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13 enemigos de tu matrimonio

Si ya estás casado o si ya has perdido un matrimonio... tal vez estas razones te puedan ayudar para
entender por qué dizque "se acaba el fuego", como muchos dicen al terminar los matrimonios. TIENES
QUE ENTENDER ALGO. Y si no estás de acuerdo, tal vez no debas leer esto.

Enemigo No. 1:La falta de sentido común y madurez emocional

Suponiendo que una pareja se casó porque estaban -AMBOS- enamorados. Se casan, pasan sus
primeros días juntos, se empiezan a conocer profundamente y a notar cosas que antes no sabían que
estaban ahí: Buenos hábitos o malos hábitos de organización, de higiene; costumbres relacionadas
con la comida, el dinero, etcétera. Estamos hablando de cosas pequeñas que tal vez al otro le
empiecen a molestar.
Así que el enemigo # 1 (el primero de la lista, y cualquiera de estos enemigos pudiera ser trágico), es
la falta de sentido común y madurez emocional.
¿Que tiene que ver esto con los hábitos y defectos de personalidad que empiezas a encontrar en tu
pareja?
Lee este caso:
Llegan al matrimonio Luisita y Obed. Desgraciadamente, en la primera noche , Obed ronca muy
fuerte. Luisita piensa, bueno, tal vez es porque estaba cansado. Igual la siguiente noche, y la
siguiente,... y así continúa por un mes.
Por su parte, Obed nota en Luisita malos hábitos de higiene bucal. Lupita le dice con cariño a Obed
acerca de su problema al roncar. Obed se molesta y ofende a Luisita diciéndole que a ella "le apesta la
boca", sin mencionar otros "detalles".
Luisita no trataba de ofender a Obed, pero este no se midió e hizo sentir mal a Luisita. Se pelean y
Obed deja de hablarle a Luisita por casi todo el día. Pero Obed sigue roncando, y Luisita cuando
menos trata de aminorar su problema de mal aliento. Este problema pudiera - aunque no lo parezca-
ser una espinita en la relación, si no se atiende. Los dos deben hablar, orar, pedirse perdón y tratar de
ayudarse mutuamente en su problema. Buscar la causa "de los ronquidos", y tal vez , Luisita deba de
ver un dentista.
Los dos, pero sobre todo Obed, deberían de tener MADUREZ y entender los errores y defectos de la
persona que aman. Entender que ENCONTRARAN MÁS DEFECTOS. Y es que con la edad vendrán
nuevos problemas que enfrentar, y tendrán que estar preparados para aceptarse mutuamente y
AYUDARSE A CRECER, y que crezca la pasión matrimonial y se fortalezca el amor a pesar de los
pequeños defectos, que todos los tenemos.
Pero si ninguno de los dos tiene la madurez de entender que su cónyuge no es perfecto (y no se
encuentra defectos a sí mismo), esto puede dar paso a otras cosas. Así que, el segundo enemigo
sería..
Enemigo No. 2: Falta de perdón
Historia real, muy real:
Don Petronilo estaba deprimido porque doña Pancracia lo había corrido de la casa. Tenía que
quedarse de "arrimado" con uno de sus hijos nuevamente, porque ya era la enésima vez que doña
Pancracia lo corría.
— Pero... ¿por qué lo corrió su esposa don Petro?
— Es que me "cachó" con Verónica la vecina, y aunque no más platicábamos en la sala de mi casa,
pues ella piensa que "la hice chiva" ( le fue infiel).
— ¿Pero Don Petro, cuando pasó esto? ¿La semana pasada, el mes pasado?
— No mi amigo, hace 25 años...
— ¿¿¿Qué??? Y usted ya le pidió perdón...
— Sí, un millón de veces...
— ¿Y... no lo ha perdonado su esposa?
— Nunca me va a perdonar nada esa mujer... ¡ay, chihuahua!...
Aunque este parece un caso cómico, es real.
La falta de perdón entre la pareja es uno de los enemigos más destructivos. Por naturaleza, nos cuesta
trabajo perdonar y si lo hacemos: siempre lo hacemos a medias. Si tu esposo o esposa cometió un
grave error, tienes razón de sentirte mal. Pero si vas a perdonar tienes que perdonar totalmente y no
a medias. Claro que tomarás tus precauciones.
Si un día al regresar de un viaje largo a tu hogar a las 10 de la noche encontraste a tu marido
platicando con la vecina en tu recamara, pues no le vas a permitir que esté solo con la vecina nunca
más (Si me entiendes, ¿verdad?). Pero si él ya se arrepintió, y te pidió perdón y tú decidiste
perdonarlo... pues tampoco se lo vas a estar recordando a cada rato, o tomar una actitud vengativa
silenciosa, pero hiriente: recordándole con gestos, con detalles, con miradas y suspiros; con supuestas
depresiones, con tal de restregarle en la cara su error cuando tengas oportunidad.
De igual manera, debería actuar el marido con la esposa si esta cometió un error. Sí, ha de ser muy
difícil, muy doloroso, y sólo Dios te puede dar la fuerza, pero es tuya la decisión.
Sin embargo, entrénate a perdonar, perdonando y olvidando las cosas pequeñas (pero tomando
precauciones, obvio). Así que, si Dios no lo quiera (y NO LO QUIERE), llega a suceder algo mayor: tú
tendrás madurez y sabiduría para enfrentar la situación.
El primer enemigo era la falta de madurez al no comprender al cónyuge, y el segundo, una vez que ha
habido ofensas hay que saber perdonar. Perdonar completamente, no a medias.
Enemigo No. 3: No reconocer TU RESPONSABILIDAD
A muchos tal vez no les guste esto porque tal vez necesiten primero superar y vencer el enemigo # 1
del matrimonio: la falta de madurez.
Ambos, marido y mujer, esposa y hombre SON RESPONSABLES DE QUE EL MATRIMONIO FUNCIONE.
No solo la mujer. No solamente el hombre. (Y mucho menos los suegros de ambos lados, la familia, y
los amigos de la pareja).
RESPONSABILIDAD en este caso significa, que tú trates de hacer - hasta lo imposible - para que tu
matrimonio funcione en todas las áreas.
Pero ¿por qué tú y no tu cónyuge? Bueno, si tu cónyuge estuviera leyendo esto, entonces también
entendería que la responsabilidad es de ella/él. En realidad los dos tienen la responsabilidad de luchar
lo máximo para que "nada falte" en el matrimonio.
Si tu esposo es irresponsable e inmaduro, es responsabilidad de él cambiar. Pero es tu
responsabilidad hablar con él y tratar de que él entienda su problema. Tienes que ser sabia, astuta e
inteligente y encontrar la manera de que él lo comprenda y pueda captar lo importante que es para
ambos solucionar los problemas que se estén presentando.
No es imposible.Pero no puedes solamente orar a Dios y esperar a que Dios haga todo. La Biblia no
enseña eso. Pues la Biblia dice: "Encomienda al Señor tu camino, confía en Él y Él hará...
Dijo una vez una persona: —“Así que, ya le encomendé todo a él, no tengo que hacer nada”.
Ahí está el problema (le contesté) tratamos de evadir toda responsabilidad. Primero, dijiste que la
culpa era de tu marido. Y ahora la culpa según tú: si tu matrimonio no funciona, la culpa es de Dios.
No amiga, tienes que agotar hasta lo último todos tus recursos, mientras tu haces todo eso, DIOS VA
A ESTAR OBRANDO. Ese versículo que tu mencionas, se escribió en el contexto de la cultura
judía/hebrea. He vivido entre judíos, y te puedo decir que -cuando menos- los más ortodoxos y
religiosos, son personas de gran esfuerzo personal.
Ellos no dejan piedra sin remover cuando quieren lograr algo. Es una vil mentira, que "a los judíos les
cae solo el dinero o la bendición" nada más porque son judíos. No, no, no. Ellos se esfuerzan en sus
trabajos, en su educación, en su relación con Dios (conforme a su religión), y si les dices que Dios
hará, ellos saben bien que a ellos les toca una parte por hacer.
Y más ahora, en el contexto después de la muerte y resurrección de Jesús, todos somos iguales. Dios
va a bendecir tanto al marido como a la mujer. Pero nuestra responsabilidad es tomar el matrimonio
en serio, y esforzarnos en gran manera en nuestra educación, trabajo, relación familiar y EN NUESTRO
MATRIMONIO.
Por ejemplo, si tu esposo carece de educación sexual básica, pues hay que buscársela. Encuentra una
manera honesta y limpia de que aprenda. Tomar una clase en tu iglesia o centro educativo, leer un
libro de trasfondo bíblico, pero con consejos muy prácticos. Pero... por favor, varón, mujer: no
recurras a la pornografía o tu matrimonio con el tiempo quedará peor.
También hay mujeres que no tienen conocimiento en el área sexual, y así existen muchas otras áreas
matrimoniales y familiares que pudiéramos mencionar, pero en cada una de ellas es nuestra
responsabilidad agotar fuerzas y recursos en encontrar y aplicar una verdadera solución.
Un matrimonio en el cual hay madurez, verdadero amor y comprensión puede ser tan bello y traer
tanta satisfacción a la pareja en todas las áreas.Pero desgraciadamente, muchos problemas quedan
sin atenderse, o se atienden a medias, porque falta ese sentido de responsabilidad individual.
- ¡Ay, sí! Ya sabía que ibas a terminar echándome la culpa a mí, dijo una persona que buscaba consejo.
¡Siempre yo, siempre yo tengo la culpa de todo!
Mira, no se trata de tomar actitud de víctima, o de auto lástima. Si esperas que yo te dé "unas
palabras mágicas" para que tu matrimonio mejore, tú y yo sabemos que no es así.El ser miembro de
una iglesia, (de la que sea), no es garantía de nada.No te conviertes en hamburguesa por entrar al
McDonalds, así tampoco te haces una persona "transformada por Dios", tan solo por entrar a una
iglesia.
Tampoco un matrimonio sana tan sólo con la oración. Se necesita que cuando menos uno de los dos
cónyuges sea lo suficiente maduro para tomar total responsabilidad. Y si los dos están conscientes y
los dos se hacen responsables y luchan, y hacen cambios, y toman decisiones, pues mucho mejor.
Dios NO sólo va a bendecirlos: los va a multiplicar. Dios requiere tu corazón. Rara vez Dios obra en
contra de la voluntad del hombre. Sí, lo puede hacer, pero no todo el tiempo. ¿Por qué? Porque Él
quiere que tu bendición sea mayor. Te haces más fuerte y maduro cuando tu das el primer paso y
tomas decisiones transformadoras.
NO HAY PRETEXTO. Uno de los dos tiene que tomar toda la responsabilidad de una manera madura, y
enseñar al otro cónyuge cuál es su parte que le toca y que también es de él/ella TODA la
responsabilidad. Pero hacerlo con paciencia y con amor, aunque se tarde años.
Enemigo No. 4: no acordarte del "ANIMAL"
Quise agregar un título cómico para llamar tu atención.
La verdad es que algunas veces por más consejos, por más conferencias, por más oración y ayuno; y
por más iglesia y lectura bíblica que tengamos, a veces (no todo el tiempo, pero a veces) terminamos
haciéndolo peor: lo que no agrada a Dios. ¡Oh, blasfemia! ¿Acaso estoy diciendo que ni la oración, el
ayuno, la lectura bíblica y asistencia a una iglesia, no funcionan?
NO, estoy diciendo que A VECES, a pesar de todo lo que hacemos: terminamos haciendo lo malo. Por
eso, digo acuérdate del "animal"... así le llama el Apóstol Pablo en el Nuevo Testamento: el hombre
animal u hombre carnal.
Hay una parte de nosotros que es animal, sobre todo si no hemos sido regenerados por Cristo; y esta
parte “animal” es por lo cual, a veces, parece como si no tuviéramos sentimientos, pensamientos,
esperanzas, valores, etc. No lo digo yo porque se me haya ocurrido llamar a nadie "animal", sino que
las escrituras lo dicen, en 1 Corintios 2:14 y en otros pasajes del Nuevo Testamento, se deja en claro
que tenemos una parte de nuestro ser que no quiere ser domada: ni se quiere someter a nada bueno,
a nada puro, a nada santo, a nada amable, a nada que tenga esperanza y futuro, al amor, en fin a
nada que venga de Dios.
Agrégale a la parte "animal" la falta de todo lo arriba mencionado, la carencia de todo cuidado
espiritual, la negligencia en la educación, tanto general como matrimonial, ¡imagínate! ¿Has visto
hombre y mujeres que parece que no sienten, no aman, no piensan, y no tienen el más mínimo temor
de dañar y lastimar a otros, o a ellos mismos? Por favor, si me dices que no es verdad, voy a tener que
llevarte a recorrer algunos lugares que he conocido.
La parte animal de nuestro ser no es pretexto para fallar, sin embargo, lo menciono para que sepas de
donde vienen las debilidades. Recuérdalo, si crees en Dios, entonces sabes que existe un "diablo" o
sea un adversario de tu vida espiritual y tu matrimonio. Este adversario no es ni omnipotente, ni
omnipresente (no está en todo lugar), ni omnisciente (no lo sabe todo, no conoce tus pensamientos).
Así que es mentira que el "Diablo" anda correteando a todos los matrimonios del mundo. Es verdad
que la Biblia dice que este adversario anda buscando a quien devorar, pero para devorar a alguien
tienes rimero que atraparlo, y es por eso, que lo que hace este adversario es crear trampas y dejarlas
ahí, para que tu caigas y a veces sin darte cuenta. Sus trampas van a apelar a tu parte animal, no a la
parte espiritual. Negligencia, apatía, pereza, ira, odio, lascivia, pornografía, una vida doble son
trampas del adversario. Una vez que caes, serás presa fácil para poder devorarte, acabar con tu vida y
tu matrimonio.
No hay manera en esta vida de eliminar esa parte de tu ser. Si alguien me dice lo contrario, me
encantaría que me lo comprobara con su propia vida. Podrá alguien ser perfecto en un área, pero será
imperfecto en otra y es precisamente para la parte imperfecta del hombre y la mujer para la cual hay
trampas por aquí, y por allá, visibles y escondidas. Así que, acuérdate que hay una parte de ti que
pudiera caer en una de esas trampas. Y si ya caíste, si hay algo en tu matrimonio que está siendo
afectado por causa de esos errores que has cometido, entonces hay que arreglarlos con Dios, contigo
mismo, con tu pareja y con la sociedad, si es necesario.
Te voy a poner un ejemplo. Panchito es un "varón perfecto", casi lleno de gracia y virtud. Trata a su
mujer de maravilla, aparenta ser un marido excelente, todo marcha bien, en apariencia, pero en lo
secreto, Panchito el "varón perfecto" es adicto a la pornografía en el internet. Nadie lo sabe. Sólo
Panchito y Dios. Ahora, tú, que estás leyendo, dime: si Panchito aparenta ser perfecto, y hasta se la
lleva metido en una iglesia, ¿tú crees que esa adicción secreta, no le afectará en su vida personal y
matrimonial tarde o temprano? Tal vez lo oculte muy bien, pero en cualquier momento puede "saltar
la liebre". Tal vez se presente a su vida alguna chica dispuesta y Panchito le de rienda suelta a sus
"fantasías" y la chica lo acepta. Hasta aquí todo sigue en secreto, pero llegará el momento en que su
esposa lo descubra (o alguien más), y le cause esto graves problemas a Panchito en su matrimonio, en
su vida personal, espiritual, social, laboral, etc. ¿Me entiendes? Pero para no irnos tan lejos, ¿qué tal
si la esposa de Panchito descubre su adicción, o uno de sus hijos, o su empleador en el trabajo?
Es verdad que hay una parte de nosotros que no quiere nada bueno, ni nada que venga de Dios, pero
no se trata de ocultarla o mitigarla, sino de ser sinceros con nosotros mismos y HACER ALGO, o pedir
ayuda, cuando la parte "animal" nos este "jalando" hacia una trampa segura.
Si has caído, arrepiéntete, aléjate, no peques más. El que conoce a Dios no piensa en pecar y luego
arrepentirse como si fuera un juego, sino que mira todas estas cosas con un VERDADERO TEMOR, y no
"un temor reverente"; SINO UN VERDADERO MIEDO A PERDER TU MATRIMONIO, TU VIDA, TU
SALVACIÓN Y TU VIDA ETERNA....de que la puedes perder, la puedes perder (y tu matrimonio
también).
Enemigo No. 5: LA RUTINA
No permitas que la rutina forme parte de tu matrimonio, ya que esta podría destruirlo en poco
tiempo. Durante el noviazgo, somos creativos y expresivos a la hora de demostrar nuestro amor. Sin
embargo, una vez casados, la rutina desgasta nuestra creatividad haciendo de nuestra relación
amorosa algo ordinario, atado a la costumbre, al aburrimiento.
Hacemos de nuestras vidas una costumbre: nos levantamos, desayunamos, salimos a trabajar,
regresamos cansados; cenamos, y nos quedamos dormidos frente al televisor (bueno, algunos) y
siempre es la misma historia cada día.
¿Por qué la rutina se adueña de las relaciones matrimoniales?
La rutina es un enemigo silencioso, no hace ruido. Nos acostumbramos a ella de tal forma que nos
resulta difícil de detectar, hasta que ya es demasiado tarde. Elementos como: los compromisos
laborales, el cansancio, los hijos, las deudas, los compromisos o gastos diarios, etc. Pueden llegar a
obligarnos a caer en lo rutinario.
¿Qué hacer para evitar que nuestro matrimonio caiga en la rutina?
Salga de lo rutinario, REVIVA ese fuego que los unió. Para no caer en la rutina usted debería de:
1- Sorprender a su pareja llamándolo al trabajo.
2-Invítela a cenar de vez en cuando (pero sin los niños).
3-El hombre podría regalarle a la mujer algún: accesorio, unos aretes, una cartera bonita, o cómprele
su perfume preferido. La mujer podría regalarle al hombre algo que necesite: una correa una billetera
nueva, pañuelos con sus iniciales, etc. No tiene por qué esperar alguna ocasión especial, todos los días
son especiales. VARONES, NO LE REGALEN A SUS MUJERES MÁQUINAS PARA LOS QUEHACERES DEL
HOGAR!!! (o cuando menos que no sea su costumbre) REGALE DETALLES PARA ELLA, NO PARA LA
COCINA...
4- Dígale a su pareja que lo ama, no sabe usted lo necesitado que estamos los seres humanos de
sentir que alguien nos ama y nos respeta.
5- Envíele un mensaje romántico por correo electrónico o por el Chat. Eso era exactamente lo que
hacíamos durante el noviazgo, ¿por qué no lo hace ahora?
6- No permita que la costumbre se haga más fuerte que el amor.
Enemigo No.6: El exceso de trabajo
El exceso de trabajo y el agotamiento físico son dos enemigos que están bastante relacionados entre
sí, y ambos se unen para formar un solo enemigo capaz de destruir cualquier matrimonio.
El exceso de trabajo es muy común entre las parejas jóvenes que luchan por estabilizarse
económicamente. El problema se hace mayor cuando aún la pareja no ha concluido sus estudios o no
han logrado obtener una profesión. Trabajar y estudiar al mismo tiempo complica mucho más las
cosas, sobre todo cuando una de las parejas está tratando de comenzar algún negocio. Sencillamente
la pareja se pierde en cuanto a tiempo y espacio, sorprendiéndose cuando se dan cuenta de que su
matrimonio se viene abajo.
¿Cómo puedo contrarrestar a este enemigo?
1- Saque un tiempo durante el día para conversar con su pareja.
2- Si aún no han concluido sus estudios, traten de no trabajar y estudiar a tiempo completo.
3- Planifique su familia. Un bebé requiere de mucho tiempo y dedicación: trabajar, estudiar y tener un
bebé no le permitirá pasar tiempo de calidad en familia.
4- Si solamente es el esposo quien trabaja, la mujer debe emplear su tiempo ocioso en otras cosas
que la hagan sentir bien y la edifiquen, ya que la soledad, el descontento y la depresión podrían
destruir su matrimonio.
5- Propóngase mantener su amor vivo. Es importante trabajar, pero debe apartar tiempo para estar
con su pareja.
Enemigo No. 7: El desempleo

No se necesitan muchos estudios para confirmar que el desempleo afecta negativamente el matrimonio. Es
muy bien sabido que la falta de empleo incrementa las tensiones entre el cónyuge que trabaja y el que no está
laborando. Desgraciadamente, los niveles de estrés aumentan cuando ambos cónyuges están desempleados.
Solo en Los Estados Unidos, la tasa de desempleo llega al 9.8 % ; y entre los hispanos es aún mayor, del 13 %.

Son muy pocos los matrimonios que enfrentan la crisis del desempleo juntos, unidos como pareja; con la
esperanza puesta en Dios de que pronto cambiará la situación. El profesor Maw-Der Foo, de la Universidad de
Colorado en Boulder, EE. UU., llegó a la siguiente conclusión: “Iniciamos el estudio pensando que el apoyo
matrimonial aliviaría las tensiones del desempleo, pero descubrimos que no es el caso”, dijo.

Foo, además comenta que las parejas saben cómo compartir problemas, pero no siempre saben buscar las
soluciones juntas.

También podríamos agregar, que cuando uno de los cónyuges se queda en casa tiende a aburrirse, a
deprimirse, y lo que es peor, el cónyuge desempleado puede volverse celoso excesivamente, (sobre todo si la
que trabaja fuera de la casa es la mujer) ya que su mente estará ocupada sólo en pensar en que estará
haciendo su pareja y en los problemas económicos.

Para enfrentar la crisis del matrimonio es preciso estar unidos en el amor de Dios. Las parejas que están
conscientes de esto, son más prácticas a la hora de buscar y encontrar soluciones.

TU ESTÁS LEYENDO ESTO CON UN PROPÓSITO, y ese propósito es que tú despiertes y veas si alguno de los
"enemigos" que hemos mencionado, te está afectando y que ayudes a tu cónyuge en cualquier situación por la
que estén pasando. Tal vez tú seas la persona más madura de los dos, y tengas que tomar la iniciativa de buscar
solución a los problemas, o tal vez pierdas tu matrimonio; pero definitivamente, uno de los dos tiene que
despertar y dar el primer paso para recuperar la paz y la felicidad.
Enemigo No. 8: La toma de decisiones apresurada
Cuando el hombre y la mujer se unen en matrimonio es porque han decidido vivir sus vidas juntos. La
toma de decisiones conlleva también a una gran responsabilidad, ya que los actos de uno perjudican o
benefician de manera directa al otro.
Tomar una mala decisión o apresurarse a decidir una situación sin consultar previamente con su
cónyuge, puede ser desastroso para el matrimonio. La toma de decisiones, por lo general, se hacen de
acuerdo con lo que el cónyuge considera su “zona de autonomía”.
¿Cómo podría mejorar la toma de decisiones en mi matrimonio?
La verdad es que no existe una escuela para matrimonios. Esta preparación nos la da la vida, las
tradiciones; las experiencias adquiridas, etc. ¿Qué preparación reciben las parejas al momento de
casarse? Algunas optan por tomar cursos prematrimoniales, los cuales son de gran ayuda, pero la
gran mayoría vamos al matrimonio sin ninguna preparación. Identificar las causas del problema
podría ayudar.
Las causas de la toma de decisiones apresuradas son:
1- El egoísmo.
2- Desconfianza.
3- Poca o mala comunicación de pareja.
4- Temor al qué pensará de nuestra idea el otro cónyuge.
5- Irresponsabilidad.
6- Sentido erróneo de la realidad y pensar que las cosas nunca saldrán mal.
8- Olvido de las consecuencias de una mala decisión y volver a reincidir.
9- No establecer reglas claras antes del matrimonio.
10- Tomar una decisión porque se acabó el tiempo.
11- Inseguridad.
12. Exceso de confianza en sí mismo.
13- Ser impulsivos.
Estas son sólo algunas causas que propician la toma apresurada de resoluciones. Aprender a dialogar
y negociar con nuestra pareja es importante para lograr tomar buenas decisiones. Busca siempre el
equilibrio, tómate tu tiempo, investiga antes de decidir, consulta con alguien que consideres que sabe
mejor que tú del tema, y por favor, habla con tu pareja.
Enemigo No 9: La incompatibilidad de caracteres
En la nota anterior hemos mencionado que las tomas de decisiones apresuradas pueden llevarnos al
fracaso de nuestro matrimonio. Es por esta razón, que el noviazgo desempeña una función
importante a la hora de conocer cómo es en realidad nuestra pareja. Por medio del noviazgo
entendemos los gustos y formas de pensar de nuestro futuro cónyuge.
En ocasiones, al estar tan enamorados, ignoramos señales relevantes a la hora de elegir nuestra
pareja; es que el amor nos hace ciegos. Pero es muy bien conocido el refrán que dice: “amor no quita
conocimiento”. Entonces, ¿por qué la incompatibilidad de caracteres?
El matrimonio se disuelve dos maneras: por la muerte de uno de los cónyuges o por el divorcio. La
incompatibilidad de caracteres no es más que un tipo de procedimiento para obtener el divorcio. Las
condiciones exigidas por la ley para dar como válida la disolución del matrimonio por incompatibilidad
de caracteres, es que la vida en común sea “insoportable”. Pero esto no es suficiente, esta vida
insoportable debe ser de dominio público, y además, el cónyuge demandado debe haber infringido en
algunas de las siguientes injurias graves:
- Negativa del cónyuge a tener descendencia.
- La homosexualidad.
- Abandono del domicilio conyugal.
- El adulterio.
- Transmisión de una enfermedad venérea.
- El alcoholismo.
- Dilapidación del marido de los bienes de su mujer.
- Venta de los bienes o mobiliarios en ausencia del marido por parte de la mujer, etc.
Observa y escucha lo que opinan tus familiares y amigos de tu pareja. No debes precipitarte y dar el
gran salto al matrimonio si no conoces bien a tu futuro esposo o esposa. En ocasiones, puede que el
cónyuge nos sorprenda con algo que consideramos como una actitud imprevista, a los 10 , 15 o 20
años de casados; pero es en el noviazgo que te puedes dar cuenta si vale la pena o no convivir toda
una vida juntos, y terminar su matrimonio por un triste caso de incompatibilidad de caracteres.
Enemigo No. 10: La mentira

Hemos conocido hasta ahora algunos enemigos del matrimonio. A continuación vamos a tratar otro enemigo
peligroso: la mentira.

Probablemente usted piense que su matrimonio anda bien porque su esposo o esposa no le habla mentiras.
Pero es muy probable que usted esté en un error, ya que no sólo se le llama 'mentira' a engañar y a ocultar
cosas en el matrimonio: una mentira puede ser una falsedad completamente genuina o una verdad selectiva a
conveniencia. También exagerar una verdad con la intención de engañar o causar una acción en contra de los
intereses del oyente, es una MENTIRA. Así que tome en cuenta que crecen y se propagan otras mentiras como
un cáncer silente; quizá usted las esté viviendo en este momento y ni cuenta se está dando de que su
matrimonio está lleno de MENTIRAS.
Enemigo No. 11: La infidelidad
Este es otro enemigo altamente letal para los matrimonios. La infidelidad es uno de los motivos
principales de divorcio. Aniquila la confianza que se depositan los enamorados y socava los cimientos
de cualquier relación.
¿Por qué son infieles algunas parejas?
La infidelidad es el resultado de una crisis matrimonial. Algunas parejas son infieles porque sienten
que su relación de pareja no alcanza las expectativas. El cónyuge puede llegar a sentir la necesidad de
complementar con otra relación la necesidad de sexo, intelecto, emociones, etc. Cuestiones que
estima que su pareja es incapaz de brindarle.
Otros motivos de infidelidad:
- Sentirnos devaluados.
- La rutina.
- Vida sexual deficiente.
- Intervención de terceras personas.
- Abuso de poder.
- Pareja muy permisiva.
- Búsqueda nuevas sensaciones o aventuras.
- Falta de comunión con Dios.
Enemigo No. 12: El egoísmo
Parece un poco irracional, pero... no sé por qué razón las parejas pueden llegar a ser egoístas en el
matrimonio. El egoísmo no es amor, no existe necesidad alguna de hacer competencias y demostrar
quién tiene el poder en la relación. Sin lugar a dudas, el egoísmo corroe las bases del matrimonio. Es
motivo de separación y divorcio.
Nuevamente volvemos a lo básico:el noviazgo. Es durante el noviazgo cuando detectamos las
actitudes egoístas de nuestra pareja.
¿Cómo reconocer a un egoísta?
Es posible que no te des cuenta de que tú o tu pareja tienen síntomas de egoísmo. Existe egoísmo si:
- Uno de los cónyuges piensa solamente en sus intereses.
- ¿Se la pasa tu novio o cónyuge (o tú), criticando a los demás o a todo el mundo?
- ¿Siempre se cree el mejor y siempre tiene razón en todo?
- Piensas que eres el centro de atención.
- Nuestro cónyuge siempre nos hace sentir en deuda.
- Si sientes que tu pareja tiene “síndrome de Peter Pan”, es decir, es inmaduro, impaciente y
egocéntrico.
- Es agarrado/a con sus cosas, es decir, no presta su carro u otras cosas.
- Si te vistes bien, tu pareja te dice que quieres llamar la atención o que te ves mal (cuando otras
personas te dicen lo contrario).
- Te quiere solo para él/ella. No te comparte con la familia o con tus amigos, es decir, quiere todo tu
tiempo.
- Piensas que el egoísmo es una cualidad indispensable en una sociedad en la que todo el mundo
debe ir a lo suyo.
- Ves a alguien en necesidad pidiendo y dices que no le vas a dar nada y que “trabaje”.
- Cuando regalas algo, lo compras a tu gusto y no al de la persona a quien le regalas.
- Eliges siempre lo mejor para ti y el otro que se las apañe como pueda.
Enemigo No. 13: La intolerancia
Podemos definir la intolerancia como la falta de habilidad o voluntad de una persona para tolerar
algo.
¿Cómo afecta la intolerancia a mi matrimonio?
Cuando en el matrimonio existe la intolerancia, quiere decir que las escenas de falta de respeto son
muy frecuentes. A esto le podemos sumar que a un matrimonio intolerante le cuesta pedir perdón;
además, las ofensas y la agresividad entre la pareja son algo habitual.
La intolerancia desanima y frustra no solo a la pareja, sino también a todos los miembros de la familia
y las personas que le rodean. Vivir situaciones de intolerancia daña los nervios, se pierde el interés en
la relación y es causa segura de divorcio.
¿Cómo puede usted combatir la intolerancia en su matrimonio?
Lo mejor es tratar de combatir el mal de la intolerancia desde que aparezcan los primeros indicios,
pero si ya usted lleva un tiempo lidiando con este enemigo, le recomendamos que:
- No dé cabida en su matrimonio, ni al egoísmo ni al orgullo ni a la inmadurez.
- Aumente las dosis de amor.
- Enséñele a su pareja a ser humilde, de usted el ejemplo; pida perdón cuando se equivoque y elogie
con amor y mansedumbre a su pareja cuando este o esta lo/la imite.
- Dialoga con tu pareja y sobre todo escúchala/lo con atención.
- Aprende a entender y a respetar su punto de vista.
- Y por último, ama y cultiva tu matrimonio.

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