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Teoría de Grupos

Con abundantes ejemplos.

Martínez, Rolando Ramón


rosomina@gmail.com

24 de noviembre de 2017

1
Índice

1. Preliminares 2
1.1. Conjuntos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
1.2. Funciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4

2. Operaciones binarias 5
2.1. Primeros ejemplos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
2.2. Más ejemplos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
2.3. Ejercicios resueltos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
2.4. Ejercicios de la sección 2 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19

3. Teoría de Grupos 21
3.1. Analizando los primeros ejemplos . . . . . . . . . . . . . . . . 22
3.1.1. El conjunto Z . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
3.1.2. Los números enteros pares . . . . . . . . . . . . . . . . 24
3.1.3. Otros ejemplos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
3.1.4. Ordenando . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
3.2. Grupo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
3.2.1. Ejemplos de Grupo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
3.2.2. Subconjuntos generados . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
3.3. Subgrupos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
3.4. Congruencia Módulo H . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
3.5. Clases laterales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54

2
Sección

Preliminares
1
En esta sección trataremos brevemente algunas cuestiones que van a ser cons-
tantes para la lectura de este texto. No es la intención de tratar estas te-
máticas de manera rigurosa ni presentando definiciones. Siemplemente esta
sección está dedicada a que nos pongamos de acuerdo en algunas cuestiones
técnicas más que nada: notaciones, simbología, operaciones usuales, entre
otros.
Si el lector necesita profundizar algunos temas que se tratan en esta sección,
deberá consultar la abundante bibliografía que circula por internet o que hay
en las bibliotecas. Tampoco es nuestra intención sugerir algún libro para en-
tender estos temas básicos y necesarios para lo que sigue.
Como lo dijimos antes, es importante ponernos de acuerdo en algunas cues-
tiones de notación principalmente.

§1.1 Conjuntos

Para los conjuntos numéricos utilizaremos la notación convencional, tal como


se detalla a continuación:

El conjunto de los números naturales: N.

3
El conjunto de los números enteros: Z. Además los subconjuntos de
los enteros positivos: Z+ , de los enteros negativos: Z− , los enteros no

negativos: Z+
0 y de los enteros no positivos: Z0 .

Así mismo para el conjunto de los números racionales: Q y sus subcon-



juntos: Q+ , Q− , Q+
0 y Q0 .

El conjunto de los números reales: R

El conjunto de los números complejos: C

Si aparecen otros conjuntos se los definirá de acuerdo a cómo y cuándo se los


vaya necesitando, siempre simbolizados con letras mayúsculas.
Además las operaciones convencionales serán de mucha importancia para la
próxima sección, por lo que para la adición, la sustracción, la multiplicación,
la división, la potenciación, la radicación se utilizarán los signos convencio-
nales que todos conocemos.
Así también para los otros conjuntos, las operaciones como la unión, la in-
tersección y las demás serán simbolizadas con lo convencional: ∪, ∩, etc.

§1.2 Funciones

Dada una función f definida de A a B, es usual escribir la imagen de un


elemento x ∈ A como f (x). Sin embargo aquí utilizaremos una notación un
poco diferente.
Los nombres de las funciones en general serán escritas con letras griegas mi-
núsculas: σ, τ, ... y los elementos de los conjuntos con letras minúsculas.
Además utilizaremos la notación a derecha, usual en los libros de álgebra. Así,
en vez de escribir σ(x) para referirnos a la imagen de x usando la función σ,
escribiremos xσ y cuando sea necesario pondremos paréntesis, por ejemplo,

4
en casos como este: (a + b)σ, la imagen de la suma de dos elementos. O tam-
bién en casos como este: x(σ + τ ) para la suma de funciones o x(σ ◦ τ ) para
la composición de funciones. Así, la composición de funciones se escribirá y
definirá como x(σ ◦ τ ) = (xσ)τ .
Este tipo de notación se usa en general en libros de álgebra, aunque no es
una constante ya que se puede leer la otra notación usual. De hecho no hay
un consenso al respecto.

5
Sección

Operaciones binarias
2
La primera aproximación al concepto de operación binaria, es el que tuvimos
cuando éramos niños. La adición, la sustracción, la multiplicación y la divi-
sión son las primeras operaciones con las que nos encontramos en nuestras
primeras formaciones como estudiantes.
El concepto de operación binaria no es tan distinto a lo que ya sabemos de
esas operaciones, dados dos números a y b, operando obtenemos un número
c.
Sin embargo, una operación binaria no necesariamente tiene relación con nú-
meros, también podemos operar con funciones, matrices, conjunto y otro tipo
de objetos matemáticos, tal como lo veremos en los ejemplos de esta sección.

§2.1 Primeros ejemplos

Empecemos por analizar algunos ejemplos que el lector los encontrará muy
cotidianos.

Ejemplo 2.1 Dados dos números enteros a y b la adición, sustracción y


multiplicación son operaciones binarias, puesto que a partir de a y b se obtiene
otro número, también entero. ▶

6
Ejemplo 2.2 Si queremos comprar un producto y si en el negocio A, ese
producto cuesta $a y en el negocio B, el mismo producto cuesta $b, enton-
ces seguramente elegiremos comprar donde cueste más barato. En términos
matemáticos, dados dos números reales a y b, elegimos el menor de ellos. ▶

Ejemplo 2.3 Cuando éramos estudiantes, si nos sacábamos una nota a en


un examen y una nota b en otro examen, entonces para saber si aprobábamos
la materia, debíamos obtener el promedio de ambas calificaciones. De nuevo,
estamos en presencia de una operación binaria: el promedio de dos notas. ▶

Ejemplo 2.4 Dado un conjunto U y considerando dos subconjuntos A y


B podemos hallar su intersección. La operación de intersección entre subcon-
juntos de U es de nuevo una operación binaria. ▶

Hasta aquí hemos visto algunos ejemplos sobre lo que debemos considerar
como operación binaria. Sin embargo no hemos definido nada al respecto,
ni tampoco hemos trabajado matemáticamente con los ejemplos anteriores.
Vamos a remediar entonces esta situación.

Definición 2.1 Dado un conjunto no vacío G, llamaremos operación bi-


naria interna a toda función σ : G × G → G.

En primer lugar, es necesario observar que la función σ tiene su conjunto de


partida en G × G por lo que siempre se toman dos elementos de G. De ahí,

7
el nombre de operación binaria. En segundo lugar, notemos que la función σ
tiene como conjunto de llegada al mismo G. Por ello la operación binaria se
dirá que es interna.
Notemos que esta función σ asigna un elemento de G al par ordenado (a; b)
de G × G y esto es importante puesto que podríamos tener ocasión en las
que σ asigne elementos distintos a (a; b) y a (b; a).
Es usual utilizar un símbolo para la operación binaria interna por lo que a
partir de ahora escribiremos a ∗ b en lugar de (a; b)σ. Más adelante inclusive
veremos que ese símbolo no será necesario.
Si volvemos a analizar los ejemplos anteriores a la luz de la definición y la
simbología utilizada tendremos que para el Ejemplo 2.1 se puede reescribir
así: a ∗ b = a + b; para el Ejemplo 2.2, a ∗ b = mı́n{a; b}; para el Ejemplo 2.3,
a∗b= a+b
2
y para el Ejemplo 2.4, A ∗ B = A ∩ B.
Veamos más ejemplo.

Ejemplo 2.5 Sea A el conjunto de todas las funciones continuas en el


intervalo [0;1]. Dadas dos funciones σ y τ de A, definimos σ ∗ τ = σ ◦ τ , es
decir, la composición de ambas funciones. Como σ ◦ τ es continua, podemos
asegurar que la operación es binaria e interna. ▶

Ejemplo 2.6 Sea G el conjunto de todas las funciones continuas en el


intervalo [0;1] tal que tienen una raíz en 12 .
En otras palabras G = {σ/σ es continua en [0;1] y 21 σ = 0}. Definimos la
operación σ ∗ τ = σ + τ .
Ahora bien, como 12 (σ + τ ) = 21 σ + 12 τ = 0 + 0 = 0, resulta que la operación
binaria es interna. ▶

8
Ejemplo 2.7 Sea G = {−1; 1} y sea ∗ la operación de multiplicación entre
números enteros. Vemos pues, que la operación es binaria e interna. ▶

Ejemplo 2.8 Sea a ∈ R. Si queremos hallar la mitad de a entonces haremos


b = a2 . Vemos aquí que hallar la mitad de un número real, no es una operación
binaria, aunque sí es interna. ▶

Ejemplo 2.9 Sean a; b ∈ N y sea ∗ la sustracción usual de números na-


turales. Así definida, es una operación binaria, aunque no es interna puesto
que ∗ : N × N → Z. ▶

Ejemplo 2.10 Sea S un conjunto no vacío y sean a; b ∈ S. Definimos


a ∗ b = a. Esta operación binaria es evidentemente interna. ▶

Es importante notar, que para definir una operación interna, no necesaria-


mente se debe tomar un conjunto numérico. Esto queda claro en algunos de
los ejemplos anteriores. En el último ejemplo(Ejemplo 2.10), el conjunto S
puede estar formado por los elementos que se desee.
Para ilustrar un caso particular del ejemplo dado, supongamos que tenemos
el siguiente conjunto: S = {a; e; i; o; u}, luego, podemos hacer una tabla como
lo hacíamos con la tabla de multiplicar.
Así, tenemos que:

9
∗ a e i o u
a a a a a a
e e e e e e
i i i i i i
o o o o o o
u u u u u u

Como veremos más adelante, una operación binaria interna puede estar de-
finida a partir de una tabla como la anterior, sin necesidad de definirla ex-
plícitamente. Otras veces, la podremos definir de las dos maneras, tal como
se muestra en el siguiente ejemplo.

Ejemplo 2.11 Sea H el siguiente subconjunto de C, H = {−1; 1; i; −i}.


Definimos la operación ∗ con la siguiente tabla:

∗ −1 1 −i i
−1 1 −1 i −i
1 −1 1 −i i
−i i −i −1 1
i −i i 1 −1

Podemos difinir también la operación ∗ como la multiplicación usual de nú-


meros complejos.
Se puede notar, como lo dijimos anteriormente, que esta operación binaria
interna ha sido definida de dos maneras. ▶

10
§2.2 Más ejemplos

Toda operación binaria depende en gran medida del conjunto de donde se


toman los elementos para operar. Puede ocurrir que dado un conjunto G,
una operación binaria ∗ sea interna, pero deje de serlo para un subconjunto
H de G. Se debe prestar mucha atención en estos casos, tal como lo muestran
los siguientes ejemplos.

Ejemplo 2.12 Sea P el conjunto de los números naturales pares. Y sean


las operaciones binarias ∗ y ◦, la adición y la multiplicación habituales para
números naturales.
Es claro que ambas operaciones son internas, puesto que la suma y la multi-
plicación de dos números pares es de nuevo un número par.
Sin embargo, si tomamos ahora el conjunto I de los números naturales im-
pares, la adición ya no es una operación binaria interna.
¿Qué puede decirse de la multiplicación entre dos números naturales impares?

Ejemplo 2.13 Dado el conjunto Q, la división de números racionales no es


una operación binaria interna ya que no está definida para pares ordenados
de la forma (a; 0) con a ∈ Q.
Para que sea considerada una operación binaria interna según la definición
dada, la división debería ser definida de Q∗ × Q∗ a Q∗ , siendo Q∗ = Q − {0}.

Veamos más ejemplos ilustrativos sobre operaciones binarias internas.

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Ejemplo 2.14 Sea G un conjunto no vacío y x0 ∈ G fijo. Definimos a ∗ b =
x0 para todo a; b ∈ G.
En otras palabras, todos los resultados de la operación van a ser el x0 de G.
Así definida, ∗ es una operación binaria interna. ▶

Ejemplo 2.15 Supongamos tener el siguiente cuadrado

b c

.
a d

Consideremos ahora al conjunto H de todas las isometrías que dejan al cua-


drado fijo. Es decir, todas las rotaciones, las simetrías axiales y la simetría
central. Y definamos la operación ∗ como la composición entre estas isome-
trías.
La operación así definida es una operación binaria interna. ▶

Ejemplo 2.16 Sea M el conjunto de todas la matrices de dimensión 2 × 2


con coeficientes en el conjunto R y sea ∗ la multiplicación usual de matrices.
Se puede comprobar que así definida, ∗ es una operación binaria interna. ▶

Ejemplo 2.17 Sea G el conjunto de todos los números complejos z tal


que |z| = 1. Geométricamente, el conjunto G es una circunferencia del plano

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complejo de centro (0,0) y radio 1. (Véase figura de abajo.)
Definamos la operación ∗ como la multiplicación usual en C.
Dados z; w ∈ C se tiene que |zw| = |z| |w| = 1 · 1 = 1 por lo que la operación
binaria es interna. ▶

2
2
1
1
0

−3 −2 −1 1 2 3
-1
−1 G
-2
-3 -2 −2
-1 0 1 2 3

Ejemplo 2.18 El producto escalar entre dos vectores v y w no es una


operación binaria interna puesto que vw ∈ R ▶

Con todos los ejemplos analizados, esperemos que haya quedado claro cuando
una operación es binaria e interna. Este concepto que es una generalización
de las operaciones aritméticas básicas aprendidas en la escuela, jugará un rol
importante en el desarrollo de la teoría de grupos, tema que abordaremos en
la siguiente sección.

§2.3 Ejercicios resueltos


{ √ }
1. Sea A ⊂ R tal que A = a + b 2 con a; b ∈ R y definimos ∗ y ◦ como
la adición y multiplicación habitual en reales.
¿Son ∗ y ◦ operaciones binarias internas?

Resolución: para probar que ∗ es una operación binaria interna,

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debemos ver que dados dos elementos de A, digamos r y s, r ∗ s ∈ A.
Para ello haremos el siguiente cálculo:
√ √
sea r ∈ A entonces r = a + b 2 y sea s ∈ A entonces s = c + d 2.
Entonces:

( √ ) ( √ )
r∗s = a+b 2 + c+d 2
√ √
r∗s = a+b 2+c+d 2
√ √
r∗s = (a + c) + b 2 + d 2

r∗s = (a + c) + (b + d) 2

Como a + c ∈ R y b + d ∈ R resulta que r ∗ s ∈ A por lo que es una


operación binaria interna.

De la misma manera, tenemos que:

( √ ) ( √ )
r◦s = a+b 2 · c+d 2
√ √ √ √
r◦s = ac + cb 2 + ad 2 + b 2d 2

r◦s = (ac + 2bd) + (cb + ad) 2

Luego, hemos probado que la operación ◦ es una operación binaria


interna.

2. Sea A = {−1; 0; 1} y ∗ la multiplicación usual en Z.


¿Es ∗ una operación binaria interna?

Resolución: al ser el 1 el elemento neutro para la multiplicación


y el 0 el elemento absorbente, sólo nos resta ver qué es lo que ocurre
cuando se multiplica por el −1. Con unos cálculos sencillos se muestra
que ∗ es una operación binaria interna.

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3. Sea M ⊂ Z tal que M = {m/m = x − 1 con x ∈ Z}. Definimos la ope-
ración ◦ como la sustracción habitual de enteros.
¿Es ◦ una operación binaria interna?

Resolución: Vamos a contestar esta pregunta de dos maneras to-


talmente diferentes.
Primero veamos que dados m ∈ M y n ∈ M , entonces:

m◦n = (x − 1) − (y − 1)
m−n = x−1−y+1
m−n = x−y

Pareciera que m−n ∈


/ M , pero haciendo uso de un artificio matemático,
podemos sumar y restar 1, con lo que tendríamos que m − n = x − y +
1 − 1. De donde m − n = (x − y + 1) − 1. Ahora como x − y + 1 ∈ Z,
resulta que m − n ∈ M , es decir, ◦ es una operación binaria interna.
Para demostrar de la otra manera, observemos que la función xσ = x−1
es biyectiva y por lo tanto manda cada elemento de Z en M y su inversa
σ −1 hace lo mismo pero de M a Z. Podemos asegurar entonces que
M = Z por lo que si la sustracción es una operación binaria interna en
Z, también lo es en M .

4. ¿Cuántas operaciones binarias internas distintas podemos definir en un


conjunto S que tenga un solo elemento?
Resolución: veamos primero que si S = {e} entonces S × S tendrá un
solo elemento: (e; e) y por lo tanto a este par ordenado le corresponderá
un solo resultado en S: e.
Por lo tanto, hay una sola operación binaria interna que podemos definir
en un conjunto S con un sólo elemento.

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5. Dado I el conjunto de los números irracionales y ∗ la adición usual en
reales, verificar si ∗ es una operación binaria interna en I.
Resolución: construyamos los siguientes números irracionales a =
0, 10100100010000100000... y b = 0, 01011011101111011111....
Si sumamos estos dos números irracionales, veremos que el resultado
es a + b = 0, 11111111111111... que es igual al número racional 19 , por
lo que podemos asegurar que la operación definida no es una operación
binaria interna.

6. Sea G el conjunto de todos los números imaginarias puros y ∗ la mul-


tiplicación usual de números complejos. Verificar si ∗ es una operación
binaria interna en G.
Resolución: sean a; b ∈ G/a = xi, b = yi, operando resulta que
a ∗ b = a · b = (xi)(yi) = −(xy). Pero −(xy) ∈ R por lo que pode-
mos asegurar que no es una operación binaria interna.

7. Dado el conjunto U , demostrar que la intersección de subconjuntos de


U es una operación binaria interna.
Resolución: en efecto, dados A y B, subconjuntos de U , se tiene que
A ∩ B ⊂ A. Pero como A ⊂ U , por la transitividad de la relación de
inclusión, resulta que A ∩ B ⊂ U con lo que queda demostrado que la
inclusión es una operación binaria interna en U .

8. Sea S el conjundo de todas las funciones σ continuas y acotadas en el


∫b
intervalo [a; b] tal que a σdx > 0. Sea ∗ la suma usual de funciones.
¿Es ∗ una operación binaria interna en S?
Resolución: para responder a esta pregunta debemos ver que, dadas
dos funciones σ y τ de S, la integral de la suma de ambas sea positiva.

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Pues bien, esto es lo que ocurre ya que:
∫ b ∫ b ∫ b
(σ + τ )dx = σdx + τ dx > 0
a a a

9. Sea S el conjunto de todas las matrices de dimensión 2×2 cuya suma


de los elementos de la diagonal sea 0. Sea ∗ la suma usual de matrices.
¿Es ∗ una operación binaria interna en S?
Resolución: supongamos que tenemos dos matrices A y B del conjunto
S.
Entonces:
   
 a b   e f 
A= yB=  tal que a + d = 0 y e + h = 0.
c d g h
Ahora bien,
     
 a b   e f   a+e b+f 
A+B = +  = 
c d g h c+g d+h
Para saber si A + B ∈ S, hallemos la suma de los elementos de la
diagonal. Tenemos entonces que:

(a + e) + (d + h) = (a + d) + (e + h) = 0 + 0 = 0

por lo que se tiene que A + B ∈ S. De donde la operación definida es


una operación binaria interna.

10. Sea G el conjunto de todas las funciones σ : [a; b] → R tal que aσ =


bσ = 0 y sean ∗ y ◦, la adición y multiplicación usual de funciones.
Verificar si son operaciones binarias internas en G.
Resolución: veamos que:

a(σ + τ ) = aσ + aτ = 0 + 0 = 0

y
b(σ + τ ) = bσ + bτ = 0 + 0 = 0

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Por lo que σ + τ ∈ G.
De la misma manera, se muestra que el producto también es una ope-
ración binaria interna en G.

18
§2.4 Ejercicios de la sección 2

1. Verificar en cada caso si ∗ es una operación binaria interna en los con-


juntos dados:

a) G el conjunto de los números enteros impares, y ∗ la multiplicación


usual de números enteros.

b) H el conjunto de las funciones σ, integrables en [a; b] tal que


∫b
a σdx ̸= 0 y ∗ la suma usual de funciones.

c) Sea R y la división usual en reales.

d) U un conjunto no vacío y ∗ la diferencia entre subconjuntos de U .

e) Sea Z− y ∗ la multiplicación usual de números enteros.

f ) Sea G = {z ∈ C/|z| < 1} y ∗ la multiplicación usual de números


complejos.
2
2
1
1
0

−3 −2 −1 1 2 3
-1
−1 G
-2
-3 -2 −2
-1 0 1 2 3

2. Si el conjunto S tiene dos elementos, ¿cuántas operaciones binarias


internas distintas se pueden definir en él?

3. Dado el conjunto Z y la operación ∗ definida de la siguiente manera:


a ∗ b = ab + a + b, indique si así definida, ∗ es una operación binaria
interna.

19
4. Dado un conjunto U , indique si la diferencia simétrica entre subcon-
juntos de U es una operación binaria interna. Si la respuesta es SI,
demuéstrelo. Si la respuesta es NO, utilice un ejemplo.

5. Sea N el conjunto de todas las matrices de dimensión 3 × 3 que no


sean inversibles (es decir, que no tienen una matriz inversa) y sea ∗ la
multiplicación usual de matrices.
Demuestre si la operación ∗ así definida es una operación binaria inter-
na.

6. Sea R3 el conjunto de todos los vectores tridimensionales y ∗ el producto


vectorial usual. ¿Es ∗ una operación binaria interna?

7. Sea U = {R − {x0 } , con x0 ∈ R} y ∗ la unión de conjuntos. Probar


que ∗ no es una operación binaria interna.

8. Sea G = {v/v ∈ R2 } y ∗ la suma usual de vectores. Comprobar si ∗ así


definida es una operación binaria interna.

9. Sea A = {z ∈ Z/z es par} y definimos ∗ de la siguiente manera: a ∗ b =


ab − 1, ∀a; b ∈ Z.
¿Es ∗ una operación binaria interna?

10. Sean los conjuntos A ⊂ R/A = [a; b] , con a ≤ b y B ⊂ R/B =


[c; d] , con c ≤ d.
Definimos el conjunto G ⊂ R2 /G = A × B, es decir, G es el conjunto
de todos los productos cartesianos de intervalos cerrados y la operación
∗ como T ∗ S = T ∩ S, ∀T ; S ∈ G.

20
y

S
T ∩S

T
.

Verificar que la operación ∗ no es una operación binaria interna. ¿Qué


cambios deberíamos hacer para que ∗ sea una operación binaria inter-
na?

11. Sea A = {(a; ∞) /a ∈ R}. Indicar para cada una de las operaciones
siguientes si son operaciones binarias internas. En caso de que la res-
puesta sea SI, demostrar. En caso de que la respuesta sea NO, presentar
un contraejemplo.

a) La unión

b) La intersección

c) La diferencia

d) La diferencia simétrica

21
Sección

Teoría de Grupos
3
Para iniciar el estudio del objeto matemático llamado Grupo, analizaremos
unos cuántos ejemplos, que en un principio, el lector no encontrará rela-
ción alguna entre ellos. Sin embargo cuando se estudien las definiciones y se
demuestren los teoremas, verá cómo esos ejemplos se tornan cada vez más
importantes para entender todo el aparato teórico que se propondrá.

§3.1 Analizando los primeros ejemplos

Comenzaremos analizando unos cuántos ejemplos que nos permitirán tener


un camino recorrido antes de entrar de lleno a la parte teórica.

3.1.1. El conjunto Z

El primer ejemplo que analizaremos será el conjunto de los números enteros.


El lector seguramente ya está familiarizado con este conjunto por lo que se
encontrará muy cómodo.
Vamos a considerar entonces en el conjunto Z la adición usual de números
enteros y vamos a ver cuáles son las propiedades que cumple dicha operación.
En primer lugar, dados dos números enteros, a y b sabemos que la suma a + b
es un número entero, por lo que en términos de la sección anterior, podemos

22
decir que la adición de números enteros es una operación binaria interna.
Otra manera de expresar lo mismo, es decir que la operación adición es ce-
rrada en Z.
En segundo lugar, hay un elemento de Z muy particular, que al sumarlo con
otro número a, se obtiene siempre el mismo a. A este elemento particular
lo llamaremos el elemento neutro para la adición. Estamos hablando del 0.
Pues como bien sabemos, a + 0 = 0 y 0 + a = 0, para todo a ∈ Z.
En tercer lugar, veamos que para todo a ∈ Z, se tiene que existe siempre otro
número a′ ∈ Z tal que a + a′ = 0 y a′ + a = 0. A ese elemento lo llamamos
el el opuesto de a y se lo suele simbolizar con −a. Entonces, reescribiendo se
tiene que a + (−a) = 0 y −a + a = 0.
En cuarto lugar, dados tres elementos de Z : a, b, c sabemos que se cumple
la propiedad asociativa que establece que: (a + b) + c = a + (b + c) y por
lo tanto, no hay problema cuando queremos calcular una suma de tres nú-
meros, puesto que esta propiedad nos dice que no importa el orden en que
empecemos a operar, el resultado no va a cambiar.
Hasta aquí hemos nombrado las propiedades importantes que cumple la adi-
ción de números enteros. Sin embargo, si se prestó atención, se puede notar
que nos falta nombrar una de las más importantes dentro de este conjunto:
la propiedad conmutativa.
No es un capricho que la hayamos dejado para el final, puesto que queremos
separar esta propiedad del resto.
La propiedad conmutativa establece que a + b = b + a, ∀a; b ∈ Z.
Resumiendo, hemos recordado las siguientes propiedades de la adición en Z:

1. Cierre: a ∈ Z, b ∈ Z =⇒ a + b ∈ Z.

2. Elemento neutro: ∀a ∈ Z : ∃0 ∈ Z/a + 0 = a ∧ 0 + a = a.

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3. Elemento opuesto: ∀a ∈ Z : ∃ − a ∈ Z/a + (−a) = 0 ∧ −a + a = 0.

4. Asociativa: ∀a; b; c ∈ Z : (a + b) + c = a + (b + c).

5. Conmutativa: ∀a; b ∈ Z : a + b = b + a

Si intentamos hacer lo mismo con los conjuntos numéricos Q, R y C, veremos


que se cumplen todas las propiedades analizadas anteriormente. Por lo que
por ahora, Z, Q, R y C están del mismo lado del muro. ¿Y qué pasa con los
números naturales?
Si consideramos a N veremos que no tiene elemento neutro para la adición,
puesto que 0 ∈
/ N. Pero esto lo arreglamos considerando entonces al conjunto
N0 . Sin embargo, por más que querramos, la adición en este conjunto no
cumple la propiedad de existencia del elemento opuesto. No existe a′ ∈ N0 /a+
a′ = 0, excepto claro para a = 0. Esto hace que sea imposible poner al
conjunto N0 del mismo lado que los demás conjuntos, analizándolos a partir
de la operación de adición.

3.1.2. Los números enteros pares

Vamos a restringir un poco nuestro conjunto, y ahora vamos a considerar al


conjunto de los números enteros pares. Para ello definiremos a tal conjunto
de la siguiente manera: P = {p ∈ Z/∃z ∈ Z ∧ p = 2z}. En otras palabras, el
conjunto P está formado por todos aquellos enteros que se pueden escribir
de la forma: 2 multiplicado por algún entero z.
Lo que queremos ver es si el conjunto P cumple las mismas propiedades que
cumple Z al considerar la operación de adición.
Claramente se tiene que P ⊂ Z por lo que propiedades como la asociativa y
la conmutativa de la adición, se heredan.
Veamos qué ocurre con la propiedad de cierre. En términos de lo visto en la

24
sección anterior, queremos ver si la adición usual en enteros es una operación
binaria interna en P . Consideremos entonces dos elementos de P , digamos p
y q. Por lo tanto, p = 2z1 y q = 2z2 para algún z1 ∈ Z y z2 ∈ Z. Si sumamos
tenemos que:
p + q = 2z1 + 2z2 = 2 (z1 + z2 )

y como z1 + z2 = z ∈ Z, resulta que p + q = 2z, de donde se puede concluir


que p + q ∈ P .
Notemos que 0 = 2 · 0 por lo que 0 ∈ P . Es decir, la adición en P tiene
elemento neutro. Por último, dado p ∈ P , se tiene que p + p′ = 0, de donde
2z + p′ = 0.
Entonces tenemos que p′ = −2z = 2 (−z). Como z ∈ Z ⇒ −z ∈ Z. Por lo
que podemos asegurar que p′ , el elemento opuesto a p es un elemento del
conjunto P .
Hemos visto hasta aquí que tanto el conjunto Z como el conjunto P cumplen
las mismas propiedades para la operación de adición.
Sin consideramos en cambio al conjunto I de los números enteros impares,
podemos ver que la adición, no tiene elemento neutro, puesto que el 0 no es
un número impar.
Hasta acá podemos clasificar a los conjuntos que cumplen ciertas propieda-
des, considerando la operación de adición:

N0 Z
I (enteros impares) Q
R
C
P (enteros pares)

La cuestión cambia cuando consideramos ahora la operación de multiplica-

25
ción usual. Aquí podemos ver que Z y P cambian de bando.

N0
I (enteros impares) Q
Z R
P (enteros pares) C

Vamos a cambiar ahora un poco el ángulo de los ejemplos. Consideraremos


a continuación otros conjuntos y otras operaciones no tan usuales.

3.1.3. Otros ejemplos

Ejemplo 3.1 Sea A un conjunto no vacío cualquiera y definamos en él la


operación ∗ de la siguiente manera: a ∗ b = a.
Analizaremos las propiedades que cumple esta operación:

1. Cierre: evidentemente la operación es cerrada en A puesto que asigna


al par ordenado (a; b), el elemento a de A.

2. Asociativa: dados tres elementos a; b; c ∈ A tenemos que:

(a ∗ b) ∗ c = a ∗ c = a

mientras que
a ∗ (b ∗ c) = a ∗ b = a

por lo que podemos ver que cumple la propiedad asociativa.

3. Elemento neutro: supongamos que tenemos un elemento e ∈ A y que-


remos ver que se cumpla que:

a∗e=a

26
y además
e∗a=a

En primer lugar notemos que a ∗ e siempre dará a por lo que e podría


ser cualquier elemento de A.
En segundo lugar, e∗a nunca dará a como resultado por lo que podemos
ver
∄e ∈ A/a ∗ e = e ∗ a = a

Ejemplo 3.2 Sea H ⊂ C tal que H = {1; −1; i; −i} y consideremos la


operación de multiplicación usual en el conjunto de los números complejos.
Veamos que la multiplicación cumple en H todas las propiedades que hasta
ahora hemos estado estudiando.

1. Cierre: esto ya lo analizamos mediante la tabla, en el Ejemplo 2.11.

2. Asociativa: esta propiedad se hereda del conjunto C.

3. Elemento neutro: el 1 funciona como elemento neutro para la multi-


plicación en H. Sólo basta mirar la tabla correspondiente y ver que
∀h ∈ H : 1 · h = h · 1 = h

4. Elemento opuesto: Vemos aquí que −1 es su propio opuesto, ya que


(−1) (−1) = 1 y i y −i son opuestos entre si, ya que (−i) i = i (−i) = 1.
En definitiva todos los elementos de H tienen su elemento opuesto en
H.

5. Conmutativa: esta es otra propiedad que se hereda del conjunto C.

27
Vemos entonces que el conjunto H junto con la multiplicación usual de nú-
meros complejos, cumple todas las propiedades que estamos estudiando. ▶

Ejemplo 3.3 Sea M = R2×2 el conjunto de todas las matrices de dimensión


2 × 2 con elementos reales y cuyo determinante es distinto de 0. Sea ∗ la
operación de multiplicación habitual de matrices. Veamos qué propiedades
cumple esta operación en este conjunto.

1. Cierre: en primer lugar, veremos que la multiplicación


 en M es
 cerrada,
a b   e f 
puesto que dadas dos matrices A = 
  y B =  se tiene
c d g h
que:      
a b   e f   ae + bg af + bh 
A·B =
 · = 
c d g h ce + dg cf + dh
de donde A · B ∈ M .

2. Asociativa: esta propiedad se cumple y para demostrarlo deberá desa-


rrollar los productos (A · B) · C y A · (B · C) y comprobar que ambos
productos son iguales.

3. Elemento
 neutro:
 para toda matriz A ∈ M se tiene que la matriz
1 0 
I = 
  actúa como elemento neutro para la multiplicación de
0 1
matrices en el conjunto M . Un pequeño cálculo muestra que A · I =
I · A = A. A tal matriz I se la denomina matriz identidad.
   
a b  1  d −b 
4. Dada una matriz A = 
  se tiene que la matriz A′ =  
c d ∆ (A) −c a
es tal que A · A′ = A′ · A = I.
Es importante recalcar acá que las matrices del conjunto M tiene de-
terminante ∆ (A) ̸= 0 puesto que de lo contrario no se podría hallar la

28
matriz A′ .
Recordemos por último que las matrices inversas se denotan como A−1 .

5. Conmutativa: hemos dejado para lo último,


 el análisis
 de esta
 propie-

 1 1   1 1 
dad. Supongamos tener las matrices A =   y B =  se
0 1 1 1
tiene que:  
 2 2 
A·B = 
1 1
mientras que  
 1 2 
A·B = 
1 2
Con este sencillo ejemplo vemos A · B ̸= B · A.

Este ejemplo introduce algo nuevo a lo que estábamos viendo. La propie-


dad conmutativa no se cumple. Así y todo, este ejemplo será de una gran
importancia para lo que sigue en esta sección.

3.1.4. Ordenando

Antes de continuar analizando ejemplos, vamos a ordenar lo realizado hasta


acá.
De ahora en adelante, vamos a considerar al conjunto dado y a la operación
analizada como un par ordenado. Así en vez de decir el conjunto de los nú-
meros naturales N y la multiplicación habitual de números naturales, vamos
a escribirlos de la siguiente manera: (N; ·). Esta nueva manera de nombrar a
los conjuntos y sus operaciones nos traerá simplicidad a la hora de escribir.
Se estuvo analizando qué propiedades cumplían las operaciones en algunos
conjuntos y esto lo vamos a poner en una tabla para que quede más cómo-
do recordar. Vamos a separar en tres columnas: los que cumplen todas las

29
propiedades, los que cumplen todas excepto la conmutativa y los que no cum-
plen alguna de las propiedades, ya sea la propiedad de cierre, la asociativa,
la existencia del elemento neutro o la existencia del elemento opuesto.

Todas Todas menos la conmutativa Otros


(Z; +) (M ; ·) (N0 ; +)
(Q; +) (I; +)
(R; +) (N0 ; ·)
(C; +) (I; ·)
(P ; +) (Z; ·)
(Q; ·) (P ; ·)
(R; ·)
(H; ·) (del Ejemplo 2.11)

Los pares ordenados de la primera columna cumplen las propiedades de cie-


rre, asociativa, existencia del elemento neutro y del opuesto y la conmutativa.
Por lo tanto podemos decir que tiene la misma estructura algebraica.
El par de la segunda columna, no cumple la propiedad conmutativa, pero sí
las otras, por lo que se dice que (M ; ·) tiene una estructura algebraica dife-
rente a los pares de la primera columna.
Los de la tercera columna, obviamente no tienen la misma estructura alge-
braica de los pares ordenados de la primer y segunda columna, ni siquiera
entre ellos tienen la misma estructura algebraica.
La parte del Álgebra que se llama Álgebra Abstracta se encarga de clasificar
y estudiar las estructuras algebraicas que quedan definidas en un conjunto
no vacío, munido con una o varias operaciones binarias.
Una de estas estructuras algebraicas que merecen toda nuestra atención y
que ha sido objeto de mucho estudio a lo largo de los años es la estructura
algebraica denominada Grupo.

30
§3.2 Grupo

Comenzamos esta parte con la definición formal de la estructura algebraica


de Grupo, que es el corazón que mueve este texto.

Definición 3.1 Sea G un conjunto no vacío y ∗ una operación binaria


interna en G. El para ordenado (G; ∗) tiene estructura algebraica de Grupo
si y solo si:

1. ∀a; b; c ∈ G : (a ∗ b) ∗ c = a ∗ (b ∗ c) (Propiedad asociativa)

2. ∀a ∈ G : ∃e ∈ G/a ∗ e = e ∗ a = a (Existencia del elemento neutro)

3. ∀a ∈ G : ∃a′ ∈ G/a ∗ a′ = a′ ∗ a = e (Existencia del elemento simétrico,


opuesto o inverso)

Que ∗ sea una operación binaria interna nos asegura que a ∗ b ∈ G; ∀a; b ∈ G.
En muchos libros sobre álgebra puede encontrarse a esta condición como la
primera que se debe cumplir para que (G; ∗) sea considerado un grupo.
Es habitual, y de hecho lo haremos también nosotros a lo largo de este texto,
utilizar la llamada notación aditiva para el grupo cambiando la operación ∗
por +. Entonces escribiremos en muchas ocasiones (G; +) en vez de (G; ∗).
También es común en los libros sobre álgebra utilizar la notación multiplica-
tiva, reemplazando ∗ por ·, por lo que en otras ocasiones escribiremos (G; ·)
en vez de (G; ∗) y a ∗ b lo cambiaremos por a · b, que en ocasiones también se

31
escribirá prescindiendo del símbolo · y por lo tanto escribiremos simplemente
ab en vez de a · b o a ∗ b.
Si (G; ∗) tiene estructura algebraica de grupo, diremos también que (G; ∗) es
un grupo.
Dado un grupo, al elemento neutro se lo suele indicar con la letra e, con el
0 si estamos usando la notación aditiva o con 1 o e si estamos usando la
notación multiplicativa.
Notemos que al elemento a′ de G lo hemos llamado simétrico, opuesto o in-
verso. En particular, utilizaremos esta última denominación, puesto que se
ajusta más a lo que conocemos de los conjuntos que estudiaremos: la matriz
inversa, el inverso aditivo o multiplicativo en un conjunto numérico, la fun-
ción inversa. Esta decisión además influirá fuertemente en la manera en que
denotaremos al inverso de un elemento a ∈ G. A partir de ahora al elemento
inverso de a lo denotaremos como a−1 y no como lo veniamos haciendo, con
a′ .
Es importante además considerar el número de elementos de un grupo. En
ocasiones el conjunto G tendrá infinitos elementos y en ocasiones tendrá un
número finito de elementos. Por ello, el número de elementos de un grupo
(G; ∗)) se denotará por o (G) y lo llamaremos el orden del grupo. Si el orden
del grupo es finito, entonces el grupo (G; ∗) se dirá grupo finito.
Recordando la tabla anterior:

32
Todas Todas menos la conmutativa Otros
(Z; +) (M ; ·) (N0 ; +)
(Q; +) (I; +)
(R; +) (N0 ; ·)
(C; +) (I; ·)
(P ; +) (Z; ·)
(Q; ·) (P ; ·)
(R; ·)
(H; ·) (del Ejemplo 2.11)
podemos ver que todos los pares ordenados de la primera y de la segunda co-
lumna tienen estructura algebraica de grupo. Si además la operación cumple
la propiedad conmutativa, entonces diremos que (G; ∗) es un Grupo abeliano
o Grupo conmutativo.
La tabla anterior entonces nos provee de varios ejemplos de grupo y de grupo
abeliano.

3.2.1. Ejemplos de Grupo

A continuación vamos a analizar algunos ejemplos.

Ejemplo 3.4 Sea M = {−1; 1} y la operación de multiplicación usual de


números enteros.
Como M ⊂ Z entonces las propiedades Asociativa y Conmutativa se heredan
del conjunto Z.
Por otro lado, vemos que 1 · 1 = 1 y (−1) · 1 = (−1) por lo que el 1 es el
elemento neutro para esta operación. Como (−1) (−1) = 1 entonces se tiene
que −1 es su propio elemento inverso. Claramente, la operación es cerrada
en M por lo que (M ; ·) tiene estructura de Grupo Abeliano. ▶

33
Ejemplo 3.5 Sea H = {z ∈ C/|z| = 1} con la operación de multiplicación
usual de números complejos.
Como H ⊂ C se tiene que las propiedades de Existencia del Elemento Neutro,
Asociativa y Conmutativa se heredan.
Analicemos la propiedad de Cierre: sean z; w ∈ H, entonces |z| = |w| = 1.
Entonces
|z · w| = |z| · |w| = 1 · 1 = 1

por lo que tenemos que zw ∈ H.


Tenemos que ver ahora que el inverso de un número z ∈ H, z −1 es también
1
un elemento de H. En efecto, si zz −1 = 1 entonces z −1 = . Hallando el
z
módulo de z −1 resulta que

−1
1

|1|
|z | = = =1
z |z|

de donde se tiene que z −1 ∈ H.


Podemos asegurar entonces que (H; ·) tiene estructura de grupo abeliano. ▶

Ejemplo 3.6 Hasta ahora, el único ejemplo de grupo no conmutativo era el


ejemplo 3.3 de las matrices de dimensión 2×2. Veamos otro ejemplo conocido
por el lector, de un grupo no abeliano.
Sea el conjunto S = {x1 ; x2 ; x3 } y G el conjunto de todas las funciones
biyectivas de S en S, junto con la operación ◦ de composición de funciones.
Vamos a hacer un listado de todas las funciones que pertenecen al conjunto
G.
En primer lugar tenemos a la función identidad, que asigna a cada xi ∈ S
el mismo elemento. A tal función la denotaremos con la letra griega ι (iota
minúscula).

34
Luego tenemos a la función σ : S → S tal que:

S S
x1 → x3
x2 → x1
x3 → x2

También está la función τ : S → S tal que:

S S
x1 → x1
x2 → x3
x3 → x2

Un cálculo rápido nos muestra que (σ ◦ σ) es una nueva función, distinta a


σ, a τ y a ι.
Tenemos entonces en nuestro conjunto G a las siguientes funciones: ι; σ; τ y
σ ◦ σ. ¿Habrá más funciones en G? De ser así, ¿cuántas más?
Pues bien, como son funciones biyectivas, entonces puede pensarse a cada
una como una permutación del conjunto {x1 ; x2 ; x3 } y por lo tanto habrá
3! = 3 · 2 · 1 = 6 funciones distintas en G.
Vamos entonces a ver cuáles son las dos funciones que nos restan hallar.
Si hallamos σ ◦ τ obtenemos lo siguiente:

S S
x1 → x2
x2 → x1
x3 → x3

35
Y si hallamos τ ◦ σ obtenemos lo siguiente:

S S
x1 → x3
x2 → x2
x3 → x1

Completamos así todos los elementos del conjunto G, por lo que ahora escribi-
mos a dicho conjunto de la siguiente manera: G = {ι; σ; τ ; σ ◦ σ; σ ◦ τ ; τ ◦ σ}.
Ahora bien, se ve claramente que σ ◦ τ ̸= τ ◦ σ con lo que esta operación no
cumple la propiedad conmutativa. Además sabemos que la composición de
funciones es asociativa y que la función ι actúa como elemento neutro. Por
último, notemos que dada una función biyectiva de G, su función inversa,
también es biyectiva, por lo que aseguramos que también está en G.
Por todo lo anterior, podemos decir que (G; ◦) es un grupo no abeliano. ▶

En el ejemplo anterior, podemos ver por ejemplo, que τ es su propia inversa,


pues
x1 (τ ◦ τ ) = (x1 τ ) τ = x1 τ = x1

x2 (τ ◦ τ ) = (x2 τ ) τ = x3 τ = x2

y por último
x3 (τ ◦ τ ) = (x3 τ ) τ = x2 τ = x3

Es decir τ ◦ τ = ι de donde se tiene que τ −1 = τ .


Hasta ahora hemos estado analizando ejemplos y espero que a estas alturas
se tenga claro a qué llamamos grupo. Sin embargo, debemos avanzar un poco
más y responder a preguntas cruciales tales como: ¿el elemento neutro e de
un grupo, es único o puede haber más de uno?, ¿cada elemento tiene uno
o varios inversos?, ¿el inverso del inverso de un elemento de un grupo, es

36
el mismo elemento, o puede dar otro?. Vamos entonces a responder a estas
preguntas.
Supongamos que (G; ·) es un grupo y que e y e′ son dos elementos neutros.
Se tiene entonces que ∀a ∈ G : ae = ea = a (tomando a e como elemento
neutro). Entonces como se cumplen para todos los elementos de G, se va a
cumplir en particular para e′ de donde tendremos que e′ e = ee′ = e′ . ⃝
a
También como ∀a ∈ G : ae′ = e′ a = a (tomando a e′ como elemento neutro)
se va a cumplir en particular para e, por lo que tenemos que ee′ = e′ e = e.

b
De ⃝ b se tiene que e = e′ por lo que podemos asegurar que el elemento
a y⃝
neutro es único en un grupo.
Supongamos ahora que hay dos elementos inversos para a ∈ G, digamos b
y c. Se tiene entonces que ab = ba = e y que ac = ca = e. Por lo tanto,
tenemos que ab = ac y operando a izquierda con b resulta que b (ab) = b (ac)
de donde utilizando la propiedad asociativa del grupo G resulta que

(ba) b = (ba) c

eb = ec

por lo que se tiene que b = c. Es decir, el inversa de a es único.


Veamos además que, como a ∈ G resulta que a−1 ∈ G y por ser a−1 un
−1
elemento de G, también se tiene que (a−1 ) ∈ G. Entonces se tiene por un
−1 −1
lado que aa−1 = a−1 a = e y por otro lado a−1 (a−1 ) = (a−1 ) a−1 = e.
−1
Es decir que aa−1 = (a−1 ) a−1 y sabiendo que el inverso de a−1 es único,
−1
resulta que a = (a−1 ) . Es decir, el inverso del inverso de un elemento a de
un grupo, es el mismo elemento a.
Estos resultados los enunciamos formalmente en el siguiente teorema:

37
Teorema 3.1 Si (G; ·) es un grupo, entonces:

1. el elemento neutro e ∈ G es único,

2. todo elemento a ∈ G tiene un elemento inverso que es único,

−1
3. para todo a ∈ G, se verifica que (a−1 ) =a

§
.

Supongamos tener ahora los elementos a; x; y de un grupo (G; ·) de manera


tal que se cumple que ax = ay. Como estamos trabajando en un grupo,
tenemos que a−1 ∈ G de donde operando a izquierda, resulta que

a−1 (ax) = a−1 (ay)

asociando y operando tenemos que


( ) ( )
a−1 a x = a−1 a y

ex = ey

por lo que resulta que x = y. En otras palabras ax = ay → x = y. De la


misma manera se prueba que si xa = ya → x = y. A estas dos propiedades
las llamaremos, Leyes de Cancelación.
Enunciamos entonces otro teorema.
Teorema 3.2 Si G es un grupo, se verifican las dos Leyes de Can-
celación:

1. ax = ay =⇒ x = y

2. xa = ya =⇒ x = y

§
.

38
Estas leyes de cancelación, se deben utilizar siempre del mismo lado. Es decir,
el teorema anterior no indica que de ax = ya resulte que x = y. Esto sólo se
cumplirá si el grupo es abeliano.
Notemos que si tenemos una ecuación en el grupo (G; ·) de la forma ax = b,
operando a izquierda con a−1 se tiene que a−1 (ax) = a−1 b de donde x = a−1 b.
Es decir, una ecuación de la forma ax = b tiene solución, dicha solución está
en el conjunto G (puesto que a−1 y b lo están) y es única, ya que b y el inverso
de a, son únicos.
Con el mismo razonamiento, se puede probar que una ecuación de la forma
ya = b tiene una única solución en el grupo (G; ·).
Este resultado entonces lo enunciamos en el siguiente teorema.

Teorema 3.3 Si (G; ·) es un grupo, entonces las ecuaciones

ax = b

ya = b

tienen en G una única solución. §


.

Antes de continuar, veamos una cuestión más de notación. Si tenemos g de


un grupo (G; ·) y lo operamos consigo mismo, lo denotaremos de la siguiente
manera: gg = g 2 , si lo operamos consigo mismo tres veces, los denotaremos
ggg = g 3 y así sucesivamente. Para guardar las relaciones entre esta notación
y la notación de potenciación usual, vamos a convenir también que:

1. g 0 = e

2. g −1 será el inverso de g

3. g −2 = (g −1 ) = g −1 g −1
2

39
y en general g −n = (g −1 ) con n ∈ N.
n

Puede probarse fácilmente que la leyes de los exponentes para la potenciación


usual se siguen cumpliendo para este caso:

1. g n g m = g n+m

2. (g n )m = g n·m

Recuerde que si tenemos un grupo como (Z; +) entonces dado un elemento


a ∈ Z tendremos que an = a + a + a + . . . + a = na. O también si tenemos
el grupo (R; ·), entonces si r ∈ R tendremos que rn = r · r · . . . r = rn . Por
último, dado el grupo (S; ◦) de funciones biyectivas de un conjunto H, y dado
σ ∈ S entonces σ n = σ◦σ◦. . . σ (es decir σ compuesta consigo misma n veces)

3.2.2. Subconjuntos generados

Vamos a analizar un poco más en profundidad al grupo (H; ·) visto en el


ejemplo 3.2. Este grupo es de orden cuatro pero además se cumplen algunos
hechos por ahora curiosos.
Notemos que las potencias de i nos generan a todos los elementos del conjunto
H. En efecto, se tiene que:

i0 = 1

i1 = i

i2 = −1

i3 = −i

Si seguimos hallando las potencias de i veremos que los resultados se vuel-


ven a repetir, como si fuera un ciclo. De hecho, a este tipo de grupos se los

40
denominará Grupos Cíclicos. Además observemos que i4 = 1. Es decir en
términos de la notación vistas hasta ahora, se cumple que io(H) = e.
Por último, notemos que todo el conjunto H es generado por las potencias
de i. Este elemento no es el único que cumple esta propiedad, también lo
cumple −i. Sin embargo, 1 y −1 no lo cumplen.
Diremos entonces que tanto i como −i son elementos generadores del grupo
H y a eso lo denotaremos como, (i) = H y (−i) = H.
En general, dado un grupo (G; ·) y un elemento g ∈ G llamaremos subcon-
junto de G, generado por g a

(g) = {g n ∈ G/n ∈ Z}

Es interesante notar que un subconjunto generado por un elemento g ∈ G


tiene de hecho estructura de grupo, si lo consideramos bajo la misma opera-
ción que lo genera. La prueba de esto lo haremos en breve, puesto que nos
remite a otro objeto matemático: el de subgrupo.
Analicemos algunos ejemplos:

Ejemplo 3.7 Dado el grupo (Z; +) y el elemento 5 ∈ Z entonces se tiene


que:
(5) = {· · · − 10; −5; 0; 5; 10; · · · }

es decir, el conjunto de los múltiplos enteros de 5. ▶

Ejemplo 3.8 Dado el grupo (H; ·) analizado con anterioridad, tenemos


que (1) = {1} y (−1) = {−1; 1}. Además notemos que (1) ⊂ (−1) ⊂ H ▶

41
§3.3 Subgrupos

Dado un grupo (G; ·) es importante considerar algunos subconjuntos de G.


Sin embargo, los subconjuntos que merecen nuestra atención son aquellos que
heredan la estructura algebraica del conjunto que lo contiene.
Con esto en mente, damos la siguiente definición:

Definición 3.2 Sea (G; ·) un grupo y H un subconjunto no vacío de G.


Diremos que (H; ·) es un subgrupo (G; ·) sí y solo si (H; ·) es un grupo.

Notemos aquí algunos hechos relevantes:


Dado un grupo (G; ·) tenemos que

1. El conjunto {e} tiene estructura de grupo y como {e} ⊂ G se tiene que


({e} ; ·) es un subgrupo del grupo (G; ·)

2. Como el mismo conjunto G ⊂ G, se tiene que (G; ·) es un subgrupo de


(G; ·)

3. Si (H; ·) es subgrupo de (K; ·) y (K; ·) es subgrupo de (G; ·) entonces


(H; ·) es subgrupo de (G; ·)

Los subgrupos ({e} ; ·) y (G; ·) de (G; ·) no tienen nada de llamativo y por lo


tanto los llamaremos subgrupos triviales. Los subgrupos realmente interesan-
tes serán aquellos que no sean los triviales y para los cuales se cumple que
{e} ⊂ H ⊂ G siendo la inclusión una inclusión estricta.

42
Ejemplo 3.9 En el ejemplo 3.8 podemos observar que ((1) ; ·) y ((i) ; ·) son
los subgrupos triviales de (H; ·) y que ((−1) ; ·) es un subgrupo no trivial de
(H; ·). ▶

Ejemplo 3.10 En el ejemplo 3.7 vemos que ((5) ; +) es un subgrupo no


trivial de (Z; +). ▶

Dado un grupo (G; ·) y un elemento g ∈ G, sabemos que (g) ⊂ G y de hecho,


((g) ; ·) es un subgrupo del grupo dado. Este hecho nos revela una manera
fácil de conseguir subgrupos de un grupo. Tomamos un elemento g ∈ G y
lo operamos consigo mismo. Si g = e entonces obtendremos (e) = {e}. Con
un poco de suerte, dado un grupo y eligiendo adecuadamente un elemento g
obtendremos un subgrupo no trivial.
Antes de continuar analizan ejemplos, demostremos el siguiente teorema.

Teorema 3.4 Sea (G; ·) un grupo y g ∈ G. Entonces ((g) ; ·) es un


subgrupo de (G; ·). §
.

Demostración 1 En primer lugar notemos que dado g ∈ G se tiene que


e = g 0 ∈ G y que g −1 ∈ G. Además la propiedad asociativa se hereda del
grupo (G; ·). Por todo esto se puede asegurar que ((g) ; ·) es un subgrupo de
(G; ·). ■

Ejemplo 3.11 En el grupo (Z; +) tenemos que (1) = Z, (0) = {0} y que
(2) genera al conjunto de los enteros pares. ▶

Supongamos tener ahora dos subgrupos (H; ·) y (K; ·) de un grupo (G; ·).
Es natural preguntarse si (H ∩ K; ·) es un también un subgrupo de (G; ·).

43
Pues, para contestar esa pregunta, observemos que como (H; ·) y (K; ·) son
subgrupos, resulta que e ∈ H y e ∈ K, por lo que e ∈ H ∩ K. Por otro
lado, también sucede que dado un elemento g ∈ H ∩ G, se tiene que g ∈ H
y g ∈ K, de donde g −1 ∈ H y g −1 ∈ K. Es decir g −1 ∈ H ∩ K.
¿Qué ocurre con la propiedad asociativa? Pues, como son subgrupos de un
grupo, heredan esa propiedad.
Sólo nos resta estar seguros que dados dos elementos g; h ∈ H ∩ K se tenga
que gh ∈ H ∩ K. En efecto, esto es así, puesto que si g; h ∈ H ∩ K entonces,
g ∈ H ∩ K y h ∈ H ∩ K, de donde g ∈ H; g ∈ K; h ∈ H y h ∈ K. Se tiene
entonces que gh ∈ H y gh ∈ K. En otras palabras gh ∈ H ∩ K.
Este resultado lo enunciamos en el siguiente teorema:

Teorema 3.5 Sea (G; ·) un grupo y (H; ·) y (K; ·) dos subgrupos del
grupo dado. Entonces se tiene que (H ∩ K; ·) es también un subgrupo
de (G; ·). §
.

Ejemplo 3.12 En el grupo (Z; +) podemos observar que:

(2) = {· · · ; −4; −2; 0; 2; 4; · · · } y que ((2) ; +) es un subgrupo del grupo


dado.

(3) = {· · · ; −6; −3; 0; 3; 6; · · · } y que ((3) ; +) también es un subgrupo


del grupo dado.

Además se tiene que:

(2)∩(3) = (6) y por lo tanto ((6) ; +) también es un subgrupo del grupo


dado.

44
Ejemplo 3.13 La unión de dos subgrupos no es siempre un subgrupo. Para
verlo tomamos los subconjuntos (2) y (3) del ejemplo anterior y tomamos su
unión
(2) ∪ (3) = {· · · − 6; −4; −3; −2; 0; 2; 3; 4; 6; · · · }

Ahora bien, la adición no es cerrada en este conjunto. Por ejemplo 2 + 3 = 5


pero 5 ∈
/ (2) ∪ (3) y por lo tanto (2) ∪ (3) no es un grupo y por ende no es
un subgrupo de (Z; +). ▶

Ejemplo 3.14 Sean los subgrupos (K; ·) y (H; ·) del grupo (C; ·), con:

K = {1; −1}

H = {1; −1; i; −i}

Claramente (K ∩ H; ·) = (K; ·) que es un subgrupo de (C; ·). ▶

Ejemplo 3.15 Sea el grupo (R2 ; +) donde la adición es la suma habitual


de pares ordenados:

(a; b) + (c; d) = (a + c; b + d)

donde (0; 0) actúa como neutro para la operación y si (a; b) ∈ R2 entonces


su opuesto es (−a; −b).
Tomamos los subconjuntos H = {(a; 0)} y K = {(0; b)}. Afirmamos que
(H; +) y (K; +) son subgrupos de (R2 ; +).
Además H ∩K = {(0; 0)} y ((0; 0) ; +) es un subgrupo trivial del grupo dado.

45
Ejemplo 3.16 Anteriormente, hemos analizado en el Ejemplo 3.6 un grupo
muy particular, el grupo simétrico de las funciones biyectivas de un conjunto
de tres elementos.
Dicho conjunto constaba de los siguientes elementos:

G = {ι; σ; τ ; σ ◦ σ = κ; σ ◦ τ = ψ; τ ◦ σ = ϕ}

Si bien, no lo hemos hecho con anterioridad, vamos a hacer la tabla con los
resultados de las composiciones de las funciones:

◦ ι σ τ ψ ϕ κ
ι ι σ τ ψ ϕ κ
σ σ κ ψ ϕ τ ι
τ τ ϕ ι κ σ ψ
ψ ψ τ σ ι κ ϕ
ϕ ϕ ψ κ σ ι τ
κ κ ι ϕ τ ψ σ

En dicho conjunto, vamos a definir los siguientes subconjuntos:

G1 = {ζ ∈ G/1ζ = 1} = {ι; τ }

G2 = {ζ ∈ G/2ζ = 2} = {ι; ϕ}

G3 = {ζ ∈ G/3ζ = 3} = {ι; ψ}

H = {ι; σ; κ}

Del análisis de la tabla se puede ver que (G1 ; ◦); (G2 ; ◦); (G3 ; ◦) y (H; ◦) son
subgrupos de (G; ◦).
Además se tiene que G1 ∩G2 ∩G3 ∩H = {ι} que sabemos que tiene estructura
de grupo bajo la operación de composición ◦ y por lo tanto ({ι} ; ◦) es un
subgrupo de (G; ◦). ▶

46
Supongamos tener un grupo (G; ·) y un subconjunto no vacío, H de G para
el que se cumple que:

∀a; b ∈ H : ab ∈ H

∀a ∈ H : a−1 ∈ H

Entonces como H no es vacío, existe un elemento c ∈ H, pero a su vez, estará


en H el elemento c−1 . Ahora bien, como c ∈ H y c−1 ∈ H entonces cc−1 ∈ H.
Pero cc−1 = e, de donde e ∈ H. Como H ⊂ G y para todos los elementos
de G se cumple la propiedad asociativa, en particular se cumplirá para los
elementos de H. Estamos en presencia de un subgrupo de (G; ·), pues para
(H; ·) se cumplen todas las condiciones: la operación es cerrada en H, cumple
con la ley asociativa, el neutro está en H y el inverso de cada elemento de
H, está en H.
Por lo tanto, hemos encontrado una manera de ver si un subconjunto de un
conjunto dado tiene estructura de subgrupo.
Si (H; ·) es un subgrupo de (G; ·) entonces es claro que cumple los dos ítems
mencionados anteriormente.
Enunciamos entonces este resultado en el siguiente teorema:

Teorema 3.6 Dado un grupo (G; ·) y un subconjunto no vacío, H


de G.
(H; ·) es un subgrupo de (G; ·) si y solo si:

∀a; b ∈ H : ab ∈ H

∀a ∈ H : a−1 ∈ H

§
.

47
Analicemos el Ejemplo 3.16 a la luz de este teorema.

Ejemplo 3.17 En el conjunto H = {ι; σ; κ} se puede ver que la operación


de composición ◦ es cerrada en H y además σ y κ son inversos. Por ello, en
virtud del teorema anterior podemos asegurar que (H; ◦) es un subgrupo de
(G; ◦). ▶

Ejemplo 3.18 Sea el grupo (R3 ; +) de los vectores con tres componentes
reales junto con la suma habitual de vectores. Y sea H = {(a; b; c) ∈ R3 con c = 0}.
Vemos que la suma es cerrada en H puesto que dados u ∈ H/u = (a; b; 0) y
v ∈ H/v = (a′ ; b′ ; 0) tenemos que

u + v = (a; b; 0) + (a′ ; b′ ; 0) = (a + a′ ; b + b′ ; 0)

de donde u + v ∈ H.
Además dado u ∈ H, también u−1 = −u ∈ H puesto que si u = (a; b; 0)
entonces u−1 = −u = (−a; −b; 0).
En virtud del teorema anterior, (H; +) es un subgrupo de (R3 ; +).
Geométricamente, H es el plano de R3 que contiene a los ejes x e y. ▶

Un ejemplo que generaliza el anterior se presenta a continuación. En el ejem-


plo anterior tomamos como H al plano que contiene a los ejes x y y. Sin
embargo, cualquier plano que contenga al elemento 0 = (0; 0; 0) de R3 tiene
estructura de subgrupo, cuando lo munimos de la adición usual de vectores.
Para generar cualquier plano que contiene al 0 de R3 , tenemos que usar dos
vectores u; v ∈ R3 con una características particular. Veámoslo a continua-
ción.

48
Ejemplo 3.19 Dado el grupo (R3 ; +) consideramos dos elementos u y v
de manera tal que ∄a ∈ R/u = av. En otras palabras, los vectores u y v son
linealmente independientes y geométricamente esto significa que no están
sobre la misma recta.
Sea entonces el subconjunto K de R3 tal que
{ }
K = w ∈ R3 /w = au + bv con a; b ∈ R

Veamos que dados w = au + bv ∈ H y w′ = a′ u + b′ v ∈ H, tenemos que

w + w′ = (au + bv) + (a′ u + b′ v) = (a + a′ ) u + (b + b′ ) v

de donde w + w′ ∈ H.
Además si w ∈ H entonces w = au + bv, de donde w−1 = −w = (−a) u +
(−b) v y por lo tanto w−1 ∈ H.
Todo esto no hace más que asegurarnos que (H; +) es un subgrupo de (R3 ; +).

{ }
Ejemplo 3.20 Sea Z4 = 0̄; 1̄; 2̄; 3̄ el conjunto de las clases módulo 4 de
la aritmética modular de números enteros. La operación de adición habitual
en Z4 induce una estructura de grupo en dicho conjunto. Para ello haremos
la tabla con los resultados, tal como lo hicimos antes con otros ejemplos:

+ 0̄ 1̄ 2̄ 3̄
0̄ 0̄ 1̄ 2̄ 0̄
1̄ 1̄ 2̄ 3̄ 0̄
2̄ 2̄ 3̄ 0̄ 1̄
3̄ 3̄ 0̄ 1̄ 2̄

Observando la tabla, podemos ver que 0̄ es el elemento neutro para este


grupo.

49
Veamos ahora, cuáles son los subconjuntos generados por los elementos de
Z4 :
( ) { }
0̄ = 0̄
( ) ( )
1̄ = 3̄ = Z4
( ) { }
2̄ = 0̄; 2̄
(( ) ) (( ) )
Por lo tanto, se puede ver que 0̄ ; + y 1̄ ; + son los subgrupos triviales
(( ) )
de (Z4 ; +). En cambio 2̄ ; + es un subgrupo propio del grupo dado. ▶

Los enteros módulo n nos proveen de una variedad de ejemplos de grupos y


por ello los utilizaremos con frecuencia en este texto.
Recordemos que en la aritmética modular, dados tres números enteros a; b y
n se dice que a es congruente con b, módulo n si y solo si n divide a a − b. En
otras palabras, a es congruente con b, módulo n si y solo si ∃c ∈ Z/a−b = cn.
Esta definición se suele simbolizar de la siguiente manera:

a ≡ b(n ⇔ n \ a − b

Esta relación de congruencia, determina en Z una relación de equivalen-


cia, de tal manera que divide a dicho conjunto en clases de equivalencia:
0̄; 1̄; 2̄; · · · ; n-2; n-1.
Esta relación puede ser generalizada de una manera sencilla desde la teoría
de grupos, tal como lo veremos a continuación.

§3.4 Congruencia Módulo H

Sea H ⊂ G y (H; ·) un subgrupo de (G; ·). Definimos en G la relación con-


gruencia módulo H de la siguiente manera:

50
Definición 3.3 Sean a; b ∈ G, diremos que a es congruente con b, módulo
H y lo denotaremos como a ≡ b mod H si y solo si ab−1 ∈ H.

Ciertamente, esta relación de congruencia es una relación de equivalencia.


En efecto, notemos primero que a ≡ a mod H puesto que aa−1 = e ∈ H.
Además, si a ≡ b mod H entonces ab−1 ∈ H, pero siendo (H; ·) un subgrupo,
−1 −1 −1
se tiene que (ab−1 ) ∈ H. Ahora bien, (ab−1 ) = (b−1 ) a−1 = ba−1 , de
donde ba−1 ∈ H, es decir b ≡ a mod H. Por último, si tenemos que a ≡
b mod H y b ≡ c mod H entonces tenemos que ab−1 ∈ H y bc−1 ∈ H. Por
ser (H; ·) un subgrupo, se tiene que (ab−1 ) (bc−1 ) ∈ H, pero (ab−1 ) (bc−1 ) =
a (b−1 b) c−1 = ac−1 . Por lo tanto ac−1 ∈ H, de donde se tiene que a ≡
c mod H.
Esto demuestra que la relación de congruencia definida anteriormente, es una
relación de equivalencia en G. Enunciamos entonces el siguiente teorema.

Teorema 3.7 La relación de congruencia definida en G como a ≡


b mod H, es una relación de equivalencia en G. §
.

Veamos algunos ejemplos aplicando el teorema anterior.

Ejemplo 3.21 Sea el grupo dado en el Ejemplo 3.20, del conjunto Z4 =


{ } { }
0̄; 1̄; 2̄; 3̄ y tomemos un subgrupo (H; +) con H = 0̄; 2̄ .
Notemos que 0̄ ≡ 2̄ mod H puesto que (H; +) es un subgrupo. Esta es una
de las clases de equivalencias en que queda dividido Z4 , a la que llamaremos
H0̄ .
−1 −1
Ahora como 3̄ = 1̄ entonces 1̄ + 3̄ = 1̄ + 1̄ = 2̄ ∈ H, de donde tenemos

51
que 1̄ ≡ 3̄ mod H. Esta es otra clase de equivalencia a la que llamaremos
H1̄ .
Como no hay más elementos, podemos ver que las clases de equivalencia en
{ }
que queda divido el conjunto Z4 = 0̄; 1̄; 2̄; 3̄ son H0̄ y H1̄ . ▶

Ejemplo 3.22 En el grupo (C − {0} ; ·) tomemos los subgrupos (H; ·) y


(K; ·) con H = {1; −1} y K = (i) = {1; −1; i; −i} y hallemos las clases de
equivalencias que resultan de aplicar la relación de congruencia.
Primeramente, tomando el subgrupo (H; ·) resulta que dados z; w ∈ C tene-
mos que z ≡ w mod H ⇔ zw−1 ∈ H, es decir que tenemos dos posibilidades:

1. zw−1 = 1 de donde z = w

2. zw−1 = −1 de donde −z = w

En otras palabras, dado un z ∈ C, la clase de equivalencia de los elementos


que son congruentes con él, está formada por z y −z. Por ejemplo, la clase
de equivalencia del 2 es H2 = {2; −2}.
Tomando ahora el subgrupo (K; ·) resulta que dados z; w ∈ C tenemos que
z ≡ w mod K ⇔ zw−1 ∈ K, es decir que tenemos cuatro posibilidades:

1. zw−1 = 1 de donde z = w

2. zw−1 = −1 de donde −z = w
z zi
3. zw−1 = i de donde = = −zi = w
i ii
z zi
4. zw−1 = −i de donde = = zi = w
−i −ii
En otras palabras, dado un z ∈ C, la clase de equivalencia estará formada
por los elementos z; −z; zi y −zi. ▶

52
Ejemplo 3.23 Veamos otro ejemplo en el grupo (C − {0} ; ·). Tomemos el
subgrupo dado en el Ejemplo 3.5, (H; ·) con H formado por los complejos de
módulo 1.
Entonces, dados z; w ∈ C, tenemos que z ≡ w mod H ⇔ zw−1 ∈ H. Pero
|z|
esto quiere decir que |zw−1 | = 1, de donde = 1. Es decir, |z| = |w|.
|w|
Por lo tanto, la clase de equivalencia de los números complejos w que son
congruentes con z utilizando el subgrupo (H; ·) y a la cual la denotaremos
como Hz será:
Hz = {w ∈ C/|w| = |z|}

Geométricamente, cada clase de equivalencia será una circunferencia con cen-


tro en el complejo 0 y de radio |z|.
En la figura siguiente se puede apreciar al subconjunto H y a las clases de
equivalencias H2 y Hz . ▶

4
4
3
3
2
2 b
z
1
1
0

−5 −4 −3 −2 −1 1 2 3 4 5
-1
−1 H H2 Hz
-2
−2
-3
−3
-4
-5 -4 -3 -2 −4
-1 0 1 2 3 4 5

De acuerdo a los ejemplos analizados podemos notar que en una congruencia


determinada por un subgrupo (H; ·) el mismo conjunto H es una de las clases

53
de equivalencia. En efecto, si (H; ·) es un subgrupo, entonces dado un a ∈ H,
se tiene que a−1 ∈ H. Ahora bien, ∀a ∈ H : e ≡ a mod H puesto que
ea−1 = a−1 ∈ H. A esta clase de equivalencia la denotaremos como He .
Veremos próximamente, que las clases de equivalencia, pueden ser denotadas
como clases laterales.

§3.5 Clases laterales

Comenzamos con la siguiente definición.

Definición 3.4 Sea (G; ·) un grupo y (H; ·) un subgrupo. Dado a ∈ G


definimos la clase lateral de H en G como:

Ha = {x ∈ G/x = ha; con h ∈ H}

Es decir, una clase lateral derecha se obtiene operando a derecha (de ahí
el nombre) un elemento a ∈ G con todos los elementos de H. Veremos a
continuación que las clases laterales derechas son nada más y nada menos
que las clases de equivalencia ya halladas.

Teorema 3.8 Sea (H; ·) un subgrupo del grupo (G; ·), Ha la clase
lateral de H en G y Ha la clase de equivalencia determinada por el
elemento a. Entonces ∀a ∈ G : Ha = Ha . §
.

54
Demostración 2 Sea la clase de equivalencia Ha = {x ∈ G/a ≡ x mod H}.
Veremos primeramente que Ha ⊂ Ha .
En efecto, sea x ∈ Ha entonces x = ha para algún h ∈ H. Entonces
ax−1 = a (ha)−1 = a (a−1 h−1 ) = eh−1 = h−1 . Como (H; ·) es un subgrupo y
h ∈ H, se tiene que h−1 ∈ H, de donde ax−1 ∈ H por lo que a ≡ x mod H.
En otras palabras x ∈ Ha y por lo tanto Ha ⊂ Ha .
Sea ahora x ∈ Ha , de donde se tiene que x ≡ a mod H. Es decir, xa−1 ∈ H.
Entonces ∃h ∈ H/xa−1 = h y operando con a a derecha, resulta que x = ha.
Por lo que resulta que x ∈ Ha y por lo tanto Ha ⊂ Ha.
De acuerdo a lo demostrado con anterioridad se tiene que Ha = Ha . ■

Las clases laterales (o también llamadas coclases) jugarán un rol importante


en el desarrollo teórico que más adelante veremos.
Por lo tanto, hablar de clases laterales y clases de equivalencia es lo mismo.
Ahora bien, supongamos tener dos clases laterales derechas Ha y Hb de
un grupo (G; ·) y definamos una función σ : Ha → Hb/ (ha) σ = hb. Esta
función que definimos es inyectiva ya que si h1 b = h2 b ⇒ h1 = h2 usando la
ley cancelativa del grupo (G; ·). Luego, operando a derecha con el elemento
a se tiene que h1 a = h2 a de donde la función σ es inyectiva.
Veamos ahora que ∀y ∈ Hb, se tiene que ∃x = yb−1 a ∈ Ha de manera tal
que xσ = y. En efecto, yb−1 ∈ H ya que como y ∈ Hb entonces h = yb−1 .
Por lo que yb−1 a = x ∈ Ha. Además, xσ = (yb−1 a) σ = (yb−1 ) b = y.
Esta función σ es por lo tanto, biyectiva. Debido a la importancia de este
resultado, enunciamos entonces el siguiente teorema.

Teorema 3.9 Sea (G; ·) un grupo y (H; ·) un subgrupo. Sean Ha y


Hb dos clases laterales derechas de H en G.
La función σ : Ha → Hb/ (ha) σ = hb es biyectiva. §
.

55
Es más, si en vez de definir una clase lateral derecha, definimos una clase
lateral izquierda de la siguiente manera:

aH = {x ∈ G/x = ah, con h ∈ H}

podemos ver que H mismo es una clase lateral izquierda puesto que H = eH.
De donde se tiene que tanto las clases laterales derechas e izquierdas tienen
la misma cantidad de elementos. Y por lo tanto, hay tantas clases laterales
derechas como clases laterales izquierdas.
Nótese que no estamos asegurando que la clase lateral derecha Ha sea igual a
la clase lateral izquierda aH. Esto queda en evidencia en el siguiente ejemplo.

Ejemplo 3.24 En el ejemplo 3.16 hicimos la tabla con los resultados de


las composiciones de S3 :

◦ ι σ τ ψ ϕ κ
ι ι σ τ ψ ϕ κ
σ σ κ ψ ϕ τ ι
τ τ ϕ ι κ σ ψ
ψ ψ τ σ ι κ ϕ
ϕ ϕ ψ κ σ ι τ
κ κ ι ϕ τ ψ σ

Tomamos el siguiente subgrupo (H; ◦) con H = {ι; τ }


Notemos que o (H) = 2 y hallemos las clases laterales derechas e izquierdas.
Las clases laterales derechas son:

Hι = H

Hσ = {ι ◦ σ; τ ◦ σ} = {σ; ϕ}

Hτ = {ι ◦ τ ; τ ◦ τ } = {τ ; ι} = H

56
Hψ = {ι ◦ ψ; τ ◦ ψ} = {ψ; κ}

Hϕ = {ι ◦ ϕ; τ ◦ ϕ} = {ϕ; σ} = Hσ

Hκ = {ι ◦ κ; τ ◦ κ} = {κ; ψ} = Hψ

Tenemos entonces las clases laterales derechas: H; Hσ; Hψ.


Veamos ahora las clases laterales izquierdas:

ιH = H

σH = {σ ◦ ι; σ ◦ τ } = {σ; ψ}

τ H = {τ ◦ ι; τ ◦ τ } = {τ ; ι} = H

ψH = {ψ ◦ ι; ψ ◦ τ } = {ψ; σ} = σH

ϕH = {ϕ ◦ ι; ϕ ◦ τ } = {ϕ; κ}

κH = {κ ◦ ι; κ ◦ τ } = {κ; ϕ} = ϕH

Tenemos entonces las clases laterales izquierdas: H; σH; ϕH.


Podemos ver que hay tres clases laterales derechas y tres clases laterales
izquierdas. Además vemos que

Hσ = {σ; ϕ}

mientras que
σH = {σ; ψ}

de donde podemos ver que σH ̸= Hσ. ▶

El ejemplo anterior, pone en evidencia que las clases laterales derechas e iz-
quierdas pueden ser distintas, excepto si (G; ·) es un grupo abeliano, entonces
tendríamos que aH = Ha.

57
Quizás no se evidencie la importancia del teorema 3.9, pero pensemos en que
si G es un conjunto finito, sus clases laterales derechas serán finitas y como
hay una biyección entre ellas, esto quiere decir que tiene la misma cantidad
de elementos.
También puede suceder que G sea infinito, sin embargo si el subconjunto H
tiene un número finito de elementos, entonces todas las clases de equivalencias
generadas por el subgrupo (H; ·) tendrán la misma cantidad de elementos.
A la cantidad de elementos de una clase de equivalencia, lo llamaremos el
orden de la clase y lo denotaremos como o (Ha ).
Ahora si el conjunto G es finito y queda dividido en m clases de equivalencia,
entonces se tiene que mo (Ha ) = o (G).
Como el mismo subconjunto H es una clase de equivalencia, entonces o (H) =
o (Ha), de donde se tiene que mo (H) = o (G). En otras palabras, el orden
de un subgrupo (H; ·) es un divisor del orden de un grupo finito (G; ·). Este
resultado es un famoso teorema que Lagrange lo enunció por primera vez, y
ahora lo enunciamos nosotros.
Teorema 3.10 Si G es un conjunto finito y (H; ·) un subgrupo del
grupo (G; ·) entonces o (H) es un divisor de o (G). §
.

Veamos algunos ejemplos de la aplicación de este teorema.

Ejemplo 3.25 Supongamos tener el conjunto G = {e; a; b} y la operación


∗, cuya tabla la presentamos a continuación:

∗ e a b
e e a b
a a e a
b b a e

58
Y tomemos el subconjunto H = {e; a} que tiene estructura de grupo con la
operación ∗. Entonces tendría casi todas las chances de ser un subgrupo de
(G; ∗) Ahora bien, o (H) = 2 y o (G) = 3, de donde o (H) no divide a o (G)
de donde se tiene que, aplicando el teorema anterior, (G; ∗) no es un grupo.
Invito al lector a encontrar el porqué (G; ∗) no es un grupo. ▶

Ejemplo 3.26 En el Ejemplo 3.20 analizamos al grupo (Z4 ; +). Este grupo
tiene orden 4 y los subgrupos que encontramos tenían orden 4, orden 2 y orden
1.
En efecto:
(( ) )
o 0 ;+ = 1
(( ) )
o 2 ;+ = 2
(( ) )
o 3 ;+ = 4

Como corolario del teorema de Lagrange, tenemos lo siguiente: si el orden


de un grupo G es p, con p primo, entonces G no puede tener subgrupo no
triviales. Esto es así, porque los únicos que dividen a p son p y 1. Pero si un
subgrupo de (G; ∗) tiene orden p no puede ser otro más que el mismo (G; ∗).
Y si un subgrupo tiene orden 1, no puede ser otro más que ({e} ; ∗).
Este resultado lo enunciamos en el siguiente teorema:

Teorema 3.11 Si un grupo (G; ∗) tiene orden p, con p primo, en-


tonces los únicos subgrupos que puede tener son ({e} ; ∗) y (G; ∗). §
.

59
Índice alfabético
operación, 5

60

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