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PROSUMIDOR, PROPUESTA DE CAMPAÑA PARA ABARATAR LA CUENTA DE LUZ

Prosumidor", es un neologismo que define al consumidor que


genera energía verde en su casa para uso propio y vende el
excedente a la red.
Lo que se inyecta a la red se descuenta de la factura de electricidad de la compañía
distribuidora.

El equipo se amortiza en 8 a 10 años, pero tiene 30 años de vida útil

Es negocio para pymes que se pueden beneficiar mucho de


generar su propia energía y volcar los excedentes a la red
Hay un dato que permite vislumbrar un futuro promisorio para
esta variable "prosumidora": la red de transporte y distribucion de
energía siempre se está saturando, por lo que habrá que empezar
a generar energía limpia en el mismo lugar que se utiliza.
Ya hay leyes similares en Brasil, Argentina, España, etc.

Nuevo nombre para una nueva realidad, el usuario -una vivienda,


un comercio, un edificio público, una fábrica- que inyecta energía
a la red se llama prosumidor, acrónimo de productor y
consumidor. Y la generación se llama distribuida, por oposición a
la que se genera en las centrales eléctricas, y ésa es su principal
ventaja: se genera en el mismo lugar donde se consume, con lo
que se ahorra todo el gasto de transporte de la electricidad, la
infraestructura, su mantenimiento y las pérdidas de energía que
se producen en el camino entre la central eléctrica y el enchufe,
que son nada menos que de entre el 8 y el 15 por ciento.

La tecnología ya está disponible. Hasta ahora conocíamos los


sistemas autónomos o en isla, desconectados de la red, como los
que se usan en parajes rurales. Los paneles fotovoltaicos, que
transforman la luz del sol en electricidad, conectados a un
inversor que convierte la corriente continua en alterna, conectado
a su vez a un banco de baterías que da autonomía por varios días.

Los sistemas conectados a la red son dos. En red ( on grid, en


inglés), en el que los paneles están conectados al inversor y la
electricidad se vuelca alternativamente al consumo, si hay una
llave abierta, o a la red. Y el sistema híbrido, en el que hay paneles
y un inversor híbrido que puede dirigir inteligentemente,
programadamente, la electricidad al consumo, a un banco de
baterías o a la red, según convenga. Se llama híbrido porque tiene
banco de baterías como el autónomo y vuelca energía a la red,
como el on grid. Novedades: el banco de baterías hoy puede ser...
un auto eléctrico.

¿Cuál es entonces la capacidad de generación de estos sistemas y


cuánto cuestan? Abastecer completamente la demanda media de
un hogar de cuatro personas se logra instalando 20 m² de paneles
fotovoltaicos, lo que equivale a una potencia instalada de unos 2
kilovatios, y sale unos 8000 dólares. Regla de tres simple: un
sistema de 4000 dólares banca la mitad del consumo de un hogar
promedio, y uno de 2000, un cuarto.

Hoy, en la Argentina la energía fotovoltaica distribuida es cinco


veces más cara que la producida en un parque solar -unos 4
dólares el watt, contra 0,8-. En los países donde ya se ha
desarrollado, es entre 1,5 y dos veces más cara. Pero estos valores
no son del todo comparables, porque no incluyen lo que se ahorra
en transporte y distribución con la distribuida.
Por otro lado, la innovación viene abaratando los costos de
manera constante. Los paneles solares tienen su propia ley de
Moore, la que verificó que los chips de computadora duplicaban
su capacidad y su costo caía a la mitad cada 10 años. Es la ley de
Naam, por el desarrollador informático y tecnólogo Ramez Naam,
que dio a conocer en 2011 cómo el precio de la energía fotovoltaica
viene cayendo a razón de 7% al año desde 1980.

El costo de la fotovoltaica distribuida se redujo un 54% entre


2008 y 2015 en Estados Unidos, según un informe del
Departamento de Energía de ese país, que ya llegó al millón de
instalaciones y a los 12 gigavatios de potencia instalada. Según
datos de la Asociación de Industrias de Energía Solar (SEIA), los
prosumidores estadounidenses vuelcan en la red entre el 20% y el
40% de la electricidad que generan.

Una de las cuestiones a regular es cómo se les paga a los


prosumidores la energía inyectada en la red. La aplicación de una
tarifa de incentivo, tal como prevé el proyecto unificado de
Diputados, que permita al prosumidor recuperar la inversión
hecha en los equipos en no más de seis años, resulta razonable.
Aunque este incentivo debe aplicarse sólo mientras no se haya
alcanzado la paridad de red, es decir, mientras el precio de la
distribuida sea más caro que el precio mayorista de la electricidad.
Para controlar esta condición, la autoridad de aplicación de la ley
deberá monitorear la paridad de red en cada área.

Y hay otra definición anterior o más importante. ¿A quién puede


venderle la electricidad el prosumidor? En todos los proyectos de
ley en cuestión y en las regulaciones provinciales vigentes, sólo a
las distribuidoras, que son monopolios en su área de concesión.
Esto atenta contra la libertad de elección de los prosumidores y
contradice el espíritu de la ley 24.065, régimen de energía
eléctrica, que en su artículo 6º establece que los generadores
pueden negociar libremente la venta de energía a distribuidores y
grandes usuarios. ¿Y qué son los prosumidores si no generadores,
en pequeña escala, pero generadores al fin?

Para garantizar la libertad de venta de los prosumidores, desde el


Comité Argentino del Consejo Mundial de Energía propusimos la
creación de la figura de agentes comercializadores de energía
renovable distribuida en el marco de los ya existentes agentes
comercializadores del mercado mayorista eléctrico de la ley
24.065.

Estos agentes comercializadores -empresas privadas, públicas o


mixtas que no sean las distribuidoras; sería bueno dar prioridad a
pymes nacionales en una primera etapa de implementación de
competencia controlada- podrían agregar la compra de energía de
varios prosumidores y venderla en el mercado mayorista eléctrico.
También gestionarían la conexión a la red de los prosumidores. Y
pagarían un canon a la distribuidora por el uso de la red, para
evitar la falla de mercado conocida como la "espiral de la muerte".
Se produce cuando las distribuidoras dejan de percibir ingresos
por la energía que generan los prosumidores y, al tener que seguir
manteniendo y desarrollando la red, se ven forzadas a aumentar
drásticamente el precio de la energía.

En síntesis, la generación renovable distribuida es la próxima


revolución en el sistema eléctrico: antes fue la democratización del
consumo, ahora es la democratización de la generación eléctrica.
La disyuntiva es entre hacer una ley que hable de generación
renovable distribuida, pero que no cambie el sistema, o abrir
realmente el mercado a esta renovable limpia, asequible, cada vez
más barata, que ahorra el gasto y la huella del transporte de
electricidad y que entrega energía lista para ser consumida allí
donde se la necesita.

Ingeniero. Especialista en energías renovables y


miembro del Comité Argentino del Consejo Mundial de
Energía

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