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Ante todo, los sefaraditas le llaman a esta liturgia: cal nidré, y no: col nidrei.

Y recuerdo algo que ya hemos enseñado: esta liturgia absuelve de votos, juramentos y
promesas de índole personal, de mí para conmigo; y no de la palabra empeñada con
el prójimo de buena fe.

Pasemos ahora a la fonética y su traducción:

cal nidre veesare ushvue vajarame Nos arrepentimos por el incumplimiento d


veniduie vekuname vekunaje vekunase di todos los votos que formulamos, de las
nedarna vedi ishtebhna vedi jaramna vedi obligaciones rituales que contrajimos, de
nadena vedi asarna al nafshatana miiom los anatemas en los cuales incurrimos y de
hakipurim sheavar ad iom hakipurim haze los juramentos que prestamos. Desde el
sehba alenu leshalom. último Día de la Expiación, hasta este día
de hoy, y desde este Día de la Expiación
nidrena la nidre ushvuana la shevue hasta el próximo Día de la Expiación que
vajaramana la jarame veniduiena la niduie nos llegue para el bien y la paz.
vehesarana la esare.
De todos ellos nos arrepentimos. Sean
culeon ieon shevitin ushvikin la sheririn todos ellos absueltos, nulos y sin valor, sin
vela kaiamin. efecto, y sin carácter de obligación.

venislaj lejol adat bene israel velaguer Nuestros votos que no sean considerados
hagar betojam ki lejol aam bishegaga como tal, tampoco nuestras obligaciones ni
los juramentos.

Y le será perdonado a toda la congregación


de los Hijos de Israel, así como al
extranjero que reside entre ellos, ya que
todo el pueblo pecó por omisión.

el poema litúrgico (piut) que recitamos en Kol Nidre: “Como barro en las manos del
alfarero, que espesa o diluye a su antojo, estamos nosotros en Tus manos.
Presérvanos con Tu amor” (Harlow Majzor, 395).

El Kol Nidre es especial en cuanto es una plegaria dirigida no a Dios, sino a otros
hombres y mujeres. Una oración para el conocimiento de uno mismo. Se supone que
debemos reconocer todas las formas en que nos hemos lastimado unos a otros
durante el año, no sólo en nuestra conducta exterior, sino también en nuestras
sombras, en la fantasía o el deseo. Su rasgo implícito de fe es que, si podemos
mirarnos unos a otros con pleno conocimiento de las cosas malas que hemos hecho, o
incluso de las que hemos soñado hacer, tendremos derecho de pedirnos perdón
mutuamente. Y, como dice William Blake, ''el perdón mutuo de cada vicio es la puerta
del paraíso".

Más que cualquier otro ritual judaico, el Kol Nidre se sostiene en la música. El solo del
cantor es la música más apasionada y conmovedora del año litúrgico. Ninguna otra
puede traspasar la resistencia interior de la gente y abrir sus compuertas emocionales.
Cualquier judío que se somete a este ritual recuerda a todos los miembros de la
sinagoga que se preguntan qué caso tiene pagar a un cantor, pero luego, después del
gran solo, salen del templo llorando y piden perdón por su olvido.

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