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Programa de Psicología
Sexualidad y Género
Ensayo
Presentado por:
Tutor:
Alex Jhovanny Hinestroza
Hoy día hablar de educación sexual no es tabú como era en los siglos pasados, donde
los padres reservaban todo tipo de información sexual porque creían que era manera
de despertarles curiosidad a sus hijos por sí mismos y por el sexo opuesto. Por tanto,
el mundo giraba llevaba esta información bajo un régimen no visible solo propicios
para adultos. Pero vemos que hoy día, que no solo es hablar de sexualidad sino las
connotaciones que tiene con la psicología de las emociones que no solo se denota por
un acto sexual sino por afectividad humana, emociones determinadas por estímulos
pertinentes que prepara al individuo para la acción. Por eso, la emoción va enlazada
con la educación sexual porque algunas situaciones sexuales son escenarios propicios
para la aparición de emociones como temor, éxtasis, placer, entre otras. También
porque dentro de las necesidades psicológicas se encuentra la sexualidad y las
emociones, y, las emociones como la sexualidad conllevan impulsos para actuar, que
buscamos regular en conformidad al contexto específico y a una ética personal y
social. Es inevitable no reconocer que las emociones van enlazadas con los sentidos y
el afecto, y por ende se crea ambientes propicios para determinar como un individuo
reacciona al sentir la manifestación de aspectos emociones y asociarlos a la sexualidad
como acto de calmar y saciar una necesidad humana. Hiendo un poco más de las
emociones, la educación sexual enlaza la educación sexual por medio de factores
determinantes como:
En el ámbito afectivo el hombre y mujer se conciben como seres sexuales y más allá de
este concepto, son seres humanos con sentimientos y emociones que no deben ser
utilizados recíproca y sexualmente con la pretensión egoísta de tomar placer del otro
y luego botar a la persona como si fuese un objeto, cuando las relaciones sexuales
excluyen el compromiso afectivo, la relación sexual humana queda abismada y vacía,
descendiendo a un nivel más bajo que el concepto que se tiene de relación sexual
entre los animales (Polaino, 2000, párr. 37).
Es importante también resaltar que el impulso sexual puede ser una emoción más,
provocada por un cierto patrón de respuestas ante los estímulos pertinentes que
preparan al individuo para la acción, provocando cambios en su fisiología, expresión
corporal, cognición, entre otras. Por tanto podemos decir que la emoción y la
sexualidad están íntimamente relacionadas, y se pueden crear lazos entre el
conocimiento del mundo emocional y la educación sexual.