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Moderador:
Luis A. Araque
Director AVE
Escritorio Araque, Reyna, De Jesús, Sosa, Viso & Pittier
Fernando M. Fernández
Escritorio Baker & McKenzie
Pedro Berrizbeitia
Escritorio J.R. Berrizbeitia
Está claro que el sistema penal que teníamos en Venezuela tenía que acabarse
porque había provocado el colapso de los tribunales, los cuales estaban saturados
de expedientes, convirtiendo el problema penal en una situación incontrolable. La
metodología para seleccionar los casos que serían atendidos quedó a
discrecionalidad del juez, con lo cual se pasaron por alto casos realmente
importantes, y se beneficiaron algunos amigos.
El COPP no debe ser rechazado en su totalidad porque trae muchos adelantos,
pero debe considerarse que su elaboración fue el producto de una presión inaudita
que perseguía principalmente que fuese promulgado en el quinquenio pasado.
Con esto, se pasaron por alto algunos detalles alarmantes que deben ser
revisados con carácter de urgencia.
Uno de estos detalles es la figura de la Suspensión Condicional del Proceso, la
cual conduce a la impunidad en delitos graves. Anteriormente teníamos la figura
de la Suspensión Condicional de la Ejecución de la Pena, que era aplicable a
personas con condenas de ocho años que no fuesen reincidentes y previo estudio
psicosocial que permitiese pronosticar la conducta de la persona. Esta figura
requería la supervisión del beneficiado, y además el Juez podía exigir la
reparación a la víctima. La figura actual es aplicable a todos los delitos
contemplados en la Ley de Salvaguarda del Patrimonio Público, con lo cual
cualquier implicado en un hecho de corrupción podrá acudir al Juez encargado de
su proceso, aceptar el hecho, y beneficiarse de la Suspensión Condicional del
Proceso, la cual ahorra la condena y la posterior suspensión de la pena,
permitiendo que el implicado se reinserte en la sociedad mientras cumpla con
ciertas condiciones tales como residir en un lugar determinado, hacer educación
básica, someterse a tratamientos de rehabilitación o simple vigilancia. La
indemnización a la víctima puede quedarse en espera durante el tiempo que dure
la suspensión del proceso, que puede ser hasta de cinco años. Además, el
legislador no pone ningún impedimento para que un reincidente pueda
beneficiarse de esta figura, de modo que si al día siguiente de vencido el plazo
determinado por el juez, la persona vuelve a delinquir, puede en el nuevo proceso
volver a solicitar la Suspensión Condicional del Proceso. Esto no quiere decir que
para todos los casos la reincidencia debe ser un elemento que debe pesar sobre
la persona durante toda su vida, pero si debe ser tomado en cuenta por el Juez
para evaluar la conveniencia de otorgar el beneficio.
En el caso de los Acuerdos Reparatorios tampoco ha sido limitado el número de
veces que se pueda gozar de este beneficio. Es así como una persona que haya
robado un número importante de artículos en un local, pero lo hayan detenido por
dos o tres, puede beneficiarse de esta figura, pagar por lo que se le acusa, y salir
ganando sin ningún tipo de riesgo, pudiendo además repetir el negocio tantas
veces como lo desee. Sería mejor limitar el número de Acuerdos Reparatorios de
los que puede disfrutar una persona, por ejemplo, a uno cada cinco años, como
ocurre en Colombia y Costa Rica. Tal como se plantea esta figura en Venezuela,
puede ocurrir que algunas personas se aprovechen y la exijan en contra de
empresas que manejen grandes capitales, de modo que los perjudicados quieran
evitarse mayores conflictos, ir a tribunales, etcétera, y respondan por el Acuerdo
Reparatorio por ahorrarse mayores problemas.
En el COPP también se ha planteado la posibilidad de obviar la privación de
libertad como medida asegurativa que busca el cumplimiento efectivo del proceso.
Pero este beneficio se remite a los
casos en que el Juez considere que no hay peligro de fuga, de modo que no debe
haber opción de esconderse ni de abandonar el país. Es así como recae la
responsabilidad sobre el Juez, quien en atención al Principio de Inocencia se verá
obligado a otorgar el beneficio, y cuando ello redunde en una fuga o una
reincidencia, deberá asumir frente a la opinión pública su error, y no podrá
justificarse en la obligación que el COPP le impone en ese sentido.
Estas figuras que hemos discutido, bien establecidas, pueden generar objetivos
beneficiosos para la sociedad. Es necesario regularlas correctamente, porque tal
como se muestran, cayendo en manos mal intencionadas, pueden producir
grandes perjuicios a la ciudadanía y actuar en función de la impunidad y la
rutinización de hechos graves.
Moderador:
Luis A. Araque Director AVE
Escritorio Araque, Reyna, De Jesús, Sosa, Viso & Pittier
Fernando M. Fernández
Escritorio Baker & McKenzie
Pedro Berrizbeitia
Escritorio J.R. Berrizbeitia