Conclusiones Cerati

La comunicación estéticamente marcada asociada el suceso de Soda Stereo como banda de

pop/rock, constituyo una interacción comunicativa que perfectamente encaja en los conceptos que
expusiera Richard Bauman al hablar sobre las performances. Esta forma de comunicación cargada de
simbolismos fue la gestora de un auto reconocimiento colectivo, reafirmando un proceso de
identificación que abarcó a toda américa latina. Muchos fueron los jóvenes que incorporaron la
estética del grupo a sus propias vidas, generando y demostrando un evidente sentido de pertenencia
que colaboraba en moldear su propia identidad.

En la actualidad luego de su muerte, su imagen vuelve a estar presente a través de numerosos

homenajes colectivos, constituyéndolo nuevamente como un ídolo en un contexto diferente al que
lo vio brillar por primera vez, resignificado su mensaje, para esta nueva sociedad, que lo convierte en
un icono de la música argentina a nivel internacional.

Su pasó por el éxito popular como estrella de pop/rock lo llevó al consumo desenfrenado de
drogas, principalmente cocaína durante los años 80, y le dejo notorias secuelas en su salud, entre las
que se incluyen accidentes cardiovasculares vinculados al tabaquismo, el último de los cuales lo llevo
a una agonía comatosa de cuatro años seguida de muerte.

En la actualidad aun cuando su música como tal ya ha dejado de ser parte del circuito comercial, se
percibe un resurgimiento de su creación a través de múltiples performances, que se apoyan en ella
para generar un discurso que lo sitúa como un ídolo popular.

La imagen de Gustavo Cerati, a pesar de unas incipientes interpretaciones de sus letras, que para
algunas personas podrían sugerir una premonición de su estado de agonía prolongado y así
vincularlo con lo trascendente de la cultura, no registra cultos.