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La situación de seguridad vial que existe en nuestra región tiene consecuencias sobre su desarrollo
social y económico.

De ahí parte la relevancia del involucramiento de instituciones como el BID en la mejora de la

problemática

junto con las pérdidas humanas en las que resultan los siniestros de tránsito

los sistemas de los países se ven enormemente afectados por esta problemática,

particularmente los sistemas de salud y finanzas; así como las economías familiares.

Casi el 60 % de las muertes por siniestros de tránsito se dan entre los 15 y 44 años de edad.

Esta realidad es similar para todos los países sin importar su estatus económico.

Lo que es preocupante es que los países de ingresos medios y bajos resultan ser los países
mayormente afectados

por las deficiencias en seguridad vial; dejando a familias enteras en situaciones de pobreza.

Los países de bajos ingresos tienen el porcentaje más alto de muertes de usuarios vulnerables,

un 57 %.

Para los países de altos ingresos, los ocupantes de vehículos motorizados son quienes más
mueren.

Se estima que cada año, los siniestros de tránsito cuestan $518 mil millones de dólares
globalmente.

Esta cantidad en países de bajos y medianos ingresos

representa entre el 1 y hasta el 5 % de su Producto Interno Bruto;

equivalente a cerca de $65 mil millones de dólares.

Otro punto importante está relacionado con la tasa de mortalidad.

Mientras que en los países desarrollados se encuentran tasas de 6 muertos por 100,000 habitantes

como en Canadá,

en nuestra región tenemos países que llegan a tasas de hasta 29 muertos por 100,000 habitantes.

La magnitud de esa problemática requiere una inversión importante y su prevención,

pero la realidad es que eso no sucede.

Hoy en día se invierte muy poco en prevenir y mitigar esa situación;

sobre todo si comparamos con los fondos invertidos entre otros problemas de salud pública,

como el VIH y la malaria.

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Necesitamos cambiar el paradigma bajo el cual actuamos para mejorar la seguridad vial en nuestra
región.

El nuevo paradigma debe ser comprehensivo y multisectorial con una visión integral desde el
desarrollo que requiere de inversión urgente.

Trabajemos juntos para lograr los cambios que se necesitan.

Lectura: Informe sobre la situación mundial de

seguridad vial
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Con el fin de contar con información confiable que refleje el estado actual de seguridad vial en el
mundo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó en 2015 el Informe Sobre la Situación
Mundial de Seguridad Vial.

En el resumen de este informe encontrarás una síntesis de la situación de seguridad vial en el

mundo, destacando las deficiencias que aún persisten y sobre las que los países deben prestar
atención.

De igual manera, encontrarás información interesante sobre las medidas que se han
implementado y las áreas en las que se debe seguir mejorando.

Es importante destacar que a pesar de que el Informe fue publicado en el 2015, los datos
presentados corresponden al año 2013, reflejando así la situación de la seguridad vial tres años
después del comienzo del Decenio de Acción para la Seguridad Vial.

Te invitamos a revisar la sección Estado actual de la seguridad vial en el mundo (páginas 2-4) en
donde encontrarás información sobre la distribución de muertes según el tipo de usuario y región.

Video: El peor siniestro del mundo

Un mismo hecho puede expresarse de maneras diferentes y esas diferencias influyen en nuestros
actos. En seguridad vial esto ocurre sin darnos cuenta cuando hablamos de "accidentes" de
tránsito.

Esteban Diez-Roux, Especialista Principal de Transporte del BID, explica porqué deberíamos hablar
de siniestros de tránsito en vez de accidentes y cómo este cambio de paradigma nos ayudará a
mejorar la seguridad vial de nuestros países.

Hola, soy Esteban.

Cuando hablamos de seguridad vial

podemos hablar desde dos enfoques:

accidentes o siniestros.

Al utilizar el término accidente

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hacemos referencia a un hecho que es fortuito,

que ocurre por azar o casualidad

y de forma inesperada.

Por lo tanto, no se puede prevenir.

Además, sus causas son poco controlables,

por lo tanto, su ocurrencia es producto de uno o más factores

que se presentaron de manera desafortunada en un momento.

Si bien accidente de tránsito es el término que normalmente, o coloquialmente, se utiliza

implica dos aspectos negativos.

Primero; enfoca la atención a las consecuencias o resultados de un hecho

y segundo; impide que nos hagamos responsables de esos resultados,

ya que si no podemos controlar o prevenir las condiciones,

¿cómo podremos controlar, y más aún, mejorar sus resultados?

Por el contrario, al utilizar el término "siniestro de tránsito" o "siniestro vial"

abrimos la posibilidad de referirnos a los hechos no intencionales de tránsito

como predecibles y prevenibles.

Es decir, se transforman en hechos que podemos evitar

y cuyos factores podemos identificar.

Reflexionemos un poco sobre estas diferencias y lo que implicamos cada vez que usamos un
término u otro

y entonces decidamos cómo preferimos referirnos a esto.

Es momento de cambiar el paradigma bajo el cual abordamos la seguridad vial desde su concepto.

Un primer paso para lograr este cambio es cambiar la forma en la que nos referimos a estos,

así como evitando el acostumbramiento a los hechos.

Es decir, dejar de considerar que es normal morir a consecuencia de los siniestro de tránsito;

percepción a la que se llega a generar

debido a lo comunes que son en nuestras comunidades.

Por el otro lado, identificando y analizando no solo sus consecuencias

sino también los factores que contribuyen a que estos ocurran,

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esto permite enfocar esfuerzos en las áreas prioritarias

y ser conscientes de todos los actores involucrados en la seguridad vial.

Recordemos que la seguridad vial no es producto de un solo factor

sino que es multifactorial,

y por lo tanto, no es responsabilidad de un solo sector

sino que sus intervenciones deben ser de todos.

Entonces, un siniestro de tránsito es la suma de una serie de factores

de situaciones y decisiones, y sus consecuencias,

como la gravedad de lesiones que generan

dependen también de la intensidad y combinación de todos estos factores.

¿Qué acciones podríamos realizar para evitar la ocurrencia de siniestros viales?

Tomemos como ejemplo una intersección típica en nuestra región.

Podemos observar que transitan vehículos particulares,

vehículos de transporte público y ciclistas.

Todos juntos están usando la misma vía.

También podemos observar la cercanía de una escuela por donde caminan niños,

padres, madres y los maestros.

No hay señalización escolar ni límite de velocidad.

Las aceras son angostas y se encuentran obstruidas por comercio ambulante y estructuras muy
mal diseñadas.

Y por último, no existen cruces peatonales ni semáforos que permitan a los peatones cruzar de
manera segura.

¿Te das cuenta de todos los riesgos que existen?

La interacción de todos estos factores

y lo que hacen que la intersección sea altamente peligrosa

y el riesgo de que exista un siniestro incremente muchísimo.

El momento en que existe una pequeña distracción por alguno de los usuarios

será suficiente para tornar la escena en una tragedia.

Para lograr que esta intersección sea segura se necesita el trabajo en conjunto de varios actores

y de la toma de decisiones de diversos sectores relacionados con la seguridad vial.

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Se requiere, por ejemplo, una estrategia a través de la cual se pueda concretar una recolección de
datos sistemática

que permita contar con un registro los siniestros ocurridos en la intersección

y sus características.

Los datos son los que nos alertan sobre la ocurrencia de un problema

y nos guían sobre las medidas que requerimos

para corregirlo o mitigarlo.

La realización de auditorías, inspecciones,

permiten identificar y documentar los riesgos de los diferentes tipos de usuarios de una vía
determinada.

Se requiere contar también con una política pública

que promueva bajas velocidades en zonas con alta densidad de peatones,

particularmente zonas escolares,

y que promueva espacios aptos y seguros para los peatones

sin obstáculos que dificulten su movilidad.

Diseñar vías exclusivas para ciclistas es otra medida que podría hacer más segura esta
intersección.

Otra medida que se puede implementar es la instalación, por ejemplo, de señales y semáforos

que faciliten el cruce seguro a los peatones.

Todas estas medidas idealmente deben ir acompañadas por campañas informativas

o campañas de educación que permitan a los usuarios de la vía conocer, por un lado, los riesgos

como el conducir a velocidades inapropiadas

y, por el otro lado, conocer las modificaciones realizadas y las razones detrás de ellas.

También deben informar adecuadamente los usuarios

sobre los sistemas de emergencia disponibles

por ejemplo, el número de auxilio al cual llamar en caso de presenciar un siniestro de tránsito

o los protocolos de primeros respondientes.

Finalmente, también sería recomendable el contar con el apoyo de un agente de tránsito

durante la entrada y salida de los estudiantes de la escuela.

Si nos damos cuenta,

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para prevenir siniestros de tránsito requerimos de un trabajo conjunto entre todos los sectores
involucrados,

modificar o mejorar solo un aspecto

puede reducir el riesgo en forma específica.

Sin embargo, se requiere de acciones integrales

para cambiar la situación y reducir la exposición al riesgo en forma comprensiva.

Es responsabilidad de todos y todas

el contribuir para prevenir los siniestros de tránsito

y reducir al máximo la pérdida de vidas por esta causa.

Desde el sector público, privado y desde la sociedad civil

podemos contribuir a mejorar la seguridad vial en nuestra región.

Te invito a conocer cuáles son los sectores que en tu país

están relacionados con la seguridad vial

y cuáles son las intervenciones que realizan.

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Video: ¿Qué significa seguridad vial en su vida?

Hola, soy Carlos Urrego, arquitecto y planificador urbano.

Soy Germán Sarmiento, líder de la iniciativa ciudadana Cebras por la Vida y analista urbano en la
ciudad de Bogotá.

Soy el Brigadier General Ramiro Castrillón Lara, Director de Tránsito y Transporte de la Policía
Nacional de Colombia.

Hola, soy Mary Bottagisio, soy Ingeniera Industrial, madre de tres niños y de María Salomé,

una niña que ha tenido que crecer en ausencia de su madre.

Es la sumatoria de una serie de medidas y esfuerzos que involucran

desde peatones, conductores, motociclistas hasta formuladores de políticas públicas y autoridades

locales

y están enfocadas en reducir la siniestralidad y vulnerabilidad de diferentes actores viales.

Lo que subyace detrás de la seguridad vial son valores.

A una sociedad la caracteriza los valores que comparte,

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y nuestro trabajo es transformar esas mentes ciudadanas

para propiciar una cultura de seguridad vial como símbolo de mayor progreso y civilidad.

La seguridad vial es un estado ideal de la convivencia, seguridad y vida en el ejercicio del tránsito
en todas sus formas

en la que todos los actores viales sigamos y cumplamos las normas de tránsito,

las leyes, las cuales deberíamos de entender

como convenciones universales de convivencia.

Una ciudad caminable es, sin duda, una ciudad amable, sostenible, solidaria y bien administrada.

Es por eso que priorizar al peatón en el diseño y la gestión de la ciudad

es el camino para avanzar hacia una ciudad más humana, segura, sustentable, incluyente y vivible.

La calle conjuga el funcionamiento de las ciudades y la vida de sus habitantes.

Por tal razón debemos hacer de ella un espacio que mediante su diseño

garantice la integridad de todos sus usuarios, especialmente los que presentan mayores niveles de
riesgo

y vulnerabilidad en la vida, en este caso, los peatones.

Salvar vidas, no aceptar lo inaceptable, no justificar lo injustificable,

y no admitir lo inadmisible; y las muertes en el tránsito todas son injustificables, inaceptables e

inadmisibles.

Como autoridad de tránsito, lo más importante en el ejercicio de mi función

es trabajar en áreas específicas de prevención, educación, disuasión y control para salvar vidas.

Las estadísticas suelen verse desde una forma muy fría,

en mi caso, como oficial de la Policía me he dado a la tarea

de personificar esos números, de entender que detrás de cada siniestro vial hay una tragedia que
enluta a toda una familia.

Necesitamos que se comprometan de manera decidida con una visión de la seguridad vial

que pone a los peatones en lo más alto de las prioridades.

Pediría que las políticas públicas de movilidad en las ciudades estén enfocadas en fomentar
acciones y planes

que prioricen y beneficien cada vez más al peatón y a la caminata;

ya que estas favorecen altamente el desarrollo sostenible y saludable de nuestras ciudades.

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La seguridad vial debería ser un derecho constitucional; el bien jurídico protegido de la seguridad
vial

es la vida y la integridad física de las personas,

pero además es el medio a través del cual los ciudadanos acceden a otros derechos ciudadanos.

Que trabajemos interinstitucionalmente creando sinergias, cumpliendo con las responsabilidades,

bien sean estas constitucionales o no.

En lograr una disminución de la siniestralidad vial.

Una movilidad segura y sostenible es algo que urge ya a nuestros estados.

Una ciudad que cuida, respeta y dignifican a quienes caminamos en la ciudad es una gran ciudad
para todos.

Amigos y amigas, los invito a seguir juntos consolidando la seguridad vial en la región,

somos los llamados a salvar vidas. Recuerden que lo único que el mal necesita para triunfar

es que la gente buena no haga nada.

Sigamos adelante, la historia nos lo agradecerá.

Video: Principales lecciones del módulo 1

Dalve Alves, Especialista Senior de Transporte del BID en Brasil, resume las ideas
clave del módulo:

 Por qué hablar de "siniestros" y no de "accidentes".

 Por qué la seguridad vial es un problema de desarrollo económico.

 La seguridad vial debe abordarse desde todos los sectores.

 Todos somos parte de la solución de los problemas de seguridad vial.

La seguridad vial a nivel global y regional es un tema en desarrollo económico.

Los países de ingresos medios y bajos son los más afectados,

eso no solo impacta el desarrollo de los países sino también tiene consecuencias graves sobre la
economía de las familias.

Es fundamental lograr una mayor inversión en la prevención para reducir así las altas tasas de
mortalidad

y discapacidad causadas en el tránsito.

Comencemos por cambiar el paradigma bajo el cual concebimos la seguridad vial

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evitemos utilizar el término "accidentes" y comencemos a llamarles "siniestros";

porque cuando hablamos de accidentes inferimos que son hechos que no se pueden prevenir y
suceden de forma inesperada.

Sin embargo, al hablar de un siniestro abrimos la posibilidad de referirnos a los hechos como
predecibles y prevenibles,

por lo tanto, que se pueden evitar.

Al cambiar ese paradigma podemos identificar no solo las consecuencias de las lesiones causadas
por el tránsito,

sino también los elementos que contribuyen a que esos ocurran.

Tener una visión integral del problema nos permite darnos cuenta

de la necesidad de abordar la situación desde un enfoque multisectorial.

Los siniestros de tránsito no son causales

son productos de una serie de elementos que al interactuar entre sí los provocan.

Por lo tanto, considerar esos elementos hace la diferencia entre tener consecuencias fatales o
cuidar de la vida de las personas.

Un trabajo en conjunto entre los diferentes sectores involucrados, tanto a nivel nacional, regional
y global

es vital para obtener resultados.

Recordemos que en la seguridad vial intervienen sectores como, por ejemplo, salud, transporte,
educación,

tránsito, justicia y economía.

Además, las agencias y organismos internacionales

así como los bancos para el desarrollo contribuyen a mejorar la situación

y a intercambiar experiencias de lecciones aprendidas entre diferentes países.

Si bien a cada sector le puede corresponder contribuir en algo específico

al interactuar con los demás se fomenta un análisis e intervenciones integrales.

Los invito a conocer más de cerca la labor que se realiza en cada sector relacionado con la
seguridad vial en tu país.

De qué manera interactúa con los organismos internacionales

así como la forma en la que puedes apoyar todos y todas.

Independientemente del lugar donde trabajemos y de cómo nos traslademos somos parte de la
solución.
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Promover un cambio es nuestra responsabilidad.