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La imaginacién en los grandes siste- mas metafisicos: Descartes, Spinoza, Leibniz, Hume, EI problema de la imagen en la psicologia: Taine, Ribot, Bergson. Las contradicciones de la concepeién clésica: Spaier, Meyerson. La imagen verdadera y la.relacién en- tre imagen y pensamiento, La imagen segtin Husserl. La imagen es un acto y no una cosa; la imagen es concien- cia de algo. EDITORIAL SUDAMERICANA IMAGI OLECCION INDICE GF FiLosoriA NA- eZ y ZH 2o10n1 NoIg2310: sows AB) ao1ami wo1s93109 AB) visosonts IMPRESO EN LA ARGENTINA eitha t debbita qn previens aly 723 © 1967 Eduerial Sudamericana, S. A. Huanberte P 545, Buenos. Aires, ‘Tisslo del orginal en francés: LTMAGNATION cee in ales ee eta neo 2 cae ee: ee 0 oe | ee el See es poet peat ae Shae Pen ens ae eee fe acter See eee cere oe eee fee ee ero es aa oe ee eae nt one eines <\Pero he aqui que, ahora, miro en otra direceiin. ee cesar occa Ged isi is caopant a ee fence ha cesado de ser para mi No obstante, hele de nuezo. No he giredo la cabeza, mi mirada ext lempre dirigida hacia el papel gris; nada se ha mo- itu; se precisa sobre todo desprenderse de Fas! tnvencible habilo de constituir todos tos Ge existencia segin et modelo de la eaistencia Tous, mas que en ningue otra parte, tal con ide snodos de ser es une tentacion, ya que, al fin. ‘ Pero no desconozco que ea hoja ha ¢ reabo, (a hoja en tjagen y la Koja real no,son, sé que no goz0 de si. presencia; si quiero que wa sola y misma hoja en dos planos dife- mente, ‘tengo gue volverme hacia mi eseritono Hinestes de existencic. Por catsiquiente, en cuanto el Girigit_ ta mirtda hacia el secante en cue Dae rags fected i pers contenpicin de hoje. La koja que se me aparece en este me Ma magen como imagen, en cuonto se piensa sobre ta fone une idontidad de esencia con la hoja que: imagen sin formar imdgenes, se produce un despla- hhace un instante. ¥, por esencia, xo extiendo 4 imiento ¥, de la afirmacién de la identicad de esen- mente la estructura, sino también la ind Gia entre lo imegen ol objeto, se pasa a le ofirna- . ‘misme. Sélo que. esta identided de exenctm clin de tna identidad de eristencia, Puesto que la Gcompafada ds uns identicad de ecictoncla, Ba fmagen es cl objeto, se infiere aire Ia imagen oviste | rmisme hoia, le hoja que esté ectuslmente sobre del mismo modo que et objeto. Y asi se constituye: icritoria, pero existe de otro modo. Yo Me To que Momaremos metefision ingennia de la imagen. ‘no se impone come tn limite a mi espontaneidady 1 ‘Boia metofisiea conciste en transformar la tmigen en es tampoco algo inerte dado, existente en sh Em uml “une eopla de ta cosa, existiendo ella misma como una ‘coin He cai extonces la heja de papel “en imagen” de nuevo con su forme, su color y su poste perfectamente, en el momento en que se 7e ‘ue es previsamente la hoja que vefa hace GEs en verlad ella en persona? Si y no. Por tho aue es la misma hoja con las mismes ¢ palabra, no existe de hecho, eziste en imagen. ‘Si me ezamino sin prejuicios, advertiré que dig Aoiada de lus mismos cuatidades give la hoja “en per- | e ‘espontdneemente ta existencia como cost, de Ta Pssona’- Es inerte, ya no existe sdlo para le conciencia: teneia como imagen. Mo podrie estimar esas “existe on si, aparece y desaparece segiin su voluntad WY 0 eegin la volurtad de la conciencia; no deja de | “exstir al dejar de ser pereibide, siio que prosigue, © Fiera de 10. conciencia, una exisiencia de cova. Esta © metafisiea 0 mejor esta oniologia ingenua es 1a de ) todo ef mundo, De ahi ta curioss paradoja siguiente: © exe misma persone, czrente ce emocimientos de ciones que sor las imdgenes. Pero, constituyan evocasiones. voluntarias, en cuanto aparecen, 10 featregan como presencias sino como tlgo dist En esto no me equivoso jemds. Incluso s€ 30 ( deria considercblenente a quien no hubiese es pricologia, si se le preyuntura, después dee Te que el psieslogs Nema imagen: :Confunde a |) psicotoria, awe hace un instante esequrabe poder @ veces Te imagen de su hermano con S49 ) Feeanocer'inmetiatamente sus imagenes como imi- eal? Hl roconseimionto do Ta imagen como €al ex Wil || EXER, Gladiré. chora que ve sus imdgenes, que les dato immediate del sentido intino. Sin embargo, existe una diferencia entre ap der inmediatomente wna imagen como imagen, formar pensamtentos sobre la naturateze de lao i ‘genes en gencral. El nico medio de constrain teorla verdadera de le existencia en imagen 2, ets, El motivo es que su primera afirmacién re~ Poy; fa de ta experiencia espontinea y 1a segunda de 1 x teoria ingenuemente construida, Precisamente 4 jo adolerte que si viers sus imégenes, si lar perci— PBice como cosis, ya no podria distinguirlas de los iviegs y termina por constituir, en lugar de una iv'2 higja de papel que se de en dos planos de exis 1, dog hojes rigurcsamente parecides que exie~ @ mismo plano, La teorfa epicirea de los ecrgs" lustra muy Bien esta ingenua cosifica Ids imégenes. Las cosas no cesan de emitir Uentar sobre ella nada que no provenga directa de una experiencia reflexiva. En efecto, la exi fen imagen es un modo de ser sumamente aif cuptar. Pera ello se precisa un concentrado e: 9 jetos, Una ver emitidas, existen en si, de jnanera que el objeto emnisor, y pueden vag “espacio durante ‘un tiempo’ indetermina percereién eyando un aparato sensible ¢} Gbsorta uxa de esas membranas. La teoria pura 1j a prioti ha hecho de 1 und e2sa. Pero la intuicidn'interna nos Ia imegen no es la cosa. Estos dates de la von a incorporarse a la construccién tedrica Dé cosa de Ta cual es imagen. Pero, por et hed de sor imagen, s0 ve afectade por una a inferioridad metafisiea con respects a la e08 representa, En une palabre, la imegen oo de menor cuantia. La ontotogia de te tron completa y sistomitica: la imagen os una menor cuantia, que posee su existencia Prd be da a le conctenct ‘ue mentione relaciones externas con ld co Gua es tnagen. Se advlerte que anicumente ferioridad vags y mal definide (que podré m0 Sino ima especie de debilicad magica 0 que sed eribird, por el eontrario, como un grado istinelbn y de elaridad)’ y esa relaston externa ‘fican el nombre de imagen; se edivinan todas las contradicciones que van ¢ resultar de Oh | Sin embargo, vamos ¢ encontrar tal ontologia it | Gemua de la imagen, ex ealitad de postuladg mas | menos impliciio, «nt todos los psislogos. de. estudindo el problema. Todas o casi todos hae | Fido on te confusisn entes sefislade entre iden de esencia identidad de ecistencia. Todos han conte } fruldo ta teoria de la imagen a price. ¥ cwendo Nat retornado @ la experiencia ya era demasiado tordes Gn lugar de dejarce Uevar por ells, 1a obligaron responder. tajentenente a preguntas tendencio No cide duda de que una lectara superficil de Innumerables esoriis consagrados desde hace tus at problema de ls imagen, parece revelar extracrdintria diversidad de puntes de sta. ‘Los grandes sistemas metafisicos ‘ia principal preocupacién de Descartes, frente a mn eecolistica qo conecbia los especies § /come entidades mitad-materiales, mitad-cspiituales, ( separer con cxcctitud mecanizmo y pensemieato, ieduciendo por entero lo temporal alo mecinico, La | | Hamagen ¢ Una cose corporal, e el resultado de la Hesion de los euerpos exteraos sobre nuestro propio Eaompo por intermedio de les senticos y de ios ner~ pata, jusiieag Pfrarcie wnitusts, Le Bexvenie du prec a 6 Pe eae aéesis*, grética que Jima imagen, ya de un velor de néar Ja de un valor noético, segin las necesidedes de Zonstruceidn, Unifleacién, ninguns: sino una con fante ambigiiedad, tn deslizarse constante y sin buei fe de un dominio a otro, M8 "Asi Bergson intenté explicar 1o que los empiri tomaban como dato: la existencia de imégenes nacen de Ja pereepeién. Acabamos de ver que freeang en esto. Pero, la pesicién que edop'a Jo obligag fesolver un. nuevo problena: zCémo puede reintip Gueirse la. iinagen ea el mundo sensorio-motor dg cuerpo y de Ja pereepeiéa? ;Cémo el pasado vuely ‘a ser presente? 4 Ta imagen-cundro permanece realmente en Ia moma; 1 mismo que las imigenes-cosas, puede, fetval o viriwalmente consciente, caso que equiva para ella al estado de inconsciencia. La inmensai Yorla de nuestros recuerdos son inconscientes: Z Nuelven a le conciencia? ae ‘Sobre este punto bay en Bergson des teor‘as ineah ciliables y que, sin embargo, jamis estén clarament Gistinguidas' una tlene ou safz en Ts psicolog fl biolegismo de Bergson; la otra responde a fendencias metafisieas, al espiritualismo bergsonial ‘La primera, por lo pronto, se presenta ba clara: Io actual es a presenie; el presente ce defi por la accidn del cuerpo. Evocar un recuerdo | Racer presente una imagen pasada: pero la gen evecada no es simple resurreccién de 1a imi Simacenada, sin Jo cusl no se entenderis, a Dra Sito de un rostro del que tengo multitud ée rec Gistintes que corresponden a una multitud de pera eiones, emo evoco una imagen Gnica, que it puede no cibrir exactamente ninguno de los red fos reristrados Para reaparecer en Ta corciem fes necesario que Ja imagen se inserie en el cue Vor més adalat, onl capil deiesdo a Hauer), el ay cle tinin cu, ebe Inponero tole os aus 48 ‘a imagen psicol6gica, consciente, es encarnacién en el cuerpo ¥ en sus mecanismos motores del recuerdo puro, inactivo, no-percibide que existfa en el incans- Gente. Vivir, para el espiritu, es siempre “insertarse: fen las coses Dor intermedio de un mecanismo”. El recuerdo est sometido a esta condicién; en estado ‘puro es ‘neto, preciso... pero sin vida”, se parece a esis almas de que habla Platén, que deben dejarse Caer on un-cuorpo para poder actualizarse: es vi ‘sl, impotente. Necrsita, pues, para devenir presente, Inserlesse en una actitud corporsl; Usmado del fondo de la memoria, se desarrolla en reeuerdos-imégenes Gus se insertan en un esquema motor y llega a ser enionees una realidad activa, una imagen. En este sentido: “La imagen e un estado presente y no puede participar del pasado sino por el recuerdo Gel que ha salico.” ¥ Bergson insiste en el papel del movimiente; muestra que toda imagen, visual, audi- fiva, ete, va acompanada siempre por’ un esd0z0 de movimientes, por la ereacién de esquemas motores Si nos atuviéramos a esta tcoria, 1a imagen aparece- sia como una canstruecién presente, como la concie! cig de una actitud definida presentement> por mo mientos del cuerpo. De aauf resultarien dos conse~ cuenciss: primero, nada distinguiria la imagen de 1a pereepridn, que es igualmente una setitud presente, y la imagen seria, como la percepeién, accién ¥ no eonoeimien‘o; luego, 1a imagen no seria un recuerdo sino una creaeién nueva, que responderia a actitudes' siempro nuevas del eusrpo. Pero si Berg:on define la conciencia de un modo vilalists, como actualidad que zesulta de Ja actitud corpors!, también se le presenta como el limite que separa la accién del ser que actia, el poder de e:ca= Par al presente y al cuerpo, 1a memoria. De donde surge Ix segunda orlentaelon de su teoxia de las lind Benes: el recuerdo no es solamente consciente en tanto que presente, sino también como pasado. Ast, en eu erticulo sobre “Le Souvenir du présent’, Berg 302, 10 hemos visto, admite que, en el momento mismo en que percibimos un objeto, podemos tener Un recuerdo de 61, de donde resulta el fendmeno ©onoeido con el nombre de paramnesia. En este caso, a a ‘evidentemente, el cuerpo no define Ja acti ‘del recuertdo, puesto que le representacion que Ge 1a setitud corporal frente a un objeto se des Gomo pereepeién: el recuerdo posee aqui una Sencla sui generis que le permite estar presente Tecuerdo, mientras que la percepeién est pres ‘como percepeion. ‘En este caso, el cuerpo no se presenta vitil al re uerd de una menera positiva: se le exige fuente no impedir la aparicién del recuerdo; ya, Ge trata de insertar el recuerdo en el cuerpo, do cuprimir, por decirlo asi, el cuerpo, como o durante el sueKo, cuando la tensién del sistema Gfoso disminuye. Los sucfios, los fenémenos dé 7h ermnesia muestran la tiqueza de imagenes | Fhede acompaiiar a este aniguilamiento fsiol6 ‘Pero si, segin esta segunds teoria, 1a concie ‘esta dicectamente ligada al espiritu, se vuelve pensable el poder que el cuerpo posee de apa Roneienela del espirity, de hacer quo ella adhi fa accién; se pietde por completo de vista 10 qi fmpide a les imagenes-recuerdos ser perpetuam y pero grimisjogo no tiene que’ preoeaparse, pues ho’ en or Pins cu coulvalente ni en Ia concienca leh Ua cotpirtico Inconssiente inventago, past responder Bre erigencias del planteo. Sin dues, pueden darse is en que el pensamiento tiende ¢ expliciar tala fe comprension de ung frase. Péro si ome. en al ‘caso que aqui nos ocupa, encSntramos apenas una imagen pobre, sno coresponderia mejor preguntaree ato hubris tala un pencamsnto pobre en ne Geis imagen, Después de todo, cesta imagen no podria Betis tort. mica bas 1h coat G1 pensousen oti ermanitestid a la conciencia? Esta parcela de cés~ fiat mismo, St pieno le frase “mafians yO pa ee ce un Papen Gene ca acdsee fa campo" co poste que no veye acompesads Pe ecie csas 28 da ya isis: Gua ie 9 gee ‘mi espiritu més que por Ia imagen vaga de una Bal ahi, Por otra parte, no es una parecla andnima de cela de césped, En este caso, dice Binet, la imi isin pradera: es exactamente el lugar que. Jo finsuficiente pata rendir todo el sentido contenido Fer inborins: Drecsismrente a Or eee Jas palabres. Hs preelso, Dues, poner su complemen Sake sino es por medio del pensamiento? Pero esta necesario fuera de Ja conciencia, en lo inconselent pregunia eneierra ui stulado ticito: que ‘Sere hay qui una grave confusion. De d aierente del pensamniento, que e si soporte, Bh ete fase: “mniiara yo pectiré al campo” en Gste cao, extaria‘con €l en Ja selacien del steno eon €l infinito, En efecto, en primer término, es 1a significacién. Pero, zqué lo prucb? {No ¢s posi~ serio que exisia un “mafiana”, es decir, un sist solar, constantes fisicas y quimicas. Bs neceserio inerte del pensamiento, sea ei pensamiento mismo ba- Jo ciorta forma? Quizé Ia imagen es cualquier co- gue vo viva aie, gue ningin, econtcim grave haya perturbado’a mi familia o a la s $8 menos un sign, Quiz esta parccla de 65 Sr gue vivo Sin duds, css simple frase exe Hiss 2s sor cn pects sadcino, eesti s caged plicitemente como requisito todas esas condici Samien‘o preciso. En les comicazos de un estudio Femi, cio Binet fo he exprowsdo TB fobre ls relecionos de le imegen con ol pensamient sentido ‘de la palabra “campo” es inageta blera sido. mesesatio desprenderse del. prejuicio auc egsegrs yl seni don pear to Geclconista que hace ds le Imagen une meer aes os palabras “partir” y “mafana’, Finalment fy desprenderse también de uma falsa concepcién retroucde, eaustade, anke 1a profuncidad de a’penoersenie que, por la confusion dé te teal 9 6 or de Jo virtual, introduce el infinito en Ja més the hiticante de nuestres ideas. Binet no ha Negada el texto sizuiente, que data de poco tiempo, Ge su muerte, mussira claramente que se habia tenido asociacionista hasta el fondo de sil sen, “(La psicologia) estudia cierto namero de ley ‘quo Tlamamos mentales para oponerlas a las leven a naturaleza extema de las cuales difieren, que, para hablar ron propiedad, no merccen hnombre de mentales puesto que son... leyes de I Tmdgoncs 7 las imigones son elementos material ‘Aunque esto parezca absolutamente psradojieg peicelogia cy una ciensia de la materia, Ta el Ge une porcién de la materia que tiene In prop ae preedaptaciin.” ; vita alli donde no se veia, (reinta afios antes, mas Ue cementos solidficagos. Hay auroras de image= ane Gromtscules; Ta imagen se transforma bajo la RG di de 1a conciencia. Sin duda, las investigacio- ee, Phiippe mosiaron ane. esquematzalén sesiva de la imagen en el inconseiente. Se admite Peta existencla de imégencs genéricas; los trac fies de Messer sevelaron, en la concienela, una ptitud de Feprecentaciones indeterminadas y ol indi Yualismo berkeleyano esti completamente aban- Grade. Le vicin rociéa de eequoma, con Bergeon, fieault, cAllonnes, Betz, ote, vuelve a estar de Thoda. Bere el principio no se sbendone: 1a imagen % un conienico priguico independiente que puede Servir Ge soporte al’ pensemiento pero que pusee ambien sus leyes propias; y si un dinamismo biolé= fio ha reemplazado a la concepelon mecantelsta tra= dielonél, mo es menos cierio que Ja esencia de la fnagen es Ta pasividaa. Ten segundo lugar, se aborda siempre el problema de Ta imagen con identieas preceupaciones. Se trata Sempre de tomar posicién frente a la cuestién me- tes del alza y del cuore o frente & Ta suedion . retodeliaica del andliss v de la sintesis, Sin dude, pensamniento puro que puede reemplazar a Ia el problema del alma y del cuerpo no siempre so fn el terreno miso de la imaginacién eon0 formula 0 al menos ‘nose formula en Tos mismos Biihler renovede favor. Ua numero iuy grand términos: no por eso ha dejado de conservar toda betchenr onions po, fin om ol RB, Be $0 imnertania La imaginacién sie slendo, con Me sis. conelliador sbniz. Experimen Betiicad, al’ dunia de: le partyin conpecal haber comprobade la existencia de un pensaiml ‘sociacionismo de Taine y tralan de. Trmitarlo sin Bin iimagen. Otros psleSlogos, 20 menos escruD suprimirlo, quieren restableser, mie alld de Tas Leyes Ge les hechos como Titchener y Ribot, nie del euerpo, la dignidad y Jos derechos del pensamien= existencla y hasta In posibilided da un pon to. El nucleo do la cuertign no se ha desplazado! se Semejante. No hemos progresado mis alli de tata siempre Ge comprender eémo la materia puede Guando publicabs, qn feapucsta a Locke, su Feibir une forma, ebino 1a cspontaneidad del epi Ensayos. tt puede actuar sobre Ja pssividad sensible. Al TEI punto de partida no ha varlade. En p Tmismo tiempo, 1a psledlogia busca siempre su mé= gar, se mantione la vieja concepcién de 1a todo y las soluciones que proporciona a los grandes Sin duda, se ha vuelto dictil, Sin dud, exper Problemes de la imaginacion aparecen més bien co= fomo las de Spsier” an revelado una ho denosiraciones de método que como resultsdos >» Bist, ZAne ete coms, Peg 2008, Bn maid Bees Ee lugar de tr 2 Baty Alge westae’ Reus Palos, 216. = Patios. seiner Asi pues, en 1914, encontramos sin cambio Jag tres grandes actitudes que habiamos deser ‘1 primer capitulo, El asociacionismo sobrevive: ‘con algunes rezagados partidarios de Jas localiz nes cerebrales; esta latente sobze tedo en num aiitores que, a pesar de sus esfuerz0s, no an desprenderse de G. La doctrina cartesiana dey de conformar el método al objeto, se define el metodo (andlisis de ‘Taine, sintesis de Ribo trospecoidn experimental de “Watt, critica Ge Brochard, ete.) y so to aplica después al ob sin sospechar que al darse un método se ha simultineamente ol objeto. " Si se aceptan estas premisas, no hay, no p B haber mis que tres solueiones O bien’ se p ‘prior! el valor del anélisis, En este caso se fal mismo tlempo un materialismo de métoda, ve, como Camte Io ha mostrado profund: procurara explicar lo superior por Jo inferior; y_ Inaterialismo de método podra convertirse facil en un materialismo metafisico. Las contradicciones de la concepcién clasica Spaier, ex su obra sobre La Pensée concréte pu- tyienda en 192%, scfiala que las, investigaciones ex- perimentales sobre la naturaleza de Ja imagen men Jal se han hecho cxda vez mas escasas, desoués de Jos trebajos de la Escuela de Wurzburgo. Sucede quel mayor parle de. los psieélogos consideran Ganjada 1a cuestion: agus como en casi todo se ha fenido a parar en un eelecticismo. Con respecto a esta fendencia a conciliar, a atenuar, a debilitar, ol Aivalo que Meyerson aeaba do publicar on ol Nouneati Traité de Dumes, es muy significative. En la corriente ela conciencis, so considare siempre la imagen como tun estado sustantivo, pero se le reconoce cierta mo- hilidad, vive, e transforma, hoy auroras y crepGseu- Jos de Ia imagen; es decir, se procura beneticiar a ese antiguo “dlome™ psiquico, con Ja ductilidad que la ea ce continuidad ha pfoporeionado a toda la vida tenia psiquica: el contenido inerte con sus 1 palgulea. Fee eee i cqnontanivied para: daliana "Es preciso hacer entender 2 1a psicologia tradi Bee es ers cae el perenne nat que sus imagenes de vitas eristes mo consti= Fai sancantaat® Ma) tecdganecr na ete fiyen sino la minima parte de una conciensia eon- Ce ee ee ee Gieta y viviente, Deeir que la eoneiencia no contiene Ss Descartes, diferoncie de sujeto. La difieultad a Tris que estos tipas do imigenes equivale a decir Seek ipettar como dos sufetos van a poder ie uh rio no eontiene sino eubos de agua Uw otros Bey ae ees. Yplimencs somejantes vertdos yvoleados en sus Hagia elagis entre Tesplentes, vaso, botllas 0 toneles. Pongamoy, si Hemes formulado la exposicién histories de I 0 Insts, todos ios eubos y ecinlentes eh el faltades que cada una de clas plantes. Va fo; subsite junto a ellos el agua libre en la que Procurar mostrar anora que las tres deben eepcceet Y cua! coatings: Savane) came 00s i Fa ee ee ea mserva una estructura quténoma ala que se Snicial del renaeimiento de 10s contenides sen fnertes neamente el andilisis y Ja frente a la imagen, las si este caso, seqtin sea Ia actitud metafisiea ado pensamicnio representaré cl espiritu frente al (© el érgano biol6gico frente al elemento. smagea y el pensamiento se considerardn in: {y aquélla el soporte material de éste. © bien se reivindicarn simultaneamente rechos metafisicos de un pensamiento puro derechos metodolégicos de una sintesis no Pero como se ha conservado la imagen en de elemento inerte, se limitard el domi ec dis Ble de evden, nhs, 214 liad yor Meperon Hema imagen, frente al pensamiento, pero se reco ‘er comprendi¢a, ‘njuestra coneiencia de 1a imagen implica nuestra conciencia (més o mencs explicta) de su significade. Yy 18s imagenes de las que se orupa la psicdlogia no Eon puros signos carentes de significaciOn. En otros téemings, la imagen es comprendida y... samiento ordinario nuestra a muy a menudo, se dirige 2 las imégenes: se dirige, fon primer lager, @ eu significasién”* ‘Tgualmente, Spaier eseribe: “...La mayor parte de ay. veces nuestra atencién no se dirige el objeto de Ja intuiciOn sensible (a la imagen 0 a la percep- || fin) sino a ta signitleacion’ No ze pretende en modo alguno negar Na struc ‘ura sensorial de la. imagen; pero se msiste el hecho de que_ya esta elaborade por el pensamiento, Esta elaboracién a su vez se concibe bajo Ja antigua. | forma de “fragmentacién” y de “‘recomposicién’, es decir, en suma, de una combinacién de elementos materiales, Se conserva un modo de enlace propio | de las imagenes. y que se parece mucho a la asocia~ tién, porgue sigue siendo mecanico; poro so le tiene eeda vez menos en cuenta y se manifiesta satistac- eign cuando 2 puede escribir: “So trata, puct, de | tun nuevo dominio que escapa a 1a asociacién” * co- mo si la funclin del psicdlogo fuera genar a a as0- clacién. nuevas tierras, polders. ‘ASI, todo se ha redescublerto, todo se ha repuesto en su sitio: se ha eonservado ol plano de la imagen y. del. pensamiento, pero procurando hacer prevalece? Ja idea de continuidad; se han eliminado les Iimites pprecisos; so ha insistido en la idea de la unidad de Ie conciencia y esto permite, mediante un simple juego de mancs, fundir el pensamiento en la imagen ¥ la imagen en el penszmiento en nombre del predo- info del todo sobre los elementos que lo compo- 2 Hourlé, Inagy, [dee ond Meaning. Mind, 1907, p&z. 75.16. C= ; ‘Siler, Le Pete comers, pig. 204. Ft Merion, @, nie. 678. noc que el pensemiento impregna ‘profundamente | 4 Ta imagen, pues, segin se dice, toda lnayen debe | en el pen gn no siempre, mi | nen. Se Toga entonces a escribir, satiafceho, piginas como Ia que sigue, donde la intencién de conciliar, 66 dar Ja raza a todo el mundo, se afizma de ma- nera muy divertida. “a imagen sirve, pues, de signo... ‘iene un sig- nificado, una relacién con algo distinto de ella mis- ‘ma; 06 un sustituto. iene un contenido intelectual, Ja indicacion de una realidad l6gica. Jamas se @ncuentre completamente aislada; forma parte ¢e un sistema de imégenes-signos; ‘se la comprende gracits a este sistema. No es enteramonte fluids, fione bastante estabilidad, precisién, forma y homo Seneidad de forma como para poder ser comparada fon otras imigenes y otres signos. Es un complejo: 10 signiticante y lo significado, lo ‘sensible’ y lo ‘inte- gible’ ce mezclan on él, formando un todo indisolu- ‘le. Se pueden advertir lados, caras, estratos de sig- pificacién o detalles de aspecto sensible, pero cuan- do se aisla asi una parte se debe recordar, para comprenderla, 1a totalidad. ..* Puede ser mas 0 me- nos activa. Puede ser une simple ilustraciin que se arrastra en cierto sentido detras del pensamiento, que no sirve para su progreso. Y puede ser tambit una actividad: actividad positiva que orienta, guia, © actividad negativa que retiene o detiene, Es una rampa que impide al pensamiento salirse de su ca- mino, pero es a veces también una barrera que 1o atraviesa. Cuando es dictil, pléstica, movil, entonces ilede ser uns colaboradora relativamonto eficas para ‘l pensamiiento; cuando, por el contrario, es demasiado precisa, demasiado concreta 0 demetiads crtable, cuando dura, detiene al pensamicnto 0 lo hace des- La actitud de I. Meyerson es 1a de muchos buenos autores. Sin embargo, la solucién que los satistace no resiste a un examen serio. Segin la expresién de Pascal se han “encubierto” las dificultades, no se las ha “suprimido”. De un modo general, hay que des- confiar de la tendencia modema a sustituir el ate- mismo asociacionista por une especie de continuo amorfo en donde las oposiciones y los contrasies se ailuyen y se desvanecen. El persamiento, apercep=| eidn sintética de relaciones, y la imagen de los aso- iacionistas son con toda’ seguridad incompatibles, Ahora bien, 1a imagen, que nuestra psicologia “sine tética” quiere brinder’ como colaboradore del _pen= samiento, sigue siendo la imagen de los ascciacio= § nistes, Sélo que, mis alla de los enlaces mecénicos, se ha echade un velo de bruma: es Jo que se Nama Ja duracién. BI pensamiento dura, se dice, v las imagenes duran: es la base de una aproximacién § posible. Pero :qué importa sino duran de la misma) manera? El eclecticismo contemporanco ha querido) ‘conservar, aprovochando una penumbra bergeoniana, | ‘el nominalismo racionalista de Descartes y los “dat experimentales” de Wurzburgo, cl asociacionismg como modo de enlace inferior, y la tesis leibniziana de una continuldad entre les diferentes molos de cconocimiento, en especial entre 1a imagen y Ja idea. Se acepia sila existencia de datos brutos que cons fituirian la materia misma de la imagen, pero sé afirma que esos dates, para formar parte de la con= ciencia, deben ser revensados. Se constituye asi, di lécticamente, una especie de proceso _neoplaténico| de Ia imagon eati bruta, “estable, preeisa, conereta” contra el pensamiento casi paro que aiin contiene, a ppessr de todo, una materialidad consible casi impen= derable. Pero, bajo estas descripciones vagas y gene=) ales, la incompatibilided subsiste: Ja imagen, en | efecto, sigue siendo profundamente material. Cuando: ‘Meyerson expone, por ejemplo, que la imagen debe | ser comprendida por lo que representa y no por To\| ‘que parece, introduce por esto mismo una distineién, entre le naturaleza propia de la imagen y el modo) en que el pensamiento la aprehende y, en conse= cueneia, asimila Ja imagen a un simbolo material —eomo una bandera por ejemplo— que es siemprt fen 3f otra coca (madera, tela, ef.) que lo que nose ‘otros queremos ver en él. De un modo general, por Jo demis, i bien te hace de Ja imagen un signd que debe ser comprendido, se la coloca por esa mis ma razén fuera del pensamiento: el signo, en efectoy sigue siendo, a pesar de todo, un apoyo exterior material para Je intencion significante. Ast reapares 6, con Ja teoria en apariencia puramente funcional de Ia images-signo, 1a concepeion metafisiea de 1a imagen-huella. Igualmente cuando Spaier concede al juielo sélo la posibilidad de distinguir la imagen de Ja percepeion, asimila con toda naturalidad el objeto tel como aparece en imagen, con el objeto material de la percercién: s6lo, en efecto, carsctores extrinsecos permitirian diferenciatlos. Esta imagen que el renssmiento descifra, penetra, disoeia y r2- compone, bien puede haber adquitido, desde hece al- ‘ines afios, una ductilidad queno tonfa hasta entonce Sigue siendo profundamente la imagen material do la filosotia eldsiea: y exando ss nos dice que si no se la piensa no es nada, confesamos no entender: laramente, puesto que se reconoce, al mismo tiempo, que es ademis algo distinto de lo que se la piensa. Bn ver de disolver lus tesis que se contraporen ¢n lun continuismo yago, hubiera valid més. conside- fas de frente e intentar extraer su postulado eo mii y las contradicciones a 1as que eonducen, Hemos mostrado en el capitulo precedente que el postulado. comiin de estas diferentes teorfas era el de la iden tidad fundamental de la imagen y Ia pereepeién, Vamos a intentar ahora mostrar que este postulado metatisico, cualesquiera sean las conelisiones que se saquen de él, dobe condueix necesariamente a con- ‘radiociones. 1 El problema de las “caractertsicas de ta imagen verdadera” EI primer paso dedo por nuestros filisofer fue identificar imagen y pereepcién: el segundo debe ser diferenciarlas Tl hecho que nos brinda la. in- tuieion bruta es que existen imigenes y pereepcio- nes; y ssbemos muy bien distinguir unas de otras. Por tanto, después de Je identificacién metafisien, nos es preciso tener cn cuenta el siguiente dato psicolégico: de hecho, efectuamos espontineamente una distincién radical’ entre esos estados psicuices. Observemos cn seguida que habia dos modos de plan- ‘tear esta nueva cuestion: se podia preguatar eémo 5 ‘xin co? fntervenir a los objetos de la percepeién y de | Go la metafisien, hay una diferencia de naturalez entre imagen y percepcidn. Pero la mayor. pi s modo. No se preguntaron si las formaciones psiqui: © cas se dan inmediatamente a la conciencia por | ue eon: se instalaron en ol punto de vista léeico- | Metatisio ‘de Ia verdad. La distincién que toda eon. i ciencia hace espontineamente entre la imagen ¥ fe: percepcion, la transformaron tacitamente en una dis: fincién entre lo verdadero y la false. Asi Taine hi verdader “peret conteniéo de conciencia con ol mundo, y Ja distinei ai concuera con un equivalente logico. Por lo dem: aici igen verdadera”’, admitiendo que Ja imagen verda: era no presenta diferencia alguna de naturaleza.c Ya imagen falsa. Sélo hay tres soluciones posible Tingge Grate, Reeve de Xéloph, 100. pereepeiin. £1 problema quedaba entonces timitado) fa su aspecto cstrictamente psicoligice y no se hacial imagen, Quiz exte modo de proceder habria condu=) ceido tarde 0 femprano a esta comprobacién: # pesar: Go los autores ahorderon In euestién de muy distintol podido decir que “Ia percepeién era una alucinacién ", Ademas, verdad y falsedad no se. con~ Giben aqui’ como criterios intrinsecos, a la maneral Ge Spinoza. Se trata de una relacién ‘con el objeto, Bstemos freate a un mundo de imagenes. Las que) fienan un correlato exterior se llaman verdaderas 0 jones”; las demis, “imagenes mentales”. Sel ve el juego de prestidigitacién: los datos del sentido intimo se transforman en relaciones externas de un) inmediata entre los contenidos se sustituye por! una clasificaclén de esos contenidos en relacién con, falgo distints, De esta manera, la teorla metafisica) de la imagen piensa aleanzar los dates de 1a psicclo pero no los aleanza verdaderamente, tinicamente , mo se ha Ievade a exbo Jo mas falta descubrir les “caracteristieas de 1a ima- La primera es la de Hume: imagen y percepdény son idénticas por natureloza, pero difieren en inten: ft. yor eimaple Maiden ep Cartirtiqns probades Jas imégenes “impresiones débiles’. Hay que reco- nocerle a Hume el mérito de proponer como inme- Giata Ja distinciéa entre imagen. y percepcién: se cumple de suyo, sin que necesite recurrir a una interpretscién de signos 0 a una comparacién; se cfectiia mecinicamenic, de alguna manera: desde ‘S mlomas lao improsiones fuertes arrojan a Tes im- presiones débiles a un nivel inferior de existencia. Desgraciadamente esta hipdtesis no resiote al exa~ men. La estabilided, Ia riqueza y Ia precisién de las peteepelones no podrian distingulclas de las image- nes. En primer lugar, porque esias cualidades son muy exageradas. “Constantemente, hace noter Spaier al respecto, nuestros ojos, nuestros ofos, nuestra boca, experi- mentsn impresiones muy confusas, may indistintas, 2 Jas que no prestamos ninguna ateneién, sea porque tienen un origen demasiado lejano, o porque, aungue de origen muy préximo, no se excuentran en rela~ ciém diresta con nuestra conducts.” * ‘Por esto las transformaremos en imigenes? Por’ to'demis, esta cl problema de los umbrales: para ‘que una Sensaciéa pase ol umbral de la conciencia, es necesario que tenga una intensilad minima. Si las imiigenes son de igual naturaleza, sera necesario que tengen. al menos esa intensidad. Pero, entonees, 700, se Tas confundira con las sensaciones de igual inten- sidad? ¥ gpor qué la imagen del ruido de un canio- nazo no aparece como un aébil crujido real? gPor qué no confundimos Jemds nuestras imagenes con percep= clones? Poro, se dir, @ veces To hacemos. Yo puedo por lemplo, tomar un tronco de irbol por un hombre Sin duda, poro on este easo no hay confusién entra una imagen y una percepeidn: hay una falsa inter~ pretecién de una percepeién real. No hay —y volve~ Femos sobre esto— ningin ejemplo de que una ima gen de hombre que 3¢ haya presentado sibitamente: en nuestra conciencia, sea tomada por un hombre real, realmente perelbida, Si no dispusiéramos mis ‘ne de Ia intensidad para distinguir 1a imagen de la 2 Spal tee. ct, pig. 121, SH eieoplo que Speier eisexte (96g. 121) 6 exactareate ae Es fy poreopsiin, los errorss serian frecuentes; inchico cierios momentos, en el ereptiseulo por ejemplo, constituician mundos intermedios, compucstos de sen saciones reales y de imigenes, 2 mitad de caminoll entre el sucko y la vis “Creet, escribe Spaier, que le certidumbre bien! tundeda ‘es una cucstion de fuerza o de vivactdad | de las impresiones, es simplemente restaurar al goaatla madazcenj de 10s estoicos.” En ura pélabya, si la imagen y la pércepcién no se diferencian primero en cuatidad, cs initil intent después distinguirlas por Ia cantidad. ‘Taine lo entendié perfectamente: “(La imagan), eseribe, es la sensacién misma, perdi consecutiva y renaciente y, desde cualquier puato) de vista que se la considere, se In vo caincidir ce Ja sonsacién.” Por consi una distincién iatrinseca entre una imagen aislada ¥ una sensaelon aistada. En una palebra, ya no bay Teconocimiento inmediato de Ia imagen como imagen, | Por el contrario, la imagen se da al sentido sntimo) primero como sensecién. “Hay dos momentos en la presencia de la imagen: uno afimmativo, otro negative; el segundo restringe, fen parte, lo que se afirmé en ei primero. Si la imagen es muy precisa y muy intensa, estos dos momentos, son distintos: en el primer momento, la imagen pa~ rece exterior, situada a tal distancia de nosotros, | cuando se trata de un sonido o de un objeto visible, jtuada on mucetro paladar, nucstra neriz, nucstrod miembros, cuando se trata de una sensacién de olor, de sabor, de dolor o de placer local.” Asf Ja imax igen por naturaleza se afirma como sensecién, entza~ fia espontineamente nuestra ereencla en Ia existencl de un objeto, Se ve la consecuencia que resulta dic ectamente de Ie actitud metafisica que hemos sena- Jade: Ja imagen en cuanto tal pierde su caracter de dato inmediato. Para tomar conciencia ce que este objeto me es dado presentemente en imagen se nese- 1% Spaier tre, ite nés. 121 Bi Tilve’ De Mtaipen, ts rap 226 B Taine De Viaeligenct, née. 89: sita una operacién. Llegamos' asi a la segunda solu ign del problema de las “carastereticas de la imagen wendiders”. Se oporaria,sogin ‘Taine, que ec quien I propote, una cistinlén mesiniea catre las sensa- clones y las imgonee "La imagen oreinaria no es, pues, un hecho simple doble, una sensecion copentanea 5 eonsecic tiva que, por enttar en eonflisto con otra censaciéa no espotiinea¥ primitive, sutre una’ cisminucion, una restticeiin y' una eorrossi6n. Comprende dos Hlomentor: el primero cuando parece situada y ex terior, el segundo cuando se le" quita sta exterior- dad y esa stuscign. Bs producto de una lucha, tendencia a parecer exterior es combalida y venciéa or la tendencla eonteadistorla y més fuecte que el nervio afectado suseté. en al mismo -momento.?™ ‘Asi Ta conciencia de imagen es mediata y Ta Iucka centre 1a fenstelOn conscentiva yn sonsscién. prim tiva no es sino un episodio del struggle for life darwiniano. Venes el més fuerte. Taine se cuida de agregar que la vieloria puede ser para la sensacléa Sconsecutiva y ceponlines" Tin ete caso, hay ali cinacién. Para que la imagen se resonozea como ima fen, os dtels, “produica su electo normar" es nese Sanlo que exista una serbacién aatagivict. A falta de esta sensacion ——o si por catualiéad la imagen mis fuerte— tenemos frente a noses tn objeto sue de heaho no exis En realidad esia tess es muy oscura. Ante todo, ies de orden fisiolégico 0 psicolégico? {Dénde se ‘fectia Ta dstinelin? Taine parece dua y no querer clegir. A veces podrfa creerse que las sensaciones y Ing imagenes to oponen on cuanto sicesoe consslentes ‘i Recobreda la memoria, las Sindgenes y. las sede reaporeren, enviclven In imagen con su cortelo, cntran en conflicto con ella, Je Smponen su ascendien~ testa sacen de su vide sollicin, Jn deovuciven a a Vida social, Ta sumergen de musvo en si Gependencia hi Brie Ottas veces, leemos 1a deseripcién de un verds- ero mecanismo: cortical de inhibicion: Holes, id pie 20.) 8 TR RRR en Meo ne a ay “Cuando un alucinado, con los ojes 4zei pasos una figura allsente y cuendo frente s él hhay una simple pared tapizada eon papel gris a reyas verdes, la figura eubro um pedaze da pared que queda asi invisible; les sensaciones que deberia proveea ‘30 pedazo eon, pues, nulas; ain embargo, Tes rayou arises y verde: afectan como siempre la retina y- probablemente los eentros épticcs; en otras palabras, Ja imagen predominante aniguila la porcidn de sen= Sicién que podria contiadedtla." Parece, clertamente, que se tréta aqui de una inhi bieién cortical y, por Jo demas, no se comprende por! qué las sensaciones do verde y de gris son inhibi fn luger de ser simplemente relegadas al rango d Imégenes, En realidad, Taine no decide esto porauey como lo hemos visto snieriormente, jamés ha tenid luna idea clara de Te distincién de lo fisiol6zico ¥ a 1 psicelégizo. Por otra parte, zedmo es preciso entender exa “seem! fificacton”, esa “correecion”? La sensacién espontén ¥ consecutiva, 22 nos dieo, os primero sitvada y este or. ¥ Taine eita una multiud de ejemples. El librera, Nieslei distingue una figura de muerto “a una dio tancia de diez pasos”. Un pintor inglés “toma” su modelos “de su esprit” y los “pone sobre wne sill” ‘Un amigo de Darwin, “Snirando un dia muy atenta ‘mente, con la eabezt Inslineda, un pequeflo. grabado dela Virgen y el nifo Jess... ce sintié sorprenéido (al levantazse) cuando distinguio en un exiremo del departamento una figura de mujer con un nifo los brazos" Despu agénica, 1a’ sensacién espontinea pierde su situacion| ‘tanto do la’ primera roprosantacién como de Ja se: gunda; no es una relacién. {Cémo, pues, con el con. facto de una impresién contradictoria, la primet sensacién podria perder su extericridad? Ciertamen- Gi eliniend Suet porto ie Gaye ce ean Glee pasos, Quicé, por otra paxte, Taine, euyo vocabulario , como su espiritu, muy. imprecico, confunde exte- Hloridad y objetivided. Pero 1a diticultad sigue sienao ta misma: me pregunto qué antagonismo mecénico podké hacer pasar a lo subjetivo une imagen que se afirma primero como objet. ‘Se ve qué le faltaba a ‘Taine: su asociacionismo le impedia recurrir a un juicio de distineién, Pero todas sis explicaciones procuran constituir um equivalente ‘agocitcionista de ese juicio mediante operaciones me- cinieas. No lo consigue. Primeramento, eu concepte de “een- sacién contradictoria” * toma solapadamente del j Gio une do cue cuslidaiea, Sélo dos juicios, en efecto, pueden contradccirse. No puedo Accir del mismo ‘objeto a la ver: eo blanco y no cs blanco. Pero dos sensaciones no pueden contradccirse: se integran, Si proyecto a “lez pasos” Ia imagen de un cuadrads de tela blanca, eneontrindose a esa misma distancie, ea el mismo momento, un cuadrado de tela negra, ‘no habra dos objetos antagénicos que se tengan mu- twamente en jaque: simplemente veré un cusdrads de tela gris. Asi, par admitir que les sensaciones y les imagencs se excluyen mutuamento es neeesario haber entendido ya, bajo el nombre de imagen, un Jleio. (Otva observacidn nos lo har comprender mejor aun. Estoy en mi habitacién, sentade junto a mi ‘mesa. Oigo loo loves xuides que hace Ja muacama ¢n Ia pieza contigua. AI mismo tiompo recuerdo disti lament, con su tilmo, su timbre, su entoneeloa, una frase que of pronuneigr anteayer. ;Cémo pueden los Teves erutidos que vienen de la pieza contigua “re dueir” la “‘sensacién eonsceutiva” de Ta frase, cuando nO Tegan a cubrir los débiles ruidos de voces que siben de 1a calle? {No se diria acaso que cllos dis- Uinguen entre lo que hay que reducir y To que hay que dejar paste? ;Acaso en es2s sensaciones de cru- ido no existiria ya juicio? O bien entonces, si debe- mos conesder a la teoria de Taine Ia poresién do tuna légica vigurosa, debo tener en este caso alucinaeién ausitva, Pere, enlonces no voy 2 fe hi cien, ni mail, cine wna sucosién incesanto de alucls hhaciones, Pues, el silencio de mi habiteci6n, el dilensig cl campo, que ro 20n sensaciones, no podian ac como reductores, jBastara con volverse sordo Di convertirse en un loco de alar? ‘Hay, por Jo demés, en Taine, agemés de la t una reduceién paramtente mecinlea y sin duds f Togica —pero que, a pesar suyo, apela al juido— al esbozo de otra teoria de 1a reduecién que, éta a hhace contrituir explicitamente al juicio. En ef no. eseribe caso: “c-Ademés de los pesos constituldos por las senq saciones, hay otros mas livianos que, sin embargo, bastan habitualmente, en estado normal de salud pare despojer ala imagen de su ecterioridad; som Tos teeuerden, Bitor recuerdo: son on si mismos imi genes, pero coordinadas y afectadas por un retroe2s0 {Que Tay sitda en 2a inca dal tiempe... Juicos ges hefales adquisicos por la experiencia se asocian flles y todes Juntos fermen un grupo de elem ligedos entre si, equilibrados uncs con relacién a 1a tres, de modo que el todo es de una consist muy grande y presia su fuerza a cada uno de elementos." Es verdad que, dos pégines mis adelante, a tado sin duda por las consccuencias de esta’ expli eacién, que amenaza eon Ievar a Ja ruing a la teorfa Imeednica de los reduetores, agrega: 4 “Cuando una fmagen que ha logrado una inten sidad extraprdinarie, anula la. sensiciGn particule {Que co eu redvotor especial, aun cuando el ordet de los recuerdos subsista y se produzcan los julciog tenemos una alucinaciéa; en Yealided roo sabemog Alusinados, pero no por eso la imagen parece menod} ‘exterior; nestmas olras sensaciones y nvestras otra imagenes forman atin un grupo equilibrado, pero ese redictor es insutleleate, pues no es especial.” J Zn una palabra, la teoria de los reuctores de} ‘Taine es un intento por tradueir en términos mex nielstas tina tosis més ddietil_y_m: confiaria a la espontaneldad del juicio el cuidado de istinguir entre imagen y sencacién, Bsta Gitima con- cepeién —la tiniea que cuenta y que se encontraba ‘ya sobrentendida en las otres dos— es la que vamos discutir ahora, La hemos encontrado ya en Des- ‘cartes y reconocimos enionces sus insuficiencias den- tro del sistema eartesiano. Se treta ahora de explicar de un modo completamente general por qué no nos satisface. Se parte nuevamente de la afirmacién de que sensaciin ¢ imagen son idénticas por naturaleza. Se atirma una vez mas que una imagen aislada no Se distingue de una percepcién aisladz, Pero, esta vez, } Ia distineién serd el producto de un acto judicativa del espiritu. El juicio va a constituir dos’ mundos, el de Jo imaginario y el de lo real; ¢ incluso of F Juicio decidira, una vez constituides esos dos mundos, ‘si tal contenido peiquico deberd cor colocado on uno ‘© en otro, Queda por saber con respecto « qué carac= terietices se juzgaré. Sélo puede ser sobre relaciones , es decix, por una parte, sobre el modo de n, de sucesién y de encadenamiento, por otra, sobre Ja compatibilidad o incompatibilidad del con= tenido considersdo con respecto al universo que he= mos constitaido. Lo no compatible con la coherencia y el orden del mundo real, que un largo aprendizaje nos ha permitido reconocer y construir, lo pondremos del lado de la subjetividad pura. Spaier, que defiende esta tesis, escribe: ~ “Al juzgar sobre el acuerdo o el desaeuerdo de un dato sensible, cea con el sistema do mi univers exterior actual, sea con el sistema de mi imegis nacién (quo largas © incetantes pruebas me han ensefiaco a distinguir del primero); al sostener jui- cies de comparacién, de adecuacién, de inadecuacién, de pertenencia, ete,, clasifico una impresiin entre las: percepelones reales o entre las imagenes.” * ‘Aqui se imponen dos observacicnes: en primer lugar el eriterio de verdad ha evolucionade, Ya no se trata de una relacién de conformidad con el objeto externo. Estamos en un mundo de representaciones. El criterio pasa a ser el acuerdo de las representaciones entre ® pate, Le Pende onerle, n6s. Bi i ic si. Nos hemos desprendido asf del realismo ingenuo, Pero el indice de lo verdadero sigue siendo exterior ‘a la representacion misina: por medio de ls compa: Tacion se establece si hay que incluirle 0 no en el genero “realidsa”. ‘Al mismo tiempo, el problema de las “caracte ticas de la imagen verdadera” cambia profundamente de sentido. Ya no hay datos "Imagen" o datos “objeto” | Sino que, a partir de datos neutros, se trata de cons- frair un sistema objetivo. El mundo real no es, se hace, expecimenta incecantes reloques, se vuelve diie- 4], se enniqueee; t41 grapo considerado durante mu- cko tiempo como objetivo os finalmente rechazad por el contrario, ole, aidade por macho tiempo, sex repentinamente incorporago al sistema. El pro- | Blema de distinguir les imégenes cs endloso al de Ja construccién de lo objetivo. La imagen cs, entre les datos sensibles, 10 que no puede pasar « To obje- | tivo, La imagen és la subjetivided. Jamés hemos | estado més leios de lo psicoldzico: en lugar de que | Ye naturalera de la imagen como tal sea revelada | por vna intuicién inmediata hey que disponer final- mente de un sistema de referencias infinito para’ poder aficmar de un contenido que es imagen 0 percepeién. En la préctiea, naturalmente, habré que | contentarse con algunas compsraciones bien hechas, pero de esto so teguiré una conseeuencia bastante grave: el juicio que cistingue munca sera sino pro- | Bable. Es asi como Maldidier, en el axticulo citada | ‘antes, habla de Jes “caracteristicas probatles de la | imagen verdadera’. En eiecto, 1a certeza no podria sobrevenir mis que de un examen comparativo Me” Sado al infinito; y ademas, el sistema de referencias, mismo se modifica constantemente. Por ejemplo, si | Un positivista ateo se convierte, acepia los dogmes y eree en lo: milagros, no tendr més el mismo | Sistema de referencias que antes. Llegamos, pues, a feta conclusion paradéjica: lojox de revelirsenos la ne- turaleza profunda de la imagen por un corocimiento inmediato y cierto, jamés extaremos sequros do que tal contenido psiguico aparecido un dia detenminado a tuna hora determinada cra verdadcramente una ime- gen. La introspeczion se ve despojada totalmente d adopta ante sus propios datos la a:titud hipotético— experimental, que habltualmente adopta trente al munde exlerior. El cardcier attificioss de esta concepeién salta a Ja vista, Nadie aceptard que sea precio recurtit a un sistema de seferencias infinito para distinguir una imagen de una pereepcion. Que cada uno reeurra a su propia experiencia interna. Estoy seniado, eseribo, ‘veo lot objetos que me rodean; formo un instante Ta imagen de mi amigo Pedro: ‘todas las teorias del munde no podrin impsdir que yo sepe que ¢s una imagen tan pronto como sparece. El ejemplo que, Spaier cite en favor de su tess” no prueba nada, Se trata do um Ligero chisporretes que oye tun dia antes de selir: e CHisth (comoncid, a. lover? Eiouchoy Teoh operacién. sta me revela la persistencia| del: raido, He Geel inn priniera Olscevacey uh prince ae Me voy 4 contentar con él? Por nada del mundo, Buee Ios oldos pueden sumbarnie. Voy 2 1a ventana fl une gola de aaia en los vidrios. Pero la Wuvia uede caer vertical. Abro, por consiguiente, la ven= tana y me inelino hacia afuera,.. cle." ZQuiem, eieviamente, ha hecho jams tantos esfuer= zos para distinguir tuna imagen de una pereepelén? Sila imagen de un chsporroteo hubiera eruzado mi espirity, Ia habrin reemnocito inmediatamente’ coma imagen, sin necesidad de mirar los vidrios ni de ebrit 1a ventana, En rigor, ee puede admitir perfoctamente ‘que a eseena referida por Spaier no ha sido total= tnente inventada para responder las exigenclas Gel Dlanteo. Pero un grave error se ha deslizado eh sd Tacohamlente, Bsia serle de pruebas (que Tenan auf es péginas) no se ha reslizado para distinguir la imagen de tn enlsporroteo de una pereepcion sino para clstinguir una percepeién fala de tuna verda= Gera. Y, raturalmente, cuando no se admite entre imagen ¥ pereepelén otta diferencia que la que separa Srna aire Case Neale ass al eT Tan anpalehippaseiis won ela feaerlaens Gog ite x Ee Jo falo de lo verdadero, es fatal que se llame ima- gen a toda percopcién falsa. Pero, justamente, esto ‘e: inadmisible en un psicélogo. Pereibir un hombre fen lugar de un Arbol, no es formar una imagen de hombre, es, simplemente, nereibir mal un &rbol. Se- ‘gaimos en el terreno de la percepcion y, hasta cierto panto, pereibimos correctamente: hay sf un objeto =a diez pasos de nosctros— en la penumbra. Es si lun cusrpe delgado, esbelto, de un metro ochenta de alto aproximadamente, ete. Pero nos hemos engafia~ do sobre la manera de aprehender cl sentido de este ‘odjete. Igialmente, si aguzo el oto para saber si en realidad he pereibido un crujido, esto significa, en el fondo, que trato de discenir si lo pereibido es realmente un crujido. He podido tomar un ruido ‘orginico, por ejemplo’, el ruido de mi respiracién, Por el chisporroteo de 1a Huvia Pero, por otra rarte, aceptardo Ja discusién en el ‘terreno mismo-en que se ha colocado Spaier, gcémo admitir que el juicio, al clasificar una representa cin entre las imagenes, pueda, al mismo tiempo, suprimir su exterioridad? Taine, que habia entrevisto Ia distineién por medio del juicio, no se habia equi- ‘yooads al respecte, Exeribia, Jo hemos visio: “,,.Aun cuando el orden de los recuerdos subsista y se produzcan 10s Juicios, tenemos uns alucinecién; ‘en realidad nes sabemos alucinados, pero no por eso Ja imagen parece menos exterior..." En efecto, tal es Io que parece que se debe pro- ducir en la hipétesis de Spaicr: si veo un hombre sentado frente a mi, mi juicio puede muy bien con- vencerme de que se trata de una visida, de un fan- tasma; no por eso dejaré de ver al hombre sentado frente a mi. ,O bien hay que ercer que el juicio xeeorta y construye paralelamente la extetioridad Ia inferioridad en un grupo de contenidos psiauicos neutros? Seria ponorse on pugna cen el buen sentido: ¥ con los datos actusles del problema de la per- Pero, si se legera 2 admitir incluso que ese pro- Ver sepa its Iteresantasehevants do Lagat exh verdes eta paral, Pas, 984 wees cedimiento de distinciin pudiera a veces dar resultado, en la mayoria de los casos seria inoperante. Primero =¥ muy a menudo— haria tomar las pereopsionce por imagenes. En efecto, se producen ¢ cada instante alrededor nuestro una ‘multitud de pegushes indi dentes extraiios, objetos que se mueven solos (en apariencia), que crujen o gimen, aparecen o desapa~ recen, ete. La reflexién expliea del modo mas simple todos 303 fantisticos sucesos, pero, a primera vista, deberian sorprendernos; dcberiamos sentimos tenta- os, al menos un instante, de ubicarlos entre Jas imi- genes. Extabe seguro de haber puesto mi sombrero €n el armario y he equi que lo encuentro sobre la sill, ;Voy a dudar de mi?, “ano creer en Io que ‘yen mis ojos?” Ni por un instante, Podria cansarme en buscar expliceciones: pero Io que yo daria por seguro desde el principio al fin de mis reflexiones, sin siquiera tomarmo el trabajo de ir a tocatlo, 2 que el sombrero que veo es ciertamente mi sombrero, real. Croo quo mi amigo Pedro esti en América, He, aqui que lo diviso en una esquina. Voy a decirme. “ea una imagen’? De ninguna menere: mf primera reaccién es averiguar emo es posible que ya haya zegresado: Zha sido Namado?; zhay algun enfermo cn su casa? ele. Me acuerdo incluso de haber encon= rado un dia a un antiguo compafero del secundario que yo creia muerto. En realidad se habia produeico una contaminacién entre dos recuerdos, peto yo he bria jurado haber recibido Ia noticia de sa muerte. Esta certeza no impidié en modo elguro que mi pri- rer pensamiento sl verle fueso: “Entonoee ‘mo be equivocado: no es él quien ha muerto, debe ser Fulano de tal, ete!” 7A dénde queremos egar con todo esto? A lo siguiente: lejos de que motives re cionales puedan inducinos a poner en duda nuestres pereepciones, son nuestras pereepciones quienes go- Bierman y dirlgen nuestros juicios y razonamientor. A ellas adaptamos constantemonte nuestros sistemes Ge referencias. Puede estar conveneido de que X hha muerto 0 cue esti, de viaie, lejos: si lo veo, reviso mis juicics. La percepoién es una fuente primera de conocimiento: nos entrega los objetos mismos; et una de las especies principales de intuicién, 0 que les alemanes amen ‘una intuicién dadora original (originir gebende Anschauung), y tanto lo sentim ‘asi que nuestra disposicion de expiritu para con eli es la javersa de Ja que deseribe Spaier: lejos a ritiearla, tina vex que ha surgido procurames ji ficarla por todos los medios. Algunos, incluso, si ercido ver a Pearo, en eireunstanciat on que resultg imposible que e:t6 en Francia (se 1o ha visto embars Cane para Nueva York tres diaz antes) sostendrany con los argumentos mis sofisticos e iaverosimiles, ereches de su percepeién (falsa) contra los. dere ‘ehos del razonamiento. ‘Tutego, ¢ inversamente, este procedimiento de a tinoién seria Ja mayor parte de las veces muy inst ficiente para descubrir las imagenes como Imig En efecto, para que tuviora éxito, seria necesario que nuestras imagingciones fueren muy @ menudo fang {Ustions, disparatadas, lirieas ¥ tan diferentes de lag percepeiones cotidianas que el juinio pudiera com Giesta probabilidad alejaélas del mundo real. En Iu fe esto, geuél es, en sums, cl mundo imaginario @p Gus vivo? Pues bion, expere a mi-amigo Pedro 4) pusde venir de un momento a otro, y me represent Su fisonomia: ful ayer a Ja casa de Juan y reouerd su traje, Pienso Iuego en los cuellos postizes aug estan en mi ropero, después en mi Untero, ete, el ‘Nada real viene a contradccir todas estas ima goné familieres, La puerta de Ja antecdmara esté abierta ‘ala penumbra. Neda impide que proyecte la imat igen de Petro sobre ese fondo negro, ¥, si esto suced a, como él tiene Ta Ilave del depertamento, nd tendrie ninguna raz6n para poner en duda la reali ded de esa imagen, Pero, se dirf, isi mo se accreal {Sino responde cuando se lo interpela?, zsi desaparee de golpe? Sin duda: lo tomaré entonece tinacién. Pero, zquién, me pregunte, quién se at veria a afirmar de buena fe que ha recurrido 9 a mejanie procedimiento para clesificar una aparici fentre Jas imégenes 0 entre las percepciones? En efed to, el curso de nuestras imégenes se regula en genera por el de nuestras pereepciones y 10 cue imag ‘mos slo precede apenas To que va a ocurrir 0 gue apenas lo que acaba de producirse. En mente en su intento de encontrar Ja conclencla es- condiciones Ja percepcién deberia ser a cada instante Une conquista sobre el suefo, habrla que arriesgarse continuamente a negar, en base a simples presuncio- nes, In realidad de tal figura; a atirmar, sin rez6n decisiva, le existencia real de tal otra. El universo ‘sensible, ton penossmente construido, estaria constan- temente invadido por visiones complctamente vero- simile: y a les que seria necesario, sin embargo, apartar msl que bien, sin estar jamés_ absolutamente soguros de tener el derecho de hacerlo. Se advierte Que el munda, asi deserito, un mundo donde Jamas se termina de- corregir las apariencias, un mundo Gonde toda peroopsién es conauista y juicie, ne co- ; rresponde de ningin modo al mundo que nos redea, | En efecto, los objeios son selativamente estebles, re~ } Tativamente claros: sin dada, hay que esperar a | menudo antes de estar seguro de Ia naturaleza de tun objeto; sin duda, esta espera puede darse como . Ya eseneia misma de la aciitud perceptiva. Pere las. apariencias quo se disipan asi no son imagenes, son finiearnents aspectos incompletos do las cosas. Nin- guna imagen, Jamis va a mezclarse con las cosas reales, Y es una suerta, pues como accba de verse, fei fuera asi, no tendviamos ningtin motio de spa tarlas, y el mundo de la vigilia no se distinguitia Glaramente de! mundo del evcio, ‘Asi, cuando se ha afirmado primeramente 1a iden tidaa fundamental de las perecpciones 7 de las imi genes, se esta obligado a recurrir a juicios de proba bilidea para aistinguirlas después. Pero es0s Juicios ae probabilided no hallarien fundamento sélido: se= ria necesario, en efecto, que cl orden de las percep= clones y 1 de las imagenes se distinguieran clara- mente ¢ hicleran posible un juicio de distincién. Lo ‘aie equivale 2 decir que si la cistincién no esta dade primero de algtin modo, ningin poder del entendi- fnionto puede bastar pars establecerls. Y esto se podia prever desde el comicnzo: en efecto, si se a pieza por afirmar la identidad cconoial de dos obj tes, esta afirmacién anula por su naturaleza misma 1g posibilidad de distinguirlos ulterlormente. Asi, 1a teotia metafisiea de la imagen fracasa definitiva- pontinea de imagen, y el primer paso de una psico- logia conereta debe consistir en liberarse de todos los postulados metafisicos. Por el contrario: es pre~ slso partir de este dato de heoho irretutable imposible formar una imagen sin saber al mismo tiem- yo que forme tuna imagen; y el conedmiento inme- diato que tengo de la imagen en cuanto tal podrd Megara ser la base de juicios de cxistencia (del ‘ipo: tengo una imagen de X — esto es una imagen’ pero ella misma es une evidencia antepredi= cativa, Sin duda, hoy podria enontrarse mas de un psieé- Togo que nos concediera este principio. Pero entre elles hay muy pocos que ven claramente a lo que dicka adhesién compromete. Bs eaf como I. Meyerson, en el ‘axticulo que hemos citado mis arriba, puede escribir: ‘La imagen no es una pereepcién ¢ una sensacién debilitade; no es un pélido reflejo del pasado, La imagen esta en el camino de la abstriceioa y de ia generalizacién; est en el camino cel pensamiento... La imagen es, pues, una percepeion repenseda y, por ‘tosca que pueda parecer atin, racionélizada; es ya tuna racionalizacién de lo dade sensible.” Afirmar que la imagen no es una percencién esta muy bien. Pero no basta con afirmarlo: es necesario fademis fundamentar esta afirmaciin sobre una dos- eripeién coherente del hecho psiquico “imagen” se vuelve implicitamente # confundi ‘eepeién, es total distinguen Ahora bien, basta leer con cierta atencién el texto ‘que scabsmos de citar para ver que la deseripeloa que Meyerson da de la imagen convendria palabra por palabra a la percepelin. La imag tuna “racionalizacion de lo dado sensible geurre de otro modo con Ja percepeién? {Existe tuna ercepeién que no sa un acto del pensamiento? Gbexisic una percepcidn que sea un puro dato sensible, privado de una sintesis intoncienal? ;La imagen esti “en el camino de la abstraccién y de la generaliza- eign”? {Qué se pretende decir?: Zque no hay imagen absolutamente particular? Por lo pronto, no es total- 1, Meyers es Noutcau Trai de Peytoloty t, 1, phe. 604 : es una inlerpretacién errénea de un ‘hecho real que procuraremos explicar en otra parie, Pero, aun evando esto fuera asf, :no ocurre riguro- samente Io mismo con la pereepcion? Pereibo “un {intero”, “una mesa’, “un sillon Luis XVI) para eget a lo individual, a la materia sensible, a este matiz ‘perticular de la tela que recabro el sillén, hay que hacer un es{uerzo, invertir Ja diteccién de Ja atencién. O aun, come ‘dice Spaier, alguien me sonrie, y yo percibo la benevolencia; se agita uns bbandora y peratbo Ia nacién, ol emblema del partido 0 dela clase. No estoy mis que a medio camino de la abstraceiin y de la generalizacién. $i comparo la per cepeién de wna casa (he visto una bandera en Ja ven- lana de wa casa) con Ja imagen-recuerdo de la casa en Ja que he pasado mi infancia, eusl de esos dos actos ce conciencia esta del lado de lo general?; ieual de! lado de lo particular? La imagen ¢s una pereepeién repensada, dice Meyerson, Pero zexindo, entonees, seri “repensada” Ia percepelén? Hay ane imaginar Jas tinieblas propicias de un inconsciente onde pair cumplirse, inadvertido, un pequefo bajo de pulido; o bien diremos que la transformacién 0 produse on ol moments on que la imagen aparcce 8 Ia conciencia? Pero, en este caso, gpor qué 7epen- sarfemos ahora esa percepelén renaclente? ¢Por qué no Ja hemos penstdo cuando se nes aparecié por vez primera? Se ve que Meyerson, igual en esto. a mu- hos psiestogos contempordneos, lievé a cabo Ta dis- uimei6n que se imponia: pero no ha sabide por qué Jo hacia. El texto que acabamos de citar nos permite en- tender claramente a qué nos compromete esta afir- maciin: “Hay una diferencia de naturaleza entre pereepeién e imagen.” Meyerson ha distinguido, de algim medo, en la imagen Ia materia y la forma. La materia es ol dato soneiblo, os también la materia de la percepcién. Pero ha recibido otra forma, Es decir, st penetrada de razén. Pero el fracaso de su intenis de diferenciacién nos muestra que la forma no podria Dastar para distinguir Ja imagen de la percepeida, Sin duda, veremos mis tarde que la intencién de una’ ‘imagen no es la de una percepeion. Pero es necesario 1 autores, después de haber hecho de la imagen un ‘objeto exterior, hacen de ella, denis, tna idea. As, Spaien, despuda de mostrar que habia que recurs al juitio e incluso al razonamiento pera distinguir Ja imagen de la pereopeién, no temo eres: “No hay, por un lado, imdgenes y por otro ideas; no ay sino eonceotes mnis © menos concreton” "Es verdad que, después de haber procurado ilami- nar el modo coino Te imagen e> elabozada y_exque- ratizada por obra del pensamiento, insiste parale- Temente @ le porelén de construceion que excon- frames en la pereepeién externa. Toca imagen e: significsclin: pero sucede que toda percepeicn julcio. ‘coo hay mis sersaciones brutas que imagenes puras y nada se opone en este sentido a la identi. feaeloa de la conciencia, esi como de sus contenidos @ sonsibles con el. pensamiento: Pero, en primer lugar, el hecho de que el pensa- rnlento seclonslice los contenisos eonsibles no signi fica evideatemente que esos contenidos sean idénticos al pensamiento; muy por el contrario. ¥ ademés, bale ‘tas afirmaciones definitivas, se adivina una flue fuaelon de ideas: 1a imagen para Spaler no tiene Ja rnisma.fimcién que la pereepeién. Manifiesta una twoviliaad, una transperencia, una doclidad gracias ‘las cuales se la puede asimilar al ponsamiento judi- tative y discursive, Pero si eS 2st como la imagen e& pensamiento, entonces la pereeseida no es un penss- Iniento, Ea efecto, su contenido sensible eonsttuye la exterioridad y la abjetiviesd de este titimo. 2c6mo ‘imilir, pues, que el conienido sensible se oponga qf ala coneioneia y Ta obligue a obsorvar, a es perar eon pasieneia, hacer conjeturas y que et Gira parte paiticipe de lo sluides, de la moviidae, de Ta transparencia de lo subjctive? En una palabr Sila imagen tiene un contenico sensible, sex4. qul yosible pensar scbre elle: no se podria entonces pensar eon ella. Esta participacign de la imagen en lo sensible, tiede entenderse de dos mareras: como Deseart © como Hume. Para si teoria de Ta imaginacién Descartes se tienen la misme materie. Sev el fameso problema aristotéiico: 21 teria individualiza? Por lo que respecta a la imeg: ‘respondemes: una y otra. Si, como bien se pien Ia materia de la peteepelén ¢s el dato sensible, tones es necesario que la materia de 12 imagen nd sea de aingin modo sensible, Si, de ctalquicr manera Ja estructura psfquica “imagen” tiene por base sersaciin renacients —incluso racionalizada y re ‘eompuesta— se hace radicalmente imposible, de cw ‘quier modo que se proceda, establecer una distineiOn ‘euslauiera entre Ja imagen ¥ lo real, entre cl univers 5 de la vigilia y el mundo del suefio BP EL problema de les relaciones de la ima con el pensamiento. Se considera, pues, casi universelmente que recoptividad: con Spaicr gue “tomar conciencia es eomprobar”, he fen Ta base do ta imagen, algo que colamento ee se deja comprobar. Es también, se diré, el caso di 1s percepeién. Sin duda, pero, precisamente, el obje Demos regular segin 6 el curso de nucstras debemos esperarlo, formular hipitesis sobre su natt raleza, observarlo. zEsta actitud es aceso posible, tiene ineluso sentido cuando se trata de una imagen, ¢ decir, de algo que se presenta como una ayuda par el pensamiento? La imagen sirve para descifrar, pars comprender, para explicar: pero zhay que descifrarl ‘comprenderla, explicarla primero? Y zedmo se pI de hacerlo? ;Por medio de otra imagen? En real testes difieultades que saltan a la vista con inovit bles: en efecto, 12 imagen, que se asimila primero Ta percepcién, es también pensamiento. Permamel imfgenes, construimos esquemas, Y, lo cue complies ae ee a ae eT ieee ae sitta, Io hemos visto ya, en el plano psicofisiolégica Hay un alma y hay un cuerpo. La imagen es un : ides que forma ol alma en ocasién de una efecciSnl del elerpo, St despojamos esta eoncepeién del vora Dularfo cartesiano, queda lo siguiente: los centros sleosensorisles pueden ser exetades por un esti raulo interior 0 por un estimulo exterior. Se Ua imagen al estado de conciencia que corresponde Ja primera clase de exeitacion, pereepelén al ada bajo diverses influencias, el estado cn que un excl tante exterior las habia puesto — ya se lame esta posibilidad huélla cerebral 9 engrama. Pero, fe asi, el orden de aparicién de las imagenes en lal eonsienela sera el resultado del trayecto de los “: piritus animales’, es decir, dependeri de los circul tos asoriativos y’ del trayecto del influjo nervioso En una palabra, un éeterminismo fisiol6gico regiré la sucesion de las ‘imagenes en la conciencia: tal repres sentacin o tal otra surgira en lz conciencia en ocas sign del “despertar” de tal 0 cual grupo asociativo Pero entonees, zeémo podremos ofrecer 1a imagem como una ayuda cfectiva del pensamiento? Dereartes, quo habia previsto Ja objeciin, imagin : admisible, Queda 12 hipétesis de un determ fisiol6gico integral. En ese caso, el orden de apari cién de las imagenes, como lo ha visto muy bien) ‘a de las “huclias” corebreles en el espa: colo. Pero entonces la sucesiin de les imagenes s¢ encontrar regida por leyes mecdnicas y objeti Ja imagen se convierte en una parte del univers : exterior. Sin duda, es ante todo un acto psiquico: Pero este acto corresponde rigurosamente a una mo= dificacién fisiolégica. Dicho de otro modo, cebem aguarder naostras imagenes como aguardamos 103 objetos; esperar Ja imagen de Pedro como espero a % Clapardde, L'Amocaton dee Hee, 3000. mi amigo Pedro en persona. ¢En qué se ha transfor mado eatonces el pensamiento? Pues bien, frente a las imigenes esti precisamente como frente a la pereepeién: es [0 que no es imagen, Io que no es pertepeidn. Sélo que no puede lamar a las imégenes en su ayuda; como tampoco puetle lamar a un objeto exterior. Si se aceptan estas premisas, se hace nece- sario aceptar tainbién las observaciones de James (a ‘quien por lo demas Clapardde cita en st cbra): no se podria admitir que el pensamiento de una semejanza, en ocasién de una pereepeids, haga surgir una imas gen que se parezea a esta percepcién. Antes bien la contigiiidad meciniea hece surgir 1a imagen al 1s ‘mo tiempo que la percepeién 0 gue It imagen consi derada, y vecién entonees el pensamiento puede com probar la semejanza, En una palebra, cl pensamiento no puede servir de tema directive, alrededor del cual se organizarian imagenes, como instrumentos, como aproximaciones. El pensamiento queda rigurosamente. Teducido a una sole funcién: captar las relaciones. entre dos clases de objetos: los objetos-cosas y los ‘ objetos-imagenes. Como dice Alain, on un sentido apenas diferente: “No se piensa lo’ que se quiere.” Esta muy bien, pero jqué son ontonece Jas Teyeo logicas? Sin duda, se puede intontar reducirlas tam- bign a relaciones’ asaciativas, En exe caso, bajo una 1 otra forma, nos volvemos a ercontrar con el as0- ciacionismo de Taine. Pero, si debemos conservar la existencia de un pensamiento auténomo, nos vere- ‘mos obligados a reducirlo al mero juieio inmedito, ‘atirmando al instante tal o cual relaeién entre dos ereepciones, dos imagenes o una imagen y una per- cepeién, que han aparecido fucra de é y como a pesar styo. 2@uién reconocerd en este pensamiento a quedrado y traqueteado, detonido abrupiamente en. sus desarrollos yor apariciones siempre nuevas y sin rolacionos légiea: entre sf, quién reconoceré en 61 1a facultad de razonar, de concebir, de corstruir ma- quinas, do realizar éxporiencias mentales, ete? Hay una nica manera de sortear la difieulted: aceptar el paralelismo integral de los modos de 1a extension y del pensamionto. En ese caso, las afec~ clones corporales corresponderin también’ al pensa- y me Feet el th chino corresponderian a imagenes. Asi, podriamor admitir | pe aie ee ec eh ee ee eee siones débiles. Las segundas son imigenes y no di- fleren de las primeras més que en intensidad. zHemos superade, por medio de esta conversion, las

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