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la Biblia
y un después en la Teología.
Billy Graham
en un año
el contacto directo
con la persona de Jesús.
New York Times
CertezaArgentina
Certeza
Certeza
9 789506 831844
PORTADILLA
CertezaArgentina
2013
Stott, John
Toda la Biblia en un año – 1° ed. – Buenos Aires :
Certeza Argentina, 2012.
384 pp. ; 23x15 cm.
ISBN: 978-950-683-184-4
1. Libros de Devoción. 2. Reflexiones Bíblicas. I. Título.
CDD 242
La ira de Herodes
Porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo. Mateo 2.13
En última instancia hay solo dos posibles respuestas a Jesucristo, que se sinteti-
zan en las figuras contrastantes de Herodes el Grande y los magos. La reacción
de Herodes estuvo en total coherencia con la personalidad que se conoce de él.
Su prolongado reinado estaba manchado de sangre. Fueron los romanos quienes
lo pusieron en el trono y lo designaron ‘rey de los judíos’. Pero en realidad era
un extranjero; su padre era un edomita y su madre una princesa árabe. No tenía
derecho ni título para ocupar el trono.
En consecuencia, su trono era inseguro y vivía atemorizado de sus rivales. Cuan-
do veía uno, de inmediato lo liquidaba, fuera varón o mujer. Mató a su esposa
Mariamne; a su madre, Alejandra; a sus tres hijos, Aristóbulo, Alejandro, y An-
típater. Mató a más de la mitad de los miembros del sanedrín y a varios de sus
tíos, primos, y otros parientes. Por lo tanto, no sorprende que el historiador judío
Josefo lo describa como el ‘monstruo despiadado’, o que el emperador Augusto
haya dicho que era más seguro ser un cerdo de Herodes que ser su hijo. Nosotros
diríamos que sufría de paranoia severa. Y en ese contexto, llegaron los magos y
preguntaron dónde estaba el que había nacido como ‘rey de los judíos’. ¡Cómo!
¡Él, Herodes, era el rey de los judíos! ¿Quién era este aspirante?
En principio, hoy se mantiene la misma situación. Muchas personas perciben
a Jesús como un rival, una molestia, una perturbación, lo que C. S. Lewis
llamaba el ‘entrometido trascendente’. Nos enfrentamos con una alternativa. O
consideramos a Jesús como una amenaza y nos decidimos, igual que Herodes,
a liberarnos de él, o lo vemos como el Rey de Reyes y nos decidimos, como los
sabios de oriente, a adorarlo.
enero a abril | 9
Enero 3
La huida a Egipto
He aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo:
Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Mateo 2.13
Los magos ya habían salido de Jerusalén para comenzar su viaje de regreso a
casa, con lo cual quedaba frustrado el plan de Herodes de destruir al bebé Jesús.
Ahora José recibió la indicación de tomar a Jesús y a su madre y huir al sur, a
Egipto. Resulta sumamente conmovedor ver al Hijo de Dios convertido en un
bebé refugiado e identificándose con los desposeídos del mundo.
Pero Mateo detecta algo más. Ve esta huida a Egipto como cumplimiento de las
Escrituras. ‘Para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta,
cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo’ (v. 15). No quiere decir que estas palabras
de Oseas 11.1 fueran una predicción literal de la huida de la familia santa a Egipto,
ya que la referencia original era al éxodo. Más bien, lo que entiende Mateo es que
la historia de Jesús es una recapitulación de la historia de Israel.
Del mismo modo que Israel había estado oprimido bajo el despótico gobierno
del faraón, también el niño Jesús se convirtió en un refugiado en Egipto debido
al despótico gobierno de Herodes en Palestina. Así como Israel cruzó las aguas
del mar Rojo, también Jesús cruzó las aguas del bautismo de Juan en el río Jor-
dán. Israel fue puesto a prueba en el desierto de Sin durante cuarenta años, Jesús
fue puesto a prueba en el desierto de Judea durante cuarenta días. Y así como
Moisés dio la ley a Israel en el monte Sinaí, también Jesús entregó las Bienaventu-
ranzas a sus discípulos en el Sermón del Monte, expresando en ellas la verdadera
interpretación y alcance de la ley.
Solo nos queda maravillarnos ante la providencia de Dios en esta reiteración de
un esquema de la historia sagrada.