Sei sulla pagina 1di 8

Los Economistas Discuten sobre los Salarios Mínimos

De acuerdo a lo indicado en el caso a analizar, una medida populista del partido de

izquierda en Estados Unidos de América es que se incremente el salario mínimo nacional de

$7.25 a $15.00. En ese sentido, Estados como California y New York han promulgado leyes

para el incremento gradual del salario mínimo hasta $15.00. Asimismo, el Estado de Seattle

incremento el salario mínimo de $9.32 a $11.00 el primer año, a $ 13 el segundo año y a

$15.00 el tercer año. En esa línea, de acuerdo al análisis publicado por la universidad de

California en Berkley comparando el empleo en las industrias de servicio con otros lugares en

el periodo de incremento del salario mínimo los dos primeros años a $11.00 y luego a $13.00

concluyó que, a pesar del aumento de los salarios en la industria en Seattle, no hubo efectos

detectables en el empleo. Sin embargo, otra investigación realizada por la universidad de

Washington utilizando datos que no están disponibles públicamente, sobre los salarios

ganados y las horas trabajadas por los individuos concluyó que el aumento del salario mínimo

a $11.00 parece no haber tenido mucho efecto en el empleo. Pero la segunda subida, a

$13.00, condujo a una fuerte caída tanto en los puestos de trabajo como en las horas

trabajadas por debajo de $13.00 por hora. Opiniones contrarias de algunos economistas

señalaron que dichos análisis excluía a los trabajadores que se ajustaron a los cambios

convirtiéndose en contratistas en lugar de empleados completos o al alejarse de Seattle, o que

pasaron a empleos en grandes empresas con múltiples ubicaciones. Otros señalaron que a

pesar de que no hubo aumento compensatorio en el empleo a los salarios entre $13,00 por

hora y $19.00 por hora, el empleo a los salarios por encima de la marca de $19.00 subió

fuertemente.

Otra manera de ver el efecto de los salarios más altos sobre el empleo es calcular lo

que los economistas llaman la "elasticidad del empleo" con respecto a los salarios: es decir,

cuánto cambia el empleo para un cambio dado en el salario. La mayoría de los estudios
2

encuentran una elasticidad de alrededor de cero, lo que significa que cualesquiera cambios de

empleo ocurran en respuesta a un cambio de salario mínimo, positivo o negativo, son

relativamente pequeños. El equipo de la Universidad de Washington, por el contrario,

encuentra que al moverse de $11.00 por hora a $13.00 la elasticidad fue cercana a -3, es

decir, pequeños saltos en el salario condujeron a drásticamente grandes caídas en el empleo.

En ese sentido, se sugiere que las empresas pueden ajustar más fácilmente sus modelos de

negocio para reducir el papel del trabajo de bajo salario de lo que se creía anteriormente

automatizando o eliminando empleos que no eran particularmente necesarios. Si, con salarios

mínimos más altos, algunos de estos trabajadores de bajo salario terminan desempleados,

sería destructivo. Pero si la investigación sugiere que un gran número de trabajadores puede

encontrar trabajo sólo si los salarios son lo suficientemente bajos como para desalentar a las

empresas de la automatización o para animarlos a crear empleos innecesarios, entonces el

equilibrio entre un salario mínimo y otras medidas de aumento de ingresos podría no ser la

gran preocupación.

Al respecto, los salarios mínimos están diseñados para proteger a los trabajadores

vulnerables que de otra manera carecerían del poder de negociación para acceder a un salario

decente por lo que se considera un medio para limitar la pobreza extrema entre los que

trabajan. De acuerdo a los estudios realizados por Neumak y Wascher (como se cita en

Campo, Esquivel & Santillán, 2017), se puede entender que un incremento del salario

mínimo puede redituarse de manera positiva en el incremento del ingreso de la familia a fin

de superar la pobreza. Sin embargo, dicho incremento podría influir de manera negativa al

generar desempleo en las personas sujetas al salario mínimo como ingreso como se puede

apreciar en la figura 1
3

Figura 1. Efecto del incremento del salario mínimo en el empleo. Adaptado de Campos, R.
M., Esquivel, G., & Santillán, A. S. (2017). El impacto del salario mínimo en los ingresos y
el empleo en México. Revista CEPAL.

Una evidencia empírica realizada respecto al incremento del salario mínimo en los

Estados Unidos y algunos países miembros de la Organización para la Cooperación y el

Desarrollo Económico, Latino América e Indonesia es que un incremento en el salario

mínimo genera desempleo para los trabajadores de mano de obra menos calificada. No

obstante, de acuerdo a lo indicado por (Duber, Lester, & Reich, 2010) las elasticidades

negativas relacionadas al incremento del salario mínimo y el empleo derivan de las

variaciones en la tendencia de los empleos sectoriales no vinculados a las políticas sobre el

salario mínimo, evidenciándose un efecto nulo entre el incremento del salario mínimo y el

desempleo. Sin embargo, se debe considerar que no todo incremento en el salario es

beneficioso para los trabajadores debido que en un contexto desinflacionario, donde la

inflación esperada es menor que la pasada, el salario real de los trabajadores se reduce

(Sargent & Wallace, 1975). Asimismo, Blanchard, Joumotte y Loungani (2013) afirman que

es el llamado taxwedge, diferencia entre el costo del trabajador para el empresario y el salario

neto realmente percibido por el trabajador, el que incrementa los costos laborales para la

empresa y reduce el empleo.


4

Como se muestra en la figura 2 el incremento salarial por hora en Seattle hasta cierto

punto no muestra un efecto en el empleo (de $9.47 a $11.00). Sin embargo, conforme se va

incrementando en un periodo cercano (de $11.00 a $13.00) se genera desempleo.

Figura 2. Número de trabajos en Seattle


Tomado de “The Economics”, Recuperado de
https://www.economist.com/news/finance-and-economics/21724802-two-studies-their-
impact-seattle-reach-opposite-conclusions-economists-argue

Por otro lado, Adascalitei y Pignatti (2015) señala que la probabilidad de que los gobiernos

adopten reformas que flexibilicen el mercado de trabajo depende, con carácter general, del

nivel de desempleo, del PIB per cápita y del crecimiento del PIB, si bien, deben establecerse

diferencias entre las distintas medidas liberalizadoras como flexibilizar el sistema de

negociación salarial es fundamental la deuda pública del gobierno, al igual que ocurre a la

hora de reducir la contratación temporal. En ese sentido, se debe destacar la incidencia

negativa y significativa de la imposición indirecta, lo que significa que el aumento de los

impuestos indirectos consigue reducir el desempleo. Por tal motivo, el aumento de los

impuestos disminuye el poder adquisitivo de los ciudadanos, tanto de los trabajadores como

de los desempleados, que se ven obligados a aceptar puestos de trabajo que antes rechazaban

con el objetivo de mantener su poder de compra. En ese sentido, la subida de impuestos

indirectos conllevado a los desempleados a reducir su salario de reserva y aceptar puestos de


5

trabajo a los que antes renunciaban. Este efecto que debemos considerar positivo para el

mercado de trabajo tiene, sin embargo, su contrapartida negativa, pues los trabajadores

desempleados que aceptan los puestos de trabajo vacantes para poder hacer frente a las

necesidades básicas ante la subida de los impuestos, se ven obligados a aceptar puestos de

trabajo de una calidad inferior a la que hubiesen deseado. En definitiva, baja el desempleo a

costa de peores puestos de trabajo es la variable esencial (Mingorance, Calvo & Barruso,

2017)

Analizando la relación del salario mínimo y empleo desde una perspectiva de

reducción del salario mínimo en vez de un incremento a fin de evidenciar el efecto de la

variación en el empleo se puede indicar que una corriente de economistas clásicos planteó

que la reducción de los salarios se ha de traducir en un aumento de los beneficios de la

industria, lo que provocará, a su vez, un aumento de actividades con la consiguiente creación

de nuevas ocasiones de empleo de mano de obra. Mientras subsiste el paro (trabajador

desempleado dispuesto a trabajar por una retribución menor), los salarios bajan, los

beneficios crecen y aumenta el volumen de empleo, hasta que la industria absorbe toda la

mano de obra disponible y, restablecido el equilibrio, desaparece el paro. Por consiguiente, el

paro no puede persistir más que en caso de que el Estado, las organizaciones obreras o

cualesquiera otras instituciones impidan a los desocupados ofrecer sus servicios por un

salario inferior al tipo corriente y, por ende, obstaculicen la acción del mecanismo automático

que restablece el equilibrio y asegura el empleo de todos los trabajadores. El remedio consiste

pues en eliminar simplemente todo aquello que impida la elasticidad y el libre juego de ese

mecanismo, dejando que el paro se reabsorba por sí mismo mediante la reducción de los

salarios. (Lerner, 2013)

Sin embargo, una posición opuesta proveniente de la escuela Keynesiana considera la

inelasticidad de los salarios nominales y de la resistencia que, de hecho, han de poner siempre
6

los trabajadores contra toda reducción de dichos salarios. Asimismo, que la disminución de

los salarios nominales no implica necesariamente un aumento cualquiera del volumen de

mano de obra empleada. Una reducción general de los salarios producirá una reducción de los

costes marginales y la competencia entre productores provocará una disminución del precio

de los productos. El equilibrio sólo se alcanzará cuando los precios hayan bajado en la misma

proporción que los salarios, y entonces ya no existirá ventaja alguna en ocupar a mayor

número de obreros que antes. En esa línea los trabajadores pueden finar el salario nominal

mediante acuerdos con sus empleadores, pero no pueden fijar el salario real de lo contrario

muchos de ellos encontrarían trabajo. En ese sentido se puede deducir que el volumen del

empleo no variará a consecuencia de una reducción de los salarios nominales visto de la

perspectiva de las leyes de la demanda. Si al principio se produce un aumento del empleo

(como los empleadores creen muchas veces que una reducción de salarios es un fenómeno

favorable, es muy probable que tal sea el primer efecto de una disminución de salarios), no

por ello dejarán de ejercer las leyes de la demanda una influencia que se traducirá en pérdidas

para los industriales y les obligará a reducir su personal hasta que se llegue a restablecer el

nivel anterior del volumen del empleo. Análogamente, si la disminución de salarios produce

como primer efecto una disminución del empleo, de ello resultará un aumento de beneficios

que inducirá a los industriales a elevar el volumen del empleo a su nivel anterior. (Lerner,

2013).

Por consiguiente, si la mano de obra es barata, las empresas se inclinarán por emplear

una mayor cantidad de ésta que de esos otros factores de la producción, de lo que resultará un

aumento del volumen del empleo y, quizás, una disminución del precio de explotación de

aquellos otros factores. Pero, mientras este precio no disminuya en la misma proporción que

los salarios, no podrán los costes y los precios de venta experimentar la misma disminución

que los salarios, aunque su reducción siempre será mayor que la del precio de explotación de
7

los demás factores de la producción. Los salarios reales habrán disminuido, así, mientras que

la retribución real de los demás factores de la producción habrá aumentado. El número de

trabajadores ocupados será mayor y el total de ingresos o ganancias reales más elevado, ya

que el producto real de todo el proceso de fabricación ha de ser superior cuando, dada una

misma cantidad de los demás factores de la producción, se emplea mayor número de

trabajadores. La retribución real global de los bienes e instrumentos necesarios a la

producción resultará también aumentada, puesto que la cantidad de ellos utilizada sigue

invariable y el precio de su retribución real ha aumentado. (Lerner, 2013)

En conclusión, El incremento de salario mínimo no sólo afectan a los trabajadores con

ingresos alrededor de éste, sino también a aquellos con ingresos menores y mayores. Por tal

motivo, si el nuevo salario es superior a la productividad marginal del trabajo, los costos de

las firmas se elevarían por encima del valor de su producto, obligándolas a reducir costos en

el corto plazo a través de despidos. Dicho incremento afectaría particularmente a las

pequeñas empresas ya que estas cuentan con capital de trabajo limitado. Por lo que, se

reduciría los incentivos de las empresas a formalizar a sus trabajadores, pues ello implicaría

pagarles un salario más alto, lo cual para muchas no es posible de afrontar. En ese sentido,

los gobiernos deberían enfocarse en generar programas de capacitación que eleven la

productividad de los trabajadores, de manera que los incrementos del salario mínimo puedan

justificarse en incrementos de la productividad; y reduzcan la proporción de la fuerza laboral

que recibe ingresos mensuales menores a salario mínimo, que resulta ser la más afectada por

los efectos negativos de la política de salarios mínimos.


8

Referencias

Duber, A., Lester, T., & Reich, M. (2010). Minimun wage effects across state borders:

Estimates using contiguous counties. The review of economics and statistics, 92(4),

945-964.

Sargent, T., & Wallace, N. (1975). "Rational" Expectations, the Optimal Monetary

Instrument and the Optimal Supply Rule. Journal of Politica Economy, 83(2), 241-

254.

Campos, R. M., Esquivel, G., & Santillán, A. S. (2017). El impacto del salario mínimo en los

ingresos y el empleo en México. Revista CEPAL.

Blanchard, O.;Joumotte, F. y Loungani, P. (2013). Labor Market Policies and IMF Advice in

Advanced Economies During the Great Recession. En: IMF Staff Discussion Note,

SDN/13/02, 2013. 30p.

Adascalitei, D. y Pignatti, C. (2015). Labour market reforms since the crisis: Drivers and

consequences. En: Working Paper, No 5, International Labour Office, Ginebra, 27p.

Mingorance-Arnáiz, A. C., Calvo-Bernardino, A., & Barruso-Castillo, B. (2017). EFECTOS

DE LAS VARIABLES MACROECONÓMICAS E INSTITUCIONALES EN EL

DESEMPLEO: ANÁLISIS PARA EUROPA (1985-2011). Semestre Económico,

20(42), 17-45. doi:10.22395/seec.v20n42a1Referencias

LERNER, A. P. (2013). La teoría general del Sr. Keynes sobre el empleo, el interés y la

moneda. Revista Internacional Del Trabajo, 13241-55. doi:10.1111/j.1564-

9148.2013.00160.x

Potrebbero piacerti anche