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Y a partir de esto último una cierta mejora del nivel de vida de las personas.
Sin embargo, no son pocos los que comienzan a opinar que el crecimiento
económico es una peligrosa arma de doble filo, ya que dado que mide el
aumento en los bienes que produce una economía, por tanto también está
relacionado con lo que se consume o, en otras palabras, gasta. La causa por
la que según este razonamiento el crecimiento económico puede no ser
realmente deseable, es que no todo lo que se gasta es renovable, como
muchas materias primas o muchas reservas geológicas (carbón, petróleo,
gas, etc.). A parte de este también trae problemas ecológicos debido a los
modelos de consumo y de producción industrial que se utilizan tanto en
los países más desarrollados como en los países en vías de desarrollo, en
los que dejan el crecimiento económico por encima de las consecuencias
medioambientales del mismo.
La balanza de pagos siempre tiene que estar en equilibrio cuando todos los
tipos de pagos son incluidos, pueden existir desequilibrios en las cuentas
individuales que forman la balanza de pagos, como la cuenta corriente,
la cuenta de capital o la financiera excluyendo la cuenta de la variación de
reservas del banco central, o la suma de las tres. Un desequilibrio en la
última suma puede resultar en un país superavitario que acumule riqueza,
mientras que una nación deficitaria puede devenir progresivamente
endeudada.
Cuenta corriente
- Por otra parte la cuenta financiera Según Blanchard (2006) como parte del
segundo bloque de la balanza de pagos está compuesta por tres tipos de
transacciones como son:
-Inversión directa: Es la inversión de capital, propiedad de un extranjero
cuyo objetivo es obtener una participación duradera en la gestión de la
empresa en que se invierte. También se considera a la adquisición o venta
de inmuebles entre residentes y no residentes de una economía.
Por otra parte los países en desarrollo son aquellos países cuyas economías
se encuentran en pleno desarrollo económico partiendo de un estado
de subdesarrollo o de una economía de transición. Si bien aún no alcanzan
el estatus de los países desarrollados, han avanzado más que otros que aún
son considerados países subdesarrollados.
Según Keith Griffin, bajo esa nueva concepción, se entendió que el objetivo
del desarrollo no tenía que ser incrementar el PIB de una región, sino
propiciar que la gente “dispusiera de una gama mayor de opciones, que
pudiera hacer más cosas”, esto es, tener una vida más larga, librarse de
enfermedades, tener acceso al conocimiento…
Los países deben afrontar adversidades para hacer esa transición y pasar a
ser un país desarrollado, El obstáculo demográfico: la tasa de aumento de
la población, entre un 2,6-2,7% supone, de mantenerse, la multiplicación por
13 de los efectivos humanos en un siglo. Este ritmo constituye un hecho
enteramente nuevo y absorbe buena parte de las inversiones. El obstáculo
técnico: en los orígenes de la Revolución Industrial la simplicidad de la
técnica permitía su asimilación casi inmediata. En contraste, la complejidad
de la técnica actual supone unos niveles de preparación para
su aprendizaje que están muy lejos de las posibilidades de los países del
Tercer Mundo.
Los niveles de renta son bajos lo que acarrea bajas tasa de ahorro no
contribuyendo en gran parte a estimular la inversión infiriendo de ello las
consecuencias contractivas para la economía;