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LA LUCHA INTERIOR DEL CREYENTE

Romanos 7:15-21 – Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino
lo que aborrezco, eso hago. 16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es
buena. 17 De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.
18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está
en mí, pero no el hacerlo. 19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero,
eso hago. 20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.
21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.
INTRODUCCIÓN
Como podemos apreciar, los versículos que hemos leído nos describen claramente la batalla interna que
todo cristiano pelea a diario. Amados cada uno de nosotros tenemos esta lucha a diario, vemos como el
apóstol Pablo nos describe su batalla en contra de sus propios pensamientos, en contra de su propia carne,
y la realidad es que el campo principal de batalla de la guerra espiritual es nuestra mente.

En nuestra mente es donde nace la soberbia, los hurtos, las avaricias, las maldades, el
engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la insensatez, las mentiras…
Sentimientos y pensamientos que bien sabemos desagradan a Dios, y que se nos llama a eliminarlos. La pelea
entre el bien y el mal es constante en la vida del creyente y si no aprendemos a identificar los ataques del
enemigo, entonces podemos ser presas fáciles por el enemigo y caer en el pecado. Así que hermanos ahora
la pregunta que debemos hacernos es, ¿cómo podemos ganar esta guerra?
Anécdota
Un pescador esquimal venía todos los sábados por la tarde a la ciudad. Siempre traía consigo a sus dos perros,
uno blanco y otro negro. Este pescador les había enseñado a pelear a los perros cuando le ordenaba hacerlo.
Cada sábado por la tarde en la plaza de su pueblo, se juntaba la gente para ver pelear a sus perros, y los
pescadores hacían sus apuestas, mientras que los dos perros luchaban. A veces, ganaba el perro blanco, y
otras veces el perro negro, pero el dueño de los perros siempre ganaba las apuestas. Sus amigos comenzaron
a preguntarle cómo lo hacía. Él dijo: para que gane el perro negro, dejo de alimentar al perro blanco, o dejo
de alimentar al perro blanco para que gane el perro negro. Así doy de comer a quien quiero que gane. El
perro que está bien alimentado gana, porque es más fuerte.
La solución para poder siempre vencer los ataques del enemigo ha quedado muy bien reflejada en esta
historia, Me detengo por un breve instante para aclarar algo. Yo estoy completamente consciente de que
esta historia no tiene nada que ver con Dios ni el cristianismo, pero existe una gran verdad en él. Digo esto
porque la verdad es que lo que nosotros escojamos alimentar, eso será lo que dominará nuestra vida.

1. LA CARNE ES DEBIL -TENTACIÓN (Mateo 26:36) (Marcos 14:32) (Lucas 22:44)


En este pasaje bíblico vemos a nuestro Señor Jesucristo en su humanidad. SAN JUAN 1:14 nos dice Y aquel
Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito
del Padre), lleno de gracia y de verdad.

Sabemos que el Señor Jesucristo vivió en la carne igual que nosotros, vivió más de 30 años en una humanidad
débil como la nuestra.(TENTACIÓN EN EL DESIERTO Mateo 4) La tentación más terrible que tuvo el Señor fue
la noche anterior que tenía que dejarse matar. Cuando entro al Getsemaní con sus discípulos, me inmagino
legiones de demonios tentándolo al Señor diciéndole que no se dejara matar, la tentación fue tan terrible
y la opresión diabólica fue terrible que Jesús el hijo de Dios comenzó a orar y lo primero que dijo fue ¡Padre
pasa de mi esta copa!... fíjese que si la carne es débil que aun la humanidad de Jesús como que quiso
desistir el sacrificio tan terrible y hablo de esa forma, eso es como decir no permitas que me maten, no
permitas que el látigo romano destroce mi cuerpo, no permitas que sea escupido y despreciado por tanto
que amo, eso implicaba que todos nosotros nos íbamos a perder y no hubiéramos estado aquí en este
momento. Pero de inmediato el hombre Espiritual, el hombre que está firme, el hombre que ama a Dios
sobre todas las cosas enseguida reacciona y toma dominio de la carne y dice ¡pero Padre no como yo quiera
sino como tú quieras!
El Señor nos dio este ejemplo para vencer la tentación Hebreos 4:15. Tentado en todo y nunca pecó.
2. ¿Cuándo SOMOS TENTADOS? (Santiago 1:13)
(Santiago 1:13) 13Cuando alguno es tentado no diga que es tentado de parte de Dios, porque Dios no puede
ser tentado por el mal ni él tienta a nadie; 14sino que cada uno es tentado, cuando de su propia pasión es
atraído y seducido. 15Entonces la pasión, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo
consumado, da a luz la muerte.
Cuando caigamos en la tentación debemos reconocer que somos responsables por nuestro pecado.
Reconozcamos que hay concupiscencia (deseos) en nuestros corazones, que hay deseos pecaminosos
todavía dentro de nosotros que es lo que nos lleva a suceder a la tentación. Y que nuestro deber es resistir
la tentación con la sabiduría que da Dios. Aceptemos que somos débiles y que por tanto que no debemos
jugar con la tentación porque ella es fuerte, nos arrastra, nos seduce y nos lleva al pecado y con el pecado la
muerte.
Si pecamos contra Dios y caemos en la tentación que da fruto al pecado y el pecado da fruto a la muerte, es
indispensable aceptar nuestra culpa como lo hizo David cuando censo el pueblo 1 Crónica 21.
RECOMPENSA AL QUE VENCE LA TENTACIÓN
Vemos claro las consecuencias de ser tentados y no estar preparados para la tentación, y la única arma
efectiva es la oración como nos enseñó el REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES

 Jesús oro toda la noche por que al amanecer sería entregado para ir a la cruz (San Lucas 22:39)
 Orando en todo tiempo y todo lugar Efesios 6:18
 (Santiago 1:12) 12Bienaventurado el hombre que soporta la tentación, porque cuando haya resistido la
prueba, recibirá la corona de vida que Dios ha prometido a los que lo aman (2Pedro 2:9) 9El Señor sabe
librar de tentación a los piadosos.

3. LA VIDA EN EL ESPÍRITU (GALATAS 5:16)


 Andar en el Espirito es ser bautizado por el Espíritu Santo y ser guiado por su voz (es lo más importante
para no ser un cristiano carnal)
 Una de las tareas es pedirle al Señor oír su voz (no siempre Dios te habla audiblemente, pero hay que
estar seguro DIOS VA A PONER PENSAMIENTOS EN NUESTRA MENTE)
 Pero qué hay de aquellos cristianos carnales que no oran, SINO QUE ANDA EN SUS PROPIOS DESEOS
 ROMANOS 8:5
 Todos los deseos pecaminosos son deseos de la carne
 El Espíritu Santo es el que nos guía a toda la verdad

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