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INTRODUCCION
La acción del sistema inmune es posible gracias a la participación e interrelación de diferentes
poblaciones celulares, conocidas como células inmunocompetentes. Estas células son
fundamentalmente los linfocitos T y B, las células NK, células dendríticas, macrófagos y
polimorfonucleares (tabla 2.1).
Las células inmunocompetentes se encuentran distribuidas por toda la economía, como
epitelios y mucosas, pero su concentración es máxima en los ganglios linfáticos y bazo. En
estos tejidos se dan las condiciones óptimas para su estimulación antigénica gracias a que a
ellos afluyen con facilidad las sustancias extrañas (antígenos) a través de los vasos linfáticos y
es posible la interrelación celular, óptima para que se pueda iniciar y desarrollar la respuesta
inmune.
En este capítulo estudiaremos las características morfológicas y fenotípicas más importantes
de estas células inmunocompetentes, así como también el sistema linfático, especialmente la
estructura funcional de los ganglios linfáticos, bazo y timo.
LINFOCITOS T Y B
Los linfocitos son células de tamaño pequeño con un núcleo muy voluminoso y provistas de
una membrana citoplasmática de especial importancia en la regulación de su funcionalidad.
Estas células se dividen en linfocitos T y linfocitos B.
Ambos tipos de linfocitos al igual que todas las células sanguíneas derivan de una célula
progenitora pluripotencial que en el feto se encuentra en el hígado y después del nacimiento
en la médula ósea. A esta célula precursora común se le denomina CFU-LH o Unidad
formadora de colonias linfoides y hematopoyéticas (Figura 2.). Posteriormente esta célula se
diferenciará para dar lugar, por un lado, a la célula madre hematopoyética pluripotencial (CFU-
GMEM) para las series eritrocítica, granulocítico-macrofágica y megacariocítica. Por otro lado,
dará lugar a una célula progenitora unipotencial (CFU-L), específica para la serie linfoide.
Cada una de estas células progenitoras continuará diferenciándose hacia otras células
inmaduras, originándose así las CFU-E (precursor eritrocítico), CFU-GM (precursor
mielomonocítico) y CFU-Meg (precursor megacariocítico) a partir de la célula precursora
hematopoyética.
De la célula madre linfoidea derivarán dos células precursoras, CFU-T y CFU-B, que tras un
proceso de maduración, conocido como linfopoyesis, originarán los linfocitos T y B
respectivamente. En sangre periférica la proporción de linfocitos T es aproximadamente de un
70% mientras que la proporción de linfocitos B es de un 15%. En la Figura 2. se muestra
una imagen de microscopía electrónica de barrido de un linfocito B (a) y un linfocito T (b)
donde pueden observarse las diferencias en su superficie.
Existen otras células de estirpe linfoide que no presentan características de linfocitos T ni B,
denominadas células NK que poseen actividad citotóxica y secretora de ciertas citocinas.
Linfopoyesis
Las células pluripotentes, en las aves, se diferencian y transforman en células también
inmaduras, que emigran, unas hacia el timo y otras hacia la bolsa de Fabricio, donde se
transforman y maduran en linfocitos T o timo dependiente y linfocitos B o bolsa dependiente,
respectivamente (figura 2.3). En los mamíferos, y entre ellos el hombre, estos procesos se
realizan en el timo (linfocitos T) y en la propia médula ósea (linfocitos B) (Figura 2. ).
Veamos a continuación los aspectos más importantes de la linfopoyesis en el timo y en la
bolsa de Fabricio o en los órganos equivalentes a la misma en los mamíferos.
Linfopoyesis T
El timo es un órgano situado en la parte superior del mediastino anterior, donde maduran los
linfocitos T. El timo presenta su máximo desarrollo en el feto y en el niño,mientras que a partir
de los 10-12 años comienza un proceso atrófico y degenerativo con gran invasión grasa, de tal
forma que en el adulto sólo quedan residuos del mismo (Figura 2. ).
Los precursores de los linfocitos T, durante el proceso de maduración intratímica, reciben el
nombre de timocitos. Durante esta fase mueren muchos timocitos, aproximadamente el 95 por
100 de ellos, debido a que se eliminan aquellos que reconocen los antígenos propios del
organismo. El resto de las células abandonan el timo, vía sanguínea, como linfocitos T
maduros. Estos linfocitos colonizan los órganos linfoideos secundarios, situándose en la zona
paracortical de los ganglios linfáticos y vainas paracorticales linfocíticas del bazo.
Se han identificado algunos factores de transcripción que son imprescindibles para la
diferenciación de los linfocitos a lo largo de la linfopoyesis. Entre estos destacan PU.1 e
IKAROS que controlan el desarrollo de células T y B mientras que GATA-3 solo afecta el
compromiso de las células T y E2A, EBF y Pax controlan el compromiso B.
En el timo se han identificado células precursoras que poseen capacidad de generar células T,
NK, B y células dendríticas del timo, y a lo largo de su diferenciación los precursores mas
evolucionados van perdiendo paulatinamente la capacidad de generar células B, NK y células
dendríticas en este orden.
Durante el proceso de maduración intratímico, los timocitos adquieren una serie de moléculas
nuevas en su superficie. Estas moléculas van apareciendo secuencialmente en los diferentes
estadíos de maduración intratímica así como, en general, en todos los procesos de
maduración y diferenciación hematopoyéticos. Se les denomina marcadores de diferenciación
hematopoyética ya que son propios de los diferentes estadíos madurativos y pueden ser
utilizados para definirlos. Se denominan con las siglas CD (cluster of differentiation o grupo de
diferenciación) seguido de un número ordinal. La CFU-T, no expresa todavía en su superficie
ninguno de los marcadores de los linfocitos T. Posteriormente estas células, ya en el timo,
maduran distinguiéndose varios estados diferenciativos con la presencia de diferentes
marcadores de superficie. Así en los timocitos inmaduros aparecen los marcadores CD7 y
CD2, añadiéndose en un estadio posterior de maduración (timocito común), el marcador CD1.
Ya en el timo va a ocurrir una especialización funcional, distinguiéndose dos subpoblaciones
de timocitos maduros: Una es aquella que expresa en su superficie el marcador CD4 y que
será el precursor inmediato de los linfocitos T colaboradores que aparecen en sangre
periférica. La otra expresa en la superficie el marcador CD8 y dará origen a los linfocitos T
citotóxicos/supresorescirculantes. En ambas subpoblaciones se pierde la expresión de la
molécula CD1 (Figura 2.6). En la Tabla 2.2 se muestran algunos de los marcadores de
diferenciación de las células linfoides de estirpe T.
Los timocitos más inmaduros no expresan CD3, CD4 ni CD8, por lo que son conocidos como
células triples negativas. A medida que van madurando, en estas células se produce la
reorganización del TCR, la expresión del complejo CD3 y de las moléculas CD4 y CD8
conjuntamente (células dobles positivas), para después perder una u otra quedando bien como
CD4-CD+ o como CD+CD8-.
En el proceso de diferenciación de los timocitos a linfocitos maduros se destruyen gran
número de células, tal como se ha indicado con anterioridad. Esto se debe a un proceso
de selección tímica que se realiza en dos fases y está condicionado por el grado de afinidad
del TCR con las moléculas del MHC de las células epiteliales del timo. En una de las fases
tanto los timocitos CD4-CD8+ como CD8-CD4+ se seleccionan positivamente, es decir, solo
aquellos timocitos que poseen capacidad de reconocer las moléculas del MHC presentes en
las células epiteliales del timo se van a diferenciar y crecer mientras que el resto mueren. Por
el contrario, en el proceso de selección negativa se destruyen los timocitos que ahora poseen
la capacidad de reconocer las moléculas del MHC presentes en el timo, con lo que se eliminan
los clonos celulares autorreactivos. No se conoce bien cuando se efectúa uno u otro proceso,
aunque todo parece indicar que se relaciona con la afinidad del TCR de los timocitos con las
moléculas del MHC, de tal manera que cuando la afinidad es alta se efectuaría una selección
negativa, mientras que cuando es baja la selección sería positiva.
Mediante el empleo de ratones transgénicos para el TCR se han estudiado los factores
responsables de la maduración de timocitos que conduce específicamente a linfocitos Tc
maduros. Así, cuando el TCR del timocito reconoce moléculas del MHC clase I las células que
preferentemente se desarrollan son los linfocitos Tc (CD8+), mientras que cuando lo que
reconoce el TCR son moléculas MHC clase II las células que esencialmente se desarrollan
son los linfocitos Th (CD4+).
Linfopoyesis B.
En las aves, la maduración de los linfocitos B se realiza en la bolsa de Fabricio, órgano
linfoideo primario asociado a la cloaca y ausente en los mamíferos. En los mamíferos este
proceso se realiza en la médula ósea.
El proceso de diferenciación conducente a la formación de linfociots B es independiente de
todo estímulo antigénico y se regula por factores presentes en el microambiente de los
órganos linfoideos primarios. Durante el proceso de maduración de los linfocitos B, a partir de
la célula progenitora (CFU-B), se distinguen varios estadios de diferenciaación, que incluyen
las células pre-pre-B, las células pre-B, células B inmaduras y linfocitos B maduros (Figura 2.).
En cada uno de estos estadíos de maduración las células expresan distintas moléculas en la
superficie, utilizadas como marcadores de diferenciación.
En la Tabla 2.3 se detallan los pesos moleculares y función de algunos marcadores de
diferenciación de las células B, que están siendo utilizados para estudiar y clasificar las
enfermedades originadas por alteraciones en el proceso de diferenciación linfocítica B
(leucemias y linfomas).
Ya en las células pre-B se detecta la presencia de cadena pesada m intracitoplasmática,
adquiriéndose en la siguiente fase madurativa la capacidad de sintetizar las cadenas ligeras y
pesadas de las inmunoglobulinas IgM e IgD, detectables en la superficie celular. En
consecuencia, la mayoría de los linfocitos B expresan estos dos tipos de inmunoglobulinas en
su superficie. Posteriormente estos linfocitos, mediante un proceso de reordenamiento génico,
se especializarán en la producción de una sola clase de las inmunoglobulinas IgG, IgA, IgM,
IgD e IgE Figura 2.8).
Linfocitos B
Morfológicamente los linfocitos B son indistinguibles de los linfocitos T. Sin embargo, es
posible establecer diferencias de tipo molecular que justifican su distinta función (Tabla 2.4).
La característica más importante de los linfocitos B, por contribuir a su actividad funcional, es
el hecho de que poseen inmunoglobulinas unidas a su membrana citoplasmática. Estas
inmunoglobulinas son los receptores específicos para los antígenos, de tal forma que cuando
se realiza la unión del antígeno a la inmunoglobulina de superficie, se va a producir la
activación del linfocito B y su posterior transformación en célula plasmática. Éstas, son células
más grandes que los linfocitos, muy ricas en retículo endoplásmico, y especializadas en la
síntesis y secreción de grandes cantidades de inmunoglobulinas (Figura 2.). También los
linfocitos B poseen receptores para mitógenos y para el virus Epstein-Barr (EBV).
Precisamente el tratamiento de linfocitos con EBV es el procedimiento de elección para la
preparación de líneas celulares de tipo B (inmortalización de una población celular) de gran
utilidad en la actualidad para el estudio de estas células. El receptor que utiliza el EBV en la
superficie del linfocito B es el mismo receptor que la fracción C3d del sistema del
complemento o CD21.
Linfocitos T
Los linfocitos T son una población celular muy heterogénea formada por, al menos, tres tipos
diferentes de células. Entre los marcadores de diferenciación que definen los linfocitos cabe
destacar el marcador CD2 que actúa de receptor para la molécula LFA-3, fundamentales para
la unión entre el linfocito y la célula diana. En la Figura 2.2b se muestra una imagen de un
linfocito T al microscopio electrónico de barrido.
Los linfocitos T poseen receptores específicos para los antígenos. Estas moléculas conocidas
como receptores T o TCR, han sido identificadas, utilizando tecnología de DNA recombinante,
resultando ser altamente polimórficas y de gran importancia funcional. Estructuralmente
constan de dos cadenas glicoproteícas ancladas en la membrana celular y unidas por puentes
disulfuro y que estudiaremos en el capítulo 7. El receptor T se encuentra asociado
estrechamente en la superficie celular al complejo molecular CD3.
Tipos de linfocitos T
No todos los linfocitos T son idénticos entre sí. Analizando las características funcionales de
los linfocitos T, se observan al menos tres comportamientos muy distintos entre sí que deben
basarse en diferencias moleculares y estructurales de estas células. Los tres tipos de linfocitos
T funcionalmente distintos son:
Células T de colaboración (T helper cells).
Células T citotóxicas (T cytotoxic cells).
Células T supresoras/reguladoras (T suppressor cells)
Células T de colaboración (Th)
Esta subclase de linfocitos T participa de forma importante en la iniciación y desarrollo de la
respuesta inmune, tanto humoral como celular, debido a su capacidad de producción de
linfocinas, entre las que destacan la interleucina-2 (IL-2), la interleucina-4 (IL-4) y interferón
gamma. Fenotípicamente, la característica esencial de esta subpoblación linfocitaria viene
definida por la presencia de la molécula CD4 en la superficie celular. Esta molécula es de
gran importancia funcional y también se utiliza para la cuantificación de esta subpoblación. Se
distinguen dos poblaciones diferentes de estas células, Th1 y Th2. La Th1 produce IL-2 e
intererón gamma mientras que la Th2 produce IL-4, 5y 6.
Células T citotóxicas (Tc).
Una vez activada esta subclase de linfocitos T, adquiere capacidad citotóxica, siendo, por
tanto, los principales responsables de los fenómenos de citotoxicidad de la respuesta inmune
célular. Estas células se caracterizan por expresar el marcador CD8 y, al igual que lo hacen
los linfocitos Th, el complejo TCR-CD3 y otras moléculas importantes funcionalmente tales
como CD2 y LFA-1.
Células T supresoras (Ts) y/o reguladoras.
Estos tipos de células poseen acción reguladora de la respuesta inmune. La regulación de la
actividad del sistema inmune es de gran importancia en todo el comportamiento del mismo y,
sobre todo, en el desarrollo de tolerancia frente a los componentes propios del organismo.
Estas células expresan en su membrana moléculas CD8 al igual que lo hacen los linfocitos T
citotóxicos y su mecanismo de acción no solo no es muy bien conocido en la actualidad sino
que también la propia presencia de estas células se está cuestionando.
Células Asesinas Naturales (NK)
En la década de los años 70 Herberman observó que los linfocitos obtenidos de individuos
sanos eran capaces de destruir células tumorales sin que existiera sensibilización previa. La
citotoxicidad mediada por estas células se denominó citotoxicidad natural, y a las células
encargadas de desarrollar esta actividad se las denominó Natural Killer (NK) o células
asesinas naturales. Estas células representan aproximadamente el 10% de las células
mononucleares de sangre periférica y fenotípicamente no poseen marcadores ni de los
linfocitos T ni de los linfocitos B y corresponden con un tercer tipo de células linfoides conocido
anteriormente como linfocitos nulos o tercera población. Desde el punto de vista morfológico la
mayoría de las células con actividad NK corresponden con los linfocitos granulares grandes
(LGL) por su gran tamaño y la presencia de abundantes gránulos citoplasmáticos (Figura 2.
10). Aunque hoy se sabe que los linfocitos pequeños también pueden desarrollar esta acción
citotóxica.
Las células NK se definen como linfocitos que no reorganizan los genes de las
inmunoglobulinas ni tampoco los del TCR y que, por tanto, no expresan sus productos así
como tampoco el complejo CD3 completo. Por el contrario, expresan en su superficie las
moléculas CD16 y CD56 y para su acción citolítica no requieren la expresión de moléculas del
MHC en la célula diana. Estas células son responsables de la citotoxicidad celulomediada
dependiente de anticuerpos (ADCC), es decir, destruyen células con antígenos extraños en su
superficie frente a los que se han producido anticuerpos.
Las células NK contribuyen a la defensa frente a células infectadas por virus, bacterias,
hongos y parásitos. Pero la principal actividad de la célula NK es su capacidad de actuar frente
al crecimiento de células tumorales impidiendo su expansión y la formación de metástasis. El
síndrome de Shediack-Higashi es una deficiencia selectiva de actividad NK y cursa con una
alta incidencia de tumores.
Las células NK derivan de células hematopoyéticas stem cell presentes en el hígado fetal o en
médula ósea del adulto. Su proceso de maduración se efectúa fuera del timo en órganos lin-
foides periféricos, desconociéndose los procesos requeridos para que esta diferenciación se
produzca, y el órgano donde se desarrolla. Esto explica que no se afecten sustancialmente los
niveles de células NK en animales atímicos y en inmunodeficiencia severa combinada
observada tanto en animales como el hombre. También las células NK podrían derivar
directamente, de las células doble negativas que sabemos son también CD16 positivas que
se encuentran en el timo y que son precursoras de las células T.
Células mielomonocíticas
Las células inmunocompetentes de estirpe mielomonocítica son los macrófagos y los
granulocitos. Ambos tipos de células proceden de un precursor común, la CFU-GM o Unidad
formadora de colonias granulocítico-macrofágicas, de la médula ósea. Esta célula progenitora,
mediante un proceso de diferenciación, dará lugar a dos series de células sanguíneas: a) la
serie mieloide, cuyo último eslabón madurativo son los granulocitos, y b) la serie monocítica,
cuyo elemento diferenciativo final lo constituyen los macrófagos. El proceso de diferenciación y
maduración de las células monocíticas en médula ósea se denomina monopoyesis y al
proceso de formación y maduración de las células mieloides se le conoce como mielopoyesis,
Monopoyesis
Durante el proceso de maduración de los macrófagos, a partir de la célula progenitora (CFU-
GM) de médula ósea, se distinguen varios estadíos diferenciativos, que incluyen los
monoblastos, promonocitos, monocitos y macrófagos. En cada uno de estos estadíos de
maduración las células expresan distintas moléculas en su superficie, cuya función, en la
mayoría de los casos, es aún desconocida (Figura 2.11). Las mejor caracterizadas son las
moléculas CD16 y CD11b que, como ya hemos indicado, actúan como receptores para el
extremo Fc de la IgG y para la fracción C3bi del complemento respectivamente.
En la Tabla 2.5 se detallan algunas características de estos marcadores, muchos de los cuales
están siendo utilizados para clasificar las leucemias de estirpe monocítica.
Mielopoyesis
El proceso de diferenciación de los granulocitos en médula ósea incluye varios estadíos
madurativos: mieloblasto, promielocito, mielocito, metamielocito y granulocito. En cada uno de
estos eslabones diferenciativos las células mieloides expresan distintas moléculas de
superficie. Los marcadores de diferenciación son compartidos, en su mayoría, con células de
la serie monocítica ya que, como hemos indicado anteriormente, ambas estirpes celulares
tienen un origen común.
En la Tabla 2.6 se resumen algunas de las características diferenciales de los macrófagos y
granulocitos. Se observa que los granulocitos carecen de la propiedad de sintetizar
interleucina 1 y además no poseen la molécula CD14 ni los antígenos de histocompatibilidad
clase II.
Macrófagos
La denominación de macrófagos engloba, en realidad, a una serie de células con
características ligeramente distintas y con funciones similares, distribuidas en varios lugares
del organismo. Así, los macrófagos van a recibir diferentes denominaciones según los
diferentes tejidos donde se encuentren (Tabla 2.7). A este conjunto de células hísticas, se le
da la denominación genérica de sistema retículo endotelial o sistema mononuclear fagocítico.
Los macrófagos son células grandes con un solo núcleo, un aparato de Golgi muy
desarrollado, gran cantidad de lisosomas y muy ricos en enzimas de diferentes tipos, entre los
que destacan proteasas, peroxidasas y lipasas. Estas células poseen, además de la capacidad
fagocítica ya indicada, capacidad de adherencia a los tejidos, al vidrio y al plástico, así como
una gran movilidad en estas superficies (quimiotaxis). Los macrófagos tienen una vida media
de varios meses. Poseen también gran actividad metabólica, sobre todo en lo que se refiere a
síntesis de proteínas, incluso cuando se encuentran en reposo. En la Figura 2.12 se muestra
una imagen al microscopio electronico de barrido correspondiente a un macrófago.
Los macrófagos poseen en su membrana una serie de receptores de gran importancia
funcional, como son los receptores para la fracción Fc de la IgG, receptores para las
fracciones C3bi y C3b del complemento que se conocen como CD-11b y CD-35 y los
receptores para interleucinas e interferones, todos ellos, de gran interés en la iniciación de la
respuesta inmune.
Granulocitos
El otro grupo de células, los granulocitos neutrófilos, se caracterizan por poseer una vida muy
corta (vida media de menos de 48 horas) por lo que se encuentran en continua renovación,
para mantener los niveles sanguíneos. Son células de gran tamaño cuya característica más
llamativa es la segmentación del núcleo en varios lóbulos. Se les denomina también
polimorfonucleares neutrófilos. En la sangre estas células se encuentran en período de tránsito
hacia los tejidos, donde esencialmente ejercen sus funciones, al igual que ocurre con los otros
tipos de polimorfonucleares : eosinófilos y basófilos (Figura 2. ).
Otras células
Además de las células tratadas hasta el momento, hay otras células que pueden intervenir
como células inmunocompetentes. Estas son los eosinófilos, basófilos, células cebadas,
células dendríticas y células de Langerham.
Las células dendríticas, son de gran importancia en la presentación antigénica a los linfocitos
y se encuentran en los ganglios linfáticos y en el bazo. Fenotípicamente éstas células se
caracterizan por poseer en su membrana una gran densidad de moléculas de
histocompatibilidad de clase II. En la Figura 2.se muestra una imagen de microscopia
electrónica de barrido correspondiente a una célula dendrítica.
Las células de Langerham de la epidermis, cuya característica morfológica más llamativa es la
presencia de gránulos en raqueta de tenis denominados gránulos de Birbeck, también son
ricas en antígenos MHC-clase II. Su misión es captar y transportar los antígenos extraños
hasta los ganglios linfáticos de la proximidad, a través de los vasos linfáticos. Durante su paso
por los vasos linfáticos estas células se adaptan y cambian de morfología
denominándoselas células a vela. Una vez en el ganglio linfático las células a vela se
introducen en la paracorteza que es el área de las células T, se interdigitan y presentan el
antígeno a los linfocitos T. Ahora estas células presentadoras reciben la denominación
de células interdigitadas reticulares por su particular disposición en los ganglios. En la
ANTIGENOS DE DIFERENCIACION
En la membrana plasmática de los linfocitos se han podido identificar múltiples moléculas,
gracias al empleo de la tecnología de los anticuerpos monoclonales (AcMo). A estos
antígenos y se les denominan antígenos de diferenciación. La celebración periódica de
talleres (workshops) internacionales, donde los investigadores remiten sus AcMo para la
realización de estudios multicéntricos, ha propiciado la progresiva sistematización de la
abundante información obtenida. Estos se adscriben, según su especificidad, a grupos de
diferenciación conocidos como CD ó clusters of differentiation, cada uno de los cuales incluye
a todos aquellos AcMo que reconocen una misma molécula o, en casos excepcionales, un
complejo molecular (ej. CD3). Los antígenos de diferenciación leucocitaria son estructuras
cuya distribución no está necesariamente restringida a estos tipos celulares; no obstante,
algunos pueden llegar a constituir, por su patrón selectivo de expresión, marcadores de
diferentes propiedades de la célula, tales como: la estirpe de diferenciación a la que pertenece,
su estadio madurativo, el estado de activación metabólica o, incluso, su especialización
funcional.
La secuencia habitual seguida en la caracterización de un antígeno de diferenciación se inicia
con el análisis de su distribución celular y tisular, habitualmente realizado por técnicas de
inmunofluorescencia, combinadas con la citrometría de flujo, y métodos inmunohistoquímicos.
El aislamiento para su análisis electroforético se realiza por medio de técnicas de
inmunoprecipitación, a partir de lisado de células radiomarcadas, que permiten valorar algunas
de las principales características bioquímicas tales como su masa relativa (Mr), punto
isoeléctrico (pI), la presencia de uniones covalentes intercatenarias, y determinadas
modificaciones postraduccionales (ej. glicosilación, fosforilación), así como explorar el proceso
de biosíntesis.
DISTRIBUCION DE LAS CÉLULAS INMUNOCOMPETENTES.
Las células que componen el sistema linfoide se agrupan formando órganos discretamente
encapsulados o bien acúmulos difusos de tejido linfoide (Figura 2.15). Los órganos linfoides
contienen linfocitos en estado variable evolutivo y se clasifican en primarios (órganos
centrales) y en secundarios (órganos periféricos).
El nombre linfopoyesis
Los linfocitos se considera que son del linaje linfoide a diferencia de otros linajes de células
sanguíneas tales como el linaje mieloide y el linaje eritroide.
Nomenclatura, el problema de nombrar las cosas correctamente, no es trivial en este caso
porque los linfocitos - que son sin duda encontraron en la sangre y se originan junto con
las células sanguíneas en la médula ósea del adulto - son casi por definición también
fuertemente asociada con el líquido linfático y un sistema conectivo separado, el sistema
linfático, lo cual no es cierto en el sistema sanguíneo. Conectado a, paralelo y la
interacción con y la alimentación en el sistema de sangre, sí, pero fácilmente distinguible
aparte por cualquier observador científico.
Linfopoyesis ahora se utiliza de forma intercambiable con el término "lymphocytopoiesis" -
la fabricación de los linfocitos - pero otras fuentes puede distinguir entre los dos, que indica
que "linfopoyesis" se refiere, además, a la creación de tejido linfático, mientras que
"lymphocytopoiesis" se refiere sólo a la creación de células en que el tejido. Es raro ahora
para lymphopoiesis para referirse a la creación de los tejidos linfáticos.
Mielopoyesis se refiere a 'generación de las células del linaje mieloide' y la eritropoyesis se
refiere a 'generación de las células del linaje eritroide' etc, el uso de por lo paralelo ha
evolucionado en la que linfopoyesis se refiere a 'generación de las células del linaje
linfoide'.
Observaciones sobre la investigación que se remonta más de 100 años han dilucidado las
dos grandes clases de glóbulos blancos - mieloides y linfoides - y los grandes avances en
la medicina y la ciencia son el resultado de estos estudios. Era natural que preguntar
dónde surgieron estas dos grandes clases de células, y después de mucho trabajo de dos
tipos de células con algunas propiedades de células madre fuertes fueron aislados y
definidos - CMP, el progenitor mieloide común y CLP, el progenitor linfoide común para
ratones. Pero la ciencia es un juego de aditivo y eventualmente se encontró que estos
progenitores no eran únicas, y, además, que las dos grandes familias de mieloide y linfoide
no eran disjuntos, sino más bien dos árboles genealógicos parcialmente entrelazadas.
Esto es algo más que la nomenclatura, es nueva ciencia que proporciona desafíos de
complejidad sin embargo, ofrece nuevas perspectivas de bio-ciencia y la promesa de
mejora temprana de problemas de salud públicos y privados. Y da una idea de la
naturaleza de la redundancia y la superposición en el sistema inmunológico y consejos de
cómo utilizar esto para aprovechar.
El propósito de la linfopoyesis
La pérdida total o la pérdida de función de cualquier tipo de célula del CMB es un asunto
grave para la salud, pero lymphopoiesis es absolutamente necesario para la vida.
Linfocitos maduros son una parte crítica del sistema inmunitario que tienen vidas cortas
medidos en días o semanas y debe ser generado continuamente durante toda la vida por
la división celular y la diferenciación de las células, tales como células progenitoras
linfoides comunes en ratones. Si este sistema falla, el cuerpo estaría indefenso en gran
parte de las infecciones.
El conjunto que comprende células CLP y progenitores son similares a sí mismos
descendientes de la célula madre hematopoyética pluripotente que es capaz de generar
todos los tipos de células del sistema completo de células sanguíneas. A pesar de su
notable capacidad para generar el conjunto completo de los linfocitos, la mayoría de los
progenitores no son verdaderas células madre, sin embargo, y deben ser renovadas
continuamente por la diferenciación de la célula madre PHSC.
Muchas células progenitoras también se conocen como células de tránsito, a veces
también llamadas células de amplificación de tránsito, el significado de este término es que
la celda de tránsito puede fundar un nuevo sub-linaje pero el número de células resultantes
está estrictamente limitado y el linaje se termina por células que mueren o permanecen
como células que ya no puede dividirse. Ejemplos de tales células son las UFC tales como
CFU-T.
En ratones, el trasplante de una sola célula PHSC pueden reconstituir un anfitrión
irradiados sub-letalmente con todos estos linajes de células, incluyendo todos los tipos de
linfocitos a través de CLPs. Esto ha sido conocido durante más de 40 años.
Linfopoyesis continúa durante toda la vida y las células progenitoras así y sus células
madre principales debe estar siempre presente.
Panorámica de linfopoyesis
En el caso de los mamíferos tales como el hombre linfopoyesis comienza con la provisión
pasiva limitada por la madre de los linfocitos y sustancial inmunoglobulina G que
atraviesan la placenta y entran en el feto para proporcionar cierta protección contra los
agentes patógenos, y también los leucocitos que provienen de la leche materna y entrar en
la circulación a través el tracto digestivo.
Sin embargo, temprano en la gestación del embrión en desarrollo ha comenzado su propia
lymphopoiesis desde el hígado fetal. Linfopoyesis también surge desde el saco vitelino.
Esto está en contraste con el adulto donde todos los linfocitos se originan en la médula
ósea.
Hay cuatro tipos principales de linfocitos, muchos subtipos, y cientos o miles de tipos de
linfocitos que han sido identificadas por los científicos. Todos son generados por
linfopoyesis normal o anormal a excepción de ciertas cepas artificiales creados en el
laboratorio por el desarrollo de cepas existentes. Aunque los linfocitos suelen considerarse
madura ciertamente no son inertes, pero pueden y deben llegar a todo el cuerpo a
cualquier lugar donde haya una necesidad, y cuando surge esa necesidad, nuevas rondas
de lymphopoiesis en mercados posteriores como la multiplicación y diferenciación celular
pueden surgir, junto con intensa actividad mitótica y metabólica.
Este no es un tema simple. En su texto de 1976 Inmunología, Envejecimiento y Cáncer
inmunólogo y premio Nobel Sir Frank Macfarlane Burnet especularon que el sistema
inmune se podría encontrar un día para ser tan complejo como el sistema nervioso. Como
la producción de linfocitos está tan cerca de la función central de la respuesta inmune es
aconsejable abordar el estudio de la misma con un poco de humildad frente a la tarea,
aunque hay principios generales que ayudan en la comprensión.
El proceso de linfopoyesis
Linfopoyesis se pueden ver en un sentido matemático como un proceso recursivo de la
división celular y también como un proceso de diferenciación, medida por los cambios en
las propiedades de las células.
Dado que surgen a partir de linfocitos tipos específicos de células madre limitados -
que podemos llamar células P - tales células puede dividir en varias maneras.
Estos son los principios generales de las células madre limitados.
Teniendo en cuenta el P como la célula madre, pero no una verdadera célula madre, se
puede dividir en dos nuevas células, que son idénticos a sí mismos, pero difieren en algún
grado de la madre. O la P célula madre puede dividir desigualmente en dos nuevas células
hijas tanto de las cuales difieren el uno del otro y también de la madre.
Cualquier célula hija por lo general tienen nuevas habilidades especializadas y si es capaz
de dividirse se formará un nuevo sub-linaje. La diferencia de una célula de la hija de la
madre puede ser grande, pero también podría ser mucho menor, aunque sutil. Lo que la
célula madre P no hace es dividir en dos nuevas células madre P o una madre y una hija,
lo que es una cuestión de la observación como tales células progenitoras limitados se sabe
que no se auto-renovación.
No es una especie de excepción cuando las células hijas en algún nivel del linaje
pueden dividir varias veces para formar células más aparentemente idénticos, pero
entonces se producirá inevitablemente una mayor diferenciación y división, hasta
que se alcanza una etapa final en la que se puede producir y no más allá división el
tipo de linaje celular es finalmente madura. Un ejemplo de la madurez es una célula
de plasma, desde el linaje de células B, que produce anticuerpos abundante, pero
no se puede dividir y finalmente muere después de unos pocos días o semanas.
Linfopoyesis de células T
Las células T se forman en la médula ósea después migran a la corteza del timo para
someterse a la maduración en un entorno libre de antígeno durante aproximadamente una
semana donde un mero 2-4% de las células T a tener éxito. El 96-98% restante de las
células T mueren por apoptosis y son fagocitadas por los macrófagos en el timo. Así
muchos timocitos mueren durante el proceso de maduración porque hay una selección
intensiva para asegurarse de que cada uno de timocitos tiene la capacidad de reconocer
auto-péptido: complejo de auto-MHC y para la tolerancia a uno mismo. El timocitos
apoptosed muere y se recicla rápidamente.
Al vencimiento, hay varias formas de timocitos incluyendo
T-helper,
T-citotóxica,
T-memoria, y
ETP
DN1
DN2
DN3
DN4
DP
En la periferia
Células NKT humanas son una población única y se cree que desempeñan un papel
importante en la inmunidad tumoral y la inmunorregulación.
Las células T reguladoras
"Tregs" son considerados como naturales las células T reguladoras. Tregs comprendía
aproximadamente 5% de las células CD4 células T circulantes. Estas células se cree que
poseen una propiedad importante autoinmunidad mediante la regulación de las células T
autorreactivas '' en la periferia.
Linfopoyesis de células B
Pre-B-I
Pre-B-II grande
Pre-B-II pequeña
Inm
En el bazo
T1
T2/T3
Linfopoyesis de células NK
Estos matar con exactamente los mismos métodos que Tc, pero no tienen interacción con
cualquier antígeno. Ellos seleccionan sus objetivos basados en moléculas típicas
mostradas por las células que se encuentran bajo estrés por una infección viral. Las
células NK son principalmente en la circulación sin embargo, también se distribuyen en los
tejidos en todas partes.
Las células LAK son un laboratorio/clínica subconjunto de células NK promovidas
por la IL-2 para atacar las células tumorales.
Natural células T asesinas. Las células T NK humanas son una población única. Las
células NKT se cree que desempeñan un papel importante en la inmunidad tumoral y la
inmunorregulación., Sin embargo, poco se sabe. La evidencia reciente sugiere un papel de
trabajo junto con las células estrelladas hepáticas ser una célula presentadora de antígeno
de hígado-residente que presenta antígenos lipídicos a y estimula la proliferación de las
células NKT.
Killer-como las células T Naturales
Etiquetado linfopoyesis
Dado que todos los glóbulos blancos son microscópicos, incolora y, a menudo
aparentemente idénticos en apariencia puedan identificarse individualmente por sus
marcadores químicos naturales, muchos de los cuales han sido analizados y nombrados.
Cuando dos células tienen los mismos marcadores, la suposición razonable es hecho de
que las células son idénticas en ese momento. Un conjunto de señales que coloquialmente
se describe como el código de barras de la celda o la línea celular.
Aquí está un ejemplo de cómo un código de barras puede llegar a ser, por el HSC
tan importante como un ejemplo.
HSC son técnicamente descrito como: a falta de FMS-como la tirosina quinasa 3 y que
carece de los marcadores específicos para linajes linfoides discretos, pero que expresan
altos niveles de Sca1 y c-kit; HSC también expresan CD44, bajos niveles de Thy1.1, pero
no IL- 7RA o CD27.
Esto se denomina el fenotipo de un HSC. Se puede expresar como un conjunto. Este
conjunto es un código de barras para el HSC, similar a la etiqueta de código de barras
conectado a su bolsa de plástico pollo ala de compra en un supermercado! Los científicos
usan estos códigos de barras para comprobar, clasificar y acumular las células para
muchos propósitos a menudo utilizando métodos de laboratorio como la citometría de flujo
de células. Estos códigos de barras definir parcialmente el significado moderno del
fenotipo de leucocitos.
La progresión de la diferenciación de HSC y el compromiso de linaje es indicado por los
cambios en este fenotipo. Es decir, que los cambios en las células, los marcadores
también cambiará y el código de barras va a cambiar.
Códigos de barras típicas de algunos tipos de células que aparecen en este
artículo.
Tenga en cuenta que explica los detalles de los parámetros de código de barras:
Flt3 es un receptor tirosina quinasa de citoquinas piensa que es importante en el
desarrollo linfoide temprana. Además, Flt3 juega un papel importante en el
mantenimiento de progenitores linfoides B. CD27 juega un papel en la proliferación
linfoide, la diferenciación y la apoptosis. La adquisición de CD27 y Flt3 por el HSC
coincide con la pérdida de potencial de repoblación a largo plazo. En esta etapa las
células conservan tanto potencial linfoide y mieloide y se conocen como
progenitores multipotentes.
Hasta hace poco el modelo de la CMP generar todas las células mieloides y el CLP
generación se consideró necesaria y suficiente para explicar los hechos conocidos
observadas en la generación de glóbulos blancos todas las células linfoides, y que todavía
se encuentran en la mayoría de los libros de texto básicos. Sin embargo, comenzando
alrededor de 2000 y ganando impulso después de 2005 en los dos estudios sobre el
hombre y el ratón, no se observaron nuevas complejidades y publicados en periódicos.
Estos estudios son importantes ahora principalmente a investigadores inmunología, pero
es probable que conduzcan finalmente a los cambios en los tratamientos médicos.
Los cambios fueron provocados por las observaciones que lymphopoiesis no siempre se
rompió en dos linajes en el nivel del CLP. Peor aún, algunos macrófagos podrían ser
generados por progenitores linfoides de linaje. En esencia, el enfoque se ha desplazado
desde el CLP de la MLP, que son claramente progenitores linfoides aún conservan cierto
potencial mieloide, en particular la capacidad interesante tanto en el hombre y el ratón para
hacer que los macrófagos - uno de los más versátiles de los defensores de la célula
inmune - y también muchas células dendríticas, las mejores 'perros guardianes' de
antígenos invasores.
En resumen
Sin embargo, cualesquiera que sean los detalles pueden llegar a ser, el proceso de
lymphopoiesis siempre parece dar tregua lugar a progenie con atributos especiales y
habilidades - 'superpoderes' por así decirlo - pero con cada vez más restringido potencial
de desarrollo linfoide.
o Las células pro-B = células pro-B => células pro-B> Tardío temprano
o Células B inmaduras
Células Pro-T
o Las células T
Dinámica del Cáncer; Steven A. Frank, Princeton University Press, Princeton, New
Jersey, 2007, ISBN 0-691-13365-2, la Licencia Pública Creative Commons
Stem Cell Biology; Marshak, Gardner, Gottlieb, Cold Spring Harbor Laboratory
Press, 2001, ISBN 0-87969-575-7/01
Textbook of Medical Inmunología; LIM Pak Leong; Elsevier Pte. Ltd., 2006, ISBN 0-
323-03397-7
Factor de Rho,
La laminina, gamma 2,
Combinación de proteínas,
Linfopoyesis
La linfopoyesis es el proceso del desarrollo hematopoyético, en el que se forman los Linfocitos
y células Natural Killers (NK), a partir de una célula madre hematopoyética(Hematopoyetic
Stem Cell). Cada una de las células que se forman (Linfocitos B, Linfocitos T y Cél. Natural
Killers), tiene una génesis y proceso de maduración independiente, que culmina en distintos
órganos.
Por otra parte los linfocitos T, también sufren un proceso de maduración, pero estos, a
diferencia de los linfocitos B, lo producen des del inicio en el Timo, mediante la migración de los
progenitores hematopoyéticos de la médula ósea hacia ese órgano. La maduración primaria de
los linfocitos T consiste en la producción y presentación en la membrana del receptor de célula
T (RCT), estructura imprescindible para la función de activación de los linfocitos T.
Posteriormente a este proceso de producción del receptor T, los linfocitos, sufrirán, también,
una Selección Positiva/Negativa. Ahora bién, esta selección está relacionadad con el Complejo
Mayor de Histocompatibilidad (CMH) y la afinidad de su receptor por éste. Aquellos linfocitos T
con RCT afín a CMH I, evolucionarán y madurarán en linfocitos T8, mientras que aquellos
linfocitos con RCT afín a CMH II, se converitrán en Linfocitos T4.
Y por último, la producción final de células que forman parte de la linfopoyesis, se relaciona con
las células Natural Killers. Es un proceso simple, en el que los progenitores hematopoyéticos,
empiezan a desarrollarse y evolucionar en Células Natural Killers, con la presencia
imprescindible de la acción de Interleucina 15 (IL-15).
La naturaleza de la relación entre el sistema inmune y el sistema nervioso tanto central como
periférico, no está totalmente definida. Sin embargo hay pocas dudas que entidades como la
Esclerosis Múltiple, el Guillain-Barré, la Miastenia Gravis, Síndromes Paraneoplásicos, dependen de
una alteración del sistema inmunológico normal. Así cada vez que hay un avance en la inmunología,
rápidamente se le analiza si éste ayuda a entender mejor este tipo de enfermedades y que
aplicaciones terapéuticas puede tener.
Las enfermedades inmunológicas son aquellas en las que las reacciones inmunitarias juegan
un papel determinante. La reacción inmunitaria está diseñada para protejer al organismo de
patógenos extraños y no reaccionar contra sus propios antígenos. Antígeno es toda substancia
que genera una respuesta inmune. El antígeno no necesariamente son sólo proteínas sino que
también otro tipo de moléculas por ej. medicamentos, lo que se llama hapteno, que se unen a
albúmina y así se forma una molécula compuesta que pasa a ser un antígeno. Los
mecanismos inmunopatológicos a través de los cuales se supone se producen las
enfermedades inmunológicas corresponden a las reacciones inmunológicas normales que se
hacen dañinas para el organismo ya sea porque son excesivas lo que se llama
hipersensibilidad, se dirigen hacia si mismo lo que se llama autoinmunidad o persisten más
allá de lo necesario. También ocurre que el sistema inmunológico sea deficiente lo que se
llama inmunodeficiencia.
Las células mononucleares sanguíneas parecen ser las más importantes en el sistema inmune.
Son de dos tipos: linfocitos y monocitos y actúan tanto por contacto físico como a través de
mediadores.
Linfocitos: todos los linfocitos se ven igual al microscopio pero hay diferentes poblaciones y
subpoblaciones. Los linfocitos tienen en su superficie unas glicoproteínas o marcadores de
superficie o receptores o antígenos de superficie que se llaman CD (= Cluster Differentation).
Hay más de 75 tipos de CD a los cuales se le ha dado un número y tienen diferentes
funciones. Los linfocitos no tienen todos estos CD sino algunos, que van adquiriendo, a
medida que maduran, funciones y diferenciándose de esta manera. Con anticuerpos
monoclonales dirigidos contra estos CD se pueden diferenciar las diferentes subpoblaciones
de linfocitos. Los linfocitos son producidos en la médula ósea y pasan a la circulación.
Algunos pasan por el timo y son los linfocitos T y se caracterizan por adquirir un receptor de
membrana llamado TCR ( T Cell Receptor). Los que no pasan por el timo son los B. Ambos
después van al tejido linfático donde van a madurar. En la superficie cortical de los ganglios
linfáticos se ubican los linfocitos B en cambio en la profundidad de la corteza están los
linfocitos T. También existen los linfocitos asesinos, null, pero el 90% son T y B y son los
que vamos a analizar a continuación.
Los linfocitos B corresponden a la célula precursora de las células plasmáticas que es la que
secreta la inmunoglobulina y constituye la inmunidad humoral. Hay 5 clases de
inmunoglobulinas o anticuerpos y numerosas subclases: IgG, IgM, IgA, IgD y IgE. Cada
célula plasmática produce un sólo anticuerpo. Los anticuerpos están formados por 2 cadenas
pesadas y 2 cadenas livianas y se disponen de tal manera que tienen un extremo común
específico para el tipo y subtipo de anticuerpo y otro hipervariable, específico para el
anticuerpo al cual se le une el antígeno.
Los monocitos al igual que los linfocitos son producidos en la médula ósea y pasan a la
circulación sanguinea. Frente a estímulos de los linfocitos van a pasar al tejido sufriendo un
cambio morfológico y pasando a llamarse histiocitos. A su vez cuando el histiocito es
estimulado adquiere capacidad macrofágica y es el macrófago. Hay dos tipos de macrófagos:
indiferenciado y presentadores de antígeno (APC). Prácticamente todas las células nucleadas
del organismo tienen una molécula en su superficie llamada MHC tipo I que fue descrita en
ratas y luego en leucocitos humanos y se le llamó HLA. Esta molécula está compuesta por
múltiples subunidades, que no las tenemos todas sino alguna de ellas y en una combinación
determinada, que es característica para cada ser humano, y que tiene gran importancia en el
sistema inmune. Esta molécula de superficie depende de 40 a 50 genes que están ubicados en
el cromosoma 6 y que codifican la proteina MHC tipo I y II (que veremos más adelante) y
tienen más de 90 alelos que explican las diferentes combinaciones en los diferentes seres
humanos. El MHC en la superficie de las células permite que la célula sea reconocida como
propia por el sistema inmune. El linfocito T a través del TCR interactúa con el MHC y si es
el propio no sucede nada. Las células con MHC tipo I puede entrar en contacto con antígenos
simples, que los disuelven y se une al MHC tipo I en su superficie celular. El receptor TCR
de los linfocitos T puede unirse formando un complejo trimolecular constituído por el
receptor TCR, el antígeno procesado y la molécula MHC. El receptor TCR al igual que las
inmunoglobulinas tiene una porción constante y otra variable. Los genes que determinan esta
posición hipervariable, al igual que en el caso de los anticuerpos, pueden sufrir un re-arreglo
(rearrengment) que lo modifican y así pueden interactuar con un número infinito de
antígenos. Los linfocitos TCD8 sólo pueden interactuar con la MHC tipo I lo que se llama
restricción. Si el MHC tipo I está unido a un antígeno, ya no va a calzar la forma del TCR
con la proteina MHC, se modifica el TCR como recién señalaramos para poder interactuar y
generar citotoxinas como la perforina que va a destruir la célula (mecanismo inmunológico
celular). Por otra parte, el macrófago APC tiene la proteina MHC tipo II y fagocita los
antígenos complejos, los fragmenta y luego los incorpora al MHC tipo II. El linfocito TCD4
interactúa sólamente con el MHC tipo II lo que también constituye una restricción. Si el
MHC tipo II está unido a un antígeno tampoco podrá calzar con la forma del TCR del
linfocito TCD4 y esto produce la activación del linfocito T que a su vez estimula al linfocito
B con transformación a célula plasmática que va a producir el anticuerpo específico
(mecanismo inmunológico humoral). El linfocito B activado va a tener inumunoglobulina en
su superficie. Los antígenos pueden unirse en forma directa al linfocito B, si previamente se
ha formado el anticuerpo contra él, o al linfocito T indirectamente por el APC a través del
MHC II o a través de las células con MHC tipo I.
Muchos de los efectos estimulantes e inhibitorios del sistema inmune son mediados por
productos de secreción de las células del sistema inmunológico pero que también pueden ser
secretadas por otros tipos celulares y son las llamadas citokinas. Los linfocitos activos
secretan la linfokina. La interleukina es otra citokina que actúa entre los glóbulos blancos por
ej. entre los linfocitos B y T. Hay 13 tipos de interleukinas con diferentes funciones, no sólo
sobre las células del sistema inmune sino que también sobre otros tipos de células como las
del sistema nervioso y el músculo. Existen las citokinas propiamente tales que son secretadas
por células del sistema inmune y por otro tipo celular y que influye en la multiplicación
celular. La monokina es secretada por los macrófagos y no sólo actúa en el sistema inmune
sino que también sobre otras células incluyendo la neurona y la glía.
La respuesta inmune debe estar regulada para defender de la invasión foránea pero también
debe estar limitada la autoinmunidad destructiva. Esto se logra a través de una red de
anticuerpos dirigidos contra el sitio hipervariable de la inmunoglobulina y el TCR. Cuando se
produce una inmunoglobulina o un nuevo TCR producto del re-arreglo genético que permite
reconocer los nuevos antígenos, se ha generado una proteina también nueva para el
organismo la que a su vez produce anticuerpos contra ella. El epitopo es el lugar donde se le
une el anticuerpo al antígeno. El idiotipo es el epitopo a su vez del anticuerpo y así por lo
tanto los anticuerpos antiidiotopo son los generados contra los anticuerpos y el TCR. Estos
anticuerpos antiidiotopo a su vez van a generar nuevos anticuerpos contra si mismos y así se
produce una reacción en cadena que gradualmente es de menor intensidad pero que está
limitando la reacción inmunológica.
El daño está determinado por liberación de substancias por parte de las células. Vimos que la
citokina puede afectar a otras células y producir daño directo o daño de los vasos que
secundariamente afecta al tejido. También hay citokinas que afectan las neuronas habiendo
receptores para ellas por ej. la interleukina 1 inhibe la liberación de acetilcolina por las
neuronas y puede dar cuenta de alteraciones conductuales.
Las reacciones de hipersensibilidad se acostumbra a dividirlas en 5 tipos. Alguno de estos
tipos también son aplicables a la reacciones autoinmune y las veremos a continuación.
3.- Hipersensibilidad tipo III o hipersensibilidad por complejos inmunes. Esta reacción es
mediada por la unión de antígeno y anticuerpo formando complejos inmunes los que van a
producir daño tisular al activar varios mediadores séricos donde el principal es el
complemento que atrae a los polimorfonucleares que secretan enzimas que necrosan las
células y también genera toxinas que estimulan los mastocitos liberando histamina. Estos
complejos se pueden formar intravascular y son los complejos circulantes que se van a
depositar principalmente en las paredes de los vasos sanguíneos y ciertos órganos filtros
como el riñón y es la hipersensibilidad tipo III A ó se pueden en formar in situ al unirse un
anticuerpo y un antígeno extracelular (hipersensibilidad tipo III B). Al igual que la
hipersensibilidad tipo I puede ser generalizada, en la que se comprometen varios órganos, o
local. Ejemplos en neurología de este tipo de reacción es la reacción a la fenitoína, el lupus
eritematoso diseminado, la panarteritis nodosa, la artritis reumatoidea y la dermatomiositis.
Estructura y función. El BCR consta de dos partes que son diferentes tanto en
estructura como en función: hay una parte que reconoce al antígeno (en forma nativa) y
otra que transmite la señal activadora al interior celular (núcleo). La primera de las
partes (denominada cadenas variables o polimorfas: hacen que el BCR de cada linfocito
B sea distinto) es casi idéntica a la estructura de una inmunoglobulina pero con
secuencias de aminoácidos de anclaje a la membrana citoplásmica. La segunda parte se
denomina cadenas invariantes o monomórfas y está compuesta por un heterodímero de
dos proteínas (CD79 alfa y beta o Ig-alfa y beta: la cadena alfa es específica de isotipo y
la beta es común a todas las inmunoglobulinas).
Bibliografía complementaria:
Regueiro JR, López Larrea C. Inmunología. Biología y Patología del Sistema Inmune
(2ª Ed). Madrid, Editorial Médica Panamericana, 1997.
TRASPLANDO
Resumen
Es importante comprender los fenómenos básicos de compatibilidad tisular y conocer las
funciones del grupo de genes denominado complejo mayor de histocompatibilidad (CMH) y
sus productos: los antígenos leucocitarios humanos, que constituyen el sistema HLA, el más
polimórfico conocido en el humano. Existen dos clases de moléculas HLA, las de tipo I,
HLA-A, -B y –C, y las de clase II, HLA-DR, -DQ y –DP. La función habitual del sistema HLA
consiste en reconocer péptidos y exhibirlos en la superficie de las células presentadoras de
antígenos, como los macrófagos, para que sean revisados por las células T y se establezca
una distinción entre los antígenos propios y los extraños. Los antígenos del sistema HLA,
debido a su polimorfismo, constituyen a su vez antígenos capaces de despertar una
respuesta aloinmune muy poderosa. Las moléculas HLA de clase I son conocidas como
antígenos clásicos de trasplante, ya que fueron los primeros descubiertos durante el estudio
de la respuesta a un aloinjerto. Sin embargo, las de clase II, detectadas posteriormente, son
las de mayor importancia para asegurar una adecuada histocompatibilidad. Existen
diferentes estudios de inmunogenética que verifican la identidad tisular en los diversos
trasplantes. Estos ensayos pueden ser serológicos, como el de microlinfocitotoxicidad;
genotípicos, empleando la reacción en cadena de la polimerasa; o técnicas de cultivo
celular, como el cultivo mixto de linfocitos. En conclusión, la adecuada histocompatibilidad
entre receptor y donador, establecida a través del estudio de los antígenos del sistema HLA,
es esencial para garantizar la larga duración del injerto y la óptima supervivencia del
receptor
Las moléculas de clase II están constituidas por dos cadenas, una pesada a y una ligera
b. Una porción extracelular que contiene dos dominios (alfa 1 y alfa 2 ó ß1 y ß2) está
conectada mediante una corta secuencia a una región transmembránica para terminar
con un dominio citoplasmático. Los dominios alfa 1 y ß1 poseen una gran
polimorfismo, mientras que los dominios alfa 2 y ß2 tienen una homología estructural
con la región constante de las inmunoglobulinas. Existen varios productos de clase II
diferentes que se expresan simultáneamente en la superficie celular. Todos los
individuos expresan las moléculas HLA-DR, HLA-DQ y HLA-DP cada una de ellas
constituida por un dímero: DRalfa/DRß, DQalfa/DQß y DPalfa/DPß. Algunos
individuos expresan además un cuarto producto denominado DRw52, DRw53 ó
DRB51.
Los dominios alfa 1 y alfa 2 de las moléculas de clase I (lo mismo ocurre con los
dominios alfa 1 y ß1 de las moléculas de clase II) se combinan para formar una fosa
acanalada, localizada en la porción más externa de la molécula, que constituye el sitio
de unión de péptidos
Bibliografía complementaria:
Regueiro JR, López Larrea C. Inmunología. Biología y Patología del Sistema Inmune
(2ª Ed). Madrid, Editorial Médica Panamericana, 1997.
Roitt I, Brostoff J, Male D. Immunology (5th Ed.). London, Mosby, 1998.