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VALLES DE SULA
Estudiantes:
Claudia Carolina Leiva 20122007098
Graciela Maricel Muñoz 20132007529
Cindy Stfany Ortez 20142001651
Gradix Margarita Reyes 20101004728
Miriam Yorgeny Mejía 20112006835
Sección: 20: 00
Fecha: 17/10/2017
HISTORIA
Desde un punto de vista histórico, la elaboración del concepto de sanción se ha
encontrado íntimamente unida a la evolución del Derecho Sancionador como
cuerpo jurídico dotado de autonomía frente a otras potestades administrativas. En
concreto, esta relación se pone de manifiesto en la trayectoria paralela que ha
seguido la delimitación, por una parte, del concepto de sanción frente a otras
medidas de naturaleza administrativa y del Derecho Sancionador frente a otras
potestades de la Administración.
CONCEPTO
Las sanciones administrativas son un tipo de acto administrativo que consiste en
una represalia por parte del estado, consecuencia de una conducta ilícita del
administrado. Se define como cualquier afectación realizada por parte de la
Administración a un administrado como consecuencia de una conducta ilegal, a
resultas de un procedimiento administrativo, y con una finalidad puramente
represora.
La sanción administrativa constituye uno de los actos administrativos gravosos
para los administrados se la ha definido como un mal infringido por la
Administración a un administrado como consecuencia de una conducta ilegal. Este
mal (fin aflictivo de la sanción) consistirá siempre en la privación de un bien o un
derecho, imposición de una obligación o pago de una multa.
LA SANCIÓN ADMINISTRATIVA
Antes de seguir adelante, y a efecto de comprender mejor el sentido y alcance de
las materias que se tratarán, conviene detenerse en determinar el actual estado de
la cuestión respecto de la naturaleza jurídica de las contravenciones que son
materia del procedimiento en estudio, qué principios las rigen y revisar su
constitucionalidad.
Hay dos posiciones principales, cuyos fundamentos a su vez son los siguientes:
No se debe olvidar que bajo el Estado absoluto los asuntos de policía constituían
un ámbito separado del orden jurídico, donde la Administración llegó a gozar de un
enorme espacio de libertad, pues las determinaciones que se adoptaran en esta
materia eran inapelables.
ELEMENTOS
Sus elementos son:
Existen diversos elementos que determinan las características de la sanción
administrativa:
FUNDAMENTO
CLASES
SANCIONES ADMINISTRATIVAS
Imposición por la Administración, en el ejercicio de la potestad sancionadora, de
una multa pecuniaria al responsable de una infracción administrativa. Nunca
podrán adoptarse medidas privativas de libertad. Las sanciones administrativas
pueden ir acompañadas de medidas re- sarcitorias destinadas a reparar el daño
causado. Asimismo, mediante acuerdo motivado podrán adoptarse medidas
provisionales destinadas a asegurar la eficacia de la resolución final que pueda
recaer.
DERECHO ADMINISTRATIVO
Aunque la sanción administrativa más característica es la multa, no es éste el
único tipo de sanción al poder consistir éstas en la pérdida de
un derecho o expectativa, aunque no en la privación de la libertad, debiendo
cuidarse de la proporcionalidad entre infracción y sanción.
Ahora bien, no cualquier consecuencia negativa para el administrado puede ser
identificada con el concepto de sanción administrativa, con lo que ello supone de
aplicación o no de su régimen jurídico y garantías, siendo preciso para ello se
encuentren tipificadas como tales los hechos correspondientes y que el imputado
sea considerado culpable. Así, en el caso de que se obtenga un beneficio, título o
se desarrolle una actividad sin contar con los requisitos exigidos para ello, la
aplicación del ordenamiento jurídico rescindiendo, clausurando, etc., no
necesariamente es una sanción cuanto una consecuencia de la auto tutela
administrativa. No deben confundirse las sanciones administrativas con
la coacción administrativa, e igualmente no pueden confundirse las sanciones
administrativas y la imposición de la obligación de reponer las cosas dañadas a
su estado primitivo o a indemnizar por los daños o perjuicios causados en las
mismas, posibilidad ésta tradicionalmente contemplada en la legislación.
Son los castigos impuestos por la Administración a un administrado con el fin de
reprimir una acción u omisión de aquél que ha conllevado
una infracción de disposición administrativa. El castigo consiste en un mal que, en
todo caso, nunca podrá consistir, directa ni subsidiariamente, en una privación
de libertad del sancionado. Podrán constituir sanción, por tanto, la multa, la
privación del carnet de conducir, el cierre de establecimientos, la pérdida de
la carrera funcionaria, y la pérdida del curso escolar. Conviene diferenciar las
sanciones de las medidas preventivas o las dirigidas a impedir una infracción, y de
las medidas resarcitorias o las dirigidas a reparar las consecuencias dañosas de
una infracción.
Así, una visión retrospectiva permite señalar que el concepto de sanción, dentro
de un planteamiento general de la Policía administrativa, hacía referencia a la
policía represiva lo cual no permitía delimitar unos contornos claros ya que
constituía un concepto amplio que integraba medidas que hoy día se distinguen, al
menos en un plano teórico, del concepto de sanción. Así, ya en los años 50,
incluía dentro de la policía represiva medidas de muy diversa naturaleza: "cuando
la infracción ha sobrevenido por hacer lo prohibido, la sanción estriba, ya en la
reparación del daño causado, ya en la indemnización de perjuicios, en lo que
afecta a la cosa perjudicada y en multas o arrestos en lo referente al culpable. Hoy
día, la admisión de una autonomía del Derecho Sancionador ha llevado a la
formulación de un concepto de sanción paralelo a la pena, lo que ha conllevado la
exclusión de medidas que se ha entendido carecen de naturaleza punitiva.
Sanción, señala que, es "un mal infligido por la Administración a un administrado
como consecuencia de una conducta ilegal.
La sanción, de acuerdo con esta definición integra dos elementos de carácter
sustantivo: por una parte, el mal impuesto y por otra, la conducta ilegal que sirve
de presupuesto; y un elemento formal: el órgano de la Administración al que
compete su imposición ha añadido a este concepto dos elementos: en primer lugar
que el mal se imponga "a resultas de un procedimiento administrativo y (en
segundo lugar) con una finalidad puramente represora Un concepto amplio de
sanción administrativa, susceptible, en principio de dar cabida a figuras muy
diferentes, como tendremos la oportunidad de examinar.
Desde el punto de vista de su tratamiento normativo, la diferencia entre la multa y
estas medidas alternativas se encuentra en que mientras la primera es siempre
calificada como sanción -con la excepción de la multa coercitiva que luego
examinaremos- las medidas complementarias o alternativas citadas no responden
a un criterio normativo unívoco. Así, como más adelante examinaré con mayor
detenimiento, una misma medida puede ser calificada como sanción en un sector
del ordenamiento y por el contrario ser excluida del orden sancionador en otro
sector.
La doctrina, como he señalado anteriormente, considera que la sanción tiene un
carácter sustantivo o supra legal, y en consecuencia la calificación como sanción
no es consecuencia de la discrecional opción normativa sino de la concurrencia de
los presupuestos o requisitos del concepto de sanción formulado (mal infligido por
la Administración como consecuencia de la comisión de una infracción).
1. Principio De Legalidad
Dentro de la ideología de un Estado Democrático de Derecho, el principio de
legalidad constituye uno de sus fundamentos y, para el caso de la Administración,
supone que esta se encuentra sometida plenamente a la Ley y al Derecho. Para la
nuestra jurisprudencia el principio de legalidad “implica que la acción
administrativa debe necesariamente, adecuarse a la totalidad del sistema
normativo escrito o no escrito, o sea a lo que solemos llamar bloque de legalidad
(…) en todo momento requiere de una habilitación normativa que a un propio
tiempo justifique y autorice la conducta desplegada para que esta pueda
considerarse lícita, y más que lícita, no prohibida”.
1.2. Tipicidad
Por su parte, la tipicidad se refiere a la exigencia hecha a la Administración para
que de manera previa a la conducta reprochada, se establezcan las infracciones
en las que puede incurrir un sujeto, así como las correspondientes sanciones
que le podrían ser aplicadas en caso de comprobarse el hecho que se le
atribuye, todo lo cual viene a garantizar el principio de seguridad jurídica que
necesariamente debe impregnar los diferentes ámbitos de la materia
sancionadora.
2. Principio De Culpabilidad
Este principio, importado del Derecho Penal, es aplicado en el ámbito del Derecho
Administrativo, con matices propios.
3. Principio De Oficiosidad
Se refiere a la facultad dada a la Administración para ordenar y efectuar actos
dentro de un procedimiento, aunque éstos no hayan sido expresamente solicitados
por alguna de las partes. Por medio del principio en comentario “incumbe a la
autoridad administrativa dirigir el procedimiento y ordenar la práctica de cuanto
sea conveniente para el esclarecimiento y resolución de la cuestión planteada. El
principio de oficialidad es el que domina el procedimiento administrativo”.
4. Principio De Imparcialidad
Con este principio se procura garantizar que en la búsqueda de la verdad real, la
Administración actuará con objetividad en la toma de decisiones y con absoluto
respeto hacia los derechos subjetivos e intereses legítimos de los administrados.
5. Principio De Informalismo
El informalismo protege la idea “pro-actione” por el fondo, según la cual se deben
eliminar los obstáculos puestos innecesariamente en el desarrollo de un
procedimiento propio de la Administración, a fin de que éste se realice de forma
ágil, procurando que el asunto sea definido con la mayor celeridad. En
consecuencia, el procedimiento administrativo debe orientarse a evitar lo
complicado y excesivamente burocrático, prefiriendo un moderado formalismo,
sencillez y flexibilidad.
DERECHO ADMINISTRATIVO
La potestad sancionadora es aquella facultad de la administración pública de
imponer sanciones a través de un procedimiento administrativo, entendida
la sanción administrativa como aquel mal infligido a un administrado como
consecuencia de una conducta ilícita, con finalidad represora, consistiendo
la sanción en la privación de un bien o derecho, o la imposición de un deber, al
estar vedada para la administración pública las sanciones consistentes en
privación de libertad.
Al igual que en el Derecho Penal, sólo podrán ser sancionados quienes resulten
responsables, es decir, culpables, aunque podrán ser sancionadas tanto las
personas físicas como las jurídicas.
Los principios procedimentales engloban una serie de garantías procesales, de
derechos de defensa.
FUNDAMENTACION
1) LA CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA;
Artículo 5.- El gobierno debe sustentarse en el principio de la democracia
participativa del cual se deriva la integración nacional, que implica
participación de todos los sectores políticos en la administración pública a
fin de asegurar y fortalecer el progreso de Honduras basado en la
estabilidad política y en la conciliación nacional.
Artículo 88.- No se ejercerá violencia ni coacción de ninguna clase sobre la
persona para forzarlas o declarar.
Articulo 260.-
Inciso 7.- El Régimen Jurídico general de las instituciones descentralizadas
se establecerá mediante la ley general de la Administración Publica que se
emita.
Constitución de la Republica
Artículo 75.- La Ley que regule la emisión del pensamiento, podrá establecer
censura previa, para proteger los valores éticos y culturales de la sociedad, así
como los derechos de las personas, especialmente de la infancia, de la
adolescencia y de la juventud.
3) LA PRESENTE LEY;
LEY GENERAL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
Artículo 6.- Párrafo Segundo
La Administración Pública debe concertar con los demás Poderes del
Estado y la sociedad hondureña los objetivos y metas comunes y los
medios para alcanzarlos.
8) La Jurisprudencia Administrativa;
La jurisprudencia está constituida por las sentencias judiciales
concordantes sobre un mismo punto. Su misión es:
explicativa: si la ley es oscura, su aplicación por los órganos judiciales
supone aclarar y fijar su alcance;
supletoria: la jurisprudencia debe dar solución a los casos que la ley no ha
previsto;
renovadora: la jurisprudencia prolonga la vigencia de la ley, y hace flexibles
y duraderos sus principios.
La jurisprudencia administrativa puede ser de 2 tipos, según su origen:
1. Sentencias del fuero contencioso administrativo (sede judicial).
2. Dictámenes de la Procuración del Tesoro Nacional (sede administrativa).
LA SANCIÓN:
DEFINICIÓN DE SANCIÓN:
- Aníbal Bacuñan:
Sanción es la consecuencia jurídica que el cumplimiento de un deber
produce en relación con el obligado.
- Rojina Villegas:
Consecuencia jurídica impuesta por el legislador para los casos del
incumplimiento de un deber previsto por el derecho.
Deber jurídico – Sanción.
(Prestación) (Resultado perjudicial)
CARACTERÍSTICAS DE LA SANCIÓN:
CLASIFICACIÓN DE LA SANCIÓN:
DERECHO PENAL
En efecto, además de los elementos externos o formales (son actos que emanan
de un órgano de la Administración, que se aplica previo procedimiento
administrativo y mediante actos administrativos), la sanción administrativa es un
mal infringido por un órgano administrativo que supone una conducta ilícita por
parte del particular y una finalidad esencialmente represora. En algunos casos
nuestra jurisprudencia ha considerado un concepto más amplio y entiende que
todo acto desfavorable constituye una sanción, aunque lo hace con la finalidad de
aplicar la garantía constitucional del justo y racional procedimiento, bajo un
concepto amplio de jurisdicción desarrollado por la doctrina y jurisprudencia
constitucional. Sin embargo, nuestra jurisprudencia judicial y administrativa, así
como la doctrina nacional, tiende a utilizar el concepto más estricto de sanción
administrativa.
Por su parte, la relación que existe entre las sanciones administrativas y penales
ha sido uno de los puntos de discusión de más antigua data. Partiendo por una
separación tajante y natural, se ha llegado a afirmar la identidad ontológica de las
mismas, al punto de constituir variantes en el ejercicio del ius puniendi del Estado
al momento de implementar una política represiva en resguardo de determinado
bienes jurídicos. Así por lo demás, lo ha entendido nuestro Tribunal Constitucional,
el que ha insistido que ambas formas represivas forman parte de un tronco común
y que se bifurcan en la vía administrativa o penal por determinación del legislador,
aunque sujeto a algunas limitaciones, como es la estricta judicialización de las
penas privativas de libertad y la aplicación del principio de proporcionalidad.
CONCLUSIONES
Los principios incluidos dentro del Debido Proceso no constituyen una lista
taxativa, sino que a estos pueden incorporarse algunos otros principios que
favorezcan el desarrollo de un procedimiento administrativo sancionador, con
absoluto respeto de los derechos del investigado.
https://libros-revistas-derecho.vlex.es/vid/teoria-sancion-dificultades-
delimitacion-201157
http://www.marcialpons.es/libros/derecho/derecho-administrativo/el-
administrado/infracciones-y-sanciones-administrativas/01010903/M/
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0041-
86332010000100017
http://www.jurisprudencia.gob.sv/documentosboveda/d/4/2010-
2019/2012/03/95665.pdf
https://www.atelierlibros.es/libros/materias/derecho-
administrativo/sanciones-administrativas/40/
http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-
97532013000100004
http://www.monografias.com/trabajos10/actad/actad.shtml
http://www.poderjudicial.gob.hn/Jurisprudencia/Documents/CP-48-2011.pdf
http://es.zapmeta.ws/ws?q=derecho%20administrativo%20libros&asid=ws_
es_gc2_08&mt=b&nw=g&de=c&ap=1o1
ANEXOS
Potestad: Poder o autoridad que alguien tiene sobre una persona o una cosa.
Comiso: Pena accesoria por los delitos de contrabando, salvo cuando los géneros
o efectos sean de lícito comercio y hayan sido adquiridos por un tercero de buena
fe.
Ius Naturalismo: Designa a una teoría del Derecho, no sólo jurídica sino también
ética y filosófica que postula la existencia de derechos en el hombre determinados
por la naturaleza humana y previos a todo ordenamiento jurídico (Derecho
natural).
Este trabajo tiene por objeto analizar el problema de la relación entre el Derecho
administrativo sancionador y el Derecho penal, a partir de los conceptos de delito
penal y de infracciones administrativa. El autor plantea que nuestra doctrina y
jurisprudencia ha seguido las teorías y posiciones comparadas, sin reparar
respecto de los alcances que tendrían a la luz de nuestra Constitución. A su vez,
afirma que la identidad ontológica entre penas y sanciones administrativas es
admisible constitucionalmente en el marco de una política represiva que el Estado
debe desarrollar a partir del legislador, sujeta a límites sustantivos reconocidos y
desarrollados por nuestra jurisprudencia constitucional.
CONSIDERACIONES PREVIAS
Por tal razón, este trabajo tiene por objeto establecer desde una perspectiva
dogmática cuál sería la naturaleza, sentido y fundamentos de las sanciones
administrativas en el Derecho chileno, teniendo presente que la potestad punitiva
del Estado encuentra en el Derecho penal su máxima expresión, sometiéndose su
aplicación a una serie de garantías, muchas de las cuales se encuentran
atenuadas o derechamente no existen en el ámbito de la Administración del
Estado.
Ahora bien, considerando la envergadura de un estudio de esta naturaleza, resulta
necesario advertir desde ya cuáles serán los límites que tendrá este análisis:
a) En primer término, se trata de una materia que ha congregado a los estudiosos
del Derecho penal y del Derecho administrativo con grados diversos de intensidad
en su análisis y con perspectivas claramente diversas, más aún si se tiene
presente que se trata de disciplinas que se construyen a partir de conceptos y
categorías dogmáticas que no son homogéneas ni intercambiables. Por tal razón,
el estudio de las sanciones administrativas exige un esfuerzo que permita conectar
y coordinar necesariamente ambas disciplinas, de manera que la respuesta que
reciba en el orden penal guarde necesaria correspondencia con el orden jurídico-
administrativo.
En definitiva, ya sea que exista una identidad ontológica o no entre las penas y las
sanciones administrativas, la conclusión a la que arriban nuestros autores es que
deben implementarse mecanismos para dotar de mayores garantías a los
particulares frente al ejercicio del poder punitivo entregado a la Administración del
Estado, pues desde el punto de vista del derecho positivo, la sanciones
administrativas no están sometidas al régimen de las penas. Sin embargo, esto no
resuelve el tema de fondo sobre la existencia de una identidad ontológica entre
ambos ilícitos y, en su caso, la posibilidad de que el legislador pueda tener límites
cualitativos en su configuración.
En este sentido, sostiene la existencia de un concepto amplio y restringido de
pena. El concepto amplio comprende todas las sanciones que aplican los órganos
del Estado, mientras que el concepto restringido comprende solo aquellas
contenidas en el Código Penal, según su artículo 20
Por una parte, las tesis de la separación sustancial entre unas y otras demuestran
evidentes falencias cuando nos encontramos con tipos penales que en su
estructura y fin no guardan mayores diferencias con las infracciones
administrativas, especialmente aquellas que se construyen en el ámbito del medio
ambiente, la salubridad pública o en materia urbanística, bajo formas de peligro
abstracto. A su vez, las tesis formalistas tampoco resuelven de forma definitiva el
problema, porque una explicación centrada únicamente en la autoridad que debe
aplicar la sanción o en la cuantía o gravedad de la misma, no deja de plantear
serios reparos, especialmente respecto de los límites que tendría el legislador en
esta materia. Además, esta posición trata de mostrarse de forma aséptica frente a
las concepciones valorativas o ético-social, pero implícitamente se plantean
criterios cualitativos, como la imposibilidad de aplicar penas privativas de libertad
por la vía administrativa o que las multas administrativas no sean convertibles en
este tipo de sanciones, dejando siempre la sensación de que nos encontramos
ante planteamientos de política legislativa y no de naturaleza dogmática.
Tal como lo plantea la doctrina moderna, el problema debe ser analizado desde la
perspectiva del Derecho del Estado, considerando las funciones y deberes que el
ordenamiento jurídico le ha impuesto, así como los instrumentos necesarios para
cumplir dicha función. La posición que tiene el Estado frente al ser humano
(servicialidad), el deber de promoción del bien común y de integración armónica
de todos los sectores de la Nación que le impone la Carta fundamental (artículo
1º), exigen que este deba adoptar todas las medidas y ejercer las atribuciones que
el ordenamiento jurídico le confiere destinadas a cumplir un rol de conformación
social que responda a estos valores y bienes constitucionales.
Estas exigencias han llegado a un crecimiento exponencial frente a una sociedad
que se ha hecho más compleja desde la revolución industrial llegando a lo que se
ha denominado la moderna sociedad del riesgo. Todo lo anterior ha demandado
una intervención decidida del Estado mediante una acción oportuna y eficaz, la
que muchas veces no se encuentra en la naturaleza, dinámica y ritualidad propia
de los procesos judiciales y que exige, por lo tanto, asumir tal función por medio
de sus órganos administrativos, dejando para una segunda fase el control
jurisdiccional. Esto coloca a la actividad judicial en una función subsidiaria,
especialmente en lo que se refiere al Derecho penal, respondiendo a la idea de
que la represión criminal tiene el carácter de ultima ratio frente a las otras medidas
que puede adoptar el Estado para satisfacer y proteger determinados valores y
bienes constitucionales.
Esta distinción permite comprender cómo juega la potestad punitiva del Estado en
la configuración de los ilícitos, en la medida que el legislador castiga las conductas
consideradas en el Derecho penal nuclear solo por la vía penal, mientras que en el
caso del Derecho penal colateral, sigue criterios de eficacia u oportunidad para
determinar qué conductas serán sancionadas por la vía judicial (delitos) o
administrativa (infracciones). Los delitos contra la vida, la integridad física y el
patrimonio constituyen parte de este espacio del Derecho penal nuclear, y aparece
como algo inimaginable que estos puedan ser entregados al conocimiento y
aplicación por parte de órganos administrativos. Por su parte, aquellos ilícitos que
tienen por objeto la protección del medio ambiente, la libre competencia, el
urbanismo, el mercado financiero, etc., bien pueden ser sancionados por la vía
penal o por la vía administrativa, cuestión que no plantea mayores objeciones en
el marco de una política pública que tiende a lograr determinadas metas y
objetivos, en donde la potestad punitiva del Estado aparece como uno de los
instrumentos que necesariamente se orienta a dicha finalidad. En esta
determinación será el legislador quien tendrá que ponderar la forma de actuar,
sujeto a la ritualidad y formas propios del proceso judicial o mediante las técnicas
y mecanismos de actuación que son inherentes a los órganos que forman parte de
la Administración del Estado. En uno y otro camino se tendrá que tener presente la
relación directamente proporcional que se produce entre la gravedad de la sanción
que se pretende aplicar y las garantías que amparan la posición del particular.
Tal como se ha expuesto, parece del todo lógico y razonable la forma como se
conforma el abanico de opciones que tiene el legislador al momento de regular los
ilícitos penales y administrativos. Sin embargo, todavía queda por resolver si esta
forma de actuación resulta admisible a la luz de nuestro ordenamiento
constitucional, que es en definitiva lo determinante en esta materia.