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¿ES DIOS RESPONSABLE DEL MAL?

Una de las primeras cuestiones que se levantan en la mente del que


reflexiona sobre el mal que ha traído el pecado sobre el mundo es: ¿Por qué
dios creo a satanás si el sabia el destino que le aguardaba? ¿Es, entonces,
dios responsable del mal?
Reconocemos que intentar una respuesta total para estos interrogantes es
entrar en un terreno tan vasto y tan profundo; que está más allá del alcance
humano, más allá de la penetración del raciocinio del hombre. Sin embargo,
por el estudio de las sagradas escrituras se pueden comprnder algunos
aspectos del problema, y cualquiera que lo emprenda con espíritu de
humildad espiritual puede arribar algunas conclusiones suficientemente
lógicas como para satisfacer su razón y su fe.

¿Por qué creo dios al diablo?


En primer lugar, resulta claro que dios no creo al diablo, es decir, no creo a
un ángel malo. Por el contrario, de lucifer se dice: “perfecto eras en todos
tus caminos desde el día que fuiste criado, hasta que se halló en ti maldad.”
Además, se agrega que era “lleno de sabiduría, y acabado de hermosura”
(Ezequiel 28: 15, 12) cuando vino a la existencia por virtud de dios, era un
ser perfecto, tanto moral como intelectualmente. Y en cuanto a su aspecto,
se dice de él: “hechas el sello a la proporción.” (Ibíd.)
Pero por una contingencia inexplicable cayó de ese estado de perfección.
Al describir su caída, dicen las escrituras: “enaltecióse tu corazón a causa
de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu resplandor.” “A
causa de la multitud de tu contratación fuiste lleno de iniquidad y pecaste.
Por lo tanto yo te eché del monte de dios.”
El pecado de soberbia es, pues, el primer signo del mal que se manifestó en
el universo. Y en el orgullo están implicados los demás pecados. Es el
pecado por antonomasia, es la raíz de todos los males que dominan y
afligen al hombre. Piénsese en el egoísmo, la envidia, la codicia, la ira, la
pereza, la satisfacción de los apetitos, y en tantos otros que estigmatizan al
ser humano. Cada uno de ellos lleva la marca de la soberbia. Por eso dios lo
aborrece de una manera especial. Veamos algunas declaraciones bíblicas
que hablan del orgullo: “dios recite a los soberbios, y da gracia a los
humildes.” (Santiago 4:6) “a los fieles guarda jehová, y paga
abundantemente al que obra con soberbia.” (Salmo 31:23) “cuando viene
la soberbia, viene también la deshonra: más con los humildes es la
sabiduría.” (Proverbios 11:2) “Antes del quebrantamiento es la soberbia; y
ates de la caída la altives de espíritu.” (Proverbios 16:18).
Entre las cosas que “aborrece jehová” y “abomina su alma,” se mencionan,
en primer término, “los ojos altivos.”(Proverbios 6: 16,17) por eso, sin duda
alguna, el rey David elevó esta oración: “detén asimismo a tu siervo la
soberbia; que no se enseñoreen de mí: entonces seré integro, y estaré
limpio de gran rebelión.” (Salmos 19:13)
¿Por qué integro, o perfecto, como dice la versión moderna? Precisamente
porque la soberbia, la egolatría, es la raíz de todo pecado.
El hecho de que satanás pecara, en ninguna manera implica que dios lo
haya hecho imperfecto o malo, como ya hemos visto.
Pero, dirá alguien, si bien es cierto que dios no lo creo malo, no se ´puede
negar que el creador conocía cual habría de ser la conducta de satanás en
el futuro. ¿No es, acaso, omnisapiente? ¿Por qué, entonces, lo creó?
Es indudable que no podemos penetrar en los designios de ser supremo,
de infinita sabiduría e infinita previsión, sin embargo, podemos pensar con
toda lógica que si no hubiera sido lucifer el que se hubiera convertido en
diablo, posiblemente algún otro de los millones y millones de ángeles
gloriosos habría seguido el camino de la rebelión. ¿Por qué?
Dios creo alos angeles y a los hombres como seres libres. Los doto de libre
albedrio, de la facultad de obedecerle o no según su propia elección. Les dio
tambien inteligencia para comprender los principios de su gobierno, la
gran ley que rige todo el universo. Para los angeles y para el primer
hombre, creado sin ninguna debilidad moral, con clara inteligencia, fue
perfectamente comprensible que la desobediencia a la ley de dios
acarreaba necesariamente el mal.
El creador no quería ni quiere una obediencia forzada, sino nacida del
amor, fundada sobre principios, como conviene a seres inteligentes. Dios
desea la felicidad de sus criaturas y por eso les dio libertad. Pero la libertad
no en anarquía, sino sujeción a principios, a leyes.
De manera que el libre albedrio de sus criaturas siempre implicaba un
riesgo para el padre eterno: la posibilidad de que algunas de ellas, en algún
momento, prefiriera no obedecer a las leyes de su gobierno. Toda vez que
existía esta posibilidad, había también la probabilidad de que surgiera el
mal. Para evitar esta contingencia, el creador debería haber llenado el
universo de seres autómatas. ¿Podemos imaginarnos a un dios sublime y
lleno de amor presidiendo sobre incontables huestes de seres que fueran
incapaces de comprender siquiera en parte la naturaleza del creador?
¿Podemos concebir al hombre sin libertad? ¿Qué padre se conforma con un
hijo irresponsable a causa de su idiotez?
¿Culparemos entonces a dios del mal existente en el universo porque dio el
libre albedrío a sus criaturas? Renegar del libre albedrio seria renegar de
nuestra propia naturaleza.
De manera que dios no es culpable de la existencia del mal en lo más
mínimo, ni por qué lo hubiera creado malo a satanás, ni porque lo creo con
libre albedrio, como a todos los seres racionales y, por lo tanto, con la
posibilidad de pecar.

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