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Hasta ahora el comportamiento de los materiales se ha considerado como lineal elástico, con
esfuerzos que están por debajo del esfuerzo de fluencia. Si las cargas actuantes en una
estructura llegan a alcanzar en alguna sección o fibra el esfuerzo de fluencia σf, el material se
dice entra al rango inelástico. Pasado el límite de fluencia, la relación entre los esfuerzos y las
deformaciones deja de ser lineal.
Una idealización común del acero es el diagrama σ-ε elastoplástico perfecto o bilineal, donde se
desprecia el endurecimiento por deformación. Si el material se sigue deformando,
eventualmente llegará a la rotura; si en cambio se produce una descarga hasta cero, se tendrá
deformaciones permanentes o remanentes o plásticas.
La existencia de un pronunciado punto de fluencia, seguido de grandes deformaciones
plásticas es una característica importante de los materiales dúctiles, y en base a ella se
desarrolla la teoría del Cálculo Plástico. Otras características de los referidos materiales son:
Comportamiento elástico
La teoría de la Resistencia de Materiales clásica tiene como punto de partida el
comportamiento elástico de los materiales; ello significa emplear solamente la porción
linealmente elástica del diagrama esfuerzo – deformación unitaria (σ–ε). Para el caso de
los materiales que no tienen un comportamiento lineal (proporcionalidad entre esfuerzo y
deformación unitaria), normalmente se considera por lo menos un cierto tramo con
comportamiento lineal.
Se persigue conocer que ocurre más allá del límite de proporcionalidad y del límite de
elasticidad. En muchos materiales es difícil establecer una clara diferencia entre ambos, por
lo que por simplicidad se hablará únicamente de la “fluencia” de un material.
Por lo general en los materiales dúctiles es posible hallar directamente de un ensayo el valor
del esfuerzo de fluencia. Cuando ello no es posible, el esfuerzo de fluencia se determina en
base a una deformación unitaria preestablecida y el módulo de elasticidad con la ayuda de
una recta secante a la curva σ–ε.
En los tres casos, el primer tramo es elástico lineal, y el segundo tramo es:
Si se inicia un nuevo proceso de carga, el tramo “inicial” será CB. Esto significa que cuando
se ha alcanzado la fluencia de un material es importante conocer la “historia de cargas”,
pues de esa forma se podrá conocer el punto de partida de un nuevo proceso de carga.
Las fuerzas axiales en las barras “Fi” se pueden determinar con las ecuaciones de equilibrio
estático en función de la(s) carga(s) actuantes. Es decir, si denominamos como “P” la carga
actuante en general, las fuerzas axiales en las distintas barras son funciones lineales de P:
Fi= función (P).
La llegada de la fluencia en una barra “i” o más barras, hace que la fuerza axial en la barra,
Fi, adquiera su valor máximo igual al área Ai por el esfuerzo de fluencia σf.
Fi máximo = Ai σf
Cualquier incremento de la carga actuante haría que la fuerza Fi se incremente más allá de
su valor máximo, lo cual contradice el comportamiento elastoplástico perfecto. Por tanto, la
carga actuante que produce la primera fluencia, Pf, es también la carga máxima o carga
última “Pu” de la estructura isostática.