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10.1. Introducción
La lógica de segundo orden (SOL) se distingue de la de primer orden en que
posee variables relacionales además de las individuales, y ambas pueden cuan-
tificarse. Ya que fue Frege el precursor en el uso de las variables relacionales,
la lógica de segundo orden cuenta ya más de cien años, aunque una clara dife-
renciación entre ella y la de primer orden se hizo esperar y supuso el esfuerzo
conjunto de otros lógicos. La distinción estaba implícita en el trabajo de Rus-
sell, pero no fue explícita hasta el de Hilbert y Ackermann [28]. De hecho, la
lógica de primer orden es sólo un fragmento del lenguaje altamente expresivo
de Frege [21] y Russell [42]. Durante mucho tiempo fue considerado un “estudio
esotérico”, limitado al ámbito meramente filosófico; actualmente recibe recono-
cimiento por su utilidad en aplicaciones y por su importancia en fundamentación
de la informática teórica 1 .
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254 CAPÍTULO 10. LÓGICA DE SEGUNDO ORDEN
Σ = hV AR, F U N Ci
–que nos indica cuántas clases de variables tenemos y los tipos de los signos–.
Tendremos dos de ellos –SOL y λ − SOL– siendo su única diferencia el signo
de abstracción lambda.
1. Conectores: ¬, ∧, ∨, →, ↔
–de tipos: h0, 0i , h0, 0, 0i donde el tipo cero es el de los valores de ver-
dad3 –
2. Cuantificadores: ∀, ∃
3. Abstractor: λ
4. Paréntesis: ), (
5. Signos de igualdad: E, E1 , E2
2 Esto nos permitirá demostrar incompletud en la sección 10.5.
3 El tipo h0, 0i significa que la conectiva asigna valores de verdad a valores de verdad y el
h0, 0, 0i, que simplifica a h0, h0, 0ii, que otorga valores de verdad a pares de valores de verdad.
10.2. SINTAXIS Y SEMÁNTICA 255
–de tipos: h0, 1, 1i , h0, h0, 1i h0, 1ii , h0, h0, 1, 1i , h0, 1, 1ii4 –
6. Falsedad: ⊥
7. Signos en OP ER.CON S. Dicho conjunto puede incluir functores y rela-
tores de cualquier grado o ariedad.
8. Variables individuales y predicativas:
x, y, z, x1 , x2 , x3 , ...
X11 , X21 , X31 , ...X 1 , Y 1 , Z 1 ...
–de tipo h0, 1i–
X12 , X22 , X32 , ...X 2 , Y 2 , Z 2 ...
–de tipo h0, 1, 1i–
etc...
λx1 ...xn ϕ
∀X n ϕ
Incluyo tres reglas para formación de términos; a saber, T1: variables, T2:
constantes –que son signos en OP ER.CON S de tipo 1, que abrevia a h1i–
y T3: términos functoriales.
Cuatro son las reglas de formación de predicados; a saber, P1: variables,
P2: relatores –que son signos en OP ER.CON S de tipo h0, 1, ..., 1i–, P3:
igualdad y P4: predicados con λ.
Cinco son las reglas de formación de fórmulas; F1: atómicas, F2: igualdad
entre relatores, F3: conectores booleanos, F4: cuantificación individual y F5:
cuantificación predicativa.
La formación recursiva de términos, predicados y fórmulas se puede apreciar
en el gráfico:
4 El tipo h0, 1, 1i significa que otorga valores de verdad a pares de individuos, mientras
que h0, h0, 1i , h0, 1ii otorga valores de verdad a pares de conjuntos de individuos, y así
sucesivamente. Observad que en vez de conjuntos consideramos funciones características.
256 CAPÍTULO 10. LÓGICA DE SEGUNDO ORDEN
τ1
T3 f τ 1 ...τ n ..
.
τn
x1 P4 λx1 ...xn ϕ
f
.. P3 E
T2 b .
P2 P Πn
xn λ
P1 Xn
t1
T1 x ..
.
tn
F1 Πn t1 ...tn ϕ
F2 Πn = Ψn
α
∀, ∃ F3 (α ∧ β) ∧
β
F4 ∀xψ
F5 ∀X n ψ ψ
Semántica estándar
Debemos, por consiguiente, otorgar referencia a las nuevas variables. Una
variable de conjunto toma valores en el conjunto de las partes del universo
de individuos, mientras que una variable relacional binaria toma valores en el
conjunto de las partes del producto cartesiano de dicho universo. Así, en la
denominada semántica estándar, en un sistema cuyo universo de individuos
¡ ¢ sea
A, el universo de conjuntos será ℘ (A), el de relaciones binarias ℘ A2 , etc.
donde:
Esta fórmula dice: Toda propiedad que valga para el cero y para el siguiente
de cualquier número que la tenga, es una propiedad de todos los números.
La aritmética de Peano de segundo orden AP 2 la forman este axioma,
junto al de inyectividad de la función del siguiente y la exigencia de que
el cero no sea siguiente de ningún número.
2. La Identidad entre Individuos puede introducirse por definición, y no ser,
como en la lógica de primer orden un concepto lógico, primitivo; es decir,
tomado directamente de la metateoría. La definición comúnmente acep-
tada es la de Leibniz, que en SOL presenta el siguiente aspecto:
Esta fórmula dice: “Dos individuos son iguales si, y sólo si, comparten
todas sus propiedades”.
3. El concepto intuitivo de la mayoría de los R son S –i.e., la mayor
parte de los elementos que tienen la propiedad R tienen también la
propiedad S –, puede expresarse en lógica de segundo orden con dos
relatores monarios para R y S del modo siguiente:
Esta fórmula dice (ver figura: 10.2): “no hay ninguna función inyectiva de
R ∩ S en R − S”. Se acepta que esta formulación logra captar la idea
intuitiva de: “la mayor parte de los R son S”, puesto que está diciendo
que el conjunto R ∩ S es “mayor” que el conjunto R − S.
4. Tanto la finitud como la infinitud pueden formularse mediante un único
enunciado. Por ejemplo, la finitud se escribiría:
∀F (∀xy(F x = F y → x = y) → ∀x∃y x = F y)
que es una versión simplificada del axioma del corte de Dedekin –que
dice que siempre que cortemos a los reales en dos hay un elemento en el
corte.–
Esta formulación tiene que funcionar porque sabemos que el cuerpo or-
denado de los reales es el único –hasta isomorfismo– cuerpo completo
ordenado. Por consiguiente obtenemos una fórmula ϕR tal que
A es un modelo de ϕR si y sólo si A ∼
= hR, 0, 1, +, ·, ≤i
10. Incluso la Hipótesis del Continuo, CH, puede ser formulada en segundo
orden. Semejante ϕCH debe decir: “Si el dominio es de la misma cardi-
nalidad que R, entonces cada subconjunto del mismo es o bien numerable,
o de la misma cardinalidad que todo el dominio”. Siendo así
ϕCH es válida syss CH
10.3. CAPACIDAD EXPRESIVA 261
Necesitamos después una fórmula para indicar que el universo del sistema
es de la misma cardinalidad que R. Para obtener dicha fórmula elimina-
mos en ϕR los relatores y functores, poniendo en su lugar variables, y
cuantificamos existencialmente la fórmula resultante5 . Con la nueva ψ R
expresamos la propiedad de ser de la misma cardinalidad que R
2ℵ0 = ℵ1
11. La hipótesis generalizada del continuo GCH dice: 2ℵβ = ℵα , para cada
α, α = β + 1. GCH puede expresarse fácilmente diciendo: “entre la
cardinalidad de un conjunto infinito cualquiera y la del conjunto de sus
partes no hay cardinalidades intermedias”.
5 Aunque el lenguaje no tenga variables funcionales se puede hacer lo mismo con variables
relacionales añadiéndosele la condición que expresa que son funcionales y que el dominio cubre
todo el universo.
10.3. CAPACIDAD EXPRESIVA 263
A, B ∈ Mod(AP 2 ) ⇒ A ∼
=B
Comentario 355 Aunque estos teoremas son propios de SOL pueden usarse
como test de completud, compacidad y demás en otras lógicas.
6 La demostración detallada se encuentra en el capítulo tercero de [37].
10.5. INCOMPLETUD DE LA LÓGICA DE SEGUNDO ORDEN 265
bian.”
268 CAPÍTULO 10. LÓGICA DE SEGUNDO ORDEN
6. Pero no sólo sucede que los recursos de teoría de conjuntos usados para
desarrollar la sintaxis no son muy profundos, sino que también las fórmu-
las de L que expresan derivabilidad son extremadamente simples; son
fórmulas cuya verdad no se alteraría por el paso de un universo matemático
a otro que contuviera más conjuntos.
1. ZF C es consistente
a los distintos universos matemáticos con los diversos conjuntos máximamente consistentes
que extienden ZF C. Suponemos, como es habitual, que ZF C es consistente.
10.5. INCOMPLETUD DE LA LÓGICA DE SEGUNDO ORDEN 269
9. Un teorema de ZF C
10.5.2. Conclusión
¿Cuál es la conclusión de todo esto?
Hay una lección que deberíamos aprender y que tiene varias lecturas:
2. Hay una lectura más liberal según la cual admitimos que hemos cometido
diversos errores al definir la semántica estándar para SOL. En nuestras
estructuras o sistemas estándar tomamos el conjunto de las partes del
universo de individuos como universo de conjuntos y el de las partes del
producto cartesiano del universo de individuos como universo de relacio-
nes. Al hacerlo la noción de subconjunto es la de la metateoría de conjun-
tos –la estamos tratando como un concepto “lógico”, de la misma forma
acrítica con la que se toma a la identidad en la lógica de primer orden, y
por consiguiente es la del metalenguaje–. El problema es que la categoría
de ser un subconjunto es muy poco descriptiva, muy laxa, y terminamos
en una lógica no absoluta. Pero, bien mirado, la propia semántica estándar
puede ser considerada como una especie de error.
9 Se podría establecer un paralelismo con el fenómeno que se produce en las ciencias expe-
donde
N(M) = {M(c), M(σc), M(σσc), ...}
Es fácil ver que semejante conjunto no es definible en lógica de primer orden
en la estructura M. Como se comentó anteriormente, el esquema axiomático
de inducción no tiene fuerza suficiente como para eliminar los números no es-
tándar pudiéndose demostrar (es el teorema 77) que en cualquier modelo A
de la aritmética de Peano AP 1 ser estándar equivale a la definibilidad en la
estructura del conjunto de los números estándar N(A).
El argumento principal de la prueba es que si fuera definible mediante una
fórmula B
N(A) = {x / A[x] ° B(x)}
también lo sería su complementario, mediante ¬B(x)
La fórmula
³c´ ³y´ ³ σy ´
∃x¬B → (¬B ∨ ∃y(B ∧ ¬B ))
x x x
equivale al axioma de inducción y por lo tanto es verdadera en A. Pero su
interpretación dice algo sorprendente
“Si existe un elemento en el complementario de los números estándar x ∈ /
N(A) entonces o bien A(c) ∈ / N(A) –entre los números estándar no está el
cero– o existe un y ∈ N(A) tal que su siguiente falta, σ A (y) ∈ / N(A).”
Así que de la existencia de un número no estándar se deriva una contradic-
ción, asumiendo que N(A) fuera definible; por lo tanto no lo es.
Ahora se puede apreciar la diferencia entre la formulación de inducción en
primero y segundo orden. En FOL no podemos aplicar inducción sobre el
conjunto de los números estándar en un modelo que contuviera también números
no estándar, porque sólo vale el axioma para conjuntos definibles. Sin embargo se
puede demostrar la categoricidad de la aritmética de Peano de segundo orden13 .
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