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1. INTRODUCCIÓN
EL pasado de nuestro planeta es complejo por el Largo tiempo, a escala de tiempo geológico
transcurrido, 4,600 millones de años, de los cuales los primeros 3.500 m.a. no se sabe nada o casi
nada debido fundamentalmente a La deformación metamórfica que sufren las rocas con esa
antigüedad y a la escasez de restos.
Esta es la causa de que se teorice mucho sobre la Tierra primitiva y existan serios problemas para la
reconstrucción del pasado en este período de tiempo.
De los últimos mil millones de años se sabe algo más, fundamentalmente por la abundancia de seres
vivos que van poblando la Tierra y el buen estado de muchos sedimentos, todo esto, nos habla de
como fueron Los climas en el pasado en las distintas latitudes, y por lo tanto, nos informa de la
posición de los continentes respecto a los polos y entre sí. De ahí que se ha podido saber que por lo
menos en dos ocasiones (quizá tres o más) las masas continentales estuvieron juntas formando los
Pangeas y que luego se han separado, en la última ocasión para distribuirse tal como lo conocernos
en la actualidad.
Durante estas movilidades continentales han existido fuerzas orogénicas que han formado las
principales cadenas montañosas que existen sobre la superficie terrestre. La actuación de estas
fuerzas se realiza durante unos períodos de tiempo de forma intensa quedando luego intervalos en
donde su actuación queda bastante mitigada, esto es lo que se conoce como ciclos orogénicos o
simplemente orogenias. Las dos últimas acaecieron; una hace unos 400 millones de años, orogenia
Hercínica y la otra más reciente hace unos 60 millones de años, la orogenia Alpina, que afectó
profundamente a la Península Ibérica y es la formadora de nuestras principales cadenas de
montañas.
2.1. Paleogeografía
Para efectuar una reconstrucción paleogeográfica, es lógico estudiar las zonas ocupadas por los
mares, en donde se efectuaron los procesos sedimentarios.
Los fósiles de animales marinos que en la actualidad se encuentran incluidos en los estratos, son,
por lo general, los mejores indicadores de una antigua sedimentación marina, salvo el caso de que
hayan sido transportados por diversos agentes de un medio a otro o se tratase de seres cimbalillos
(resisten bien los cambios de salinidad).
También existen fósiles que vivieron exclusivamente en medios lacustres, como les ocurrió a gran
cantidad de especies de Gasterópodos en el Pontiense.
Además de indicar la existencia de un medio lacustre o marino, se puede conocer otra gran cantidad
de datos. En el caso de encontrar restos fósiles de animales, cuyas características actuales revelan
que habitan en fondos profundos (peces telescópicos), los fósiles que presentan estos mismos
rasgos, indicarán también grandes profundidades.
La presencia de algas calcáreas, aparte de señalar un medio marino, demuestran que no se formaron
a grandes profundidades, pues de lo contrario no habrían tenido luz para realizar la función
clorofílica.
La mayoría de los seres son sensibles a los cambios de salinidad, por lo que al encontrar un
yacimiento con gran cantidad de especies, es señal de que el grado de salinidad era normal, mientras
que un aumento en ésta hace que muchas especies hayan desaparecido.
Es muy frecuente encontrar en la actualidad marcas fosilizadas que fueron producidas en la
superficie de los sedimentos por las olas o corrientes marinas, así como estratificación cruzada. Su
estudio nos indica la dirección de la corriente y, desde un punto de vista más general, de qué
direcciones procedían las aportaciones de los sedimentos que rellenaron la cuenca.
La localización de una discordancia erosiva, o de un proceso erosivo, en general, puede ser señal de
que esas rocas han permanecido un tiempo determinado formando parte de un área continental.
Al igual que los sedimentos marinos, los continentales también se pueden reconocer por la
presencia de fósiles que se sabe vivieron en aguas continentales. Tal es el caso de la presencia de
plantas superiores fósiles o Gasterópodos dulceacuícolas.
Otro dato de gran valor para reconocer un medio continental son las terrazas fluviales, los
paleocauces, los depósitos glaciares y los procesos erosivos que desarrollan, al igual que los
sedimentos arcillosos (varvas) producidos por ellos. Sedimentos morrénicos pertenecientes al
Algónquico demuestran la existencia de áreas continentales de esta época.
El estudio de las lavas volcánicas también arroja datos de gran valor.
2.2. Paleobiogeografía
Se basa en la distribución de las distintas especies fósiles y del habitat requerido para su desarrollo.
La presencia de un corto número de especies fósiles en una zona bien delimitada indica el
aislamiento que sufrieron estos seres en épocas pasadas, debido a barreras geográficas que
impidieron su difusión. De igual modo, la difusión de las mismas especies por diversos continentes
da como seguro'la existencia de un puente por el que pudieron pasar de unos a otros. Un ejemplo lo
tenemos en los Marsupiales euroamerica-nos y australianos. El mayor aislamiento de estos últimos
tuvo como consecuencia un mejor proceso evolutivo por la falta de competidores.
2.3. Paleoclimatobiología
Aporta el mayor número de pruebas para llegar a conocer qué condiciones reinaron en las distintas
épocas. Se ha podido comprobar que las condiciones climáticas han cambiado varias veces en las
distintas áreas de la superficie terrestre. Entre las causas que han podido intervenir para que se
produzcan, se pueden resaltar las siguientes:
- Variaciones en la distribución de la energía solar en la superficie de la Tierra, debidas a la deriva
de los polos; traslaciones de los continentes; alteraciones en el período de rotación o traslación de la
Tierra; mayor o menor contenido de oxígeno y anhídrido carbónico en la atmósfera.
- Variaciones en el Sol que han ocasionado una alteración de la energía que llega hasta la Tierra,
debido a la formación de grandes manchas solares, o bien a modificaciones habidas en el espacio
interestelar.
El clima influye de una manera directa en la meteorización de las rocas, en la formación de suelos,
las condiciones ambientales de crecimiento tan especiales de los corales cuya alteración impide su
desarrollo, igualmente de algunas plantas en el continente, por ejemplo, las palmeras que se
desarrollan en el Terciario indican un clima cálido y húmedo.
El estudio de la composición química de los sedimentos, como por ejemplo la precipitación del
carbonato calcico, que aumenta con la temperatura del agua y disminuye en los climas cálidos; la
intensa evaporación de los climas áridos que producen depósitos de sales y la formación de costras
debidas a los fenómenos de capilaridad, etc.; todas indican variaciones climáticas o informan sobre
el tipo de clima.
3. HISTORIA DE LA TIERRA
Se ha fijado en unos 525 millones de años la antigüedad desde el mencionado Arcaico a nuestros
días y en unos 1.100 millones de años hasta el principio del Arcaico superior o Proterozoico, siendo
desconocido el límite inferior, que varios geólogos calculan aproximadamente en algo más de 2.000
millones de años, y para la formación de la primera costra terrestre, unos 3.200 millones de años. Es
pues un largo período de tiempo para estudiar. A continuación pasamos a enumerarlo repartido en
períodos breves para favorecer su comprensión.
3.2. Precámbrico
Comprende todo el período anterior al Cámbrico. Esto implica que representa el 87% de todo el
tiempo geológico. Los principales tipos de rocas son los granitos, los gneis y los esquistos, los
fósiles son muy escasos y muy raras las rocas sedimentarias. Se encuentran en todos los continentes
áreas estables y de relieve poco acusado que se iniciaron en esta época. Reciben el nombre de
escudos.
Las orogenias que se sucedieron en esta época, las fases erosivas seguidas de discordancia y la
datación de las rocas por métodos radiométricos han permitido subdividir el precámbrico en varias
eras: Arcaica, Proterozoica inferior, media y superior.
Un corte en las rocas del Gran Cañón del Colorado nos dice que a un depósito de grauvacas,
pizarras y rocas volcánicas máficas siguió un intenso plegamiento y metamorfismo que originó la
formación de los gneis, anfibolitas y esquistos, así como la formación de plutones graníticos.
Finalmente ocurrió una elevación y erosión.
Posteriormente otra vez, plegamiento y metamorfismo con intrusiones plutónicas con posterior
elevación y erosión.
Finalmente parece que decrece la actividad volcánica, pero inmediatamente, surge de nuevo
plegamiento esta vez, con la inclusión de fallas, sufriendo un metamorfismo suave, teniendo lugar
una elevación y erosión.
La paleogeografía del precámbrico según los datos suministrados por estudios paleomagnéticos,
radiométricos y estructurales, consistía en la existencia de cinco continentes; antigua Europa,
antigua Siberia, antigua Norteamérica, Gondwana y antigua China.
La antigua Europa comprendía lo que hoy es la zona norte y central de Europa, la antigua Siberia
estaba formada por casi toda la actual Siberia, parte de China septentrional y parte de Mongolia; la
antigua Norteamérica comprendía a la actual (menos el sur de los EE.UU. y Méjico), las Islas
Británicas, Noruega y parte de Siberia; la antigua China incluía a China. Corea, Japón, sureste
asiático, parte de Siberia, India y Pakistán; el continente de Gondwana estaba formado por África.
Suramérica, Antártida, Australia, India Occidental, parte del occidente europeo, sur de los EE.UU. y
Méjico.
Era Arcaica
Con una antigüedad próxima a los 2.500 millones de años, está representada por materiales muy
antiguos, generalmente muy metamorfizados. La composición química de los gneises, esquistos,
cuarcitas y anfibolitas indica que las rocas de las que proceden son pizarras areniscas, grauvacas y
rocas volcánicas, siendo esta secuencia propia de un eugeosinclinal. El Corycium es el fósil más
antiguo conocido, se interpreta como un alga de talo cilindrico alargado, data de entre 3.000 y 2.000
millones de años. No hay restos de animales.
Era Proterozoica inferior
La antigüedad va de los 2.500 a los 1.700 millones de años. Formada principalmente por cuarcitas,
producto de metamorfismo de areniscas. La localización de cantos estriados y depósitos de tillitas
indica un período glacial. El espesor de los sedimentos, encontrados en la zona del lago Hurón, que
llegan a alcanzar 5,000 metros, hace pensar en la existencia de un ancho sinclinal y una estrecha
plataforma. En Europa se han localizado depósitos típicos de miogeosinclinaí, formados por
cuarcitas, mármoles dolomíticos, depósitos de hierro y micaesquistos, también se han localizados
depósitos típicos de eugeosinclinal.
La presencia de tilíitas indica la existencia de una etapa fría hace unos 2.300 millones de años,
menos en Australia, África, India, América e India que las dolomías, calizas y hierros indican un
clima templado.
Era Proterozoica media
Va desde los 1.700 millones de años a los 1.000 millones de años. Los materiales están en clara
discordancia con los del Proterozoico inferior como muestran en Escandinavia, las cuarcitas,
conglomerados y rocas felsíticas. Los procesos metamór-ficos ocurrieron en el Báltico hace 1.300
millones de años, mientras que en el norte de Noruega ocurrieron hace 1.000 millones de años.
Estos procesos pueden haber sido provocados por la orogenia que produjo la cadena montañosa de
la antigua Europa, hacia finales del Proterozoico medio.
La presencia de calizas y mármoles sugieren un clima templado, así como la localización de yesos y
sal requieren un clima seco. De finales de esta era se han encontrado restos fósiles de medusas,
gusano y esponjas, hallados en depósitos de Canadá y Australia.
Era Proterozoica superior
Comienza hace 1.000 millones de años y termina hace 570. Las rocas encontradas en el sur de los
Apalaches indican extenso metamorfismo en varios grados. También se localizan depósitos
semejantes a las tillitas. Secuencias sedimentarias con dos intercalaciones de tillitas con extensiones
de hasta 1.500 Km. se localizan en Escandinavia, lo que puede indicar que existieron dos
glaciaciones. Parece que existieron arcos insulares que bordeaban la antigua Europa. Como fauna se
han encontrado por todo el mundo yacimientos de la llamada "fauna de Ediacara" en la que
aparecen representates primitivos de los filos actuales y organismos que se extinguieron sin dejar
descendencia al futuro.