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Carla Wainsztok
Introducción
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Ensayo en el doble sentido de la palabra, el ensayo como escritura y la
posibilidad de ensayar una nueva pedagogía, una nueva gramática y una nueva
política.
Para el filósofo Arturo Roig, el ensayo es “género literario y a su vez praxis social
y política, como si fueran las dos caras de un mismo intento (…) La sociedad colonial
se había organizado sobre un sistema de tradición de carácter dogmático que se
manifestaba en diferentes campos” (Roig , 1976:173)
Este ensayo presume la idea de distinguir bien entre lo que puede ser útil y lo que
no bajo la figura de “ adOptar y adAptar” (Rodríguez, Tomo II 1988:174). Nosotros
solemos pensar esta idea bajo la figura de la apropiación. Apropiarnos de otras ideas,
de otros conceptos que fueron pensados en otras geografías y tiempos pero“para no
errar en las aplicaciones” (Rodríguez, Tomo II 1988:174) es decir no dejarse fascinar
por Europa ni por Estados Unidos.
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Formar maestros
Para Rodríguez:,
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sabio, ilustrado, filósofo i comunicativo, porque su oficio es formar hombres para la
sociedad (Rodríguez, Tomo II 1988:541)
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En la Universidad de Buenos Aires, las materias sobre pensadores
latinoamericanos o Teorías Latinoamericanas son optativas. El pensamiento
universitario es un universal abstracto, no un universal situado.
Formación docente latina, que debe ir acompañada por dos debates a) sobre las
condiciones de vida de los docentes y b) sobre las “nuevos y los viejos docentes”
Respecto a lo económico
Para Rodríguez, los docentes no deben ser más ayos mal pagos, puesto que un
siervo formaría para la servidumbre y en cambio afirma Rodríguez
La imagen del hambre en docencia se relaciona con la idea de la vocación, por eso para
Rodríguez urge diferenciar a la vocación de la inspiración.
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“No se tome Vocación por Inspiración ni el hambre
por llamamiento al Magisterio. Las cualidades
requieren un premio proporcionado a su mérito, y el
tiempo que se emplea en el desempeño del cargo. El
tiempo es todo el año. El Maestro debe contar con una
renta, que le asegure una decente subsistencia, y en
que pueda hacer ahorros para sus enfermedades y su
vejez. Puede, o más bien, debe tener una familia- no
cuenta con ascensos ni retiros, ni su viuda con
montepíos- no ha de recibir dádivas a cambio de
preferencias, ni limosnas que lo humillen- no ha de ir
al hospital a agravar sus males, ni a casa de
misericordia a guardar dieta, y a que lo saquen al sol
para que se seque y pese menos, cuando lo llevan a
enterrar “(Rodríguez, Tomo I 1988:249)
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En relación a los directores y los rectores Rodríguez sostiene
“En los niños pobres (…) está la Patria” (Rodríguez, Tomo I 1988: 286) Esta
frase martillea nuestra cabeza una y otra vez. En los pibes que venden artículos en
los subtes, en los pibes cartoneros, en los niños que duermen en la calle, allí decimos
con Rodríguez está la Patria. “Esto es los cholitos y las cholitas que ruedan en las
calles” (Rodríguez, Tomo II 1988: 517) Y la infancia debe volver a ser Patria.
Escuela social, educación popular, escuela política, escuelas para la República son
sinónimos en la obra de Rodríguez y, es en este punto donde se diferencia de todo el
pensamiento europeo. “En las Repúblicas la Escuela debe ser política también pero
sin pretextos ni disfraces” (Rodríguez, Tomo I 1988: 235)
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“Educación popular, las hay en las monarquías
mitigadas para embaucar a los pueblos, haciéndoles
creer que el Soberano se interesa en su ilustración; pero
el tema de las lecciones es, obedecer ciegamente al
ungido del Señor, para asegurar su salvación”
(Rodríguez, Tomo I 1988: 235)
Rodríguez insiste
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“denseme los muchachos pobres, o denseme lo que
los hacendados declaran libres al nacer, los que no
pueden enseñar, los que abandonan por rudos, a los
que ya están grandes, a los que no pueden mantener”
(Rodríguez, Tomo I 1988: 313)
Rodríguez intuye que su proyecto no va a ser bien recibido por los “Doctores de
antaño” (Rodríguez, Tomo II 1988: 35); ya que allí se enseña a “hablar la Lengua
de los Bárbaros y haciendo platos, botellas, tapias, silletas y clavos” (Rodríguez,
Tomo II 1988: 35) pero el maestro de Bolívar sabe también que
“La juventud americana necesita abrir los ojos sobre su situación política y los
niños tiene que aprender a leer; los jóvenes que han de reemplazar a los padres de
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hoy, deben pensar y escribir mejor que sus abuelos, si quieren que en América
haya patria y lengua”( Prieto Castillo: 1987:117)
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con acción, o mejor, el pronunciar la palabra y leerla
con el transformar el mundo (el escribirlo), En otras
palabras, articula el orden económico-cultural de
producción y los campos de significación de los
lectores, con el desarrollo de las prácticas
contrahegemónicas, esto es: transformandoras y/o
resistenciales (Huergo: 2005: 211, 212)
Pero para Rodríguez también es necesario “pintar las palabras (…) pintar los
pensamientos y “no se han de ensartar las ideas en un renglón, como las perlas de
un collar- porque no todas son una” (Rodríguez, Tomo I 1988: 289)
Y los docentes tienen en esto un papel fundamental ya que “los sonidos (…) que
para el Maestro son Palabras, porque significan, para el Discípulo no pasan de
simples sonidos (…) ¿cómo le quedará la cabeza?”(Rodríguez, Tomo I 1988:
289)
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profesor, cuando lee el texto, lo lee hacia fuera, hacia
adentro y hacia los oyentes. Hacia fuera porque el
profesor pronuncia para sí mismo y para los demás
eso que el texto dice. Hacia adentro porque el
profesor dice el texto con su propia voz, con su propia
lengua, con sus propias palabras y ese redoblarse del
texto hace que las palabras que lo componen le
suenen, le sepan o le digan de un modo singular y
propio. Hacia los oyentes, porque el profesor dice el
texto en el interior de algo común (…) aquello que los
oyentes sienten en común cuando atienden a lo
mismo y que no es otra cosa que la experiencia de la
pluralidad y del infinito del sentido” (Larrosa, 2000:
141)
Rodríguez recuerda que para “Buffón la lengua y la mano son los dotes más
preciosos del hombre” (Rodríguez, Tomo II 1988: 151)
Por su parte, Emilia Ferreiro se pregunta y nos pregunta ¿Qué hay en esas
marcas para que el ojo incite a la boca a producir el lenguaje? (…) El lector de
hecho es un actor: presta su voz para que el texto se re- presente (en el sentido
etimológico de volver a presentarse)” (Ferreiro, 2003:26)
Entonces, “Leer no será estropear palabras por ganar tiempo, sino dar sentido a
los conceptos” (Rodríguez, Tomo I 1988: 401)
Los niños de hoy deben saber leer, en todas las acepciones que hemos definido
leer porque “mañana serán los Diputados, los Jueces, los Ministros, los
Plenipotenciarios, los Generales y los Presidentes” (Rodríguez, Tomo I 1988:
400) Los niños de hoy que no son otros que los niños pobres donde se encuentra
la Patria.
“Si en las tierras vírgenes de los desiertos sembraran la semilla que se pierde en
los poblados … (los niños pobres) … harían la abundante cosecha (de hombres)
que en vano esperan de los corrales y de los salones de la ciudad” (Rodríguez,
Tomo I 1988: 401)
Europa y América
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Nuevo. Por esta razón, lo que sucede en América tiene, en última instancia, su
origen en Europa.
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Poner en cuestión el concepto de civilización no es otra cosa que criticar la
dicotomía civilización- barbarie. “No hay batalla entre la civilización y la
barbarie, sino entre la falsa erudición y la naturaleza” (Martí, 1980, 15)
El Viejo Mundo —el lugar de origen de los maestros que llegan a América y,
por ende, de los catecimistos, la Enciclopedia y la colonización pedagógica—,
corresponde al escenario de Los Miserables: la obra de Víctor Hugo. Constituye
un ámbito que está cubierto por un velo brillante que, al ser arrollado, deja ver
“el horroroso cuadro de su miseria y de sus vicios — resaltando en un fondo de
ignorancia”. Y exhibe un espectáculo tan dantesco que Rodríguez, un observador
del mismo, demanda con indignación:
América no debe imitar, debe ser original “ya que la grande obra de Europa se
ha hecho sin plan, se ha fabricado a retazos- y las mejoras se han ido
amontonando, no disponiendo (Rodríguez, Tomo II 1988: 110) y es más “la
sabiduría de Europa y la prosperidad de los Estados Unidos son dos enemigos de
la libertad de pensar en América” (Rodríguez, Tomo II 1988: 133)
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“Traer Ideas Coloniales a las Colonias! (…) ¿Estamos
tratando de quemar las que tenemos? (…) ¿Vienen a
proponernos cargamentos de Rubios…en lugar de los
negros que nos traían antes? - ¿para alborotarnos la
conciencia, i hacernos pelear por dimes y diretes,
sacados de la Biblia?? … que COMERCIO! Válganos
Dios” (Rodríguez, Tomo I 1988: 345).
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La entreayuda para adquirir cosas es el cada uno para sí mismo:
República y filosofía
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Rodríguez insiste
La libertad no es una palabra hueca, “no hay LIBERTAD donde hay AMOS
(…) Ha llegado el tiempo de pensar en la UNION y en la LOGICA, en
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ORGANIZAR y en INSTRUIR en la SOCIEDAD y en la ENSEÑANZA
(Rodríguez, Tomo II 1988:178)
Que todos piensen en el bien común eso hace a la “REPUBLICA (…) Sin
Conocimientos Sociales (el hombre) es ESCLAVO” (…) Los Conocimiento son
PROPIEDAD PUBLICA” (Rodríguez, Tomo II 1988:181)
Como afirma Martí “Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedras”
(Martí, 1980:9) y estas ideas deben organizarse en una Confederación de
Naciones. “ Hagan las Repúblicas nacientes de la India Occidental un
SINCOLOMBISMO Borren las divisiones territoriales de la administración
Colonial, y no reconozcan otros límites que los del Océano SEAN AMIGAS SI
QUIEREN SER LIBRES” (Rodríguez, Tomo I 1988:292)
Bolívar y Rodríguez deseaban formar una Patria Grande “ Yo deseo más que
otro alguno ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por
su extensión y riquezas que por su libertad y su gloria” (Bolívar, 1990: 76),
tuvieron encuentros y desencuentros, las disputas por el método de enseñanza
(lancasteriano), la escuela de Chuquisaca, pero se ha de recordar que en el
proyecto de Constitución venezolano Bolívar sostiene” La educación popular
debe ser el cuidado primogénito del amor paternal del Congreso. Moral y Luces
son los polos de una República, moral y luces son nuestras primeras necesidades”
(Bolívar, 1990: 116)
Si el tiempo es el lugar de la obra, estos son buenos tiempos para apostar por
Nuestra América. La descolonización pedagógica implica poner el cuerpo en las
aulas, en las fábricas, en los movimientos sociales, en los bachilleratos populares,
en la escritura. Manos a la obra.
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Bibliografía
Argumedo, Alcira (1993) Los silencios y las voces en América Latina, Buenos Aires,
Colihue
Ferreiro, Emilia (2003) Pasado y presente de los verbos leer y escribir, Buenos
Aires, FCE.
Rousseau, Jean Jacques (1984) Ensayo sobre el origen de las lenguas, México, FCE.
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