de las ciudades hay nuevas fronteras que se establecen entre los diferentes
grupos sociales y étnicos. Yo trabajé sobre las ciudades de los Estados Unidos, donde hay barrios de blancos,
sajones y protestantes, y también barrios negros y chinos, y ahora, desde los años 70, barrios latinos: estos
territorios corresponden a las identidades de los grupos y sus búsquedas de identificación.

P. –Esas fronteras trazadas por identidades, ¿están fragmentando a los Estados-nación?


A.M. –Efectivamente, hay una fragmentación de los antiguos Estados nacionales, que responden a la vieja
idea europea del siglo xix de que a cada nación le corresponde su Estado y que cada nación busca sus
fronteras. Por la actual fragmentación, los diferentes grupos separatistas están buscando un Estado-
nación. Es algo que no ocurre en América latina, donde se da otro proceso.

P. –¿De qué tipo?


A.M. –Cuando se fragmenta el imperio español, los nuevos Estados heredaron las antiguas fronteras
coloniales de audiencias, gobernaciones y virreinatos. Existían fronteras, y el viejo sueño de Bolívar era la
abolición de todas ellas por una patria grande, pero lo que pasó es que las elites de los diferentes Estados
incipientes estaban influidas por las ideas europeas sobre el modelo del Estado-nación. Entonces, esas
fronteras buscaron naciones, cuando en Europa teníamos naciones que buscaban fronteras.

P. –¿Cómo explicar la persistencia de estas fronteras artificiales?


A.M. –Todas las fronteras son artificiales, pero se mantienen porque la gente se siente identificada con ese
modelo impuesto.

P. –Hace poco, un asesor de Putin [Presidente de Rusia desde 1999 hasta 2008] dijo que Rusia ocupa el
11,2% del territorio mundial, tiene el 2,3% de la población mundial y produce el 1,1% del PBI mundial. Esta es
una brecha entre masa territorial e irrelevancia económica. El historiador Paul Kennedy estima que mantener
el territorio de Siberia fue una carga perjudicial para la Unión Soviética, que erosionó su poder económico.
A.M. –Yo creo que es un caso especial. La Unión Soviética necesitaba esta masa continental para expresar
su poderío sobre todos los Estados que estaban alrededor. Y, efectivamente, para la Rusia actual esos
territorios pueden ser una carga, pero tiene que conservarlos porque es la prueba de que todavía es un país
potente.

P. –¿Aún es importante el dominio del territorio y del mar?


A.M. –Antes se diferenciaban las potencias que podían controlar los mares, como Inglaterra y Estados Unidos,
de las potencias territoriales como Rusia o Alemania. Hoy en día ya no se puede hablar de la misma forma.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que los Estados no abandonan sus herencias imperiales. Francia, por
ejemplo, mantiene sus islas en el Caribe y en el Pacífico no solo para controlar el espacio, sino también los
recursos potenciales que existen en el fondo del mar. El fondo del mar es una nueva frontera, pero ya no en el
sentido de línea de un borde, sino de espacio de conquista y aprovechamiento. Esto explica la necesidad de
tener unos puntos que puedan controlar parte del territorio marítimo. Voy a dar un ejemplo: hace tres años
Nicaragua y Honduras estuvieron a punto de declararse la guerra por el control de la plataforma continental,
donde hay grandes posibilidades de encontrar yacimientos petrolíferos. Claro que detrás de todo esto está el
poder económico, que juega un papel decisivo, porque no son las compañías nicaragüenses las que pueden
hacer esas investigaciones, sino las grandes compañías internacionales. Estamos otra vez en el mundo de la
globalización, pero esta se expresa en territorios que son reales. No hay imaginación, no hay mundo virtual: la
realidad está localizada.

P. –Un caso similar es el de las islas Malvinas.


A.M. –Por supuesto. El conflicto es, en buena medida, por el control de las riquezas de los subsuelos marinos.
P. –¿Pero no es paradójico que el espacio más relevante en los tiempos de la globalización sea el espacio
virtual, un espacio que trasciende las fronteras?
A.M. –Sí, efectivamente no hay fronteras en el espacio de Internet, y sí que es un problema para los
geógrafos. Hay estudios que se están haciendo para tratar de ver cómo se organiza, porque detrás del
espacio virtual siempre hay territorios. Es importante saber que de las direcciones electrónicas se ocupa un
organismo norteamericano, que las chequea en todo el sistema mundial de correo electrónico. Y cuando se
declaró la guerra a Irak, ese organismo borró de la red mundial todas las direcciones con la terminación
relativa a Irak. Así que momentáneamente ellos fueron privados del acceso al mundo virtual. Aunque se
diga lo contrario, las fronteras todavía existen, porque ahora todo depende de los que pueden controlar este
mundo virtual.
[…]
Fuente: “Ni la globalización ni Internet acabaron con
las fronteras”, Clarín, 29 de agosto de 2004.

Actividades
1. Expliquen la siguiente afirmación del autor: “Todas las fronteras son artificiales”.

2. ¿Por qué el autor asegura que el fondo del mar es una nueva frontera?

3. ¿A qué se refiere el autor con espacio virtual? ¿Cuál es su importancia en la globalización?

4. Expliquen la relación entre territorio, nación, identidad y globalización.

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