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Parte 2.

a) El planteo de Domingo Bazán a la luz de los aportes de Emilio Tenti Fanfani

Autonomía profesional y reflexión docente

“No hay ya más caminos seguros. Solo hay posibilidades efímeras para que pensemos a través del pasado, para que
examinemos las historias sedimentadas que constituyen lo que somos y nos podamos insertar en el presente para
luchar por una sociedad mejor”

Henry Giroux

El accionar pedagógico está caracterizado por contener dentro de sí un gran número


de contradicciones1. No caben dudas, esto es así. Una de ellas, quizás de las más
significativas, trata sobre la profesionalización docente. La discusión referida a esta
temática forma parte desde hace tiempo del debate político y educativo. Pero la
contradicción no radica solo en cuanto a exigencia y salario o a ideal de vocación y
desprestigio social, sino y principalmente, en cuanto a que la profesión docente carece
de autonomía.

A modo de complemento, sumamos a los aportes de Bazán los que ha realizado el


Sociólogo Emilio Tenti Fanfani2 al respecto. Los puntos de coincidencia entre ambos
autores son importantes. Pero la complementariedad radica en sumar a la práctica
reflexiva planteada por Bazán, la insistencia en cuanto a la realidad social en la que
alude Fanfani.

La sociedad evoluciona y el trabajo del docente debe estar acompasado a los cambios
que ella experimenta. Las políticas educativas que apuntan a la inclusión de los
sustratos históricamente relegados del sistema de enseñanza ponen en jaque el ideal
de formación docente, comúnmente desajustado de la realidad. No basta con dominar
el conocimiento que la institución formativa aportó al docente o introducir un sinfín de
dispositivos técnicos. Es necesario un accionar docente que cuente con la posibilidad
de crear soluciones prácticas que ayuden a resolver los problemas reales del sistema
educativo, máxime teniendo en cuenta las distintas realidades socioeconómicas que
en muchos casos dificultan enormemente el tránsito de los más desfavorecidos por el
sistema educativo. Las diferencias en la igualdad de posiciones3 desde las que parten
muchos estudiantes hacen que las oportunidades que se le ofrecen resulten
inalcanzables.

Esta realidad social en movimiento, lleva a que el docente tenga que constantemente
reafirmar su autoridad, tanto en el aula como frente a la familia de los estudiantes que

1
En este sentido el aporte de José María Quintana Cabanas resulta esclarecedor en cuanto a que la
realidad educativa es problemática ya que contiene dentro de sí, una naturaleza antinómica.
2
FANFANI, Emilio Tenti (2006) “El oficio docente: Vocación, Trabajo y Profesión en el siglo XXI. Editorial
Siglo XXI, Argentina.
3
En su obra “Repensar la justicia social” Francois Dubet se inclina por una justicia social basada en la
igualdad de posiciones ya que esta otorga mayores posibilidades de éxito a los sectores menos
favorecidos económicamente hablando.
normalmente tienden a desautorizarlo. Es un tema generacional en muchos aspectos,
los docentes de mayor edad tienden a no compartir el sistema de valores de los
jóvenes y estos sienten a su vez una sensación similar para con sus docentes. En el
ámbito de educación secundaria esta realidad es más visible. Además los docentes se
ven sobrecargados de tarea y muchas veces cargan contra el alumnado sus
frustraciones. La responsabilidad del fracaso escolar recae en no pocas ocasiones
sobre los estudiantes considerando sus comportamientos como indisciplinados.
Justamente en cuanto a los padres, su participación hoy en día parece estar más
abocada a la preocupación que a la ocupación de los problemas reales de sus hijos.
Esto también forma parte del cambio social que desde hace ya bastante tiempo se
viene experimentando. La típica familia nuclear que la modernidad engendró también
ha mutado.

En este contexto de desvalorización constante de la profesión docente, cabe


preguntarse qué camino se debe seguir para lograr mejorar paulatinamente y a modo
de proceso esta realidad. La autonomía sería, quizás, la solución. Pero qué autonomía
puede alcanzar una profesión que no forma parte del ranking top de las profesiones.
Una profesión que parece no ser tan profesión como lo son otras y que tiene a sus
espaldas todo un aparato burocrático que vigila y dicta normas.

Un movimiento que se proponga lograr la autonomía docente en base a una actitud


crítica y reflexiva y observando la realidad social, debe tener en cuenta que todo
cambio se opera a partir de una tradición4 que debe considerar. Pero deben ser los
docentes los promotores de esos cambios.

No puede haber profesionalización si primero no se logra ejercer por parte de los


docentes una actividad educativa que los incluya plenamente en la elaboración de
currículos y normas a seguir. La búsqueda por la profesionalización se presenta así
como un objeto de lucha que involucra a muchos actores con intereses diversos.
Cuando no son políticos surgen meramente como ideológicos.

Volviendo sobre lo dicho, el tema acerca de la profesionalización docente y la


autonomía está hace tiempo ya en el debate político y educativo. Emulando a ambos
autores, es bueno recordar, que esa profesionalización debe buscarse desde el logro
de la autonomía profesional, con una actitud crítica y reflexiva acerca de la realidad
social y su tradición.

4
María Cristina Davini sostiene que todo cambio opera sobre tradiciones anteriores, encarnadas en los
sujetos y las instituciones. No es cierto que no haya “nada nuevo bajo el sol” pero tampoco es verdad
que cada proyecto instaure el nacimiento de lo nuevo.
DAVINI, María Cristina (1995) tercera edición (2005) “La formación docente en cuestión: política y
pedagogía. Editorial Paidós, Argentina.

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