Sei sulla pagina 1di 40

Universidad Yacambú

Facultad de Humanidades - Carrera-Programa Psicología


Orientación vocacional 2017-3
Núcleo Araure- Estado Portuguesa

Estrés - Apego reactivo, relación social desinhibida, estrés post traumático,


estrés agudo, estrés por consumo de sustancias. ..... diagnostico diferencial
etiología comorbilidad prevalencia pronostico curso y evaluación.

Flor Parra
v-17.363.408. Hps-153-01248

Marzo, 2018
INTRODUCCIÓN

El trastorno de apego reactivo dificulta seriamente la capacidad de los niños


pequeños para relacionarse de manera interpersonal con los adultos o con los
compañeros y se asocia con un deterioro funcional, a través de múltiples dominios,
durante la primera infancia.
Sin tratamiento, esta afección puede afectar permanentemente la habilidad del niño
de interactuar con otros.
Diagnóstico diferencial
Trastorno del espectro autista. Los niños con trastorno de apego reactivo han
experimentado una historia de abandono social grave, aunque no siempre es posible
obtener historias detalladas sobre la naturaleza precisa de sus experiencias, sobre todo
en las evaluaciones iniciales. No es común que los niños con trastorno del espectro
autista tengan una historia de abandono social. Los intereses restringidos y los
comportamientos repetitivos, característicos del trastorno del espectro autista, no son
una particularidad del trastorno de apego reactivo.
Discapacidad intelectual (trastorno del desarrollo intelectual). Los niños con
discapacidad intelectual deben exhibir las habilidades sociales y emocionales.
Trastornos depresivos. La depresión en los niños pequeños también se asocia con
una disminución del afecto positivo. Así pues, los niños que han sido diagnosticados
de trastornos depresivos todavía deberían buscar y responder a los intentos de consuelo
por parte de sus cuidadores.
En 1980 se acuñó oficialmente, en la terminología psiquiátrica, la denominación de
Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT) en la tercera versión de la clasificación
diagnóstica de la Asociación Psiquiátrica Americana (DSM-III) (1). Desde esa fecha
en adelante este cuadro clínico ha cobrado gran importancia hasta alcanzar su máxima
divulgación con ocasión de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 a las
Torres Gemelas del World Trade Center de Nueva York y al Pentágono en Washington.
ESTRÉS - APEGO REACTIVO

Trastorno de apego reactivo (tar) (f94, 1)


Definición
El trastorno reactivo del apego (RAD, por sus siglas en inglés) está descrito como
un severo y relativamente poco común trastorno que puede afectar a los infantes,
caracterizado por formas inapropiadas y trastornadas de relacionarse socialmente en la
mayoría de los contextos. Puede manifestarse en la forma de una persistente
incapacidad para iniciar o responder a la mayoría de las interacciones sociales de una
manera apropiada para el desarrollo, conocida como la forma «inhibida».
Criterio diagnóstico y diagnostico diferencial etiología comorbilidad
prevalencia pronostico y curso evaluación
Síntomas
En un niño, los síntomas pueden incluir:
 Rechazar al cuidador
 Evitar el contacto físico
 Dificultad para ser consolado
 No hacer distinciones al socializar con extraños
 Desear estar solo en lugar de interactuar con otros
El cuidador con frecuencia descuida en el niño:
 Las necesidades de bienestar, estimulación y afecto
 Las necesidades como el alimento, el aseo y el juego
Criterios diagnósticos
1. Patrón constante de comportamiento inhibido, emocionalmente retraído
hacia los cuidadores adultos, que se manifiesta por las dos características
siguientes:
1. El niño raramente o muy pocas veces busca consuelo cuando siente
malestar.
2. El niño raramente o muy pocas veces se deja consolar cuando siente
malestar.
2. Alteración social y emocional persistente que se caracteriza por dos o más
de los síntomas siguientes:
1. Reacción social y emocional mínima a los demás.
2. Afecto positivo limitado.
3. Episodios de irritabilidad, tristeza o miedo inexplicado que son
evidentes incluso durante las interacciones no amenazadoras con los
cuidadores adultos.
3. El niño ha experimentado un patrón extremo de cuidado insuficiente como
se pone de manifiesto por una o más de las características siguientes:
1. Negligencia o carencia social que se manifiesta por la falta persistente
de tener cubiertas las necesidades emocionales básicas para disponer de
bienestar, estímulo y afecto por parte de los cuidadores adultos.
2. Cambios repetidos de los cuidadores primarios que reducen la
oportunidad de elaborar un apego estable (p. ej., cambios frecuentes de
la custodia).
3. Educación en contextos no habituales que reduce en gran manera la
oportunidad de establecer un apego selectivo (p. ej., instituciones con
un número elevado de niños por cuidador).
Se supone que el factor cuidado del Criterio C es el responsable de la alteración
del comportamiento del Criterio A (p. ej., las alteraciones del Criterio A
comienzan cuando falta el cuidado adecuado del Criterio C).
No se cumplen los criterios para el trastorno del espectro autista.
El trastorno es evidente antes de los 5 años.
El niño tiene una edad de desarrollo de al menos 9 meses.
Especificar si:
Persistente: El trastorno ha estado presente durante más de 12 meses.
Especificar la gravedad actual:
El trastorno de apego reactivo se especifica como grave cuando un niño tiene todos
los síntomas del trastorno, y todos ellos se manifiestan en un grado relativamente
elevado.
Características asociadas que apoyan el diagnóstico
Debido a su relación etiológica compartida con el abandono social, el trastorno de
apego reactivo a menudo concurre con retrasos en el desarrollo, especialmente con
retrasos en la cognición y el lenguaje. Otras características asociadas incluyen
estereotipias y otros signos de negligencia grave (p. ej., la desnutrición o signos de
déficit de atención).
Prevalencia
No se conoce la prevalencia del trastorno de apego reactivo, pero se observa con
poca frecuencia en los ambientes clínicos. El trastorno se ha observado en los niños
pequeños expuestos a negligencia grave antes de ser alojados en hogares de acogida o
en instituciones. Sin embargo, incluso en las poblaciones de niños gravemente
descuidados, el trastorno es poco frecuente, y aparece en menos del 10 % de estos
niños.
Desarrollo y curso
En los niños con un diagnóstico de trastorno de apego reactivo, a menudo se
presentan problemas de negligencia social en los primeros meses de vida, incluso antes
de que se diagnostique el trastorno.
Las características clínicas de la enfermedad se manifiestan de manera similar en
edades comprendidas entre los 9 meses y los 5 años. Es decir, los signos de conductas
de apego ausentes o mínimas y de comportamientos emocionales anormales asociados
son evidentes en los niños de este rango de edad, aunque difieran en cuanto a las
habilidades cognitivas y motoras, lo que puede afectar a la forma de expresar estos
comportamientos.
Parece ser que sin tratamiento y sin una recuperación en entornos de cuidado
normativos, los signos del trastorno podrían persistir, al menos, durante varios años.
No está claro si el trastorno de apego reactivo se puede producir en los niños de mayor
edad y, de ser así, tampoco se sabe cómo se podría diferenciar su presentación de la de
los niños pequeños. Debido a esto, se debería diagnosticar con precaución en los niños
mayores de 5 años.
Causas
 El trastorno reactivo del vínculo es causado por el descuido de las necesidades
de un bebé con relación a la seguridad física, el alimento, el contacto y los lazos
emocionales con un tutor ya sea primario o secundario.
 El riesgo de descuidar al bebé o al niño aumenta con el aislamiento de los
padres, la falta de destrezas para criar al niño, el hecho de ser padres
adolescentes o de tener un tutor con alguna alteración mental. El cambio
frecuente de tutores, que se presenta en orfanatos o con familias adoptivas, es
un factor que contribuye a ocasionar este trastorno.
 Los niños adoptados de orfanatos extranjeros resultan comúnmente afectados,
particularmente si fueron alejados de sus padres durante las primeras semanas
de vida.
Factores de riesgo y pronóstico
Ambientales. La negligencia social grave es un requisito para el diagnóstico de
trastorno de apego reactivo y también es el único factor de riesgo conocido para el
trastorno. Sin embargo, la mayoría de los niños gravemente descuidados no desarrolla
la enfermedad.
 Maltrato y/o abandono
 Pérdida física de los padres debido a:
 Adopción (incluso de un día)
 Muerte
 Muchos cuidadores:
 Sin oportunidad de establecer el vínculo o vínculo interrumpido
 Orfandad
 Ausencia emocional o indisponibilidad de los padres debido a:
 Enfermedad crónica
 Separación temporal debido a hospitalización
 Bebés prematuros
 Problemas médicos de los padres en los dos primeros años de vida
 Cuidados prenatales pobres o exposición al alcohol y las drogas
El pronóstico parece depender de la calidad del ambiente de cuidado después de la
negligencia grave.
Comorbilidad
A menudo pueden aparecer afecciones asociadas con el abandono conjuntamente
con el trastorno de vinculación reactiva, entre las que están los retrasos cognitivos, los
retrasos del lenguaje y las estereotipias. Algunas afecciones médicas, tales como la
desnutrición severa, pueden acompañar a los signos de la enfermedad. Los síntomas
depresivos también pueden coexistir con el trastorno de apego reactivo.
Tratamiento
El tratamiento tiene dos partes. La primera meta es garantizar que el niño esté en un
ambiente seguro donde tenga satisfechas sus necesidades físicas y emocionales.
Una vez que se ha logrado esto, el siguiente paso es modificar la relación entre el
cuidador y el niño, en caso de que el primero haya causado el problema. Unas clases
sobre destrezas con respecto a la crianza pueden ayudar al cuidador a satisfacer las
necesidades del niño y establecer lazos afectivos con él.
Una asesoría puede ayudar al cuidador a solucionar el problema, como drogadicción
o violencia familiar. Los servicios sociales de protección del menor deben hacer un
seguimiento a la familia para constatar que el niño esté en un ambiente seguro y estable.
RELACIÓN SOCIAL DESINHIBIDA

Definición
Dentro de las “Neurosis infanto-juveniles” el TAR y el TRSD en el DSM IV se lo
consideraba como un único trastorno llamado Trastorno reactivo de la vinculación
de la infancia o la niñez (Tipo Desinhibido), pero ahora, de acuerdo con el DSM V,
está dividido en dos: TAR y TRSD.
El TRSD llamado en el CIE 10 como Trastorno de vinculación desinhibida en la
niñez, se trata de un patrón particular de funcionamiento social anormal que surge
durante los primeros cinco años de vida y que tiende a persistir a pesar de cambios
marcados en circunstancias ambientales, dependiendo de las circunstancias también
puede haber alteración emocional o conductual asociada. (Guía de bolsillo de la
clasificación CIE-10, 2000)
Criterio diagnóstico y diagnostico diferencial etiología comorbilidad
prevalencia pronostico y curso evaluación
Síntoma
El síntoma más evidente es “la ausencia de miedo normal o discreción al acercarse
a extraños, el niño es inusualmente cómodo de hablar, tocar y salir en una situación
con un adulto desconocido.”
Criterios diagnósticos
1. Comportamiento en el que el niño se aproxima e interacciona activamente con
adultos extraños y presenta dos o más de las siguientes características:
1. Reducción o ausencia de reticencia (desconfianza o cautela) para
aproximarse e interaccionar con adultos extraños.
2. Comportamiento verbal o físico demasiado familiar.
3. Recurre poco o nada al cuidador adulto después de una salida
arriesgada, incluso en contextos extraños.
4. Disposición a irse con un adulto extraño con poca o ninguna vacilación.
2. Los comportamientos del criterio A no se limitan a la impulsividad, pero
incluye un comportamiento socialmente desinhibido.
3. El niño ha experimentado un patrón extremo de cuidado insuficiente.
Características:
1. Negligencia, falta persistente de tener cubiertas las necesidades
emocionales básicas (bienestar, estímulo, afecto)
2. Cambios repetidos de los cuidadores primarios (custodia).
3. Educación en contextos no habituales (instituciones con un gran número
de niños por cuidador).
4. Se supone que el factor cuidado del Criterio C es el responsable de la alteración
del comportamiento del Criterio A.
5. Edad de desarrollo de al menos 9 meses.
Especificar si:
Persistente: Más de 12 meses.
Especificar la gravedad actual:
Grave: cuando el niño tiene todos los síntomas y todos se manifiestan.
Características diagnósticas
Característica esencial, es el Criterio A (Comportamiento culturalmente
inapropiado, demasiado familiar con personas relativamente extrañas)
No se realiza el diagnóstico antes de los 9 meses, ya que no son capaces de crear
vínculos selectivos.
Es alrededor de los 2 años de edad, cuando el vínculo de apego es más fuerte y
se produce un alto nivel de protestas ante la separación de la figura de apego y la
aparición de personas nuevas o extrañas. (Llort, 2017)
Características asociadas que apoyan el diagnóstico
Pude coexistir con retrasos del desarrollo (retrasos cognitivos y del lenguaje,
estereotipias, y otras señales de negligencia grave, como desnutrición).
Se puede presentar excepcionalmente en casos de apego entre seguro y alterado.
Prevalencia
Es desconocida. Sin embargo, parece ser poco frecuente y ocurre en una minoría de
niños.
En poblaciones de alto riesgo (hogares de acogida) aparece en alrededor de un 20%.
Desarrollo y curso
Por lo general en los niños de los primeros meses de vida que presenten negligencia
social, las características del trastorno serán estables en el tiempo.
Se lo ve con más frecuencia entre los niños de 2 años hasta la adolescencia.
Cuando el trastorno persiste la infancia media (6 a 12 años) (Abigail, Abigail and
perfil, 2017) existe mayores relaciones superficiales, sobre todo con los adultos.
Diferencias entre la primera infancia (0 a 8 años) (Unesco.org, 2017) y
adolescencia:
Niños pequeños: No muestran reticencia al acercase otros.
Niños preescolares: Intromisión verbal y física, búsqueda de atención.
Adolescencia: Comportamiento desinhibido se extiende entre compañeros,
relaciones más superficiales (Son Pareja, 2017).
Adultos: No se ha descrito este trastorno.
Factores de riesgo y pronóstico
 Ambientales: Negligencia social, requisito como factor de riesgo. Sin
embargo, ciertos niños que hayan sufrido negligencia no presentan este
diagnóstico.
 Se presume una vulnerabilidad biológica, que se encuentra relacionado con el
temperamento del niño y la regulación afectiva de ciertas áreas del cerebro que
dirigen nuestra atención, motivan nuestro comportamiento y determinan el
significado de lo que está ocurriendo a nuestro alrededor, estas regiones son las
que están relacionadas con el sistema límbico, como son: Hipotálamo,
amígdala, hipocampo, giro cingulado, corteza prefrontal y orbito frontal
(Mocaiber and Colb. 2008).
 Para la teoría psicoanalítica, establece que los síntomas de una enfermedad
mental de este tipo es consecuencia de problemas psicológicos profundos, tales
como conflictos reprimidos, experiencias traumáticas o fijaciones en
determinadas etapas del desarrollo psicosexual, al ser este un trastorno que
empieza sobre todo a partir de los 2 años se presume que hay un problema en
la etapa oral y/o anal.
 Modificadores del curso: Calidad del cuidado, puede moderar el curso del
trastorno. Sin embargo, a pesar de que ciertos niños son cambiados a un mejor
entorno siguen presentando el trastorno.
Consecuencias funcionales del trastorno de relación social desinhibida
Dificultad de relaciones interpersonales con adultos y pares.
Diagnóstico diferencial
 Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH): Es tomado en
cuenta debido a la impulsividad social. Pero se diferencia del trastorno de
relación desinhibida en que, no hay hiperactividad o dificultades de atención.
Comorbilidad
La existencia de trastornos comórbidos es limitada. Aunque puede haber
coexistencia con ciertas afecciones relacionadas con el abandono (retrasos cognitivos
y del lenguaje, estereotipias, y otras señales de negligencia grave, como desnutrición).
También puede existir una comorbilidad con el TDAH.
Tratamiento
El tratamiento para el TAR y TRSD es bastante parecido
(Emedicine.medscape.com, 2017).
 La mayor parte del tratamiento se proporciona mediante la modificación del
comportamiento de los cuidadores primarios (por ejemplo, padres o padres
sustitutos) en sus interacciones diarias con el niño.
 La remisión a un profesional de salud mental en el que se tendrá en cuenta la
necesidad de reparar y volver a crear la sensación de seguridad en el niño.
 El tratamiento farmacológico puede ser útil para trastornos comórbidos, tales
como la depresión, pero no para los trastornos de apego mismos.
Aspectos terapéuticos a los cuidadores:
 Seguridad (sentido de seguridad psicológica)
 Estabilidad (permanencia de la figura de apego)
 Sensibilidad (disponibilidad emocional)
Instrumentos de evaluación
Para utilizar los test psicológicos se recomienda que se puedan adaptar a la
capacidad intelectual del niño, y así se pueda evaluar para ver si existiese algún
conflicto en las relaciones interpersonales, sobre todo las relaciones intrafamiliares.
Los instrumentos generales de evaluación son, por ejemplo:
 Inventario de problemas juveniles.
 Test del dibujo de la familia y el dibujo libre (recomendado desde los 8 años).
 Test de completar frases para niños de nivel primario.
ESTRÉS POST TRAUMÁTICO

El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es una enfermedad real. Puede sufrir de


TEPT luego de vivir o ver eventos traumáticos como la guerra, huracanes, violaciones,
abusos físicos o un accidente grave. El trastorno de estrés postraumático hace que se
sienta estresado y con temor luego de pasado el peligro. Afecta su vida y la de la gente
que le rodea.
El Manual Daignóstico y Estadístico de los Trastorno Mentales Versión IV-TR
(DSM-IV) reconoce distintos traumas que pueden dar lugar a la aparición de los
síntomas. Entre esos traumas están: los secuestros, accidentes de tránsito, violaciones
o acoso sexual, abuso sexual infantil, guerras, tortura, robos violentos (Ej. ser
golpeado), violencia familiar, catástrofes y desastres naturales (Ej. incendios,
inundaciones, etc.), atentados terroristas, ser testigo de hechos violentos (Ej. muerte),
pérdida inesperada de una persona muy cercana y ser diagnosticado con una
enfermedad grave. Cuando la fuente del trauma es otra persona que actuó
intencionalmente para hacer un daño (Ej. secuestrador, violador, golpeador), la
probabilidad de sufrir estrés postraumático es mucho mayor en comparación a la de
otros traumas.
El riesgo de sufrir estrés postraumático también aumenta si la persona reacciona con
un miedo u horror intensos, o sentimientos de desamparo, al enfrentar la situación
traumática. Los pacientes expresan este miedo diciendo “pensé que me iban a matar”,
“pensé que iba a quedar paralítico para siempre”, “pensé que le iban a hacer algo
terrible a mi hijo” o bien “nadie se acercó a ayudarme”.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas del estrés postraumático son muy diversos, pero pueden dividirse en
3 grandes grupos:
Síntomas de re-experimentación del trauma
En un intento de procesar la experiencia traumática, muchas personas sienten o
actúan como si estuvieran volviendo a vivir el trauma en el presente. Esto puede durar
tanto unos segundos como minutos y su contenido está relacionado, en general, con
aquellos instantes previos al momento de mayor peligro. Otra forma común de revivirlo
es por medio de pesadillas o sueños desagradables indirectamente relacionados con el
trauma. Estos síntomas pueden ser tan intensos que la persona se despierta con
palpitaciones y otros síntomas de ansiedad. En algunos casos estas pesadillas son tan
desagradables que la persona evita irse a dormir y comienza a padecer insomnio. A
veces, los problemas para iniciar el sueño no están relacionados con el temor a sufrir
pesadillas durante la noche.
Una de las quejas más comunes es la de “no poder sacarse de la cabeza lo que pasó”,
a pesar de hacer esfuerzos constantes para intentar lograrlo. Estos pensamientos
desagradables pueden generar reacciones de ansiedad (palpitaciones, sudoración, etc.),
ira, vergüenza y tristeza, que en algunos casos llegan a ser muy intensas. Estos tres
síntomas muchas veces son disparados por, determinada hora del día, determinados
olores o ruidos, el encuentro con determinadas personas, el aniversario del trauma, etc.
y pueden hacerle pensar a la persona que está perdiendo el control, potenciando aun
más su malestar.
Síntomas de activación
La persona que sufre de estrés postraumático puede tener reacciones de sobresalto
cuando alguien las toca por la espalda o les pasa cerca sin querer. Por esta razón, a
veces evitan lugares con mucha gente. También experimentan un nerviosismo
constante como si estuvieran siempre “en guardia”. Esto puede derivar en una constante
inquietud e irritabilidad (Ej. reacciones exageradas de ira). Otros síntomas comunes
son las dificultades para concentrarse y el insomnio. En algunos casos, el insomnio
puede reflejar el miedo de la persona a dormirse y despertarse en medio de una
pesadilla.
Evitación
La persona con estrés postraumático hace esfuerzos por evitar los pensamientos o
sentimientos asociados con el trauma. También es frecuente que evite aquellas
situaciones, actividades, cosas o personas que le puedan recordar lo sucedido (Ej. una
persona que tuvo un accidente puede evitar pasar por puentes similares a aquel en el
que se accidentó).
En muchos casos, la persona tiene la sensación de estar distanciada emocionalmente
de su entorno, llegando a sufrir muchísimo por no poder tener sentimientos de alegría
o placer aún en presencia de aquellas personas que más quiere. Por ejemplo, una
persona que ha sido víctima de violación puede tener dificultades para sentir alegría al
abrazar a su marido. En algunos casos dicen que “es como si no pudiera sentir nada por
nadie”.
Otras reacciones comunes luego del trauma
Muchas personas dicen que después de haber pasado por una situación tan
traumática, sienten que “ya no son la misma/o de antes”. La imagen de sí mismo se
vuelve muy negativa y se reprochan diciéndose cosas tales como “no reaccioné a
tiempo, no puedo confiar en mi, tendría que haberlo previsto”. En otras ocasiones, la
persona puede sentir vergüenza porque reaccionó de una manera distinta a la que pensó
que iba a hacerlo antes del trauma.
La continua aparición de pesadillas o pensamientos negativos sobre el trauma hacen
que piense que se está volviendo loco o que está perdiendo el control, aumentando la
sensación de vulnerabilidad. Esta sensación de pérdida de control y de locura puede
aparecer también cuando la persona no puede sentir lo mismo que sentía antes por
personas que nunca le hicieron daño o bien cuando sienten que todo lo que ven a su
alrededor es como si no tuviera vida, como si viera una foto.
También la visión que tiene del mundo sufre un cambio drástico, llegando a sentir
que no puede confiar en nadie, que en cualquier momento algo malo le va a pasar. Los
sentimientos de desconfianza son más frecuentes en personas que sufrieron traumas
provocados intencionalmente por otra persona. En otros tipos de traumas como por
ejemplo, accidentes de tránsito, los sentimientos de desconfianza se limitan a
cuestiones relacionadas con el manejo (Ej. mirar varias veces por el espejito mientras
maneja o mirar repetidamente antes de cruzar la calle) y el desplazamiento en
transporte público.
Estos cambios en la forma de pensar lo conducen a evitar muchos lugares que antes
del trauma consideraba como seguros (Ej. ir al supermercado, ir al cine, visitar amigos
que viven lejos de la casa, salir de noche, manejar en una ruta).
El sentimiento de haber cambiado para siempre alimenta el pesimismo, y la pérdida
de interés en aquellas cosas que antes le resultaban placenteras. El estado emocional
puede llegar a ser tan delicado que tal vez deje de importarle sus planes para el futuro
y sienta muchas ganas de llorar.
Por último, no es poco frecuente encontrar personas que reaccionen con mucha ira
porque sienten que el contexto o la vida ha sido muy injusto con ellos o porque se han
sentido abandonados.
Criterio diagnóstico y diagnostico diferencial etiología comorbilidad
prevalencia pronostico y curso evaluación
El trastorno de estrés postraumático puede causar problemas como:
 Flashbacks o el sentimiento de que el evento está sucediendo nuevamente
 Dificultad para dormir o pesadillas
 Sentimiento de soledad
 Explosiones de ira
 Sentimientos de preocupación, culpa o tristeza
 ¿Cuándo aparecen los síntomas?

 Los síntomas aparecen muy frecuentemente en los primeros momentos después


del trauma y pueden ser reacciones completamente normales. Cuando muchos
de estos síntomas tienen lugar dentro del primer mes después del trauma, la
persona recibe el diagnóstico de trastorno por estrés agudo, en cambio, si
muchos de ellos siguen estando presentes después de un mes el diagnóstico pasa
a ser el de trastorno por estrés postraumático.

 En una minoría de casos los síntomas sólo aparecen después de varios meses y
hasta años después del trauma. En estos casos el cuadro es llamado trastorno
por estrés postraumático de inicio tardío, y suele aparecer en personas que ya
tenían algunos síntomas del cuadro.

 Las personas que desarrollan Trastorno por estrés postraumático tienen altas
probabilidades de recuperarse parcial o totalmente. Después de tres meses de
haber sufrido el trauma, aproximadamente más de la mitad de las personas se
recuperan sin ayuda profesional, siendo dicha recuperación aún mayor en casos
de traumas en donde no hubo violencia interpersonal. En la actualidad, se
considera que si una persona no se recupera luego de tres meses, la probabilidad
de salir del problema sin ayuda profesional especializada es baja. En estos casos
el estrés postraumático se ha vuelto crónico, y puede durar muchos años.

 Consejos para pacientes con estrés postraumático


 • Busque información sobre los síntomas del Estrés Postraumático.


 • Hable de su problema con alguien de mucha confianza.
 • Busque ayuda profesional especializada y participe de grupos de
autoayuda específicos para personas con Estrés Postraumático.
 • No abandone su tratamiento y no se sienta sin esperanzas. Hoy día se
disponen de muy buenos tratamientos para el Estrés Postraumático.
 • Muchas personas se sienten culpables después del trauma. Comparta sus
sentimientos con personas que sean de su confianza. Esto puede ayudarle a
sentirse mejor.
 • Evite el uso de drogas y/o alcohol para controlar sus síntomas, su uso
empeora las cosas
 Consejos para familiares y amigos de pacientes con Estrés Postraumático
 • Aprenda acerca de los síntomas del estrés postraumático.
 • Tenga presente que Ud. juega un papel muy importante en la
recuperación de la persona con estrés postraumático.
 • Brinde un espacio para hablar, pues muchas veces necesitan contar una
y otra vez lo sucedido.
 • Tenga paciencia, su apoyo es necesario para disminuir esa sensación de
soledad que invade a la persona.
 • Trate de no angustiarse y busque orientación para mejorar la
comunicación con su ser querido. En algunos casos puede ser necesario hacer
terapia familiar.
 • Recuerde que no todos se recuperan al mismo ritmo, el tratamiento
puede durar más tiempo de lo que usted desea o espera.

El TEPT comienza en momentos diferentes dependiendo de la persona. Los


síntomas de trastorno pueden empezar inmediatamente después del evento traumático
y permanecer. Otras personas desarrollan síntomas nuevos y más serios meses o hasta
años más tarde. El trastorno de estrés postraumático le puede afectar a cualquiera,
incluso niños.
El tratamiento puede incluir terapia de conversación, medicinas o una combinación
de ambas. El tratamiento puede tomar de seis a 12 semanas. Para algunas personas,
puede ser más largo.
Lo sufren personas que han experimentado
 negligencia grave o abuso tanto de adulto como de niño en repetidas ocasiones.
 violencia reiterada o abuso grave en la edad adulta, como la tortura o el
encarcelamiento abusivo.
A esto se llama "trastorno por estrés postraumático complejo" y se describe más
adelante en este folleto.
¿Cómo empieza el TEPT?
El TEPT puede empezar después de un acontecimiento traumático. Un
acontecimiento traumático es aquel en el que nos vemos en peligro, en el que hay una
amenaza para nuestra vida, o aquel en el que vemos como otras personas mueren o
sufren heridas. Algunos acontecimientos traumáticos típicos serían:
 los accidentes de tráfico graves
 un combate militar
 un ataque personal con violencia (agresión sexual, ataque físico, maltrato, robo,
atraco)
 ser cogido como rehén
 un ataque terrorista
 ser un prisionero de guerra
 catástrofes naturales o de origen humano
 ser diagnosticado con una enfermedad potencialmente mortal.
EL TEPT puede iniciarse incluso tras conocer una lesión inesperada o la muerte
violenta de un familiar o de un amigo cercano.
¿Cuándo empieza el TEPT?
Los síntomas de TEPT pueden empezar inmediatamente o después de unas semanas
o meses. Por lo general aparecen dentro de los primeros 6 meses tras el suceso
traumático.
¿Qué se siente al tener un TEPT?
Mucha gente se siente desconsolada, deprimida, ansiosa, culpable y enfadada
después de una experiencia traumática. Además de estas reacciones emocionales
comprensibles, existen tres tipos principales de síntomas:
1. Flashbacks y pesadillas. Uno puede encontrarse reviviendo el suceso una y
otra vez. Esto puede ocurrir en forma de "flashback" por el día o como
pesadillas durante el sueño. Estas pueden ser tan reales que uno se siente como
si se estuviera viviendo la experiencia de nuevo. Uno puede verlo en su mente,
pero también se pueden sentir las emociones y sensaciones físicas de lo que
ocurrió: miedo, sudoración, olores, sonidos, dolor.

Eventos cotidianos pueden desencadenar flashbacks. Por ejemplo, si usted tuvo


un accidente de coche con lluvia, un día de lluvia podría provocar un flashback.
2. Evitación y embotamiento. Como puede ser terrible revivir su experiencia una
y otra vez, uno tiende a distraerse. Se puede mantener la mente ocupada en un
hobby, trabajando muy duro, o pasando el tiempo absorto en crucigramas. Se
evitan los lugares y a las personas que le recuerdan el trauma, y se trata de no
hablar de ello.

Uno puede lidiar con su dolor, tratando de no sentir nada en absoluto,


consiguiendo casi una insensibilidad emocional. Puede comunicarse menos con
otras personas a las que, entonces, se les hace difícil vivir o trabajar con usted.
3. Estando "de guardia". Uno se encuentra estando alerta todo el tiempo, como
si estuviera buscando el peligro. No puede relajarse. Esto se llama
“hipervigilancia”. Puede sentirse ansioso y que le cueste dormir. Otras personas
pueden notar que se está nervioso e irritable.
Otros síntomas
Las reacciones emocionales al estrés están acompañadas frecuentemente de:
 dolores musculares
 diarrea
 palpitaciones
 dolores de cabeza
 sentimientos de pánico y miedo
 depresión
 consumo excesivo alcohol
 uso de drogas (incluyendo analgésicos).
¿Por qué son tan impactantes los acontecimientos traumáticos?
Los acontecimientos traumáticos pueden minar nuestra sensación de que la vida es
justa, que es razonablemente segura y que podemos estar a salvo. Una experiencia
traumática deja muy claro que podemos morir en cualquier momento. Los síntomas del
TEPT son parte de una reacción normal a haber estado a punto de morir.
¿Todo el mundo tiene TEPT después de una experiencia traumática?
No. Pero casi todo el mundo tendrá los síntomas de estrés postraumático durante el
primer mes aproximadamente. Esto es porque los síntomas pueden ayudarle a
continuar, y a entender la experiencia por la que ha pasado. Esto es una “reacción aguda
al estrés”. Tras pocas semanas, la mayoría de la gente poco a poco asume lo que le ha
pasado, y los síntomas de estrés empiezan a desaparecer.
Pero no todo el mundo tiene tanta suerte. Aproximadamente 1 de cada 3 personas
descubrirán que sus síntomas continúan y no pueden asumir lo que ha sucedido. Es
como si el proceso se hubiera atascado. Los síntomas de estrés postraumático, aunque
son normales, se convierten en un problema – o en un trastorno por estrés
postraumático - cuando continúan durante demasiado tiempo.
¿Qué puede empeorar el TEPT?
Cuanto más perturbadora haya sido la experiencia, más probabilidad hay de
desarrollar TEPT. Los acontecimientos más traumáticos son aquellos que:
 son repentinos e inesperados
 duran largo tiempo
 uno está atrapado y no puede escapar
 son hechos por el hombre
 provocan muchas muertes
 causan mutilación y pérdida de brazos o piernas
 hay niños involucrados
Si alguien está en una situación en la que sigue expuesto al estrés y a la
incertidumbre, será muy difícil o imposible que los síntomas del TEPT mejoren.
Tratamiento
Hay aspectos tanto físicos como psicológicos en el TEPT, por lo que existen
tratamientos tanto físicos como psicológicos para ello.
Psicoterapia
Todas las psicoterapias efectivas para el TEPT se centran en la experiencia/
experiencias traumáticas, en lugar de en su vida pasada. No se puede cambiar ni olvidar
lo que ha sucedido, pero se puede aprender a pensar de forma diferente al respecto, y
también sobre el mundo, y acerca de su vida.
El principal objetivo del tratamiento es conseguir que se sea capaz de recordar lo
que sucedió, de la forma más completa posible, sin sentirse abrumado por el miedo y
la angustia. Estas terapias le ayudan a expresar sus experiencias mediante palabras. Al
recordar el suceso, repasándolo y dándole sentido, su mente puede hacer su trabajo
normal, almacenando los recuerdos, y pasando a afrontar otras cosas.
Cuando empiece a sentirse más seguro y con mayor control sobre sus sentimientos,
no necesitará evitar tanto los recuerdos. Será capaz de pensar en ello solo cuando usted
quiera, en lugar de que surjan en su mente espontáneamente.
Todos los tratamientos deberían ser impartidos por especialistas en TEPT. Las
sesiones deben ser como mínimo semanales, con el mismo terapeuta y por un período
de 8-12 semanas. Aunque las sesiones suele durar alrededor de una hora, a veces
pueden durar hasta 90 minutos.
EMDR (Movimiento ocular, desensibilización y reprocesamiento)
Esta es una técnica que utiliza los movimientos del ojo para ayudar al cerebro a
procesar los flashbacks y a darle sentido a la experiencia traumática. Puede sonar
extraño, pero se ha demostrado que funciona.
Terapia de grupo
Se trata de reunirse con un grupo de personas que han pasado por lo mismo, o por
un acontecimiento traumático similar. Puede ser más fácil hablar de lo que pasó si se
está con otras personas que han pasado por una experiencia parecida.
Medicación
Los ISRS (antidepresivos inhibidores de la recaptación de serotonina) disminuyen
la intensidad de los síntomas del TEPT y alivian la depresión que puede estar presente
también. Tienen que ser recetados por un médico.
Este tipo de medicación no deberíá darle sueño aunque pueden tener efectos
secundarios en algunas personas. También pueden producir síntomas desagradables si
se suspenden demasiado rápido, así que la dosis debe ser reducida gradualmente. Si
son eficaces, se deben continuar tomando aproximadamente 12 meses. Al poco de
iniciar un antidepresivo, algunas personas pueden notar que se sienten más:
 ansiosos
 inquietos
 con pensamientos suicidas
ESTRES AGUDO
Definición.
El uso del término estrés se ha popularizado sin que la mayoría de las personas
tengan claro en qué consiste el mismo. Etimológicamente hablando, la palabra estrés
deriva del latín stringere, que significa provocar tensión.
Esta palabra es natural de los campos de la ingeniería, se usa por primera vez como
tal, hacia el siglo XVI, pero no es hasta la formulación de Hans Selye del Síndrome
General de Adaptación cuando se generaliza en el ámbito Humano hacia el año de
1949. Selye, quien es considerado como el padre del estrés, definió este como la
acomodación de una persona a situaciones nuevas con una respuesta inespecífica y
estereotipada a todos los estímulos que trastornan su equilibrio.
A lo largo de la historia se han dado gran cantidad de definiciones, abordándolo ya
sea como estímulo, respuesta o consecuencia, por ejemplo, Mcgrath en 1970, quien
define al estrés como un desequilibrio sustancial entre las demandas ambientales y la
capacidad de respuesta del organismo.
Kals, en 1978 lo define como la conducta que aparece cuando las demandas del
entorno superan a las capacidades de afrontarles. Lazarus y Folkman, en 1984, lo
definen como la relación particular entre el individuo y el entorno que es evaluado por
éste como amenazante o que desborda sus recursos y pone en peligro su bienestar.
Criterio diagnóstico y diagnostico diferencial etiología comorbilidad
prevalencia pronostico y curso evaluación
A pesar de la gran cantidad de definiciones, muchos textos afirman que la definición
más adecuada, por su claridad y sencillez, fue la que dio el propio Salyer. Por lo tanto,
no es adecuado pensar en el estrés como un fenómeno ambiental, ya que el proceso,
principal, se encuentra en el ser humano y su relación con este. Alternativamente y para
precisar conceptos, se utiliza el término de “estresor” o “situación estresante”, referida
al estimulo o situación que provoca la respuesta de estrés.
En el DSM.IV, se considera la definición de estrés agudo, como la aparición de
ansiedad, síntomas disociativos, y de otro tipo que tiene lugar durante el mes que sigue
a la exposición de un acontecimiento traumático de carácter extremo.
Historia.
Las primeras narraciones de patologías asociadas con el estrés, las podemos
encontrar en piezas clásicas como la Iliada, las cartas de cicerón a sus amigos, y en
múltiples obras shakesperianas, como en Hamlet, donde el trauma causado ante un ser
querido, crea estados de estrés insoportables para los protagonismos.
En cuanto a la aparición como entidad clínica ante los ojos del mundo, su primera
descripción fue hecha durante la guerra civil estadounidense, cuando los soldados
caídos en combate, así como alegados de la tropa que vivían estos momentos de
angustia, desarrollaban un síndrome particular, que consistía principalmente en la
presencia de alteraciones del sistema cardiovascular, que recibió el nombre de corazón
de soldado.
Al comenzar el siglo XX, las corrientes psicoanalíticas influyeron de una manera
importante en la práctica psiquiátrica en Estados Unidos, por lo cual se le dio el nombre
de neurosis traumática a la entidad que presentaban estos individuos.
Epidemiología
La epidemiología de los trastornos relacionados con el estrés es muy variable.
Su prevalencia a lo largo de la vida en las diferentes latitudes oscila entre 1% y 12,3
%. Los números pueden ser mayores, dependiendo de la gravedad, intensidad y
duración del estresor, así como de los factores asociados al trauma, por ejemplo, la
presencia de comorbilidades médicas asociadas.
Los estudios mundiales reflejan una posibilidad de estar expuesto al trauma en
hombres de aproximadamente 61%, mientras en las mujeres es de 51%. Se cree que
aquellos individuos en mayor riesgo pueden eventualmente desarrollar el trastorno en
aproximadamente un 30%-40%. Se sabe que existen importantes diferencias entre
géneros.
Las mujeres, a pesar de estar expuestas en menor porcentaje, tienen una
vulnerabilidad mayor para desarrollar el trastorno relacionado con estrés. Además de
esto, se sabe que los estresores en cada género son distintos.
Por ejemplo, las mujeres que desarrollan estos trastornos generalmente son víctimas
de trastornos por estrés y sus repercusiones neuropsicoendocrinológicas más de abuso
físico y sexual, así como de asaltos criminales.
Por otro lado, los hombres que han estado expuestos a combate y que han sido
víctimas de atentados criminales contra su integridad física son más vulnerables que
aquellos expuestos a otros estresores, al comparar los con la población general. En
víctimas de estresores mayores intensos, las tasas son incluso más elevadas.
Se cree que las prevalencias de aquellos que en tiempo de guerra o conflicto son
víctimas de torturas, secuestros o tomados como prisioneros de guerra pueden llegar a
ser de más o menos del 90%. En los estudios realizados por estadounidenses con
veteranos de Vietnam se encontraron prevalencias en el rango de 30%. En los infantes,
en los refugios en Camboya, éstas oscilaban entre
Un 38%-50%, a seis años. Parece ser que los menores y los ancianos ocupan un
puesto especial dentro de la población afectada, a los cuales no se pueden generalizar
los hallazgos experimentales y epidemiológicos.
Los expertos sugieren estudiarlos por separado y con más detenimiento para evitar
sesgos de selección y medición en los estudios realizados. Asimismo, el
reconocimiento de patologías médicas incapacitantes y catastróficas como
desencadenantes de cambios biológicos asociados con estrés en esta población tendrán
que ser factores tenidos en cuenta en el futuro al realizar cualquier tipo de intervención
clínica.
A medida que disminuye la gravedad del trauma, las tasas de estrés tienden a bajar.
El paso del tiempo parece ser un factor fundamental, pues muestra que las prevalencias
pueden disminuir hasta un 10% en poblaciones afectadas.
Asimismo, existen otros traumas o estresores en los cuales las prevalencias no son
tan altas, lo cual en ningún momento quiere decir que no sean significativas. Entre ellos
podemos incluir accidentes automovilísticos; quemaduras de más del 30% de la
superficie corporal o en regiones importantes para la autoestima, como cara, manos,
zonas expuestas en la interacción social; abuso y maltrato infantil, y estresores médicos
que van desde los cuadros de dolor craneofacial hasta infartos agudos del miocardio.
Factores de riesgo
• Tipo y gravedad del estresor.
• Duración.
• Lo extremo de la experiencia.
• Estrés agudo.
• Gravedad de síntomas disociativos.
• Respuesta fisiológica inicial.
• Respuestas subjetivas de horror y miedo.
• Pobre red de apoyo posterior al trauma.
• Historia familiar de trastornos
• Historia personal previa de trauma.
• Comorbilidades psiquiátricas.
• Comorbilidades médicas.
• Pobre control.
• Poca capacidad de adaptación.
• Nivel educativo bajo.
• Coeficientes intelectuales bajos.
• No instaurar tratamiento precoz.
• Factores posteriores al trauma.
Todos estos factores de riesgo han sido reproducidos en estudios epidemiológicos
llevados a cabo en diferentes poblaciones afectadas por trastornos asociados con estrés.
Etiología
Genética
No existen suficientes estudios desde el punto de vista genético acerca de los
trastornos relacionados con estrés. Es muy complicado establecer patrones de herencia
familiar, por la dificultad de llevar a cabo estudios que dependen principalmente de un
factor ambiental desencadenante; sin embargo, se encuentran datos muy interesantes
en la bibliografía mundial.
Parece que la heredabilidad para este trastorno es de aproximadamente 30% desde
el punto de vista transgeneracional, para cada uno de los tres grupos sintomáticos
principales.
Esto se logró a través de los pocos estudios en gemelos que se han realizado con los
veteranos de la guerra de Vietnam. Asociación causal entre los familiares de personas
con TEPT y el desarrollo de la sintomatología en las generaciones subsecuentes.
Los investigadores han propuesto diversas teorías acerca de alteraciones en el
neurodesarrollo como posible etiología para que se Trastornos por estrés y sus
repercusiones neuropsicoendocrinológicas una vez expuestos los individuos a los
distintos tipos de estresores.
Por ejemplo, se sostiene que el ir a combate viene genéticamente predispuesto. Se
encontró heredabilidad del 36% para enrolarse en las tropas que viajaron a Vietnam y
un 47% para exposición a combate. Es decir, no se exponen al combate y desarrollan
TEPT los que quieren, sino los que pueden, según los resultados de estos estudios. Se
han estudiado también los rasgos de personalidad de corte ansioso, heredables en un
30%-60% de los casos como factores predisponentes para desarrollar trastornos de
estrés una vez expuestos al estresor. Estos factores heredables son cinco:
Neurotisismo, grado de introversión, amabilidad, apertura y concientización de los
individuos.
Desde el punto de vista genéticomolecular, existen pocos estudios. Se ha
evidenciado un polimorfismo del receptor Taq DRD2 relacionado con TEPT, el cual
no ha podido ser reproducido en estudios posteriores. Existe mucho terreno por
explorar en el ámbito genético, que podría resolver enigmas acerca de la aparición de
trastornos de estrés en las poblaciones susceptibles.
ESTRES POR CONSUMO DE SUSTANCIAS

Para muchas personas, el estrés es un término que suele ser demasiado familiar.
Algunas personas lo experimentan de manera ocasional, mientras que otros pueden
encontrar que su estrés es un problema crónico. Lamentablemente, hay varias
complicaciones de estrés que pueden convertirse en serios problemas si no son
atendidos.
El término estrés deriva del inglés “stress” y significa fatiga. Se trata de una reacción
física y emocional que todos experimentamos cuando enfrentamos cambios en nuestras
vidas, aunque hay personas que son más vulnerables. Los efectos son positivos cuando
nos llevan a afrontar de manera constructiva los problemas cotidianos y los retos, y
negativos cuando el estado de alerta y ansiedad se vuelve constante en nuestras vidas.
Sobrecarga
Cuando la persona se encuentra en una situación estresante experimenta síntomas
negativos como tensión, irritabilidad, insomnio, músculos tensos, temblor en las
manos, preocupación, tristeza,… Algunas personas encuentran una forma saludable de
paliar dichos síntomas mientras que otras recurren a comportamientos disfuncionales,
como el consumo de drogas.
Esto puede ocurrir cuando la persona carece de habilidades para controlar la
situación estresante o para manejar sus propias emociones y buscar apoyo social. De
esta manera, la droga se convierte en un distractor que le permite a la persona aliviar la
sensación de malestar. El consumo, por tanto, se llevaría a cabo con el fin de escapar
de situaciones estresantes ambientales o síntomas de malestar interno.
Esta forma de afrontamiento del estrés por parte de personas adictas tiene una
relación directa con las alteraciones psicopatológicas frecuentemente asociadas a la
adicción y se encuentra en la base del desarrollo de patrones disfuncionales de
comportamiento. Por tanto, la patología dual se torna una vez más en la diana de
tratamiento. Fomentar la adquisición de habilidades de resolución de conflictos y
reducir los niveles de activación emocional permite disminuir los niveles de consumo
y dependencia y reducir los síntomas psicopatológicos. La persona adicta debe
aprender, con apoyo psicoterapéutico, a interpretar y resolver situaciones ambiguas y
desarrollar la capacidad para evaluarlas con la consecuente adecuada toma de
decisiones.
El estrés puede aparecer a lo largo de todo el proceso adictivo. Al inicio del
consumo, como factor de riesgo. La repetición y el mantenimiento del mismo propicia
la aparición de problemas varios: discusiones familiares, ausencias laborales,
aislamiento,… que a su vez ayudan a cronificar la adicción y donde la retirada de la
sustancia conlleva de nuevo a la necesidad imperiosa de volver a consumir con el fin
de buscar un efecto gratificante a corto plazo.
Cuando la persona adicta acude a tratamiento lo hace en una situación de estrés
importante derivado de las consecuencias físicas, psicológicas, sociales y familiares
ocasionadas por el consumo. Las recaídas producidas en fases de abstinencia, también
parte del proceso terapéutico, no son más que situaciones de estrés, de deseo por el
consumo (craving).
Las secuelas neuropsicológicas asociadas a una situación de estrés afectan
fundamentalmente a la memoria de trabajo y a la capacidad de aprendizaje tanto a corto
como a largo plazo. Recordemos que la persona con ansiedad a menudo tiene
dificultades para afrontar problemas cotidianos y tomar decisiones. La estructura
cerebral implicada en estos procesos cognitivos es el hipocampo.
Estos déficits limitan, entre otros, la capacidad de monitorear la conducta dirigida a
un plan. Situación frecuente en la población adicta. El entrenamiento neurocognitivo
permitiría incrementar la liberación del neurotransmisor dopamina, fundamental en el
proceso de aprendizaje y en las sensaciones de placer, en el núcleo caudado. Elevar las
concentraciones de dopamina no sólo contribuye a fijar los conocimientos, también a
mejorar nuestro estado emocional. La amígdala, una estructura cerebral conectada al
hipocampo, sería la responsable del aprendizaje emocional.
Efectos psicológicos del estrés
• Estudios sugieren que la incapacidad para adaptarse al estrés se asocia con la
aparición de la depresión o la ansiedad. Algunas evidencias sugieren que la repetida
liberación de la hormona del estrés (Cortisol) produce hiperactividad en el eje
hipotálamo-pituitaria-adrenal y altera los niveles normales de serotonina, que es
fundamental para los sentimientos de bienestar. Ciertamente, en un nivel más obvio, el
estrés disminuye la calidad de vida mediante la reducción de sentimientos de placer y
logro, y las relaciones son a menudo amenazadas.
Criterio diagnóstico y diagnostico diferencial etiología comorbilidad
prevalencia pronostico y curso evaluación
Neurobiología
Desde hace mucho tiempo se conoce que las respuestas de horror y miedo ante
cualquier situación involucran múltiples sistemas que interactúan para buscar la
adaptación más adecuada ante el estímulo. Tales respuestas fueron primero descritas
por Walter Cannon, en 1917, cuando propuso el esquema de fight or flight ante
estímulos sensoperceptivos para todas las especies reinantes en el planeta. Más
adelante, aparece Iván Pavlov, con sus estudios de los estímulos condicionados, que
han sido la base y columna vertebral de los estudios para la comprensión de las
respuestas mal adaptativas que presentan los pacientes con TPET y trastornos de
pánico.
Se cree que las respuestas de los humanos ante el estrés, representado por el horror
y miedo ante determinadas situaciones, se asemeja a las de otras especies, ya que los
neurocircuitos que las determinan en cada una son muy similares. En estos trastornos
por estrés se presenta una disregulación de todos los sistemas de neurotransmisión
involucrados en las respuestas al miedo y horror ante eventos traumáticos. A pesar que
la respuesta neurobiológica al estresores necesaria y funciona como línea de defensa
protectora primaria, parece que las respuestas crónicas, prolongadas en el tiempo,
llevan a la instauración de patrones mal adaptativos persistentes, que repercuten en el
estado general de salud y calidad de vida de estos individuos.
Norepinefrina
El estrés mal adaptativo crónico altera la norepinefrina (compuesto
neurotransmisor) de forma significativa, así como sus interacciones con el sistema
nervioso central autónomo. Perry ha demostrado una regulación a la baja de los
receptores α-2-adrenérgicos en un 40%, principalmente en las plaquetas, así como la
disminución de los receptores beta-adrenérgicos postsinápticos en aquellos afectados.
Esto es un indicio de procesos de desensibilización en esta zona en pacientes con
trastornos relacionados con estrés, inducidos por el aumento de disparos en el locus
ceruleus,
El autor sostiene que esto ocurre en respuesta a la elevada tasa de catecolaminas
circulantes, con la consecuente regulación hacia la baja de los receptores. Esta
alteración en la relación puede explicar las respuestas de reactivación evidenciadas en
estos pacientes.
Estudios realizados comparando aquellos expuestos al combate que desarrollaron
TEPT con aquellos que no presentan el trastorno demuestran frecuencias cardiacas
basales aumentadas con hiperactivación autonómica en reposo, que les impide
reaccionar adecuadamente ante aquellas remembranzas asociadas al trauma. Sin
embargo, estos resultados han sido inconsistentes en los diferentes estudios, ya que
otros han demostrado también aumento significativo de las variables de respuesta
noradrenérgica al estrés cuando se exponen a estímulos que recuerdan el trauma.
Kosten, en estudios enfocados a la función de los ejes tiroideos y adrenales, ha
encontrado más metabolitos (MHPG) en la orina y en sangre de pacientes con TEPT
que en controles con diagnósticos confirmados de depresión mayor y esquizofrenia,
con las que ha llegado a obtener diferencias estadísticamente significativas. McFall,
por su parte, demostró que el mantenimiento de concentraciones aumentadas de
catecolaminas circulantes se relaciona directamente con la hiperactividad fisiológica
presentada por estos pacientes.
La mayoría de los estudios mencionados ha demostrado cambios periféricos.
En la actualidad existen diversos estudios que dan importancia a la regulación
noradrenérgica en la zona central como fundamental en la neurobiología de esta
entidad. Dinan demostró que respuestas disminuidas al test de estimulación de la
hormona de crecimiento con desimipramina, que se normalizaba con la mejoría clínica
de los pacientes.
A partir de estos resultados, el autor sostiene que existe una actividad noradrenérgica
central aumentada con una regulación hacia la baja de receptores noradrenérgicos en
aquellos Trastornos por estrés y sus repercusiones neuropsicoendocrinológicas
pacientes con criterios clínicos para patologías asociadas a estrés.
A partir de los estudios realizados con yohimbina-lactato de Ringer en estos
pacientes, se ha demostrado que hasta un 70% puede presentar ataques de pánico con
estas pruebas farmacológicas, así como 40% de flash backs. Esto da pie para pensar
que la neurobiología de estos dos trastornos de ansiedad están íntimamente
relacionadas en lo concerniente a la afectación del componente noradrenérgico
asociado con ellas. Asimismo, sabemos que se producen cambios estructurales y
funcionales en el hipocampo, acompañado de un importante aumento en las tasas de
abuso de sustancias psicoactivas y alcohol en esta población.
Eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal
El eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal es un sistema que se retroalimenta
constantemente, con el fin de no producir toxicidad a través de la acción de
glucocorticoides en órganos blanco, por ejemplo, el sistema nervioso central.
Al parecer, existe una grave disregulación en su funcionamiento en pacientes con
trastornos asociados con estrés que lleva principalmente a producir efectos nocivos en
el hipocampo, estructura fundamental en los procesos cognitivos de memoria y
aprendizaje en todos los individuos.
En diversos estudios en aquellos pacientes que desarrollan estrés posterior a escenas
de combate se han encontrado déficits en memoria episódica. Parece ser que la
intensidad y magnitud del estrés y haber sido expuesto a estrés intenso previamente
determinan el potencial de disregulación en la neuromodulación sobre la cual
convergen las acciones de las catecolaminas y los glucocorticoides a lo largo de todo
el eje neuroendocrino. Se han encontrado los siguientes hallazgos en las distintas
pruebas neuropsicoendocrinológicas realizadas en esta zona:
• Disminución de la excreción de cortisol en 24 horas.
• Concentraciones basales de cortisol disminuidas.
• Aumento del número de receptores linfocitarios para glucocorticoides.
• Respuestas aumentadas a la prueba de supresión con dexametasona con
disminución de prolactina secundaria.
• Prueba de la hormona adrenocorticotropa (ACTH) embotada o disminuida.
• Hallazgos en TEPT diferenciados sustancialmente, generalmente contrarios de los
encontrados en trastornos depresivos mayores, por lo cual se cree que sus implicaciones
neurobiológicas son completamente diferentes, a pesar de su alta comorbilidad.
• CRF en LCR aumentada.
• Retroalimentación negativa del eje hipotálamo-pituitario-adrenal (HPA),
aumentada con repercusiones en el hipocampo, hipotálamo, amígdala y estría
terminalis, zonas de actividad de CRF central.
• Pruebas con yohimbina y mclorofenilpiperazina muestran patrones distintos de
presentación-respuesta, por lo cual se deduce que pueden haber dos subtipos de
trastornos, uno primariamente de disregulación noradrenérgica y otro donde la
disregulación serotoninérgica puede cumplir un papel importante.
Eje hipotálamo-hipófisis-tiroideo
Las similitudes de la enfermedad de Graves con las manifestaciones fisiológicas y
neurovegetativas de los trastornos asociados con estrés impulsó la investigación deleje
hipotálamo-hipófisis-tiroideo.
Con respecto a ensayos clínicos que correlacionaron este eje neuroendocrino, se
encuentran los siguientes hallazgos: aumento de la T3 circulante y de la hormona
estimulante de la tiroides (TSH) disminuida o embotada por medio del test de
estimulación con terapia de reemplazo hormona (TRH). Si bien es cierto que faltan
estudios, existen algunos hallazgos que muestran una relación entre funcionamiento
tiroideo y potenciación a largo plazo en estructuras hipocampales, lesionadas por
estrés.
Opiáceos
Está demostrado que las concentraciones de opiáceos aumentan en respuesta a estrés
agudo, lo cual causa potenciación analgésica en todas las especies. Existe una relación
importante entre estrés, opiáceos y analgesia, demostrada a través del bloqueo de la
analgesia inducida por estrés con la administración de antagonistas de los receptores
opiáceos o tipo naloxona-naltrexona. No obstante, en condiciones de estrés crónico, su
funcionamiento es menos comprendido.
Se cree que por medio de sensibilización del sistema, los pacientes expuestos a
estrés crónico desarrollan analgesia ante estímulos con menor producción de estrés, por
medio de respuestas asociadas a condicionamiento clásico y operante.
Esta analgesia pareciera envolver todas las esferas del funcionamiento del individuo,
al disminuir los umbrales de sensibilidad, capacidad de respuesta y expresión en las
esferas cognoscitivas y afectivas de su vida. Por esto se ha postulado que la vía opiácea
puede estar involucrada en la instauración de la sintomatología de evitación, en especial
el embotamiento afectivo (anhedonia-alexitimia), que invade a esta población de
pacientes, tan difícil de tratar en la práctica.
Su alteración se asocia de manera importante con el abuso de sustancias psicoactivas
y el alcoholismo, como una forma de ‘terapia automedicada’, que potencia aún más la
aparición de comorbilidades desde el punto de vista médico, relacionadas con estrés.
En otros estudios con resultados estadísticamente significativos se han encontrado
concentraciones basales disminuidas de metaencefalinas y beta-endorfinas mediadas
por la CRF. A partir de este hallazgo
se argumenta una posible disregulación hacia el hiperfuncionamiento del sistema
opiáceo, de la misma forma que ocurre con la del eje hipotálamo-hipófisis-
suprarrenal,que se expresa en una diversidad de signos y síntomas clínicos en las
poblaciones afectadas, que complican así aún más su diagnóstico y manejo a largo
plazo.
A pesar de los resultados expuestos, algunos de ellos estadísticamente significativos,
éstos son contradictorios entre sí, lo cual da pie para continuar pensando que pueden
existir dos subtipos de cuadros crónicos asociados con estrés. Ambos presentarían
distintas alteraciones en la neurotransmisión, curso, respuesta a los tratamientos, así
como pronóstico a largo plazo.
Serotonina
La serotonina ha sido estudiada por los diferentes efectos que ejerce su
manipulación farmacológica en aquellos animales sometidos a estrés en diferentes
estudios. En primer lugar, se sabe que ante el estrés agudo, se incrementa el recambio
serotoninérgico, aumentando la liberación de serotonina en la zona prefrontal medial,
núcleo accumbens, hipotálamo lateral y amígdala.
No obstante, a medida que este estrés se vuelve crónico, se disminuye la cantidad
de serotonina almacenada en la zona presináptica. Esto aumenta la expresión del
autorreceptor 5HT1A, que continuara eliminando la serotonina restante, disminuyendo
aún más la neurotransmisión serotoninérgica.
En estrés crónico, los glucocorticoides circulantes tienden a potenciar la transmisión
serotoninérgica, que puede en un momento dado servir de efecto compensatorio no
sostenido en el tiempo, sin embargo, más adelante, en el curso de la enfermedad, una
vez se fatigan los sistemas neurohormonales compensatorios se producen cuadros de
desesperanza aprendida, con disminución de la expresión de receptores 5HT1A
hipocampales implicados en la ansiolisis inicial, así como el aumento de la expresión
de los receptores 5HT2A en la zona postsináptica en corteza, relacionados con la
producción de ansiogénesis.
Esto explicaría la asociación clínica y en estudios de los bloqueadores del receptor
5HT2, tipo nefazodona y trazodona, con buenas respuestas clínicas y terapéuticas
Como se mencionó, parece existir un subtipo de estrés crónico relacionado con
alteraciones predominantemente de esta vía de neurotransmisión, que responde de una
manera diferente al tratamiento somático con inhibidores selectivos de la recaptación
de serotonina y moléculas en relación con el funcionamiento serotoninérgico central y
periférico.
Dopamina
La información acerca de la interacción de las vías dopaminérgicas y el estrés es
muy escasa. El estrés parece aumentar la sensibilidad de la neurotransmisión
dopaminérgica en la zona mesolímbica- prefrontal. Se han encontrado concentraciones
aumentadas de dopamina en plasma y orina en pacientes víctima de traumas graves en
combate. También se han encontrado cambios en la concentración de dopamina beta-
hidroxilasa en pacientes con síntomas psicóticos dentro de su cuadro de estrés
postraumático, así como algunos polimorfismos en los receptores dopaminérgicos.
Faltan muchos más estudios con dopamina para saber a ciencia cierta su verdadero rol
en la presentación de esta patología.
6.9. Glutamato
Los hallazgos científicos obtenidos hasta la fecha parecen indicar el rol importante
que desempeñan las vías glutamaérgicas en la toxicidad hipocampal mediada por
glucocorticoides. Los receptores de NMDA (N-metil-D-aspartato) se encuentran en
concentraciones significativas en el hipocampo. Las áreas más afectadas parecen ser
las zonas Ca1 y Ca4. Sin embargo, este hallazgo no concuerda con las zonas
demostradas en estar más afectadas en individuos con estrés son las zonas Ca2, Ca3,
Ca3b.
Por esto lo que se sostiene en la bibliografía actual es una acción tóxica primaria de
los glucorticoides potenciada por la acción glutamaérgica, que afecta el hipocampo
tanto en lo referente a estructura como a funciones de potenciación a largo plazo y
neurogenia asociada. De aquí deriva la idea que los diferentes efectos ejercidos por
estas sustancias en el hipocampo son responsables de los efectos neurocognoscitivos
del estrés a largo plazo. Puede pensarse que aquellas drogas nuevas y en fase
experimental que actúan modulando este efecto glutamaérgico en el hipocampo tienen
la posibilidad de mejorar la sintomatología de la depresión, de la enfermedad de
Alzheimer, de la esquizofrenia, de la ECV y, por qué no, también influir en modular el
curso del estrés crónico, impidiendo una insuficiencia en el hipocampo.
Además de su íntima relación con alteraciones hipocampales, también se ha visto
implicada, al igual que vía opiácea, con las alteraciones en los umbrales del dolor en
estos pacientes. De hecho, durante experimentos clínicos se han encontrado respuestas
favorables a la administración de antagonistas glutamaérgicos, como la dizocilpina
(mk-801), que reduce los efectos analgésicos inducidos por el trauma. Con respecto al
glutamato, falta mucha investigación para verdaderamente dilucidar su rol en el estrés
ambiental, así como el potencial terapéutico de las moléculas desarrolladas hasta el
momento.
Colecistocinina
La colecistocinina actúa como neuromodulador hormonal en las patologías
asociadas con estrés.Su acción es predominantemente ansiógena, con significativas
repercusiones en el tubo digestivo, donde se secreta (aumento del tránsito
intestinal,espasmos, cólicos y diarrea), pues acompaña la descarga adrenérgica
presentada al ser sometidos a situaciones estresantes abruptas.
En el sistema nervioso central existen receptores para su acción en la corteza, el
hipocampo y la amígdala, donde predomina un efecto excitatorio en la
neurotransmisión global, que altera e influye de manera importante en la modulación
alostérica de los ejes neurohormonales-inflamatorios implicados en estrés.
Se conocen algunos hallazgos científicos en estudios experimentales en animales,
donde la ansiedad producida por colecistocinina puede ser bloqueada por la
administración de benzodiacepinas, betabloqueadores e imipramina, moléculas que
han demostrado eficacia clínica y experimental en patologías asociadas con estrés
desde hace más de dos décadas.
El médico debe tener en cuenta, que la relación medico paciente inicia antes del
primer contacto físico entre ambas partes. Generalmente, cuando un enfermo acude a
la consulta, ya tiene ciertas nociones y hasta prejuicios acerca del médico.
CONCLUSIONES

En nuestra vida cotidiana, cualquiera de nosotros puede tener una experiencia


abrumadora, aterradora, y que escape a nuestro control. Podríamos encontrarnos en un
accidente de coche, ser víctimas de un asalto, o ver un accidente. Los policías,
bomberos y trabajadores de ambulancias son más propensos a tener tales experiencias,
ya que a menudo tienen que hacer frente a escenas horribles. A los soldados les pueden
disparar o pueden sufrir una explosión, así como pueden ver a amigos muertos o
heridos.
La mayoría de las personas, con el tiempo, superan experiencias de este tipo sin
necesidad de ayuda. Sin embargo, en algunas personas, las experiencias traumáticas
desencadenan una reacción que puede durar muchos meses o años. Esto se conoce
como Trastorno por Estrés Postraumático, o TEPT para abreviar.
Los trastornos relacionados con el estrés, han acompañado al hombre desde los
principios de su interacción con el ambiente, así como ante las propias respuestas
fisiológicas de su cuerpo, manifestadas en muchas de las enfermedades crónicas de
mayor interés en el área de la salud. Las respuestas fisiológicas activadas por el estrés
tienen una doble característica: no sólo pueden proteger sino también dañar al
organismo.
El estrés es un hecho habitual en nuestras vidas, no puede evitarse, ya que cualquier
cambio en esta conlleva a estrés, ya sean negativos o positivos. Este es un tema actual,
pero su conocimiento real es poco, utilizando la palabra de estrés de un modo
generalizado, sin tener en cuenta la profundidad de la misma.
Los relatos iníciales, acerca de cómo el estrés afecta al ser humano, se remontan a
recuentos históricos de la literatura mundial más antigua y primitiva, en la actualidad,
sabemos que no solo produce trastornos mentales, en la población afectada por
conflictos armados y desastres naturales, sino también en aquellos que aquejan
enfermedades medicas crónicas, como cáncer, epilepsia, VIH – Sida, enfermedad
arterial coronaria, por nombrar algunas de las más frecuentes.
Bibliografía

Abigail, H., Abigail, H. and perfil, V. (2017). infancia media. [online]


Conocimientodelaninez1.blogspot.com. Available at:
http://conocimientodelaninez1.blogspot.com/2012/11/infancia-media.html [Accessed
25 Jun. 2017].
Emedicine.medscape.com. (2017). Attachment Disorders: Practice Essentials,
Background, Pathophysiology. [online] Available at:
http://emedicine.medscape.com/article/915447-overview# [Accessed 24 Jun. 2017].
Guía de bolsillo de la clasificación̤ CIE-10. (2000). Madrid: Médica Panamericana.
Instrumentos de evaluación psicológica. (2007). La Habana: Editorial Ciencias
Médicas.
Llort, S. (2017). Psicodiagnosis: Psicología infantil y juvenil. [online]
Psicodiagnosis.es. Available at: https://psicodiagnosis.es/areageneral/ciclo-
evolutivo/el-apego/index.php [Accessed 25 Jun. 2017].
MOCAIBER, Izabela et al.Neurobiologia da regulação emocional: implicações para
a terapia cognitivo-comportamental. Psicol. estud. [online]. 2008, vol.13, n.3, pp.531-
538. ISSN 1413-7372. http://dx.doi.org/10.1590/S1413-73722008000300014.
Son Pareja. (2017). Relaciones superficiales. [online] Available at:
https://sonpareja.com/relaciones-superficiales/ [Accessed 25 Jun. 2017].
Unesco.org. (2017). La Primera Infancia | Educación | Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. [online] Available at:
http://www.unesco.org/new/es/education/themes/strengthening-education-
systems/early-childhood/ [Accessed 25 Jun. 2017].
Vieta i Pascual, E., Ayuso Mateos, J. and Arango López, C. (2014). Manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Madrid: Médica Panamericana.

Potrebbero piacerti anche