Sei sulla pagina 1di 7

1

LA GUERRA DE LAS PALABRAS


INTRODUCCIÓN:

El título de mi predicación lo he llamado “La Guerra de las Palabras” hoy quiero hablarte
sobre la gran importancia que tienen nuestras palabras, lo que decimos, lo que
hablamos. Muchas veces sin ser conscientes no damos importancia a lo que sale de
nuestra boca porque todo el tiempo estamos hablando. Hablamos desde que nos
levantamos hasta que nos acostamos. Hablamos en nuestra habitación, en el baño, en la
cocina, en el coche, en el trabajo, con los amigos, con la familia, en fin, todo el tiempo.

Y como es fácil y rutinario hablar nos parece algo sin importancia, algo normal y
corriente pero déjame decirte ¿Quién de nosotros no ha sido herido por las palabras
de otra persona? ¿Quién no se ha lamentado por algo que dijo? ¿Quién de todos los que
estamos aquí puede decir “mis palabras siempre son correctas en toda situación siempre
hablo con amabilidad”? diríamos que nadie.
El Señor en esta semana atrás me estuvo hablando mucho SOBRE EL PODER QUE
TIENEN NUESTRAS PALABRAS y creo importante tratar este tema si queremos ser
hijos de luz.

TEXTO: Proverbios 18:21

Proverbios 18:21 La muerte y la vida están en poder de la lengua: Lo que escoja, eso
comerá. (BTX)

Este texto nos muestra mucho de lo que está en juego con lo que decimos. Y Hoy en día
en la sociedad que vivimos la palabra lengua no solo tiene que ver con lo que decimos
sino que también incluye lo que escribimos ya sea por whatsapp, Facebook o por
cualquier otra herramienta.

Iglesia necesitamos tener cuidado con nuestras palabras porque pueden destruir o
pueden dar viva. Todo lo que sale de nuestra boca puede destruir nuestros matrimonios,
nuestras familias, amistades, pueden dividir una iglesia. Pero por otro lado, también
nuestras palabras pueden portar vida, cuando a través de nuestras palabras damos
esperanza a alguien que está deprimido, angustiado, nuestras palabras pueden
reconciliar, unir familias, y así podemos tener buenas relaciones.

Hermanos, nuestras palabras son poderosas e importantes no porque lo diga yo, sino
porque Dios le dio importancia a las palabras, las palabras fueron importantes para
hacer la creación como también para la caída de Adán y Eva pero también son
importantes para la salvación de nuestras vidas, porque no podemos ser salvos a menos

En Priego 25/03/2018 Por Mauricio Martínez


2

que alguien nos predique nos hable del evangelio. Así que Dios le ha dado valor a las
palabras.

I. EL ORIGEN DE LAS PALABRAS

Antes que nada, para saber por qué muchas veces nos hacemos daños con nuestras
palabras o por qué hay una guerra de palabras en nosotros, tenemos que irnos al
principio, a donde todo comenzó. Tenemos que irnos allí al huerto del Edén.

En el Génesis se nos muestra algo impresionante, las primeras palabras que escuchó el
ser humano no fueron la de otro ser humano sino que fueron las palabras de Dios.
Iglesia, esto es asombroso, el Dios todopoderoso, el Señor de señores y rey de reyes se
hace conocible a través del lenguaje humano, Dios les habló a Adán y a Eva en palabras
que ellos podían entender no podemos saber qué idioma era pero Dios se da a conocer.

Desde el momento de la creación, Dios no estaba distante, aislado, Él no estaba


escondido en el silencio, sino que Él se acercó y se reveló a través de las palabras. Y no
solo eso, sino que Dios por medio de sus palabras les dio a Adán y a Eva identidad,
propósito.

Nos conocemos a nosotros mismos únicamente cuando escuchamos las palabras


que él ha dicho acerca de nosotros, es decir, Dios por medio de sus palabras nos da
identidad y propósito, nos dice quiénes somos, define lo que debemos hacer y la
manera en cómo debemos hacerlo.

Fíjate si para Dios no son importantes las palabras, Dios como padre le da identidad y
propósito a Adán y a Eva por medio de sus palabras.
Aplicación
Si algo podemos aplicar de esto, es que los papás son los encargados de darle identidad y
propósito a sus hijos desde el momento en que nacen por medio de sus palabras, de su
amor, de su cariño.

Dios en el Génesis nos demostró que no es un Dios solo que obra sino que Él es un Dios
que habla y se comunica con su pueblo. Dios usó las palabras para introducir todo lo
demás, por lo tanto Dios le dio un valor alto a las palabras.

A. En el Edén

Ahora, en la historia de la humanidad el Edén es el único lugar donde podemos decir


que no hubo guerra de palabras, en Génesis 1 podemos notar que el mundo de la
comunicación era un mundo de paz, verdad y vida. Allí en el Edén en casa de Adán y Eva
las palabras nunca fueron utilizadas como un arma para destruir a Dios o al prójimo
sino que las palabras eran dichas siempre en amor, y comprensión, no había
discusiones y mentiras, no había palabras de odio, ni respuestas impacientes, no había
gritos, no había palabras dichas con orgullo, engaño, o manipulación. Solo había

En Priego 25/03/2018 Por Mauricio Martínez


3

palabras verdaderas, en definitiva reinaba la paz porque todas las palabras cumplían el
diseño de Dios. Y esto es interesante porque de alguna manera Adán y Eva habían
entendido el Señorío de Cristo, es decir, todo lo que tenían incluso sus palabras venían
de Dios y por lo tanto cada palabra que de ellos debía salir tenía que ser conforme a la
norma y al diseño de Dios.

Y esto nos dice mucho y es que nuestras palabras no nos pertenecen sino que le
pertenecen a Dios, nuestras palabras también entran dentro del Señorío de Cristo, cada
palabra que digamos debería ser de acuerdo a su norma y a su diseño. Nuestras
palabras deben ser el eco de lo que Dios diría si fuéramos nosotros, “el habla” fue
creada por Dios para sus propósitos, así que nuestras palabras le pertenecen a Él. Por
eso dice la Biblia en Mateo

Mateo 12:36 Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella
darán cuenta en el día del juicio.

Es decir daremos cuenta de toda palabra que sale de nuestra boca y que no tiene ningún
provecho, que no edifica como por ejemplo la murmuración, la crítica, los insultos.

B. La caída

Como te decía, en el Edén, en casa de Adán y Eva todo era armonía hasta que la voz de la
serpiente habló a Eva para que comieran del árbol del conocimiento cuando Dios les
había dicho que no lo comieran. Eva y Adán comieron de este árbol y cayeron en pecado
porque desobedecieron a la voz de Dios. El pecado entró en la tierra por las palabras
venenosa que la serpiente soltó a Eva. Allí por primera vez se desafió la autoridad de
Dios, se dijo una mentira, y se dio una interpretación diferente de las palabras que Dios
le había dicho al hombre, Dios le dijo que si comían de ese árbol morirían pero la
serpiente le dijo a Eva que no morirían sino que serían como Dios sabiendo el bien y el
mal.

Ahora, todas estas cosas que se dieron en el huerto del Edén, también se dan en nuestras
vidas, en nuestras relaciones, cuantas discusiones se dan por una mentira, o por una
mala interpretación de nuestras palabras. Muchas ¿verdad? ¿Cuántas veces nos
acusamos los unos a los otros así como Adán acusó a Dios y a su mujer de tener la
culpa por haber comido del árbol del conocimiento? ¿Cuántas mentiras hay en
nuestras palabras? ¿Cuánta manipulación o demanda hay en nuestras palabras?

Con nuestras palabras reflejamos la imagen de Dios o la imagen de la serpiente

Tristemente desde la caída del ser humano al pecado nuestras palabras ya no son un fiel
retrato del diseño de Dios, porque…

En Priego 25/03/2018 Por Mauricio Martínez


4

¿Quién no se ha lamentado por cosas que dijo como padre, esposo, amigo, vecino o
trabajador? ¿Quién no ha tenido que ir muchas veces a sus hijos, cónyuge o amigos
para pedir perdón por algo que dijimos o por la manera en que la dijimos?

Hermanos, la verdad es que pecamos en nuestro hablar, constantemente fallamos en


esta área, sobre todo las mujeres, sabías que las mujeres hablan más de 27 mil
palabras al día a diferencia del hombre que habla 13 mil palabras al día. Aunque la
mujer es más propensa a hablar más que los hombres, en general todos debemos de
cuidar nuestras palabras.

Si miramos, en la Biblia encontramos muchísimos textos que nos hablan sobre el pecado
de nuestras palabras.

Proverbios 10:19 En las muchas palabras no falta pecado; Mas el que refrena sus labios
es prudente.

Proverbios 12:17 El que habla verdad declara justicia (luz); Mas el testigo mentiroso,
engaño (tinieblas)

Proverbios 12:18 Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; Mas la lengua
de los sabios es medicina.

Proverbios 21:23 Quien tiene cuidado de lo que dice, nunca se mete en problemas.
(Lenguaje Actual)

Proverbios 26:20-21 Sin leña se apaga el fuego, y donde no hay chismoso, cesa la
contienda. El carbón para brasas, y la leña para el fuego; Y el hombre rencilloso para
encender contienda

II. LOS RECURSOS PARA VENCER LA LUCHA DE LAS PALABRAS

Ahora quiero decirte algo, no hay forma de resolver nuestra guerra de palabras por
medio de habilidades o técnicas de comunicación, ni tampoco Dios quiere que lleguemos
a cumplir su norma de hablar bien por medio de nuestras fuerzas humanas sino que el
Padre nos ha dado la solución, el padre envió a su hijo, al verbo que es la Palabra para
que nosotros ganemos la batalla de las palabras por medio de Él. Iglesia, Cristo es
nuestra esperanza, por eso el murió y resucitó para darnos victoria, no solo en ser
justificado, no solo en ser santificado sino también tener victoria en nuestras palabras.

Me gustaría compartirte 4 recursos que nos ha dado el Señor para hablar conforme al
diseño de Dios.

Abre tu Biblia en Efesios 1:15-23

En Priego 25/03/2018 Por Mauricio Martínez


5

Efesios 1:15 Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de
vuestro amor para con todos los santos,
Efesios 1:16 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis
oraciones,
Efe 1:17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de
sabiduría y de revelación en el conocimiento de él,
Efesios 1:18 alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la
esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los
santos,
Efesios 1:19 y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que
creemos, según la operación del poder de su fuerza,
Efesios 1:20 la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra
en los lugares celestiales,
Efesios 1:21 sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre
que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero;
Efesios 1:22 y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las
cosas a la iglesia,
Efesios 1:23 la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo

En este pasaje encontramos tres palabras poderosas que nos sirven como recursos para
vencer la guerra de las palabras.

A. Esperanza
La primera palabra es “esperanza” Iglesia en Cristo encontramos esperanza para
nuestras palabras. Esta esperanza no es un deseo, no es una ilusión, no es algo que no
podamos alcanzar. La palabra del Señor nos declara que en Cristo podemos tener
victoria en nuestras palabras.

Así que, no nos conformemos con tener una comunicación amarga, airada, destructiva.
Sino que vivamos y hablemos fe creyendo que algo mejor viene para nosotros porque
Cristo ha vencido.

Quizás muchos se pueden preguntar ¿Qué esperanza tengo de hablar bien cuando
delante de mí tengo un jefe duro, demandante e ingrato?
¿Qué esperanza tengo de responder bien cuando se nos culpa de algo que no hemos
hecho?
¿Qué esperanza tengo cuando entro en una conversación difícil y me encuentro cansado
y desanimado?
¿Qué esperanza tengo de hablar conforme al diseño de Dios con un esposo distante, una
esposa criticona, o un hijo rebelde?

Iglesia en Cristo está nuestra esperanza, en Cristo tenemos victoria para tener una
comunicación sana, saludable.

Mujeres no te permitas creer que nunca mejorará tu comunicación matrimonial,


en Cristo hay esperanza.
Hombres no permitamos que la ira nos controle y dañemos nuestras relaciones
personales. En el Señor hay esperanza.

En Priego 25/03/2018 Por Mauricio Martínez


6

Padres que se encuentran aquí debes creer que puedes ministrar a tus hijos aun
cuando estos parece que te sacan de quicio, Dios te capacita para hablarles con amor
y verdad porque en Cristo hay esperanza.

B. Riquezas
La segunda palabra es “riquezas” el apóstol Pablo dice que existen riquezas gloriosas en
Cristo Jesús, y esto se trata de que en Cristo tenemos a disposición todo lo que
necesitamos para vivir como él quiere.
El Señor nunca te pondrá en una situación sin darte todo lo que necesitas para hacer lo
que te está llamando a hacer.

Por ejemplo si eres una esposa y estás teniendo una conversación muy difícil con tu
esposo. Dios ha puesto riquezas en ti para afrontar ese momento.

Otro ejemplo:
Si eres hijo y estás teniendo una conversación con tu padre que está airado, enfadado.
Déjame decirte que se te ha dado todas las riquezas que necesitas para honrar y
obedecer a tu padre más allá de tu dolor.

Porque sus riquezas gloriosas son las que domaran nuestra lengua para hablar conforme
al diseño de Dios.

C. Poder
La tercera palabra es “poder” digo conmigo poder, el apóstol Pablo en Efesios 1:19 dice

Efesios 1:19 y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que
creemos, según la operación del poder de su fuerza,

Esto nos quiere decir que gracias a la obra que Cristo hizo por nosotros en la cruz,
tenemos poder para vencer la guerra de las palabras.

Como te dije anteriormente, nuestra lucha en las palabras no tiene que ver por la falta de
técnicas de comunicación o habilidades para hablar sino que el libro de Santiago
capítulo 3 no lo hemos leído pero allí Santiago nos da la mala noticia de que el ser
humano es capaz de dominar animales, aves, reptiles cualquier cosa pero menos la
lengua, porque nos dice que la lengua es como un veneno mortal, como un mundo entero
de maldad, ¿qué nos da a entender Santiago aquí? y es que es imposible que por
nuestros medios controlemos nuestra lengua, es imposible, ni lo intentes porque vas a
perder tu tiempo. Pero sabes que Dios nos ha demostrado su poder en la persona del
Espíritu Santo que habita dentro de nosotros.

Efesios 3:20 Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más
abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,

Hermanos la obra de Jesús en la cruz no solo permitió que el Espíritu Santo habitara
dentro de nosotros sino que también está obrando dentro de nosotros, por medio de él
somos capacitados para domar nuestra lengua que era usado como un instrumento de
maldad pero ahora con el Espíritu Santo obrando dentro de nosotros se convierte en un
instrumento de bendición, porque tenemos el poder de Dios en nosotros.

En Priego 25/03/2018 Por Mauricio Martínez


7

2Corintios 12:9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la


debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que
repose sobre mí el poder de Cristo.

Apliquemos esto a nuestro mundo de palabras. El poder se nos ha sido dado. El Espíritu
Santo habita dentro de nosotros y llega hasta donde se encuentran nuestras debilidades
más profundas en la comunicación.

Y esto lo cambia todo, porque ninguno puede decir yo no puedo domar mi lengua, yo soy
muy débil, recuerda que el Espíritu Santo llega hasta donde se encuentran nuestras
debilidades más profundas, nadie puede justificarse “es que yo soy así, ese es mi
carácter”, “nadie puede culpar a su esposo, esposa, o a sus padre por no controlar
su lengua” porque si dices eso, lo que estás diciendo es que el Espíritu Santo no puede
llegar a donde están tus debilidades y transformarlas para bien. Recuerda tenemos su
poder para hablar con amor, con paciencia.

CONCLUSIÓN

Me gustaría hacerte un par de preguntas para que te evalúes y podamos cambiar.


¿Es tu comunicación saludable en las relaciones principales de tu vida?
a. Padre-hijos
b. Esposo-esposa
c. Familiares
d. Relaciones entre hermanos
e. Jefe-empleado
f. Amigo-amigo
g. Cuerpo de Cristo
h. Prójimo-prójimo

Cuando hablas con otras personas ¿eres accesible y abierto o eres defensivo?
¿Reflejan tus palabras una disposición para servir a otros o una demanda de que los
otros te sirvan?
¿Cada cuánto tiempo le dices a tu esposo o esposa, a tus padres, hermanos, o hijo que los
amas?
¿Tus palabras son ásperas, manipuladora o tus palabras son amables, cariñosas?
¿Ha habido momentos donde tus palabras han seguido más la pauta del enemigo que la
del Señor?
Al enfrentar las luchas con las palabras ¿lo haces reconociendo el evangelio, el perdón de
Dios, su gracia y su obra santificadora del Espíritu Santo? ¿Puedes reconocer que Dios
está obrando en ti?

1Jn 4:20 Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que
no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?
1Jn 4:21 Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su
hermano.

En Priego 25/03/2018 Por Mauricio Martínez

Potrebbero piacerti anche