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La Inteligencia Artificial ¿Una gran aliada o potencial enemiga?

Durante la historia de la literatura, y demás disciplinas imaginativas, los visionarios han

soñado con el futuro y sus ambigüedades; convergían en la búsqueda de un mundo donde la

vida y oficios se hicieran más fáciles, y las ideas y fantasías más irracionales, posibles. Pero

también hubo hombres a los que el cegador brillo de tal futuro no les cautivó por completo, y

a raíz de sus temores pudieron prever los acontecimientos del ahora. Uno de ellos, fue

Aldous Huxley, conocido por su obra literaria Un mundo Feliz. El literato afirmó “Los

avances tecnológicos nos han provisto solo de medios más eficientes para ir en retroceso”

(Huxley, 1956). Estas palabras parecen estar más que vigentes, en una actualidad ferozmente

criticada por la degradación de muchos elementos, como las relaciones interpersonales y

sociales, la educación; las artes, entre otros. Y el futuro plantea otro nuevo reto: la

inteligencia artificial, y el dilema entre sus amplios beneficios o inciertas consecuencias.

Lo cierto es que la Inteligencia Artificial (IA) es una realidad, y los temores de muchas

personas se están manifestando poco a poco. Y aunque no se esté dando el caso de robots

tratando de colonizar el planeta, la IA supone un riesgo para el sustento económico de gran

parte de la población trabajadora. Existen casos donde se ha sustituido personal por

Inteligencia Artificial que cumpla sus funciones; como lo es el caso de una compañía de

seguros en Japón. Fukoku Mutual Life Insurance1, reemplazó 34 trabajadores por una IA
llamada Watson Explorer, desarrollada por IBM. El programa se encarga de calcular los

desembolsos para los afiliados, labor que le correspondía antes al personal despedido. La

empresa desarrolladora (IBM) afirma que su IA es capaz de “pensar como un humano” y que

es mucho más rápida para hacer cálculos y analizar datos; y la firma de seguros de vida

sostiene que su productividad aumentaría en un 30% gracias a esta invención. Según un

reporte del Nomura Research Institute2; el país del Sol Naciente, reconocido por sus

exponenciales avances tecnológicos; tendría el 49% de los empleos operados por robots en el

2030.

Por programación y algoritmos, las tareas relacionadas con cálculos son las más adecuadas

para las IA, aunque no son las únicas que se estiman que serán paulatinamente reemplazadas.

Las labores más susceptibles a ser computarizadas serían las relacionadas los sectores de

transporte y trasteo de materiales, producción, construcción y extracción, oficina y

administrativos. Mientras que ventas y salud poseen una probabilidad media de

computarización. Los oficios relacionados con la creatividad, la originalidad, la persuasión, el

arte, la ingeniería, carisma y habilidades sociales tienen pocas posibilidades de sufrir por la

computarización. Y es que, según una investigación realizada por Carl Benedikt Frey y

Michael Osborne de la Universidad de Oxford, para éstos oficios y profesiones se requiere

alto nivel imaginativo e inteligencia social.3


Sin embargo, la funcionalidad de la Inteligencia Artificial no tiene límites, y los problemas

relacionados con la la imaginación y creatividad tampoco parecen ser obstáculo. Google

lanzó su proyecto Magenta4, orientado al papel de la IA en las artes. Estos declaran que la

clave está en el aprender; por lo que utilizan algoritmos para tratar de “enseñar” a la IA; la

cual ha compuesto pequeños fragmentos de canciones. Otro ejemplo de alcance de la IA en

las artes es el proyecto del Laboratorio de Arte e Inteligencia Artificial de la Universidad de

Rutgers, quienes han desarrollado arte hecho por computadora; el cuál, afirman, es

indistinguible del hecho por artistas contemporáneos4. Y gracias a que las inversiones a los

proyectos relacionados con la IA son cuantiosas; es muy probable que tengamos cada vez

más noticias sobre los grandes progresos en su desarrollo; al mismo tiempo que encontramos

que ya no son indispensables las capacidades humanas, tanto físicas como creativas sino que

se necesitan solo de herramientas para manejar las máquinas.

Bibliografía
Huxley, A. (1956). Adonis y el Alfabeto.
Justin McCurry.( 2017) The Guardian Japanese company replaces office workers with artificial
intelligence

Nomura Reaseach Institute (2015) El 49% de la población japonesa puede ser reemplazada por
robots

Carl Benedikt Frey, Michael A. Osborne (2013) El futuro del empleo ¿Cuán susceptibles son los
empleos a ser computarizados?"

Google Open Source https://opensource.google.com/projects/magenta

CAN: Creative Adversarial Networks Generating “Art” by Learning About Styles and Deviating from
Style Norms. https://arxiv.org/pdf/1706.07068.pdf

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