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CÓDIGO DE TRABAJO

El Código de Trabajo es el documento jurídico laboral que regula los derechos y


obligaciones de patronos y trabajadores, con ocasión del trabajo en Guatemala, y crea
instituciones para resolver sus conflictos (Ministerio de Trabajo y Previsión Social, s.f.)

La definición antes detallada se respalda en base al Decreto 1441 del Congreso de la


República de Guatemala (Código de Trabajo, 2010).

Una copia completa del Código de Trabajo puede descargarse completamente en


Wikiguate en el artículo correspondiente al Código de Trabajo (documento).

Si bien el Código de Trabajo fue emitido el 8 de febrero de 1947 mediante Decreto 330 del
Congreso de la República, en el año 1961 se emitió el Decreto 1441 del Congreso de la
República, de fecha 29 de abril, el cual introdujo reformas al citado Decreto 330, derogó
algunos de sus artículos y publicó completamente el texto actualizado –a esa fecha- del
Código de Trabajo (Código de Trabajo, 2010).

El Código de Trabajo original entró en vigor el 1 de mayo de 1947, en conmemoración al


Día Internacional del Trabajo, contenido en el Decreto 330 del Congreso de la República.
Este recoge y desarrolla los principios y lineamientos contenidos en la Constitución de
1945 sobre materia laboral, e incorpora muchos más. Se le creyó novedoso pero muchas
de sus instituciones ya estaban en práctica en muchos países como en Europa central, así
mismo se inspiró en la legislación mexicana y en el Código de Trabajo de Costa Rica.
Contenía a la vez parte sustantiva y procesal. Los principios ideológicos eran democráticos
y en general tendían a proteger al trabajador, para compensar su desigualdad frente al
patrono (Villagran, 2006).

es el conjunto de leyes que regulan los derechos y obligaciones de patronos y


trabajadores en Guatemala, con ocasión del trabajo, y que además crea instituciones para
resolver sus conflictos, de acuerdo con el Decreto 1441 del Congreso de la República de
Guatemala.

Si bien el Código de Trabajo fue emitido el 8 de febrero de 1947 mediante Decreto 330 del
Congreso de la República, en el año 1961 se emitió el Decreto 1441 del Congreso de la
República, de fecha 29 de abril, el cual introdujo reformas al citado Decreto 330, derogó
algunos de sus artículos y publicó completamente el texto actualizado –a esa fecha- del
Código de Trabajo (Código de Trabajo, 2010).

Para la edición del presente documento CENADOJ tomó como punto de partida el
ejemplar de El Guatemalteco -Diario Oficial de la República de Guatemala-, de fecha 16 de
junio de 1961 -número 14, tomo 162, volumen 1, página 145 y siguientes- en que se
publicó íntegramente el Decreto 1441 del Congreso de la República.
A continuación se hicieron las anotaciones correspondientes a las reformas y derogatorias
contenidas en los Decretos números 1486, 1618, 86-71, 88-73, 64- 92, 4-97,19-97, 9-98,
35-98, 13-2001 y 18-2001, todos del Congreso de la República, y por los Decretos Leyes
45, 57y 55-83, así como la inconstitucionalidad general parcial decretada por la Corte de
Constitucionalidad en sentencia de fecha 3 de agosto de 2004, en expedientes
acumulados números 898-2001 y 1014-2001 (Código de Trabajo, 2010).

es el conjunto de leyes que regulan los derechos y obligaciones de patronos y


trabajadores en Guatemala, con ocasión del trabajo, y que además crea instituciones para
resolver sus conflictos, de acuerdo con el Decreto 1441 del Congreso de la República de
Guatemala.

Si bien el Código de Trabajo fue emitido el 8 de febrero de 1947 mediante Decreto 330 del
Congreso de la República, en el año 1961 se emitió el Decreto 1441 del Congreso de la
República, de fecha 29 de abril, el cual introdujo reformas al citado Decreto 330, derogó
algunos de sus artículos y publicó completamente el texto actualizado –a esa fecha- del
Código de Trabajo (Código de Trabajo, 2010).

Para la edición del presente documento CENADOJ tomó como punto de partida el
ejemplar de El Guatemalteco -Diario Oficial de la República de Guatemala-, de fecha 16 de
junio de 1961 -número 14, tomo 162, volumen 1, página 145 y siguientes- en que se
publicó íntegramente el Decreto 1441 del Congreso de la República.

A continuación se hicieron las anotaciones correspondientes a las reformas y derogatorias


contenidas en los Decretos números 1486, 1618, 86-71, 88-73, 64- 92, 4-97,19-97, 9-98,
35-98, 13-2001 y 18-2001, todos del Congreso de la República, y por los Decretos Leyes
45, 57y 55-83, así como la inconstitucionalidad general parcial decretada por la Corte de
Constitucionalidad en sentencia de fecha 3 de agosto de 2004, en expedientes
acumulados números 898-2001 y 1014-2001 (Código de Trabajo, 2010).
LEY ELECTORAL
regula lo relativo al ejercicio de los derechos políticos, los derechos y obligaciones que
corresponden a las autoridades, a los órganos electorales, a las organizaciones políticas y
lo referente al ejercicio del sufragio y al proceso electoral (Marco Legal del Congreso de la
República de Guatemala, s.f.).
El Tribunal Supremo Electoral -también conocido como TSE– es una organización del
Estado de Guatemala, de carácter independiente, objetiva y garante de la administración
de los procesos electorales del país. Fue creado en 1983 con el fin de ser el organismo
encargado de realizar elecciones libres y trasparentes en Guatemala (Tribunal Supremo
Electoral, s.f.).

El Tribunal Supremo Electoral es la máxima autoridad en material electoral de Guatemala.


Es independiente y, por consiguiente, no supeditado a organismo alguno del Estado
(Tribunal Supremo Electoral, s.f.).

Su organización, funcionamiento y atribuciones están determinados en la Ley Electoral y


de Partidos Políticos, según el artículo 121 de la Ley Electoral y de Partidos Políticos, la
cual está vigente desde el 14 de enero de 1986 (Tribunal Supremo Electoral, s.f.).

Fue creado en 1983, con la meta final de ser la entidad que realice elecciones libres y
transparentes en el país (Tribunal Supremo Electoral, s.f.).

El TSE está integrado por cinco magistrados titulares y cinco suplentes, quienes cumplen
períodos de seis años (Tribunal Supremo Electoral, s.f.).

Misión
El Tribunal Supremo Electoral se define la máxima autoridad en materia electoral,
independiente, objetiva, confiable, y garante de la administración de los procesos
electorales, y ve como su misión fortalecer el ejercicio de los derechos y deberes de los –y
las- ciudadanos, los derechos y obligaciones de las organizaciones políticas y el
funcionamiento de las órganos electorales temporales institucionales para la elección de
las autoridades del país (Tribunal Supremo Electoral, s.f.).

Visión
La visión del Tribunal Supremo Electoral es ser la institución electoral que incremente la
participación en la emisión de un voto consciente y responsable, que consolide el sistema
democrático y el respeto pleno de la voluntad popular en los procesos electorales
(Tribunal Supremo Electoral, s.f.).

Funciones
Dentro de las principales actividades del Tribunal Supremo Electoral se encuentra velar
por el fiel cumplimiento de la Constitución Política de la República de Guatemala, la Ley
Electoral, Ley de los Partidos Políticos y demás leyes y disposiciones de la materia. A través
de las delegaciones y subdelegaciones del Registro Nacional de Personas –RENAP-, en los
338 municipios del país, realiza un empadronamiento permanente, mantiene una
constante actualización y depuración del padrón electoral e inscribe y fiscaliza a las
organizaciones políticas (Tribunal Supremo Electoral, s.f.).

En un proceso electoral, convoca, organiza, ejecuta, coordina y fiscaliza el proceso


electoral. Declara, además, el resultado y la validez de las elecciones, o en su caso, la
nulidad total o parcial de las mismas, y adjudica los cargos de la elección popular (Tribunal
Supremo Electoral, s.f.).

Elección de magistrados
Los cinco magistrados titulares y cinco suplentes del TSE son electos por el Congreso de
Guatemala, con el voto favorable de las dos terceras partes de los 158 diputados del
parlamento.

Los legisladores eligen a los magistrados de una nómina de candidatos propuesta por una
Comisión de Postulación. Dicha comisión está compuesta por el rector de la Universidad
de San Carlos de Guatemala -quien la preside-, un representante de los rectores de las
universidades privadas del país, un representante del Colegio de Abogados de Guatemala
-electo en asamblea general- el decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la
Universidad de San Carlos de Guatemala y un representante de los decanos de las
facultados de Ciencias Jurídicas y Sociales de las universidades privadas (Tribunal Supremo
Electoral, s.f.).

Magistrados
Sus cinco magistrados titulares, elegidos en 2014 para un período de seis años, son Rudy
Marlon Pineda Ramírez, Julio René Solórzano Barrios, Jorge Mario Valenzuela Díaz, María
Eugenia Mijangos Martínez y Mario Ismael Aguilar Elizaldi (Tribunal Supremo Electoral,
s.f.).

Los suplentes son José Aquiles Linares Morales, Oscar Emilio Sequén Jocop, Augusto
Eleázar López Rodríguez, Estuardo Gamalero Cordero y Ana Elly López Oliva (Tribunal
Supremo Electoral, s.f.).

Su página oficial es www.tse.org.gt y sus oficinas se encuentran en la zona 1 de la Ciudad


de Guatemala.
DERECHOS HUMANOS
Los derechos humanos son aquellas «condiciones instrumentales que le permiten a la
persona su realización».1 En consecuencia subsume aquellas libertades, facultades,
instituciones o reivindicaciones relativas a bienes primarios o básicos2 que incluyen a toda
persona, por el simple hecho de su condición humana, para la garantía de una vida digna,
«sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier
otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra
condición».3

Para autores naturalistas los derechos humanos son independientes o no dependen


exclusivamente del ordenamiento jurídico vigente, por lo que son considerados fuente del
derecho; sin embargo desde el positivismo jurídico la realidad es que solamente los países
que suscriben los Pactos Internacionales de Derechos Humanos o Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) y el Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales (PIDESC) y sus Protocolos –Carta Internacional de Derechos
Humanos– están obligados jurídicamente a su cumplimiento.4 Así, por ejemplo, en
relación con la pena de muerte, contraria a la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, el Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, destinado a abolir la pena de muerte no ha sido firmado por países como China,
Irán, Estados Unidos, Vietnam, Japón, India o Guatemala.5

Desde un punto de vista más relacional, los derechos humanos se han definido como las
condiciones que permiten crear una relación integrada entre la persona y la sociedad, que
permita a los individuos ser personas jurídicas, identificándose consigo mismos y con los
demás.

Habitualmente, se definen como facultades inherentes a la persona, irrevocables,


inalienables, intransmisibles e irrenunciables. Por definición, el concepto de derechos
humanos es universal (para todos los seres humanos) e igualitario, así como incompatible
con los sistemas basados en la superioridad de una casta, raza, pueblo, grupo o clase
social determinados.7 Según la concepción iusnaturalista tradicional, son además
atemporales e independientes de los contextos sociales e históricos.8

La doctrina teórica de tales derechos ha realizado un importante esfuerzo por clasificar y


sistematizar los derechos humanos. Normalmente se dividen en dos categorías: derechos
positivos y derechos negativos. Los derechos negativos, como el derecho a la intimidad o a
no sufrir tortura, se definen exclusivamente en términos de obligaciones ajenas de no
injerencia; los derechos positivos, por el contrario, imponen a otros agentes,
tradicionalmente —aunque ya no de manera exclusiva— el Estado,9 la realización de
determinadas actividades positivas.10 Otra clasificación muy extendida es la que ordena
los derechos humanos en tres o más generaciones, atendiendo por lo general al momento
histórico en que se produjo o produce su reivindicación.
Los derechos humanos, herederos de la noción de derechos naturales,11 son una idea de
gran fuerza moral12 y con un respaldo creciente.13 Legalmente, se reconocen en el
derecho interno de numerosos Estados y en tratados internacionales. Para muchos,
además, la doctrina de los derechos humanos se extiende más allá del derecho y
conforma una base ética y moral que debe fundamentar la regulación del orden
geopolítico contemporáneo. La Declaración Universal de los Derechos Humanos se ha
convertido en una referencia clave en el debate ético-político actual, y el lenguaje de los
derechos se ha incorporado a la conciencia colectiva de muchas sociedades.13 Sin
embargo, existe un permanente debate en el ámbito de la filosofía y las ciencias políticas
sobre la naturaleza, fundamentación, contenido e incluso la existencia de los derechos
humanos;14 y también claros problemas en cuanto a su eficacia, ya que existe una gran
desproporción entre lo violado y lo garantizado estatalmente.15

De acuerdo con De Souza Santos, hoy es innegable la hegemonía de los derechos


humanos como lenguaje de la dignidad humana. Sin embargo, esta hegemonía debe
convivir en una realidad alarmante. La gran mayoría de la población mundial no es sujeto
de derechos humanos, sino el objeto de los discursos de derechos humanos.16

Origen cultural
Existe un importante debate sobre el origen cultural de los derechos humanos.
Generalmente se considera que tienen su raíz en la cultura occidental moderna, pero
existen al menos dos posturas principales más.17 Algunos afirman que todas las culturas
poseen visiones de dignidad que se plasman en forma de derechos humanos, y hacen
referencia a proclamaciones como la Carta de Mandén, de 1222, declaración fundacional
del Imperio de Malí. No obstante, ni en japonés18 ni en sánscrito clásico,19 por ejemplo,
existió el término derecho hasta que se produjeron contactos con la cultura occidental, ya
que estas culturas han puesto tradicionalmente el acento en los deberes. Existen también
quienes consideran que Occidente no ha creado la idea ni el concepto de derechos
humanos, aunque sí una manera concreta de sistematizarlos, una discusión progresiva y el
proyecto de una filosofía de los derechos humanos.20

De acuerdo a lo dispuesto en la Declaración adoptada por consenso de los 171 Estados


reunidos en Viena en la Conferencia Mundial de Derechos Humanos en 1993: “todos los
derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes y están relacionados
entre sí”. “Entonces, la universalidad, indivisibilidad e interdependencia son los pilares
conceptuales en que trata de sustentarse el reconocimiento y protección internacional de
los derechos humanos”21

La universalidad es “inherente a los derechos fundamentales del hombre porque estos


son expresiones de la dignidad de todo individuo”22 y por lo tanto deberían ser
aceptados, respetados y garantizados por los Estados no importando el sistema político-
ideológico, económico y socio-cultural que expresen. Cuestión que viene a ser un tanto
ambigua y complicada debido a las distintas cosmovisiones regionales y localistas.

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