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ANALOGÍAS DE LA INVENCIÓN.
M.C. ESCHER Y JORGE LUIS BORGES
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Analogías de la invención.
M.C. Escher y Jorge Luis Borges
representación le han concedido desde siem- circular y silogística, los contrarios comple-
pre al mundo de las formas y de las figurae mentarios, las variaciones sobre un mismo mo-
una suerte de monarquía en lo que es el régi- tivo y la concepción sobre la condición huma-
men de la mímesis de ese mismo real. El pro- na.
pio ritmo secuencial de la lectura de signos
tipográficos empuja a la pérdida de significa-
Hands drawing de Escher nos revela dos
ción, frente a la simultaneidad estructural y
manos que se auto-procrean mutuamente y
orgánica que alcanza la visión de imágenes”5.
que forman una cinta de Möbius, es decir, una
Las pretensiones de unidad y síntesis cuasi
única superficie con sólo un borde y una cara
pictóricas en la obra madura de Borges derivan
no orientable. Son manos simétricas y enfren-
no sólo de su adhesión temprana al Ultraísmo6,
tadas, casi idénticas, que, al dibujarse, com-
del que luego reniega pero que decanta en su
ponen una esfera imperfecta e irregular, frac-
obra, sino también de la “economía y concisión
tal9, dada la curvatura de ambas muñecas vol-
propias de la sintaxis inglesa”7, por herencia
cadas al esfuerzo de sostener el lápiz y cumplir
familiar. Quizá la posibilidad de analizar su
su laboriosa actividad de gestación. No obstan-
cosmovisión literaria en una única imagen pic-
te, no deja de ser un motivo geométrico. La
tórica se deba a que “cada página suya contie-
técnica de composición persigue deliberada-
ne toda su obra, como uno de esos objetos
mente el efecto de tridimensionalidad del
fractales que repiten su estructura creando
plano: la sensación de profundidad se logra por
geometrías tan hermosas como extrañas”8. Tal
el uso del claroscuro y de la perspectiva. Aquí,
vez obedezca a la frustrada aspiración de pin-
Escher apela al procedimiento de mise en
celar absolutos.
abîme o puesta en abismo, definida por André
Gide pero utilizada desde hace siglos en pintu-
Son numerosas las correspondencias entre ra (por Diego Velázquez, Jan van Eyck, entre
la pintura de Escher y la poética (en el sentido otros), más tarde incorporada a la literatura
amplio de poiesis, creación) borgesiana. Ele- (por William Shakespeare, Oscar Wilde, Michel
mentos que se reiteran en ambas y que se pre- Butor, Jean Anouilh, Julio Cortázar, Gabriel
sentan interconectados, nunca aislados, son el García Márquez, el propio Borges, y la lista es
problema de la identidad personal, la repre- extensa). La abismación se produce porque la
sentación del infinito, la imagen recurrente del mano que pinta es, a su vez, mano pintada. De
doble, los obstáculos del conocimiento, los esta forma, se entabla un juego especular en-
ecos del agnosticismo, la apelación a paradojas tre el cuadro que el espectador observa y la
y aporías, la predictibilidad matemática, la hoja de papel representada dentro del cuadro.
mise en abîme, las perplejidades, la estructura Pierden nitidez los límites entre realidad y
representación gracias a una metamorfosis de
5 los materiales (carne y papel).
Fernando Rodríguez de la Flor: “El impacto de los
Visual Studies y la reordenación del campo de
disciplinas del texto en nuestro tiempo”. En: En un nivel subliminal, la imagen plantea
Hispanic Issues Online. Minnesota: University of una visión personal (y epocal) sobre el origen
Minnesota, 2007, p.66. del hombre. Se podría realizar una confronta-
6
En la revista porteña Nosotros, en 1921, predica la ción tête à tête con el fresco La creación de
tachadura de las frases medianeras, los nexos y
los adjetivos inútiles, la abolición de los trebe-
jos ornamentales, y la síntesis de imágenes. 9
7
Los cuerpos fractales tienen una forma desigual o
Gloria Videla de Rivero: “La dirección criollista de irregular que dificultan su medición a través de
la vanguardia”. En Carlos García y Dieter Rei- la geometría tradicional. La fragmentariedad,
chardt (Eds.): Las vanguardias literarias en Ar- la irregularidad y la construcción azarosa son
gentina, Uruguay y Paraguay. Madrid-Frankfurt, atributos, por ejemplo, de las obras abiertas
Iberoamericana-Vervuert, 2004, p. 229. caracterizadas por Umberto Eco, entre las que
8
Jorge Luis Borges: Ficciones. Barcelona, Bibliotex, podemos citar los móviles de Calder, el proyec-
2001, p.2. La cita corresponde al prólogo de Jo- to Livre de Mallarmé, el Klavierstück de Sto-
sé Luis Rodríguez Zapatero. ckhausen, entre otros.
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Se puede acceder al repertorio completo de la
obra del pintor y dibujante en su página oficial
http://www.mcescher.com/
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Analogías de la invención.
M.C. Escher y Jorge Luis Borges
Existe una coincidencia no sólo temática, intercambian los roles de Judas y Jesucristo en
sino también cronológica entre la producción relación al protagonismo de la redención. El
del argentino y la del holandés. Las narracio- narrador lo resume así, en un pasaje platónico:
nes borgesianas donde la presencia del doble “El orden inferior es un espejo del orden supe-
es central pertenecen a la década del ’40: rior; las formas de la tierra corresponden a las
Ficciones se publica en 1944 e incluye cuentos formas del cielo; las manchas de la piel son un
de 1941, pertenecientes a El jardín de los sen- mapa de las incorruptibles constelaciones;
deros que se bifurcan, mientras que El Aleph Judas refleja de algún modo a Jesús.” La mis-
data de 1949, un año después de Hands ma condición de héroe y traidor se conjuga en
drawing. La colección de narraciones El infor- el cuento Tema del traidor y del héroe, donde
me de Brodie, donde también aparecen ecos aparecen dos versiones acerca de a qué perso-
del mismo motivo, es posterior (1970). Sin em- naje deberíamos atribuir ese papel, si a Kilpa-
bargo, este tópico campea su producción poé- trick o a Nolan, dependiendo de si aceptamos
tica completa, excepto la etapa de experimen- la opinión pública o la verdad ofrecida en el
tación vanguardista, aunque se intensifica su interior del texto. En Deutsches requiem es el
utilización en los poemarios El hacedor (1960) nazi Otto Dietrich zur Linde quien mata a Da-
y El otro, el mismo (1964). vid Jerusalem pero con él se identifica: “Yo
agonicé con él, yo morí con él, yo de algún
modo me he perdido con él”. Al soberbio Rey
Un repaso de este motivo nos remite a los
de Babilonia se opone el justo Rey de Arabia
contrarios complementarios del relato policial
en el aparentemente censurado Los dos reyes y
La muerte y la brújula, donde Erik Lönnrot y
los dos laberintos de la colección de Galland.
Red Schalach se desafían en una competencia
También encontramos paralelismos en los des-
intelectual en que los roles de detective y cri-
tinos de personas desconocidas, pertenecien-
minal se terminan invirtiendo en relación a las
tes a distintas épocas, como en Historia del
expectativas del género. A su vez, Scharlach
guerrero y la cautiva: “Mil trescientos años y
asume nuevas identidades (“un tal Guinzburg o
el mar median entre el destino de la cautiva y
Guinzberg”). La similitud fonética nos permiti-
el destino de Droctulft. Los dos, ahora, son
ría emparentar a dos personajes de El jardín
igualmente irrecuperables (…) Acaso las histo-
de los senderos que se bifurcan, llamados
rias que he referido son una sola historia. El
Stephen y Ts'ui Pên. Lo mismo ocurre en La
anverso y el reverso de esta moneda son, para
otra muerte, entre Pier Damiani y Pedro Da-
Dios, iguales”. Ni siquiera los cuentos criollis-
mián (sobre este último existen dos versiones
tas de base gauchesca se libran de la especula-
acerca de su final: la histórica, que murió co-
ción metafísica. La frecuencia con que se utili-
barde, y la literaria, que murió valiente). En
za el adjetivo indefinido otro, que carga con la
La espera, un italiano anónimo adopta el nom-
ambigüedad propia del deíctico, abunda en
bre de su enemigo, Alejandro Villari. Pierre
relatos como El fin o Biografía de Tadeo Isido-
Menard es el doble de Miguel de Cervantes
ro Cruz: “Cumplida su tarea de justiciero, aho-
Saavedra, autores de distintos Quijotes aunque
ra era nadie. Mejor dicho era el otro: no tenía
sus libros no difieran en una sola coma, de
destino sobre la tierra y había matado a un
manera tal que el relato tensa hasta el extre-
hombre” reflexiona el moreno vengador de su
mo de la literalidad el concepto figurado de
hermano muerto, súbitamente convertido al
lector-creador (recurso privilegiado del género
papel temático de antagonista. Y el sargento
fantástico), y así anticipa la Teoría de la Re-
Cruz “comprendió que el otro era él”, como en
cepción. En La forma de la espada, el Inglés de
una auténtica anagnórisis, identificado con el
la Colorada es en realidad el irlandés John
desertor Martín Fierro. También en La intrusa,
Vincent Moon, primero narrado como víctima y
cuento de El informe de Brodie, los hermanos
luego confesado victimario en un desdobla-
Eduardo y Cristián Nelson comparten parentes-
miento narrativo. Además, Moon es identifica-
co, mujer, amor y culpa.
do con el traidor bíblico, pues “cobró los dine-
ros de judas y huyó al Brasil”, lo cual a su vez
conecta con Tres versiones de Judas, donde se
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MARISA M ARTÍNEZ PÉRSICO
El denominador común de este extenso pero “En el espejo de esta noche alcanzo/ mi insos-
simplificado inventario es que la razón de ser pechado rostro eterno. El círculo/ se va a ce-
de los citados personajes borgesianos deriva de rrar. Yo aguardo que así sea”. Podríamos pen-
la existencia necesaria de un par, que puede sarlo como un razonamiento de tipo silogístico:
ser opuesto o complementario. Sin traidor no si todos los hombres somos, en esencia, un solo
hay héroe, sin criminal no hay detective, sin hombre, y Narciso Laprida es un hombre que
autor no hay lector, sin soñador no hay criatu- está muerto, entonces yo también estoy muer-
ra. to. Ergo, puedo conocer su muerte, recons-
truirla y cantarla.
Pero este énfasis no se agota en un mero
motivo literario. Subyace una concepción filo- Influido por el pesimismo de Schopenhauer,
sófica acerca de la condición humana que mo- los hombres estamos hermanados por una caí-
tiva la ficcionalización, como en la mayoría de da ineludible (como los hombrecillos del cua-
la narrativa borgesiana. Como indiqué al prin- dro Cycle, de Escher, que se precipitan al
cipio, no es posible aislar temas y motivos de abismo): “Somos Edipo y de un eterno modo/
su obra porque son como haces transversales la larga y triple bestia somos, todo/ lo que
que se interceptan en un todo coherente. Así, seremos y lo que hemos sido” (Edipo y el
el tema del doble se vincula con el problema enigma). Elige al rey tebano como prototipo de
de la identidad personal con base en una con- la peripecia, por su cambio abrupto de suerte,
cepción acerca de la condición humana que se en sentido negativo. Y lo traslada al destino de
remonta al humanista francés Michel de Mon- la humanidad.
taigne, retomada y reconstruida con distinto
signo por uno de los ‘precursores’ de Borges,
Todo lo dicho hasta el momento converge
Arthur Schopenhauer, como condición humana
en un relato-llave de la cosmovisión filosófico-
sufriente.
literaria borgesiana, como es Las ruinas circu-
lares. Al igual que las criaturas fantásticas de
En su ensayo Del arrepentimiento, al que Escher pueden atravesar espejos, Borges elige
Erich Auerbach dedica un capítulo de su Míme- citar Through the Looking-Glass, de L. Carroll,
sis, Montaigne afirma: “Los demás forman al como epígrafe para su cuento. Este paratexto
hombre: yo lo recito como representante de se convierte en una apelación al lector repre-
uno particular (…) Yo propongo una vida baja y sentado (“And if he left off dreaming about
sin brillo, mas para el caso es indiferente que you...”) y, a su vez, empalma con el desenlace
fuera relevante. Igualmente se aplica toda la del texto. De esta forma, a diferencia de
filosofía moral a una existencia ordinaria y Hands drawing de Escher, el paratexto sí ofre-
privada que a una vida de más rica contextura; ce en el cuento la posibilidad de un salto de
cada hombre lleva en sí la forma cabal de la nivel (una ‘esperanza’, vocablo caro al autor)
humana condición.”11 En esta línea hay que dado que el pronombre he podría funcionar
sintonizar el motivo del doble de la narrativa como endófora (sea catáfora o anáfora, pues la
de Borges, palpable más claramente en nume- estructura del relato es circular) y entonces el
rosos versos como: “¿Cuál de los dos escribe referente podría ser un soñador/simulacro de
este poema/ de un yo plural y de una sola la cadena, pero también podría operar como
sombra?” (Poema de los dones), donde se vis- exófora, y entonces el tácito referente sería
lumbra el desdoblamiento entre sustancia (in- Dios. Dada la cláusula condicional “If…” no
dividual) y esencia (colectiva). O en Poema deja de ser un interrogante sobre el origen (y
conjetural, donde es la condición humana la el destino) de la existencia humana, pero al
que le permite reconstruir –conjeturar– en menos evita ocluir lecturas. Si es capaz de
primera persona la muerte de Narciso Laprida: soñarnos, entonces Dios debe necesariamente
(cartesianamente) existir. Aunque se trate de
la deidad cruel de las cosmogonías gnósticas.
11
Michel de Montaigne: Ensayos: seguidos de todas
sus cartas conocidas, Buenos Aires, Aguilar,
1962, p 181.
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Analogías de la invención.
M.C. Escher y Jorge Luis Borges
De esta forma, al motivo del doble, al pro- temente se lo represente”12. Y en este planteo
blema de la identidad personal y a la concep- del ser humano como natura naturans también
ción sobre la condición humana se agrega el se perciben ecos de la antropogonía del Popol
obstáculo del conocimiento, por lo que po- Vuh. El poema “Al hijo” condensa las ideas
dríamos concluir que la ontología fantástica hasta ahora explicadas:
borgesiana es inseparable de la gnoseología. El
suyo es un agnosticismo epistemológico que No soy yo quien te engendra. Son los muertos.
siempre conserva una ‘elegante esperanza’, a
Son mi padre, su padre y sus mayores,
la espera de un ‘milagro secreto’, pero que
fatalmente desemboca como las postergacio- Son los que un largo dédalo de amores
nes kafkianas. No obstante, los personajes no Trazaron desde Adán y los desiertos
escatiman esfuerzos por desentrañar la Ur- De Caín y de Abel, en una aurora
Sprache o perseguir el Catálogo de Catálogos Tan antigua que ya es mitología,
donde se cifran las claves del universo, “la Y llegan, sangre y médula, a este día
aclaración de los misterios básicos de la huma-
Del porvenir, en que te engendro ahora.
nidad: el origen de la Biblioteca y del tiempo”
(La biblioteca de Babel). Siento su multitud. Somos nosotros y,
Entre nosotros, tú y los venideros
Hijos que has de engendrar. Los postrimeros
Se torna evidente el paralelo entre las ma-
nos que se dibujan y los magos que se sueñan Y los del rojo Adán. Soy esos otros,
unos a otros para poder existir. La estructura También. La eternidad está en las cosas
circular del texto encuentra su correlato en la Del tiempo, que son formas presurosas.
cinta de Möbius. Son coincidentes también los
métodos de procreación fantástica y curiosa Las repeticiones constituyen otro elemento
paternidad a los que asistimos en el cuadro y afín a la producción de Escher y Borges. Según
en el relato. Yurkievich, “para acentuar su afán de configu-
rar el lenguaje, a menudo extrema la delimita-
La idea de circularidad no sólo se vislumbra ción formal imprimiendo a los poemas un mo-
en procesos (la gestación del ‘progenitor’, el vimiento circular, un andamiaje hecho de ocul-
decurso de las estaciones o los ciclos del día, tas simetrías y de reiteraciones. A una concep-
como en el poema La noche cíclica que Borges ción cíclica de la realidad corresponde una
dedicó a Silvina Bullrich: “Lo supieron los ar- forma cerrada, donde el verso inicial es el
duos alumnos de Pitágoras/ los astros y los mismo que el final”13. También sus relatos son
hombres vuelven cíclicamente”), sino también pródigos en este recurso: en el El Sur leemos
en escenarios (las ruinas de los templos que- que “A la realidad le gustan las simetrías y los
mados, la “torre circular en el fondo” que se leves anacronismos”, en La casa de Asterión
describe en El acercamiento a Almotásim) y en “todas las partes de la casa están muchas ve-
objetos (el Zahir, el Aleph). En Las ruinas…, el ces, cualquier lugar es otro lugar. No hay un
argumento está teñido del influjo del idealis- aljibe, un patio, un abrevadero, un pesebre;
mo subjetivo de Berkeley, pues nuevamente son catorce (son infintos) los pesebres, abre-
Borges tensa hasta la literalidad la idea de que vaderos, patios, aljibes” y en La muerte y la
ser es ser percibido por una mente. De esta brújula, la quinta de Triste Le Roy “abundaba
forma, es perfectamente viable que los magos en inútiles simetrías y en repeticiones maniáti-
den la vida por acción de la voluntad de soñar. cas”.
Borges “presupone, como Schopenhauer, que
el tiempo y el espacio son proyecciones menta- El procedimiento de puesta en abismo es
les; el mundo existe en tanto se lo piensa, para adoptado, por ejemplo, en El hombre en el
no desaparecer, de una voluntad que constan-
12
Saúl Yurkievich: Fundadores… Op. cit., p. 184.
13
Saúl Yurkievich: Ibid, p. 181.
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umbral. Allí, Christopher Dewey cuenta a Bor- Estos razonamientos irresolubles encuentran
ges y a Bioy Casares una anécdota, reconstrui- afinidad en las paradojas que Borges –
da por Borges narrador: hay un micro-relato (el admirador del escritor, filósofo y matemático
del viejo) incluido dentro de un relato mayor Bertrand Russell, que inventó paradojas céle-
(el proceso del juicio de Glencairn y su muer- bres como la del barbero– incorporó a su prosa.
te). Un ejemplo es el microrrelato El adivino:
Por último, mencionaré una última coinci- “En Sumatra, alguien quiere doctorarse de adi-
dencia entre la producción de Escher y la de vino. El brujo examinador le pregunta si será re-
Borges, entre todas las que se podrían conti- probado o si pasará. El candidato responde que
nuar enumerando (como la postulación de la será reprobado”.
inmortalidad y el infinito). Antes indiqué la
presencia, en Hands drawing, de una paradoja
derivada de una perplejidad temporal: ¿qué
mano brotó primero, si la existencia de una
depende de la existencia previa de la otra?
MARISA MARTÍNEZ PÉRSICO
UNIVERSIDAD DE SALAMANCA
UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
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